"Quórum Teológico" es un blog abierto al desarrollo del pensamiento humano y desea ser un medio que contribuya al diálogo y la discusión de los temas expuestos por los diferentes contribuyentes a la misma. "Quórum Teológico", no se hace responsable del contenido de los artículos expuesto y solo es responsabilidad de sus autores.

Ya puedes traducir esta página a cualquier idioma

Déjanos tu mensaje en este Chat

CONVOCATORIA ABIERTA DE LA FUNDACION FORD


Les comparto la iniciativa del fondo Ford 2023, la cual está abierta para nuestro país.  Es una gran oportunidad para presentar sus proyectos y hacerlos realidad.

En la parte inferior de este correo encontrarás las especificaciones para participar.

Ford Centroamérica y Caribe te invita a que participes de la edición 2023 del programa Donativos Ambientales Ford. Si cuentas o conoces de un proyecto comunitario que impacte positivamente el medioambiente y contribuya a los Objetivos de Desarrollo Sostenible, esta es tu oportunidad de amplificar su alcance. Accede ya a la página web www.donativosambientalesford.com para conocer más detalles y presentar tu propuesta. Tienes hasta el 31 de mayo para participar.
 
Para esta edición se distribuirán 56 mil dólares entre los proyectos ganadores de Panamá, Costa Rica y República Dominicana.
 
Las categorías son las siguientes:

Conservación y Recuperación de la Biodiversidad: proyectos vinculados a la protección, recuperación y conservación de los ecosistemas, su flora y fauna y el recurso agua; 
Seguridad Alimentaria: proyectos de agricultura ecológica y aquellos vinculados al manejo sostenible de ecosistemas que sean estratégicos para la disponibilidad, acceso y consumo de alimentos saludables en comunidades vulnerables; 
Gestión de Residuos: proyectos que contribuyan a reducir, reutilizar, reciclar y recuperar los residuos generados en las comunidades y generen una cultura ciudadana de manejo correcto de los desechos; y 
Energías Renovables: proyectos que promuevan el uso de fuentes de energía basadas en los recursos naturales renovables como una forma de contribuir en la lucha contra el cambio climático.     

¿Cómo participar?

1. Deberás entrar a la página donativosambientalesford.com
2. Lee las reglas y condiciones de la convocatoria y si tu proyecto cumple con los requisitos, deberás llenar la solicitud que se pide.
Para conocer más detalles sobre cómo presentar tu proyecto en la página web de Donativos Ambientales Ford, te invitamos a que te conectes al webinar de inducción que se realizará el jueves 11 de mayo a las 10:00 am (Panamá), 11:00 am (República Dominicana) y 9:00 am (Costa Rica), en donde se les brindará orientación sobre el proceso de inscripción y se aclararán dudas de los participantes.

Del agua entre los mares

Por: Dr. Guillermo Castro H.

De súbito, en apariencia, la degradación constante en las relaciones entre la sociedad panameña y su entorno natural se ha tornado socioambiental. El debate en torno a un contrato entre el Estado panameño y la minera canadiense First Quantum, que ya venía explotando una enorme concesión minera en el entorno de áreas protegidas vinculadas al Corredor Biológico del Atlántico Mesoamericano, se combinó con un gran incendio en el relleno sanitario de la Capital, situado entre la cuenca del Canal y áreas ya urbanizadas de la ciudad. A esto se sumó la protesta masiva de residentes en las ciudades dormitorio situadas en la ribera Oeste del Canal, a quienes se les han vendido viviendas sin dotación segura de agua potable mientras, por su parte, el Administrador de la Autoridad del Canal de Panamá advertía al país sobre la necesidad de atender a las necesidades de abastecimiento de agua para la vía interoceánica en el mediano plazo.

