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J.S. Bach: The Violin Concertos
Composer: Johann Sebastian Bach
Artists: Emmy Verhey (violin), Camerata Antonio Luco, Rainer Kussmaul (violin), Henk Rubingh (violin), Thomas Hengelbrock (violin), Amsterdam Bach (Soloists)
Available as a separate release: all concertos for 1 violin by Bach. They are BWV 1041 and 1042: the well-known concertos. BWV1052, 1056 and 1064 are reconstructions. The latter one being for three violins. Soloists are among others Emmy Verhey and Rainer Kussmaul.
Tracklist:
Violin Concerto in A Minor, BWV 1041:
00:00:00 I. Allegro
00:03:52 II. Adagio
00:10:23 III. Allegro
Violin Concerto in E Major, BWV 1042:
00:14:22 I. Allegro
00:22:05 II. Adagio
00:28:47 III. Allegro assai
Violin Concerto in D Minor, BWV 1052:
00:31:42 I. Allegro
00:39:20 II. Largo
00:46:22 III. Presto
Violin Concerto in G Minor, BWV 1056:
00:54:14 I. Allegro
00:57:37 II. Andante
01:00:52 III. Allegro assai
Concerto for 3 violins, strings & b.c. in D Major, BWV 1064:
01:04:30 I. Allegro
01:10:23 II. Adagio
01:15:35 III. Allegro
"Una cosa es 'practicar' la religión. Y otra cosa es 'utilizar' la religión
www.religiondigital.org / 09.07.2019
Mucha gente está convencida de que lo importante
en este momento es la política, mientras que la religión cada día pinta menos.
De ahí que, a la ciudadanía, lo que le interesa es lo que hacen los políticos.
Lo que hagan o digan los curas (y sus devotos) importa menos o incluso nada, a
no ser que se trate de escándalos o abusos de curas sin escrúpulos.
Esta manera de ver la realidad parece
indiscutible. Y efectivamente todo esto resulta indiscutible para quienes se
limitan a ver la realidad de la manera más superficial que se puede ver. Porque
el hecho es que las relaciones entre política y religión son bastante más
complicadas de lo que bastante gente se imagina.
Me explico. Una cosa es “practicar” la
religión. Y otra cosa es “utilizar” la religión. Un político (ya que de
política estamos hablando) puede ir a misa todos los domingos, puede ser amigo
de curas y obispos, puede rezar a los santos y hacer otras prácticas por el
estilo, que, sin duda alguna, son cosas loables y ejemplares. Pero también
puede ocurrir que el político de misas, rezos y santos, sea un embustero y un
corrupto, que insulta a todo el que no piensa como él y que, por supuesto, se
afana por ocupar una poltrona desde la que manda y se impone a los demás. Es
evidente que este individuo “practica” la religión, pero también la “utiliza”.
Más aún, “practica” lo que le conviene, para obtener lo que le rinde mayor
“utilidad”.
Y conste que esto se suele hacer –de forma
más o menos consciente – lo mismo en los despachos de los políticos que en las
sacristías y celdas de parroquias y conventos.
Por eso, si es que de verdad queremos ser
ciudadanos de una pieza, en lugar de hacernos tanto daño fomentando el odio, la
mentira y el insulto, tendríamos que repetir, sin cansarnos, lo que tantas
veces repite el Evangelio: que “los últimos serán los primeros” (Mc 10, 31; Mt
19, 30). Si este criterio se pusiera en práctica, no por “vagancia” de unos o
por “pietismo” de otros, sino por la convicción de quienes fueran de verdad
educados, para buscar el mayor bien de todos, sin duda alguna llegaríamos a
vivir en una sociedad en la que, sin duda alguna, habría menos sufrimiento y
una felicidad más y mejor compartida.
