LIDERAZGO SITUACIONAL APLICADO A LA EDUCACIÓN SUPERIOR UNIVERSITARIA: ADAPTABILIDAD PARA EL ÉXITO.
Por: Rev. Pbro. Manning Maxie Suárez
Docente Universitario.
Orcid: orcid.org/0000-0003-2740-5748
El
liderazgo en la educación superior universitaria se enfrenta a un panorama
complejo y diverso, caracterizado por la interacción de múltiples grupos de
interés con diferentes niveles de experiencia, motivación y necesidades.
En
este contexto, un estilo de liderazgo rígido y uniforme puede resultar ineficaz
para abordar los desafíos y aprovechar las oportunidades que surgen.
El
Liderazgo Situacional emerge como un modelo dinámico y adaptable, que reconoce
que no existe una única manera "correcta" de liderar, sino que la
efectividad del liderazgo depende de la situación específica y de las
características de las personas que se están liderando (Hersey & Blanchard,
1969). 1
Este
trabajo monográfico explorará en detalle el concepto de Liderazgo Situacional y
su aplicación en el ámbito de la educación superior universitaria.
Se
destacará la premisa fundamental de este estilo, donde el líder es flexible y
se adapta a las necesidades específicas de su equipo y del entorno cambiante.
Se
analizarán los diferentes estilos de liderazgo situacional y cómo se aplican a
los distintos niveles de desarrollo de los individuos y los equipos dentro de
una institución universitaria.
Finalmente,
se ofrecerán conclusiones prácticas para la implementación de este modelo en el
sector educativo superior, junto con una referencia bibliográfica que respalde
los argumentos presentados.
FUNDAMENTOS
DEL LIDERAZGO SITUACIONAL: FLEXIBILIDAD Y ADAPTABILIDAD
El
modelo de Liderazgo Situacional, desarrollado por Paul Hersey y Ken Blanchard,
se basa en la idea de que la eficacia del liderazgo depende de la capacidad del
líder para adaptar su estilo a la "madurez" o nivel de desarrollo de
sus seguidores en relación con una tarea específica (Brighter Strategies,
2025). 2
Esta
madurez se define en términos de la competencia (habilidad y conocimiento) y el
compromiso (motivación y confianza) que una persona demuestra para realizar una
tarea particular.
El
modelo identifica cuatro estilos de liderazgo principales, que combinan
diferentes grados de comportamiento directivo (énfasis en la tarea) y
comportamiento de apoyo (énfasis en las relaciones):
1.
Dirección (S1): El
líder define los roles y tareas, y supervisa de cerca.
Este
estilo es apropiado para individuos o equipos con baja competencia y bajo
compromiso (D1). En el contexto universitario, esto podría aplicarse a un nuevo
miembro del personal que necesita instrucciones claras y supervisión para una
tarea específica.
2.
Entrenamiento (S2): El
líder sigue dirigiendo, pero también proporciona apoyo y explica las
decisiones.
Este
estilo es adecuado para individuos o equipos con baja competencia, pero alto
compromiso (D2). Un profesor novel que posee entusiasmo, pero carece de
experiencia en un área particular podría beneficiarse de este estilo, donde se
le ofrecen guías claras pero también se le brinda apoyo y retroalimentación.
3.
Apoyo (S3): El líder
facilita y apoya los esfuerzos del equipo, compartiendo la toma de decisiones.
Este
estilo es eficaz para individuos o equipos con competencia moderada a alta pero
compromiso variable (D3). Un equipo de investigación experimentado que enfrenta
un revés podría necesitar un líder que brinde apoyo moral y facilite la
búsqueda de soluciones, en lugar de imponer directivas.
4.
Delegación (S4): El
líder delega responsabilidad y toma de decisiones a individuos o equipos
competentes y comprometidos (D4).
Este
estilo es apropiado para miembros del personal altamente experimentados y
motivados que pueden trabajar de forma autónoma. Un director de departamento
con un equipo de profesores experimentados podría delegar la responsabilidad de
diseñar un nuevo plan de estudios.
La
clave del Liderazgo Situacional radica en la capacidad del líder para
diagnosticar el nivel de desarrollo de sus seguidores para una tarea específica
y, posteriormente, adaptar su estilo de liderazgo en consecuencia (The Center
For Leadership Studies, s.f.). 3
Un
líder situacional efectivo es flexible y puede moverse entre estos cuatro
estilos según las necesidades cambiantes de su equipo y las demandas del
entorno universitario.
APLICACIÓN DEL LIDERAZGO SITUACIONAL EN LA EDUCACIÓN SUPERIOR UNIVERSITARIA
La
diversidad de roles, responsabilidades y niveles de experiencia que se
encuentran en una institución de educación superior hace que el Liderazgo
Situacional sea especialmente relevante en este contexto.
