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Bajo peso al nacer: ¡tiene graves consecuencias!


Jorge M. Prosperi
www.elblogdejorgeprosperi.com / 300718

De acuerdo con el INEC un promedio 6,000 niños presentan cada año bajo peso al nacer en el territorio nacional, lo que equivale al 9% de todos los nacimientos. Aunque este porcentaje corresponde al promedio regional para América Latina, debe ser motivo de preocupación para las autoridades y la sociedad, pues tiene graves consecuencias para los recién nacidos y, no es homogéneo en todo el territorio nacional, ni a lo interno de cada provincia y comarca.

Además, desde 2012 estamos comprometidos con la aplicación de la Resolución WHA65.6 de la Asamblea Mundial de la Salud, la cual respaldó un Plan integral de aplicación sobre nutrición de la madre, el lactante y el niño pequeño donde se fijaron seis metas mundiales de nutrición para 2025, una De las cuales nos compromete a reducir en un 30% el bajo peso al nacer. En ese contexto compartiré aquí, información relevante que nos proporciona la OMS sobre el problema; el contenido de la Resolución; información nacional; y finalmente, a una serie de intervenciones y políticas costo-eficaces para ayudarnos a reducir las tasas de bajo peso al nacer.

Información de interés sobre el bajo peso al nacer

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define «bajo peso al nacer» como un peso al nacer inferior a 2500 g. El bajo peso al nacer sigue siendo un problema significativo de salud pública en todo el mundo y está asociado a una serie de consecuencias a corto y largo plazo. En total, se estima que entre un 15% y un 20% de los niños nacidos en todo el mundo presentan bajo peso al nacer, lo que supone más de 20 millones de neonatos cada año.
“El nacimiento prematuro es la causa directa de mortalidad neonatal más frecuente. Cada año, 1,1 millones de neonatos fallecen por las complicaciones asociadas al nacimiento prematuro. El bajo peso al nacer no solo constituye un importante predictor de morbimortalidad prenatal; además, estudios recientes han hallado que también es causa de deficiencias en el desarrollo cognitivo y aumenta el riesgo de padecer enfermedades no transmisibles, como la diabetes o las enfermedades cardiovasculares, en etapas posteriores de la vida…”

“Existen numerosas causas del bajo peso al nacer, como pueden ser la inducción prematura del parto o las cesáreas (por causas médicas o no médicas), los embarazos múltiples, las infecciones y enfermedades crónicas como la diabetes o la hipertensión arterial. La preeclampsia, un trastorno que solo aparece durante el embarazo, está asociada tanto al parto prematuro (espontáneo o inducido ante la gravedad de la preeclampsia) como al tamaño pequeño para la edad gestacional debido a una función placentaria disminuida que perjudica la transferencia de nutrientes al feto. El estado nutricional de la madre también afecta al riesgo de preeclampsia. No menos importante es la edad de la madre (adolescentes y mayores de 35 años), la cantidad de embarazos y el espaciamiento entre los embarazos…”

Por su parte UNICEF subraya que “los recién nacidos con bajo peso (aquellos que pesan menos de 2,5 kg.) tienen más probabilidades de morir durante los primeros meses o los primeros años. Los que sobreviven tienen disminuidas las funciones del sistema inmunológico y corren mayor riesgo de padecer posteriormente varias enfermedades, incluida la diabetes y diversas cardiopatías. Tienen también propensión a seguir malnutridos y a tener menores coeficientes de inteligencia además de discapacidades cognoscitivas. El peso al nacer refleja la experiencia intrauterina; no sólo es un buen indicador del estado de salud y la nutrición de la madre, sino también de las probabilidades de supervivencia, crecimiento, salud a largo plazo y desarrollo psicosocial del recién nacido”.

En ese contexto, la Resolución WHA65.6 de la Asamblea Mundial de la Salud INSTA a los Estados Miembros (Panamá entre ellos) a que pongan en práctica, según proceda, el plan integral de aplicación sobre nutrición materna, del lactante y del niño pequeño y, en particular (lo subrayado es mío): a que elaboren o fortalezcan las políticas de nutrición con el fin de que aborden integralmente la doble carga de la malnutrición, incluyan medidas nutricionales en la política de salud y desarrollo general del país y establezcan mecanismos eficaces de gobernanza intersectorial con el fin de ampliar la aplicación de medidas nutricionales, haciendo especial hincapié en el marco de la estrategia mundial para la alimentación del lactante y del niño pequeño;

a que elaboren o, cuando sea necesario, fortalezcan medidas legislativas, de reglamentación y de otra índole que sean eficaces para controlar la comercialización de los sucedáneos de la leche materna;

a que entablen un diálogo con partes nacionales e internacionales pertinentes, formen alianzas para ampliar las acciones en materia de nutrición y establezcan mecanismos adecuados de protección contra posibles conflictos de intereses;

a que establezcan una estrategia integral de creación de capacidad que incluya el desarrollo del personal.

Considero obligatorio que nuestras autoridades reflexionen sin triunfalismos, sobre los avances en la aplicación de esta importante Resolución.

Situación del bajo peso al nacer en Panamá

Como señalé al inicio, el Instituto Nacional de Estadística y Censos nos informa que desde el 2012 (año de la Resolución que nos comprometimos en cumplir), un promedio de 6,000 niños nacen con bajo peso al nacer en el territorio nacional y se evidencia una clara tendencia al aumento, lo cual evidencia que estamos lejos de cumplir con la Meta de reducir en 30% el bajo peso para el 2025, con las consecuencias negativas que ello implica para los niños, sus comunidades y el país.