Panamá ha ingresado así – y a una escala no vista antes - a una circunstancia en que grupos sociales distintos aspiran a hacer usos mutuamente excluyentes de los recursos de un mismo ecosistema. Tal es el terreno de la ecología política, que hasta ahora carecía de un lugar relevante en nuestra cultura ambiental, aún vinculada en buena medida al conservacionismo conservador norteamericano. Pero ahora puede ser que 2024 pase a ser el año en la ecología política encuentre un lugar para sí entre nosotros.

El país, por ejemplo, necesita establecer una política realmente pública en materia de gestión del agua. Dado que la política es cultura en acto, el proceso de formación y formulación de esa política deberá insertarse en otro, más amplio y complejo, de formación de una cultura del agua correspondiente al papel que ésta desempeña en la sostenibilidad del desarrollo humano de la sociedad panameña. Y esto, a su vez, demanda indagar en la manera en que las contradicciones en nuestra relación con el agua se vinculan con las que animan nuestro desarrollo social.

En lo general, sabemos que el agua es un elemento vital en el metabolismo entre las sociedades humanas y sus entornos naturales. Aquí, lo que distingue la relación de los humanos con el agua consiste en que todos los demás seres vivientes la utilizan, pero solo nuestra especie la transforma. Así, si bien para todos los seres vivientes es un elemento natural, los humanos se vinculan con ese elemento transformándolo en un recurso adecuado a sus necesidades.

En esa relación entre la especie, el elemento y el recurso destacan dos elementos. Uno, que la relación entre ambos está mediada por el trabajo socialmente organizado. Otro, que el carácter y el alcance de esa organización social del trabajo cambia con el desarrollo histórico de la sociedad, y con los cambios que en ese proceso ocurren en su entorno natural.

Así, el agua tiene tanto una historia natural como tiene una historia social, cuya combinación sustenta su historia ambiental, que hace parte de otra, más amplia: la del desarrollo humano a partir del metabolismo que cada sociedad establece con su entorno natural.  En ese sentido, por ejemplo, el historiador y sinólogo Karl Wittfogel resaltó en su momento la existencia “de al menos dos grandes tipos de civilizaciones agrarias rural - urbanas -las hidráulicas y las no hidráulicas”, destacando el peculiar potencial civilizatorio de las primeras a partir de la eficacia de su producción agrícola.[1]

Para Wittfogel, ese potencial estaba determinado por la capacidad de aquellas civilizaciones para la gestión del agua como recurso para la agricultura a partir del hecho de que -a diferencia de otros factores como la temperatura, la disposición de la superficie, la fertilidad del suelo, y el carácter de las plantas cultivables - el agua “es el único recurso que tiende a aglomerarse en bulto.” Al respecto, propuso una caracterización de las actividades agrícolas a partir de su relación con el agua.

Así, llamó pluviagricultura a aquella en la cual “un clima favorable permite el cultivo sobre la base de las precipitaciones naturales”; “hidroagricultura”, a la que recurre a la irrigación, aunque solo a pequeña escala, y “agricultura hidráulica” a aquella en que la abundante oferta de agua disponible lleva “a la creación de grandes obras hidráulicas, productivas y de protección, que son administradas por el gobierno.” Esta combinación de “una agricultura y un gobierno hidráulicos, y una sociedad organizada en torno a un único centro,” dijo, “constituye la esencia institucional de la civilización hidráulica.”

Para Wittfogel, la eficacia administrativa de ese tipo de civilización podía incluso dar lugar a la existencia de gobiernos que, sin tener funciones hidráulicas relevantes, utilizaran los métodos de administración y ejercicio del poder propios del “despotismo hidráulico” con el fin de “mantener débil a la propiedad privada, y políticamente impotentes a las fuerzas no burocráticas de la sociedad.” Tal, quizás, sea el caso de Panamá.

