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La militarización de la política en Estados Unidos


Los militares juegan un papel cada vez mayor a la hora de definir la agenda de política exterior y, por extensión, de política interior en Estados Unidos. El ascenso de “los generales” a puestos estratégicos del régimen de Trump es evidente y ello refuerza la autonomía del ejército en la determinación de la agenda de política estratégica.

En este artículo analizaremos las ventajas que aportan los planes bélicos a la élite militar y las razones por las cuales “los generales” han conseguido imponer su punto de vista sobre la realidad internacional.

Examinaremos la influencia del estamento militar sobre el gabinete civil de Trump, consecuencia de la degradación implacable de la presidencia que lleva a cabo la oposición política.

El preludio a la militarización: la estrategia de múltiples guerras de Obama y sus consecuencias

El papel fundamental que desempeña el ejército en la elaboración de la política exterior de EE.UU. tiene su origen en las decisiones estratégicas tomadas durante la presidencia de Obama-Clinton. En ese periodo se implementaron una serie de políticas que influyeron enormemente en el advenimiento de un poder político-militar sin precedentes.

1- El enorme incremento de las tropas destinadas a Afganistán y sus subsecuentes fracasos y retirada debilitaron el régimen Obama-Clinton y aumentaron la animosidad entre los militares y la Administración Obama. A consecuencia de sus fracasos, Obama rebajó la reputación las fuerzas armadas y debilitó su autoridad como presidente.

2- Los bombardeos masivos y destrucción de Libia, el derrocamiento del régimen de Gadafi y la incapacidad de la administración Obama-Clinton para imponer un gobierno títere, pusieron de manifiesto las limitaciones del poder aéreo estadounidense y la ineficacia de su intervención político-militar. El presidente equivocó fatalmente su política exterior en el Norte de África y demostró su ineptitud militar.

3- La invasión de Siria por parte de mercenarios y terroristas financiados por Estados Unidos le vinculó a un aliado poco de fiar en una guerra en la que tenía todas las de perder. Ello provocó una reducción del presupuesto militar y persuadió a los generales de que el control de las guerras extranjeras y la política exterior era la única manera de salvaguardar sus posiciones.

4- La intervención militar de Estados Unidos en Irak tuvo una importancia secundaria en la derrota del Estado Islámico; los principales actores y beneficiarios fueron Irán y las milicias chiíes iraquíes aliadas.

5- La Administración Obama-Clinton organizó el golpe de Estado en Ucrania y facilitó la toma del poder a una junta militar corrupta e incompetente. Esto provocó la secesión de Crimea (que se unió a Rusia) y de Ucrania Oriental (aliada a Rusia). Los generales fueron marginados y descubrieron que se habían aliado con los cleptócratas ucranianos e incrementado peligrosamente la tensión política con Rusia. EE.UU. dictó sanciones económicas contra Moscú intentando desviar la atención de sus ignominiosos fracasos político-militares.
Trump se encontró con un legado de la administración Obama-Clinton levantado sobre tres patas: un orden internacional basado en las agresiones militares y la confrontación con Rusia; un “pivote hacia Asia” basado en el cerco militar y el aislamiento económico de China logrado mediante amenazas de guerra y sanciones económicas contra Corea del Norte; y el uso del ejército como guardia pretoriana de los tratados de libre comercio en Asia, que excluyen a China.

El legado de Obama consiste en un orden internacional de capital globalizado y múltiples guerras y su continuidad dependía inicialmente de la elección de Hillary Clinton como presidenta.

Por su parte, Donald Trump prometió en la campaña presidencial desmantelar o revisar drásticamente la doctrina Obama que basaba el orden internacional en el mantenimiento de múltiples guerras, una visión “neocolonialista” de la nación y el libre comercio. El furioso presidente saliente comunicó al recién llegado que si procedía a cumplir sus promesas electorales de un nacionalismo económico se encontraría con la hostilidad conjunta de todo el aparato del Estado, Wall Street y los medios de comunicación de masas, con lo que socavaría el orden global centrado en torno a Estados Unidos.

