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Classical Music - Violin, Viola & Cello



VIOLIN, VIOLA & CELLO

1 Vivaldi - Symphony in C Major, RV 112: I. Allegro 00:00
2 Telemann - Viola Concerto in G Major, TWV 51:G9: II. Allegro 01:57
3 Corelli - Concerto Grosso No. 9 in F Major, Op. 6: II. Allemanda 05:07
4 Mozart - Eine Kleine Nachtmusik in G Major, K. 525: III. Minuetto 08:02
5 Vivaldi - The Four Seasons, Concerto No. 1, RV 269 "Spring": I. Allegro 10:26
6 Sibelius - Andante Festivo 13:43
7 Stamitz - Sinfonia Concertante in D Major: II. Romanza 17:49
8 Corelli - Concerto Grosso No. 1 in D Major, Op. 6: I. Largo 24:22
9 Saint-Saens - The Carnival of the Animals: XII, The Swan 27:18
10 Piazzolla - Oblivion 29:57
11 Traditional - Greensleves (What Child Is This?) with variations 33:33
12 Telemann - Viola Concerto in G Major, TWV 51:G9: I. Largo 37:01
13 Vivaldi - The Four Seasons, Concerto No. 1, RV 269 "Spring": III. Allegro pastorale 40:35
14 Mozart - Eine Kleine Nachtmusik in G Major, K. 525: IV. Rondò 44:19
15 Corelli - Concerto Grosso No. 10 in C Major, Op. 6: V. Allegro 47:29
16 Mozart - Eine Kleine Nachtmusik in G Major, K. 525: I. Allegro 50:30
17 Tchaikovsky - Serenade for Strings, Op. 48: II. Valse 56:32
18 Grieg - Holberg Suite, Op. 40: I. Praeludium 1:00:17
19 Vivaldi - The Four Seasons, Concerto No. 1, RV 269 "Spring": II. Largo e pianissimo sempre 1:03:03
20 Stamitz - Sinfonia Concertante in D Major: III. Rondò 1:05:26
21 Corelli - Concerto Grosso No. 1 in D Major, Op. 6: V. Allegro 1:10:20
22 Telemann - Viola Concerto in G Major, TWV 51:G9: IV. Presto 1:12:38
23 Vivaldi - The Four Seasons, Concerto No. 3, RV 293 "Autumn": III. Allegro 1:15:44
24 Bach - 6 Cello Suites, No. 1 in G Major, BWV 1007: IV. Sarabande 1:18:59
25 Beethoven - Bagatelle No. 25 in A Minor "Für Elise" (cello version) 1:21:41
26 Puccini - Gianni Schicchi: O Mio Babbino Caro (violin and cello version) 1:26:26
27 Peer Gynt, Suite No. 2, Op. 55: IV. Solveig's Song (violin and cello version) 1:28:38
28 Bruch - Kol Nidrei, Op. 47 1:33:39

Track 1: Kaunas Chamber Orchestra cond. by Silvano Frontalini
Tracks 2, 7, 12, 20, 22: Giovanni Antonioni (viola), Warmia Symphony Orchestra cond. by Silvano Frontalini
Tracks 3, 8, 15, 21: Kiev Chamber Orchestra cond. by Liviu Buiuc
Tracks 4, 14 & 16: Opole Philharmonic Orchestra cond. by Werner Stiefel
Tracks 5, 6, 10, 13, 17, 18, 19, 23, 28: Metamorphose String Orchestra cond. by Pavel Lyubomudrov
Violin on The Four Seasons: Yuliya Lebedenko | Cello on Kol Nidrei: Mikael Samsonov
Tracks 9, 24, 25: Sarah Joy (piano on The Swan: Kathy Hohstadt)
Tracks 11, 26, 27: Duo.Hansen – Julia (violin) & Adam Hansen (cello)

El agua y los pueblos indígenas


Francisco López Bárcenas

El pasado 22 de marzo se celebró el Día Mundial del Agua, declarado así por la Organización de las Naciones Unidas para fomentar entre la humanidad la conciencia de la importancia del vital líquido para la continuidad de la vida en el planeta. No es para menos. El agua es un elemento que sólo existe en el planeta tierra y además es indispensable para toda la vida, pues sin ella resulta inimaginable.

A contrapelo de esta realidad, el capital ha logrado convertirla en mercancía, un bien codiciado por las empresas privadas para ofrecerlo a quien tenga dinero para comprarlo. Esto está generando muchos de los conflictos en la sociedad mexicana porque, más que para satisfacer las necesidades para la vida, se le usa para alimentar la industria, mantener los grandes emporios agrícolas y ganaderos para exportación, extracción del mineral, los hidrocarburos y el gas del subsuelo mexicano.

Desde otra óptica, para los pueblos indígenas, además de ser indispensable para la vida, o tal vez por ello, el agua contiene elementos sagrados, pues en su estado natural, sea a en los lugares que brota, por los ríos y barrancas por donde corre o los mares a donde llega, se le liga a mitos de origen y comunicación con sus dioses, tan es así que en la época prehispánica la administraban los sacerdotes, hecho que, con las transformaciones necesarias, se conserva en la actualidad.

Esta situación choca abiertamente con el uso mercantil que en los últimos años se le ha dado por el capital, situación que los confronta abiertamente, pues muchos de los pueblos indígenas habitan cabezas de cuencas hidrológicas, al grado que en 12.4 por ciento del territorio nacional que ocupan los pueblos indígenas capta 24.69 por ciento de toda el agua del país. De ahí que sea en los territorios indígenas donde más conflictos se presentan por el uso y aprovechamiento del vital líquido.

