Por: Rev. Pbro. Manning Maxie Suárez +
Docente Universitario.
Email: rev.manningsuarez@outlook.com
Orcid: http://orcid.org/0000-0003-2740-5748
Resumen
Este ensayo explora la profunda influencia del emperador romano Marco Aurelio en la filosofía moral y la ética, particularmente en su concepción de la promoción de la autodeterminación moral y el cultivo de la serenidad interior. A través de un análisis de sus *Meditaciones*, se examina cómo el emperador filósofo abogó por la capacidad inherente del individuo para dirigir su conducta a través de la razón y la virtud, independientemente de las circunstancias externas. Se destaca la importancia de la autoconciencia, el dominio de las pasiones y la aceptación del orden natural del universo como pilares fundamentales para alcanzar la serenidad interior, un estado de equilibrio y paz mental esencial para una vida ética y plena. La obra de Marco Aurelio sigue siendo relevante en la actualidad, ofreciendo valiosas lecciones sobre cómo navegar las complejidades de la existencia con integridad y ecuanimidad.
Palabras clave: Marco Aurelio, filosofía moral, ética, autodeterminación moral, serenidad interior, estoicismo, *Meditaciones*.
Abstract
This essay explores the profound influence of the Roman Emperor Marcus Aurelius on moral philosophy and ethics, particularly his conception of promoting moral self-determination and cultivating inner serenity. Through an analysis of his *Meditations*, it examines how the philosopher-emperor advocated for the inherent capacity of the individual to direct their conduct through reason and virtue, regardless of external circumstances. It highlights the importance of self-awareness, the mastery of passions, and the acceptance of the natural order of the universe as fundamental pillars for achieving inner serenity, a state of balance and mental peace essential for an ethical and fulfilling life. The work of Marcus Aurelius remains relevant today, offering valuable lessons on how to navigate the complexities of existence with integrity and equanimity.
Keywords: Marcus Aurelius, moral philosophy, ethics, moral self-determination, inner serenity, Stoicism, *Meditations*.
Metodología
Este ensayo se basa en un
análisis hermenéutico de las obras de Marco Aurelio, principalmente sus
*Meditaciones*, complementado con la revisión de literatura secundaria
especializada en filosofía estoica y ética.
Se adoptará un enfoque
cualitativo para interpretar los conceptos centrales del pensamiento de Marco
Aurelio relacionados con la autodeterminación moral y la serenidad interior.
Se buscarán patrones
temáticos, argumentos clave y la coherencia interna de su filosofía para
comprender su perspectiva sobre estos temas.
La selección de referencias bibliográficas se realizará priorizando fuentes académicas indexadas en Google Académico, Scopus, Latindex y Scielo, asegurando la rigurosidad y validez de las interpretaciones presentadas.
Objetivo General
Analizar la concepción de Marco Aurelio sobre la promoción de la autodeterminación moral y la serenidad interior, destacando su relevancia para la filosofía moral y la ética.
Objetivos Específicos
1. Identificar los principios fundamentales de
la filosofía moral de Marco Aurelio que sustentan la idea de autodeterminación
moral.
2. Describir los elementos clave de la filosofía
de Marco Aurelio para el logro de la serenidad interior.
3. Relacionar los conceptos de autodeterminación
moral y serenidad interior en el marco de la ética estoica de Marco Aurelio.
4. Evaluar la pertinencia y aplicabilidad de las ideas de Marco Aurelio sobre la autodeterminación moral y la serenidad interior en el contexto contemporáneo.
Contenido
La filosofía moral de Marco
Aurelio, tal como se presenta en sus *Meditaciones*, que son una colección de
reflexiones personales escritas por el emperador filósofo como un diario íntimo
y guía para sí mismo.
La obra, dividida en doce
libros, no fue concebida para su publicación, sino como un registro de sus
pensamientos y principios estoicos sobre la vida, la moral, el deber, la razón
y la naturaleza del universo.
A través de aforismos, máximas y reflexiones, Aurelio explora temas como la importancia de vivir de acuerdo con la naturaleza y la razón, la necesidad de aceptar lo que no se puede controlar, el valor de la virtud como el único bien verdadero, la impermanencia de todas las cosas y la interconexión de la humanidad, ofreciendo una visión práctica y filosófica sobre cómo llevar una vida ética y serena en medio de las adversidades. Se centra en la capacidad del individuo para vivir una vida virtuosa a través del ejercicio de la razón y la comprensión del orden natural del universo (Aurelio, M. (s.f.).1 Esta perspectiva sitúa la responsabilidad moral directamente en el individuo, fomentando una profunda sensación de autodeterminación moral.
