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Classical Music for Brain Power - Mozart Effect



CLASSICAL MUSIC FOR BRAIN POWER
MOZART EFFECT

Wolfgang Amadeus Mozart
01 Ascanio in Alba, K. 111: Ouverture 00:00
02 Lucio Silla, K. 135: Ouverture I. Molto
allegro
03:27 II. Andante 07:17 III. Molto allegro 10:04
03 Eine Kleine Nachtmusik in G Major, K. 525 I. Allegro 11:44 II. Romanza. Andante 17:47 III. Minuetto. Allegretto 24:25 IV. Rondò. Allegro 26:51
04 Flute Concerto No. 2
in D Major, K. 314 I. Allegro aperto
30:04 II. Adagio non troppo 38:09 III. Rondo. Allegretto 45:52
05 La Finta Giardiniera
(“The Pretend Garden-Girl”), K. 196: Ouverture
51:33
06 Symphony No. 36 in C
Major, K. 425 "Linz" II. Andante con moto
57:38 III. Menuetto 1:05:06
07 Symphony No. 41 in C
Major, K. 551 "Jupiter" II.
Andante
cantabile
1:08:21 IV. Molto Allegro 1:16:40
08 Flute Concerto No. 1 in G Major, K. 313 I.
Allegro maestoso
1:25:35 II. Adagio - Allegro ma non troppo 1:34:39 III. Rondò – Minuetto 1:44:09
09 Bastien und Bastienne, K. 50: Ouverture 1:51:54
10 Symphony No. 40 in G Minor, K. 550: I. Molto
allegro
1:53:52
11 Piano Concerto No. 21 in C Major, K. 467 I.
Allegro maestoso
2:02:05 II. Andante 2:16:35 # 1, 3 & 9: Opole Philharmonic Orchestra conducted by Werner Stiefel # 2, 4-7, 10 & 11: rchestra da Camera Fiorentina conducted by Giuseppe Lanzetta Flute on # 4: Andreas Blau | Piano on # 11: Jörg Demus # 8: Ubaldo Rosso, Opole Philarmonic Orchestra conducted by Silvano Frontalini

The term “Mozart Effect” was first coined in 1991 by Alfred Tomatis, who used Mozart's music as the listening stimulus in his work attempting to cure a variety of disorders. The approach has since then been popularized in Don Campbell's book, “The Mozart Effect”, which is based on an experiment suggesting that listening to Mozart temporarily boosted scores on one portion of the IQ test. Hence the idea that “listening to Mozart makes you smarter” and that if children or even babies listen to Mozart they will become more intelligent.

Wolfgang Amadeus Mozart
(1756–1791) was a prolific and influential composer of the Classical era. Born in Salzburg, he showed prodigious ability from his earliest childhood. Already competent on keyboard and violin, he composed from the age of five and performed before European royalty. At 17, Mozart was engaged as a musician at
the Salzburg court, but grew restless and traveled in search of a better position. While visiting Vienna in 1781, he was dismissed from his Salzburg position. He chose to stay in the capital, where he achieved fame but little financial security. During his final years in Vienna, he composed many of his best-known symphonies, concertos, operas, and portions of the Requiem, which was largely unfinished at the time of his death. He wrote more than 600 works, many acknowledged as pinnacles of symphonic, concertante, chamber, operatic, and choral music. He is among the most enduringly popular of classical composers, and his influence is profound on subsequent Western art music.


Ludwig van Beethoven composed his own early works in the shadow of Mozart, and Joseph Haydn wrote: "Posterity will not see such a talent again in 100 years".

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No sólo el gobierno persigue al padre Solalinde, también lo hace la jerarquía

Elena Poniatowska

No sólo el gobierno mexicano persigue a Alejandro Solalinde, sacerdote católico de 72 años, defensor de derechos humanos, sino que el episcopado mexicano lo persigue con saña. En junio, el PRD lo acusó de proselitismo en favor de Delfina Gómez, candidata de Morena en el estado de México, y estaba citado ante el Instituto Electoral (IEEM) para el jueves 13 de julio, pero de buenas a primeras el PRD retiró la demanda. Muchos habríamos acompañado a Solalinde a declarar. Fundador del albergue para migrantes Hermanos en el Camino, en Ixtepec, Oaxaca, lo han golpeado y asaltado tanto que ahora anda con una escolta de cuatro jóvenes laicos.

“La única vez que mis escoltas, en cinco años, han usado la fuerza –hasta eso muy moderada–, ha sido en la Basílica de Guadalupe, porque acudí con 36 cubanos que habían estado presos durante dos meses en la estación de Acayucan, Veracruz, porque querían alcanzar a su familia en Estados Unidos. Uno de ellos de plano intentó suicidarse. Entonces hice uso de una figura jurídica que tenemos en los albergues y se llama custodia. Saqué a los 36 cubanos, además de una persona de África y otra de Haití, y venimos a México a su regularización migratoria. En el camino, Migración los quiso extorsionar dos veces y, llegando a la Tapo, la policía privada también actuó en contra de la ley y los corrí. En la Ciudad de México, los cubanos querían ir a la Villa. Entramos por una puerta lateral, un padre celebraba misa; en voz baja les dije que no les podía explicar nada de la Virgen de Guadalupe hasta que terminara, pero los guardias del templo me amenazaron: ‘Usted no puede estar hablando aquí’. ‘Eso mismo les estoy diciendo y vamos a esperar a que acabe la misa’. ‘¡Sálgase! No importa si es sacerdote, no importa quién es usted, si está con este grupo, lárguese’. ‘No me voy a salir’. Intentaron sacarme a la fuerza y Jorge, uno de los escoltas, me protegió. Es la única vez en que uno de mis escoltas ha intervenido.

Tengo escoltas porque varias veces han intentado matarme. Imagínese, una vez me mandaron golpear y van dos veces que me meten en la cárcel. Han querido quemar el albergue en Ixtepec y quemarme a mí.

Migrantes, como mercancía

–¿Cuándo empezó esa persecución?

–En enero de 2007 interrumpí el sexto secuestro masivo de migrantes y a partir de ahí llovieron las amenazas, porque les quitamos el negocio. Querían secuestrarlos y hacer trata. A Ixtepec llegaba el tren con miles de migrantes. Para la policía de Ulises Ruiz Ortiz eran como mercancía que había que separar: las mujeres a la prostitución o a la trata; los hombres al secuestro o al tráfico de órganos.