Paradójicamente en toda la legislación que sobre derechos indígenas se ha emitido en nuestro país no existe una sola que se refiera a su derecho de acceso y aprovechamiento del agua. Lo que más puede relacionarse con este asunto en la disposición del artículo segundo de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que en su fracción VI de su apartado A, determina que, como parte de su autonomía, los pueblos indígenas tienen derecho de al uso y disfrute preferente de los recursos naturales de los lugares que habitan y ocupan las comunidades, salvo aquellos que corresponden a las áreas estratégicas, en términos de esta Constitución.

Dado que el agua es un recurso natural, los pueblos indígenas que habitan dentro de las cuencas hidrológicas el país tienen derecho preferente al uso y disfrute de esas aguas, derecho que cotidianamente es violado por las autoridades al extender concesiones de uso a particulares sin siquiera avisarles.

El derecho no queda en una preferencia para su uso y disfrute frente a terceros. Los artículos 15 y 16 del Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre pueblos indígenas, prescribe que los derechos de los pueblos indígenas sobre los recursos naturales deben protegerse especialmente, lo cual incluye la obligación de las autoridades estatales de crear mecanismos para que participen en la utilización, administración y conservación de dichos recursos, en este caso el agua.

Además, cuando los recursos pertenezcan al Estado, como en el caso mexicano, se deben establecer procedimientos adecuados para consultarlos antes de que se emprendan o autoricen programas de prospección o explotación de dichos recursos; además de participar de los beneficios que reporten tales actividades, y percibir una indemnización equitativa por cualquier daño que puedan sufrir como resultado de esas actividades.

Hace varios siglos, en las Leyes de Indias se estableció que donde hubiese comarcas y propósito para fundar poblaciones y algunas personas quisieran hacerlo, se les diesen tierras, solares y aguas estableciendo que no se diesen ni vendiesen tierras a los españoles con perjuicio de los indios, sino que a estos se les dejase con sobras todas las tierras de su pertenencia, y las aguas y riegos para sus huertas sementeras y para que abreven sus ganados, repartiéndoles y dándoles las que hubiera menester.

Ahora, con motivo del Día Mundial del Agua, la representación de la ONU se lamentó que “durante mucho tiempo, el mundo ha recurrido en primer lugar a la infraestructura construida o gris para mejorar la gestión de los recursos hídricos. Al hacerlo, frecuentemente ha dejado de lado el conocimiento tradicional e indígena que adopta enfoques más ecológicos”.

Tenía razón el estado español y tiene razón la ONU, pero no sólo hay que aprovechar los conocimientos de los pueblos indígenas en el manejo del agua, también hay que reconocerles plenamente sus derechos. Con ello no sólo ganarían ellos. Ganaríamos todos.

La campaña de 1.500 millones de dólares para encubrir el genocidio en Yemen


www.rebelion.org / 16-03-18

“La situación en Yemen hoy, ahora mismo, parece el apocalipsis para la población de este país”, declaró a Al Jazeera el mes pasado el jefe humanitario de la ONU Mark Lowcock.

Se cree que el año pasado murieron de hambre 150.000 personas en Yemen. Cada diez minutos murió un niño de hambre o de enfermedades evitables y cada dos minutos otro niño cayó en la desnutrición extrema. El país padece la mayor epidemia de cólera desde que existen registros, más de un millón de personas han contraído la enfermedad y ahora una epidemia de difteria “se va a propagar como el fuego”, según Lowcock. “A menos que cambie la situación vamos a tener el peor desastre humanitario del mundo en 50 años”, concluyó.

La causa es bien conocida: los bombardeos y el bloqueo del país por parte de la coalición liderada por Arabia Saudí, con pleno apoyo de Estados Unidos y Reino Unido, han destruido más del 50 % de la infraestructura sanitaria del país, han atacado plantas de desalinización, diezmado las rutas de transporte e interrumpido las importaciones esenciales, mientras que el gobierno que se supone va a reconstruir todo esto ha bloqueado los salarios de los trabajadores del sector público en la mayoría del país, lo que hace que no se recojan las basuras, se desmoronen las instalaciones de alcantarillado y se provoque una crisis de salud pública. Otros ocho millones de personas se quedaron sin agua potable cuando la coalición liderada por Arabia Saudí bloqueó todas las importaciones de carburante en noviembre, lo que obligó a cerrar las estaciones de bombeo.
El director de Oxfam en Yemen, Shane Stevenson, comentó entonces que “el pueblo de Yemen ya está siendo sometido a la hambruna para que se rinda; a menos que se levante el bloqueo también se le quitará el agua potable. Quitar el agua potable a millones de personas en un país que sufre el mayor brote de cólera del mundo y que está al borde de la hambruna sería un acto extremadamente bárbaro”.

Desde entonces las cosas han empeorado todavía más. A finales de enero las importaciones de carburante a través del principal puerto del país, Hodeidah, todavía estaban bloqueadas y a consecuencia de ello los casos de cólera seguían aumentando. Y el 23 de enero la ONU informó de que en aquel momento había 22.2 millones de yemeníes que necesitaban asistencia humanitaria (3.4 millones más que el año anterior), con ocho millones al borde de la hambruna, lo que supone un millón más desde 2017.

