Entrevista a Frei Betto
Carlos Enrique Bayo
www.publico.es/041216
Ha pasado por
España para presentar su última novela, El
oro perdido de los Arienim (Editorial Hoja de Lata), en la
que narra los 500 años de explotación de oro y diamantes en Minas
Gerais –su provincia natal, que ha producido más oro en dos
siglos que toda la plata extraída de América Latina a lo largo de la historia–
a través de la saga de una familia minera, de la etnia Ariení. La trama es
policial y de aventuras: la desesperada búsqueda de la otra mitad de un mapa
del tesoro aparecido tras un asesinato.
Conocido en el mundo como ministro de Lula, encargado de combatir la malnutrición que padecen millones de brasileños, Frei Betto (Belo Horizonte, 1944) asegura hoy que nunca volverá a la política:
"¡No, jamás! Fue una experiencia que yo acepté porque iba a trabajar con la gente más pobre entre los pobres, la gente hambrienta, con el Programa Hambre Cero. Y estuve allí dos años porque era un programa de carácter emancipatorio. Pero, por presión de los alcaldes, que no tenían ningún control sobre el programa pero querían controlar el dinero y aprovechar para sacar beneficios electorales, se cambió de Hambre Cero a Beca Familiar. Algo que es bueno pero que no es emancipatorio, sino compensatorio. Y entonces yo decidí salir del Gobierno. Y desde entonces soy un feliz ING: Individuo No Gubernamental".
Pero su conversación, sus razones y sus convicciones son eminentemente políticas.
¿A qué se
debió el 'impeachment' de Dilma Rousseff?
Lo que ha ocurrido con
Dilma ha sido el tercer golpe blanco, golpe parlamentario, que se produce en
América Latina en los últimos años. Primero ha sido Honduras,
cuando derrocaron a Manuel Zelaya, después Paraguay, donde echaron a Fernando
Lugo, y ahora en Brasil expulsando a Dilma Rousseff, que había sido
legítima y democráticamente elegida por 54 millones de personas, de electores.
Entonces entró un gobierno de Temer que pertenece al partido más grande de
Brasil, un partido que siempre estuvo al lado del poder. Un partido que desde
el fin de la dictadura siempre se acomoda a las fuerzas que están en el gobierno.
Temer ha adoptado una política neoliberal muy de acuerdo con las directrices de ajuste fiscal del FMI y, bajo el pretexto de que el Estado no tiene dinero, que hay que reducir los presupuestos… lo primero que quiere es hacer un cambio en la Constitución para establecer una cosa que ningún país en el mundo adopta: un techo para los gastos públicos. Va a haber una drástica reducción de los gastos de salud, de educación y de los programas sociales.
¿Qué
alternativas hay para hacer frente al elevado endeudamiento del Estado?
Nosotros, en la oposición,
decimos: para sacar dinero no es necesario sacrificar a los pobres, hay
otras maneras. Primero, hacer una fiscalidad progresiva,
que no hay en Brasil. Los ricos y los pobres pagan los mismos impuestos
en el sistema de consumo, y no
hay un impuesto progresivo según el cual quien gana más tiene que pagar más.
Pero los pobres y las clases medias tienen que pagar sus impuestos, mientras
que los ricos tienen muchos sistemas de evasión fiscal, incluso de sacar el
dinero fuera del país. Ahora se acaba de aprobar una ley de repatriación del
dinero que estaba fuera y mucha gente se ha acogido a ella para traer al país
hasta 20.000 millones de euros hasta el pasado 31 de octubre. Pero hay mucho
más dinero fuera.
Segundo, terminar con la exoneración. Se trata de que a las empresas que no pagan impuestos bajo el pretexto de no tener beneficios se les perdonan a cambio de un compromiso de que bajarán sus precios. Hay muchas industrias, como la automovilística, de fabricación de camiones, a las que el gobierno ha rebajado drásticamente sus impuestos. El gobierno en Brasil, como en la mayor parte del mundo, sólo trabaja en beneficio de los más ricos, de las clases que dominan la sociedad.