Los
líderes universitarios, ya sean rectores, decanos, directores de departamento o
líderes de proyectos, interactúan con una amplia gama de individuos y equipos
con diferentes niveles de madurez en relación con diversas tareas.
a.
Gestión del Personal Docente:
El nivel de experiencia, habilidades pedagógicas y compromiso con la
investigación pueden variar significativamente entre los profesores.
Un
decano podría necesitar adoptar un estilo de dirección al guiar a un nuevo
profesor en la elaboración de su plan de clases, un estilo de entrenamiento al
ayudar a un profesor con experiencia en la implementación de nuevas tecnologías
en el aula, un estilo de apoyo al facilitar la colaboración entre profesores en
un proyecto de investigación, y un estilo de delegación al confiar en un
profesor titular para liderar un comité curricular.
b.
Administración y Personal de Apoyo:
De manera similar, el personal administrativo y de apoyo exhibe diferentes
niveles de competencia y compromiso en sus respectivas funciones.
Un
director de recursos humanos podría necesitar dirigir a un nuevo empleado en la
comprensión de los procesos administrativos, entrenar a un empleado con
potencial para asumir mayores responsabilidades, apoyar a un equipo que está
implementando un nuevo sistema de gestión, y delegar tareas complejas a un
empleado altamente competente y autónomo.
c.
Trabajo con Estudiantes:
Si bien el modelo se centra principalmente en el liderazgo de equipos de
trabajo, algunos principios del Liderazgo Situacional pueden aplicarse en la
interacción con los estudiantes, especialmente en roles de tutoría o mentoría.
Un
profesor podría dirigir a un estudiante con dificultades en la comprensión de
un concepto básico, entrenar a un estudiante que está desarrollando sus
habilidades de investigación, apoyar a un estudiante que está liderando un
proyecto grupal, y delegar la responsabilidad de una presentación a un
estudiante avanzado y seguro.
La
clave para aplicar con éxito el Liderazgo Situacional en la educación superior
radica en la evaluación precisa del nivel de desarrollo de los individuos y los
equipos para cada tarea específica.
Esto
requiere que los líderes universitarios sean observadores, empáticos y capaces
de comunicarse eficazmente para comprender las necesidades y los desafíos de
sus seguidores.
CONCLUSIONES
PRÁCTICAS PARA LA EDUCACIÓN SUPERIOR
La
adopción del Liderazgo Situacional en la educación superior universitaria puede
conducir a una mayor eficacia en la gestión, un mejor desarrollo del personal
y, en última instancia, a un ambiente académico más dinámico y productivo. Algunas
conclusiones prácticas para su implementación:
1.
Concientización y Formación:
Es fundamental capacitar a los líderes universitarios en los principios y la
aplicación del modelo de Liderazgo Situacional.
Esto
les permitirá comprender los diferentes estilos de liderazgo y cómo adaptarlos
a las diversas situaciones y niveles de desarrollo de su personal.
2.
Diagnóstico del Nivel de Desarrollo:
Los líderes deben desarrollar la habilidad de evaluar con precisión la
competencia y el compromiso de los individuos y los equipos en relación con las
tareas específicas.
Esto
puede implicar la observación, la retroalimentación regular y la comunicación
abierta.
3.
Flexibilidad en el Estilo de Liderazgo: Los líderes deben estar dispuestos y ser capaces de
adaptar su estilo de liderazgo según las necesidades identificadas.
Esto
requiere abandonar la idea de un único estilo de liderazgo "correcto"
y abrazar la flexibilidad como una herramienta fundamental.
4.
Comunicación Clara y Transparente:
Es importante que los líderes comuniquen a sus equipos por qué están adoptando
un estilo de liderazgo particular en una situación dada.
Esto
ayuda a generar comprensión, confianza y compromiso por parte del personal.
5.
Fomento del Desarrollo del Personal:
El Liderazgo Situacional no solo se trata de adaptar el estilo actual, sino
también de facilitar el crecimiento y el desarrollo del personal.
Los
líderes deben esforzarse por mover a sus seguidores hacia niveles más altos de
competencia y compromiso a través del apoyo y la guía adecuados.
6.
Aplicación a Diferentes Niveles de la Institución: El modelo de Liderazgo Situacional
puede aplicarse en todos los niveles de la institución universitaria, desde la
gestión de equipos de investigación hasta la administración de unidades
académicas y la dirección de la institución en su conjunto.
En
resumen, el Liderazgo Situacional ofrece un marco valioso para abordar la
complejidad del liderazgo en la educación superior universitaria.
Al
reconocer la importancia de la flexibilidad y la adaptabilidad, los líderes
pueden crear un entorno donde el personal se sienta apoyado, desafiado y
capacitado para alcanzar su máximo potencial, contribuyendo así al éxito
general de la institución.