Ya no es sorprendente que los bombardeos y el bloqueo se hayan intensificado en los últimos meses. A finales del año pasado la coalición bloqueó durante casi un mes todas las importaciones a través del puerto de Hodeidah, por el que de no estar bloqueado entraría el 70 % de las importaciones del país. Y desde la muerte del expresidente Ali Abdullah Saleh el pasado 4 de diciembre se han intensificado los ataques aéreos y se han producido masacres casi a diario. El 9 de febrero la ONU anuncque en diez semanas 85.000 personas habían sido desplazadas debido a la “creciente violencia”, particularmente en la costa del mar Rojo, donde la coalición ha emprendido una nueva campaña para apropiarse del puerto de Hodeidah, de gran importancia estratégica.

Con la entrada en una nueva fase de la campaña de Hodeidah esta guerra contra la población yemení se va a intensificar aún más. Desde que empezó la campaña a principios de diciembre la coalición y sus aliados yemeníes han tomado varias ciudades y pueblos de la provincia de Hodeidah y ahora están preparados para llevar la batalla a la propia ciudad. El 20 de febrero el periódico emiratí The National informaba de que en los próximos días “se dedicarán más fuerzas a Hodeidah ya que en pocos días el general de división Tariq Mohammed Abdullah (sobrino del difunto expresidente Ali Abdullah Saleh) abrirá un nuevo frente”. Este ataque podría inutilizar durante meses el puerto más importante de este país casi completamente dependiente de las importaciones e impediría la supervivencia de millones de personas.

“Si este ataque sigue adelante será un acto deliberado que interrumpirá suministros vitales; la coalición liderada por Arabia Saudí no solo violará el derecho humanitario internacional sino que también será cómplice de una hambruna casi segura”, declaró a la prensa el director ejecutivo de Oxfam Mark Goldring cuando se propuso un ataque similar a principios del año pasado. Su colega Suze Vanmeegan añadió que “cualquier ataque a Hodeidah puede convertir una crisis que ya es alarmante en un espectáculo absolutamente horroroso y no estoy exagerando”.

No existe la menor duda de que los supervisores británicos y estadounidenses de esta guerra han dado el visto bueno a esta escalada. A finales de 2016 Estados Unidos, Reino Unido, Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos crearon el “Cuarteto de Yemen” para coordinar la estrategia entre los cuatro principales agresores de la guerra. A lo largo de 2017 se reunieron esporádicamente pero desde finales de año sus reuniones se han hecho más frecuentes y a un nivel más alto.

A finales de noviembre, justo antes de emprender las operaciones en la provincia de Hodeidah, [el Secretario de Estado de Exteriores británico] Boris Johnson fue el anfitrión de una reunión del Cuarteto en Londres mientras que [la primera ministra británica] Theresa May se reunía simultáneamente con el rey Salman en Riyadh, es de suponer que para dar luz verde a esta nueva ronda de devastación dirigida contra la asediada población de Yemen. Se volvieron a reunir dos semanas después y más adelante otra vez el 23 de enero, también a instancias de Johnson, y por primera vez asistió a la reunión [el Secretario de Estado estadounidense] Rex Tillerson.

El “cuarteto económico”, al que también asistieron altos cargos del FMI y del Banco Mundial, se reunió el 2 de febrero en Arabia Saudí, mientras Johnson y Tillerson se volvían a reunir en Bonn el 15 de febrero con sus homólogos saudíes y emiratíes para tratar sobre Yemen.

Por supuesto, estas reuniones no abordan la esencia de la planificación estratégica de la guerra, ya que es tarea de los altos cargos del ejército y de los servicios de inteligencia. El propósito de estos encuentros de alto nivel es más bien que cada parte demuestre a las demás que cualquier paso estratégico conlleva la aprobación de cada gobierno respectivo al más alto nivel. Por lo tanto, el hecho de que el “Cuarteto” se reuniera solo unos días antes de que se anunciara que era inminente el ataque planeado hacía mucho tiempo contra Hodeidah dice mucho de la complicidad entre Estados Unidos y Reino Unido en este nuevo crimen de guerra premeditado.

Estos “acontecimientos” (si es que se puede aplicar esta palabra a la destrucción deliberada del nivel de vida de un país) militares y humanitarios forman el telón de fondo de la revelación hecha el 22 de enero por la coalición liderada por Arabia Saudí de su nuevo plan para proporcionar “una ayuda sin precedentes al pueblo de Yemen”.

El YCHO –“Yemen Comprehensive Humanitarian Operations” [Operaciones Humanitarias Globales en Yemen]– es un nuevo programa de “ayuda” con el objetivo aparente de “abordar los déficits inmediatos de ayuda al tiempo que se crea simultáneamente la capacidad para mejorar a largo plazo la ayuda humanitaria y las importaciones de productos comerciales a Yemen”, fundamentalmente mediante el aumento de la “capacidad de los puertos yemeníes para recibir tanto ayuda humanitaria como importaciones comerciales” y todo ello sellado con la enorme suma de 1.500 millones de dólares en contribuciones de ayuda. ¿Qué mal podría haber en ello?

El problema no es solo que la ONU calcule que la financiación necesaria para satisfacer las necesidades creadas por la coalición liderada por Arabia Saudí es el doble de esta cantidad. El verdadero problema es que, de hecho, este plan no aumentará las importaciones de las que Yemen es totalmente dependiente, sino que las reducirá aún más debido a que las muy cacareadas “mejoras de capacidad portuaria” se aplicarán únicamente a los “puertos controlados por la coalición” y se excluirán los puertos que están fuera de su control (Hodeidah y Saleef), los cuales manejan aproximadamente el 80 % de las importaciones de Yemen.