De hecho, el agua como recurso natural siempre es objeto de una política – implícita o explícita -, cuyos orígenes, racionalidad y posibilidades de transformación y desarrollo pueden y deben ser estudiados. En el caso de Panamá nuestra cultura del agua ha tenido dos momentos formativos. Entre los siglos XVI y XIX, fue una pluvicultura. Del XX acá, es una cultura hidráulica, ligada primero a la construcción y operación del Cana en el marco de una relación de protectorado impuesta por la mayor potencia capitalista del Hemisferio a una pequeña sociedad comercial y agraria, primero, y de una red de hidroeléctricas, después, a la que ahora se agrega la minería metálica a cielo abierto en la región más lluviosa del país.[2]

Así, los conflictos en torno al agua se expresen aquí a partir de la contradicción entre una cultura hidráulica dominante en la administración del Canal de Panamá y en el imaginario estatal, que coexiste en una relación inarmónica con la pluvicultura dominante en el resto de la sociedad. La cultura hidráulica, en efecto, hace una administración centralizada y cuidadosa del agua. La pluvicultura, en cambio, simplemente se apropia del agua donde esté disponible, la utiliza en actividades de muy limitada complejidad, y la devuelve sin tratamiento alguno a su entorno natural.

De esta inarmonía proviene el hecho de que en Panamá el agua sea un elemento natural muy abundante, pero un recurso natural cada vez más escaso debido a la ausencia de una adecuada gestión de las cuencas hidrográficas, y el uso muy frecuente de los cursos de agua como vertederos de desechos. Todo ello deteriora la calidad del elemento natural e incrementa los costos de su producción como recurso para actividades complejas, como las que demandan agua potable.

En estas circunstancias, la atención a los problemas indicados demandaría un alto grado de organización social comunitaria, y una efectiva capacidad de gestión de los municipios. Ambas cosas están ausentes en Panamá, en particular la organización social de los sectores populares y de capas medias, que los condena esperar que el Estado encuentre la voluntad y los recursos para atender a sus necesidades. El Estado, por su parte, espera de esos sectores paciencia y comprensión – mientras mayores, mejor – porque en realidad carece hoy de la capacidad para comprender y atender a esas necesidades, y trabajar con los afectados en su solución.

Dicho en liberalés, Panamá requiere fomentar su capital natural mediante el fomento de su capital social, para hacer posible la protección del elemento y garantizar la disponibilidad del recurso. De ese doble fomento hace parte el proceso de formación y formulación de una política del agua sustentada en la capacidad de nuestra gente para comprender y ejercer relaciones con el agua que contribuyan a resolver los problemas socioambientales que hoy afectan su relación con ella.

Esto, naturalmente, demandará promover y facilitar la organización social y comunitaria que permita a la población construir una relación social con el agua que contribuya al desarrollo humano en el siglo XXI. Tal política nos permitiría iniciar el tránsito desde el despotismo hidráulico a la gestión democrática del agua, en el camino que nos lleve a la economía del Pro Mundi Beneficio – como lo proclama el escudo nacional -, por otra que haga de los servicios al tránsito interoceánico e interamericano la base de una sociedad que trabaje con el mundo Pro Domo Beneficio, como debe ser.

 Alto Boquete, Panamá, 10 de abril de 2023

[1] “The Hydraulic Civilizations”, en Thomas, William L. (ed  .), 1956: Man’s Role in Changing the Face of the Earth, The University of Chicago Press, 1967. Traducción de Guillermo Castro H.

 

[2] De hecho, la abundancia del agua en Panamá generó un grave problema y una innovadora solución para el tránsito interoceánico entre fines del siglo XIX y comienzos del XX. El proyecto francés de un canal a nivel, en efecto, fracasó en su intento de conquistar el agua conquistando la tierra. El canal norteamericano, logró dominar el agua trabajando con ella, para convertir el elemento natural provisto por el río Chagres en el recurso natural almacenado y administrado en el lago Gatún.

Visita mi blog martianodigital.com

¡No está aquí… ha Resucitado!