Desde entonces tengo escoltas, no por orden del gobierno de México, sino de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, y la Organización de los Estados Americanos recomendó medidas cautelares. Son cuatro. Tres hombres y una mujer, adventista, Salomé. Los otros tres son católicos, muy respetuosos.

(¡Qué casualidad! Mientras en México, el gobierno pretende eliminar a Solalinde como hace con los periodistas que denuncian la corrupción, los abusos y las malas políticas migratorias, el Papa Francisco lo apoya.)
“El Papa me recibió muy bien. Un empleado del L’Osservatore Romano me dijo: ‘El Papa lo conoce y lo va a saludar en este sitio’, y me situó en primera fila. Dos veces pasó personal del Vaticano para checar que estuviera en primer lugar. El Papa llegó derechito a mí: ‘Santo padre, soy el padre Solalinde que trabaja con los migrantes en México’; se rió conmigo: ‘Sí, lo sé, lo conozco a usted y conozco su trabajo. Continúe, sé que no es fácil, pero continúe’. Le pedí que orara por la violencia en México y respondió que estaba orando.”

–¿Y por qué lo conoce el Papa, padre Solalinde?

–Escribí un libro que editó la Conferencia Episcopal italiana. También otro sobre el reino de Dios, que editó Buena Prensa, de los jesuitas. La periodista laica italiana Lucía Capuzzi publicó: Los narcos me quieren muerto: México, un cura contra los traficantes de hombres, porque viajó al albergue de Ixtepec en México y platicó conmigo. En dos ocasiones fui a Italia y Lucía aprovechó para entrevistarme y también mantuvimos una comunicación telefónica. Luego Luigi Ciotti, todo un personaje de autoridad moral, fundador de un movimiento ciudadano en Italia que logró liberarse de la mafia italiana, hizo el prólogo, que me gusta muchísimo.

“Lucía Capuzzi escribió este libro siguiendo el evangelio de San Mateo porque es su preferido. En realidad, a mí el evangelio que más me impacta es el de San Marcos, porque presenta a un Jesús joven siempre en conflicto. Me gusta porque es muy realista, muy cortito y muy concreto, y expone la vida del chavo Jesús, que sale de un problema y ya se mete en otro. Su vida es un solo conflicto hasta que muere. Es el único evangelio que no tiene conclusión, porque Marcos quiere dejársela al lector. La conclusión sería darse cuenta que el reino de Dios es el que nos salva en medio de la ceguera humana.

“La experiencia que tuve en Italia fue fantástica. Allá tuve oportunidad de convivir con muchos sacerdotes, religiosas, obispos, arzobispos, imagínese. Aquí, yo voy a un lugar y con trabajos me pueden saludar porque no están acostumbrados a que un sacerdote haga una autocrítica de la Iglesia y señale cosas que para mí son importantes. Por ejemplo, ¿qué sacerdote le va a estar recordando a los obispos sus responsabilidades?

No es que esté por encima de ellos, soy el último en la escala administrativa, pero tengo conciencia y he estudiado la historia de la Iglesia, y me ha costado aceptar el Vaticano Segundo para acá. En este este año cumplimos 10 años de la Quinta Conferencia Episcopal Latinoamericana, la del Santuario de la Aparecida, Brasil. En Brasil, los obispos afirmaron que estamos muy mal como Iglesia, tan mal que de plano tenemos que recomenzar desde Jesucristo. Somos una iglesia clientelar.

–¿Igual que el PRI?

–Sí, igualito. La pastoral que tenemos es sólo de conservación, de mantenimiento a través del culto, pero no se está haciendo una verdadera evangelización, una educación en la fe. Tanto los 160 obispos del tiempo de Benedicto XVI, como los de Bergoglio, el Papa actual tiene que declarar nuestro continente en estado permanente de misión. ¿A qué equivale? El continente –eclesiásticamente hablando– es zona de desastre. Han pasado 10 años y los obispos no han cumplido. Si lo hubieran hecho no tendríamos el México que tenemos hoy.

No me quieren, aunque varios me respetan

–¿Lo denuncia usted, padre, a costa de su vida?
–A costa de lo que sea. ¿Cuántos desaparecidos ha habido en 10 años, cuántos secuestrados, cuántas mujeres asesinadas cada día, cuántas fosas clandestinas, cuánta corrupción?

“Mire, le voy a contar una anécdota. Hace unos siete años, más o menos, en el momento en que salía Fidel Herrera Beltrán del gobierno de Veracruz, visité a Javier Duarte de Ochoa para pedirle que ayudara a los migrantes porque estaban secuestrándolos, extorsionándolos o de plano desapareciéndolos. Esperé a que él llegara en el palacio de gobierno de Xalapa, y recuerdo muy bien que fueron llegando personas de su gabinete y se sentaron, yo empecé a hacerles plática: ‘¿Ustedes son católicos?’ ‘Sí’. Todos católicos, ciento por ciento católicos, no había ni siquiera un cristiano evangélico. ‘¿Ustedes son amigos del arzobispo de aquí?’ ‘Sí, somos muy amigos del arzobispo Hipólito de Xalapa’. ‘¿Leen la Biblia, los evangelios?’ ‘No’. ‘¿No han leído los cuatro evangelios: Mateo, Marcos, Lucas, Juan?’ ‘No’. ‘¿Van a misa los domingos?’ ‘Sí, sí vamos a misa los domingos’. ‘¿Saben que hubo una Quinta Conferencia Episcopal Latinoamericana en Brasil?’ ‘No, pues no’. Les enseñé el folleto: ‘Este librito cuesta 30 pesos, cómprenlo o díganle al arzobispo Hipólito que se los regale. Yo se los regalaría si viviera aquí’.”

“He ido a varias diócesis y es la misma historia, nadie sabe nada, no conocen el Vaticano Segundo, no leen los evangelios, ni les importa, no leen ni su credencial de elector. En esas condiciones, ¿cómo no vamos a tener una clase política tan corrupta? Por eso no me quieren, aunque varios me respetan. Uno de ellos me dijo: ‘Mira, te voy a hablar con franqueza, no creas que no nos damos cuenta de lo mal que están las cosas, pero a estas alturas no voy a cambiar’. No deja de ser incómoda mi palabra y mi presencia. El alcalde de Orizaba me declaró persona non grata. Es curioso, porque el jefe de la Iglesia católica en Roma, el Papa, me acepta, me reconoce, pero varios miembros de la jerarquía católica aquí en México me persiguen. Yo digo que están un poco confundidos, porque no están acostumbrados a que les digan sus errores.”