El plan estipula explícitamente que desea para estos dos puertos, que son absolutamente fundamentales, una reducción del flujo de la carga que manejan de aproximadamente 200 toneladas métricas al mes respecto a los niveles de mediados de 2017. Sí, han leído correctamente: se considera que ahora hay que reducir aún más los niveles de carga de mediados de 2017, cuando morían 130 niños al día debido a la desnutrición y a otras enfermedades evitables causadas en gran medida por las limitaciones a las importaciones ya existentes.

Este plan no es sino la sistematización de la política de hambruna de la que los saudíes fueron acusados por el Panel de Expertos de la ONU sobre Yemen en relación al cierre que habían impuesto de los puertos de Hodeidah y Saleef en noviembre. En aquel momento el Informe Final del Panel señaló que se habían cerrado todos los puertos de Yemen tras un ataque con misiles de los hutis al aeropuerto de Riyadh. Pero mientras que los puertos controlados por la coalición se volvieron a abrir rápidamente, Hodeidah y Saleef permanecieron cerrados durante semanas. “Esto tuvo el efecto de utilizar la amenaza del hambre como instrumento de guerra”, afirmaba el Panel.

Actualmente el plan de “Operaciones Humanitarias Globales” planea simultanear de forma permanente el hambre deliberada en el territorio controlado por los hutis (donde vive la vasta mayoría de los yemeníes) con “generosas” entregas de ayuda humanitaria en los territorios controlados por la coalición. Son los mismos ‘métodos de barbarie’ que emplearon los británicos en la Guerra de los Boer, cuando los territorios controlados por los boer fueron sometidos a la política de tierra quemada de incendiar granjas y matar al ganado, y más adelante estos métodos se recuperaron en las guerras coloniales británicas en Malaya, Kenia y, de hecho, en Yemen en las décadas de 1950 y 1960. No es de extrañar que Gran Bretaña esté tan involucrada hoy en día.

Pero es indudable que esta estrategia será difícil de vender en estos tiempos. Ciertamente los saudíes parecen creerlo y precisamente por eso es de suponer que han contratado a una plétora de las más tristemente célebres agencias de relaciones públicas del mundo para ayudarles a hacerlo.

Una excepcional investigación de la agencia de noticias IRIN informó de que “el comunicado de prensa que recibieron los periodistas anunciando el plan [del YCHO] no provenía de la propia coalición ni de funcionarios de la ayuda humanitaria saudíes. Provenía, junto con una invitación para visitar Yemen, de una agencia británica de relaciones públicas”. Esta agencia era Pagefield Global Counsel, uno de los sucesores del gigante de las relaciones públicas caído en desgracia Bell Pottinger (y que emplea a más de 20 antiguos trabajadores de Pottinger).

La investigación también reveló que la presentación en powerpoint utilizada para presentar el YCHO a altos cargos de la ONU era obra de Nicholas Nahas, de Booz Allen Hamilton, una consultoría de gestión estadounidense que mantiene desde hace tiempo estrechas relaciones con el Estado estadounidense (incluida su participación   en los programas ilegales de vigilancia masiva SWIFT y PRISM) y que, según IRIN, actualmente contiene “en su página web 35 ofertas de empleo en Riyadh, incluido el de “planificador militar”, un empleo que exige que el solicitante “proporcione asesoramiento y experiencia militar y de planificación para apoyar la coordinación de operaciones conjuntas destinadas a contrarrestar amenazas ejecutadas por las naciones miembros de la coalición y facilitar la provisión de recursos para permitir las operaciones”.

Otra empresa de relaciones públicas involucrada en la “venta” del YCHO y que lleva mucho tiempo en la nómina de Arabia Saudí es Qorvis MSLGROUP que, según afirma IRIN, “obtuvo unos ingresos estadounidenses por valor de más de 6 millones de dólares de la embajada de Arabia saudí [en Estados Unidos] durante un periodo de doce meses hasta septiembre de 2017”.

Es indudable que estos maestros de la invención han estado atareados: su trabajo en el plan se ha entregado a las “oficinas de las principales ONG internacionales de Reino Unidos, así como a los miembros del Parlamento británico”, y se han establecido cuentas del YCHO en facebook, twitter, instagram, youtube y gmail. La cuenta de twitter del YCHO tiene unos 10.000 seguidores, pero según la investigación, “casi la mitad de los seguidores del YCHO tienen menos de 10 seguidores a su vez, mientras que unos 1.000 seguidores eran cuentas creadas el mismo día de 2016, lo que significa que una cantidad significativa de bots o farsantes están inflando la popularidad del YCHO”.

“Todo ello” concluye IRIN, “ha alimentado las sospechas de que en vez de ser un intento genuino de ayudar al pueblo de Yemen lo que verdaderamente pretende el plan es quitar importancia al problema de Hodeidah y mejorar la maltrecha imagen de Arabia Saudí, o al menos un poco de ambas cosas”.

Se podría pensar que resultaría difícil de vender una estrategia cuyo objetivo fuera hacer pasar aún más hambre a la población más hambrienta del mundo. Pero el dinero no solo habla, también hace callar. Y 1.500 millones de dólares es mucho dinero.

