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Gobierno Cartes: la soja, la droga y el enemigo interno






Un nuevo rumbo



Exactamente una semana después de iniciar su presidencia, el 22 de agosto de 2013, Horacio Cartes obtuvo en el Congreso la reforma de la Ley 1337/99 de Defensa Nacional y de Seguridad Interna. La modificación otorgaba al nuevo presidente la posibilidad de militarizar zonas enteras del país, vía decreto del poder ejecutivo y sin previo acuerdo del Parlamento Nacional, el objetivo mencionado era “enfrentar cualquier forma de agresión externa e interna que ponga en peligro la soberanía, la independencia y la integridad territorial del país”.



La ley modificada inaugura el “estado de sitio blando”, nada más normal en la década de la generalización de los golpes blandos, como el que vivió el propio Paraguay en junio de 2012 y abrió la vía para que Cartes lleguara al poder en abril del 2013.



El motivo declarado de la medida era el combate a un pretendido grupo guerrillero denominado Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP), que en casi una década de existencia reivindicó varios sonados casos de secuestros extorsivos, quemas de maquinarias de sojeros y de algunos puestos policiales del interior del país, así como diversos enfrentamientos a tiros con fuerzas policiales y militares.



En los días previos a la militarización también reivindicó el asesinato de 5 guardias privados de una estancia, en un confuso episodio en Tacuatî, ciudad situada a unos 350 km al norte de la capital. El hecho fue la base para la aprobación de la medida.



El Presidente que prometía un nuevo rumbo para el país y se ufanaba de que nadie le marcaría la agenda, con menos de un mes de gobierno ya estrenaba el nuevo dispositivo enviando fuerzas militares a 3 departamentos del país: Concepción, San Pedro y Amambay.









Guerrilla sin monte pero con sojales



El grupo armado mencionado opera en una zona bastante definida, las propias fuentes policiales y militares los describen como un grupo que no sobrepasaría las 50 personas y al menos en sus intervenciones más publicitadas no dieron muestras de contar con un gran poder de fuego o de disponer de un arsenal muy sofisticado.



La región en cuestión es una de las zonas más deforestadas del país, consecuencia del cultivo intensivo de soja transgénica; vale decir, grandes planicies sin masas boscosas importantes, un terreno que no parece muy propicio para la implantación de una guerrilla rural o que en todo caso debería facilitar la captura de sus integrantes.



En algunas semanas más se cumplirán 3 años de la presidencia de Horacio Cartes y de la militarización de los mencionados departamentos, medida que sigue vigente de forma ininterrumpida hasta hoy. En todo este tiempo su “lucha anti-subversiva” no erradicó el EPP. En cambio, las comunidades campesinas sí que sintieron la presencia militar. Abundan las denuncias por casos de maltrato, abuso de poder, violencia policial, tortura y recurrentes escándalos de corrupción que involucran a las Fuerzas de Tarea Conjunta (policías y militares) que opera en la zona [1], cuyo financiamiento, dicho sea de paso, es sumamente costoso a las arcas públicas [2] y se hace en desmedro de políticas sociales muy necesarias en estos y otros departamentos.



Según denuncian organizaciones sociales y de defensa de los derechos humanos [3], la llegada de la FTC creó un clima de terror en las comunidades campesinas, una sensación propia de tiempos dictatoriales, un contexto en el que cualquier persona en oposición a las políticas gubernamentales o a la expansión del modelo sojero, es asimilado a un alzado en armas o cuándo menos cómplice de los mismos y es tratado como tal.



No hace falta ser muy perspicaz para entender el efecto de este tipo de métodos sobre un movimiento campesino particularmente fuerte y activo en la región.







La frontera de la droga



La ciudad de Pedro Juan Caballero es la capital del departamento del Amambay (uno de los 3 militarizados por decreto presidencial). Su ubicación en la estratégica “frontera seca” con el Brasil, es un punto clave de la ruta del tráfico de drogas en la región. Una de las puertas de entrada al gigantesco mercado brasilero y atravesando este país puede circular a otros continentes vía océano Atlántico.



Esto dio a la ciudad un sulfuroso prestigio que la situaba como la base de operaciones de diversos capos de la droga del Brasil y de Paraguay y fue el teatro de sonados crímenes. Pero lentamente fue dejando de ser centro del interés mediático, hasta que esta semana los reflectores se enfocaron nuevamente sobre ella. El motivo fue un espectacular atentado contra un capo narco. El ataque se produjo en plena calle y fue ejecutado por un batallón de 100 sicarios - sí, leyó bien, ¡cien! [4] – con entrenamiento militar y un impresionante arsenal que incluía una ametralladora antiaérea, que fue utilizada para perforar el blindaje de la camioneta en la que circulaba el mafioso, éste resultó muerto en el ataque con 16 impactos de bala en el cuerpo. Se trataba de un brasileño de 56 años, de nombre Jorge Rafaat y apodado “Sadam”, procesado por tráfico y lavado de dinero en el Brasil [5], pero que vivía cómodamente instalado en el lado paraguayo de la frontera seca.



Es más, el propio titular de la SENAD (Secretaría Nacional Antidrogas) confiesa que estaba al tanto de las actividades delictivas de Rafaat, pero alega que como no tenían pruebas para llevarlo a prisión [6], seguía libre como los pájaros y era conocido como un “exitoso empresario”. Quien sabe, si se hubiese naturalizado a lo mejor hubiera podido pretender a un cargo electivo o incluso a la presidencia.



Pero hablando más seriamente, el argumento de la falta de pruebas para llevar a prisión a alguien resulta poco convincente mirando el actuar de la justicia paraguaya y su fiscalía, que no se caracteriza por una gran pulcritud en la materia,  y que en estos días se apresta a condenar con penas de hasta 40 años de cárcel a campesinos acusados de participar en la masacre de Curuguaty [7], trágico suceso que sirvió de coartada al golpe blando contra el gobierno de Fernando Lugo. En este caso, no han aportado una sola prueba que incrimine formalmente a ninguno de los campesinos encausados en un proceso judicial plagado de aberraciones y violaciones al debido proceso. Es decir, cuando quieren, pueden.



La soja y la droga



Es difícil no hacer la comparación de la militarización y la acción gubernamental en los 3 departamentos mencionados. Mientras que en Concepción y San Pedro, departamentos fuertemente impactados por el avance del monocultivo de soja transgénica y sus efectos sobre el ecosistema y la población, la represión parece concentrarse sobre las comunidades rurales pobres y las organizaciones campesinas que resisten, con la oportuna excusa del combate a una desarrapada guerrilla; en el departamento de Amambay, donde el problema fundamental es el cultivo y el tráfico de estupefacientes y en cuya capital, están instalados poderosos y conspicuos narcotraficantes que desatan una guerra abierta en las narices de las autoridades, la respuesta es un silencio bastante parecido al omertá.



El presidente se negó a hacer declaraciones sobre lo sucedido. El ministro de Defensa, Diógenes Martínez, dejó meridianamente claro que el narcotráfico no representa un problema para la seguridad nacional o un peligro para la integridad territorial y que los militares deben concentrarse en los casos de “terrorismo” impulsado por grupos como el escuálido y fantasmagórico EPP [8]. En cuanto al ministro del Interior, a pesar de su inoperancia completa, sigue en el puesto sin que nadie se explique cómo o por qué.



