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Festividad de la Natividad de nuestro Señor Jesucristo.

 “En cuanto a ti, Belén, de la tierra de Judá, no eres la más pequeña entre las principales ciudades de esa tierra; porque de ti saldrá un gobernante que guiará a mi pueblo Israel”

Por: Rev. Pbro. Manning Maxie Suárez +


Durante siglos, cristianos de todo el mundo hacen suyo los adornos en sus casas, trabajos, y comunidades en general para la celebración de la natividad de nuestro Señor Jesucristo, se encuentran por todos lados, donde uno vaya en la ciudad de Panamá, nadie escatima en gastos para esta época si no vean lo que la Alcaldía de la ciudad de Panamá gastó este año 2022 en su desfile navideño, y los mismos están en todos los rincones de esta hermosa nación. 

Hoy vemos más ímpetu que otros años esas manifestaciones de buenos deseos de las personas, así como de las empresas públicas y privadas que desean a tutiplén “Dicha y Felicidad” tanto a sus amigos como a sus buenos clientes. 

La festividad de la natividad, tiene un propósito, y ese es el alegrarnos anualmente con el recordatorio del nacimiento del único Hijo de Dios que es Jesucristo.  Y debe ser nuestro deseo en esta época que, Dios nos conceda que así como le celebramos y recibimos con júbilo como Redentor del mundo, de la misma manera podamos contemplarle con segura confianza cuando venga al final de los tiempos.  Así que la Navidad, una época de Alegría y sobre todo una época llena de Esperanza Segura, por esa infinita misericordia de Dios hacía nosotros.

¿Cómo celebramos los panameños la Navidad?, es una buena pregunta en tiempos donde hemos estado confinados en Pandemia y un buen número de personas han perdido la fe en Dios, en la Iglesia, en su mensajera y esta sociedad que antes se decía “Católica” o “Cristiana”, todos sabemos que hoy día ya no es así. 

La Navidad se ha convertido para muchos en otra época de consumo excesivo exaltando los valores de un utilitarismo y capitalismo salvaje que promueve más que valores cristianos, el consumismo desmedido, y así como “The Black Friday”, “The Halloween”, “Los Carnavales”, etc.  hemos perdido la esencia de la festividad que inicia con la celebración del primer domingo de Adviento el pasado 27 de noviembre del 2022.

Dios, nos ha dado a su unigénito Hijo para asumir nuestra naturaleza, y nacer ese día (25 de diciembre) de una virgen pura: La Virgen María, madre de Dios. Siendo nacidos de nuevo y hechos sus hijos por adopción y gracia, en esta celebración somos renovados cada día del año con su Espíritu Santo; mediante la acción amorosa de nuestro Señor Jesucristo y nuestro Padre amoroso. 

Mediante el profetismo antiguo de Israel se previó que así pasaría como lo señala la narración del evangelista Mateo: “lo escribió el profeta: “En cuanto a ti, Belén, de la tierra de Judá, no eres la más pequeña entre las principales ciudades de esa tierra; porque de ti saldrá un gobernante que guiará a mi pueblo Israel.” (cf. Miqueas 5,2 y Mateo 1: 6).


Navidad no es solo una “fiesta pasajera” que debemos esperar todos los fines de año y donde nos gastamos todos los ahorros y hasta lo poco que tenemos, dándole a aquellos que amamos o apreciamos sendos regalos porque su accionar en la vida que en este año fueron buenas y justas nuestras acciones para nosotros, de ser así es lo más mezquino que podemos hacer en relación con lo que la fiesta representa: “
La verdadera conversión del corazón de cada hombre y mujer sobre la tierra que agradecidos ante esta Epifanía de Dios, acepta que él ha derramado sobre nosotros la nueva luz de su Verbo encarnado y nos concede esa luz que debe arder en nuestro corazones, resplandeciendo su bondad en toda nuestra vida”.

Desear entonces este año al prójimo una “Feliz Navidad”, es desearle lo mejor que le puede pasar a un ser humano, es recuperar su estado de gracia original ante Dios, la creación y el Universo.  Es desear al otro la salud, la paz y la alegría de vivir en armonía con todo lo Creado por el Omnipotente.  Por ello decimos que la Navidad es un tiempo de alegría, pero también es un tiempo de contemplación de ese misterio, de ese pequeño niño que nació en Belén de Judea hace dos mil años atrás.   Que en esa escena todos sin excepción, podamos contemplar toda la beatitud y santidad que debe rodear nuestra festividad navideña y todos los días de nuestra existencia.

¡Feliz Navidad a todos los panameños y extranjeros visitantes y residentes en nuestra nación!

Eco Sacerdote