IVAN PETROVICH PAVLOV: CONTRIBUTIONS TO PSYCHOLOGY, THE SCIENCE OF LEARNING AND ITS INFLUENCE ON CONTEMPORARY SECULAR ETHICS
Por: Rev. Pbro. Manning Maxie Suárez +
Docente Universitario
Email: manningsuarez@gmail.com
Orcid: https://orcid.org/0000-0003-2740-5748
Google Académico:
https://scholar.google.es/citations?hl=es&pli=1&user=uDe1ZEsAAAAJ
Resumen
Este ensayo examina de manera crítica y
sistemática los aportes de Iván Petrovich Pavlov (1849–1936) a la psicología y
a las ciencias del comportamiento, situándolos en el horizonte de la filosofía
moral y la ética secular contemporánea. Tras perfilar su biografía intelectual
y formación médica-fisiológica, se presentan sus postulados centrales sobre el
reflejo condicionado, la señalización, la inhibición cortical y los “tipos
nerviosos”, así como las derivaciones metodológicas (control experimental, operacionalización
de variables, primacía de los datos) que establecieron estándares para la
investigación conductual. Se discute cómo sus descubrimientos —aunque anclados
en la fisiología— transformaron la teoría del aprendizaje, anticiparon
dimensiones de la neurociencia y nutrieron enfoques metaéticos naturalistas,
utilitaristas experimentales y programas de ingeniería social con implicancias
normativas ambivalentes. Se ofrece un análisis de su impacto en el tránsito
desde modelos moralistas-introspectivos a modelos empíricos-naturalistas de la
conducta, y se evalúan sus alcances y límites para la ética del siglo XXI,
incluyendo educación del carácter, hábitos prosociales, políticas de salud
pública y autonomía. El ensayo concluye con orientaciones prácticas para
sociedades pluralistas, subrayando la necesidad de integrar evidencia empírica
con principios normativos robustos.
Palabras claves: Reflejo condicionado; inhibición; aprendizaje; naturalismo moral; ética secular; filosofía de la ciencia; neuropsicología; condicionamiento clásico; metodología experimental.
Abstract
This
essay critically examines Ivan Petrovich Pavlov’s (1849–1936) contributions to
psychology and behavioral science and explores their ramifications for
contemporary secular ethics and moral philosophy. After outlining his
intellectual biography and physiological training, the paper details his
central theses on conditioned reflexes, signaling, cortical inhibition, and
“nervous types,” along with methodological innovations (experimental control,
variable operationalization, primacy of data) that reshaped behavioral
research. It argues that Pavlov’s findings—rooted in physiology—transformed
learning theory, anticipated aspects of neuroscience, and informed naturalistic
metaethics, experimental utilitarianism, and social engineering with ambivalent
normative consequences. The analysis appraises Pavlov’s role in the shift from
moralistic-introspective to empirical-naturalistic models of conduct and
assesses their relevance and limits for 21st‑century ethics, including character education,
prosocial habit formation, public health policy, and autonomy. Practical
guidelines for pluralist societies are proposed, stressing the integration of
empirical evidence with robust normative principles.
Keywords:
Conditioned reflex; inhibition; learning; moral naturalism; secular
ethics; philosophy of science; neuropsychology; classical conditioning;
experimental methodology.
Metodología para utilizar para este
ensayo
Se realizó una revisión crítica de
fuentes primarias (obras de Pavlov) y secundarias indexadas en Google Scholar,
Scopus, Latindex, Dialnet y SciELO.
Se analiza de manera hermenéutico-conceptual
de categorías (reflejo condicionado, inhibición, señalización) y su traducción
filosófica.
Se aplicó una evaluación comparada del
impacto en psicología del aprendizaje, neurociencia y ética normativa.
Se aplicó un criterio de validez como la
trazabilidad bibliográfica, pares revisores y relevancia histórica-teórica.
(Furedy & Riley, 1987, pp. 1–10) [6]
Objetivo general
Articular una lectura integrada de los
aportes de Pavlov que vincule su legado experimental con debates contemporáneos
en filosofía moral y ética secular, evaluando su pertinencia para desafíos del
siglo XXI.
Objetivos específicos
1.
