"Quórum Teológico" es un blog abierto al desarrollo del pensamiento humano y desea ser un medio que contribuya al diálogo y la discusión de los temas expuestos por los diferentes contribuyentes a la misma. "Quórum Teológico", no se hace responsable del contenido de los artículos expuesto y solo es responsabilidad de sus autores.

Ya puedes traducir esta página a cualquier idioma

Déjanos tu mensaje en este Chat

Relaxing JAZZ For WORK and STUDY - Background Instrumental Concentration Music for Work and Study


Our work Jazz can be used for work, wake up, studying, relaxing, calm, romantic breakfast, cooking, baking, at work and relaxation.This relaxing music best suited for study, work, cooking, like dinner music, background music, romantic music, relaxation music or music for stress relief. Let the beautiful, soothing and inspirational music help you relax! Relax Channel proposes music in such directions: French Music,Retro Music, Italian Music,Jazz Music,Bossa Nova Music, Morning Music, Piano and Guitar Music, Music for Cooking, Christmas Music, Background Music, Holiday music, Meditation Music | Yoga Music, Sleep Music.

No manipulemos la Biblia para torturar a “homosexuales”


Pablo Richard
www.amerindiaenlared.org / 17-03-18

Homosexualidad en los escritos del Nuevo Testamento

En el Nuevo Testamento hay solo dos textos donde aparece la palabra original griega “arsenokoites” (1 Cor 6:9 y 1 Tim 1:8-11). El sentido de este término es una relación abusiva de un hombre con otro hombre… Está en consonancia con las otras designaciones en el mismo texto que son todas negativas: idólatras, adúlteros, ladrones, difamadores y otras. No se refiere a una relación “homosexual”. Mejor traducción sería “abusadores”. También aparece otra palabra (en griego “malakoi”) que normalmente se traduce como “afeminados”, que no designa a un “homosexual”, sino a una manera de vestirse.

Estos son los textos:  

Primera carta de Pablo a los Corintios 6:9-11: “¿No saben que los injustos no heredarán el reino de Dios? No se dejen engañar: ni inmorales, ni idólatras, ni adúlteros, ni afeminados, ni abusadores, ni ladrones, ni avaros, ni borrachos, ni difamadores, ni estafadores,  heredarán el Reino de Dios”. 

Primera carta de Pablo a Timoteo 1:8-11: “Nosotros sabemos que la ley es buena, si uno la usa legítimamente, reconociendo que la ley no ha sido instituida para el justo, sino para los transgresores y rebeldes, para impíos y pecadores, irreverentes y profanos, parricidas y matricidas, para los homicidas, adúlteros, abusadores, traficantes de esclavos, mentirosos, los que juran en falso, y para cualquier otra cosa que es contraria a la sana doctrina”.

En la carta a los Romanos 1:18-32, no aparece literalmente la palabra “homosexual”. La carta utiliza otra terminología. Se refiere en general a perversiones sociales y sexuales:

“En efecto, la cólera de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que aprisionan la verdad con la injusticia (1:18). Por eso Dios los entregó a las apetencias de su corazón hasta una impureza tal que deshonraron entre sí sus cuerpos (1:24); a ellos que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, y adoraron y sirvieron a la criatura en vez del creador, que es bendito por los siglos. Amén (1:25). Por eso los entregó Dios a pasiones infames; pues sus mujeres invirtieron las relaciones naturales por otras contra la naturaleza (1:26), igualmente los hombres, abandonando el uso natural de la mujer, se abrasaron en deseos los unos por los otros, cometiendo la infamia de hombre con hombre, recibiendo en sí mismos el pago merecido de su extravío (1:27). Y como no tuvieron a bien guardar el verdadero conocimiento de Dios, los entregó Dios a su mente insensata, para que hicieran lo que no conviene (1:28): llenos de toda injusticia, perversidad, codicia, maldad, henchidos de envidia, de homicidio, de contienda, de engaño, de malignidad, chismosos (1:29), detractores, enemigos de Dios, ultrajadores, altaneros, fanfarrones, ingeniosos para el mal, rebeldes a sus padres (1:30), insensatos, desleales, desamorados, despiadados (1:31), los cuales, aunque conocedores del veredicto de Dios que declara dignos de muerte a los que tales cosas practican, no solamente las practican, sino que aprueban a los que las cometen” (1:32).

El texto no se refiere a la “homosexualiad”, sino a perversiones sexuales y sociales de todo tipo. Todas esas perversiones sociales y sexuales eran costumbres frecuentes en los palacios del Imperio Romano. El texto no está dirigido a las comunidades cristianas, que en mayoría eran esclavos. 

La clave profunda para interpretar el texto, es la idolatría que se resume en tres expresiones claves:

- “Aprisionan la verdad con la injusticia” (1:18).
- “Cambiaron la verdad de Dios por la mentira, y adoraron y sirvieron a la criatura en vez del Creador“ (1:25).
- “Y como no tuvieron a bien guardar el verdadero conocimiento de Dios, los entregó Dios a su mente insensata, para que hicieran lo que no conviene” (1:28).

Todos se fabricaban dioses, para justificar su perversión. Reducir este texto a la “homosexualidad” es desconocer su sentido real, ignorando todas las perversiones sociales y sexuales de un mundo opresor e idólatra, que dice conocer a Dios, pero que “aprisionan la verdad con la injusticia”. 

En síntesis: los textos de la carta a los Romanos que hemos citado se refiere a las perversiones sociales y sexuales en general, cuyo origen era la idolatría. La traducción del término griego “arsenokotai” como “homosexual” es errada. Históricamente la palabra “homosexualidad” nace en el siglo XIX. En el desarrollo de la sexología se fueron acuñando los términos “heterosexual”, “homosexual” y “bisexual. Toda esta conceptualización de la sexualidad es “moderna”. No podemos interpretar conceptos bíblicos con esta terminología. 