La apuesta de Trump era cambiar las sanciones económicas y la confrontación militar de Obama por la reconciliación económica con Rusia, pero se encontró con el avispero de acusaciones sobre la supuesta conspiración electoral con Rusia, que insinuaban que había cometido traición, y con los juicios ejemplares a sus aliados más próximos y a miembros de su propia familia.

La fabricación mediática del complot Trump-Rusia fue solo el primer paso de una guerra total contra el nuevo presidente que consiguió debilitar su agenda económica nacionalista y su intención de cambiar el orden global de Obama.
Trump bajo el orden internacional de Obama

Tras solo ocho meses en el poder, el presidente Trump sucumbió impotente a los despidos, dimisiones y humillación de todos y cada uno de sus nombramientos civiles, especialmente aquellos empeñados en revertir el “orden internacional” de Obama.

Trump fue elegido para reemplazar las guerras, sanciones e intervenciones militares por acuerdos económicos que beneficiaran a las clases trabajadora y media de Estados Unidos. Eso implicaba acabar con los prolongados y dispendiosos compromisos de las fuerzas armadas en la “construcción de naciones” (ocupación), en Irak, Afganistán, Siria, Libia y otras zonas sin fin de guerra planeadas por Obama.

Se suponía que las prioridades militares de Trump eran el refuerzo de las fronteras nacionales y de los mercados extranjeros. Comenzó solicitando a sus socios de la OTAN que asumieran sus propias responsabilidades en defensa y pagaran por ellas. A los partidarios del orden global de Obama de ambos partidos les horrorizaba que Estados Unidos pudiera perder el control absoluto de la OTAN; inmediatamente se unieron y se movilizaron para despojar a Trump de sus aliados económicos nacionalistas y desmontar sus programas.

Trump se dio por vencido enseguida y se adaptó al orden internacional de Obama, con una única salvedad: él mismo seleccionaría el gabinete que pusiera en marcha el viejo/nuevo orden internacional.

Maniatado, Trump eligió una cohorte de generales encabezada por el general James Mattis (conocido como “Perro Loco”) como ministro de Defensa. Los generales se hicieron cargo de la presidencia. Trump abdicó de sus responsabilidades.

General Mattis: la militarización de Estados Unidos

El general Mattis asumió el legado de Obama y le añadió su propio matiz incluyendo la “guerra psicológica” incorporada a las declaraciones exaltadas de Trump en Twitter.

La “doctrina Mattis” combina amenazas graves con provocaciones agresivas, lo que sitúa a Estados Unidos (y al resto del mundo) al borde de una guerra nuclear. El general ha adoptado los objetivos y los campos de operaciones definidos por la anterior Administración dispuesto a reforzar el orden imperialista internacional existente.

Las políticas de la junta se han basado en las provocaciones y amenazas contra Rusia y el aumento de las sanciones económicas. Mattis echó más gasolina al fuego de la retórica antirusa, ya bastante candente, de los medios de comunicación de masas. El general fomentó una estrategia de “matonismo diplomático” de baja intensidad, incluyendo una invasión de las oficinas diplomáticas rusas que no tenía precedente y la expulsión inmediata de diplomáticos y personal consular.

Estas amenazas militares y estos actos de intimidación diplomática dan a entender que la administración de los generales del títere Trump está dispuesta a destrozar las relaciones diplomáticas con una gran potencia nuclear mundial y, por ende, a llevar al mundo a una confrontación nuclear directa.

Lo que Mattis pretende con estas disparatadas agresiones es nada menos que obligar al gobierno ruso a capitular ante los antiguos objetivos militares de Estados Unidos: la partición de Siria (que se inició con Obama), la imposición de sanciones severas a Corea del Norte (que se inició con Clinton) y el desarme de Irán (principal objetivo de Tel Aviv) conducente a su desmembración.
La junta de Mattis que ocupa la Casa Blanca endureció las amenazas a una Corea del Norte, que, en palabras de Putin, “antes estaría dispuesta a alimentarse de hierba que al desarme”. Los megáfonos de los medios de comunicación y del ejército pintan a los norcoreanos, víctimas de las sanciones estadounidenses, como una amenaza “existencial” al continente norteamericano.