Delinear
la biografía intelectual y la formación académica de Pavlov.
2.
Exponer
sus postulados y hallazgos fundamentales.
3.
Valorar
la recepción y crítica en psicología y neurociencia.
4.
Analizar
la influencia en la ética secular y la filosofía moral.
5.
Proponer
implicaciones prácticas para políticas y formación de hábitos prosociales.
Contenido
1. ¿Quién fue Iván Petrovich Pavlov?
Iván P. Pavlov, fisiólogo ruso y Premio
Nobel de Fisiología o Medicina (1904), es célebre por su programa de
investigación sobre la “actividad nerviosa superior” y el condicionamiento
clásico. Formado en teología en su juventud, abandonó esa vía para
dedicarse a la fisiología en San Petersburgo, trabajando bajo la influencia de Iván
Mijáilovich Sechenov y Serguéi Petróvich Botkin.
Su laboratorio en el Instituto de
Medicina Experimental se convirtió en un epicentro de estándares metodológicos
que marcaron el tránsito del estudio introspectivo a un enfoque objetivista y
cuantificable de la conducta. (Babkin, 1949, pp. 15–32) [2]
2. Su Formación académica
Pavlov estudió ciencias naturales en la
Universidad de San Petersburgo y posteriormente medicina en la Academia
Médico-Quirúrgica, destacándose por trabajos en fisiología cardiovascular y
digestiva antes de sus estudios del aprendizaje.
Su procedimiento de “fístulas crónicas”
para registrar secreciones gástricas en perros afianzó su reputación
experimental y le valió el Nobel por la fisiología de la digestión, antecedente
directo de su teoría del reflejo condicionado. (Pavlov, 1902/1955).4;
Cf. (Babkin, 1949).2
3. Sus Posturas más importantes
Citemos cinco de sus posturas más
importantes:
1. El Monismo fisiológico: la conducta es explicable por procesos
nerviosos objetivos; la psicología debe anclarse en la fisiología. (Pavlov,
1927).1
El monismo fisiológico sostiene que toda
conducta humana puede explicarse exclusivamente a partir de los procesos
nerviosos y biológicos del organismo, sin necesidad de apelar a entidades
mentales separadas.
Desde esta perspectiva, la mente no es
algo independiente, sino una función del sistema nervioso, cuyo funcionamiento
puede estudiarse objetivamente. Iván Pavlov, a través de sus investigaciones
sobre los reflejos condicionados, mostró que incluso las respuestas
aparentemente complejas podían descomponerse en cadenas de estímulos y
respuestas fisiológicas entrenadas mediante la experiencia.
Este enfoque implicó que la psicología
debía sustentarse en métodos experimentales rigurosos y en la observación
directa de la actividad nerviosa, impulsando así la idea de que comprender la
conducta humana pasa necesariamente por comprender los mecanismos
neurofisiológicos que la generan.
2. El Concepto de reflejo condicionado: El aprendizaje como establecimiento de
nuevas conexiones estímulo–respuesta mediante contingencias sistemáticas
(señales). (Pavlov, 1927).1
Aquí se describe cómo un organismo puede
aprender nuevas respuestas asociando un estímulo inicialmente neutro con otro
estímulo que naturalmente provoca una reacción.
A través de repeticiones sistemáticas —o
contingencias regulares— el estímulo neutro adquiere la capacidad de generar
por sí mismo la respuesta, convirtiéndose en un estímulo condicionado.
Este proceso muestra que el aprendizaje
no requiere procesos mentales conscientes, sino que puede explicarse como la
formación de nuevas conexiones fisiológicas entre estímulos y respuestas dentro
del sistema nervioso.
La teoría pavloviana permitió comprender
cómo se generan hábitos, expectativas y reacciones automáticas, y se convirtió
en un principio central para el desarrollo del conductismo y de numerosos
enfoques experimentales sobre el comportamiento humano y animal.
3. La Inhibición y la diferenciación: junto a la excitación, la inhibición
cortical regula la conducta; la discriminación se adquiere por refinamiento de
señales. (Pavlov, 1927, pp. 90–130) [1]
Constituyen procesos tan fundamentales
como la excitación para explicar el control y la precisión de la conducta.