Para coronar está caótica situación, el jefe de la secretaría de lucha antidroga, acaba de renunciar a su cargo [9], presionado por la ciudadanía luego de una criminal intervención de sus agentes que balearon a una familia, asesinando a una niña de 3 años y dejando entre la vida y la muerte a un joven pariente de la misma. Los agentes de la SENAD y el fiscal interviniente emprendieron el asalto contra “peligrosos narcos” que resultaron ser miembros de una conocida y tradicional familia del país, sin ningún vínculo con la delincuencia.



Con este breve e incompleto balance, parece claro quiénes son los enemigos de este gobierno.




Notas

[1] “Diputados investigarán corrupción en la FTC”, 25 de junio de 2015, Diario ABC Color digital, http://www.abc.com.py/edicion-impresa/politica/diputados-investigaran-corrupcion-en-la-ftc-1380868.html, Ver también: “Polémica foto de un supuesto militar de la FTC”, 17 de marzo de 2016, Diario Ultima Hora digital: http://www.ultimahora.com/polemica-foto-un-supuesto-militar-la-ftc-n975898.html

[2] “FTC gasta más de 3500 millones mensuales en la lucha contra grupos armados”, 8 de agosto de 2015, Diario Última hora digital http://www.ultimahora.com/ftc-gasta-mas-g-3500-millones-mensuales-la-lucha-contra-grupos-armados-n920230.html

[3] “Campesinos resisten a la militarización en Paraguay”, 06 de setiembre de 2013, Rebelión http://www.rebelion.org/noticia.php?id=173487

[4] “Más de cien sicarios tomaron las calles para liquidar a Rafaat”, 15 de junio de 2016, Diario Hoy digital: http://www.hoy.com.py/nacionales/terror-en-pjc-mas-de-100-sicarios-tomaron-las-calles-para-liquidar-a-rafaat

[5] “Citan a intendente de Ponta Porâ para declarar en favor de capo narco fronterizo”, 30 de junio de 2005, Diario ABC Color digital http://www.abc.com.py/edicion-impresa/policiales/citan-a-intendente-de-punta-pora-a-declarar-en-favor-de-narco-fronterizo-840379.html

[6] “La SENAD arroja algunas hipótesis sobre el asesinato de Rafaat”, 16 de junio de 2016, Diario Última Hora Digital http://www.ultimahora.com/titular-la-senad-arroja-algunas-hipotesis-el-asesinato-rafaat-n1000212.html

[7] “Fiscalía pide condenas de 5 a 40 años para campesinos”, 15 de junio de 2016, Periódico alternativo E’a http://ea.com.py/v2/caso-curuguaty-fiscalia-pide-condenas-de-5-a-40-anos-para-campesinos/

[8] “Ministro de defensa no ve necesaria una militarización”, 17 de junio de 2016, Diario Última Hora digital: http://www.ultimahora.com/ministro-defensa-no-ve-necesaria-una-militarizacion-n1000430.html

[9] “Caso niña baleada: Luis Rojas confirma su renuncia a la Senad”, 20 de junio de 2016, Diario Última Hora digital http://www.ultimahora.com/caso-nina-baleada-luis-rojas-confirma-su-renuncia-la-senad-n1001137.html


Gustavo Zaracho, Periodista, miembro del Colectivo Paraguay en Francia.


Brexit


Alejandro Teitelbaum

www.alainet.org/240616



Los ciudadanos –cada vez menos- creen todavía que sus respectivos países son gobernados por medio de sus representantes (que en realidad –cualquiera sea su color político- representan puntualmente al poder económico).



Pero esos mismos ciudadanos hace ya tiempo que mayoritariamente no se tragan la píldora de que las instituciones de la Unión Europea los representan de alguna manera y que se ocupan de la construcción de una Europa solidaria, democrática y social.



Esa es la interpretación que cabe hacer del resultado del plebiscito favorable al Brexit.



Veamos.



Las tres instituciones principales de la Unión Europea son el Consejo de la Unión Europea, la Comisión y el Parlamento. Los miembros de este último son elegidos por el voto directo de los ciudadanos de los estados miembros.



El Consejo de la Unión Europea (antes Consejo de Ministros) está constituido por los primeros ministros o jefes de gobierno de los estados miembros de la Unión Europea. Sólo en algunas ocasiones participan en las reuniones los primeros ministros o jefes de gobierno, pues a sus reuniones periódicas asiste el ministro correspondiente de cada uno de los gobiernos según sea el tema a tratar (en temas de agricultura, asistirán los ministros de agricultura, etc.).



El Consejo tiene seis responsabilidades básicas: 



1] Aprobar leyes europeas (directrices), en muchos ámbitos legisla en común con el Parlamento Europeo. Pero, y esto es importante, por regla general el Consejo no toma la iniciativa y solo actúa a propuesta de la Comisión y previa consulta al Parlamento.

2] Coordinar las políticas económicas de los Estados miembros. Tarea a cargo de los Ministros de Economía y Hacienda.



3] Concluir acuerdos internacionales entre la UE y una o más organizaciones de Estados o internacionales. También puede concluir convenios entre los Estados miembros de la UE en determinados campos como el de impuestos, etc.



4] Aprobar el Presupuesto de la UE, junto con el Parlamento. El Consejo tiene la última decisión sobre los gastos obligatorios mientras que el Parlamento la tiene en los gastos no obligatorios, si no se ponen de acuerdo en la aprobación del presupuesto.



5] Desarrollar la política exterior y de seguridad común de la UE (PESC), basándose en las directrices decididas por el Consejo Europeo.



6] Coordinar la cooperación entre los tribunales nacionales y la policía en materia penal (Justicia y asuntos de interior – CPJP).



El Consejo toma sus decisiones, según establezcan los tratados, por unanimidad, por mayoría cualificada: se asigna a cada Estado miembro un número de votos (voto ponderado), que es la forma en la que se toman las decisiones más importantes y por mayoría simple para las decisiones de procedimiento.



El Parlamento, elegido por el voto directo de los ciudadanos, no tiene sin embargo el poder de iniciativa en materia legislativa, que corresponde en lo esencial a la Comisión Europea.



La Comisión Europea es algo así como el poder ejecutivo de la Unión Europea, aunque también con amplias facultades legislativas (directrices), espacio en el que tiene la iniciativa en las cuestiones fundamentales, como ya se ha señalado.



El Consejo de la Unión Europea (reunión de los ministros o jefes de Estado de los estados miembros) designa, por mayoría calificada, al presidente de la Comisión Europea y dicha designación se somete a la aprobación del Parlamento Europeo. El presidente designado de la Comisión nombra, en consulta con el Consejo de Ministros, a los 27 Comisarios que componen la Comisión. El conjunto de los miembros de la Comisión recibe la aprobación del Parlamento por mayoría simple, tras una serie de comparecencias de cada comisario ante las diferentes comisiones parlamentarias competentes. Al final de este proceso el Consejo de Ministros nombra a la Comisión en su conjunto, por mayoría calificada. Buena parte de los Comisarios siempre ostentan un currículo ostensiblemente ligado a grandes empresas transnacionales.



La función principal de la Comisión es proponer y poner en práctica las políticas de la Unión Europea, vigilar la aplicación de los tratados europeos y tiene el cuasi monopolio del derecho de iniciativa en el llamado «primer pilar» de la Unión Europea, que son sobre todo los temas económicos básicos, lo que le permite pesar en las decisiones del Parlamento y del Consejo de Ministros. Incluso el artículo 250 del Tratado Constitutivo de la Unión Europea requiere un voto unánime para que el Consejo de Ministros modifique una propuesta de la Comisión.