Por esto, sin duda alguna, una de las
cosas que más me llaman la atención, cuando me pongo a leer el Evangelio, es la
cantidad de relatos en los que Jesús reprende machaconamente a sus discípulos
más íntimos, por la cantidad de veces que aquellos hombres discutían cuál de
ellos era “el más importante” (Mc 9, 33-37; Mt 18, 1-5; Lc 9, 46-48) o quiénes
tenían que “ocupar los primeros puestos” (Mc 10, 35-41; Mt 20, 20-28; Lc 22,
25-26). Lo mismo que cuando denuncia la ambición de escribas y fariseos por la
ambición de estar y aparecer como los más famosos (Mc 12, 38-40; Mt 23, 1-36;
Lc 20, 45-47).
Insisto en que todo esto no representa ni
creencias celestiales, ni piedades de gente beata. Es algo mucho más serio. Y
más profundo. Porque toca el fondo mismo de la vida. Ese fondo oscuro que todos
llevamos en nuestra intimidad más honda. El fondo que, más que gente religiosa,
nos hace personas honestas y cabales, que toda persona honrada vería con gusto
ocupando los cargos con más responsabilidad.
Bauman: "En el mundo actual todas las ideas de felicidad acaban en una tienda"
Gonzalo Suárez
entrevista a Zygmunt Bauman
www.cpalsocial.org / 190719
Visitamos al último gran
pensador europeo en su guarida de Leeds. Allí habla de su última obsesión: cómo
los políticos usan a los refugiados en beneficio propio.
Cuando escucha la primera pregunta, Zygmunt Bauman se endereza levemente
sobre el estampado floral de su butaca. Luego arquea sus cejas, con pelos
largos como meñiques. Y, tras una interminable calada a su pipa, masculla una
respuesta: «Por favor, come un poco... Necesito tiempo para
pensar».
El sociólogo señala el bufé que ha preparado en la
mesita de su salón: fresas con nata, bizcocho casero, frutos secos y zumo de
pera. No es el único detalle inusual: frente a tantos intelectuales de
renombre, Bauman renuncia al piloto automático en las entrevistas. A cambio, lo
que llega a continuación de su pausa no es una simple respuesta, sino un
discurso de más de 15 minutos repleto de meandros argumentales y citas
rebuscadas, más parecido a una de sus lecciones en la Universidad de Leeds que
a un simple encuentro con un periodista extranjero.
La excusa de la visita a su hogar esta mañana de
otoño es Extraños llamando a la
puerta (Paidós). En
su nuevo ensayo, el polaco, de 91 años, engarza la crisis de refugiados con la
idea capital de su obra: la modernidad líquida. Es decir, cómo los pilares
sólidos que apuntalaban la identidad del individuo -un estado fuerte, una
familia estable, un empleo indefinido...- se han ido licuando hasta escupir una
ciudadanía acongojada por la zozobra permanente y el miedo a quedarse atrás.
«Los europeos -truena la voz del precariado con su inglés
de fuerte acento polaco- nos encontramos con la llegada repentina de
millones de personas que, hasta hace unos años, tenían vidas muy parecidas a
las nuestras: trabajos de calidad, casas propias, ambiciones profesionales...
Y, de golpe, son refugiados que lo han perdido todo por culpa de la guerra. Su
aparición en masa nos hace conscientes de cuán frágil, inestable y temporal es
la presunta seguridad de nuestras vidas. La inmigración nos provoca tanta
ansiedad porque ese miedo a perderlo todo ya estaba ahí, latente, por la
creciente precariedad de la vida occidental. Y cuando ves a miles de refugiados
que acampan en una estación de tren europea, te das cuenta de que ya no son
simples pesadillas, sino realidades que puedes ver y tocar».
Desde su primera respuesta, Bauman deja claro que a
él no se le entrevista: se le escucha. Sus intervenciones son tan frondosas
como su bibliografía. Unas veces responde las preguntas que se le formulan;
otras, las ignora con descaro. Y es difícil adivinar si no las ha escuchado -es
duro de oído- o si, simplemente, disimula cuando la charla toca temas que no le
interesan. Así ocurre, por ejemplo, con el Brexit y la deriva xenófoba del
Reino Unido, que tan generosamente le acogió a principios de los 70 tras la
purga antisemita de su Polonia natal. Tres preguntas, cero respuestas.