Pavlov sostenía que la corteza cerebral no solo genera respuestas ante
estímulos relevantes, sino que también suprime aquellas reacciones que no deben
activarse, permitiendo así un ajuste fino frente a un entorno complejo.
La inhibición cortical evita respuestas
automáticas inapropiadas, modulando la intensidad, el momento y la dirección de
la conducta. A su vez, la diferenciación —o discriminación— surge cuando el
organismo aprende a distinguir entre estímulos muy similares, respondiendo solo
al que ha sido reforzado y suprimiendo la respuesta ante los demás.
Este refinamiento ocurre mediante el
equilibrio dinámico entre excitación e inhibición, lo que demuestra que el
aprendizaje no consiste únicamente en adquirir nuevas asociaciones, sino
también en afinar la capacidad de responder selectivamente, filtrando señales y
regulando la conducta de manera cada vez más adaptativa.
4. Los Tipos nerviosos: tentativa de tipología temperamental
basada en fuerza, equilibrio y movilidad de procesos nerviosos, inspirada en Hipócrates,
pero formulada fisiológicamente. (Pavlov, 1951, pp. 56–80) [5]
Buscó ofrecer una explicación
fisiológica de las diferencias temperamentales observadas en los individuos.
Pavlov propuso que el temperamento depende de tres propiedades fundamentales de
los procesos corticales: fuerza, equilibrio y movilidad de la actividad
nerviosa.
La fuerza se refiere a la capacidad del
sistema nervioso para soportar estímulos intensos sin desorganizarse; el
equilibrio describe la relación armónica entre procesos de excitación e
inhibición; y la movilidad indica la rapidez con que el sistema puede pasar de
un estado a otro.
A partir de estas combinaciones, Pavlov
elaboró una tipología que recuerda a los temperamentos clásicos de Hipócrates,
pero traducida a un marco experimental fisiológico.
Esta propuesta pretendía mostrar que las
diferencias de carácter, reactividad emocional y estilo conductual no eran
rasgos metafísicos, sino expresiones de la dinámica neurofisiológica
individual, abriendo así un puente entre la psicología diferencial y la ciencia
del sistema nervioso.
5. El Programa objetivista: sustitución de conceptos mentalistas
por términos operacionales y medibles; primacía del control experimental.
(Windholz, 1986, pp. 110–116) [7]
El programa objetivista defendido por
Pavlov y reinterpretado por autores como George Windholz, plantea que la
psicología debe abandonar los conceptos mentalistas —como “voluntad”,
“intención” o “conciencia” entendida de modo introspectivo— y reemplazarlos por
términos operacionales, observables y medibles.
Esta postura implica redefinir los
fenómenos psicológicos como relaciones funcionales entre estímulos y
respuestas, sustentadas en mecanismos fisiológicos verificables.
El objetivismo pavloviano exige que toda
afirmación científica esté respaldada por procedimientos experimentales
controlados, donde las variables puedan aislarse, manipularse y cuantificarse
de manera precisa.
En este sentido, la explicación de la
conducta se construye desde evidencia empírica reproducible, lo que convierte
al laboratorio y al método experimental en la base legítima para comprender los
procesos psicológicos.
Este enfoque influyó profundamente en el
desarrollo del conductismo y reforzó la idea de que la ciencia del
comportamiento debe orientarse hacia la objetividad, la medición y la
verificación sistemática.
4. Cinco Hallazgos e Hipótesis Destacables
4.1. La Señalización de estímulos: un estímulo originalmente neutro puede
adquirir valor de señal para respuestas biológicamente significativas; base del
condicionamiento clásico. (Pavlov, 1927, pp. 15–45) [1]
Esto constituye uno de los aportes
centrales de la fisiología pavloviana al estudio del aprendizaje. Pavlov
demostró que un estímulo inicialmente neutro —como un sonido o una luz— puede
transformarse en una señal anticipatoria cuando se asocia repetidamente con un
estímulo biológicamente relevante, como el alimento o una descarga eléctrica.
Con el tiempo, esta señal adquiere la
capacidad de activar por sí misma respuestas que preparan al organismo para lo
que está por venir, mostrando que el aprendizaje consiste en la construcción de
mecanismos predictivos.
