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Tiempos difíciles en una era de cambios.
Por: Rev. Manning Maxie Suárez.

En el libro del Eclesiastés (Ekklesiastés), en la biblia, libro sagrado para judíos como para cristianos, existe un capítulo que se puede titular “Hay un tiempo para todo” Me refiero al capítulo 3 del mismo y que inicia diciendo: “1. Todo tiene su momento oportuno; hay un tiempo para todo lo que se hace bajo el cielo: 2 un tiempo para nacer, y un tiempo para morir; un tiempo para plantar, y un tiempo para cosechar; 3 un tiempo para matar, y un tiempo para sanar; un tiempo para destruir, y un tiempo para construir; 4 un tiempo para llorar, y un tiempo para reír; un tiempo para estar de luto, y un tiempo para saltar de gusto; (3:1-4.)”

El Libro del Eclesiastés pertenece al grupo de escritos sapienciales de la biblia, y al parecer fue escrito por el mismo Rey Salomón en su época de ancianidad. El autor se autonomina: Qohélet que significa: "el congregador".  Lo cierto es que, cuando lees este libro, encuentras en el mismo una sabiduría llena de sentido común, tal vez por aquello de que los años cuando suman experiencias y la analizas con profundidad salen grandes enseñanzas basadas en lo que tiene sentido común, y algunas veces en lo que no lo tiene.

Hemos vivido semanas llenas de tragedias, que han dejado no solo pérdidas materiales millonarias en diferentes países del mundo sino también pérdidas humanas irreparables todas. Huracanes, Terremotos, Tornados, Guerras, Atentados, Conflicto Nuclear en este mes de septiembre 2017, han dejado un sin sabor apocalíptico para muchas personas alrededor del mundo. Los medios de comunicación nacional e internacional no han parado por horas de transmitir estas realidades.  Definitivamente hemos pasado de un tiempo para nacer, a un tiempo para morir; de un tiempo para construir a un tiempo para matar; y así a un tiempo para destruir, a un tiempo para llorar, a un tiempo para estar de luto.

A pesar de ello, comentaba con algunos amigos, el valor de miles de personas afectadas y de aquellas que siempre están listo para la Solidaridad Humana, se ha hecho sentir.  Que alegría fue el saber que nuestro país Panamá, casi de inmediato estaba enviando personal y ayuda a México para ayudar a los miles de personas afectadas por tan terrible terremoto.  El espíritu humano, siempre se sobrepone ante las adversidades de la vida.  Entre más terrible sea esa realidad que nos golpea fuerte hasta tirarnos al piso a comer polvo, el espíritu humano impulsado por esa fe en la vida nos levanta siempre haciendo crecer en nosotros la nueva esperanza en la Vida.

Los hechos acaecidos recientemente en países devastados, no por la guerra, sino por estas fuerzas invencibles de la naturaleza, como los países de las islas del caribe, el estado de la Florida, México en ambas costas y otras naciones, se levantarán sin duda alguna de su devastación porque esa es nuestra naturaleza.

Todo tiene su momento oportuno; hay un tiempo para todo lo que se hace bajo el cielo.  Ahora nos toca un tiempo para nacer; un tiempo para plantar, y para cosechar; un tiempo para sanar; un tiempo para construir; un tiempo para reír; un tiempo para estar de luto, un tiempo para saltar de gusto.  Ánimo a todos, que después que pasa la tormenta siempre viene la calma.