Para Aurelio, las influencias externas, ya sean la opinión de otros, la fortuna o el sufrimiento físico, no deben dictar la conducta de una persona. En cambio, la guía debe emanar del juicio interno y la adhesión a los principios de la razón y la virtud.
Un aspecto central de la autodeterminación moral en la filosofía de Marco Aurelio es el reconocimiento de lo que está dentro y fuera de nuestro control (Hadot, P. (2002).2 Si bien no podemos controlar los eventos externos, sí podemos controlar nuestras propias reacciones y juicios sobre ellos.
Esta distinción es crucial para la libertad moral, ya que permite al individuo elegir cómo responder a las circunstancias, en lugar de ser simplemente una víctima de ellas. Sin embargo, la distinción entre lo que está dentro y fuera de nuestro control es fundamental para alcanzar la libertad interior y la tranquilidad.
Según esta perspectiva estoica, hay cosas que dependen completamente de nosotros, como nuestros pensamientos, juicios, opiniones, deseos e intenciones.
Estas son las áreas donde reside nuestra capacidad de elección y, por lo tanto, nuestra responsabilidad moral. Podemos decidir cómo interpretar los eventos, qué valores adoptar y cómo dirigir nuestras acciones.
Por otro lado, existen numerosos factores externos que escapan a nuestro control directo, como la salud, la riqueza, la reputación, las acciones de otras personas, los eventos naturales y, en última instancia, la vida y la muerte. Preocuparse excesivamente por estas cosas que no podemos controlar solo conduce a la ansiedad, la frustración y la perturbación de la serenidad interior.
Marco Aurelio enfatizaba que la verdadera sabiduría reside en enfocar nuestra energía y atención en lo que sí podemos influir: nuestra propia mente y carácter.
Al hacerlo, nos liberamos de la tiranía de las circunstancias externas y cultivamos una fortaleza interior que nos permite afrontar los desafíos con mayor ecuanimidad. Esta comprensión no implica una resignación pasiva ante el mundo, sino una aceptación realista de sus límites y un enfoque proactivo en el desarrollo de nuestra virtud y en la forma en que respondemos a los acontecimientos. Hadot, sin duda, explora cómo esta dicotomía entre lo interno y lo externo es una piedra angular de la práctica estoica y de la búsqueda de la autodeterminación moral en la filosofía de Marco Aurelio.
La práctica de la autoconciencia y la introspección constante son, por lo tanto, herramientas esenciales para cultivar esta autonomía moral.
La serenidad interior, para Marco Aurelio, es el estado resultante de vivir en armonía con la naturaleza y con uno mismo, a través del ejercicio de la razón y la virtud (Long, A. A. (2002).3 Es importante considerar que, aunque el libro mencionado se centra en Epicteto, ambos filósofos comparten una base estoica común y abordan temas similares relacionados con la ética y la buena vida. Por lo tanto, es probable que el autor Long, al analizar la filosofía de vida de Epicteto, también ilumine conceptos centrales que resuenan en el pensamiento de Marco Aurelio, incluyendo la noción de serenidad interior.
Vivir en armonía con la naturaleza, para un estoico como Marco Aurelio, implica comprender y aceptar el orden cósmico y nuestro lugar dentro de él. Significa reconocer que el universo se rige por leyes racionales y que los eventos ocurren según una necesidad natural. Al entender esto, podemos evitar resistirnos a lo inevitable y encontrar paz en la aceptación del flujo de la vida.
La armonía con uno mismo se logra a través de la coherencia entre nuestros principios, nuestras acciones y nuestros juicios. Implica cultivar la autoconciencia para conocer nuestras propias fortalezas y debilidades, y esforzarnos por vivir de acuerdo con nuestros valores más profundos. La filosofía estoica enfatiza la importancia de la virtud como el bien supremo, por lo que la armonía interior se alcanza al vivir una vida virtuosa, guiada por la sabiduría, la justicia, la valentía y la templanza.
El ejercicio de la razón juega un papel fundamental en la consecución de la serenidad. Para Marco Aurelio, la razón es la facultad que nos permite comprender la naturaleza del universo y de nosotros mismos. Al utilizar la razón de manera correcta, podemos discernir lo que es verdaderamente bueno y malo, distinguir entre lo que está bajo nuestro control y lo que no, y tomar decisiones informadas que nos conduzcan a la virtud y a la tranquilidad.
