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Las especies de árboles nativos de Panamá se destacan en suelos tropicales infértiles


El experimento del Smithsonian en la Cuenca del Canal de Panamá compara monocultivos y mezclas

La teca, la especie más valiosa para la reforestación tropical, a menudo se desempeña pobremente en los suelos ácidos localizados en pendientes pronunciadas en los trópicos. A medida que la población humana aumenta y la tierra se convierte en un recurso escaso, se vuelve primordial el equilibrar las compensaciones entre la reforestación, la conservación, la disponibilidad de agua y el almacenamiento de carbono. En una reciente publicación del Programa Smart Reforestation (reforestación inteligente), científicos y colaboradores del Smithsonian, incluyendo a la Autoridad del Canal de Panamá, confirman que en ensayos de campo las especies de árboles nativos se desempeñaron muy bien y que son preferibles a la teca bajo las condiciones existentes en suelos ácidos.

“El mensaje de este experimento es que, si quieres reforestar para maximizar la cosecha de madera en suelos pobres y ácidos en la Cuenca del Canal de Panamá, cultiva Amarillo: Terminalia amazonia”, comentó Carolina Mayoral, becaria de post doctorado en el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI) en Panamá y autora principal de la publicación citada. “Es espectacular. Crece increíblemente rápido, los troncos son rectos y la madera tiene un excelente valor. Además, acumula biomasa mucho más rápido que la teca en estos suelos.”

En el 2008, los científicos sembraron cinco especies nativas, Anacardium excelsum, Dalbergia retusa, Pachira quinata, Tabebuia rosea y T. amazonia, en parcelas de una sola especie y también en mezclas entre ellas y con especies asociadas. En total, probaron 21 opciones diferentes de uso de la tierra. Durante los siguientes siete años, midieron anualmente la altura y el diámetro basal de más de 22,000 árboles y calcularon la biomasa de los árboles en cada uno de los tratamientos.

Las especies asociadas, Erythrina fusca, Glircidia sepium, Inga punctata, Luehea speciose y Ochroma pyrimidale, fueron elegidas porque aportan nutrientes, proporcionan sombra o de otra forma mejoran el crecimiento en combinación con especies maderables. Al cultivar una especie de maderera de rápido crecimiento con una especie que proporciona nitrógeno que capta del aire (una especie fijadora de nitrógeno), por ejemplo, este efecto natural de fertilización puede dar lugar a un mayor crecimiento.
 
    
"El primer resultado importante de este experimento fue que los árboles sobrevivieron: en promedio, alrededor del 95 por ciento de las plántulas que sembramos aún estaban allí siete años después", comentó Mayoral.

¿Cuál es la mejor manera de usar la tierra para prevenir inundaciones, maximizar el almacenamiento de agua durante períodos secos, almacenar carbono, proteger la diversidad tropical y maximizar el valor de la madera? El Proyecto Agua Salud evalúa estas opciones en un experimento de 700 hectáreas en la cuenca del Canal de Panamá.
El Amarillo superó a todas las otras especies en ensayos de crecimiento. Después de sólo siete años, los árboles de Amarillo tenían más de 9 metros de altura y 14 centímetros de diámetro en la base y tenían una biomasa de 47.1 toneladas por hectárea cuando se cultivaron en monocultivo, frente a 14.9 toneladas para Dalbergia, 14.2 toneladas para Anacardium 4.4 toneladas para Pachira y 3.6 toneladas para Tabebuia (Roble) también cultivadas en monocultivo. Desde un punto de vista científico, fue interesante que la Dalbergia, que fija el nitrógeno, y la Pachira cultivadas juntas, les fue mucho mejor que cuando crecieron solas.

Actualmente la superficie de Centroamérica cultivada con teca, Tectona grandis, se estima en casi 133,000 hectáreas, de las cuales 55,000 están sembradas en Panamá. La teca representa el 76 por ciento de las plantaciones establecidas en Panamá entre 1992 y el 2000, según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO). A esta especie no le va bien en suelos ácidos y estériles.

"Estamos muy contentos de ver que las especies nativas son una alternativa viable a la teca para la reforestación en estos suelos pobres", comentó Jefferson Hall, científico de STRI y director del proyecto Agua Salud. "Lo desconocido sigue siendo la estructura de precios de estas maderas nativas".

"El Amarillo tiene una excelente calidad de madera", comentó Hall. "Puede que no sea tan vistosa como la teca, pero puede ser pintada y es duradera. El Cocobolo [D. retusa] es quizás aún más hermosa que la teca y se utiliza tradicionalmente como madera decorativa y en esculturas de palo de rosa. Su alta demanda ha hecho que su precio se duplique, y hay reportes de que la Dalbergia puede ser vendida por más de $5,000 por metro cúbico, casi 10 veces el precio de mercado de la teca de la más alta calidad".

El proyecto Agua Salud forma parte de una red mundial de 65 sitios de monitoreo forestal coordinados por el Smithsonian ForestGEO. Los colaboradores del proyecto incluyen a la Autoridad del Canal de Panamá y al Ministerio de Ambiente de Panamá (MiAmbiente). El proyecto Agua Salud recibe el apoyo de la Autoridad del Canal de Panamá, de donantes privados, de la Fundación Silicon Valley, el Smithsonian’s Competitive Grants for Science, el Smithsonian Institution’s Grand Challenge Grant to BiodiveriTREE, la Fundación Heising-Simons y la Fundación Nacional de Ciencias de los Estados Unidos.