Las sanciones se han endurecido. Hay presiones para desplegar armamento nuclear en Corea del Sur. Se planean y se ejecutan maniobras militares masivas por tierra, mar y aire en torno a Corea del Norte. Mattis retorció el brazo a los chinos (principalmente a los burócratas empresarios relacionados con las compras) y se aseguró de que el Consejo de Seguridad de la ONU aprobara un aumento de las sanciones. Y Rusia se unió al coro anti Pyongyang ¡a pesar de que Putin advirtió de la ineficacia de las sanciones! (¡Como si el general Perro Loco fuera a tomar en serio el consejo de Putin, especialmente una vez que Rusia votó a su favor!).

Mattis también ha incrementado la militarización del golfo Pérsico, continuando la política de sanciones parciales y provocaciones belicosas contra Irán.

Cuando trabajaba para Obama, Mattis aumentó los cargamentos de armas estadounidenses destinados a los terroristas sirios y los títeres ucranianos, para estar seguro de que Estados Unidos pudiera echar por tierra cualquier “acuerdo negociado”.

Evaluación de la militarización

Se supone que al recurrir a “sus generales” Trump contrarresta cualquier ataque sobre política exterior que pueda recibir por parte de su propio partido o de congresistas demócratas. El nombramiento de Mattis “Perro Loco”, conocido rusófobo y belicista, ha servido para pacificar hasta cierto punto su oposición en el Congreso y debilitar cualquier “hallazgo” de conspiración electoral entre Trump y Moscú expuesto por el investigador especial Robert Mueller. Trump mantiene su papel como presidente nominal adaptándose a lo que Obama le advirtió que era el “orden internacional”, ahora dirigido por una junta militar no elegida ¡compuesta por remanentes del gobierno Obama!

Los generales proporcionan una apariencia de legitimidad al régimen de Trump (especialmente para los demócratas belicistas y los medios de comunicación). Sin embargo, el traspaso de los poderes presidenciales a Mattis “Perro Loco” y sus secuaces tendrá un alto precio.

Aunque la junta militar pueda proteger el flanco de política exterior de Trump, no sirve para reducir los ataques a sus proyectos internos. Por si fuera poco, el compromiso sobre presupuesto que Trump propuso a los demócratas ha enfurecido a los líderes de su propio partido.

En resumen, la militarización de la Casa Blanca producto del debilitamiento de la posición de Trump beneficia a la junta militar y aumenta el poder de esta. De momento, el programa de Mattis “Perro Loco” ha tenido resultados diversos: las amenazas de lanzar una guerra preventiva (posiblemente nuclear) contra Corea del Norte ha reforzado la determinación de Pyongyang de desarrollar y perfeccionar su capacidad de misiles balísticos de medio y largo alcance y sus armas nucleares. Las políticas suicidas no han conseguido intimidar a Corea del Norte. Mattis no ha podido imponer la doctrina Clinton-Bush-Obama dirigida a despojar a los países (como Libia e Irak) de sus armas defensivas avanzadas como preludio de una invasión estadounidense de “cambio de régimen”.
Cualquier ataque de EE.UU. a Corea del Norte provocaría represalias masivas que se cobrarían decenas de miles de vidas de militares estadounidenses y causarían la muerte y lesiones a millones de civiles en Corea del Sur y Japón.