Así, el estímulo condicionado no solo
provoca una reacción refleja, sino que modula procesos internos, ajustando la
fisiología del organismo en función de expectativas generadas por la
experiencia.
Esta idea dio fundamento al
condicionamiento clásico y reveló que gran parte de la conducta adaptativa está
guiada por la capacidad de los organismos para detectar regularidades en el
ambiente y anticipar sus consecuencias.
4.2. La Generalización y la gradiente: la respuesta se extiende a estímulos
similares y se afina con entrenamiento discriminativo. (Pavlov, 1927, pp.
130–160) [1]
La generalización y la gradiente de
generalización son fenómenos esenciales para comprender cómo los organismos
responden a la similitud entre estímulos. Pavlov observó que, una vez
establecida una asociación condicionada, la respuesta no se limita únicamente
al estímulo exacto que fue reforzado, sino que se extiende a otros estímulos
parecidos en intensidad, tono, forma o duración.
Esta propagación no es uniforme: tiende
a disminuir a medida que el estímulo se aleja del original, configurando una
gradiente que refleja el grado de semejanza percibida por el sistema nervioso.
Con el entrenamiento discriminativo —es
decir, reforzando solo al estímulo correcto e inhibiendo la respuesta ante los
similares— la gradiente se vuelve más estrecha y precisa, permitiendo que el
organismo distinga con mayor finura las señales relevantes.
Este proceso muestra que el aprendizaje
implica tanto la capacidad de ampliar respuestas adaptativas ante estímulos
relacionados como el refinamiento progresivo que permite responder de forma
selectiva y específica.
4.3. La Extinción y la recuperación
espontánea: la omisión
del reforzador debilita la respuesta sin borrar totalmente el aprendizaje;
fenómeno clave para terapias de exposición. (Pavlov, 1927, pp. 162–190) [1]
Estas constituyen dos fenómenos
esenciales que revelan la complejidad del aprendizaje asociativo. Pavlov
observó que cuando un estímulo condicionado deja de ir acompañado del
reforzador —por ejemplo, la ausencia de alimento tras la señal que antes lo
anticipaba— la respuesta aprendida comienza a debilitarse gradualmente, un
proceso conocido como extinción.
Sin embargo, este debilitamiento no
implica que la asociación previa haya sido eliminada: después de un periodo de
descanso, la respuesta puede reaparecer de manera espontánea, aunque con menor
intensidad.
Este hallazgo mostró que el aprendizaje
no se borra, sino que se inhibe temporalmente, lo cual tiene profundas
implicaciones para la psicología y la intervención clínica.
En el ámbito terapéutico, especialmente
en las terapias de exposición para fobias y trastornos de ansiedad, la
comprensión de estos mecanismos permite explicar por qué pueden producirse
recaídas y por qué es necesario diseñar procedimientos de mantenimiento que
consoliden la inhibición adquirida.
4.4. La Inhibición externa e interna: marcos para comprender la atención, la
habituación y el autocontrol como dinámicas neurofisiológicas. (Pavlov, 1951,
pp. 80–110) [5]
1. Extinción y recuperación espontánea
La extinción en el condicionamiento
pavloviano se produce cuando el estímulo condicionado deja de ir seguido por el
estímulo incondicionado, debilitándose progresivamente la respuesta
condicionada.
Sin embargo, este debilitamiento no
implica que el aprendizaje original desaparezca, sino que se establece un nuevo
aprendizaje inhibitorio que compite con la asociación previa. Por eso, tras un
periodo de descanso, puede aparecer la recuperación espontánea, en la que la
respuesta condicionada reaparece de forma parcial, demostrando que la memoria
del condicionamiento sigue almacenada en el sistema nervioso.
Este fenómeno es crucial para comprender
por qué en las terapias de exposición los síntomas pueden reaparecer después de
haber disminuido: la extinción no elimina el aprendizaje inicial, sino que lo
modula temporalmente.
Pavlov interpretó este proceso como una
interacción entre excitación e inhibición cortical, donde el equilibrio
dinámico determina la persistencia y la reemergencia de la conducta aprendida.