Tras su arenga inicial, Bauman está exhausto. Sufre
reúma, tose sin parar y tiene el corazón delicado. Así que pide parar un rato:
«Por favor, come un poco más hasta que vuelva». Y, con paso inestable, se escapa al baño.
En su ausencia, aprovechamos para husmear en su
salón. El sociólogo y ensayista lleva casi medio siglo atrincherado en esta
casa de las afueras de Leeds. Pese a las ofertas de las mejores universidades
del mundo -Yale, Oxford, LSE- nunca quiso abandonar este anónimo chalé, con su
jardín descuidado y su puerta herrumbrosa junto a una carretera repleta de
vehículos. Sí: el archienemigo del consumismo contemporáneo predica con el
ejemplo.
En el piso de abajo hay un despacho, una cocina, un
baño y un salón repleto de butacas. Bauman siempre se sienta en la misma
poltrona, de sobrio estampado y ubicada junto a la ventana. Allí guarda su pila
de libros, que corona la versión inglesa de El tango de la guardia vieja, novela de Arturo
Pérez-Reverte.
Al cabo de unos diez minutos, Bauman regresa al
ruedo. Pese a la fatiga, mantiene su melena de genio loco, su mirada curiosa y
su sequísimo sentido del humor. «Es usted insultantemente
joven, así que no recordará cuando no existían chismes como esos», dirá luego, señalando una tableta con
cierto gesto de desdén.
Eso sí, pese a su aparente fragilidad, el polaco
mantiene una producción estajanovista. Dos días después de la entrevista,
realizará una visita a un festival literario en Florencia. Mientras tanto,
sigue cebando su obra, a razón de dos títulos al año. Ya prepara su próximo
libro, bajo el título en inglés de Retrotopia,
sobre el poder decreciente de los estados-nación. Aunque hoy prefiere hablar de
la tesis central de Extraños llamando a la
puerta.
Si los refugiados son tan parecidos a nosotros,
¿por qué reaccionamos con pánico en vez de empatía?
Sí, supongo que
podríamos. Pero también hay motivos para sentirnos temerosos, inseguros, llenos
de ansiedad. Por algo los llamo extraños. Tú sabes, más o menos, lo que tus
amigos van a hacer. También sabes, más o menos, lo que tus enemigos van a
hacer. Pero los extraños no son amigos ni enemigos: simplemente son otros. Y no
traen una etiqueta que diga «ámame», ni «ódiame», ni «devuélveme a casa» o
«méteme en un campo de concentración». Sólo generan incertidumbre total. Y a
nadie le gusta la incertidumbre.
Angela Merkel trató de reaccionar con empatía...
...Y le duró
una semana o dos. Los políticos tienen un claro interés en exacerbar la
ansiedad popular hacia los refugiados. Hace un tiempo, los poderes políticos
justificaban su razón de ser por su capacidad para protegernos colectivamente
frente a las catástrofes individuales: caer enfermo, perder tu casa... Ahora,
sin embargo, el poder político de los estados-nación se ve impotente ante las
decisiones de los poderes económicos globales. Si el ministro más poderoso no
puede garantizarte seguridad frente a los caprichos del destino, ¿cómo
justifica su existencia?
Dígame.
Fácil:
generando ansiedad, miedo al terrorismo, miedo al extraño, miedo a la gente que
viene aquí a comerse nuestro pan y a quitarnos nuestros trabajos. ¡Es un
sucedáneo maravilloso! Eso es lo que hacen Marine Le Pen y otros
movimientos similares: sacar capital político de exacerbar el miedo al extraño.
Quizá no sea sólo culpa de los políticos. Merkel lo
intentó y se hundió en las encuestas. ¿No tienen responsabilidad los
ciudadanos?
Tú dices «unos
u otros». Yo respondo «unos y otros». Es una posibilidad que surge y los
políticos se abalanzan sobre ella.
Usted suele mencionar al Papa como excepción. Pero,
claro, él no tiene que responder ante un electorado hostil....