Pero, como pequeña compensación, el Parlamento y el Consejo de Ministros pueden pedir a la Comisión que adopte normas en alguna materia.



En los llamados segundo y tercer pilar la Comisión comparte el derecho de iniciativa con el Consejo de Ministros.



Existe lo que se llama el procedimiento de codecisión (Comisión, Consejo y Parlamento) pero en los hechos quien orienta la política de la Unión Europea es la Comisión, por razones institucionales y también porque las tendencias neoliberales y privatizadoras son compartidas por los Gobiernos conservadores, socialistas y de coalición conservadores-socialistas de los países de la Unión Europea, que juntos tienen el control total de las instituciones europeas.



Prueba de ello es que desde que se introdujo el procedimiento de codecisión en 1995, el Parlamento rechazó hasta 2004 dos proyectos sobre 420. Los 418 restantes se aprobaron en primera o en segunda lectura o después de un procedimiento de conciliación.



Así es como la política de la Unión Europea es consecuentemente ultraliberal y al servicio del gran capital y su ejecutante es la Comisión Europea.



Un periodista y sindicalista belga, Gérard de Selys, cuenta [1] cómo, mediante el trabajo en equipo de la Comisión Europea y de la Mesa Redonda de los Industriales Europeos ‑ERT (las transnacionales Volvo, Olivetti, Siemens, Unilever y otras), ayudados por el Tribunal Europeo de Luxemburgo que interpreta a su manera las reglas comunes sobre la competencia del Tratado de Roma de 1957 que instituyó la Comunidad Económica Europea, está culminando el despojo al patrimonio público de los países europeos de las industrias actualmente más dinámicas y rentables: las telecomunicaciones y las comunicaciones electrónicas.



Más allá del círculo íntimo de la Comisión Europea y de la Mesa Redonda de los Industriales Europeos está la UNICE -Unión de las Confederaciones Industriales y de Empleadores de Europa- que controla estrechamente a la Comisión europea. Los 39 miembros de la UNICE mantienen representaciones permanentes en Bruselas y un verdadero ejército de «lobbystas» para influir sobre las decisiones de la Comisión [2].



El libro de Selys es de 1995, pero desde entonces y hasta hoy la ofensiva privatizadora de la Comisión Europea contra los servicios públicos (con el respaldo activo de las sociedades transnacionales) no ha cesado: en su punto de mira se halla ahora el correo, la salud, la educación y el medio ambiente. En un artículo publicado en Le Monde Diplomatique de julio del 2000 (Susan George y Ellen Gould, Libéraliser, sans avoir l’air d’y toucher) se cita un documento de la Comisión Europea en el que se afirma lo siguiente: “la participación activa de las industrias de servicios en las negociaciones es crucial para permitirnos alinear nuestros objetivos de negociación con las prioridades de las empresas. El AGCS (Acuerdo general sobre el comercio de servicios -OMC) no es solamente un acuerdo entre gobiernos. Es ante todo un instrumento en beneficio del mundo de los negocios” [3].



El 4 de junio de 2003, el Parlamento Europeo, reunido en sesión plenaria en Estrasburgo, acordó por amplia mayoría autorizar la liberalización de los mercados de la electricidad y el gas, incluido el suministro a particulares, a partir del 1º de julio de 2007.



Después del rechazo del proyecto Constitución Europea se elaboró un nuevo texto que firmaron los gobiernos europeos en Lisboa el 13 de diciembre de 2007.



Salvo algunos cambios institucionales positivos (aumento de algunas prerrogativas, más bien formales, del Parlamento Europeo, resguardo en algunos aspectos de las facultades soberanas de los Estados nacionales), el nuevo tratado no modifica en nada la orientación prevaleciente de una normatividad y una práctica de las instituciones europeas poco democráticas y al servicio del gran capital.



En mayo de 2005 se realizó un referéndum en Francia para convalidar o no la adhesión al nuevo Tratado. El 55% del electorado se pronunció en contra. Pero en 2008 el gobierno francés –ignorando el resultado del referéndum- hizo aprobar el Tratado de Lisboa por el Parlamento con el voto de los diputados de derecha y de la mayoría de los diputados del Partido socialista.



La Unión Europea está negociando una serie de acuerdos regionales de asociación económica, (Economic Partnership Agreements- EPA), con países pobres. Los EPA son convenios de preferencias comerciales recíprocas en el marco del llamado Pacto de Cotonou, entre la UE y el grupo de 77 países que fueron enclaves coloniales europeos en África, el Caribe y el Pacífico (ACP). La UE, en sus propuestas de acuerdos comerciales, exige a los países del Sur que abran sus mercados a las empresas europeas, amenazando así empleos, industrias y servicios públicos en las naciones más pobres.



La UE sostiene que los EPA integrarán a los países ACP a la economía mundial, promoverán el desarrollo sustentable y contribuirán a la erradicación de la pobreza.



Los convenios propuestos bajo el Pacto de Cotonou eliminarían los aranceles a los productos de importación y facilitarían a los países de la UE la venta de bienes subsidiados.



La UE negocia acuerdos similares con otros países pobres



Dos organizaciones no gubernamentales, Traidcraft de Gran Bretaña y EcoNews Africa, de Kenia, señalaron en un informe titulado "Los EPA a través de los lentes de Kenia", publicado en setiembre de 2005, que el deteriorado sector manufacturero, la creciente pobreza y el desempleo en países como Kenia deben ser seriamente considerados antes de firmar estos convenios, agregando que la liberalización económica y comercial de los últimos años en ese país africano produjo "situaciones extremas", incluyendo altos índices de criminalidad y de prostitución, deterioro de la educación e incluso suicidios y que el número de personas pobres aumentó de 11 a 17 millones", más de la mitad de la población keniata [4].



Últimamente la Unión Europea se ha “ilustrado” con el feroz chantaje ejercido contra Grecia (véase Feroz chantaje sobre Grecia, http://www.alainet.org/es/articulo/169961) y el virtual genocidio que está cometiendo contra la inmigración clandestina (véase La “solución final” de la Unión Europea para la inmigración clandestina http://www.alainet.org/de/node/169163)



En cuanto a América Latina y el Caribe, la Declaración Final de la Cumbre social de los pueblos, “Enlazando Alternativas” realizada en Lima del 13 al 16 de mayo de 2008, decía entre otras cosas:



...rechazamos el proyecto de Acuerdos de Asociación propuesto por la Unión Europea y avalado por diversos gobiernos latinoamericanos y caribeños que solo buscan profundizar y perpetuar el actual sistema de dominación que tanto daño a hecho a nuestros pueblos. La estrategia de la Unión Europea "Europa Global: Competir en el mundo", supone la profundización de las políticas de competitividad y crecimiento económico que buscan implementar la agenda de sus transnacionales y profundizar las políticas neoliberales, incompatibles con el discurso sobre el cambio climático, la reducción de la pobreza y la cohesión social. A pesar de que se pretende velar su naturaleza incorporando temas de cooperación y diálogo político, la esencia de la propuesta es abrir los mercados de capitales, bienes y servicios, proteger la inversión extranjera y reducir la capacidad del Estado de promover el desarrollo económico y social”.