En este sentido, la serenidad interior no es un estado pasivo, sino el resultado de un esfuerzo continuo por vivir de manera racional y virtuosa, en consonancia con la naturaleza del universo y con nuestra propia naturaleza como seres humanos racionales. Es la recompensa de alinear nuestra voluntad con la razón y de aceptar el curso de los acontecimientos con ecuanimidad, tal como probablemente Long explora en su análisis de la filosofía de vida estoica.
No se trata de una mera ausencia de emociones, sino de un equilibrio mental que permite afrontar los desafíos de la vida con ecuanimidad y fortaleza.
Esta serenidad se cultiva a través de la aceptación de lo inevitable, la comprensión de la impermanencia de todas las cosas y el reconocimiento del papel que cada individuo desempeña en el gran esquema del cosmos.
El dominio de las pasiones y los deseos desordenados es fundamental para alcanzar la serenidad interior según Marco Aurelio (Sellars, J. (2009).4 Las emociones intensas y no controladas pueden perturbar la paz mental y nublar el juicio moral. Es esencial entender la visión estoica de las emociones y su impacto en nuestro bienestar mental y moral.
Según la filosofía estoica, las pasiones, entendidas como emociones intensas y a menudo irracionales como la ira, el miedo, la ansiedad, la codicia o la lujuria, son vistas como juicios erróneos sobre lo que es bueno o malo.
Estos juicios equivocados nos llevan a desear vehementemente cosas que son externas e inciertas, o a temer cosas que no necesariamente representan un mal real. Esta dependencia de factores externos es precisamente lo que perturba nuestra paz interior, ya que estamos constantemente a merced de lo que el destino o las acciones de otros puedan traer.
Marco Aurelio, como estoico, sostenía que la verdadera fuente de bien y mal reside en nuestro propio carácter y en nuestras acciones virtuosas. Enfocarse en deseos y pasiones incontroladas nos distrae de este objetivo fundamental y nos ata a una búsqueda perpetua de satisfacción que nunca se alcanza plenamente, ya que el mundo externo es inherentemente cambiante e impredecible.
El dominio de las pasiones no implica una represión completa de las emociones, sino más bien un entendimiento y una gestión racional de las mismas. Se trata de examinar nuestros juicios y creencias subyacentes que dan origen a estas emociones, y de corregir aquellos que son irracionales o que nos llevan a un sufrimiento innecesario.
A través de la razón y la práctica de la autodisciplina, podemos aprender a moderar nuestros deseos, a no aferrarnos a las cosas que son efímeras y a encontrar satisfacción en la virtud y en la aceptación del presente.
En consecuencia, al liberar
nuestra mente del tumulto de las pasiones desordenadas, podemos alcanzar un
estado de ataraxia, o serenidad interior. Esta tranquilidad no es una ausencia
de sentimiento, sino una firmeza mental que nos permite enfrentar las vicisitudes
de la vida con equilibrio y fortaleza, manteniendo la paz interior incluso en
medio de la adversidad.
Es en este dominio de uno mismo donde reside la verdadera libertad y la clave para una vida plena y virtuosa, según la perspectiva estoica que Marco Aurelio abrazó y que Sellars seguramente explora en su obra.
Por lo tanto, la práctica de la moderación y el autocontrol es esencial para mantener la tranquilidad del espíritu. Al reconocer la naturaleza transitoria de las emociones y al enfocarse en la razón como guía, el individuo puede evitar ser arrastrado por impulsos irracionales.
La comprensión de la interconexión de todos los seres humanos y el deber de actuar con justicia y benevolencia hacia los demás también son elementos cruciales en la ética de Marco Aurelio (Brennan, T. (2005).5 Reconocer nuestra pertenencia a una comunidad más amplia fomenta un sentido de responsabilidad moral que va más allá del individuo. Actuar en concordancia con la razón y la virtud implica considerar el bienestar de los demás y contribuir al bien común. Fundamental comprender la visión estoica del mundo como un todo ordenado y racional.
En la filosofía estoica, el universo es concebido como un organismo vivo, regido por la ley natural y la razón universal (el Logos). Dentro de este marco, todos los seres humanos son considerados parte de esta misma naturaleza racional y, por lo tanto, están intrínsecamente conectados entre sí.