Segundo, terminar con la exoneración. Se trata de que a las empresas que no pagan impuestos bajo el pretexto de no tener beneficios se les perdonan a cambio de un compromiso de que bajarán sus precios. Hay muchas industrias, como la automovilística, de fabricación de camiones, a las que el gobierno ha rebajado drásticamente sus impuestos. El gobierno en Brasil, como en la mayor parte del mundo, sólo trabaja en beneficio de los más ricos, de las clases que dominan la sociedad.
El tercer sistema es cobrar las multas, que son astronómicas, de los agronegocios, latifundistas que tienen muchas multas por delitos medioambientales y otros abusos pero que no pagan. Y el gobierno siempre acaba perdonándolas a final de año. Es decir, hay muchas otras maneras de que el Estado obtenga ingresos sin necesidad de sacrificar a los pobres. Por ejemplo, el Estado de Río de Janeiro está completamente quebrado y ahora va a reducir todos los salarios un 10%. Eso significa que va a haber muchas huelgas, muchas protestas. Ahora hay muchos jóvenes en la enseñanza secundaria que están ocupando las escuelas, precisamente en contra de la reducción del presupuesto de Educación, y yo preveo que hasta las elecciones de 2018 vamos a tener un país en agitación constante.
¿Y qué
ocurrirá en las elecciones de 2018?
Según todas las encuestas,
en las elecciones del 18 ganará Lula, y ahora con la Operación Lava Jato [en portugués, lavado a presión, investigación de corrupción llevada a
cabo por la Policía Federal de Brasil] están tratando… es una operación muy
buena contra la corrupción porque mucha gente rica está entrando en la cárcel,
pero está muy centrada en contra del PT [Partido de los Trabajadores], que es
el partido de Lula, y están tratando con esta
operación de incriminar a Lula para impedir que sea candidato.
Eso puede tener
repercusiones internacionales, porque Lula y Pelé son los dos brasileños más
conocidos y respetados del mundo, de forma que posiblemente no lleguen a
meterle en la cárcel, sino sólo a inhabilitarle políticamente. Porque saben
que, si no, el ganará, ya que no existe ninguna otra figura brasileña que pueda
hacerle sombra.
Pero ahora
están siendo imputados por corrupción los mismos que lograron echar de la presidencia
a Dilma Rousseff...
Los que impulsaron el impeachment de
Dilma estaban más implicados que nadie en casos de corrupción. Hasta el momento, Lava Jato tiene mucho de bueno, pero hasta ahora
ha sido muy selectiva sobre el PT. No investiga ni incrimina a
casi ningún político de otros partidos, salvo un par o tres de segundo nivel.
Los que tienen mandato electo sólo pueden ser procesados por el Supremo
Tribunal Federal, pero el Supremo no hace caminar los procesos. Alguno lleva
hasta ocho años parado allí. Por ejemplo, el presidente del Senado, Renan
Calheiros, tiene doce procesos que están paralizados en el Supremo. Se ve claramente que ese
tribunal se dedica a proteger a sus amigos e incriminar a sus enemigos.
¿No pudieron
cambiar ese tribunal Lula y Dilma durante sus mandatos?
Durante los 13 años del gobiernos
de Lula y Dilma se efectuaron algunos relevos en ese Tribunal Supremo, pero el
problema que hubo es que esos cambios, esas elecciones de personal, fueron muy
mal concebidos, porque se adoptaron criterios no políticos para designar a los
aspirantes por una serie de jueces, y la mayoría actúa ahora en contra del
PT. Gente que el PT ha nombrado, hoy está en contra del PT.