Pero estas cifras no son homogéneas en todo el territorio nacional, como se demuestra en la siguiente gráfica, correspondiente al 2016.


No obstante, llama poderosamente la atención, el hecho de que, salvo en el caso de la comarca Ngäbe Buglé, no existe correlación entre el Índice de pobreza multidimensional y el bajo peso al nacer. Por otro lado, Bocas del Toro, que es una de nuestras provincias más pobres, presenta el menor porcentaje de bajo peso, mientras que Panamá y Chiriquí, presentan un porcentaje mucho mayor.



Lo mismo ocurrió al comparar la distribución de los recursos humanos (médicos y enfermeras) con el bajo peso al nacer. Salvo en el caso de la comarca Ngäbe Buglé, no existe correlación entre la concentración de recursos humanos en salud y el bajo peso al nacer. Aunque las demás comarcas tienen menos recursos humanos (por habitante), el PBP es similar a aquellas provincias con la mayor concentración de RRHH (Panamá y Chiriquí).



Es igualmente importante recalcar que a lo interno de cada provincia y comarca el comportamiento del
bajo peso tampoco es homogéneo, Veamos algunas cifras:

En la Comarca Ngäbe, que tiene el mayor porcentaje de BP (16%), también tiene los corregimientos más afectados del territorio nacional: Jirondai: 30%, Besiko: 21%, Kusapin: 19.6%.

Mientras que en la provincia de Panamá el PBP es del 9.1%; los corregimientos de Balboa, Chiman y Taboga andan por el 15%.

Los Santos tiene un PBP de 7.8%; pero en Pedasí llega al 18%.

Lo mismo ocurre en los corregimientos de Los Pozos y Parita de la provincia de Herrera, donde el PBP se acerca al 11%.

Finalmente, en el propio corregimiento de Bocas del Toro, el 11.4% de los niños nacen con bajo peso.
No encontré información que permita establecer correlación entre la edad y el nivel educativo de la madre con el bajo peso al nacer.

En todo caso, estos datos obligan a una investigación de los factores que afectan y/o protegen a las madres y las familias en nuestro territorio y, en el mejor de los casos, el crecimiento y desarrollo de los recién nacidos afectados en un periodo lo suficientemente amplio para conocer de sus capacidades y estado de salud en las diferentes etapas de la vida.

Medidas para impulsar la reducción del bajo peso al nacer

Para terminar, subraya la OMS que “una atención sanitaria asequible, accesible y adecuada resulta crucial para prevenir y tratar el bajo peso al nacer. Solo podrá reducirse la morbimortalidad neonatal si la atención al embarazo se integra plenamente con una asistencia neonatal y posneonatal y una asistencia nutricional adecuadas en los lactantes prematuros y pequeños para la edad gestacional. Cada vez hay más datos probatorios en que basar las recomendaciones de asistencia nutricional y médica para los lactantes de alto riesgo”.

Además del mejor acceso a la asistencia y de la calidad de esta, la OMS nos recomienda las siguientes “Intervenciones para prevenir el bajo peso al nacer y sus dos componentes (prematuridad y tamaño reducido para la edad gestacional), así como la morbimortalidad asociada, con énfasis en entornos comunitarios

Intervenciones de ámbito nacional
+Apoyo a la autonomía y el desarrollo educativo de las mujeres
+Sistemas de protección social (p. ej. programas de transferencias monetarias) para mejorar las visitas al sistema de salud
+Sistemas de distribución de alimentos para subgrupos de población con riesgo de inseguridad alimentaria
+Mejoras en el abastecimiento de agua potable, el saneamiento y la higiene
+Apoyo a programas nacionales de yodación de la sal para garantizar un contenido adecuado de yodo en la sal consumida por los hogares de acuerdo con las nuevas directrices que armonizan el contenido de yodo con la reducción del consumo de sal.
+Mejora de la asistencia perinatal prestada en centros sanitarios en las regiones con baja cobertura
+Sistema universal simplificado de recogida de datos perinatales con sistemas de retroalimentación electrónicos

Intervenciones de ámbito comunitario
+Nutrición adecuada para las adolescentes
+Promoción del abandono del tabaquismo durante el embarazo y después de él
+Paquetes de atención comunitarios que mejoren la interconexión y la derivación de los partos a centros sanitarios
+Administración intermitente de suplementos de hierro y ácido fólico en las adolescentes y las mujeres en edad reproductiva que vivan en entornos con una prevalencia de anemia del 20% o más
+Prevención del paludismo durante el embarazo

 Intervenciones previas al embarazo
+Espaciamiento entre partos
+Administración diaria de suplementos de ácido fólico en el periodo previo y posterior a la concepción para disminuir las anomalías congénitas
+Promoción del abandono del tabaquismo
+Intervenciones de asistencia prenatal para grupos específicos de mujeres
+Administración de suplementos proteínico-energéticos equilibrados
+Administración diaria de suplementos de calcio a las mujeres en entornos con bajo consumo de calcio
+Cerclaje cervicouterino (sutura cervical) en mujeres con antecedentes de parto prematuro y cérvix corto
+Administración de antiagregantes plaquetarios antes de las 16 semanas de gestación en mujeres con riesgo de preeclampsia
+Tratamiento con progesterona en mujeres con riesgo de parto prematuro
+Administración prenatal de una dosis única de corticoesteroides para acelerar la maduración pulmonar fetal en mujeres que presenten contracciones prematuras
+Antibioterapia en mujeres con vaginosis bacteriana y bacteriuria asintomática
+Tratamiento intervencionista en caso de preeclampsia grave antes del final de la gestación