Esta conexión no es meramente biológica o social, sino que se fundamenta en nuestra capacidad compartida para la razón y nuestra pertenencia a la misma comunidad cósmica.
Marco Aurelio enfatiza repetidamente esta interconexión en sus Meditaciones. Nos recuerda que somos "miembros del mismo cuerpo", que hemos nacido para la cooperación, al igual que los ojos, los pies y las manos.
Esta analogía subraya la idea de que cada individuo tiene un papel que desempeñar en la sociedad y que el bienestar de uno está ligado al bienestar de los demás. Por lo tanto, actuar de manera egoísta o perjudicial hacia otros va en contra de nuestra propia naturaleza y del orden natural del universo.
De esta comprensión de la interconexión surge el deber ético de la justicia y la benevolencia. La justicia, para los estoicos, implica dar a cada uno lo que le corresponde y respetar sus derechos.
Esto se extiende no solo a cumplir las leyes, sino también a actuar con equidad y honestidad en todas nuestras interacciones. La benevolencia, por su parte, va más allá de la mera justicia y nos impulsa a mostrar compasión, amabilidad y buena voluntad hacia los demás. Reconocer nuestra conexión inherente con los demás motiva a actuar en su beneficio, aliviar su sufrimiento y contribuir a su bienestar.
Brennan, en su análisis, probablemente destaca cómo esta dimensión social y comunitaria es esencial en la ética estoica de Marco Aurelio. No se trata solo de una ética individualista centrada en la auto mejora, sino que también implica una responsabilidad hacia la comunidad humana en su conjunto.
La práctica de la justicia y la benevolencia no solo beneficia a los demás, sino que también contribuye a nuestra propia serenidad interior, ya que vivir en armonía con nuestros semejantes es fundamental para una vida plena según los principios estoicos.
Al actuar con justicia y benevolencia, estamos viviendo de acuerdo con nuestra naturaleza racional y social, fortaleciendo así nuestra propia virtud y nuestra conexión con el universo.
La práctica de la gratitud y la apreciación por lo que se tiene, en lugar de enfocarse en lo que falta, es otra estrategia que Marco Aurelio propone para cultivar la serenidad interior (Irvine, W. B. (2009).6 Reconocer las bendiciones presentes, incluso en medio de las dificultades, ayuda a mantener una perspectiva positiva y a fortalecer la resiliencia emocional. Esta actitud de agradecimiento contribuye a un estado mental más pacífico y satisfecho.
Es necesario entender cómo el enfoque en lo positivo y presente contrarresta las tendencias de la mente a enfocarse en la carencia y la insatisfacción.
Según la filosofía estoica, gran parte de nuestro sufrimiento proviene de nuestros juicios y evaluaciones de las cosas externas. Cuando nos centramos en lo que no tenemos, en lo que hemos perdido o en lo que tememos perder, generamos sentimientos de envidia, frustración y ansiedad que perturban nuestra paz interior. Marco Aurelio, siguiendo esta línea de pensamiento, proponía activamente dirigir nuestra atención hacia lo que sí poseemos y reconocer el valor de ello.
La práctica de la gratitud implica un reconocimiento consciente y sincero de las cosas buenas que ya forman parte de nuestra vida. Esto puede incluir desde las necesidades básicas como la salud, el alimento y el techo, hasta las relaciones personales, las habilidades y las oportunidades.
Al detenernos a reflexionar sobre estos aspectos positivos, incluso aquellos que a menudo damos por sentado, podemos cultivar un sentimiento de contentamiento y satisfacción con el presente.
La apreciación, por otro
lado, va un paso más allá de la simple gratitud. Implica valorar profundamente
la naturaleza y la calidad de lo que tenemos. Significa reconocer la belleza,
la utilidad o el significado de las cosas y las experiencias que enriquecen
nuestra vida.
Marco Aurelio nos animaba a examinar de cerca las cosas que nos rodean y a encontrar valor incluso en lo ordinario. Por ejemplo, podía reflexionar sobre la habilidad de hablar, la capacidad de razonar o la simple existencia como dones preciosos.
Irvine, en su obra, probablemente explora cómo esta práctica intencional de la gratitud y la apreciación actúa como un antídoto contra la insatisfacción crónica y la búsqueda incesante de más. Al enfocarnos en lo que tenemos, disminuimos la influencia de los deseos insaciables y reducimos la probabilidad de sentirnos desdichados por la ausencia de algo.