–Pero las mujeres lo queremos, padre, y somos más valientes y menos cizañosas… y no decimos misa.

–Sí, en una misa en la Villa, las mujeres fueron muy valientes y con sus celulares grabaron a los policías que querían sacarnos: ¿Por qué no dejan al padre Solalinde? Está haciendo oración con las víctimas, ¿por qué no respetan? Esto sucedió en la Villa de Guadalupe, con familiares de víctimas de feminicidios. Pedí permiso al rector de la basílica Enrique Glennie para hacer una oración con víctimas de desaparición. Me negaron el permiso. Dije: Si no me lo permiten, voy a hacerlo en el atrio que es público. Leímos el Nican Mopohua de la Virgen de Guadalupe y después de decir la palabra de Dios analizamos qué acción política podríamos tomar para solucionar problemas. Ya para terminar, llegó la guardia del templo, como en tiempos de Jesús en Jerusalén, a quitarnos el megáfono. Respondí: Tenemos que terminar y vamos a terminar. Vaya a hablar con el rector de la Basílica. Ya hablé con él y por eso estamos en el atrio.
Hombres de todo o nada

–Al obispo Méndez Arceo le indignaría… Qué atraso tan horrible el de la Iglesia en México.

–Pues en Estados Unidos no cantan mal las rancheras. En Georgia me pidieron que celebrara misa y tenía todo: cartas del obispo, documentos y se negaron, porque no había ido a saludar al arzobispo. Desde entonces a donde quiera que voy, primero busco a los obispos. Algunos me reciben; otros, no. Ya tenía cita con el de Aguascalientes, pero como declaré que los obispos deberían ser personas sencillas, cercanas a la gente, caminar con el pueblo y no con el poder, ya no me recibió. En Ciudad Obregón, Sonora, tampoco lo hizo el obispo Felipe Padilla Cardona, a diferencia del Papa, que me puso en primera fila.

–Me encantó que el Papa jamás le sonriera a Trump y le hiciera cara de fuchi…

–Trump pidió llegar en helicóptero y bajar en la plaza de San Pedro y el Papa no se lo permitió. Pidió cita a las 11 de la mañana y el Papa respondió: El único horario disponible es a las ocho de la mañana. No hay antecedente en la diplomacia vaticana de haber recibido a nadie a esa hora, pero el Papa estipuló: A las ocho o nada.

–También usted, padre Solalinde, es de “todo o nada…”

–Así es.


Níquel, muerte y contaminación en El Estor


Los pescadores del lago más grande de Guatemala se ven afectado por una contaminación preocupante. La mina más grande de extracción y transformación de níquel de América Latina, la sulfúrica CGN-Pronico, es señalada por los pobladores. En mayo pasado, en pleno territorio q’eqchi’, el segundo bloqueo de camiones de la empresa suiza se volvió un drama: la policía mató a un pescador.

“Cuando mi marido se fue a la reunión de los pescadores no sabía que había tantos policías… De pronto comenzaron a lanzar bombas lacrimógenas y de una vez a disparar. Cuando salió de la casa no pensó que sería peligroso… Se fue y no volverá jamás”. Cristina Xol Pop se deshace en lágrimas. El padre de su hijo de 8 años, un pescador de 27 años originario de El Estor fue asesinado por un policía el pasado 27 de mayo. Una bala al pecho disparada a menos de 40 metros, delante de decenas de testigos que estaban ahí para bloquear el paso a los camiones de níquel. La Policía Nacional Civil reportó que al menos cinco de sus agentes sufrieron heridas durante ese incidente.

Carlos Maaz Coc formaba parte de la Gremial de Pescadores de El Estor. Como él hay cientos de pescadores artesanales que todas las noches navegan en su lancha por las aguas del lago de Izabal para hacerse de unos cuantos quetzales. La mejor de las pescas les aportará hasta Q34 la libra. Nada con lo que se pueda hacer fortuna. La casa de Carlos Maaz Coc está hecha de tablas apiladas. Tiene una mesa adentro, una cama y tres sillas plásticas afuera, una para cada miembro de la familia. Un poco de pollo y nada más. Nada superfluo. Aquí, como para la mayoría de habitantes indígenas q’eqchi’ de El Estor, el dinero siempre falta.


Cuando los pescadores perciben capas espesas y rojas en las aguas del lago, se preocupan. Y aunque regularmente se pierden sobre las playas de El Estor y se confunde con la basura que no recogen, ya nadie pone mucho caso a ese fenómeno. Pero ellos sí se alarman.

“Aprendí a pescar con mi padre cuando era un niño. No he cambiado nada a mi forma de pescar y todo el mundo sigue haciéndolo igual. ¡Y nunca habíamos visto algo así!”, explica Luis García de 42 años, cuyo hijo menor de 11 años sueña con ser pescador. “¡Hasta las fuentes de agua cuenca arriba dejaron de ser claras! ¿Qué es esta contaminación?”, se pregunta Eduardo Bin, portavoz de la Gremial de Pescadores, quien pide directamente “que se cierre la mina”.

El lago de Izabal es el más grande de Guatemala y su ribera alberga áreas protegidas donde la biodiversidad sirve de ejemplo. Sin embargo, frente a El Estor la empresa de aceite de palma africana Natur/Aceites vierte a diario aguas servidas al lago. Y a seis kilómetros al norte, sobre la misma ribera, se encuentra la Compañía Guatemalteca de Níquel (CGN)-Pronico. Visto de fuera, son dos chimeneas de varias decenas de metros de alto que human las 24 horas del día los siete de días de la semana, una montaña expuesta para su minera y un canal privado que va de la empresa al lago. ¿Qué vierte ese canal? ¿Agua contaminada?

“El agua que se usa en el procesamiento es para enfriar el sistema, no existe ningún proceso químico en la separación del ferroníquel y el agua se descarga en el lago de Izabal sin ninguna alteración”, afirmaba el 2 de junio de 2014 Erick Archila, entonces ministro de Energía y Minas del partido Patriota y hoy prófugo de la justicia. En mayo pasado un responsable técnico de la mina dijo a un periodista local que únicamente utilizan agua de lluvia y que ésta se reciclaba al infinito. De este modo, el agua se reutilizaba en permanencia y se evitaba cualquier expulsión al lago. En ese caso, ¿cuál sería la utilidad del canal? ¿Qué pasa con los sulfatos, el aluminio, el nitrato, el amonio y el cloro utilizados en la mina?