Homosexualidad en el Antiguo Testamento

1: Sodoma y Gomorra es el mito más conocido y utilizado por la violencia homofóbica

En la tradición profética se menciona muchas veces la situación de Sodoma y Gomorra, pero casi todas no tienen una referencia a un pecado de tipo sexual, mucho menos a la relación entre dos varones. Cuando hay menciones a perversiones sexuales se refieren casi siempre a la “prostitución” y al “adulterio”, dentro del ámbito de relaciones heterosexuales (relación varón-mujer) al margen del matrimonio.

La tradición referente a Sodoma y Gomorra en la tradición profética del AT tiene varias connotaciones: el castigo de estas dos ciudades como ejemplo o símbolo de una destrucción y desolación espantosa. El pecado de estas ciudades fue el orgullo y la arrogancia, la apostasía y la idolatría, la corrupción y la opresión. Como ejemplo se puede leer Isaías 1:10-16 / Ezequiel 16:56-57.

Un texto paradigmático es el texto de Ezequiel 1:49-50: “Este fue el crimen de tu hermana Sodoma: orgullo, voracidad, indolencia de la vida holgada de ella y sus hijas. No socorrieron al pobre y al indigente. Se orgullecieron y cometieron abominaciones ante mi. Por eso, las hice desaparecer”.

En el NT el nombre de Sodoma aparece 9 veces. Se relaciona con una situación social, política y teológica, caracterizada por graves problemas de politeísmo y de injusticia. Las víctimas de Sodoma son los oprimidos. El pecado de Sodoma es su falta de hospitalidad y acogida. No hay una connotación sexual, menos aún una connotación homosexual.

2. Textos en el libro bíblico llamado Levítico: 18:22 y 20:13

Ahora veremos un texto muy difícil de interpretar, por la manipulación homofóbica que se ha hecho del texto ya antes de estudiarlo exegéticamente. Esta orientación ya dada hace difícil una interpretación nueva con un sentido diferente.

Traducción literal de los textos:

Lev 18:22: “No te acostarás con varón como con mujer: es una abominación”.

Lev 20:13: Si alguien se acuesta con varón como los que se acuestan con mujer, los dos han cometido abominación; ciertamente han de morir”. 

Este segundo texto es casi igual al anterior, solo agrega que es una abominación con pena de muerte. 

Los dos textos están en el libro de Levítico, pero están aislados, y no aparecen en ningún otro lugar de la Biblia y en ninguna otra literatura. Estos dos textos son insignificantes dentro de la sobreabundancia de otras prescripciones del libro Levítico. El primer texto que citamos (18:22) es una de las 20 normas acerca de la unión conyugal contenidas en todo el capítulo 18. El segundo texto (20:13), es una de las 14 faltas contra la familia, contenidas en el capítulo 20. 

En la actualidad se ha hecho una “Lectura crítico-antropológica del Levítico bíblico” (véase artículo de Nacy Cardoso en el libro Teorías y teologías: estar en otro lugar. San José, C.R. editorial DEI, 2013).  “El Levítico es un libro marcado por la tradición sacerdotal judía que encierra la propuesta de organizar toda la vida y sus redes a partir del altar, el sacrificio y el sacerdocio” (p. 181). “El Levítico, sin crítica y sin mediaciones, pasa a formar parte del circo de horrores de la teología retributiva y patriarcal sin cuerpo, contra el cuerpo y a pesar del cuerpo” (p. 182). “Los usos y prejuicios de la lectura del Levítico han venido a reforzar el poder de la Iglesia patriarcal, elitista y homofóbica del cristianismo occidental, que reivindica para si el papel guardián de una pretendida heterosexualidad normativa y universal” (p. 179)”. Este es el campo semántico para interpretar los dos versículos citados.  

El Levítico se dirige a varones judíos, con la intención concreta de reconstruir la frontera entre lo masculino y lo femenino. Sigue la tradición sacerdotal de poner todo en su lugar. 

La palabra “homo” no significa “hombre”, sino “igual” o “semejante”. Cuando usamos el término “homo-sexualidad” nos referimos a la identidad de la relación sexual, sin especificar la diversidad de género. Cuando usamos el término “homo-erotismo”, nos estamos refiriendo a la identidad de la relación erótica, sin especificar la diversidad posible de todas las manifestaciones eróticas. El “erotismo” se refiere a una relación amorosa, que puede tener muchas maneras de manifestarse: atracción, cariño, amor, que puede o no incluir una relación sexual. 

Bibliografía consultada

- Renato Lings K: “Biblia y Homosexualidad. ¿Se equivocaron los traductores?”, San José, Costa Rica (Editorial SEBILA), 2011, 394 pp.
- Renato Lings K. “¿La Biblia conoce la homosexualidad? Revista Pasos (DEI) 151, abril-junio 2011, San José, Costa Rica, pp. 40-48.
- Nancy Cardoso Pereira: “Corpora fluida: contaminación y peligro en el imaginario religioso. Lectura crítico antropológica del Levítico bíblico”, En: “Teorías queer y teologías: estar…en otro lugar”. Genilma Boeler y otros editores. San José, Costa Rica (DEI), 2013, p 175-190.

La fiebre del litio amenaza a las culturas indígenas de los desiertos de sal andinos


www.rebelion.org / 16-03-18

No hace falta ser experto en energía para darse cuenta de que es imperativo buscar alternativas a los combustibles fósiles, entre otras cosas, porque estamos llegando al principio del fin de la producción de petróleo, pero sobre todo porque los efectos destructivos que provocan –agotamiento permanente de fuentes de agua, deforestación, inundaciones, vertidos tóxicos, incendios, huracanes, subida de los niveles del mar, etc.– son cada vez más palpables para la mayoría de la población mundial.

Una de las soluciones tecnológicas para paliar los deletéreos efectos de la economía del petróleo es la producción de automóviles eléctricos. El estado de California, por ejemplo, planea reducir la emisión de gases en un 40% hasta llegar a niveles inferiores a los de 1990. Para ello, proyecta crear una serie de incentivos financieros y de regulaciones que permitan que en el 2030 haya 4.2 millones de autos eléctricos en su parque automovilístico. En Europa algunos estados como Holanda tienen objetivos incluso más ambiciosos y aspiran a tener un parque automovilístico 100% eléctrico para el 2030.