El ‘Plan de Respuesta Humanitaria’ para Yemen de la propia ONU, hecho público solo dos días antes del YCHO, el 20 de enero, había señalado que “el puerto de Al Hudaydah, que representa entre el 70 y el 80% de las importaciones comerciales en Yemen, sigue siendo un salvavidas fundamental a pesar de operar a una capacidad reducida tras haber sido bombardeado en agosto de 2015” y añadía que “el amplio bloqueo impuesto a los puertos de Al Hudaydah y Salif el 6 de noviembre de 2017 amenazó significativamente este salvavidas de los yemenís” y que “solo un flujo continuo de importaciones de artículos básicos esenciales puede evitar nuevas catástrofes”.

Sin embargo, el recorte de fondos ONU, que espera una drástica disminución de presupuesto del gobierno Trump y que es de suponer que tema decir algo que también pueda poner en peligro el dinero saudí-emiratí, dio la bienvenida oficialmente al anuncio, a pesar de que este se compromete claramente a endurecer esencialmente el mismo bloqueo de los puertos de Hodeidah y Saleef que la ONU había denunciado solo unos días antes.
Afortunadamente, parece que no se ha engañado a las agencias de ayuda. Una declaración conjunta sobre el YCHO de varias ONG internacionales, incluidas Oxfam y Save the Children, afirmaba:

“Seguimos preocupados por el hecho de que el bloqueo de los puertos del mar Rojo todavía no se ha levantado totalmente y por la insuficiente cantidad de carburante que está llegando a estos puertos, lo que ha provocado el aumento de los precios de los productos básicos en todo el país. A consecuencia de ello, vemos a familias abocadas a contraer enfermedades evitables y al hambre debido a que no pueden permitirse comprar comida y agua limpia. El puerto de Hodeidah gestiona la mayoría de las importaciones del país y no se puede sustituir.

Es vital que las partes enfrentadas se comprometan a mantener el puerto de Hodeidah totalmente abierto y en funcionamiento, incluido el acceso sin restricciones tanto para los artículos humanitarios como para los comerciales”. Caroline Anning, de Save the Children, explicó que el plan “es engañoso; en la publicidad de este nuevo plan afirman que se ha levantado totalmente el bloqueo del puerto de Hodeidah, pero lo que vemos en realidad es que se sigue impidiendo que llegue el carburante a este puerto, lo que tiene unas repercusiones verdaderamente espantosas en todo el país”.

Añadió que si “quieren intentar impulsar la entrega de suministros comerciales fundamentales a través de otros puertos, como Aden, Jazan y Arabia Saudí, y cortar el puerto de Hodeidah, de nuevo podría ser verdaderamente problemático y de nuevo significa que una de las partes enfrentadas en el conflicto controla las rutas de acceso de los artículos que llegan […] Es verdaderamente importante mejorar el acceso humanitario y esto ha sido un reto generalizado, pero esto no va a resolver el conflicto humanitario en Yemen. Hemos visto cada vez más violencia, ataques aéreos por todo el país en los últimos meses, civiles asesinados cada día, infraestructuras vitales como las clínicas atacadas todo el tiempo. Mientras esto suceda, mientras se colapse la economía y no se paguen los salarios del sector público la crisis humanitaria va a continuar”.

Y vale la pena citar por extenso la respuesta mordaz del International Rescue Committee (IRC, Comité Internacional de Rescate), que se hizo pública con el título “Yemen: Saudi ‘aid’ plan is war tactic” [Yemen: El plan de “ayuda” saudí es una táctica de guerra]: “El [plan] Yemen Comprehensive Humanitarian Operations (YCHO), anunciado el 22 de enero de 2018 no es ni exhaustivo ni refleja unas prioridades humanitarias claras y compartidas […] El YCHO politiza la ayuda al tratar de consolidar el control sobre los puntos de acceso y de tránsito. En vez de apoyar un plan paralelo, que se elaboró sin una amplia participación de los actores humanitarios, la Coalición Liderada por Arabia Saudí (SLC) y quienes la apoyan, sobre todo Estados Unidos y Reino Unido, deberían trabajar para garantizar la plena implementación del ya existente plan de respuesta humanitaria de la ONU”.

“El propio nombre del plan induce a error: no es exhaustivo ni particularmente humanitario”, afirmó Amanda Catanzano, directora de política y defensa del International Rescue Committee. “La coalición liderada por Arabia Saudí ofrece financiar una respuesta para abordar el impacto de una crisis que ella contribuyó a crear. La grave crisis de Yemen requiere algo más que lo que parece ser un plan de operaciones logísticas con gestos simbólicos de ayuda humanitaria”.

El IRC pasa a enumerar a continuación una serie de problemas del plan, el primero y más importante, que no acaba con el bloqueo: “Si los saudíes quisieran verdaderamente abordar la crisis humanitaria”, señala, “el paso más valioso que podrían dar sería levantar el bloqueo permanentemente, lo que tanto ellos como la comunidad internacional debería hacer sin demora alguna”. Además, añade, el YCHO “amenaza gravemente el acceso humanitario y pone en peligro las vidas de más millones de civiles.

