David Brooks
www.jornada.unam.mx/051216
En un triunfo espectacular
de la mayor movilización de resistencia indígena en la historia reciente de
Estados Unidos, el
gobierno federal anunció que no otorgará permisos para continuar con la
construcción de un oleoducto en Dakota del Norte que atravesaba tierras sagradas
y cruzaba por debajo del río Misuri, y buscará rutas alternativas para el
proyecto.
El Cuerpo de Ingenieros
del Ejército emitió su decisión la tarde de este domingo, argumentando que
después de extensas consultas determinó que la mejor forma de proceder
es explorar rutas alternativas para el cruce del oleoducto y elaborar
–como se había solicitado durante meses por los indígenas– un estudio de
impacto ambiental mucho más amplio.
Dave Archambault II,
presidente de la tribu siux de Standing Rock, expresó su gratitud por la
valentía del presidente Obama, el Cuerpo de Ingenieros del Ejército, el
Departamento de Justicia y el Departamento del Interior para tomar decisiones,
corregir el curso de la historia y hacer lo correcto.
Después de que el Cuerpo de
Ingenieros del Ejército ordenó evacuar este lunes las tierras federales
ocupadas por miles de indígenas y sus aliados, y de que el gobierno estatal de
Dakota del Norte había ordenado que los ocupantes abandonaran la zona ante
condiciones invernales severas, se había disparado la tensión e incertidumbre
sobre qué ocurriría, ya que los manifestantes rehusaron acatar tales órdenes.
Ante preocupaciones de
represión –fuerzas de seguridad estatales y privadas habían empleado balas de
goma, gas pimienta y lacrimógeno e incluso agua en temperaturas bajo cero
contra manifestantes en diversos enfrentamientos durante las últimas semanas,
en que hubo más de 560 arrestos–, este domingo llegaron más de 2 mil veteranos militares de todo el país
para sumarse a la resistencia y servir de escudos humanos en
campamentos helados de los siux en Dakota del Norte.
Miles de indígenas siux y de otros pueblos indígenas;
jóvenes, ambientalistas, activistas afroestadunidenses y latinos, artistas y
más han mantenido una ocupación –ya era más como un pueblo– en tierras federales
desde el verano para frenar el Oleoducto Dakota Access. Han recibido el apoyo
de más de 300 tribus y naciones indígenas en este país y agrupaciones
nacionales ambientalistas, culturales, de movimientos de derechos civiles como
Black Lives Matter y activistas estudiantiles de todo el país (standwithstandingrock.net).
El proyecto, con valor de 3.8 mil millones de dólares,
está construido en más de 90 por ciento y su último tramo, de un total de 886
kilómetros para transportar 470 mil barriles diarios de crudo desde tierras
petroleras en Dakota del Norte a refinerías en Illinois, pasa por tierras federales que
fueron otorgadas a los siux en un tratado de 1851 incumplido hasta ahora, y
cruzaría por debajo del río Misuri.
Líderes de la Reserva Siux
Standing Rock, la cual colinda con esas tierras y el paso del oleoducto,
expresaron su oposición oficial desde hace un año, argumentando que el
oleoducto pasa por tierras sagradas y a la vez amenaza el agua potable no sólo
de ellos, sino de unos 17 millones de personas por toda la región si hay una
ruptura cerca del río. Por ello, muchos participantes se designaron protectores
del agua y subrayaron la defensa indígena de los derechos ambientales de y para
todos.
Dirigentes indígenas
insistieron en que esto es parte de una lucha histórica. Nos estamos cansando
de ser empujados ya 500 años. Ellos toman, toman, toman y ya basta, comentó Lee
Plenty Wolf al New York Times en una entrevista en uno de los campamentos,
entre dos jóvenes, una de California y otra de Francia, que llegaron en apoyo.
Este fin de semana
empezaron a llegar cientos de unos 2 mil 100 veteranos militares que se han
comprometido a llegar desde todas partes del país –muchos con experiencia en
las guerras de Irak, Afganistan, y otros de Vietnam– para defender de manera no
violenta la resistencia indígena. Encabezados por Wesley Clark Jr, hijo del
reconocido general retirado y ex candidato presidencial Wesley Clark, que lanzó
la iniciativa Veteranos por Standing Rock, quien afirma que los ex
militares se congregarán como una milicia pacífica y desarmada en la
Reserva Sioux Standing Rock.
David Hulse, de la Marina
y veterano de la guerra en Irak, comentó a ABC News que decidió sumarse a las
protestas desde Chicago “no como una misión de guerra, sino una misión de paz….
ver tantos veteranos presentarse aquí, eso es hermandad”. Uno tiene 90 años de
edad, otra es representante federal demócrata de Hawai, Tulsi Gabbard. Kenny
Nagy, veterano de la guerra de Vietnam, declaró a Los Angeles Times que por fin
vamos estar ayudando al pueblo de Estados Unidos en lugar de a empresas.
Elizabeth Torrence, veterana del ejército, quien estuvo en Irak, comentó rumbo
al campamento que los soldados juran defender al pueblo estadunidense contra
enemigos en el extranjero o en casa, y la manera en que están tratando al
pueblo estadunidense, a gente desarmada, es inaceptable.
Artistas han visitado y/o
expresado solidaridad, desde los actores Jane Fonda y Mark Ruffalo hasta
músicos como Neil Young, y roqueros punk en varias ciudades que ofrecieron
conciertos para apoyar a los indígenas, como Neil Young; músicos indígenas
hicieron videos.
Poco después de la
decisión del gobierno federal esta tarde, Archambault declaró en nombre de la
tribu siux de Standing Rock su agradecimiento a todos los que participaron en
esta resistencia, incluyendo “la juventud tribal que inició este movimiento…
los millones alrededor del mundo que expresaron apoyo por nuestra causa… los
miles que llegaron a los campamentos para apoyarnos”. Indicó que ahora espera
que todos regresen a casa, y que el gobernador del estado, Jack Dalrymple, y el
gobierno entrante de Donald Trump, respeten esta decisión.
La empresa constructora
del oleoducto, Energy Transfer Partners, había declarado que se oponía a
cualquier desviación de la ruta, y que si no completa el proyecto para el 1º de
enero, perderá contratos multimillonarios.
Por lo tanto, algunos
advierten que esto no será el final. Se espera que la empresa acudirá a los
tribunales para revertir esta decisión, mientras el presidente electo Donald Trump ya expresó su apoyo
al proyecto la semana pasada. No sólo es un proyecto como los que él
propone para el país, sino que él tiene un interés personal en el asunto: es inversionista en la
constructora, cuyo ejecutivo en jefe donó unos 170 mil dólares a su
campaña electoral.