Cometieron errores, aplicaron criterios equivocados. Por ejemplo, pusieron a un abogado de la Casa Civil de Lula que se llama Toffoli, el más joven de la Corte Suprema, pero que después se ha convertido en el más conservador de todos los magistrados. Es ahora un discípulo de Gilmar Mendes, que es el más conservador de todos los jueces y que cuando fue Procurador de la República era conocido por poner en el cajón todos los procesos contra el presidente Fernando Henrique Cardoso. Es un hombre muy de derechas. Por ejemplo, sostiene que los trabajadores y campesinos en Brasil tienen demasiados derechos y hay que aplicarles la ley con dureza. Y Toffoli se ha pasado a este mismo perfil. En resumen, el perfil de la Corte Suprema es fundamentalmente conservador.
Otro grave
problema es la multiplicidad de partidos en Brasil, ¿no?
Sí. Hay 35 partidos con
representación en Brasil. Esto es un escándalo. El PT, con Lula y Dilma, han ejercido las
mejores presidencias de nuestra historia republicana, en mi opinión. Pero
también han cometido
muchos errores, y uno de esos errores es no haber acometido ninguna reforma
estructural. Ahora,
el PT es víctima de la reforma política que no hizo. Brasil y Argentina son los dos únicos países de las tres Américas
que nunca han hecho reforma agraria. Trece años de gobiernos del PT y no han hecho
reforma agraria, ni reforma tributaria, ni reforma política, ni reforma
educativa… Ninguna reforma estructural. Ellos ahora son víctimas de las
omisiones que abrazaron.
¿Eso no se
debió a que tenían que pactar con muchos otros partidos?
Sí, pero a pesar de la
necesidad de llegar a acuerdos con otros partidos en el Parlamento, alguna cosa
podrían haber hecho. Porque Lula salió con un 85% de
aprobación popular y en sus ocho años tenía la fuerza suficiente para hacer
algún pacto reformista… no una reforma agraria revolucionaria, socialista, pero
al menos algún tipo de reforma agraria.
Todos los grandes países
del mundo, como Rusia, India, Canadá o EEUU, tienen áreas inhabitables, de
desierto, de nieve, en las que no se puede cultivar nada. Brasil es una
excepción mundial. Porque en todo el país o se puede cultivar o tiene una
economía extractiva, como la Amazonia. O sea, no tenemos ningún área estéril. En Brasil se
cuenta el chiste de que los ángeles protestaron, cuando Dios creó el mundo,
porque era un país demasiado grande sin ningún desierto, ningún volcán, ningún
huracán, ningún terremoto… nada. Se quejaban de que eso era un descarado
privilegio mundial, pero Dios les contestó: "¡Qué va! Sólo esperad a ver
qué clase de políticos van a elegir los brasileños".
O sea, toda nuestra tragedia procede de nuestra clase política y, efectivamente, el PT ha cometido el error de hacer alianzas con los partidos tradicionales corruptos y acabó involucrándose con ellos, cuando debía haber hecho lo que hizo Evo Morales en Bolivia: valorar a los líderes de los movimientos sociales, que son el origen del PT, para que ellos ocupasen las sillas del Congreso Nacional, como hizo Evo.
Pero en Brasil las únicas que han tenido esa lucidez de ocupar sillas
en el Congreso son las iglesias evangélicas que ahora tienen cada vez más poder.
Empezaron por el Legislativo y ahora avanzan en el poder ejecutivo con la
elección de [el cantante y pastor evangélico Marcello] Crivella como gobernador
de Río de Janeiro, y ya hablan claramente de que hay que avanzar también en el
poder judicial. Estamos en el huevo de la serpiente, preparando un proceso de confesionalización de la política que va a ser otra
tragedia en el futuro próximo de Brasil.
¿Por qué se
fragmenta el voto en tantos partidos distintos?
