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Lanzamiento informe Perspectivas del Comercio Internacional de América L...



El informe de la CEPAL Perspectivas del Comercio Internacional de América Latina y el Caribe 2017 (anteriormente conocido como Panorama de la Inserción Internacional de América Latina y el Caribe), fue lanzado en conferencia de prensa por la Secretaria Ejecutiva del organismo, Alicia Bárcena, el lunes 30 de octubre de 2017.

Perspectivas del Comercio Internacional de América Latina y el Caribe: recuperación en un contexto de incertidumbre. Documento informativo


Esta primera edición de Perspectivas del Comercio Internacional de América Latina y el Caribe —que es la continuación del Panorama de la Inserción Internacional de América Latina y el Caribe con un nuevo título— corresponde a 2017 y contiene tres capítulos. En el capítulo I se describe el contexto internacional actual y la recuperación del comercio de la región. En el capítulo II se revisa el comportamiento de la región en el comercio mundial de servicios en general, y de servicios modernos en particular, desde 2005. En el capítulo III se ofrece una visión panorámica de la participación de América Latina y el Caribe en el comercio agropecuario mundial desde 2000 y se formulan recomendaciones de política para elevar la contribución del sector al desarrollo regional.

El ministro británico Boris Johnson hace de “buitre” entre los “halcones”


“Lo único que tienen que hacer es retirar los cadáveres” recomendaba Boris Johnson a los libios de la ciudad de Sirte, y no para que dieran una digna sepultura a miles de civiles asesinados por las fuerzas copatrocinadas por los Gobiernos de “Su majestad”, sino para que los inversores del Reino Unido pudieran levantar hoteles de lujo sobre las fosas comunes. ¡Esta persona aún sigue en su puesto!

En el sexto aniversario de la ejecución del jefe del Estado libio, Muammar Gadafi, a manos de la turba dirigida por Hilary Clinton -quien un día antes estuvo en Libia y se reivindicó las medallas por su crimen de guerra al gritar de alegría “¡Vinimos, vimos, murió!”- y su destrucción total por la OTAN, Occidente aún no ha podido sacar el provecho deseado de su botín.

La destrucción perpetrada por la OTAN-yihadistas ha convertido a uno de los estados más vertebrados de África en un estado “fallido”. Ya dijo el coronel Edward Lansdale: “Sólo hay una forma de controlar un territorio que alberga resistencia, y eso es convertirlo en un desierto”. El caos reinante es gestionado por los grupos armados locales y regionales, criminales, tribales e integristas que hacen de “proxy” de una potencia extranjera. Caos que impidió al Pentágono instalar en Libia la base de su comando AFRICOM y le ha obligado a forzar sus bases en España. Aunque contratar al ejército privado del “yihadismo” resulta más rentable -pues externaliza las misiones militares, evita una protesta política en casa, puede llevar a cabo una “guerra sucia” y es más barato- también tiene sus inconveniencias.
El ataque suicida de Manchester en el mes de mayo pasado fue realizado por un libio de 22 años que había ido a la “nueva” Libia a entrenarse e ir a luchar contra Assad en Siria, cumpliendo con el plan de EE.UU. y el Reino Unido de “cambio de régimen”. A este tipo de individuo la prensa internacional lo llama “luchador por la libertad” cuando atenta en Siria y “terrorista” cuando lo hace en Occidente.

El horror que sienten los europeos cuando sufren atentados es lo mismo que viven millones de personas a diario y desde hace años en Afganistán, Irak, Libia, Siria, Sudan, Yemen o Somalia, todos agredidos militarmente por EE.UU., Reino Unido y sus socios. Aunque detrás de algunos actos terroristas están determinados estados, también es cierto que los extremistas odian a Occidente: a sus ciudadanos y sus conquistas modernizadoras sociales, que no a sus gobiernos.

La llamada “revolución libia” no era más que el asalto de decenas de miles de “yihadistas” a Libia, armados por EE.UU., Reino Unido y Francia, que aprovecharon el ruido de las primaveras árabes para desmantelar Libia y Siria, los dos únicos países mediterráneos que estaban fuera del control de la OTAN.

La “liberación humanitaria de Libia” dejó miles de muertos, mutilados, personas traumatizadas y a otras miles que sobrevivieron las convirtió en esclavas o las sepultó con sus pateras anti-Titanic bajo las aguas del mar cuando huían del infierno libio. La ciudad de Sabha se ha convertido en un gran mercado de seres humanos donde centenares de mujeres, niños y niñas se han convertido en esclavas sexuales, con latigazos y cadenas de hierro incluidos.

Destruir Libia fue “la misión más exitosa de la historia de la OTAN“, dijo su jefe de entonces Anders Rasmussen. Para gente como él una guerra ganada es la que destruye a su enemigo sin bajas propias. Los muertos no son más que untermensch (subhumanos), pues no son sus hijos ni sus abuelos. No es ningún mérito para una alianza militar de treinta poderosos países y con cerca de 900 millones de habitantes aplastar a una nación de menos de 7 millones a la que previamente desarmó. Sin duda Gadafi se equivocó en suspender su programa de armas nucleares: la OTAN sólo invade a las naciones sin defensa.