CGN-Pronico necesita mucha agua. La empresa no sólo extrae (deforesta y excava) del suelo el metal del diablo, como se conocía al níquel en la antigüedad. Su punto fuerte es la transformación del metal en ferroníquel: una mezcla de 65% de hierro y 35% de níquel. Por eso, el consorcio Solway Group, con sede en Suiza, compró en 2011 la empresa a los canadienses de HMI Nickel Inc (fusión de Skye Resources y Hubday Minerals) por US$250 millones menos del precio por el que fue adquirida. Con ambición clara, Solway Group pretende ser el primer productor de ferroníquel de toda América Latina.

Entre mayo 2007 y diciembre 2008, el precio del níquel se desplomó con la crisis mundial de materias primas: -81%. El curso del metal no se repondrá enteramente y la competencia china impone a los metalúrgicos girar hacia el ferroníquel. Lograr esto supone imponer inversiones importantes que los canadienses no están dispuestos a hacer, entre otras causas, por estar atados de manos por la controversia en relación a las comunidades indígenas locales y los procesos jurídicos internacionales.

El metal del diablo despoja a los q’eqchi’ de su tierra

En 2004 el gobierno otorgó una nueva licencia de explotación a la CGN-Pronico por 40 años y se retiró progresivamente del capital financiero (hoy el Estado mantiene únicamente 1.8%). Esto sin consultarlo a la población como ordena el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Los canadienses destacan la falta de títulos de propiedad de un territorio cuyos habitantes no los tienen y nunca los han tenido, por ser de propiedad ancestral. Un musculoso equipo de seguridad privada la hace de policía para proteger los intereses de la mina, a veces, según los pobladores, en detrimento de sus derechos. En una zona donde 67% de los habitantes viven fuera del pueblo y se concentran en comunidades (rurales), en condiciones de pobreza extrema y donde no todos hablan español: el choque es fuerte.

Los habitantes del Lote 9 recuerdan muy bien a “la empresa”. “En 2006, vinieron armados y nos peleamos contra ellos tres veces”, cuenta Mariano Caal Chub’, catequista de 60 años. La comunidad decidió entonces separarse en dos; la mitad se fue a vivir en la parte codiciada por la empresa”, y la otra mitad se quedó. Sigue: “Si los dejamos, nos quedamos sin nada. Sembramos milpa, naranjas, bananos, cardamomo”. A sus 36 años Arturo Maz Pop también se siente orgulloso de la decisión que tomó su comunidad. “Venimos aquí para proteger nuestro territorio, nuestras riquezas naturales. Es la tierra de mis abuelos. Yo nací aquí, crecí aquí y quiero que mis hijos sigan aquí”, dice.

Su líder, Rodrigo Tot, le pagó su tierra al Estado. Pero, hecho inesperado, la página en la que estaba inscrito su pago fue arrancada, desaparecida. Y después de 43 años de lucha jurídica que llegó hasta la Corte Interamericana de Derechos Humanos, y el asesinato de su hijo, en abril pasado recibió el Premio de Medioambiente Goldman, aunque el Lote 9 siga sin su título de propiedad.

El 8 de enero de 2007 el barrio La Unión vio llegar a 450 policías y 250 soldados para desalojar a sus centenares de habitantes, considerados ocupantes ilegales. Uno de ellos gritaba “¿a dónde vamos a ir? Nosotros somos de aquí. Somos los dueños de la tierra, no la compañía. La compañía es extranjera. Tenemos derecho de vivir aquí. Somos indígenas, somos q'eqchi’, somos dueños de nuestra tierra. Ellos hacen nuestro desalojo. Vamos a desalojar la compañía”. Al día siguiente quemaron decenas de casas de otra comunidad. La población está traumatizada y la lucha por el cierre de la mina comienza en medio de una cólera que no calla.

El 17 de enero de ese año, un grupo de hombres que vestía los uniformes de seguridad de la CGN, violaron a 11 mujeres de la comunidad del Lote 8. A ellas les tomará años antes de poder hablar y denunciar.


La CGN demandada aquí y en Canadá

“En abril de 2009 se firmó un acuerdo para facilitar el regreso voluntario de los ocupantes ilegales a sus hogares en el pueblo cercano de Las Nubes”, afirma CGN. El 27 de septiembre de 2009 una nueva reunión a propósito del mismo tema marcó un poco más la fractura que existe entre los dos mundos. Los enfrentamientos estallan. Adolfo Ich, líder del barrio La Unión, fue asesinado frente a la mirada de su hijo. German Chub’, un agricultor de 22 años, fue herido de bala. Él se dirigía a ver un partido de fútbol. Hoy es parapléjico. El jefe de seguridad de CGN, el exmilitar Mynor Ronaldo Padilla González, fue acusado de esos hechos. Lo capturaron en 2012, después de tres años de escapar de la justicia.

“El proceso duró dos años en Puerto Barrios. Y las víctimas fueron criminalizadas. La jueza se disculpó incluso con Padilla. Lo dejaron libre en abril pasado”, explica Grahame Russel, responsable de la ONG Rights Action. Se trata de la jueza Ana Leticia Peña Ayala, presidenta de Tribunal de Sentencia Penal de Izabal, quien en abril pasado lo desligó del proceso.  Sin embargo, la Corte Superior de Justicia de Ontario, en Canadá, ordenó en 2013 iniciar proceso penal en contra de Hudbay Minerals, subsidiaria de CGN cuando ocurrieron los hechos, como responsable de la conducta de sus agentes en Guatemala. “Es una primera acción en la historia del país. Las empresas no podrán actuar bajo impunidad en países corruptos”, señaló Russel.

En El Estor la mayoría de víctimas asegura haber sido abordadas por miembros de CGN para que retiraran sus testimonios. Uno de los campesinos recibió cinco visitas. “Las últimas fueron muy directas: ¿por qué no parás ya? Ellos son poderosos, ellos son muchos y tú no tienes nada”, le insistieron. Frente a la presión, el campesino mantiene su postura: “ellos tienen que pagar por el mal que me hicieron. No quiero decir nada más”. Y la presión persiste. “Dos personas en moto vinieron y me dijeron que los mandaba Padilla y sus abogados (pagados por CGN). Te pedimos que retires tu denuncia, me dijeron, aquí y en Canadá y te damos Q13 millones”. Eso sería una fortuna para él que ya no puede trabajar ni le alcanza para sus necesidades de familia, tampoco recibe ni un quetzal de ningún organismo y sus hermanos ganan Q50 por día en el campo.