Lo que hay que hacer es
restringir ese número de partidos. La fragmentación viene porque somos un país
que tiene más de 100 millones de electores, somos ya 203 millones de habitantes
y la mitad de la población son electores porque se puede votar desde los 16
años, y de los 18 a los 70 el voto es obligatorio. Y la gente del interior del
país vota por amistad y funda partidos porque los partidos tienen muchos
privilegios: subsidios, ventajas… en Brasil un buen negocio es
fundar una iglesia o fundar un partido, porque aunque el que lo hace sea un
vagabundo sin estudios y no tenga ninguna ética, igualmente va a conseguir
hacer mucho dinero. Hay mucha gente que funda su iglesia o su
partido y ahora se empieza a hablar de una reforma política para restringir
esta multiplicación de partidos. Pero en realidad son cuatro o cinco los
partidos que dominan el escenario político del país.
Hablaste de
"los tres golpes blandos en América Latina", pero en Honduras no fue
tan blando…
Sí, hubo sangre, hubo más
violencia que en los otros dos, pero fue también un golpe por la vía
parlamentaria para echar al presidente.
¿Crees que
están siendo promovidos por EEUU?
"¡Claro! EEUU se ha dado cuenta de que, sobre todo en la administración
Bush y en el primer mandato de Obama, se olvidó de América Latina.
Eso ha sido bueno para nosotros. Se olvidó, porque EEUU sólo miraba hacia China
y estaba ocupado con Oriente Medio. Pero China ha ocupado mucho espacio en
América Latina. Convirtiéndose en el primer exportador hacia la región, y eso
ha creado nuevos mecanismos como el CELAC, el reforzamiento de Mercosur y la
creación de la ALBA, sin ninguna participación de EEUU. Y ahora EEUU ha
reanudado su ofensiva en América Latina durante el segundo mandato de Obama
para volver a ser potencia neocolonial. Y tiene los mismos objetivos, con nuevo
métodos.
Nosotros siempre decimos que EEUU es el único país americano donde nunca hubo golpes de Estado porque Washington es la única capital en la que no hay embajada de los EEUU. En América Latina, nuestra historia está marcada por golpes militares, golpes de todo tipo… fruto de conspiraciones de EEUU, que fue el primero en reconocer el gobierno de Temer, aunque EEUU todavía no ha empezado a hacer las inversiones que esperaba. Tampoco llegan las de Europa, porque no hay confianza en que haya una estabilidad política en el país… y creo que no la va a haber antes del 2018. Muchos creen que Temer no va a durar, pero yo creo que sí.
¿Podrían
adelantarse las elecciones?
Sí, claro que se podrían
adelantar, pero si pasa eso antes del 31 de diciembre,
entonces hay que celebrar elecciones generales directas, mientras que si pasa
después de esa fecha es el Congreso el que elige nuevo presidente.
La gente del PSDB [Partido de la Social Democracia Brasileña] de Cardoso no
quieren presentarlo a la presidencia hasta 2018 y han anunciado que quizá ese
año sí, pero Cardoso les ha respondido que eso "le abreviaría la
muerte"… aunque tendría que haber dicho que eso le abreviaría la vida,
claro. Tiene 82 años y de momento está bien de salud y activo.
En estos
momentos están siendo procesados…
"…varios de los más
altos dignatarios políticos del país, sí. José Sarney y Renan Calheiros y
Romero Jucá, que fue ministro de Planeamiento de Temer y ahora es el líder de
Temer en el Senado… Varios están incriminados ahí, y la Operación Lava Jato va a volver… porque las delaciones premiadas ya están involucrando a demasiada gente y
ahora hay la más importante delación sobre los empresarios de Odebrecht, la más
importante empresa de la construcción que hay en Brasil. Son 50
delatores, 50 altos funcionarios de Odebrecht que en estos momentos están
haciendo una delación involucrando a muchos políticos. Todavía no salieron,
porque la delación es efectuada en la Corte Suprema. Siempre estas delaciones
eran filtradas a la prensa, pero ahora han tomado una serie de precauciones
para que no haya filtraciones. Porque toca al Supremo examinar las denuncias,
investigar a los denunciados y decretar o no su encarcelamiento. Eso va a crear
una inestabilidad política mucho mayor en Brasil.