En conclusión, la Unión Europea es profundamente antisocial (con 20 millones de desocupados y donde las desigualdades no cesan de profundizarse), atlantista y belicista (participación en la guerra del Golfo y en las agresiones contra Yugoslavia, Irak y Afganistán) a las antípodas de lo que tendría que ser: una potencia independiente y pacífica en el concierto mundial, democrática y social y dispuesta a establecer relaciones mutuamente ventajosas y en un pie de igualdad con otras regiones y países.



No debe sorprender entonces el resultado del referéndum en Gran Bretaña y tampoco es de extrañar que la abstención en las elecciones para el Parlamento Europeo sea cada vez más elevada. Los pueblos europeos tienen conciencia de que la Unión Europea no representa sus intereses y que los Gobiernos que la integran (de derecha y socialistas) evitan cuidadosamente una verdadera democratización de sus instituciones y un giro hacia políticas sociales. Aunque tratan de reconquistar a la opinión pública con algunas reformas gatopardistas luego de cada rechazo popular en las urnas, cada vez más contundente.



Notas



[1] Gérard de Selys, Privé de public. A qui profitent les privatisations?, Ediciones EPO, Bruselas, 1995.

[2] Veamos qué dice la UNICE de sí misma (http://www.unice.org/ Le porte-parole des entreprises en Europe).

La UNICE es la voz del mundo de los negocios ante las instituciones de la Unión Europea. Sus 39 miembros son las organizaciones industriales multisectoriales y las organizaciones de empleadores de 31 países europeos y representa más de 16 millones de empresas, sobre todo pequeñas y medianas. La UNICE es también un interlocutor en el diálogo social europeo a nivel de la Unión Europea. La tarea principal de la UNICE es informar e influenciar los procesos de decisión en la Unión Europea, a fin de que las políticas y las propuestas legislativas con un efecto sobre la actividad económica en Europa tengan en cuenta las necesidades de las empresas. La primera prioridad de la UNICE es promover la competencia en el medio económico y la inversión a escala europea, el único camino para alcanzar un desarrollo más elevado y un empleo duradero. El mundo de los negocios necesita una Comisión eficaz.

 [3] Un grupo de investigadores, que forma parte del Corporate Europe Observatory (CEO) ha publicado un estudio muy completo sobre el papel de las sociedades transnacionales en el seno de la Unión Europea: Belén Balanya, Ann Doherty, Olivier Hoedeman, Adan Ma’anit y Erik Wesselius, Europe Inc. Liaisons dangereuses entre institutions et milieux d’affaires européens, Agone Editeur, Marseille, 21 trimestre del 2000. Edición original en inglés: Europe Inc. Regional and Global Restructuring and the Rise of Corporate Power, Pluto Press and CEO, 1999.

 [4] Reports exposes impact of free trade deals. http://www.traidcraft.co.uk/template2.asp?pageID=1867

El Estado heterogéneo es lo que quiere destruir Donald Trump


José Luis Rocha

www.envio.org.ni/junio2016



Estados Unidos son muchos estados, muchos condados, muchas ciudades con un variopinto abanico de leyes migratorias. En esa heterogeneidad, que es horizontal, que es vertical y que es de calle, es donde encuentran oportunidades diarias los migrantes indocumentados. Esa variedad es la que hay que defender, Es a esa heterogeneidad a la que apuntan los embates de Trump.



Tremolando la bandera de la xenofobia y azuzando odio contra los inmigrantes latinos, Donald Trump se ha convertido en una máquina de cosechar votos entre los sectores más conservadores del electorado estadounidense. El reality show de este histriónico personaje semeja una reedición del Know-Nothing Party, un partido que a mediados del siglo 19 hizo del rechazo de los inmigrantes su casi exclusiva plataforma programática, subió como la espuma y se desvaneció en un pestañazo. La lucha contra los latinos indocumentados recuerda también aquella otra contra los católicos irlandeses.



LAS PROPUESTAS ANTI-INMIGRANTES QUE TROMPETEA TRUMP


El nativismo de ayer tenía una gruesa raíz religiosa, el de hoy es secular y se tiñe de un fascismo que apela a los intereses de la clase obrera, que Trump presume deseosa de ingresar al paraíso de los consumidores de clase media, pero imposibilitada de conquistar ese sueño porque la continua afluencia de mano de obra barata indocumentada mantiene sus salarios en el sótano de la escala social.


En su página web Trump suscribe los más acres y mil veces rebatidos prejuicios contra los inmigrantes: que incrementan el crimen, el desempleo y el gasto fiscal. Son los mismos argumentos que encontramos en la página web de los Minute Men, un grupo paramilitar anti-inmigrante en decadencia.



Mesándose su vaporoso copete de cuestionada procedencia, Trump trompetea trompizas contra los inmigrantes: un muro fronterizo de costa a costa, aplicación irrestricta de las leyes migratorias, triplicar el número de oficiales de inmigración, verificación electrónica del estatus migratorio de todos los empleados (aplicación nacional del e-verify made in Arizona), deportación obligatoria de todos los extranjeros que cometan delitos, detención de todos los que cruzan la frontera sin autorización, fin de las ciudades santuario mediante la supresión de fondos federales a las ciudades que rehúsen aplicar las políticas migratorias, severos castigos a quienes permanezcan más tiempo del asignado en su visa, redadas policiales contra las maras 13 y 18 que “han aterrorizado el país”, supresión del ius soli (derecho a la ciudadanía a los nacidos en territorio estadounidense) para los hijos de indocumentados, y endurecimiento de los requisitos de admisión para los solicitantes de refugio y asilo.


Por muy demenciales que parezcan sus propuestas, sobre todo por el premeditado tono delirante en que han venido siendo proclamadas, es obvio que el nada despreciable volumen de aprobación cosechado indica que encuentran eco, más bien son el eco, de un sector de la opinión pública estadounidense.


Pero el contenido mismo de las propuestas pregona que no reflejan la totalidad de la opinión pública, si estimamos que las divergencias de esa opinión pública han quedado ya plasmadas en la heterogeneidad estatal, en la diversidad de políticas de ese conglomerado de estados, condados, ciudades y entidades estatales que integran los Estados Unidos.



LOS GOLPES QUE SERÍAN MÁS CONTUNDENTES


Entre los trompicones que Trump quiere producir en la migración indocumentada, los más certeros van dirigidos contra la heterogeneidad estatal. Triplicar los agentes de inmigración no va a producir mejores resultados. Su desmesurado aumento en los últimos años ha venido de la mano de un descenso en las detenciones en la frontera. El muro tampoco ha conseguido detener a los migrantes, pero sí los ha forzado a diversificar sus formas de ingreso y a enfrentar más riesgos.


Las propuestas verdaderamente efectivas de Trump son las que dan en la madre a la heterogeneidad estatal. Sería un dardo al centro la aplicación irrestricta de la legislación migratoria que impone el colaboracionismo anti-inmigrante a las policías locales. Lo sería la cobertura nacional del e-verify, que elimina la posibilidad de que ciudades y Estados rehúsen su implementación. Y lo serían también más requisitos para la concesión de asilo y refugio que reducen el margen de discrecionalidad favorable a los aplicantes. También, la supresión de las ciudades santuario, donde los indocumentados han disfrutado casi de los mismos derechos que los ciudadanos.