Con semejantes incentivos estatales, los principales productores de autos mundiales –Ford, Toyota, Nissan, General Motors, BMW, etc.– hace tiempo ya que llevan experimentando con vehículos híbridos y modelos eléctricos, pero ninguna de ellas iguala en ambición ni en grandilocuencia tecno-utópica a la californiana TESLA y a su capitán de industria Elon Musk. Como Steve Jobs en su día, Musk, portada incluso de revistas de entretenimiento como Rolling Stone, es idealizado o vilipendiado como el auténtico gurú de una secta que podría salvarnos del apocalipsis ecológico sin renunciar a la comodidad de nuestros vehículos utilitarios. De las paredes de la gigafactory de Tesla en Nevada cuelga un cartel enorme que reza: “Para acelerar la transición mundial a la energía sustentable”.

TESLA produce automóviles eléctricos de lujo con la promesa de alcanzar niveles de producción masivos y precios al alcance de las clases medias. Pero, como el iphone en su día, los automóviles TESLA son mucho más que un automóvil: son el futuro, “un sueño hecho realidad”, como le escuché decir a una de sus usuarias californianas. Los modelos TESLA poseen, entre otras cosas, reconocimiento facial, capacidad de estacionarse automáticamente y, eventualmente, autonomía para operar sin control humano.

Además de sus vehículos eléctricos, Musk ha producido en Australia la batería de litio más grande del mundo con 100 megavatios de potencia para abastecimiento eléctrico doméstico, planea fabricar camiones eléctricos para el transporte de mercancías pesadas e incluso lanzar automóviles que alcancen la luna.

Con estos mimbres resulta casi imposible restarse al optimismo tecnológico que promueve Musk, o, si no se comparte su visión futurista, al menos no reconocer la necesidad de iniciar lo antes posible una transición hacia el uso de energías alternativas al petróleo, a ser posible renovables y más limpias. Sin embargo, antes de aceptar las nuevas soluciones tecnológicas que se nos ofrecen, deberíamos, por una cuestión de ética esencial, preguntarnos de dónde vienen los materiales que hacen posible el uso de estas nuevas energías en la producción de vehículos limpios.

En este caso la pregunta puede ser bastante simple y, a la vez, bastante esquiva. La funcionalidad de los vehículos eléctricos depende de la capacidad de fabricar baterías relativamente livianas. Hoy, esto se consigue fabricando baterías de litio, las mismas que también hacen posible que la batería de nuestros celulares y computadores funcione sin estar conectada a una fuente de red. La pregunta entonces es: ¿De dónde viene el litio y qué efectos tiene su minería en las comunidades donde opera?

El litio está bastante concentrado en ciertas áreas geográficas. Hay litio en roca en Australia, en Carolina del Norte (Estados Unidos) y en algunos lugares de China, pero la forma más barata de extraer litio es mediante evaporación en salares (lagos de sal formados tras un prolongado periodo de erupción volcánica). Hay salares en Tíbet y en Nevada (Estados Unidos), pero la mayoría de las reservas mundiales de litio –entre el 80% y el 85% dependiendo de los expertos—están en una zona transandina que se extiende a través de las fronteras de Argentina, Bolivia y Chile e incluye los salares de Atacama (Chile), Hombre Muerto, Olaroz y Salinas Grandes (Argentina) y Uyuni y Coipasa (Bolivia) entre otros muchos de menor tamaño. Se trata de cuencas endorréicas (cerradas al flujo de los ríos y otros cauces de agua) que oscilan entre los 2,400 y los 4,000 metros de altitud y que presentan índices de precipitación muy bajos y de radiación muy altos. O dicho más prosaicamente: hace mucho calor en el día, mucho frío en la noche y hay muy poca agua para la vida en general.

La revista Forbes, que rebautizó la zona con el nombre de "Arabia Saudí del Litio", describe en estos términos el Salar del Atacama:

"Nada crece en el corazón del Salar de Atacama, esta antigua cuenca lacustre, 700 millas al norte de Santiago, debe ser el lugar más seco del planeta, una tierra baldía, cubierta de una costra de rocas de sal que se parece a una plasta de vaca […]. Si no fuera por la preciosa salmuera que burbujea 130 pies por debajo de la superficie, los humanos se mantendrían alejados del Salar de Atacama".

Se trata de un gesto típicamente colonial: ver el territorio vacío para evitar hacerse cargo de los potenciales impactos ambientales y humanos que pueda causar la actividad emprendida por un agente foráneo como la minería del litio.

Sin embargo, si el periodista de Forbes hubiera sido un poco menos bárbaro, se hubiera informado de que en los oasis que bordean el Salar de Atacama viven comunidades indígenas, según el registro arqueológico, al menos desde el 8,000 AD. De hecho, el pueblo atacameño o Lickan Antay –gente de la tierra en kunza, su lengua– fue capaz de levantar toda una civilización en mitad del desierto más árido del mundo, domesticar la llama y otros camélidos para utilizarlos en sus largas caravanas transandinas, emplear el fruto del chañar y del algarrobo (dos de los pocos árboles que crecen en estos parajes) para aportar proteína a su dieta y fabricar “aloha”, un licor utilizado en ceremonias y ritos. En los Oasis del Salar de Atacama se cosecha hoy alfalfa, maíz, papas y habas; en sus huertos sigue habiendo árboles frutales que reciben agua a través de un escrupuloso sistema de uso comunal del agua que convive con el turismo ecológico y otros emprendimientos comunitarios. Y por si todo eso fuera poco además han sobrevivido a las distintas olas de colonialismo desde la llegada de los españoles hasta el presente.