Este cambio de perspectiva nos permite encontrar alegría y serenidad en el momento presente, en lugar de posponer la felicidad para un futuro incierto o idealizado. Al valorar lo que ya poseemos, nos fortalecemos emocionalmente y cultivamos una actitud de contentamiento que es esencial para la serenidad interior que Marco Aurelio buscaba y promovía.
Finalmente, la reflexión sobre la naturaleza efímera de la vida y la inevitabilidad de la muerte puede paradójicamente fomentar tanto la autodeterminación moral como la serenidad interior (Robertson, D. (2019).7 Es crucial comprender la perspectiva estoica sobre la mortalidad y su impacto en la forma en que vivimos y valoramos nuestra existencia.
A primera vista, pensar en la muerte podría parecer sombrío y desalentador. Sin embargo, para los estoicos, y particularmente para Marco Aurelio, la conciencia de la finitud de la vida es una herramienta poderosa para enfocar nuestros esfuerzos y priorizar lo que realmente importa.
Al reconocer que nuestro tiempo en la Tierra es limitado, nos sentimos impulsados a vivir el presente de manera más plena y significativa, en lugar de postergar nuestros propósitos o preocuparnos por trivialidades.
En relación con la autodeterminación moral, la reflexión sobre la muerte nos recuerda la urgencia de vivir de acuerdo con nuestros principios y valores. Sabiendo que la vida es fugaz, nos sentimos menos inclinados a sucumbir a las presiones externas, a la búsqueda de la aprobación de los demás o a la acumulación de bienes materiales que no nos aportarán un valor duradero.
La conciencia de la muerte nos libera de las cadenas de la vanidad y nos impulsa a actuar con autenticidad e integridad, tomando decisiones basadas en nuestra propia razón y conciencia moral.
En cuanto a la serenidad interior, contemplar la inevitabilidad de la muerte puede ayudarnos a relativizar los problemas y sufrimientos de la vida cotidiana. Al comparar nuestros desafíos con la certeza de la muerte, muchos de nuestros miedos y ansiedades pueden parecer menos significativos.
Esta perspectiva nos permite practicar la aceptación de lo que no podemos controlar y a enfocarnos en lo que sí está a nuestro alcance: nuestra actitud y nuestras acciones en el presente. La conciencia de la muerte también nos invita a apreciar el valor de cada momento y a cultivar la gratitud por las experiencias y las relaciones que enriquecen nuestra vida.
Robertson, en su análisis, probablemente explora cómo Marco Aurelio utilizaba la reflexión sobre la muerte como una práctica estoica regular para mantenerse enfocado en la virtud, para evitar la procrastinación y para cultivar una sensación de desapego de las cosas transitorias.
Al aceptar la naturaleza efímera de la vida, paradójicamente, encontramos una mayor libertad para vivir plenamente y con serenidad, centrando nuestra energía en lo que verdaderamente contribuye a una vida significativa y moralmente recta. La conciencia de la muerte no es un llamado a la desesperación, sino una invitación a vivir con mayor propósito y a encontrar la paz interior a través de la aceptación y la sabiduría.
Al confrontar la mortalidad, se anima al individuo a vivir el presente con propósito y a centrarse en lo que realmente importa: la virtud y el cumplimiento de su deber. Esta conciencia de la finitud puede liberar de preocupaciones triviales y fortalecer la determinación de vivir una vida auténtica y moralmente significativa.
Conclusiones
La filosofía de Marco Aurelio ofrece valiosas perspectivas para la promoción de la autodeterminación moral y el cultivo de la serenidad interior. Su énfasis en la razón, la autoconciencia, el dominio de las pasiones y la aceptación del orden natural proporciona un marco ético sólido para la vida diaria.
Para las personas, las enseñanzas de Marco Aurelio se traducen en la importancia de tomar responsabilidad por sus propias acciones y juicios, independientemente de las presiones externas.
Fomenta la práctica de la introspección para comprender nuestras propias motivaciones y la necesidad de cultivar la fortaleza interior para afrontar los desafíos con ecuanimidad.
La búsqueda de la serenidad no implica una vida sin emociones, sino la capacidad de gestionarlas de manera racional, encontrando paz en la aceptación y en la comprensión de nuestro lugar en el universo.
Aplicar los principios de Marco Aurelio en la vida cotidiana puede conducir a una mayor autonomía moral, una mayor resiliencia ante la adversidad y, en última instancia, a una vida más significativa y plena.