Lo más que ha conseguido “Perro Loco” ha sido intimidar a las autoridades chinas y rusas (y a sus multimillonarios colegas de negocios de exportación) para que aumenten las sanciones económicas contra Corea del Norte. Mattis y sus aliados en la ONU y la Casa Blanca (la chiflada Nikki Haley [1] y el miniaturizado presidente Trump) pueden llamar a la guerra, pero no pueden aplicar la llamada “opción militar” sin amenazar a las fuerzas armadas estadounidenses desplegadas a lo largo de la región de Asia-Pacífico.
El asalto de Mattis “Perro Loco” a la embajada rusa no debilitó sustancialmente a Rusia, pero ha desvelado la inutilidad de la diplomacia conciliatoria de Moscú hacia sus supuestos “socios” del régimen de Trump.

El resultado final puede conducir a una ruptura formal de las relaciones diplomáticas, que incrementaría el riesgo de una confrontación militar y un holocausto nuclear global.

La junta militar está presionando a China para que actúe contra Corea del Norte con el objetivo de aislar el régimen de Pyongyang y reforzar el cerco militar estadounidense a Pekín. “Perro Loco” ha obtenido un éxito parcial al volver a China contra Corea del Norte al tiempo que garantizaba sus instalaciones avanzadas de misiles THADD en Corea del Sur, que apuntarán directamente a Pekín.

Estos son los triunfos a corto plazo de Mattis frente a los excesivamente dóciles burócratas chinos. Pero si “Perro Loco” intensifica las amenazas militares directas contra China, Pekín puede tomar represalias deshaciéndose de miles de millones de bonos del Tesoro estadounidense, cortando relaciones diplomáticas, sembrando el caos en la economía de EE.UU. y enfrentando a Wall Street con el Pentágono.

El aumento de tropas llevado a cabo por Mattis en Afganistán y en Oriente Próximo no servirá para intimidar a Irán ni conducirá a ningún triunfo militar. Por el contrario, implicas grandes gastos y pocas ganancias, tal y como descubrió Obama tras casi una década de derrotas, fiascos y pérdidas multimillonarias.

Conclusión

La militarización de la política exterior de Estados Unidos, el establecimiento de una junta militar en el seno de la Administración Trump y el recurso a la política arriesgada de la amenaza nuclear no ha cambiado el equilibrio de poder global.

En el ámbito interno, la presidencia nominal de Trump depende de militaristas como el general Mattis. Este ha intensificado el control sobre los aliados de la OTAN, atrayendo incluso a alguna oveja descarriada como Suecia, para que se unan a Estados Unidos en una cruzada militar contra Rusia. Ha aprovechado la pasión que sienten los medios de comunicación por los titulares belicosos y su adulación a los generales de cuatro estrellas.

Pero, a pesar de todo eso, Corea del Norte permanece impávida porque puede tomar represalias. Rusia posee miles de armas nucleares y sigue siendo el contrapoder en un planeta dominado por Estados Unidos.

China es dueña del Tesoro de Estados Unidos y no se deja impresionar, a pesar de la presencia de una armada estadounidense cada vez más dispuesta al choque a lo largo de todo el mar meridional de China.

“Perro Loco” se entusiasma con la atención mediática, encarnada en periodistas bien vestidos y con una escrupulosa manicura que no pierden detalle de todos y cada uno de sus discursos sanguinarios. Los contratistas de la guerra le rodean como un enjambre de moscas en torno a la carroña. Este general de cuatro estrellas ha alcanzado un estatus presidencial sin haber ganado ningunas elecciones (falsas o no). No hay duda de que cuando deje el cargo se convertirá en el más deseado miembro de consejo de administración o asesor especialista de los grandes contratistas militares estadounidenses de la historia de EE.UU. Recibirá lucrativos honorarios por charlas estimulantes de media hora y consolidará las sustanciosas prebendas del nepotismo para las tres siguientes generaciones de su familia. Podría incluso presentarse para senador o incluso presidente por cualquiera de los dos partidos.

La militarización de la política exterior de Estados Unidos nos ofrece importantes lecciones:

1ª La primera de todas es que la escalada de las amenazas de guerra no triunfa si el objetivo es desarmar a adversarios que poseen capacidad para contraatacar. La intimidación mediante sanciones puede imponer penurias económicas importantes a los regímenes dependientes de la exportación de petróleo, pero no a las economías endurecidas, autosuficientes o muy diversificadas.