Por eso, las malas noticias para los inversionistas de Forbes y para el optimismo tecnológico del norte es que, lejos de ser una tierra baldía, el Salar de Atacama, como el resto de territorios del llamado triángulo suramericano del litio, sigue habitado por las comunidades ancestrales Aymara, Quechua, Kolla y Lickan Antay que son, según derecho consuetudinario, los legítimos dueños del territorio, los que lo siguen haciendo florecer respetando sus ciclos de regeneración mediante todo un sistema ritual de pagos a la tierra y respeto a la naturaleza.

A diferencia de los occidentales, estos pueblos indígenas, que se consideran los herederos directos de los Incas, no ven la naturaleza como un objeto exterior a ellos del que pueden disponer a capricho o destruir, sino como un ser vivo. Verónica Chávez, de la comunidad de Santuario de Tres Pozos en Salinas Grandes (Argentina), cuenta que el Salar es un ser vivo con sus venas de agua y sus ciclos de regeneración que atraviesan la estación de las lluvias hasta secarse y hacer brotar la sal que se cosecha después, en la estación seca, como una planta más. Por eso cuando llegaron las mineras del litio a explotar el Salar, el efecto en ella fue demoledor: “Por lo que yo vi, era que gente venía sin conocimiento, no les importaba nada el destrozo de nuestra Mamita Pacha, le tiraban ácido, le rompían la venita de agua, ¡hacían todo un desastre! Y para mí es un dolor eso, porque ella es una mamita para mí, a una madre no se le hace eso”.

Conviene, no obstante, no idealizar ni romantizar a los pueblos indígenas de los salares. En la cuenca de Salinas Grandes, Argentina, han logrado parar, de momento, la explotación del litio, pero unos kilómetros más al este, en Olaroz y Laguna Guayatayoc, las comunidades Lickan Antay han firmado un acuerdo con la minera Orocobre (proveedor principal de litio para Toyota). Lo mismo sucede en el Salar de Atacama donde la norteamericana Rockwood Lithium, subsidiaria del gigante minero Abermale, tiene convenio con la mayoría de comunidades indígenas.

A veces estos convenios se firman por intereses, porque las comunidades tienen necesidades de infraestructura o fuentes adicionales de ingresos y, otras veces, se hace a regañadientes, porque si van a sacar el mineral de la tierra es mejor que quede algo en las comunidades. Pero en todos los casos, los pueblos indígenas quieren lo mismo: que se aplique el convenio 169 de la OIT, que haya consulta previa, libre e informada; en el caso de la cuenca de Salinas grandes, sus 33 comunidades incluso tienen un protocolo llamado Kachi Yupi, huellas de sal en quechua, que estipula cómo llevar a cabo esta consulta.

La realidad, sin embargo, no parece dispuesta a respetar la voluntad de estos pueblos indígenas. La presión que ya existía sobre el litio se está incrementando exponencialmente porque si para una batería de teléfono móvil hacían falta 3 gramos de litio, para un auto eléctrico hacen falta casi 20 kilos, más de 50 si se trata de uno de los rutilantes modelos de TESLA.

Con el cambio de ciclo político en Argentina y Chile parece que se han abierto las puertas definitivamente para la explotación sin límites del llamado oro blanco de los salares. Mauricio Macri en Argentina está otorgando licencias de explotación sin consultas y sin muchas cortapisas, hay en la actualidad hasta 63 proyectos aprobados en las provincias de Salta, Jujuy, Catamarca y La Rioja.

Del mismo modo, en Chile, con la llegada de Sebastián Piñera al poder, la minera SQM –una de las más corruptas de la región, privatizada durante la dictadura de Pinochet y vendida a su yerno Julio Ponce Lerou, envuelto hoy en escándalos de financiación política ilegal– acaba de llegar a un acuerdo con el Estado chileno para retomar y aumentar la explotación de litio en el Salar de Atacama. Paralelamente, Elon Musk visita clandestinamente el país para explorar la posibilidad de abrir una megafábrica de baterías de litio en Chile con gran regocijo de las clases dirigentes.

Estos movimientos entre bambalinas, sin duda, hacen que las comunidades indígenas se sientan amenazadas. Saben que la minería del litio extrae grandes cantidades de salmuera y agua que luego se secan al sol en mega piscinas, son conscientes de que viven en cuencas cerradas cuyas fuentes de agua están interconectadas y pueden llegar a secarse definitivamente haciendo la vida en el salar inviable. Como explica Sandra Flores, de la comunidad de Coyo en Atacama, esta posibilidad se vive como un potencial genocidio cultural. En sus propias palabras:

“[Explotar el litio] es terminar con una parte de la humanidad y lo que es la cultura. Eso creo que sería como…trágico, o sea… como decir tú puedes matar a la otra persona y lo matas y listo. Para mí eso es trágico, para mí sería eso, traer algo grande para que mate a los pequeños, eso sería como lo trágico, lo terrible. Es… extinguir una cultura, matarla. Qué ha costado harto vivir en este desierto, es difícil, no es fácil, y… lo hemos podido conservar muchos años… Pero no tenemos las armas para poderlo seguir cuidando, no tenemos. Si el gobierno prefiere el litio, no tenemos nada más que hacer, porque no podemos luchar con algo tan grande. […] Pero si la luchamos, si la gente se preocupa de poder conservar el agua...”.

Es evidente que necesitamos alternativas al petróleo, pero también pensar en los desafíos que presentan esas nuevas tecnologías y hacernos preguntas incómodas: ¿podemos simplemente sustituir los autos que funcionan con hidrocarburos por autos eléctricos? ¿Qué papel debe cumplir el transporte colectivo y público en la lucha contra el calentamiento global? ¿Existen alternativas al litio como por ejemplo la batería de sodio? ¿Impiden la minería transnacional y los inversores financieros la búsqueda de alternativas al litio? ¿Estamos dispuestos a facilitar con nuestros patrones de consumo la destrucción de ecosistemas de gran complejidad y diversidad como los de los salares? ¿Queremos asumir éticamente la destrucción de culturas milenarias y modos de vida y gestión de lo social alternativos al modo de vida occidental?