De todas
formas, es un hombre valiente... Yo suelo usar el concepto de interregno, del
filósofo italiano Antonio Gramsci. La antigua
forma de hacer las cosas ya no funciona, pero aún no hemos encontrado la nueva
forma de funcionar. Así que hay un vacío entre las reglas que ya no sirven y
las que aún tenemos que imaginar. Lo que tú haces es señalar las contradicciones
de unos líderes frente a otros, preguntar quién es mejor... Eso está bien, pero
el verdadero debate es cómo llenar este vacío.
Según usted, los políticos han tratado de camuflar
este vacío convirtiendo un asunto moral, como acoger a los refugiados, en un
problema de seguridad ciudadana...
Cuando el
primer ministro húngaro, Viktor Orbán, dice que
«todos los terroristas son inmigrantes», lo que insinúa es que «todos los
inmigrantes son terroristas». Es una mentira, claro. Tan ridícula como decir
que «todos los polacos son sociólogos». Y olvida algo muy importante: los
terroristas de París o Londres eran personas que crecieron en el país contra el
que atentaron.
Pero también es un discurso cómodo para los
ciudadanos: si sus líderes tachan de terroristas a los refugiados, ya no
sienten la responsabilidad moral de preocuparse por ellos.
Sí, pero, de
forma imperceptible, esa incertidumbre que nos atemorizaba y que provenía de la
constatación de que la red social es cada vez más endeble, queda subsumida bajo
la obsesión por la seguridad de las fronteras. Los políticos atizan el miedo al
extranjero para ocultar su ineficacia ante los poderes globales. Esto es muy
cómodo, porque la lucha contra el terrorismo es algo visible, algo tangible,
que pueden vender en televisión. Vimos tanques en las calles de París, policías
asaltando pisos de presuntos yihadistas... Eso da la sensación de que los
gobiernos nacionales mantienen su poder: «¡No estamos sentados! ¡Estamos
actuando!».
Junto a los atentados del Estado Islámico, este año
se recordará por el Brexit, el auge de Donald Trump... ¿Es 2016 el año más
'líquido' que recuerda?
Hace décadas
que acuñé el concepto de modernidad líquida para definir la sociedad
actual. Y es un concepto cada vez más real. Como trabajas en un periódico, te
darás cuenta de que los titulares deben cambiar día tras día. Para retener a
tus lectores, debes administrarle nuevas sensaciones y nuevos temores de forma
regular...
Un nuevo ataque de tos interrumpe al sociólogo.
Aleksandra, la asistente que le cuida desde el fallecimiento de su esposa, le
ofrece una pastilla. Él se la toma y solicita otro descanso: «Apenas llevamos una hora de charla, pero ya estoy exhausto... Por
favor, come más. O, si no, te puedes llevar el bizcocho en un tupper».
A la vuelta de su paseo, se apoltrona de nuevo en
su butaca predilecta y pide acortar la entrevista. «Sólo dos o tres preguntas más», ruega.
Pero, de inmediato, se enzarza en una airada disección de la saturación
informativa en la era de internet, como si se hubiera olvidado de su propio
cansancio: «Es una paradoja de nuestro tiempo. Ahora tenemos acceso a más
información que nunca. Una simple edición dominical del New York Times
contiene más información que la gente más educada de la Ilustración consumía en
toda su vida. Al mismo tiempo, los jóvenes actuales, los llamados millenials, que se
hicieron adultos con el cambio de milenio, nunca se habían sentido más
ignorantes sobre qué hacer, sobre cómo manejarse en la vida... ¡Todo es tan
tembloroso ahora!».
¿De dónde surge esta paradoja?
Yo recuerdo los
años en los que no había ni televisión. Así que imagina el optimismo que sintió
la gente cuando salió de sus pueblos y abrió los ojos ante la world wide web.
Internet aportaba los cimientos para crear una humanidad en la que todas las
piezas estuvieran en contacto y se entendieran mutuamente. Sin embargo, los
estudios sociales indican lo contrario: esta maravilla tecnológica no sólo no
te abre la mente, sino que es un instrumento fabuloso para cerrarte los ojos.