2. La Inhibición externa e interna
En la teoría pavloviana, la inhibición
externa e interna ofrece un marco fisiológico para entender procesos como la
atención, la habituación y el autocontrol. La inhibición externa se activa
cuando un estímulo novedoso interfiere en la respuesta condicionada, desviando
temporalmente la actividad cortical hacia la nueva señal; esto explica el
fenómeno de la distracción y la reorientación automática de la atención.
Por su parte, la inhibición interna se
desarrolla dentro del propio sistema de señales aprendidas: surge cuando un
estímulo previamente asociado deja de predecir el reforzador, o cuando ciertas
respuestas son suprimidas mediante el entrenamiento.
Esta forma de inhibición está
relacionada con la habituación y con la capacidad del organismo para regular
conductas ante estímulos familiares que ya no requieren reacción.
Para Pavlov, ambas inhibiciones revelan
cómo el cerebro selecciona, atenúa o bloquea respuestas, mostrando que la
regulación de la conducta y de la atención es, en última instancia, una
dinámica neurofisiológica basada en el equilibrio entre procesos de excitación
e inhibición.
4.5. La Metodología de registro
continuo:
cuantificación de latencias, amplitudes de respuesta y tasas, que influenció
estándares experimentales y el análisis conductual posterior. (Furedy &
Riley, 1987, pp. 3–9) [6]
Esta Metodología desarrollada en el
laboratorio pavloviano introdujo estándares experimentales que transformaron el
estudio científico del aprendizaje. Al cuantificar de manera precisa latencias,
amplitudes y tasas de respuesta, los investigadores pudieron identificar patrones
finos de adquisición, extinción y recuperación que antes pasaban
desapercibidos.
Este seguimiento detallado permitió
describir la dinámica temporal del condicionamiento: cómo se inicia, cómo
fluctúa y qué variables lo modifican. El enfoque influyó posteriormente en el
análisis experimental de la conducta y en la psicofisiología, donde la medición
exacta de variables se convirtió en un requisito metodológico central.
Gracias a estos avances, la
investigación conductual adquirió un carácter más riguroso y cuantitativo,
consolidando un estilo de trabajo basado en datos continuos y reproducibles que
sigue vigente en la ciencia contemporánea del comportamiento.
5. Impacto en psicología, neurociencia y
ciencia del aprendizaje
La teoría pavloviana nutrió la
psicología del aprendizaje (junto con Edward Lee Thorndike y, más tarde, Burrhus
Frederic Skinner), ofreciendo un modelo de adquisición asociativa que fue
integrado en terapias conductuales, condicionamiento del miedo, y neurociencia
del circuito amígdala-corteza.
Si bien la revolución cognitiva
cuestionó su suficiencia explicativa para fenómenos simbólicos y lingüísticos,
los mecanismos asociativos mantienen vigencia en modelos de predicción de error
dopaminérgico y aprendizaje por señal en animales y humanos. (Rescorla, 1988).8;
Cf. (Domjan, 2005).9; y Cf. (Hollerman & Schultz).10
La teoría pavloviana proporcionó el
marco fundacional para entender el aprendizaje como un proceso asociativo
basado en la predicción, influyendo decisivamente en la psicología del
aprendizaje junto con los aportes de Edward Lee Thorndike y, más tarde, Burrhus
Frederic Skinner.
Aunque la revolución cognitiva puso en
duda su capacidad para explicar procesos simbólicos complejos, la lógica del
condicionamiento clásico se integró en modelos contemporáneos de aprendizaje
por predicción de error, especialmente en la neurociencia dopaminérgica que
describe cómo el cerebro ajusta sus expectativas ante señales ambientales.
Además, los principios pavlovianos
siguen siendo esenciales en el estudio del condicionamiento del miedo, la
plasticidad en circuitos amígdala–corteza y en el diseño de intervenciones
conductuales basadas en exposición, desensibilización y regulación de respuestas
emocionales.
Así, lejos de ser una teoría superada,
el pavlovianismo continúa nutriendo modelos interdisciplinarios sobre cómo
animales y humanos aprenden a anticipar, adaptarse y responder al entorno.
6. Cuatro Relevancias para la ética
secular y la filosofía moral contemporánea
6.1. El Naturalismo metaético: al explicar disposiciones y hábitos
morales como patrones aprendidos y modulados por reforzamiento y extinción, los
hallazgos de Pavlov apoyan proyectos que buscan fundamentar la normatividad en
hechos psicológicos y biológicos, sin apelar a entidades trascendentes.
