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Carta al Papa Francisco

Leonardo Boff
www.cpalsocial.org/220217

Convocación de una Asamblea Universal de las Iglesias, de las Religiosos y de los Caminos espirituales para un nuevo Orden planetario ético-espiritual

Querido Papa Francisco, nuestro Hermano Mayor:

Impulsados por sus pronunciamientos, especialmente por la encíclica “Laudato Si sobre el cuidado de la Casa Común”, por su impactante discurso en la ONU de 2015 y por los tres mensajes e los movimientos populares mundiales, nos animamos escribirle esta carta que contiene una sugerencia madurada en muchos grupos de todos continentes.

Pensamos que es un paso adelante y complementar a los documentos referidos arriba.

Partimos de la constatación, presente en su Encíclica, de que el sistema Tierra y el sistema vida pasan por grandes amenazas. Como dice la Carta de la Tierra: ”o formamos una alianza global para cuidar de la Tierra y de unos y otros, o arriesgaremos nuestra propia destrucción y a la diversidad de la vida” (Preámbulo).

Las Iglesias, las religiones y los caminos espirituales, particularmente, la Iglesia Católica, son todos portadores de mensajes espirituales y éticos. Tienen una responsabilidad fundamental en hacer avanzar la conciencia de la humanidad y de los dirigentes políticos de los pueblos en el sentido de empeñar esfuerzos para garantizar un futuro bueno para la vida, para la Madre Tierra y para el futuro de nuestra civilización.
Sabemos, querido Papa Francisco, Hermano Mayor, que Usted comparte profundamente esta preocupación con espíritu de esperanza en el poder de la creatividad de ser humano y más que todo en la fuerza vital del Espíritu Creador, “soberano amante de la vida” (Libro de la Sabiduría 11,26).

En razón de todo esto, nos atrevemos hacerle una propuesta porque pensamos que Usted ha alcanzado una autoridad espiritual, moral, ecuménica y política para iniciar este proceso en nombre de toda la humanidad, como lo ha hecho antes con la Encíclica Laudato Si.

Se trata sencillamente pedirle, que el Espíritu lo ilumine, para convocar una Asamblea Universal de las Iglesias, Religiones y Caminos Espirituales para conciliar y profundizar temas que atañen al futuro de nuestra especie y de la diversidad de la vida en la única Casa Común que tenemos.

Imaginamos así la puesta en concreto de sus inspiraciones e iluminaciones.

El tema general podría ser formulado así:
Un nuevo orden ético-espiritual en la economía, en la política, en la sociedad y en los hábitos de cada persona.

Pensamos como mera sugerencia algunos tópicos que nos parecen esenciales:
La espiritualidad, como un proceso antropológico en marcha en cada ser humano;
El agua como bien natural, esencial, común e instituirlo;
La sostenibilidad de todos los seres, especialmente de la naturaleza y de la vida.
El hambre en el mundo y el derecho a una alimentación saludable y suficiente para todos;
Los derechos de la Madre Tierra y de la naturaleza;
Los derechos de los pueblos a su soberanía y al respeto de sus culturas y tradiciones;
Los derechos humanos individuales y sociales;
Condenar todo tipo de guerras especialmente preventivas y elaborar propuestas de paz.
El derecho a un desarrollo pleno de la conciencia;
La economía solidaria de los bienes comunes de la Madre Tierra y da Humanidad;
La urgencia de una gobernabilidad plural del planeta Tierra. Y así realizar lo que se dijo en la Academia Pontificia de Ciencias en su documento: ”Humanidad y naturaleza sostenible: nuestra responsabilidad”: “una redistribución justa de la riqueza, lejos de ser inalcanzable, las bases tecnológicas y operativas de un desarrollo sostenible ya están disponibles o bien de fácil acceso”.
Estas son solamente algunas sugerencias.

Evidentemente cada grupo invitado tratará de traer su cuerpo de especialistas y de conocedores de los temas en cuestión. Otras personas de notorio saber y de buena fe, independiente, de su inscripción religiosa o espiritual, deberían ser invitadas.

Querido Papa Francisco, fue con mucha reflexión y oración que nos vino esta propuesta que seguramente Usted sabrá valorar. Pedimos al Espíritu que lo ilumine con sus inspiraciones y conduzca semejante propósito a su realización urgente, especialmente por los más vulnerables. Será abierta y sin plazo para ser concluida.


Con nuestras oraciones y deseos, expresando nuestra admiración y total apoyo a sus iniciativas universales, humanitarias, valientes y evangélicas.