¿Dilma podría
volver a la vida política?
Sí, puede, puede. Porque
–casuísticas del sistema– Dilma fue expulsada del
Gobierno pero no fueron suspendidos sus derechos políticos. Ella
puede presentarse, pero creo que no va a presentarse más a ninguna función
política.
Ahora están
intentando procesar a Lula para inhabilitarlo…
Sí, sí, de manera muy
fuerte. Pero todavía no encuentran suficientes pruebas porque las denuncias
contra Lula son de… que tiene una finca que compró con dinero del sistema de
Petrobras, que tiene un apartamento tríplex que también compró. Pero él dijo:
"Yo no compré nada y ustedes tienen que presentar las pruebas. ¿Dónde
están las escrituras?" Y ellos no las presentan. "Mi mujer tenía
intención de hacer una compra, pero no logramos hacer ningún negocio. Y la
finca ha sido comprada por amigos míos, que me han permitido utilizarla y pasar
allí algún fin de semana y vacaciones, pero no me pertenece". Un promotor
dijo: "Hay suposiciones muy evidentes". Y Lula contestó: "Un
proceso no se puede basar en suposiciones, hábleme usted de
pruebas". Yo creo que va a ser muy difícil presentar
pruebas de que Lula efectivamente, personalmente, se benefició del dinero de la
corrupción de Petrobras.
Pero sí ha
habido una corrupción muy grande en Brasil durante su mandato…
¡Muy grande! Sin ninguna
duda. Que el PT, que
dirigentes del PT han estado metidos en la corrupción, de eso nadie tiene
ninguna duda. Eso es muy grave y eso ha
costado muy caro al PT en las elecciones municipales de octubre. Caer de 600 a
200 alcaldías en Brasil. O sea, caer a la tercera parte. Y corre el
riesgo de perder también un número importante de diputados, senadores y
gobernadores en las elecciones de 2018. Hay un reflejo muy fuerte de que el PT ha fallado en sus
tres propósitos fundadores: ser el partido de la ética, ser el partido de
organizar a la clase trabajadora y ser el partido de la construcción del
socialismo en Brasil, algo que significa hacer reformas estructurales.
En estas tres propuestas
emblemáticas de sus documentos fundacionales ha fallado. Y tiene que hacer una
autocrítica… existe mucha presión para que el PT haga una autocrítica.
Nosotros, que hemos sido electores del PT, y amigos y todo, estamos convencidos
de que si el PT no hace una autocrítica mucho más profunda le va a ser muy
difícil volver a ser un partido representativo.
¿A la
izquierda del PT hay otros movimientos representativos?
Sí, está el PSOL, el
Partido de Socialismo y Libertad, que crece cada vez más, y hay muchos
movimientos sociales que están organizando formaciones de izquierda en busca de
una alternativa. Se habla mucho ahora de formar en Brasil un
Frente Amplio como el que hay en Uruguay, reuniendo a varios movimientos,
y hay dos grandes frentes de izquierda ahora que congregan a los movimientos
sociales que son el Frente Brasil Popular y el
Frente Brasil Sin Miedo.
¿Lula quiere
volver a presentarse?
Sí, yo estoy convencido de
que sí. Él no lo ha dicho, pero yo soy una persona que le conoce bien y estoy seguro de que Lula va a volver a ser candidato salvo si
muere o si es incriminado e inhabilitado políticamente.
Pero a Dilma
no la han inhabilitado…
Porque sobre Dilma no había
acusaciones de corrupción, sólo imputaciones constitucionales como presidenta.