El plan debería trasladar el principal centro de respuesta desde el puerto de Hodeidah al de Aden y debería incrementar la capacidad de los puertos meridionales adicionales de Mokha y Mukalla como alternativas adicionales. El desarrollo de puertos yemeníes adicionales es bienvenido y loable, pero no a expensas del acceso a puertos del mar Rojo, como los de Hodeidah y Saleef. Los puertos meridionales no están equipados para ello ni están bien situados para servir a las poblaciones necesitadas: carecen de la infraestructura básica y de la capacidad de los puertos del norte a través de los cuales llega a Yemen el 80% de todas las importaciones y las importaciones humanitarias tendrían que pasar 70 controles entre Sanaa y Aden, lo que dificultaría la entrega y aumentaría los costes”.

También señala que es precisamente la coalición liderada por Arabia Saudí y sus títeres yemeníes quienes han implementado la política de suprimir los salarios de los trabajadores del sector público, lo que ha provocado el actual desastre de salud pública. “Las graves privaciones de Yemen son fruto tanto del bloqueo como de la ausencia de servicios públicos básicos. La coalición liderada por Arabia Saudí está sobrefinanciando el esfuerzo bélico a expensas de la gobernanza y de la prestación de servicios. La vaga cláusula de la “estabilización económica” del YCHO no aborda la restauración de los servicios públicos. Estos fondos se deberían utilizar para restablecer servicios gubernamentales básicos y para pagar a los trabajadores del gobierno”.

El International Rescue Committee concluye: “Una respuesta significativa a la mayor crisis humanitaria del mundo exige más acceso, no menos. En el mejor de los casos, este plan reduciría el acceso e introduciría nuevas carencias de eficiencia que ralentizarían la respuesta e impediría que se recibiera la ayuda”, afirmaba Catanzano. “En el peor de los casos, politizaría peligrosamente la ayuda humanitaria al poner un excesivo control sobre la respuesta en manos de una de las partes activas en el conflicto”.

En esencia, este plan consiste en endurecer el bloqueo al tiempo que pone exclusivamente el acceso a la ayuda en manos de los agresores, el plan se presenta como una gran campaña humanitaria y se hace público justo cuando la coalición inicia un ataque al “salvavidas vital” del país, lo que llevará “a un espectáculo absolutamente horroroso” y a “la hambruna casi segura”. En las retorcidas mentes de hombres como Mohammed bin Salman, Rex Tillerson y Boris Johnson (para quienes incluso la liquidación de todo un pueblo aparentemente es una noble causa en su lucha por contener a Irán) esto es lo que hoy en día pasa por humanitarismo.


Pueblos yoremes: ¿paraísos indígenas o violencias silenciadas?


R. Aída Hernández Castillo

Regresar por primera vez en 2017 a la tierra de los abuelos en territorio yoreme en Sinaloa, en el año más violento de las últimas dos décadas, fue una experiencia desgarradora. Como antropóloga me especialicé en el área maya y las raíces familiares yoremes habían quedado olvidadas en el anecdotario familiar, marcado por el racismo que caracteriza a la sociedad mexicana, que tiende a negar las genealogías indígenas y a resaltar las castizas.

Sin embargo, mi participación en el Grupo de Investigación en Antropología Social y Forense (www.giasf.org) me ha llevado a regresar varias veces a esas tierras y desandar los caminos que sacaron a don Anacleto y a doña Rosenda Hernández, de la Sierra de Sinaloa a principios del siglo pasado. La investigación colaborativa con Las Rastreadoras de El Fuerte, una organización de madres de los desaparecidos que con picos y palas buscan a sus hijos, haciendo el trabajo que las instituciones de justicia no han podido o querido hacer, nos ha acercado a un fenómeno poco documentado por la academia y silenciado por los organismos indigenistas estatales: la desaparición forzada de población indígena yoreme y el desplazamiento de comunidades enteras producto de la violencia.

Si bien, según datos de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI), los 28 mil indígenas que se identifican como mayo-yoremes se ubican en los municipios de El Fuerte, Choix, Guasave, Sinaloa de Leyva y Ahome, que son precisamente los municipios en donde Las Rastreadoras han encontrado el mayor número de fosas clandestinas, no existe hasta ahora un registro oficial de los efectos de la desaparición forzada y por particulares en la población indígena, ni programas especiales para víctimas de la violencia. Tan solo en el pueblo de Capomos, Centro Ceremonial Yoreme, en el municipio de El Fuerte, con 677 habitantes, siete familias han sufrido la desaparición de algunos de sus integrantes. A diferencia de las madres Rastreadoras, que han encontrado en la organización colectiva la fuerza que les permite seguir adelante en la búsqueda de sus hijos, muchas de las madres yoremes sufren en silencio el duelo suspendido.

De los 119 cuerpos recuperados por Las Rastreadoras, 109 han podido ser identificados y entregados a sus familias. Al sistematizar las historias de estos tesoros encontrados, como ellas los llaman, poco a poco vamos descubriendo a jóvenes, hombres y mujeres yoremes, cuyos cuerpos fueron entregados a sus familias ayudando a aminorar aunque sea un poco, el dolor que deja la incertidumbre y la impunidad. Las familias yoremes están agradecidas, pero participan poco, hay miedo de hablar, miedo a la denuncia, miedo a manifestarse, por los hijos que quedan, por los maridos que salen al campo, porque sus cuerpos y vidas son desechables y en Sinaloa parece haber permiso para matar.