Luis Martín-Cabrera es profesor de Estudios Culturales y Estudios Latinoamericanos en la Universidad de California San Diego. Su proyecto sobre el litio ha sido financiado con una beca de la Fundación Wihting.

El Gobierno derechista de Hungría intenta destruir el archivo de Georg Lukács y su legado


www.rebelion.org / 03/03/18

Acababa de ponerse el sol el viernes por la noche cuando sonó el teléfono. Miklós Mesterházi del Lukács Archívum en Budapest se enteró de que la Academia Húngara de Ciencias (MTA) confiscaría toda la colección de manuscritos y correspondencia que se encontraban allí.

El siguiente lunes por la mañana, llegaron los empleados de MTA y comenzaron a examinar la colección. Revisaron el inventario y se prepararon para trasladar el material al Departamento de Manuscritos y Libros Raros del Centro bibliotecario e Informativo de la MTA.

Según la MTA, su decisión se basa en el espíritu de "integridad académica": la ubicación de los manuscritos les permitiría digitalizar la colección, lo que permitiría acceder al material a más académicos.
Pero debemos situar la decisión de la MTA dentro de la coyuntura histórica y política de Hungría.

Desde la transición del socialismo de Estado a la democracia burguesa en 1989, la MTA ha venido perdiendo personal de forma permanente, por lo que los proyectos de investigación y edición son casi imposibles. El archivo de la obra de Lukács, mucha de la cual no ha sido publicada y aún está por estudiar, en dicha instalación, no sirve ni para la "integridad académica" ni para los intereses de la "investigación", sino todo lo contrario.

Más aún, Hungría vive hoy bajo un régimen autoritario que quiere reescribir el pasado de la nación. El régimen de Orbán trabaja para rehabilitar las tradiciones nacionalistas y fascistas de Hungría. Ha derribado estatuas en honor a quienes lucharon contra la dictadura militar de Horthy y el régimen de la Cruz Flechada, reemplazándolos con monumentos que glorifican a los antisemitas y a los colaboradores nazis.

El partido gobernante Fidesz pone en el punto de mira a inmigrantes, romaníes, musulmanes, judíos, comunistas, socialistas, liberales y quien considere extraño. Ha tomado el control de numerosas instituciones estatales y amenazó con liquidar numerosas instituciones de la sociedad civil; incluso la Universidad Centroeuropea.

En este clima de paranoia y miedo, la MTA no quiere parecer apoyando a un "comunista", por lo que, bajo el manto de la racionalización y la eficiencia, están trabajando para desmantelar los archivos.

Lo que está en juego

El Lukács Archívum es una instalación única para la investigación.

Los visitantes pasan por las mismas habitaciones en las que Lukács vivió y trabajó desde 1945 hasta su muerte en 1971. El apartamento, a orillas del Danubio y que domina el puente de la Libertad ( Szabadság híd), alberga no solo sus manuscritos sino también su biblioteca completa, con todas sus anotaciones Los eruditos que han trabajado en la instalación a lo largo de años han recopilado allí más o menos todo lo que publicó el gran teórico marxista.

Pero el archivo perderá su activo más valioso cuando el MTA traslade los manuscritos. Un ejemplo para hacernos una idea de su valor.

Uno de los logros teóricos más significativos de Lukács fue su teorización de los impactos sociales de la producción de mercancías. Bajo este sistema [el capitalismo], los productos terminados son ajenos a los trabajadores que los crean. El trabajo bajo el capitalismo es degradante y monótono; convierte a los trabajadores y trabajadoras en máquinas. Todo el proceso está diseñado para maximizar el beneficio, transformando la dimensión cualitativa de la experiencia humana, el trabajo, en una medida cuantitativa del tiempo. "Aquí", escribió Lukács en Historia y Conciencia de clase, " la persona se convierte en espectador impotente de todo lo que le ocurre a su propia existencia, fragmento aislado e integrado a un sistema ajeno".

A pesar de ser un producto del trabajo humano, la producción de mercancías solo se expresa en mecanismos sociales inhumanos: dinero, mercados, capital y salarios. Estos adquieren vida propia, apareciendo como sistemas naturales, hostiles y respetuosos de la ley que nadie puede comprender y mucho menos controlar.

Una vez que se vuelve universal, esta lógica subordina todas las esferas de la existencia humana a su racionalidad matemática. Un código abstracto y formal diseñado para procesar miles de casos rige un sistema legal encargado de tomar decisiones de vida o muerte. La política, separada de la vida cotidiana, comienza a parecer inalterable. Abismos gigantes dividen estos mundos, y cada esfera de la existencia parece independiente de la otra.

Lukács repudiaría más tarde estas posiciones bajo la presión del Comintern: primero, con Zinóviev a la cabeza y luego bajo Stalin. Sus puntos de vista radicales no encajaban con la reacción termidoriana que tuvo lugar tanto en la Unión Soviética como en el movimiento comunista internacional.

Hasta la fecha, el intento más claro de justificarse aparece en la introducción de 1967 a Historia y Conciencia de Clase. Allí, Lukács argumenta que no pudo distinguir entre objetivación (trabajo) y alienación (una forma mistificada de ese trabajo).

Sin embargo, cuando visité a Mari Székely, el último empleado que quedaba, me informó de una serie de manuscritos inéditos de 1933, escritos durante los primeros años del período de Lukács en Moscú. En uno de estos textos, Lukács comienza a reevaluar algunas de sus afirmaciones anteriores a la luz de su encuentro con los Manuscritos Económicos y Filosóficos de Marx de 1844. La publicación de este ensayo en una próxima colección, junto con otro material no traducido previamente de 1924 a 1933, aclarará y profundizará los términos de este debate, arrojando más luz sobre el cambio teórico de Lukács y su incómoda reconciliación con el estalinismo.

Este descubrimiento representa solo un camino sin trazar en un vasto laberinto que aún no se ha explorado por completo.

