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¡Construyamos un Panamá con profundos y verdaderos valores democráticos!


Por: Rev. Manning Maxie Suárez

Ante la mirada expectante de más de cuatro millones de habitantes de la república, vemos cómo los Honorables Diputados de la Asamblea Nacional y la Presidencia de la república en la persona de su excelencia Juan Carlos Varela, los mismos se debaten en “diatribas absurdas” por el poder político en la Corte Suprema de Justicia y una que otra Comisión de la Asamblea Nacional.

La situación de torna más difícil cuando dirigentes del Partido Revolucionario Democrático (PRD) liderados por el H. D. Pedro Miguel González y con el apoyo de Cambio Democrático (CD), inician acciones para realizar cambios sustanciales en la Comisión de Credenciales de la Asamblea.  Estas acciones logran su cometido, presentando una resolución el H. D. Pedro Miguel González (PRD), para reconsiderar la conformación de la Comisión de Credenciales, Reglamento, Ética Parlamentaria y Asuntos Judiciales, conformada el 17 de julio de 2017, para que sea integrada a lo dispuesto en la Constitución Política y la Ley este jueves 23 de febrero de 2018.  Logrando ese día en la votación el resultado de 45 votos a favor, uno en contra y dos abstenciones. Se logra así, la reorganización de la Comisión de Credenciales, cuyo fundamento de derecho es respaldado por el artículo 162 de la Constitución Política de la República de Panamá y los artículos 42, 43 y 246 del reglamento orgánico del Régimen Interno de la Asamblea Nacional.  Y así, en un acto soberano de la Asamblea Nacional, que no sabemos si es o no es legal, lo tendrá que resolver la Corte, se somete al país entero a otra crisis más, que nos mantendrán por unas semanas entretenidos en los medios de comunicación.  Todo esto simplemente por el control ya acostumbrado.

Todo esto se da, en el marco del inicio de un año escolar 2018, donde miles de panameños están resolviendo cómo ingresan a sus hijos al sistema escolar, a tenerle lo más completo posible los enceres escolares para iniciar un nuevo período.   En medio de la inseguridad generalizada, donde encontramos maleantes por todos lados y policías fuera de condiciones físicas para corretearlos y encarcelarlos; De tuberías de agua rotas por toda la ciudad, sin brindar el servicio por más de treinta horas en toda la ciudad de Panamá y creando una molestia generalizadas en toda la ciudadanía; En medio de un servicio de transporte inoperante, siguen los no voy; De una canasta básica que para muchos es imposible cubrirla y no saben cómo hacer para lograr las loncheras completas para sus hijos; En la subida de alquileres indiscrimado por un “cuchitril de espacio”; Donde según fuentes muy serias en un año el desempleo pasó de 5.5.% a 6.1% del total de la fuerza laboral, eso significa que más de 116 mil panameños han perdido sus empleos según la Contraloría General de la República.  Y Minera Panamá, ¿Qué?, Y Odebrecht: Nada! Y Nadie va preso y el pueblo sigue agobiado y cabreado de toda esta situación.

Todo esto se da en el pronto inicio de un “Proceso Electoral 2019” que todos queremos que se dé, de la manera más organizada y transparente por parte del Tribunal Electoral.  Antes pensaba que para estas elecciones iba a ser significativa el número de personas que se abstengan de votar pero últimamente he cambiado mi manera de pensar y creo, estoy convencido que el pueblo panameño saldrá a votar masivamente para generar un cambio radical en todos estos procesos que nos mantienen con una economía inmóvil y una asamblea y corte suprema de justicia con una imagen institucional muy, pero muy baja ante la percepción nacional e internacional. Hemos obtenido una posición respecto al resto de los países de 96, de los 180 del ranking de corrupción gubernamental según la Organización para la Transparencia Internacional.  Según la OTI hemos retrocedido 17 años en esta materia.

¿Qué hacer?, ¿Cómo podemos salir de estos atolladeros?, la verdad es que con la ayuda de cientos de miles de panameños que creen en los valores humanos, en que el hombre y la mujer deben ser íntegros en todos sus procederes, internos y externos.  En que a pesar de que la naturaleza humana es compleja para encajarla en una descripción, podemos siempre esperar el mejor juicio de ella basada en el sentido común de las cosas.

Tenemos que hacer el esfuerzo de reordenar la vida de la nación en sus valores fundamentales, formar a todos nuestros hijos en los valores de la nacionalidad, en el respeto a lo que consideramos como sagrado e inviolable en nuestra nación. Promover y premiar las actitudes cívicas de todos, garantizando con ello una nación más amigable para el mundo y para nosotros mismos.  Podemos y debemos seguir siendo Pro Mundi Beneficio, pero más internamente hacía los nuestros y luego hacía el mundo entero.

Respetando todas las creencias, incluso la de aquellas que niegan una divinidad; Debemos en todas las aulas del país fomentar los verdaderos valores de la Democracia.  Que más que un sistema política es un estilo de vida.  Donde se promueva y se respete la Pluralidad de Pensamiento; Donde exista la verdadera representatividad, la participación ciudadana, la liberta como pilar fundamental y que esta sea social, política y económica; Donde exista verdaderas instituciones democráticas con verdaderas actitudes democráticas.