En una entrevista realizada a la delegada de la CDI para el municipio de Ahome, ella nos dice que la violencia no es un problema para los mayo-yoremes, que nadie ha mencionado el tema en los diagnósticos realizados. Ni siquiera las 60 familias de la Sierra Norte de Sinaloa que desde 2012 fueron desplazadas por la violencia del crimen organizado y que viven en pobreza extrema en el municipio de Choix. Su principal preocupación ahora como delegada, nos dice, es no tener suficientes proyectos para ejercer los 40 millones de pesos que debe gastar antes de que termine el sexenio. Le interesa conseguir el sello de Paraíso Indígena que impulsa desde 2015 la CDI para promover el turismo en zonas indígenas. El problema nos explica, es que los yoremes son flojos y no hacen bien sus artesanías, así es difícil promoverlos. Al parecer la funcionaria indigenista y Las Rastreadoras no viven en la misma realidad.

Marielle Franco, la brasileña asesinada: una voz para el mundo


Mariela Jara - IPS
www.cpalsocial.org / 22-03-18

 
“La policía pensó que la iba a callar pero lo que hizo es multiplicar en millones la voz de Marielle Franco”, aseguró Verónica Ferreira, integrante del colectivo SOS Corpo, una articulación feminista para la democracia.

La activista hizo esta reflexión para IPS al finalizar la Asamblea Mundial de Mujeres, realizada en el marco del Foro Social Mundial que tuvo lugar en esta ciudad de Salvador de Bahia, en el nordeste de Brasil,  entre el 12 y 17 de este mes, con participación de unas 20.000 personas de distintos países del globo según sus organizadores.

“Lo que más me duele es que Marielle tiene su origen en la favela, salió y se convirtió en una lideresa muy reconocida con una fuerza impresionante y capacidad para agregar a la gente en torno a sus causas”: Verónica Ferreira.

Reunidas el viernes 16 en la plaza Terreiro de Jesús de la zona antigua de la ciudad, las mujeres participantes en la asamblea expresaron con lemas y cánticos su indignación por el asesinato de la concejala de Río de Janeiro por el Partido Socialismo y Libertad, feminista, lesbiana y activista por los derechos de las mujeres negras y la población de las favelas, los barrios pobres y hacinados.
Colectivos de mujeres afrodescendientes, de jóvenes, feministas, trabajadoras y de otras vertientes tanto brasileñas como delegaciones internacionales inundaron la plaza de una energía que transformó el dolor, la rabia e indignación en voluntad y decisión de continuar en las luchas por los derechos humanos “por ella, por todas”.

Ferreira no tiene temor de responsabilizar a las fuerzas policiales de lo que considera una ejecución motivada por la lucha de Franco contra la represión de las fuerzas del Estado en las favelas de Río, especialmente contra la población pobre y negra.

El 16 de febrero el presidente Michel Temer decretó el traspaso al Ejército  la seguridad pública de Río de Janeiro, lo que para activistas sociales acarreaba la militarización de las favelas, en una medida duramente cuestionada por la concejala asesinada, quien integraba una comisión a cargo de evaluar la decisión gubernamental que regirá hasta diciembre.

La noche del 14 de marzo Franco, de 38 años, fue acribillada a balazos en su automóvil por desconocidos. Murió también Anderson Gomes, conductor del vehículo.

 “Lo que ha hecho la policía es también darnos un recado para todas nosotras pero no nos van a callar”, advirtió la activista de SOS Corpo. “Realmente nos mataron también un poco”, afirmó.

En contrapartida, dijo esperanzada, está la repercusión y conmoción mundial por el asesinato de la luchadora social y defensora de derechos que ha multiplicado por millones la voz de Franco.

“La policía no puede callar una voz tan potente, la vida de Marielle sigue y nos da fuerzas como feministas organizadas para seguir luchando por ella, por nosotras y por todas”, subrayó.

Además de las organizaciones feministas, de mujeres y de derechos humanos que repudiaron el feminicidio político y exigieron investigación y sanción, se pronunció el Consejo Internacional del Foro Social Mundial sumándose a la indignación colectiva y señalando que “la muerte de Marielle es solo otra en la lógica de genocidio de la población negra dentro de las favelas, contra la cual ella ha luchado tanto”.

También condenó el feminicidio el Comité de Expertas del Mecanismo de Seguimiento de la Convención para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer, rubricada en 1994 en la ciudad brasileña de Belem en el marco de la Organización de Estados Americanos.

“Deja en evidencia la situación de vulnerabilidad que viven las defensoras de derechos humanos en el país y representa un retroceso en los compromisos internacionales adquiridos por el Estado de Brasil en cuanto a garantizar el derecho de todas las mujeres a vivir libres de violencia”, sostuvo.

Además, expresó su preocupación “por el riesgo que podrían estar viviendo otras mujeres dedicadas a los asuntos públicos o a la política”.  Y recordó que el artículo 7 de la Convención obliga a los Estados a actuar con la debida diligencia para investigar y sancionar tales hechos.

Según el brasileño Atlas de la Violencia del Instituto de Investigación Económica Aplicada, publicado en junio de 2017, el número de mujeres asesinadas en el 2015 fue de 4.621, lo que equivale a una tasa de 4,5 muertes por cada 100.000 mujeres.

De ese total anual, el mayor número de víctimas se encuentra entre las mujeres afrodescendientes. Según el estudio, entre el 2005 y 2015 se registró un aumento del 22 por ciento de asesinatos entre esta población, evidenciando la relación entre violencia de género y racismo.