Hasta el momento ha existido una incómoda convivencia de estas políticas junto a los operativos anti-inmigrantes de “la migra”. Ese doble baremo ha sido interpretado como un juego ambivalente que beneficia al gran capital porque mantiene a un significativo volumen de los trabajadores en una situación de precaridad que mantiene deprimidos los salarios. Pero el hecho de que exista ese “producto”, no significa que sea el único producto ni que ese sea el origen de la conflictiva convivencia, pues ante todo expresa la diversidad de pareceres y su confrontación en forma de leyes que atacan leyes y de instituciones que descalifican instituciones.


Trump quiere una artificiosa imposición de una política unificada. Busca demoler la mera esencia de la política: la expresión del disenso. De cara a su objetivo, golpea con contundencia. Los daños colaterales a la dinámica política serían profundos, y no digamos los daños directos a los migrantes. No creo que Trump consiga estos dos objetivos: el segundo proclamado, el primero semi-velado. Por eso, no tiene sentido profundizar en la denuncia por vía directa -señalando los males que puede infligir a los migrantes y al sistema político estadounidense-, sino por vía indirecta y positiva: mencionando los efectos benéficos de la heterogenidad estatal. Esos efectos explican por sí mismos por qué esa heterogeneidad se ha convertido en blanco predilecto del ataque de Trump.



EL ESTADO TAMBIÉN PUEDE SER UN ALIADO DE PESO


Los inmigrantes centroamericanos indocumentados necesitan un terreno fértil que posibilite su inserción cotidiana y su despliegue en formas que conecten con el cambio en las políticas. Ese terreno lo componen los medios de comunicación, las universidades y sus académicos, los artistas y otras figuras de la farándula, las organizaciones y activistas, las iglesias y sus agentes de pastoral, algunos empresarios...


Son apoyos cuya reiteración e impacto, ponderados a través de numerosas entrevistas y de la observación participativa, resultan sustanciales. Pero no son los únicos. Hay un gran ausente: el Estado. La vertiente dominante de la tradición marxista nos habituó a percibir al Estado como un neto instrumento de los dominantes. Pero también puede ser un aliado de peso, incluso cuando no hay condiciones revolucionarias, a condición de que sea heterogéneo.


La heterogeneidad estatal es un factor del que los dominados pueden valerse para alcanzar sus objetivos. Es un rasgo que a veces tiene una presencia notoria y otras se desliza sutilmente o es apenas un trasfondo. El Estado del control y de la vigilancia también es el Estado de las ciudades santuario. La Border Patrol Nation sigue manteniendo elementos de la Immigrant Nation. Si no fuera así, los indocumentados tendrían muy restringidas oportunidades de insertarse en esa sociedad. Una legislación y unos requerimientos burocráticos heterogéneos o aplicados con cierta discrecionalidad en favor de los indocumentados pavimentan la vía hacia las oportunidades de neutralizar las exclusiones. Trump dirige sus saetas contra la fuente de esas oportunidades.



EL ESTADO: UN TERRENO DE LA LUCHA DE CLASES


Pierre Bourdieu nos previene contra el peligro de no ser más que instrumentos para que el Estado piense sobre sí cuando usamos las categorías construidas por el desempeño de la burocracia.


En otro texto Bourdieu presenta otro planteamiento al citar la tesis del neomarxista Joachim Hirsch, quien “insiste en el hecho de que el Estado es el lugar de la lucha de clases, que el Estado no es simplemente el instrumento de la hegemonía de la clase dominante. En el seno del Estado, hay personas que apoyan el lado liberal o, por el contrario, el lado estatal. Es un gran territorio de enfrentamiento. Si traducimos esto a términos de división política, tendremos a los socialistas de una parte y a los liberales de la otra”.


Ese enfrentamiento existe en el presente, pero también existió en el pasado con un disenso entre actores estatales y también entre éstos y aquellos hacia quienes iban dirigidas las políticas. Y ese enfrentamiento ha dado lugar a usos burocráticos, a fronteras jurisdiccionales, a distribución de poderes y a diversidad de políticas que han visto nacer un Estado variopinto. Por consiguiente, pensar con las categorías del Estado puede ser también pensar desde las luchas que se han librado en ese Estado.







CUANDO EL ESTADO ESTÁ COMPROMETIDO Y NECESITADO


Hay dos formas de heterogeneidad (horizontal y vertical) y hay también la burocracia del nivel de la calle, la que entra en contacto directo con las personas, que puede ser considerada como una profundización de la heterogeneidad vertical.


Los casos más frecuentes de la heterogeneidad horizontal pueden ser agrupados en dos tipos: heterogeneidad corporativa y heterogeneidad geográfica.

La heterogeneidad corporativa es la que tiene lugar cuando quienes, siendo perseguidos por el Department of Homeland Security y careciendo de permiso para trabajar porque las autoridades migratorias nunca se lo darían a quienes cruzaron la frontera sin autorización o excedieron el tiempo de estadía que les fue concedido, pueden acudir al Labor Commissioner’s Office, ser contratados por el Estado como babysitters y pagar impuestos. Los quichés de San Antonio Sija recurren al Labor Commissioner’s Office cada vez que sus derechos son atropellados y migrantes centroamericanas contratadas como babysitters por los gobiernos de los distintos estados y condados.


El Labor Commissioner’s Office defiende los derechos de los indocumentados porque está constitutivamente comprometido con los derechos de los trabajadores, independientemente de su estatus migratorio. En el caso de las babysitters, los gobiernos de los estados y condados no están comprometidos a proporcionarles empleo independientemente de su estatus migratorio. Pero el compromiso estatal -la forma de regulación a la que están ligados- es la provisión de servicios para el cuido de niños. La contratación de indocumentadas es un efecto colateral que no tiene que ver con la actitud del Estado hacia ellas, sino con la imposibilidad de conseguir suficientes niñeras entre estadounidenses y migrantes autorizadas.


El Estado las contrata porque las necesita. Y lo mismo ocurre con los millones de indocumentados que pagan sus impuestos. El brazo financiero y masculino del Estado se comporta con los migrantes como si no estuvieran excluidos porque necesita su dinero. Esto demuestra que en la heterogeneidad puede haber un poco de progresismo corporativo y de un oportunismo administrativo cuya más exquisita formulación es The IRS agrees my taxes are not illegal (El Servicio de Impuestos considera que mis impuestos no son ilegales).


Independientemente de sus raíces estructurales en un progresismo corporativo o en una instrumentalización financiera, esa heterogeneidad posibilita que los indocumentados se inserten y que su desacato –su ingreso y permanencia no autorizados- reciba un espaldarazo legal del Estado.



EL VARIOPINTO ABANICO DE LAS POLÍTICAS MIGRATORIAS


Heterogeneidad geográfica es la que resulta de las diversas relaciones entre las autoridades locales y las autoridades federales, y entre las políticas de unas y otras.


En lo que toca a las políticas migratorias, hay un enorme abanico de tipos de jurisdicciones locales según su grado de colaboración con las políticas federales: jurisdicciones que buscan frenar la migración indocumentada mediante la imposición de sus propias restricciones sobre el acceso de los inmigrantes no autorizados a vivienda, empleo y servicios municipales; jurisdicciones que asisten a las autoridades federales en la aprehensión y detención de indocumentados; jurisdicciones que buscan activamente frenar la presencia de indocumentados en su territorio; estados y ciudades que se comunican con los oficiales de inmigración bajo circunstancias muy especiales; y jurisdicciones que no tienen voluntad de colaborar con el gobierno federal en la implementación de medidas que distingan entre residentes legales e ilegales. Entre estas últimas están las jurisdicciones que han adoptado políticas que formal o informalmente limitan la cooperación con las autoridades federales.