Por: Rev. Pbro. Manning Maxie Suárez +


Este domingo 9 de abril, celebramos una la fiesta más conmemorativa de la cultura de la fe cristiana, la “festividad de la Pascua de Resurrección”.  Y es por ello que en el rito de las muchas denominaciones cristianas con tradición católica e inclusive protestantes, inicia con esta antífona: ¡Aleluya! Cristo ha resucitado. Y las multitudes responden a la misma: ¡Es verdad! El Señor ha resucitado. ¡Aleluya! ¡reafirmando la comunidad cristiana: ¡Alegría y Fe de que la vida de nuestro Señor Jesucristo no terminó en el Calvario y que ha Resucitado!

En el evangelio de Mateo, escrito en el año 70 aproximadamente d.C., en su capítulo 28: versículo 6, nos encontramos con una de las tantas narraciones sobre lo sucedido al maestro de Nazareth, después de sufrir la penosa crucifixión y haber sido puesto en su tumba sellada y custodiada por soldados romanos, gracias a la generosidad de José de Arimatea, fariseo y miembro noble del Sanedrín judío de la época. “v. 6 No está aquí, sino que ha resucitado, como dijo. Vengan a ver el lugar donde lo pusieron.” Señala el evangelista Mateo.

Habían ya pasado más de 70 años cuando se escribe está historia en el evangelio de Mateo.  Ya el evangelista Marcos, en los años 60 d.C. aproximadamente, había escrito con anterioridad como se puede constatar en el capítulo 15 versículos 42 y siguientes… siendo así una de las fuentes de Mateo para narrar el hecho a parte de otras más.  Lo cierto es que la vida de muchos fue impactada por la vida del maestro Jesús de Nazareth, tomando parte del proyecto de este en establecer las bases para que, un “Nuevo Reino” naciera en el corazón de todos los seres humanos.

Han pasado 2023 años y la Iglesia, que es el “Cuerpo Místico de Jesucristo”, como lo dictaminará el apóstol san Pablo de Tarso, continúa sin parar en la ardua tarea de la evangelización de los pueblos; pese a que la misma a través del tiempo, ha vivido como dice un antiguo himno cristiano: “con odio o desdén; con el error y con los cismas, siendo desgarrada en el vaivén, a través de sufrimientos, fatigas y dolor” de muchos hombre y mujeres entregados al compromiso de la Fe.

El pueblo cristiano en todas partes sigue celebrando año tras año la semana santa, en medio de situaciones verdaderamente vergonzosas para un mundo con sin fin de necesidades.  No voy a señalar las mismas pues sería llover sobre mojado, pero estoy seguro que todos las conocemos.  Ahora se nos ha sumado las Pandemias Mundiales por el Coronavirus COVID-19 y sus múltiples variantes, La Gripe Aviar, y otras.  Los grandes líderes cristianos y de otras religiones y filosofías seculares están constantemente haciéndonos un llamado a “Ser Íntegros con nuestros valores y creencias”.  Está de más señalar que, moralmente hablando estamos comprometidos con la “Verdad” y la Verdad es la que nos hará Libres como personas y pueblo.

2020 hasta la fecha, han sido años de grandes retos, de preparación para grandes eventos que tienen las características de convertirse en históricos para el mundo.  Hacemos un llamado para que todos nos dispongamos en alma, cuerpo y corazón a ser íntegros a conciencia y con el llamado y la grandiosa oportunidad que Dios nos ha dado, a través del maravillo sacrificio de su amado hijo Jesús, al que hoy día llamamos “Jesucristo.”

Que todos nuestros actos en la vida estén marcados por ese “Espíritu de la Resurrección”, que no es otra cosa que aquella verdad existencial de sabernos bendecidos por la gracia que proviene del Padre y de su amado Hijo.  Resurrección significa COMPROMISO con todo lo bueno, con todo lo que es bello, con todo lo que es mejor, con todo lo que beneficia a todos con todo lo que es Justo. Compromiso para combatir la maldad, los antivalores, las situaciones de muerte en que vive la humanidad hoy día.  Les deseo a todos “Felices Pascuas de Resurrección” y que, “Así alumbre vuestra luz”.

Rev. Pbro. Manning Maxie Suárez +

San Francisco, Ciudad de Panamá, Panamá

Email: rev.manningsuarez@outlook.com