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El camino y el andar


El saber de la Ciudad, 18 – 15

El camino y el andar
Guillermo Castro H.

“Cree el aldeano vanidoso”, decía José Martí en 1891, “que el mundo entero es su aldea, y con tal que él quede de alcalde, o le mortifique al rival que le quitó la novia, o le crezcan en la alcancía los ahorros, ya da por bueno el orden universal, sin saber de los gigantes que llevan siete leguas en las botas y le pueden poner la bota encima, ni de la pelea de los cometas en el Cielo, que van por el aire dormidos engullendo mundos.” “Lo que quede de aldea en América ha de despertar”, agregaba, porque entendía que era necesario crecer con el mundo, para ayudarlo a crecer.
            Entonces andaba nuestra América por donde anda hoy Panamá, en busca de vías y maneras de consolidarse en república, y facilitar el progreso y el bienestar de sus ciudadanos. En ese andar, ayuda encarar como un problema las ideas y las conductas que hemos dado por naturales durante una vida entera, para entender las realidades nuevas que las contradicen.
            En Panamá, hemos sido habituados a considerar que la posición geográfica del país determina su función de tránsito interoceánico en el mercado mundial, y define sus posibilidades de desarrollo. Sin embargo, otras vías y formas de tránsito interoceánico e interamericano fueron muy utilizadas antes de la Conquista europea y descartadas después. Y el país alberga otras posibilidades de desarrollo que la cultura del tránsito nos impide percibir y valorar con claridad.
Tal es el entorno histórico y cultural en que debe ser llevada a cabo la misión de innovar para el cambio social. La nuestra es (primordialmente) una economía de servicios que no ofrece todos los que puede generar, ni ha desarrollado aún otras alternativas a su alcance, como las que ofrece la abundancia de agua y biodiversidad en nuestro territorio. El país, por otra parte, está aún poco y mal integrado para aprovechar a plenitud sus capacidades como puente terrestre.
Y sin embargo, se mueve. La transición de la aldea a la república genera ya iniciativas que surgen de la propia sociedad, como los Centros de Competitividad que se multiplican en Veraguas, Azuero, Coclé y Colón a partir de la experiencia ganada por el de la Región Occidental.  Van los panameños descubriendo las ventajas comparativas que revela una mirada de conjunto al país, y buscan cómo hacerlas competitivas con su propia iniciativa.
En nuestra historia, todo esto constituye una gran innovación que expresa un importante proceso de cambio social en curso. En ese proceso, la misión de la Ciudad nos vincula de manera cada vez más a nuestra gente. Con ellos contribuimos a orientar la transformación que surge de los cambios acumulados en este siglo hacia la república inclusiva, democrática y sostenible que anima visión de futuro de la Ciudad.

Ciudad del Saber, Panamá, 13 de abril de 2018