“Yo me negué. Lo que está hecho, hecho está. Ellos deben también sufrir. Ellos me cortaron mi vida. Estoy postrado en una silla. Ellos tienen que sentir este sufrimiento. Yo tengo que luchar. Me he negado repetidas veces. Yo sabía que tratarían de callarme. Mucha gente me advirtió que la CGN me ofrecería dinero. Pero yo no me callaré. Y si quieren terminar de matarme, otros hablarán por mí”, dice.

Durante el proceso este campesino se sintió “insultado”. “Sentí que se burlaban de mí. En la justicia de Guatemala no hay esperanza para nosotros los indígenas. La justicia no nos ayuda.”

Misma cólera es la que siente Rosa, víctima de la violación colectiva que ella describe como orden de Mynor Padilla. “La jueza (Peña Ayala) fue muy racista con el pueblo indígena. Fuimos discriminados. Él (Padilla) salió libre y es como si nosotros no fuéramos seres humanos”. La fachada de la casa de Angélica Choc, viuda de Adolfo Ich, fue baleada la noche del 27 de septiembre del año pasado. “Para mí es un abuso y más aún en tanto mujer indígena. La justicia en Guatemala es una justicia sucia donde no hay orden. Nosotros sólo defendemos nuestros derechos”.

“Aquí es la peor mina del mundo”

Solway Group (US$1.3 billones en mayo de 2016) prometió mucho a El Estor con el apoyo del expresidente Otto Pérez Molina, hoy detenido y procesado por corrupción. Primero, alrededor de 400 personas rusas y ucranianas (grupo que ya produce ferroníquel) se instalaron en “la colonia”, aislados del pueblo, separadas por altos muros, alambre espigado y guardianes armados las 24 horas. Dentro de esta zona prohibida al público, una clínica de alta calidad. Y la mano de obra local cuenta únicamente con un centro de salud decrépito y mal equipado. Diferencias de trato que saben mal, aunque el grupo se jacta de ser “el empleador más grande dentro la región económica más empobrecida de Guatemala.”

Frente a sus mecánicos, Milton Gutiérrez selló la puerta, empalagado de la productividad sin fe ni ley de la dirección ejercida por los rusos, que además es peligrosa según él. Trabajó 35 años en una decena de minas en África y América Latina. Según él, esta “es la peor mina del mundo: falta de seguridad, contaminación, falta de competencia, represión y corrupción son sus métodos. Es una mafia política y financiera. Hay mucha discriminación. A los extranjeros se les paga entre US$3 mil y US$5 mil por mes y los guatemaltecos mejor calificados no ganarán más de Q5 mil. Nuestros equipamientos de seguridad son mínimos y limitados”. Desde que abrieron la mina, asegura, nunca hubo controles. “En cambio vi gente borracha trabajar de noche”. En agosto del año pasado, la explosión de una caldera en la planta dejó seis muertos y un herido. La planta nunca fue evaluada ni controlada por el ministerio de Trabajo. “Se contrató a gente sobre demanda, pero sin la formación necesaria para hacer uso de material nuevo y de baja calidad”, afirma Gutiérrez. “Es pura negligencia”.

No existe ningún sindicato en la empresa y muchos testimonios cuentan sobre el chantaje de perder su empleo en caso de reivindicaciones. “Nosotros defendemos los derechos individuales y colectivos de nuestro pueblo, de los q’eqchi’. Los hombres que trabajaron para la CGN-Pronico describen el uso de la gente como una estrategia militar”, explica Robin Macloni, director de la Asociación Defensoría Q’eqchi’.

No fue posible obtener la versión de los ejecutivos de CGN-Pronico sobre los hechos que se consignan en este reportaje.

La inversión más grande nunca antes hecha en el país

Cuando Solway Group llegó a Guatemala, la comisión de Energía y Minas del Congreso estaba en manos de los diputados del partido Patriota. Las reservas de níquel se estiman a 30 años de explotación. Y “la exportación de níquel dejará cada año a Guatemala unos US$470 millones en divisas”, anunciaba CGN-Pronico. “Además, el fisco percibirá US$50 millones (unos Q400 millones) en concepto de impuestos y pagos al Estado”.

Luis David, entonces director de Invest in Guatemala aseguraba que “al final, por cada dólar que sale, Guatemala se queda con la mitad”. La producción minera es una veta jugosa: 365 licencias fueron otorgadas en 2014, y 600 en están en curso. Las empresas extranjeras invierten con el acuerdo de los dirigentes que no les queda más que cultivar su dinero.

Solway Group fue recibido por el gobierno de Otto Pérez Molina con los brazos abiertos por el proyecto “Fénix”. Invirtieron US$551 millones en una nueva planta y se aseguró que su costo se elevaría a US$1,500 millones (unos Q12,250 millones). Cifras asombrosas que encantaron al presidente de entonces. “Esta es la inversión más grande que llega a Guatemala, lo que demuestra que en el país se puede invertir”, dijo Pérez Molina durante la inauguración, el 30 de mayo de 2014. Con una producción de 25 mil toneladas de ferroníquel previstas al año, la mina exige la autorización de la construcción de un puerto privado en Puerto Barrios, el puerto San Martín, evaluado aproximadamente en US$27 millones. Esto fue autorizado sin problema.

Un pueblo dividido y un miedo difuso

A cambio de ese trato, Solway Group anunció un aumento de la retribución al gobierno. “Un nuevo convenio de acuerdo voluntario donde aumentaron el pago de regalías de 3%”, dijo Fernando Castellano, director general de la Minería. “25% para el Estado, 17,5% para la municipalidad de El Estor, por medio de aportación directa; 17,5% será distribuido entre las comunas de Puerto Barrios, Los Amates, Morales, Linvingston y Panzos. Con este pago, el monto anual alcanzará aproximadamente Q50 millones al año entre regalías y aportes al Estado”. Hasta el momento se desconoce si el convenio fue cumplido por la minera.

En el mercado capitalista este es un buen negocio, como dicen los especialistas. Pero en el plano local, el costo social y cultural es enorme. Y luego está la gente a favor, es decir los que benefician de un empleo, y la que está en contra, básicamente el resto de pobladores. La empresa asegura que da empleo a 1.779 personas, además de cientos de contratistas locales. El tema divide y la desconfianza se siente de manera permanente, amenazas a penas encubiertas se difunden también. El otro tabú que ronda las cabezas es el narcotráfico, el lago de Izabal sería una de las rutas las más utilizadas en el país.