Y ahora pasaron al otro lado legal. Sólo una semana después de que la
incriminaran se hizo lo que llamamos una pedalada, que es un
recurso para que los trámites burocráticos para obtener dinero fueran aprobados
y ahora son legales. Todos los presidentes hicieron
lo que Dilma hizo, pero la única que fue incriminada ha sido Dilma.
Consiste en que los programas sociales tienen su presupuesto y en un momento
dado faltó dinero para cubrirlo.
El gobierno federal de
Brasil tiene dos bancos muy potentes. El Banco Federal do Brasil, que tiene
representación aquí en Madrid, y la Caja Económica Federal. Entonces, Dilma
buscó dinero en los bancos del gobierno para cubrir este hueco y después pagó
la deuda con los bancos. Es increíble que la lógica de los bancos públicos de
Brasil sigue la lógica de los bancos privados. El
presidente no tenía derecho –ahora ya tiene– de tomar dinero público de bancos
públicos para favorecer al público. ¿Se entiende?
Es algo completamente de
locos, pero la ley era así. Y eso es lo que se llama pedalada. Imagina: consideráis un crimen algo que es un
absurdo total. Entonces, Dilma no tiene ninguna acusación de haberse
beneficiado de nada. Pero a Lula sí tratan de ensuciarle su hoja de servicios,
porque todos los políticos que entran en esa categoría pasan ocho años
sometidos a una inhabilitación política para presentarse a cualquier cargo
público.
¿Por qué no
va a querer volver a la política Dilma?
Primero porque Dilma nunca ha sido una política. Nunca se había presentado a
ningún cargo público hasta que a Lula se le metió en la cabeza que Dilma tenía
que ser su sucesora. Nunca se había propuesto a una función política.
Era una gerente, una administradora. Ha sido una buena ministra y todo, pero
nunca ha sido una política de las que salen a la calle… Al contrario que Lula,
no le gusta dar la cara ante el pueblo, como hacía Lula. Tampoco dialogaba con
los parlamentarios… eso le costó caro a su presidencia. Porque hasta los
parlamentarios del propio PT se quejaron de que Dilma no dialogaba con ellos. Dilma es una persona que no
tiene habilidad política. Y salió con un prestigio muy bajo, con un 14%
de aprobación popular, el mismo que tiene ahora Temer, que es un nivel muy
bajo. Cualquier político que tenga menos del 30% de aprobación popular es un
desastre.
¿Crees que
Temer llegará hasta 2018?
Creo que sí, porque Temer
está favoreciendo mucho a los partidos políticos que le apoyan, precisamente
para asegurarse la continuidad de ese apoyo. Desde los de extrema derecha hasta
el PSDB, que es el partido de Cardoso, socialdemócrata más de centroderecha.
Temer va repartiendo muchas funciones y compensaciones para obtener el apoyo
parlamentario de estos partidos fuertes. No veo por qué estos partidos,
y los banqueros y los empresarios, van a querer echar a Temer. ¿Y poner en el
cargo a quién? Para ellos es mejor esperar hasta el 2018 y
luego presentar sus candidatos… que va a ser un lío tremendo. Por ejemplo, el
partido de Cardoso tiene tres o cuatro figurones que se proponen ser candidatos
a presidente. Eso va a ser un infierno interno ahí grande.
¿Así que son
los bancos y los grandes empresarios los que deciden quién ocupa la Presidencia
de Brasil?
Sí, a pesar de que en
Brasil, al contrario que en EEUU, ahora se aprobó una ley de financiación de
los partidos políticos que pone límites a las aportaciones corporativas. Las
empresas y bancos teóricamente no pueden dar dinero a los partidos, pero
la Caja 2 sigue funcionando intensamente y
evidentemente… Cuando yo participaba en el gobierno de Lula,
yo siempre les decía: "Estamos en el gobierno, pero no estamos en el
poder. El poder reside en los bancos, en los grandes empresarios, en las
multinacionales…" Ésa es la gente que tiene el poder y
nunca abandonó el poder.