Los fracasos de una reforma migratoria comprehensiva han llevado a una mayor diversidad legislativa y administrativa de las migraciones que profundiza una heterogeneidad in crescendo. Según la investigadora Susan Martin, de la Universidad de Georgetown, 300 anteproyectos de ley fueron debatidos y 38 leyes aprobadas en 2005, 570 ante-proyectos y 84 leyes en 2006 y 1,562 anteproyectos y 240 leyes en 2007. Los complejos y hermosos murales elaborados por migrantes en San Francisco y otras ciudades son posibles porque la heterogeneidad da lugar a municipalidades que los fomentan, municipalidades que no penalizan, municipalidades que prohíben pero propietarios que fomentan y tienen respaldo legal para permitir los murales en las puertas de sus garajes y en los muros de sus viviendas.



CIUDADES, CONDADOS Y ESTADOS SANTUARIO: OASIS DE INDOCUMENTADOS


La modalidad de heterogeneidad geográfica más proactiva hacia la causa de los indocumentados es el santuario. Existen ciudades, condados y estados santuario, así llamados porque son jurisdicciones donde las autoridades locales rehúsan colaborar con las políticas federales anti-inmigrantes e incluso conceden una serie de derechos a los indocumentados, que abarcan un amplio espectro: desde el voto hasta becas estatales, licencias de conducir y muchos beneficios sociales.

Estas políticas se aplican después que en 1996 el Congreso estadounidense aprobara la Illegal Immigration Reform and Immigrant Responsibility Act. El nivel federal no reconoce ni regula las políticas santuario ni las ciudades santuario. Las políticas santuario están a menudo escritas y adoptan la forma de una resolución, ordenanza o acción administrativa, una orden general o especial, o unas políticas departamentales.

Los estados de Maine y Utah aprobaron en 2004 y 2011 directrices que permiten a los indocumentados vivir y trabajar. También hay políticas santuario informales, que no están escritas, pero que están sancionadas por la costumbre: sheriff que no colaboran con el DHS y así lo ordenan a sus subordinados, alcaldes que contratan indocumentados en proyectos públicos, administradores de las ciudades y otros funcionarios que denuncian las redadas del ICE...


Entre las localidades con políticas santuario están Tucson (Arizona), la ciudad de New York, los 64 condados de Colorado, casi 40 ciudades en California y 14 ciudades en Florida. Los indocumentados en Maryland, San Diego y San Francisco se benefician de las políticas santuario formales. Los indocumentados en Los Ángeles se benefician de las políticas santuario informales.


Las ciudades santuario han sido denunciadas en informes del Congreso por limitar los arrestos basados en violaciones a la legislación migratoria, por no compartir información con las autoridades migratorias, por limitar las investigaciones policiales sobre el estatus migratorio, por declinar la colaboración con “la migra” cuando emprende capturas de indocumentados, por escudar a jóvenes indocumentados para que no sean detectados por la migra y por modificar sentencias judiciales para evitarles a los indocumentados la deportación.



LAS RAÍCES DE LAS POLÍTICAS SANTUARIO, HOY ACOSADAS Y ACUSADAS


Las ciudades santuario se inspiran en el mismo concepto de las iglesias que en los años 80 acogieron en sus templos a los centroamericanos que venían de la guerra en sus países, a quienes el gobierno se negaba a reconocer como refugiados.


En favor de los centroamericanos, las iglesias retomaron una tradición que -según Stephen Nathan Haymes y María Vidal de la Universidad de Loyola de Chicago- en el período anterior a la guerra civil “adoptó la forma de un tren subterráneo que trasladó a los esclavos fugitivos hasta los estados libres del norte y Canadá. Después de la Segunda Guerra Mundial, los defensores de los inmigrantes de inspiración religiosa defendieron la admisión de miles de personas desplazadas de Europa y, a través de asociaciones de voluntarios, ayudaron a reasentar a las personas que huían de países con gobiernos comunistas durante la Guerra Fría. Durante la época de la guerra de Vietnam, el santuario se ofreció en las iglesias estadounidenses a quienes se oponían a aquel conflicto.

Este apoyo, que empezó en las iglesias, se contagió a gobiernos locales. Ordenanzas y directrices declararon espacios públicos como santuarios. Los migrantes irregulares pudieron salir de las catacumbas eclesiales a los espacios abiertos. Berkeley (California), Madison (Wisconsin) y Cambridge (Massachusetts) aprobaron ordenanzas locales declarándose santuario para los refugiados centroamericanos. Esas ordenanzas extendieron enseguida esos beneficios a todos los inmigrantes no autorizados, creando un clima de desafío municipal a las políticas federales. Las ciudades santuario de hoy son una institucionalización de las viejas luchas, claramente vinculadas al apoyo a los refugiados centroamericanos.

Si los indocumentados Dreamers de San Francisco que llegaron niños a Estados Unidos y ahora están en la universidad, pueden realizar plantones lo pueden hacer también porque el aparato estatal fue moldeado por las ondas largas de aquellos indocumentados. La generación más reciente cosecha algunos frutos de viejos árboles. De hecho, las conquistas actuales de los Dreamers varían mucho de una localidad a otra. Dependen del material que la historia -encarnado en políticas santuario- ha dejado a su disposición.


Las ciudades santuario han sido acosadas y acusadas. Acusadas de ser caldo de cultivo de la criminalidad. Algunas agencias del nivel federal han puesto precio a la cabeza de los indocumentados y aquellos que los sigan apoyando lo tienen que pagar. Las ciudades santuario lo tendrían que pagar con un menor acceso a fondos federales.


Es la misma historia que con las prisiones del ICE, pero al revés: en lugar de comprar la colaboración de los poblados pobres instalando centros de detención, castigan a las ciudades santuario negándoles recursos. Esto hará de las políticas santuario un reto mayor y cada vez más militante.



¿HASTA DÓNDE LLEGA EL BRAZO DE LA LEY?


La heterogeneidad vertical es la que se produce entre niveles que se engarzan para la aplicación de las políticas migratorias. El nivel federal tiene la preeminencia, pero sin el apoyo local ninguna política y ningún brazo de la ley es suficientemente largo para tocar el terreno.


Las políticas sólo son efectivas si aterrizan en la vida cotidiana, los barrios, los centros laborales. Sin una burocracia que llegue hasta ahí, las políticas son papel mojado. New Orleans no es una ciudad santuario. Pero en 2010 su departamento policial se negaba a colaborar con el ICE. Salvo si enviaba directamente a los agentes a hacer redadas -cosa que rara vez ocurre y sólo lo hace como escena del teatro del poder-, el ICE no tenía ningún chance de echarle el guante a uno solo de los muchos indocumentados que todos los días buscan trabajo en las esquinas de New Orleans. Lo mismo ocurría en Fairfax County, que no era ni es un condado santuario, pero cuya policía no colabora con el ICE.