¿Por qué?
Para protegerte
a ti mismo de las posibilidades multiformes que te ofrece la vida. Hay algo que
no puedes hacer offline, pero sí online: blindarte del
enfrentamiento con los conflictos. En internet puedes barrerlos bajo la
alfombra y pasar todo tu tiempo con gente que piensa igual que tú. Eso no pasa
en la vida real: en cuanto sales a la calle y llevas a tus hijos al colegio, te
encuentras con una multiplicidad de seres distintos, con sus fricciones y sus
conflictos. No puedes crear escondites artificiales.
Usted sostiene que hemos olvidado cómo ser felices.
Lo primero, he
de admitir que hay muchas formas de ser feliz. Y hay algunas que ni siquiera
probaré. Pero sí que sé que, sea cual sea tu rol en la sociedad actual, todas
las ideas de felicidad siempre acaban en una tienda. El reverso de la moneda es
que, al ir a las tiendas para comprar felicidad, nos olvidamos de otras formas
de ser felices como trabajar juntos, meditar o estudiar.
Usted ha vivido en sociedades muy distintas, del
comunismo al capitalismo, durante nueve décadas. ¿Cuál es la más parecida a una
sociedad feliz que ha visto?
¡Ja! Me niego a
contestar esa pregunta. Mi papel como pensador no es señalar qué es una
sociedad feliz y qué leyes hay que aprobar para llegar a ese lugar, sino
interpretar la sociedad, averiguar qué se esconde tras las reglas que cumplen
sus ciudadanos, descubrir los acuerdos tácitos y los mecanismos automáticos que
convierten las palabras en acciones concretas. En definitiva, ayudar a los
ciudadanos a entender lo que ocurre para que tomen sus propias decisiones. Sí,
entiendo que es difícil encontrar sentido a la vida, pero es menos difícil si
sabes cómo funciona la realidad que si eres un ignorante.
Es una tarea difícil en un mundo tan líquido como
el actual.
Sí. El Papa
Francisco dice tres cosas muy importantes sobre cómo construir una sociedad
sana. La primera, recuperar el arte del diálogo con gente que piensa distinto,
aunque eso te exponga a la posibilidad de salir derrotado. La segunda, que la
desigualdad está fuera de control no sólo en el ámbito económico, sino también
en el sentido de ofrecer a la gente un lugar digno en la sociedad. Y la
tercera, la importancia de la educación para unir ambas cosas: recuperar el
diálogo y luchar contra la desigualdad.
Entonces...
Escucha... Yo añadiría una enseñanza de la sabiduría
china. Si piensas en el próximo año, planta maíz. Si piensas en la próxima
década, planta un árbol. Pero si piensas en el próximo siglo, educa a la gente.
Usted estudió de cerca el fenómeno del 15-M. ¿Qué
opina de su posterior evolución y del auge de Podemos?
Que hemos
perdido la confianza en los viejos métodos de ejercer el poder y no sabemos
cómo recuperarlo. Aquí, en el Reino Unido, ocurre lo mismo: aparecen y
desaparecen nuevos partidos. Lo único que tienen en común es que su esperanza
de vida es muy breve. Y eso ocurre porque piensan a corto plazo. Se limitan a
reaccionar al último desafío, en vez de crear un modelo completo de sociedad.
Y ese 'interregno' del que hablaba, ¿cuánto durará?
Menos tiempo
del que tardaron nuestros antecesores en crear un objeto punzante con el que
penetrar otras sustancias. Y, aun así, tardaron otras decenas de miles de años
en inventar un agujero en el que meter un palo y construir un hacha... Creo que
nosotros tardaremos menos. Pero aun así será más tiempo del que la gente
querría.