2ª Las maniobras bélicas multilaterales de baja intensidad refuerzan las alianzas encabezadas por EE.UU., pero al mismo tiempo convencen a sus adversarios de que deben aumentar su preparación militar. Las guerras de intensidad media contra adversarios no nucleares pueden servir para tomar ciudades importantes, como en Irak, pero el ocupante se enfrenta a costosas y prolongadas guerras de erosión que pueden socavar la moral del ejército, provocar malestar en el ámbito nacional y elevar el déficit presupuestario. Y generan millones de refugiados.

3ª Las políticas militares arriesgadas pueden traer cuantiosas pérdidas en vidas, aliados y territorio y montones de cenizas radioactivas… ¡una victoria pírrica!

En resumen:

Las amenazas y la intimidación solo funcionan contra adversarios conciliadores. La matonería verbal poco diplomática puede hacer que surjan el espíritu pendenciero y algunos aliados, pero tiene pocas posibilidades de convencer a los adversarios de que se rindan. La política estadounidense de militarización mundial excede a sus propias fuerzas armadas y no ha logrado ninguna victoria militar permanente.

¿Hay alguna voz dentro de los militares estadounidenses de ideas claras, esos que no se deslumbran por el brillo de sus estrellas o de sus estúpidos admiradores de los medios de comunicación, dispuesta a defender la reconciliación global y más respeto mutuo entre las naciones? El Congreso de Estados Unidos y los medios de comunicación corruptos han demostrado su incapacidad para evaluar los desastres del pasado, así que mucho menos podrán forjar una respuesta eficaz a las nuevas realidades globales.

[1] Nikki Haley es la embajadora de EE.UU. ante la ONU.


El chilango chido Los de Abajo

Gloria Muñoz

En las calles de México se gesta, junto a la tragedia, una fuerza civil cuyos frutos no son sólo inmediatos, en la atención del rescate de vidas y el apoyo a damnificados, sino de mediano y largo aliento. Sí, como en 1985, pero ahora con celular y redes sociales. La organización es espontánea y eficaz y visibiliza a una sociedad indignada que desde hace mucho tiempo no confía en sus autoridades.

Son miles de hombres y mujeres, muchísimos jóvenes, los que protagonizan el apoyo en las calles. Una generación de valientes apoya los trabajos de rescate, prepara y traslada comida en bicicletas y motocicletas; cuida mascotas abandonadas, jalan carretillas llenas de escombro, organizan en minutos cadenas humanas para resguardar inmuebles o para llenar un tráiler con acopio.

La autoridad se mete a fuerzas y limita el apoyo solidario. Nosotros llegamos primero, le gritan a contingentes del Ejército que, en efecto, llegaron después a intentar organizar el rescate de víctimas debajo de los escombros. Fue la gente también la primera en organizar centros de acopio, consultorios médicos ambulantes, brigadas de arquitectos e ingenieros para revisar las casas y edificios dañados; también la preparación y el traslado de comida preparada para los rescatistas, los botiquines médicos, apoyo psicológico y hasta guarderías autónomas para niños que estos días no tuvieron clases y sus padres tenían que ir a trabajar.

La desconfianza en el Estado es la constante. En el día tres la indignación lleva a la confrontación con las fuerzas del orden. Mujeres se enfrentan a granaderos que les impiden el paso a la fábrica textil de la colonia Obrera en la que se presume aún hay costureras con vida. No nos vamos a ir, advierten.

La juventud chilanga viaja en bicicleta y motocicleta. Tres días después del sismo de 7.1 y sus 39 réplicas, la Ciudad de México sigue tomada por contingentes civiles que hasta ayer no estaban dispuestos a meterse a sus casas.

El México profundo se asoma. Y de abajo para abajo surgen los apoyos. Los pueblos indígenas organizan sus centros de acopio y su fondo para la recuperación de comunidades afectadas, mientras unen sus manos a los trabajos de rescate y ceden el producto de sus milpas a los más necesitados. Pueblos de Oaxaca, Chiapas, Puebla, Morelos y estado de México se enlazan para la resistencia.