La socióloga holandesa Saskia Sassen sostiene que “la combinación particular de poder y legitimidad que llamamos soberanía se está descentralizando, y es en parte redistribuida en otras entidades, especialmente en las organizaciones supranacionales, los acuerdos internacionales sobre derechos humanos que limitan la autonomía del Estado y en un régimen jurídico privado internacional emergente para las transacciones comerciales. Con todo esto que está ocurriendo, ¿qué base tiene la presunción habitual de que el Estado tiene la competencia exclusiva para el ingreso de no nacionales?” También el poder está descentralizado hacia abajo: hacia entidades territoriales menores, como los estados, condados y ciudades.


La distribución de la soberanía, que limita las posibilidades de excluir y de incluir, no es nueva en Estados Unidos. En 1957 Eisenhower tuvo que enviar al ejército para que escoltara a los primeros nueve estudiantes afroamericanos que quisieron hacer uso del derecho a una escuela secundaria sin segregación que les concedía el fallo de Brown versus Board of Education.


Lo nuevo quizás es la fuerza incluyente de la soberanía local. En Estados Unidos los indocumentados obtienen más derechos por la descentralización hacia abajo (ciudades santuario, heterogeneidad de políticas locales, no colaboración con el ICE) que por la descentralización hacia arriba, como la que se esperaría de instituciones multilaterales como el ACNUR y la OIM.



HAY EN ESTADOS UNIDOS MUCHO TERRENO PARA LA “INVASIÓN SILENCIOSA” DE MIGRANTES


Son las entidades locales, por omisión o por comisión, las que tienen tolerancia o apoyo activo a los indocumentados.


El sociólogo iraní Asef Bayat sostiene que “estados del Tercer Mundo parecen ser más tolerantes con la invasión silenciosa que los países industrializados como Estados Unidos, donde invasiones similares, aunque de forma muy limitada, también se llevan a cabo. Los estados industriales están, con mucho, mejor equipados con aparatos ideológicos, tecnológicos e institucionales para llevar a cabo la vigilancia de sus poblaciones. Las personas tienen un mayor margen de autonomía en los vulnerables y “flexibles” estados del Sur global que en los países industrializados avanzados”.


Contra la afirmación de Bayat, la heterogeneidad estatal en Estados Unidos ofrece mucho terreno para que la invasión silenciosa de los indocumentados centroamericanos -y los de otras nacionalidades de origen- prospere e incluso se fortalezca. En Estados Unidos los indocumentados no sólo logran evadir los controles en las áreas donde escenifican su desobediencia civil. Y no sólo por efecto de la tolerancia.

También cuentan con la complicidad de actores estatales. Esa complicidad adquiere un carácter más activo, aunque menos institucional, cuando los migrantes tratan directamente con los burócratas, un caso especial de la heterogeneidad vertical.



CUANDO LOS BURÓCRATAS DESOBEDECEN


Si el nivel federal tiene una limitada capacidad de implementación de las leyes cuando carece del polo a tierra que son las instituciones locales, sus efectos pueden ser aún más limitados -también muy variados- cuando descendemos a los burócratas que están en contacto directo con la población.


Maestros, trabajadores sociales, trabajadores de la salud, defensores de oficio, superintendentes, oficiales de policía, jueces, carceleros y otros empleados públicos que proporcionan los servicios gubernamentales, al aplicar las leyes y distribuir los beneficios públicos directamente entre los ciudadanos, son los diseñadores de políticas de facto debido a sus decisiones discrecionales.


Como quienes forman parte del “universo burocrático” no son un actor homogéneo, la aplicación de las políticas tiene un margen de variación de uno a otro burócrata. Ni siquiera su formación y entrenamiento logra una completa uniformidad. La sustitución de su lenguaje idiosincrásico por el estandarizado de las fórmulas hechas y la repetición de procedimientos que discurren por los mismos carriles y rehúyen las novedades y anfractuosidades de la vida cotidiana, no logran eliminar la persona, su trayectoria, su ideología, sus juicios y su disenso.


La burocracia nunca es plenamente el gobierno de nadie, y esto lo sabía Hannah Arendt por propia experiencia, pues había sido liberada por un agente de la Gestapo que simpatizó con ella, aunque no llegara ella a teorizar sobre ese episodio, quizás por considerarlo una excepción a la norma.

Los burócratas también pueden usar su poder discrecional con fines altruistas o con el propósito de contravenir la letra de la ley para que prevalezca su espíritu. Gisel Morazán -hondureña que trabaja como niñera- recibe apoyo de la trabajadora social que la visita, una asistencia que va más allá de las funciones que le han sido encomendadas.

El salvadoreño Chepe Melgar se benefició de la discrecionalidad de burócratas cercanos: “Yo estaba recién llegado cuando mi hija enfermó. La tuvieron que operar. Fue una operación complicada en el cerebro. Y yo sin papeles ni trabajo. Sin seguro social. La operación costaba muchos miles de dólares. Decenas de miles. Me dijeron que fuera donde la trabajadora social. Fui y me hizo muchas preguntas. Se compadeció de mí. Al final sólo tuve que pagar como mil dólares en abonos y cuando fuera pudiendo”. Lito Melgar se salvó de multas y de ser entregado al ICE gracias a policías que no colaboraron. En una ocasión se salvó de la multa porque el muchacho que iba de copiloto hablaba inglés: el dominio del inglés es una herramienta esencial para tratar mejor con los policías y otros burócratas.



“ME HICE LA LOCA Y ÉL SE HIZO DE LA VISTA GORDA”


En mi travesía por el desierto, en un bus que iba de Nogales a Tucson, una muchacha guatemalteca indocumentada y sus dos hijos se dirigían a San Bernardino, California. Habían sido detenidos por el ICE y estaban esperando que la corte migratoria los citara para valorar sus peticiones de asilo. No debían desplazarse. Cuando llegamos a un retén de la Border Patrol, subieron dos agentes para revisar los documentos. Pude escuchar que la agente le decía amablemente a la muchacha que no debería viajar, mientras le guiñaba el ojo y le devolvía el papel que el ICE le había emitido.


Algo semejante experimentó la salvadoreña María García: “El agente que me dijo que yo no era de México estaba serio, pero con media sonrisa. Y yo así también, con media sonrisa, que lo había engañado y que no lo había engañado, porque él me agarró aparte de todos los emigrantes que llevaban en un camión con jaulas para deportarlos. Me agarró así atrás y me dijo: “Quiero que sepas que no me has engañado”. Y yo me quedé… como que no le entendía, me hice la loca. Y él se hizo de la vista gorda”.

Los ejemplos son múltiples y cotidianos. No son una novedad. Con su estilo irreverente y provocador, el abogado y escritor chicano Oscar “Zeta” Acosta dejó constancia de su discrecionalidad en los años 70, cuando era un abogado público en Los Ángeles y ayudaba a madres solteras que no podían obtener ayuda del Estado: “Una vez que la mentira es presentada ante el tribunal, se le concede el divorcio. Así nomás. He ganado cada uno de los casos. Y ahora la pobre anciana con el bastón puede solicitar la asistencia pública para sus hijos, que es al fin y al cabo lo que quería. Ella no había visto a su anciano marido en cinco años, pero la trabajadora social le dijo que ella no podía aplicar a los fondos públicos a menos que ella solicitara el divorcio. Ya no discuto esta lógica de la trabajadora social. Cuando obtuve mi título, traté de obedecer la ley. Pero eso fue hace doce meses. Ahora simplemente hago unas preguntas y mi secretaria hace el resto”.