(Harris, 2010, pp. 23–34) [11]
El naturalismo metaético encuentra
respaldo en la perspectiva pavloviana al proponer que los juicios y
disposiciones morales pueden entenderse como patrones de aprendizaje, moldeados
por procesos de reforzamiento, extinción y habituación social.
Desde esta visión, las normas morales no
derivan de principios trascendentes ni de intuiciones a priori, sino de la
manera en que los seres humanos desarrollan hábitos conductuales y emocionales
en interacción con su entorno.
La investigación pavloviana muestra cómo
los organismos adquieren reacciones estables frente a señales sociales, lo que
sugiere que la moralidad puede explicarse mediante hechos psicológicos y
biológicos verificables.
Esto aporta una base empírica a
proyectos filosóficos que buscan naturalizar la ética, entendiendo las
prácticas normativas como el resultado de regularidades conductuales y
mecanismos adaptativos propios del sistema nervioso.
6.2. El Utilitarismo empírico: la evaluación de políticas mediante
resultados observables (reducción de daño, aumento de cooperación) se fortalece
con mecanismos de aprendizaje asociativo en campañas de salud y nudge éticos.
(Mischel et al., 2011, pp. 252–255) [12]
El utilitarismo empírico se beneficia de
las aportaciones de la teoría del aprendizaje al sostener que la evaluación
ética de políticas debe basarse en resultados observables, tales como la
disminución del daño, el aumento de la cooperación o la adherencia a
comportamientos saludables.
Los principios pavlovianos permiten
diseñar campañas de salud pública, intervenciones educativas y “nudges” éticos
apoyados en contingencias de estímulos y refuerzos que fomentan conductas
socialmente beneficiosas.
Las respuestas condicionadas se
convierten así en herramientas para modelar comportamientos colectivos y
promover decisiones que maximicen el bienestar común.
Esta orientación vincula la ética con la
evidencia empírica, mostrando que la promoción del bien social puede ser
analizada, medida y optimizada mediante mecanismos de aprendizaje asociativo.
6.3. La Educación del carácter: la formación de virtudes como hábitos
entrenados por señales, contextos y práctica repetida ofrece una lectura
neoaristotélica informada por la ciencia del aprendizaje. (Domjan, 2005, pp.
27–31) [9]
La educación del carácter puede
interpretarse desde una perspectiva neoaristotélica enriquecida por la ciencia
del aprendizaje pavloviana, al considerar las virtudes como hábitos adquiridos
mediante práctica repetida, señales ambientales coherentes y contextos que
refuerzan conductas deseables.
Este enfoque sostiene que la formación
ética no depende únicamente de instrucción verbal o reflexión moral, sino de la
creación sistemática de experiencias que fortalezcan respuestas prosociales,
regulen impulsos y consoliden patrones de acción estables.
Así, el carácter se desarrolla como una
segunda naturaleza moldeada por el entrenamiento, en estrecha relación con la
manera en que el sistema nervioso aprende a responder automáticamente ante
situaciones significativas. La práctica, la repetición y el refuerzo se
convierten, por tanto, en pilares tanto pedagógicos como éticos.
6.4. La Crítica y la cautela normativa: la ingeniería conductual puede
deslizarse hacia paternalismos o manipulación, lo que exige marcos de
consentimiento informado, transparencia y accountability democrática. (Furedy
& Riley, 1987, pp. 7–10) [6]
Los avances en la ingeniería conductual
—derivados en parte de la tradición pavloviana— han demostrado su eficacia,
pero también han suscitado cuestionamientos éticos importantes.
John J. Furedy y Diane M. Riley
advierten que la capacidad de moldear conductas mediante señales, recompensas y
contingencias puede derivar en paternalismos excesivos, manipulación encubierta
o intervenciones que limiten la autonomía individual.
Por ello, se requiere establecer marcos
robustos de consentimiento informado, transparencia en los objetivos de las
intervenciones y mecanismos de accountability democrática que aseguren que las
técnicas conductuales se utilicen para fines legítimos y respetuosos de la
dignidad humana.