El destino de este músculo social está por verse. El chilango chido ha despertado.

Hugh Latimer, Nicholas Ridley &Thomas Cranmer, Bishops and Martyrs

Hugh Latimer, Bishop and Martyr 16 October 1555
Nicholas Ridley, Bishop and Martyr 16 October 1555
Thomas Cranmer, Bishop and Martyr 21 March 1556

When Henry VIII of England died, he left three heirs: his son Edward and his two daughters, Mary and Elizabeth. Edward succeeded to the throne and was a staunch Protestant (or at least his advisors were). Under his rule, the church services, previously in Latin, were translated into English, and other changes were made. When Edward died, the throne passed to his sister Mary, who was firmly Roman Catholic in her beliefs. She determined to return England to union with the Pope. With more diplomacy, she might have succeeded. But she was headstrong and would take no advice. Her mother had been Spanish, and she determined to marry the heir to the throne of Spain, not realizing how much her people (of all religious persuasions) feared that this would make England a province of the Spanish Empire. She insisted that the best way to deal with heresy was to burn as many heretics as possible. (It is worth noting that her husband was opposed to this.) In the course of a five-year reign, she lost all the English holdings on the continent of Europe, she lost the affection of her people, and she lost any chance of a peaceful religious settlement in England. Of the nearly three hundred persons burned by her orders, the most famous are the Oxford Martyrs, commemorated today.

Hugh Latimer was famous as a preacher. He was Bishop of Worcester (pronounced WOOS-ter) in the time of King Henry, but resigned in protest against the King's refusal to allow the Protestant reforms that Latimer desired. Latimer's sermons speak little of doctrine; he preferred to urge men to upright living and devoutness in prayer. But when Mary came to the throne, he was arrested, tried for heresy, and burned together with his friend Nicholas Ridley. His last words at the stake are well known: "Be of good cheer, Master Ridley, and play the man, for we shall this day light such a candle in England as I trust by God's grace shall never be put out."


Nicholas Ridley became an adherent of the Protestant cause while a student at Cambridge. He was a friend of Archbishop Cranmer and became private chaplain first to Cranmer and then to King Henry. Under the reign of Edward, he became bishop of Rochester, and was part of the committee that drew up the first English Book of Common Prayer. When Mary came to the throne, he was arrested, tried, and burned with Latimer at Oxford on 16 October 1555.

Thomas Cranmer was Archbishop of Canterbury in the days of Henry, and defended the position that Henry's marriage to Katharine of Aragon (Spain) was null and void. When Edward came to the throne, Cranmer was foremost in translating the worship of the Church into English (his friends and enemies agree that he was an extraordinarily gifted translator) and securing the use of the new forms of worship. When Mary came to the throne, Cranmer was in a quandary. 

He had believed, with a fervor that many people today will find hard to understand, that it is the duty of every Christian to obey the monarch, and that "the powers that be are ordained of God" (Romans 13). As long as the monarch was ordering things that Cranmer thought good, it was easy for Cranmer to believe that the king was sent by God's providence to guide the people in the path of true religion, and that disobedience to the king was disobedience to God. Now Mary was Queen, and commanding him to return to the Roman obedience. Cranmer five times wrote a letter of submission to the Pope and to Roman Catholic doctrines, and four times he tore it up. In the end, he submitted. However, Mary was unwilling to believe that the submission was sincere, and he was ordered to be burned at Oxford on 21 March 1556. At the very end, he repudiated his final letter of submission, and announced that he died a Protestant. He said, "I have sinned, in that I signed with my hand what I did not believe with my heart. When the flames are lit, this hand shall be the first to burn." And when the fire was lit around his feet, he leaned forward and held his right hand in the fire until it was charred to a stump. Aside from this, he did not speak or move, except that once he raised his left hand to wipe the sweat from his forehead.