En ese contexto, la Gremial de Pescadores pidió a la municipalidad de El Estor a finales de abril un análisis del agua del lago. Sin respuesta satisfactoria, decidieron el 3 de mayo hacer un primer bloqueo en la carretera de exportación del níquel por 10 días hasta que se llevó a cabo una mesa de diálogo. El 27 de mayo, esta debía retomar el diálogo con los resultados esperados. Sin embargo, la asamblea general de la Gremial de Pescadores, en la que participó Carlos Maaz Coc, decidió renunciar. “Hay siete denuncias al alcalde Rony Méndez y su consejo municipal dentro de las cuales una contra mí”, explica Eduardin Bin, su portavoz. “Me enteré anoche. No sé si hay orden de captura, pero no puedo tomar el riesgo de ir a la mesa de diálogo y terminar el día en prisión”.

Los pescadores decidieron entonces retomar el bloqueo de la carretera. Pero decenas de policías (dentro de los cuales estaba el comandante –hasta ahora el conciliador– que cambió la noche anterior) estaban ya posicionados y equipados para el enfrentamiento. La tensión subió rápidamente, las primeras bombas lacrimógenas dispersaron a la multitud y las fuerzas del orden forzaron el bloqueo. Pero rápidamente tuvieron que retraerse. Fue en ese momento que se escucharon los tiros seguidos de un gran silencio de miedo. El padre Ernesto Rueda Moreno, cura del pueblo, estaba a menos de diez metros de la víctima. “La policía comenzó. Yo sólo vi gente con piedras, no con armas. Se veía bien y se veía bien que había gente. No se puede tirar pensando que no hay gente. Tampoco había humo de las bombas lacrimógenas en ese momento”, dice. Una ola de indignación invade el pueblo inmediatamente. La multitud agresiva, quema la estación de policía y saquea la casa del alcalde.

Evacuaron a un herido. Carlos Maaz Coc queda tendido sobre el suelo. Nadie buscó hacerle autopsia al cuerpo. Su misma familia recogió el cuerpo, y lo enterró al día siguiente frente a 500 personas.

El Estado guatemalteco negó primero la muerte por bala del manifestante. El mismo día, Solway Group declaró que “la contaminación del agua es mínima (…) que esta viene del río Polochic (…) Si no se hace nada, el lago se verá fuertemente afectado. (…) Después de análisis, la prueba presentada a la investigación del comité ministerial concluyó que la CNG-Pronico no puede ser responsabilizada por el cambio en la calidad de agua”. La muerte de Maaz Coc se mantiene impune.

En El Estor desplegaron un cuerpo armado de 500 policías. El alcalde, Rony Méndez, rechazó cualquier tipo de conciliación y abandonó el pueblo tras anunciar la decisión de no suspender las operaciones de la mina, por temor a los pobladores. La Gremial de Pescadores espera retomar una mesa de diálogo y considera que hay “un mártir de la lucha” por el que se debe hacer justicia. “Queremos pruebas del análisis del agua y pruebas de la legalidad de la mina. Como pueblo indígena, exigimos una consulta”. CALAS pidió una copia de la licencia otorgada a CGN-Pronico. Otras luchas a favor de la consulta se perfilan.           


Subasta de áreas protegidas y territorios indígenas

www.alainet.org / 150817

Sambo Creek, agosto 15 de 2017.- Como era de esperar, en un país donde impera la democracia zombi, el Congreso Nacional con su abrumadora mayoría “nacionalista”, aprobó la Ley de Fomento al Turismo (LFT), elaborada por la Consultora Mckinsey. Sin mayores cambios el anteproyecto presentado en el hemiciclo por el actual mandatario Juan Orlando Hernández, será publicado el día de hoy en la Gaceta Nacional. El actual gobierno demuestra una vez más su tendencia a subastar el país, como ya intentaron con las fracasadas ciudades modelo, las que tratan de resucitar a través del Programa Honduras 2020.

La LFT incluye además de los incentivos fiscales, y la subasta de los territorios indígenas, la entrega entre otros de las áreas protegidas, parques nacionales, refugios de vida silvestre, parques arqueológicos, en las cuales empresarios del rubro podrán efectuar “inversiones puntuales”.

Según lo manifestado por los diputados, las leyes nacionales contemplan la expropiación forzosa, lo cual indica que las obras de “utilidad y necesidad pública” puedan dar lugar a expropiaciones, tal como lo señala el artículo 2 de la Ley Expropiación Forzosa (1913).

La comunidad garífuna de Río Negro, Trujillo, fue demolida entre el 2009 al 2010, amenazando a la población de utilizar la vetusta ley, para que el rey del porno canadiense, construyera un centro de recepción de un muelle de Cruceros, bautizado como el Banana Coast.

Con la aprobación del LFT pretenden solidificar la nueva estrategia de la actual administración Honduras 2020, la que aparentemente cuenta con el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), y promueve entre otras la supuesta creación de más de medio millón de puestos de trabajo, en un país con una tasa de desempleo según del FOSDEH del 49% y una decrépita inversión extranjera directa que ha decaído estrepitosamente después del golpe de estado.

Organismos financieros y la disolución de la propiedad comunitaria

Desde el año 2004, cuando fue emitida la ley de propiedad auspiciada por el Banco Mundial, las lumbreras encargadas de elaborar la ley, convenientemente redactaron el artículo 100 del capítulo III, con el cual se da inicio al proceso de diluir la propiedad comunitaria, la que ha permitido resguardar los exiguos territorios de las comunidades garífunas.

El Banco Mundial (BM), de la misma manera que el BID, ha promovido la disolución de la propiedad comunitaria en todo el orbe, a través de los programas de administración de tierras, que han tenido un severo impacto sobre todo en África, situación que ha dado lugar a millones de indígenas desplazados como resultados de las políticas del BM.

Con el advenimiento de la dictadura en el 2009, las agresiones contra los territorios de las comunidades garífunas se intensificaron, hasta el punto que entre el 2009 al 2010, la comunidad de Río Negro fue demolida. Los habitantes de Río Negro -uno de los primeros asentamientos garífunas en Honduras- fueron amenazados de expropiación forzosa, y ante el enrarecido ambiente que prevaleció en Honduras como resultado del golpe, además de la ausencia de un estado de ley en el país, muchos de los presionados procedieron a vender sus casas a precio de “gallo muerto”. El efecto dominó de la demolición de Río Negro, se expandió por toda la Bahía de Trujillo, a pesar que se habían presentado las denuncias pertinentes al Ministerio Público, los proyectos inmobiliarios propiedad de extranjeros se apoderaron de buena parte de la bahía, hasta el punto que hoy se le conoce como “Little Canada”.