Esta cautela normativa invita a
equilibrar la eficacia psicológica con principios éticos que protejan la
libertad y la autodeterminación.
7. Síntesis filosófica
Podemos sintetizar que Pavlov, catalizó
un giro metodológico: de especulaciones introspectivas a la trazabilidad
empírica de la conducta. En filosofía moral, esto refuerza la tesis de que los
juicios y comportamientos morales emergen de sistemas de aprendizaje sensibles
al entorno.
No obstante, el paso del “es” al “debe”
requiere puentes normativos: dignidad, autonomía y justicia no se derivan de
conexiones asociativas; su implementación sí puede optimizarse con conocimiento
pavloviano. Así, su legado se integra mejor en una ética secular
“experiencial”: principios normativos deliberados más estrategias empíricamente
informadas para realizarlos. (Todes, 2014),3
Conclusiones
Pavlov consolidó un paradigma
experimental del aprendizaje que permanece central para comprender hábitos,
emociones condicionadas y autocontrol, con aplicaciones clínicas, educativas y
de política pública. (Pavlov, 1927).1
Su programa objetivista contribuyó al
naturalismo ético contemporáneo al mostrar cómo emergen disposiciones morales
de la plasticidad neuroconductual, sin establecer por sí mismo criterios
normativos últimos. (Harris, 2010).11
Para la vida en sociedades del siglo
XXI, tres recomendaciones prácticas:
1. Diseñar ambientes que refuercen
hábitos prosociales (cooperación, puntualidad, civismo) mediante señales claras
y retroalimentación inmediata, respetando el consentimiento. (Domjan, 2005).9
2. Implementar intervenciones de salud
pública que utilicen extinción y recondicionamiento para adicciones y miedos,
con transparencia y evaluación independiente. (Rescorla, 1988).8
3. Educar en metacognición de hábitos:
enseñar cómo funcionan la generalización, la discriminación y la extinción
empodera a las personas para reesculpir sus rutinas de manera autónoma.
(Mischel et al., 2011).12
El legado pavloviano es más fértil
cuando se articula con principios de autonomía, justicia y no maleficencia; así
evita la deriva tecnocrática y potencia una ética secular basada en evidencia y
en derechos. (Furedy & Riley).6
Referencias bibliográficas
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Reflexes: An Investigation of the Physiological Activity of the Cerebral Cortex
(G. V. Anrep, Trans.). Oxford University Press. https://doi.org/10.1037/11081-000
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Babkin, B. P. (1949). Pavlov: A Biography. University of Chicago Press. https://www.jstor.org/stable/10.7208/chicago/9780226036745.001.0001
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Todes, D. P. (2014). Ivan Pavlov: A Russian Life in Science. Oxford University
Press. https://doi.org/10.1093/acprof:oso/9780199925193.001.0001
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Publishers. https://babel.hathitrust.org/cgi/pt?id=mdp.39015003849139
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Furedy, J. J., & Riley, D. M. (1987). Pavlovian Theory: A Contemporary
Appraisal. Annals of the New York Academy of Sciences, 423(1), 1–13. https://doi.org/10.1111/j.1749-6632.1987.tb36138.x
[7]
Windholz, G. (1986). Pavlov’s Concept of the Signal. Pavlovian Journal of
Biological Science, 21(3), 109–124. https://doi.org/10.1007/BF03001429
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Rescorla, R. A. (1988). Pavlovian Conditioning: It is Not What You Think It Is.
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[9]
Domjan, M. (2005). Pavlovian Conditioning: A Functional Perspective. Annual
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[10]
Hollerman, J. R., & Schultz, W. (1998). Dopamine Neurons Report an Error in
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[11]
Harris, S. (2010). The Moral Landscape: How Science Can Determine Human Values.
Free Press. https://books.google.com/books?id=zbe0bQAACAAJ
[12] Mischel, W., Ayduk, O., & Berman, M. G. (2011). “Willpower” in a Cognitive-Affective Processing System: The Dynamics of Delay of Gratification. In K. D. Vohs & R. F. Baumeister (Eds.), Handbook of Self-Regulation (2nd ed., pp. 249–268). Guilford Press. https://psycnet.apa.org/record/2011-02325-012