Negocios, siempre negocios

Ya sabíamos que “proteger” a la población del régimen de Gadafi era un complot contra Libia y la OTAN perseguía un conjunto de intereses materiales: en agosto de 2009, The Guardian revelaba que Reino Unido buscaba lucrativos contratos de petróleo y gas en Libia y había visitado en tres años hasta 26 veces el país para negociar con su gobierno. ¡Hasta liberó al terrorista Lockerbie, Abdelbaset al-Megrahi! En agosto de 2011, Obama confiscaba 30.000 millones de dólares del Banco Central de Libia que Gadafi había reservado para la creación de un Banco Central y un FMI africanos.

La guerra contra Libia, la principal reserva del petróleo de África y además de alta calidad, fue principalmente obra del Reino Unido y Francia (mientras Obama prefería "una ‘intervención invisible" de leading from behind «dirigir desde atrás»), países que no podían permitirse escenarios como Afganistán o Irak donde no podían consolidar sus posiciones. Si EE.UU. tenía sus motivos para acabar con Gadafi, Francia tenía otros, como eliminar a un Gadafi que desafiaba su influencia en la África francófona; pretendía apoderarse de mayor porcentaje del petróleo libio; dar la posibilidad al ejército francés a mejorar posición en la OTAN y a París la oportunidad de reafirmar su posición en el mundo, con sus misiles.

Los “bomberos pirómanos” franco-británicos calcularon que hasta 70.000 millones de dólares en activos congelados de Libia en los bancos occidentales serán destinados al bolsillo de sus empresas para la reconstrucción del país. La federación empresarial francesa estimaba que Libia podría ofrecer alrededor de 200.000 millones de dólares en oportunidades de inversión en los próximos 10 años.

Gracias a las guerras contra Irak y Afganistán y Libia, EE.UU. y Reino Unido pudieron instalar nuevas bases militares en Kuwait, Bahréin, Qatar, Emiratos Árabes Unidos, Omán, Arabia Saudita, Pakistán, Kazajstán, Uzbekistán, Tayikistán, Seychelles, Kenia, Sudán del Sur, Níger, Nigeria y Burkina Faso. ¡No digan que estas guerras no han sido un negocio redondo para los complejos industrial-militares!



Richard Hooker, priest and theologian, 3 November 1600

On any list of great English theologians, the name of Richard Hooker would appear at or near the top. His masterpiece is The Laws of Ecclesiastical Polity. Its philosophical base is Aristotelian, with a strong emphasis on natural law eternally planted by God in creation. On this foundation, all positive laws of Church and State are developed from Scriptural revelation, ancient tradition, reason, and experience.

The occasion of his writing was the demand of English Puritans for a reformation of Church government. Calvin had established in Geneva a system whereby each congregation was ruled by a commission comprising two thirds laymen elected annually by the congregation and one third clergy serving for life. The English Puritans (by arguments more curious than convincing) held that no church not so governed could claim to be Christian.

Hooker replies to this assertion, but in the process he raises and considers fundamental questions about the authority and legitimacy of government (religious and secular), about the nature of law, and about various kinds of law, including the laws of physics as well as the laws of England. In the course of his book he sets forth the Anglican view of the Church, and the Anglican approach to the discovery of religious truth (the so-called via media, or middle road), and explains how this differs from the position of the Puritans, on the one hand, and the adherents of the Pope, on the other. He is very heavy reading, but well worth it. (He says, on the first page of Chapter I: "Those unto whom we shall seem tedious are in no wise injuried by us, seeing that it lies in their own hands to spare themselves the labor they are unwilling to endure." This translates into modern English as: "If you can't take the intellectual heat, get out of the kitchen. If you can't stand a book that makes you think, go read the funny papers.")

The effect of the book has been considerable. Hooker greatly influenced John Locke, and (both directly and through Locke), American political philosophy in the late 1700's. Although Hooker is unsparing in his censure of what he believes to be the errors of Rome, his contemporary, Pope Clement VIII (died 1605), said of the book: "It has in it such seeds of eternity that it will abide until the last fire shall consume all learning."

Hooker's best short work is his sermon, "A Learned discourse of Justification." In an earlier sermon, Hooker had expressed the hope of seeing in Heaven many who had been Romanists on earth. A Puritan preacher took him to task for this, saying that since the Romanists did not believe the doctrine of Justification by Faith, they could not be justified. Hooker replied at length in this sermon, in which (1) he sets forth the Doctrine of Justification by Faith, and agrees with his opponent that the official theology of Rome is defective on this point; (2) he defends his assertion that those who do not rightly understand the means that God has provided for our salvation may nonetheless be saved by it, in which connection he says (I quote from memory): "God is no captious sophister, eager to trip us up whenever we say amiss, but a courteous tutor, ready to amend what, in our weakness or our ignorance, we say ill, and to make the most of what we say aright." His sermon is often bound with the Laws, and is also available in the paperback volume Faith and Works (ed. Philip Edgecumbe Hughes, Morehouse-Barlow, Wilton CN 06897, ISBN 0-8192-1315-2)

To obtain a copy of Hooker's learned discourse by e-mail, send the message GET HOOKER LEARNED to the following address: listserv@asuvm.inre.asu.edu

To obtain the complete text of the Preface to his Laws of Ecclesiastical Polity, and White's abridgement of the remainder of the LAWS, send the messages

GET POLITY PREFACE
GET POLITY DIGEST1
GET POLITY DIGEST3
GET POLITY DIGEST2
to the same address.

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