Existen casos probados de desmembramientos de las comunidades a través de patronatos falsos o impuestos por las municipalidades, tal como el caso de Laguna Negra en Triunfo de la Cruz y las usurpaciones ilegales de tierras en la bahía de Trujillo.

Estado y Crimen Organizado

La costa norte de Honduras es parte esencial del Honduras 2020, especialmente las comunidades garífunas, que desde hace más de dos décadas, son objetivo de especulación inmobiliaria por parte de empresarios nacionales y extranjeros, además del crimen organizado el que viene controlando vastos sectores del país y maneja hasta la fecha municipalidades y juzgados.

La Consultora Mckinsey parece ser que en sus análisis ha descartado el trasfondo del fracaso del turismo en Honduras, rubro que crece en un porcentaje mucho menor al de los países vecinos, los que a pesar de presentar características similares en cuanto a pobreza y violencia, han tenido un crecimiento sostenido del rubro. La clave radica en que la putrefacción estatal no llega al nivel de Honduras. donde parte de la élite política del país es reclamada por la Fiscalía de Nueva York como cómplice en el narcotráfico.

El informe de la Carnegie Endowment for International Peace intitulado “Cuando la corrupción es el sistema operativo: el caso de Honduras”, saca a flote una de las razones primordiales del escaso crecimiento económico del país. Las medidas recomendadas por la cuestionada Consultora Mckiney, afectarán enormemente a los pueblos indígenas que habitamos en Honduras, los que nos veremos expuestos a una intensificación de los despojos, persecución y encarcelamiento de líderes opositores a los planes de “desarrollo”.

La bahía de Trujillo y los despojos cometidos en contra de la población garífuna han sido apadrinados por un serie de personajes macabros asociados a los partidos políticos en el país. Si bien han sido mencionados en las audiencias efectuadas en los juzgados de Nueva York, el Ministerio Público en Honduras aparentemente descarta emprender acción alguna en contra de los caciques que han dominado la bahía de Trujillo.

Áreas protegidas en subasta

El artículo 3 de la LFT es muy preciso en indicar que las 91 áreas protegidas que existen en Honduras, pueden ser objeto de intervenciones promovidas por la industria turística. Por supuesto que los proyectos serán disfrazados como turismo sostenible.

Buena parte de las áreas protegidas existentes se encuentran dentro de los territorios de los pueblos indígenas, a los que no se nos ha reconocido la tenencia de dichos territorios justificándose el estado la inacción en nombre de la conservación.

De las 47 comunidades garífunas que existen en Honduras, 28 de ellas encuentran dentro de las zonas núcleo o de amortiguamiento de las áreas protegidas. Tenemos presente cómo se han dado desplazamientos silentes de comunidades ante la implementación de planes de manejo inconsultos. Basta recordar el caso de las comunidades garífunas de Cuero y Salado, expulsadas de su hábitat a inicios de la década de los años 90. Situación que trataron de replicar en el año 1994, cuando el Instituto Smithsoniano firmó un contrato para el manejo del Parque Nacional Cayos Cochinos, donde el magnate de los asbestos y director de la supuesta fundación ecológica AVINA, el Sr. Stephan Schmidheiny había adquirido una serie de islotes.

En el caso de cayos Cochinos – el que se encuentra a punto de llegar a la Corte Interamericana de Derechos Humanos- se puede vislumbrar lo que sucederá con las poblaciones indígenas que se encuentran dentro de las áreas protegidas a subastar. Desde hace más de una década se viene dando una oleada de turismo en el archipiélago donde encuentran ubicadas tres comunidades garífunas, Los constantes tours, además de los realities shows televisivos, poco o nada aportan económicamente a las comunidades garífunas.

El Honduras 2020 además de no haber sido consultado con los pueblos indígenas y exponer nuestros territorios a ser expropiados, nos están convirtiendo en mercancía bajo el rótulo de culturas vivas. La capacidad de distorsión de la actual administración ha llegado al extremo que el Sr Emilio Silvestri, director del Instituto Hondureño de Turismo aseveró en una entrevista que “la ley no solo es de incentivos fiscales, sino que viene a configurar varios elementos necesarios para impulsar la industria, como la protección de los diferentes grupos étnicos del país”. Silvestri asegura que las culturas de los pueblos indígenas, a las que denomina cultura vivas – probablemente en contraposición con la cultura dominante, la que se encuentra muerta- forma parte de las mercancías que ofrecerá el país en su acelerada subasta a los empresarios el turismo.

Con la aprobación de la LFT, el Estado violó no solamente el Convenio 169 de la OIT, en relación a no haber efectuado consulta previa alguna; además de transgredir el Convenio de Diversidad Biológica, al colocar las áreas protegidas como lugares disponibles a la inversión turística.


Carta del Presidente de la conferencia de obispos del Canadá al Primer ministro Trudeau

9 de agosto del 2017

Muy Honorable Justin Trudeau,
P.C., M.P. Primer Ministro de Canadá
Cámara de los Comunes
Ottawa, ON
Justin.trudeau@parl.gc.ca

Estimado Primer Ministro,

Leí con interés la noticia de su audiencia con el Papa Francisco en Roma en mayo pasado, durante la cual usted discutió muchos asuntos, incluyendo el impacto de la industria sobre la creación y la humanidad misma. Estos efectos están entre las preocupaciones más cercanas al corazón de la Iglesia Católica en el Canadá, particularmente cuando involucran a los pueblos Indígenas.

Recientemente, los Obispos Católicos de América Latina han traído a nuestra atención y nos han señalado su profunda preocupación con respecto a la presencia de compañías de extracción canadienses con operaciones en América Latina. Muchas de estas empresas son directamente responsables de grave degradación ambiental y serias violaciones de los derechos humanos. Es particularmente lamentable que los intereses comerciales de dichas empresas tengan adversas consecuencias directas sobre las poblaciones indígenas cuyas tierras ancestrales están siendo devastadas y agotadas por las formas de explotación no éticas, injustas e irresponsables.

Este flagrante desprecio por la tierra y la gente que la habita no sería tolerado si las voces de los afectados no fueran silenciadas por aquellos con influencia política cuyos intereses financieros están vinculados a estas operaciones. En Honduras, en Brasil y en otras partes de América Latina, se les ha impedido a individuos y comunidades defender sus tierras, sus aguas y sus medios de subsistencia. Es bien sabido que el control, la extracción, el procesamiento y el comercio de estos recursos financian a los grupos armados, cuya explotación del poder le pone trabas u obstaculiza a las poblaciones vulnerables y, por ende además, las pone en peligro. Hemos escuchado historias de cómo las amenazas, la violencia, la extorsión e incluso el asesinato se han utilizado para hacer avanzar el progreso de los grandes negocios y de los grandes industriales en detrimento, tanto humano como económico, de los pobres.