Dos mujeres afrodescendientes, para quienes Marielle Franco era un referente, levantan carteles contra su asesinato en la plaza Terreiro de Jesús, en la ciudad brasileña de Bahia. Muchos otros con similar espíritu de reivindicación y de exigencia de justicia y no impunidad abundaron durante la manifestación de la Asamblea Mundial de Mujeres. Crédito: Mariela Jara/IPS


Marielle es nuestra Berta Cáceres

Para Nilde Sousa de la Articulación de Mujeres Brasileñas, el asesinato de Marielle Franco,  una “ejecución” a su juicio,  es un peldaño más en la extrema violencia hacia las mujeres que en el contexto regional de América Latina y el Caribe se inscribe en una situación de gobiernos que no son democráticos sino corruptos y fundamentalistas.

“Vivimos una lucha permanente contra esos gobiernos. No hay Estado de bienestar sino de grandes corporaciones que buscan explotar nuestras riquezas naturales, como el agua que es un bien común y que en Brasil se quiere privatizar”, dijo Sousa a IPS.

Pero, aseguró, las mujeres resistimos aquí, en Perú, Argentina, Uruguay, Colombia y otros países. Es una resistencia feminista muy grande para lograr otro modelo de sociedad”, afirmó.

Ferreira, por su parte, afirma que en la región se vive un proceso de recolonización por despojo de los territorios y bienes naturales con el avance del capitalismo patriarcal y racista.

“Marielle es nuestra Berta Cáceres, fue muerta por ser defensora de derechos como pasa en todo la región con la criminalización y asesinato de lideresas”, denunció.

Cáceres, lideresa indígena y ambientalista de Honduras y reconocida
internacionalmente, fundadora del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras, fue asesinada el 2 de marzo del 2016 por defender el agua de su territorio ante los intentos de construcción de una represa que afectaría sus vidas.

Ferreira relacionó este patrón de violencia con la “profunda crisis de la democracia actual en los países, con una institucionalidad devaluada por los golpes y el poder armado, el poder de los hombres armados en los territorios que es muy fuerte”.

“Yo creo que lo de Marielle indica que vivimos un estado de excepción en América Latina, un estado de ruptura democrática de nuevo tipo distinta de lo que pasó en las dictaduras militares”, afirmó.

La activista añadió que “aún no tenemos nombre para decirlo, pero es un fenómeno regional, es feo, es duro y no tiene límites, yo creo que es algo que se va a profundizar”.


Multipolaridad vs Hegemonía total


Juan Jované
www.panamaamerica.com.pa / 28/02/18

El ascenso de la República Popular de China como potencia mundial es evidente. Productivamente no solo está cerca de sobrepasar a la economía de Estados Unidos, convirtiéndose en la mayor potencia económica del mundo, si no que ya es la primera nación exportadora del mundo, convirtiéndose también en una de las tres mayores fuentes de inversión extranjera directa. La fortaleza de la capacidad china de invertir en el exterior ha llevado a Joseph Stiglitz a afirmar que la Iniciativa de la Franja y la Ruta "es tan grandiosa en escala como la Gran Muralla China", añadiendo que se trata de una especie de "plan Marshall con esteroides".

Desde el punto de vista diplomático China con el mandato de Xi Jinping se define a sí misma como moderna potencia, sostenida en su poder económico y militar, visionándose como un factor que no solo puede coadyuvar a encontrar respuestas a los problemas internacionales, sino como uno que es capaz de liderar la consecución de soluciones.

En estas circunstancias emerge un mundo multipolar, con tres centros. El polo norteamericano sigue siendo una realidad tangible. Sin embargo, como afirma Stiglitz Estados Unidos ha venido perdiendo fuerza económica, en condiciones en que su capacidad de resolver los problemas militarmente también se muestra relativamente limitada desde la presidencia de George W. Bush. Más aún, de acuerdo a Stiglitz, la presidencia de Trump estaría minando su "softpower", es decir su capacidad de liderazgo ideológico. No menos real es el polo europeo, el cual intenta recuperarse y mantener su curso de expansión como bloque multinacional. El tercer polo es, desde luego, el asiático centrado en China.

Se trata de una situación que efectivamente crea tensiones internacionales, en la medida en que la potencia hegemónica actual, los Estados Unidos, busca reaccionar para mantener y consolidar su posición, recurriendo en gran medida a su potencial militar.

No es casual que la "National Defense Strategy of The United States of America 2018", sostenga que la preocupación más grande de la seguridad norteamericano ya no es el terrorismo, si no la competencia estratégica con los llamados poderes revisionistas: China y Rusia. En este contexto tampoco es casual que el Secretario de estado estadounidense, Rex Tillerson, haya afirmado que "en ocasiones nos hemos olvidado de la Doctrina Monroe y lo que significó para el hemisferio", aseverando a continuación que esta "es tan relevante hoy como lo fue entonces". Se trata de una visión que busca excluir la influencia de las potencias emergentes sobre América Latina y el Caribe.

En estas condiciones es importante destacar que la política internacional de Panamá debe dirigirse a defender los intereses nacionales, los que objetivamente se alinean con la multipolaridad, dada la neutralidad necesaria para la operación y defensa del Canal, a la vez que ofrecen la mayor ventaja para nuestro desarrollo económico y social del país. Se trata de un importante tema estratégico que amerita una amplia discusión nacional.

Este, desgraciadamente ha sido omitido por los partidos políticos, los candidatos de libre postulación y la llamada sociedad civil. Así de pobre es el debate en Panamá.

Una manera de ver la Corrupción en el Estado Panameño