Actividades Importante de esta Semana

 Del 16 al 21 de octubre Panamá será sede de la "Cumbre de Integración por la Paz”, que se llevará a cabo en las instalaciones del Parlatino. En el evento participarán políticos parlamentarios, diplomáticos, juristas, académicos, científicos, empresarios y ambientalistas.

* Este lunes 16 de octubre vence el plazo para la presentación del formulario de Evaluación Extra Situ, informó el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF).

* Del 16 al 20 de octubre se realizará en Panamá el 58 Período Extraordinario de Sesiones de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Las audiencias públicas se efectuarán en el salón Fania del Hotel Megápolis.

* El 18 de octubre, a partir de las 9:00 a.m., se realizará el Simposio Marítimo Internacional, en el marco del XXV Congreso Panamericano de Ingeniería Naval, Transporte Marítimo e Ingeniería Portuaria. La actividad tendrá lugar en el centro de Convenciones Megápolis.

* Del 18 al 20 de octubre se llevará a cabo la undécima versión de Expo Logística Panamá 2017. Este año, el evento se convierte en la sede del congreso de logística de la Federación de Asociaciones Nacionales de Agentes de Carga, que se desarrollará durante estos días en su versión 34.

* El XI Congreso de Economistas de América Latina se realizará en la Universidad de Panamá, del 18 al 20 de octubre.

* El 20 de octubre se levantará la medida de reorganización del Balboa Bank & Trust, informó la Superintendencia de Bancos de Panamá (SBP). En esta fecha, se deben finiquitar los trámites relacionados con la entrega del banco a los nuevos operadores (Grupo BCT), previo a la conclusión y levantamiento de reorganización.


A tener en cuenta
  • España || Este lunes 16 se cumple el plazo de la Generalitat para responder a España si se convertirá en una nación autónoma. Se espera que el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, conteste al requerimiento del Gobierno para que aclare si declaró o no la independencia de Cataluña el pasado 10 de octubre..

PRIMER MUNDIAL

Por: Miguel Antonio Bernal
“Si supiera que el mundo se acaba mañana, yo, hoy todavía, plantaría un árbol”
                                               Martin Luther King    
     Para quienes queremos a nuestro país, para quienes actuamos como ciudadanos  preocupados y motivados del diario acontecer, para que las cosas vayan realmente mejor, nuestra alegría y regocijo por el pase del onceno panameño al mundial de futbol, no es menor que el de los seguidores y fanáticos de dicho deporte.
     Para quienes se encargan de arrebatarnos el ayer, no quieren que tengamos mañana y no nos dejan que tengamos el hoy, sabemos que sus expresiones y motivaciones por el logro, son otras
     Para quienes tenemos principios y sabemos que Panamá es un país donde hay gente que no quiere el país, pero sabemos también que quienes lo queremos, nos regocijamos de sus alegrías, compartimos sus tristezas y sus derrotas, pero, también sus triunfos.
     Hoy, como antes otros compatriotas en el campo de las artes, ciencias, letras o deportes, dieron a nuestro país aliento moral y esperanza, el primer mundial nos brinda la oportunidad de dejar atrás la mediocridad imperante entre quienes nos gobiernan, de comprometernos a recuperar nuestra dignidad.
     Que el mundo sepa que Panamá no es solo un canal o un centro de lavado, que no somos Panama Papers, ni tampoco Odebrecht, Que “somos ante todo, panameños”, que queremos recuperar nuestro país, hoy secuestrado por los que vegetan moldeados por el medio.
     Que este primer mundial sirva para que abramos las avenidas necesarias a vivir para aprender, para salir de la ignorancia y la mediocridad, para vincularnos de manera efectiva a la humanidad. Que aprendamos de la enseñanza de Octavio Mendez Pereira:
     “En las naciones débiles y pequeñas como la nuestra, sobre las cuales se ciernen los nubarrones del imperialismo, cultura general, ciencia e investigación significan más que en ninguna otra, autonomía, personalidad y libertad efectivas…”