Mirando al presente

Preservar los archivos no es solo por el pasado. También tiene que ver con la actualidad y las posibilidades que se encuentran dentro de él.

El Archívum organiza regularmente reuniones y eventos en los que investigadores de Hungría y de todo el mundo se reúnen para analizar el potencial crítico de las ideas de Lukács, muchas de las cuales permanecen inéditas, abandonadas o incomprendidas.
Por ejemplo, un malentendido frecuente ha sido el lugar de la resistencia en la explicación de la forma mercancía de Lukács. La lógica dominante del capitalismo es cuantitativa, pero nunca se puede excluir completamente la calidad. Mientras que el capitalista busca impulsar al máximo los beneficios como algo puramente cuantitativo, los trabajadores lo experimentan como algo cualitativo: un asalto a su individualidad y a su humanidad. Este ataque a su calidad de vida proporciona la base para la resistencia.

La argucia de racionalización y eficiencia bajo la que la MTA está confiscando los manuscritos de Lukács, expresa la lógica cuantitativa del capitalista; el rechazo crítico de la izquierda a este movimiento, en nombre de los valores humanos, expresa la lógica de la resistencia.
Con este espíritu, una petición de protesta por la decisión de la MTA, con más de 1.500 signatarios, entre ellos Agnes Heller, Nancy Fraser y Fredric Jameson, por nombrar algunos, fue entregada a la academia el 25 de enero. Actualmente circula una petición similar sobre change.org .

Mantener el universo teórico que contienen estos archivos, parafraseando a Lukács en Teoría de la novela, nos ayudará a guiarnos a través de estos tiempos oscuros y revelar las estrellas que nos rigen.

Róbert Nárai, coeditor y traductor de una próxima colección de trabajo inéditos de Georg Lukács. Milita en la organización australiana Socialist Alternative.


Economía política de las masacres


www.rebelion.org / 15-03-18

Cada año más de 30.000 ciudadanos de Estados Unidos pierden la vida a causa de disparos. Cada mes, en patios escolares, discotecas, salas de concierto, centros de trabajo y lugares públicos, personas inocentes son exterminadas por asesinos que manejan potentes armas semiautomáticas compradas legalmente. La Asociación Nacional del Rifle (NRA, por sus siglas inglesas), una organización con 3 millones de afiliados, apoya y promociona el acceso libre a armamento militar. La inmensa mayoría de legisladores, presidentes y jueces de EE.UU. es partidaria de la posesión de esas mismas armas que causan las masacres.

¿Por qué el sistema político estadounidense se lamenta de la frecuencia con que se producen atentados masivos y sin embargo respalda el proceso político que hace posibles las matanzas? El volumen, alcance y duración de las masacres requiere que examinemos las características sistémicas a gran escala y largo plazo de la economía política estadounidense.

Política bélica: Las masacres en el exterior como símbolo del “heroísmo americano”

El gobierno de EE.UU. ha participado en multitud guerras sangrientas en las que ha masacrado a millones de civiles –incluyendo familias enteras en sus casas– que no suponían ninguna amenaza para el pueblo estadounidense. Las guerras representan el triunfo de la destrucción y la muerte como modo de promover los programas políticos de Estados Unidos. Se rinde honores a los criminales de guerra. Los conflictos políticos y problemas sociales internos se resuelven destruyendo a adversarios inventados y a naciones enteras.

En una economía política en la que las masacres perpetradas en el extranjero son dirigidas por líderes elegidos democráticamente, ¿quién va a cuestionar el comportamiento de un “vecino sociópata” que se limita a seguir el modo de actuar de su presidente? Este hecho no debería sorprender a nadie: las masacres al por mayor en el exterior promovidas por nuestros dirigentes se reproducen en las masacres al por menor en el interior desencadenadas por el “chiflado local”.

Los medios de comunicación: Hablan las armas, los asesinatos resuelven y los medios se enriquecen

Todos los días, a todas horas, en todos los medios de comunicación, las armas y las matanzas dominan las mentes, los pensamientos y las fantasías (o las pesadillas) de los espectadores, especialmente de los millones que absorben el “mensaje”. Las películas, los programas de televisión y los videojuegos están plagados de conflictos que se resuelven por las armas, matando víctimas, ya sean policías o civiles. Los problemas se resuelven mediante la violencia.

El mensaje de los medios de comunicación es que las masacres logran victorias. Las guerras y los asesinatos se reproducen en multitud de escenarios: hogares, edificios públicos, escuelas, centros de trabajo, calles y plazas. Las guerras y las masacres son un elemento esencial de este sistema político y los medios de comunicación aseguran que penetren en la mente de las masas y se normalicen.

La economía

Las armas que se utilizan en las masacres son un negocio muy lucrativo. Los fabricantes, vendedores al por mayor, vendedores al por menor y clubs de armas, así como las instituciones policiales y militares prosperan en este mercado libre del asesinato. Los dirigentes políticos utilizan la economía que se mueve alrededor de las armas para financiar sus campañas electorales.

Los políticos ven con buenos ojos las guerras, la industria armamentística y las asociaciones pro-armas, con lo que perpetúan las condiciones para que se produzcan las masacres. Las grandes empresas están protegidas de los asesinatos internos. ¿Por qué iban a preocuparse los ejecutivos y las élites políticas de las matanzas que se producen en las escuelas públicas si sus propios hijos están a salvo en sus caros colegios privados? Al fin y al cabo, están en juego los votos y los beneficios. Solo los “fracasados” envían a sus hijos a peligrosas escuelas públicas. Los “triunfadores” tienen alternativas más seguras…

Soluciones

Para hacer frente a la epidemia de matanzas masivas es esencial efectuar cambios en la economía política.

1. Reemplazar las políticas de guerras imperiales por el fomento de la diplomacia, las negociaciones y la resolución pacífica de los conflictos.

2. Reemplazar la cultura de las armas presente en los medios de comunicación por los valores culturales de la solidaridad en comunidades seguras y comprometidas con lo público.