ARBITRARIEDAD O DISENSO EN EL DÍA A DÍA DE LOS BURÓCRATAS


Así como esta burocracia puede beneficiar, también perjudica a los migrantes, como ocurre cuando los Border Patrol disparan a los migrantes o violan a las migrantes. No son casos de desacato o de aplicación discrecional de la ley. Son burócratas que aplican una penalización extrajudicial o que delinquen abusando de la posición de poder que les confiere su cargo.



Los casos más extendidos de auténtica discrecionalidad perjudicial hacia los inmigrantes son los fallos de los jueces. Kanstroom afirma que más del 30% de casi 600 mil casos enviados a los jueces de inmigración en 2003-2004 entrañaron alguna forma de discrecionalidad. Muchos jueces tienden a ser generosos para asegurarse de que no están cometiendo un error. Pero el sistema ejerce presión y mira con suspicacia la generosidad judicial. Por eso no pueden ir demasiado lejos en los beneficios que su discrecionalidad les permite conceder. De 36 mil casos de asilo presentados a las cortes de inmigración en 2004, 74% fueron rechazados. Sólo el 3% de las aplicaciones a la Convención contra la Tortura -cuya deliberación implica un alto grado de discrecionalidad- fueron exitosos, y las cifras varían de manera alarmante de un juez a otro y de una región a otra.


Es la burocracia y no el Legislativo quien define la severidad -y la arbitrariedad- con que se aplica la legislación migratoria. La ley obtiene una parte de su legitimidad o le es negada según sea aplicada con mayor o menor celo. Los burócratas votan diariamente por la ley o contra la ley, o en favor de variantes de la ley. Su implementación de las leyes es el penúltimo eslabón de la validación social. El último es el público en general. Las decisiones cotidianas de los burócratas son las enmiendas que la ley recibe sobre la marcha. Quizás porque, como escribió Howard Zinn, “no puedes ser neutral en un tren en marcha”.


Los desacatos de los burócratas son el disenso en el día a día, ejercido por los funcionarios estatales que Kant quería obedientes, pero que aprovechan el margen que les da la ley para aplicarla según su interpretación. En ese nivel de la calle los burócratas toman la palabra y definen si el migrante es un total extraño, es un ilegal a capturar y penalizar o es un cuasi-ciudadano, cuya ciudadanía tiene derechos y cuya desobediencia civil alcanzó su objetivo.



LO QUE DONALD TRUMP QUIERE ELIMINAR


Los indocumentados consiguen insertarse y obtienen un apoyo a su desacato cuando se apoyan en instancias estatales geográficas o corporativas que hacen caso omiso del estatus legal o conceden los mismos derechos a indocumentados, residentes y ciudadanos. La existencia de esta posibilidad pone automáticamente en cuestión la ley.


Las leyes pueden ser cuestionadas no por referencia a un hipotético cambio en el futuro, sino por el cambio que ya ocurrió en otros estados o en la ciudad de al lado. Cuando un estado rechaza a los migrantes y otros no lo hacen, el principio en que se basa el rechazo queda en cuestión, deviene dudoso. Si una ley es dudosa, señaló el filósofo del derecho Ronald Dworkin, la persona que no la acata porque se atiene a su propio juicio no comete un acto injusto y el gobierno tiene el deber de protegerlo, aunque no de garantizarle inmunidad.


La heterogeneidad estatal emite señales inequívocas que siembran la incertidumbre: las leyes que penalizan a los no autorizados son leyes dudosas. Si en Maryland el Estado emite licencias de conducir para los indocumentados y en Arizona se imponen jugosas multas a quienes llevan indocumentados en sus vehículos, es obvio que ambos estados rigen su trato hacia los indocumentados por principios divergentes. La heterogeneidad siembra la duda que justifica el desacato. ¿Cuál es el principio correcto? Las personas deben remitirse a su propio juicio. Y eso es lo que hacen en la vida diaria los burócratas, los estadounidenses en general y los indocumentados.


Y eso es lo que Trump quiere eliminar al colocar un rechazo monolítico y opresivo como sustituto de una conflictiva pero dinámica heterogeneidad: busca acabar con la duda y el disenso. Si en South Carolina se proponen leyes que nieguen el refugio a quienes el gobierno federal ya reconoció como tales y en California se tiende a expandir los derechos de los indocumentados hacia un horizonte que los iguala a los derechos de los ciudadanos, el debate está abierto.


¿Qué estado se orienta por los principios que más representan los intereses de su comunidad y del conjunto de estados? ¿Qué estado es más coherente con su cuerpo legal? La heterogeneidad abre estas y muchas otras preguntas. Sobre todo, abre la posibilidad de que los indocumentados sean incluidos en grados e instancias diversos. La heterogeneidad estatal abre las puertas para que los indocumentados puedan recurrir a la ley.



LOS ESPACIOS EN QUE SE MUEVEN


Para hacernos cargo de la peculiar relación que los migrantes indocumentados sostienen con el aparato estatal estadounidense debemos tener presente que los indocumentados pagan impuestos.


En Maryland pueden votar en las elecciones locales y son contabilizados en el censo que sirve de base para la asignación de subsidios, impuestos y el número de representantes en la Cámara. Los excluidos e ilegalizados están parcialmente incluidos y en una legalidad liminal. A juicio de Habermas, la desobediencia civil debe moverse en ese umbral incierto entre la legalidad y la legitimidad.


Ese umbral describe adecuadamente la situación de liminalidad de los indocumentados. Durante el boicot a los buses en el Montgomery County cuando se libraba la lucha por los derechos civiles, los conductores de los car pools -transporte alternativo para mantener el boicot- eran llevados a juicio. Todos fueron absueltos. Los afroamericanos pudieron aprovechar que la privación de derechos no era total. En los márgenes de ese uso parcial de los derechos y las instituciones públicas es mucho lo que se juega. Ése es el terreno en el que se mueven los indocumentados. Ésos son los espacios disponibles para mejorar sus oportunidades de vida, que aprovechan con coraje y creatividad para afirmar su voluntad colectiva contra todo pronóstico y para eludir las restricciones.



LO QUE HAY QUE DEFENDER


En Estados Unidos los indocumentados emplean la heterogeneidad estatal para ejercer derechos y hacer que su presencia continua sea una ciudadanía en construcción. Esa heterogeneidad expresa corrientes adversas a los indocumentados, pero también es la institucionalización de conflictos previos entre el ingreso no autorizado y las políticas migratorias estadounidenses.


Los indocumentados están cosechando las cristalizaciones de luchas pasadas, muchas de ellas libradas en los años 80 con el trabajo de las iglesias, el acumulado de las organizaciones y la institucionalización de sus logros en la estructura estatal. Las acciones actuales de los indocumentados y sus posibilidades de éxito tienen como condición de posibilidad y eficacia este sedimento histórico.


Las políticas adversas no son la única herencia que la historia ha legado a los indocumentados. Hay también un enorme acervo de actores pro-migrantes, de cultura política, de elaboración ideológica, de normas informales y formales, de líderes, de experiencia e instrumentos de lucha pacífica constructiva y confrontativa. Eso es lo que hay que defender, porque ahí están las oportunidades que en la vida cotidiana encuentran los migrantes.


Los asesores de Trump hicieron un diagnóstico certero. No podemos echarlo en saco roto. Y hay que defender la heterogeneidad contra los embates de Trump.



MIEMBRO DEL CONSEJO EDITORIAL DE ENVÍO.