Nosotros los canadienses somos (y estamos entre los) privilegiados. No podemos permanecer indiferentes al grito de los pobres ni a las repercusiones de la degradación ambiental en nuestro hogar común. No podemos aceptar la forma poco ética o no ética en que las compañías mineras canadienses han estado operando en América Latina o en otras regiones del mundo, aprovechándose de la ausencia de normativas y regímenes regulatorios eficaces como una razón más para eludir sus responsabilidades éticas.

Depende de todos nosotros --el gobierno, las corporaciones, los inversionistas, las autoridades locales, los trabajadores y los consumidores-- cambiar nuestras actitudes y prácticas si queremos vivir en un mundo en el que la creación de riqueza a partir de los frutos de la tierra no nos ciegue al origen y propósito de estos bienes, que es avanzar las condiciones de vida para todos. Como ha señalado muy claramente el Papa Francisco, la ecología natural está estrechamente ligada a la ecología humana, de modo que nuestro tratamiento del mundo natural está inextricablemente ligado a cómo veamos a otros seres humanos, cómo concibamos la conformación moral de la sociedad y cómo nos relacionemos con Dios (cf. Carta encíclica “Laudato sí”, [El cuidado de nuestro hogar común], Ciudad del Vaticano, 2015, no 5 ss.).

El reciente interés de su gobierno por revitalizar la política exterior del Canadá fue el objeto principal de una carta que le envié a la Ministra de Relaciones Exteriores el 29 de junio del 2017, en la que le expresé mi consternación por el discurso de ella ante la Cámara de los Comunes el día 9 de junio del 2017. Las respuestas a mi carta en los medios de comunicación tanto de la ministra como de la honorable Marie-Claude Bibeau, que recientemente se reunió con el arzobispo de Sherbrooke, el muy reverendo Luc Cyr, han sugerido una voluntad de parte de su gabinete por profundizar en esta importante conversación con los líderes de la fe.

Lo invitamos a que considere la Carta Abierta adjunta (anexo 1), firmada por cerca de 200 organizaciones latinoamericanas e internacionales, en la que se plantean importantes preocupaciones sobre el sector minero global del Canadá. Esta carta, fechada el 25 de abril de 2016, fue enviada hace más de un año y todavía está a la espera de una respuesta. Aquellos que la firmaron, incluyendo a los miembros de la Red Ecuménica de Iglesias y Minería (Red Iglesias y Minería), esperan un cambio basado en el compromiso que usted, como Primer Ministro, y su gobierno han hecho con miras a la adopción de un marco legislativo que responsabilice y obligue a las agencias y a las empresas estatales a responder por (y dar cuenta de) los abusos relacionados con las operaciones mineras de las empresas mineras canadienses. Las sugerencias de dichas organizaciones incluyen:

*La creación de medios objetivos e imparciales (como un ‘ombudsman’ o defensor del pueblo) para monitorear e investigar las denuncias de abusos en relación con las compañías mineras canadienses en el extranjero;
*El acceso a los tribunales canadienses que les permitan demandar y enjuiciar bajo la ley canadiense a las compañías mineras canadienses que operando en el extranjero violen las leyes ambientales y aquellas que garantizan los derechos humanos;

*El fin de la acción del gobierno canadiense, ya sea a través de la ayuda económica, el comercio, la asistencia técnica o la diplomacia, que busque influir en la adopción o modificación de normativas o marcos regulatorios para los proyectos extractivos en los países receptores; y

*Un cese absoluto de la búsqueda de acuerdos de libre comercio e inversión que favorezcan a las empresas mineras canadienses por sobre y a costa de las personas y el medio ambiente, en particular el fin de los mecanismos de arbitraje internacional (entre los inversionista y el estado) que los inversionistas extranjeros usan para proteger sus inversiones y evadir la regulación o normatividad al respecto y la rendición de cuentas por los abusos perpetrados.

Hace más de dos años, mi predecesor como presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Canadá, el Muy Reverendo Paul-André Durocher, arzobispo de Gatineau, le envió la adjunta carta de apoyo (anexo 2) al entonces presidente del Consejo Episcopal de la Iglesia (CELAM), como expresión de nuestra solidaridad con su decisión de comparecer ante un tribunal de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) el 19 de marzo del 2015, en Washington, DC, sobre las implicaciones éticas y morales de los proyectos extractivos en América Latina. Como una expresión adicional de nuestra solidaridad, estuvo presente en la audiencia del tribunal el Muy Reverendo Donald Bolen, entonces obispo de Saskatoon y quien aún hoy sigue siendo presidente de la Comisión CCCB para la Justicia y la Paz. Una copia de la carta fue enviada al Ministro de Relaciones Exteriores de la época, el Honorable Rob Nicholson, en la cual el arzobispo Durocher señaló cómo nuestra Conferencia se ha sentido preocupada durante algunos años por las conexiones canadienses con las industrias extractivas activas en América Latina.

La Organización Católica Canadiense para el Desarrollo y la Paz, Cáritas Canadá, también ha solicitado repetidamente el acceso a la justicia para las comunidades afectadas por las actividades de las compañías mineras canadienses en ultramar, una llamada que ha sido apoyada por los obispos del Canadá y de la cual ellos han hecho eco. Más de 80,000 canadienses se unieron a ‘Development and Peace’ (“Desarrollo y Paz”) en su campaña del 2013 llamada “Voz por Justicia”, solicitando un defensor del pueblo (u ‘ombudsman’) independiente para el sector extractivo en el extranjero.

¿Cuándo responderá el Gobierno del Canadá a estos repetidos llamamientos para mejorar la supervisión de las compañías extractivas canadienses que operan en el extranjero? Espero con interés oír de usted, y le agradezco su atención a nuestras preocupaciones constantes y aún en curso.

Sinceramente,

(Firmado)
Douglas Crosby, OMI
Obispo de Hamilton
Presidente de la Conferencia Canadiense de Obispos Católicos


Cc
- La Honorable Chrystia Freeland, Ministra de Relaciones Exteriores
- El Honorable James Gordon Carr, Ministro de Recursos Naturales
- La Honorable Carolyn Bennett, Ministra de Asuntos Indígenas y del Norte