3. Reemplazar la obsesión de los civiles por poseer armas militares con una visión de la propia vida edificada en torno a un ambiente saludable compartido por vecinos comprometidos socialmente.

4. Prohibir o regular los clubs de armas y las milicias. Abolir la venta del armamento militar que se utiliza en estas carnicerías. Las armas empleadas en tiro deportivo y en la caza son diferentes de las armas de guerra utilizadas para masacrar a docenas de niños apiñados en sus aulas.

Planteamientos falsos y verdaderos sobre las masacres

El presidente Trump ha propuesto armar a los profesores para “solucionar” las matanzas en la escuela. Se trata de una opción descabellada que solo agravaría la proliferación de armas, estimularía nuevas carnicerías, socavaría el papel de los maestros como educadores y crearía nuevos “modelos” para potenciales futuros asesinos. La propuesta de Trump también pone de manifiesto el profundo desprecio de su administración por el papel que tienen la educación pública y los educadores públicos en la construcción de una sociedad sana. Su propensión a culpar a las víctimas (“si los maestros estuvieran armados…”) es una muestra del grotesco darwinismo social inherente a su ideología y de su interés por destruir por completo el sector público. Los hijos de la élite y de los políticos no tienen que asistir a clases de matemáticas o de francés a cargo de profesores armados. Según la lógica de Trump y de la élite empresarial y política, los tiroteos en las aulas de las escuelas públicas simplemente subrayan la necesidad de disolver los Departamentos de Educación de todos los niveles, así como los demás servicios públicos de esta nación.

Los profesores deberían poder concentrarse en educar a sus alumnos sobre cómo ser ciudadanos productivos y competentes que valoran la comunidad y la cooperación por encima de las armas y la guerra. Deberían graduar estudiantes capaces de evaluar críticamente el papel de los medios de comunicación en la promoción de la violencia. Deberían fomentar en sus alumnos habilidades cívicas que les llevaran a movilizarse contra líderes políticos que han aceptado sobornos (“donaciones”) de sectas de la muerte como la Asociación Nacional del Rifle.

Para detener la violencia, los dinamizadores comunitarios pueden boicotear a las empresas que proporcionan apoyo político y material a quienes promueven la guerra, a las milicias y a los extremistas armados.

Sería necesario aprobar leyes nacionales para limitar las armas de fuego a parcelas y eventos bien definidos, como los clubs de tiro o la caza.

Los propietarios de armas deberían obtener los permisos de uso según estrictos criterios psicológicos y tener que renovar dichos permisos con frecuencia. El ejército debería informar a las autoridades civiles locales de cualquier conducta violenta y criminal de los soldados que dejen el ejército. No pueden liberar una “bomba de relojería” en medio de la población a la que han jurado proteger, así como así. La enfermedad mental es un asunto de salud pública y debería incrementarse la partida presupuestaria destinada a financiar hospitales e instalaciones en las que identificar y tratar a los individuos que lo necesiten. Estos enfermos no deberían entrar y salir de las cárceles o ser arrojados a las calles.

Los vendedores de armas y las exhibiciones de armas tendrían que estar regulados y obligados a seguir protocolos estrictos bajo amenaza de sanciones.
Los cazadores deberían usar armas apropiadas para el tipo de caza que practican. Las armas semiautomáticas no son las indicadas para cazar ciervos, conejos o pavos. Pero se utilizan para cazar y para matar a seres humanos, incluyendo a niños desarmados en sus aulas.

Conclusión

Es posible poner en marcha cambios culturales, políticos y económicos, pero para ello es preciso que las luchas populares se mantengan en el tiempo. Mientras tanto, deberían implementarse reformas a corto plazo para regular y reducir la frecuencia y mortandad de las masacres locales.

Es preciso divulgar y rectificar el protocolo por el cual la policía acordona el perímetro de las matanzas, impidiendo que entren rápidamente los primeros equipos médicos que acuden a estabilizar a los heridos al tiempo que se protege a sí misma (un proceso que puede prolongarse durante una hora y provocar muertes innecesarias por pérdida de sangre). Mientras los equipos SWAT* se preparan y “aseguran el perímetro”, con una serie de maniobras coreografiadas para asegurar la “protección de la fuerza”, (un eufemismo que significa “proteger a la policía”), se desperdician los “minutos de oro” en que se podría estabilizar a las víctimas. Si los heridos recibieran rápidamente primeros auxilios y pudieran ser inmediatamente transferidos a los hospitales para someterse a cirugía de emergencia y transfusiones de sangre, muchas de las víctimas se salvarían. Es un escándalo la terrible tasa de mortalidad de estos tiroteos (el 100% en el caso de los niños y profesores de la Escuela Primaria de Sandy Hook**) especialmente si tomamos en cuenta lo poco que se reflexiona sobre ello posteriormente. Parece claro que los jueces y la policía locales y estatales ocultan información sobre el efecto que tiene impedir la entrada rápida de equipos médicos de emergencia. Es imprescindible que se realice una investigación independiente sobre el retraso deliberado de la policía en permitir la asistencia inmediata que salva vidas.

Prácticamente todos los tiroteos producidos en escuelas que han terminado en masacres los cometen individuos a quienes la policía o la comunidad conocen por su comportamiento imprevisible y maltrato familiar. El hecho de que la policía local o la familia conocieran que estos individuos dementes y homicidas tenían acceso a armamento militar y no actuaran, a pesar de las quejas recibidas al respecto, exige que una investigación independiente a escala estatal y federal.

Es preciso reforzar las leyes o estatutos relacionados con la hospitalización o detención preventivas de estos individuos inestables y violentos. Es preciso nombrar una comisión nacional que investigue la situación de los tratamientos de salud mental en Estados Unidos y los recursos destinados para ello. En vez de pedir a los profesores que vayan armados, hay que mantener instituciones cualificadas de salud mental. No basta con encerrar a los enfermos mentales en cárceles locales por pequeñas faltas y luego volver a ponerlos en la calle sin ofrecerles ninguna asistencia.

Es preciso apoyar la enseñanza pública y a sus profesores. Hay que terminar con décadas de políticas que debilitan servicios públicos como la educación, y potencian la “libertad de elección de escuela”, —un eufemismo para decir enseñanza privada— convirtiendo la educación en un privilegio para ricos en vez de un derecho de los ciudadanos. En lugar de un único profesor (preferiblemente armado, según el presidente Trump y la NRA) para dar clase a cuarenta alumnos, cada aula debería contar con tres profesores competentes que trabajaran en equipo para asegurar el progreso de los estudiantes en las diversas asignaturas necesarias para llegar a ser en un futuro ciudadanos libres y productivos. Es un escándalo que el Departamento de Educación y la Secretaria de Educación hayan mantenido silencio y permanecido ausentes tras las frecuentes masacres de estudiantes.

Pero tampoco resulta extraño si consideramos las prioridades de sus altos cargos, procedentes de la élite y, en el caso de la secretaria actual Betsy DeVos, de la clase de los multimillonarios. Nunca han puesto un pie en una escuela pública. Sus hijos reciben “educación en casa” con tutores privados o asisten a elitistas academias privadas. Sus programas contrarios a la enseñanza pública reflejan su hostilidad ideológica hacia el propio concepto de bienestar social. Las palabras de Trump culpando a los profesores por no ir armados en el aula muestran claramente su desdén por la enseñanza pública y por las familias de clase trabajadora y media que confían sus hijos a la educación pública en todo el país.

Estos sucesos tienen lugar en el espacio público, un espacio a disposición de todos los ciudadanos que debería ser seguro. La escuela pública ha sido uno de los cimientos en los que se basaba la creación de una ciudadanía libre y productiva. No es casualidad que las masacres de jóvenes tengan lugar exclusivamente en escuelas pública. Los valiosos hijos de la élite están a salvo en sus hogares-fortaleza y en escuelas privadas superselectas, atendidas por profesores altamente cualificados, que pueden dedicarse a enseñar sin preocuparse por si alguien esconde un arma o por la aparición repentina de un pistolero. Sus hijos tienen el futuro garantizado.

Pero la situación de los hijos de clase media y trabajadora es mucho más incierta. El acceso a la educación de calidad ha dejado de ser un derecho y un deber para los ciudadanos. En el mejor de los casos, los jóvenes pueden “acceder a préstamos para la educación” con tipos de interés usurarios que les encadenan a décadas de servidumbre por deudas, mientras los estudiantes de clase alta tienen libertad para seguir una carrera y desarrollar su talento. Mientras continúen deteriorándose las perspectivas de futuro de los jóvenes, con el traspaso masivo de riqueza nacional a las élites, estas masacres, los suicidios y las muertes por sobredosis no pararán de aumentar. Todo esto ocurre en un contexto sociopolítico: las decisiones deliberadas tomadas desde arriba generan horror y caos en la base.

Existe un sustrato de clase en las pesadillas que atenazan a los padres, profesores y estudiantes de clase media y trabajadora de todo el país. Seguridad, educación de calidad y sanidad de calidad son, cada vez más, dominio exclusivo de la élite. Las políticas dirigidas por esta, que se iniciaron en el reinado del presidente Ronald Reagan, han orquestado la disolución de las instituciones públicas de salud mental y el alta masiva de individuos inestables y vulnerables, al tiempo que violentos, en comunidades que no están preparadas para ello. Quienes sufren las consecuencias de dichas políticas no significan nada para la élite, aunque asistan a sus funerales para hacerse la foto. Las políticas dirigidas por las élites de los presidentes Bill Clinton, George Bush hijo, Barack Obama y Donald Trump no han dejado de promover el desmantelamiento del sector público y la privatización de la riqueza y de las instituciones de la nación.

La tremenda reducción de impuestos provocada por la ley fiscal de Donald Trump representa una ganancia inesperada de más de un billón de dólares para la clase inversora (la élite financiera) a costa de las instituciones públicas y la red de seguridad que dan servicio a las clases media y trabajadora. La mayor incidencia de asesinatos en masa, así como el lugar donde se producen y la identidad de las víctimas, no son fruto del azar: están definidas por la clase y son reflejo de la pérdida de poder ciudadano. Los ganadores de esta lucha de clases derraman lágrimas de cocodrilo para la foto mientras en privado ridiculizan a las familias de las víctimas por confiar en las instituciones públicas.
Las decisiones tomadas desde arriba que han producido esta epidemia de masacres en las escuelas públicas, así como otras epidemias paralelas de suicidios y sobredosis entre las clases media y trabajadora, han beneficiado enormemente a la élite. Los multimillonarios y los donantes de ambos partidos políticos no tienen motivo alguno para dar marcha atrás y poner en marcha reformas o programas destinados a recuperar los derechos de los ciudadanos y el espacio público. Solo los amigos, familias y vecinos de las víctimas de clase media y baja, a quienes en privado se considera “fracasados que deciden enviar a sus hijos a instituciones públicas”, pueden unirse para cambiar todo esto y recuperar la justicia social y económica que rinda homenaje a los muertos inocentes y ofrezca un futuro digno y justo para sus hijos.

No se trata de armar a los profesores o de envolver a los alumnos pequeños en “mantas a prueba de balas”, mientras la élite nos culpa de nuestro sufrimiento desde la seguridad de sus mansiones. Comprender el sustrato de clase de esta crisis nos ayudará a levantar los cimientos de las soluciones reales.

Notas:

* SWAT, unidad de élite incorporada a diversas fuerzas de seguridad, especializada en operativos de alto riesgo y dotada de equipos muy sofisticados.
**Tiroteo masivo en la escuela de Sandy Hook, Connecticut, en diciembre de 2012, que produjo 26 muertos (20 de ellos, niños de 6 y 7 años). Fue el más mortífero de los habidos en escuelas primarias o secundarias en la historia del país.


I Foro Jurídico