El conflicto entre Turquía y EEUU va más allá de los S-400 rusos
Nazanin Armanian
www.publico.es / 190719
Las amenazas de
Washington de aplicarle a Ankara la Ley para Contrarrestar a los Adversarios de
EEUU (CAATSA) si compraba los misiles S-400 rusos han caído en saco roto y
Tayyeb Erdogan acaba de instalarlos en el suelo turco con el orgullo de haber
añadido otro fracaso a la política exterior
de Donald Trump. El sultán turco
tampoco ha declarado tres días de luto oficial por la suspensión de la venta
de cazas F-35 por parte de EEUU, quien mira con la impotencia cómo se le
escapa del control una de las principales piezas de la arquitectura de la OTAN
en Eurasia.
Turquía no es el
primer país de la Alianza Atlántica que adquiere armas rusas. Grecia, Eslovenia
y Bulgaria compraron S-300 y el mundo no llegó a su fin. ¿A qué se debe,
entonces, esta furia de EEUU contra Ankara?
Los turcos, ya en
2013, buscaban misiles no estadounidenses y lo negociaron con la compañía china
CPMIEC, pero tuvieron que abandonar la idea por las sanciones que EEUU había
impuesto a esta empresa, acusada de proveer misiles a un Irán bajo las
sanciones. Fue así como Rusia recibió el encargo tras un concurso de
licitación: fue “el acuerdo más importante en la historia moderna [turca]”,
afirmó un Erdogan eufórico.
Las razones de Turquía
+ La profunda desconfianza de Erdogan (y la sociedad)
hacia EEUU, que fue acentuada por a) el golpe
de estado fallido de julio del 2016, organizado en la base militar de la OTAN en Incirlik, y el papel de Moscú en salvar la vida del
propio presidente turco (el asesinato del embajador ruso en
Ankara fue la represalia), y b)
el Proyecto de Nuevo Oriente Próximo de los NeoCon, que consiste en desintegrar
los poderosos estados de aquella región, y crear, de paso, un estado kurdo de
los restos de Irak y Siria.
+ Que el Pentágono
haya armado a los kurdos sirios con misiles antitanques Javelin y TOW, y Ankara
a algunas facciones del Estado Islámico para combatir a los kurdos, significa
que EEUU y Turquía ya están en guerra, aunque través de terceros -que hacen de
carne de cañón-, y en el suelo de otra desgraciada nación. Rusia –el enemigo
leal de Turquía-, ha neutralizado a Erdogan, permitiendo su ataque mortal a Afrin, la bastión kurda en Siria, para que se
desgastara en el pantano sirio. El régimen islamista de Erdogan -que no
reconoce las singularidades nacionales-, también aprovecha este rasgo en la
teocracia chiita iraní para, juntos, perseguir a los kurdos de ambos países en
el territorio iraquí, queriendo impedir un imposible estado kurdo
unitario.
+ Diversificar sus proveedores de armas:
El intento del golpe de estado del 2016 demostró a Ankara que, para derribar
los aviones de guerra de EEUU en su cielo, necesita misiles de otro país.
Cuando los F-16 bombardearon el Parlamento turco, Ankara no tenía ningún arma
fuera del control de la OTAN. Turquía puede recuperar el acuerdo con China,
suspendido en 2013, y comprar los misiles FD-2000 por los que iba a pagar 4.000
millones de dólares. ¡La independencia armamentística está siendo tan vital
para los estados como la autosuficiencia energética o alimentaria!
+ Turquía sospecha que EEUU está atacando sus
intereses en la región, en alianza con
Arabia Saudita, Egipto, Bahréin, Israel y Emiratos Árabes Unidos: Libia ha sido la última parada de esta coalición anti-turca. Dice Ibrahim Karagul,
editor en jefe del diario Yeni Safak, del partido gubernamental Justicia y
Desarrollo que “desde los Balcanes hasta el norte de Siria, desde el Egeo hasta
el Mediterráneo, desde la isla de Creta hasta Sudán, desde Libia hasta el Golfo
Pérsico, se está implementando un plan extremadamente insidioso para limitar el
área de influencia de Turquía… y luego ahogarnos en el Mediterráneo». Turquía,
que ha fracasado en dos de sus intentos políticos en ganar ventajas en la
región -provocando la crisis de refugiados, y revelar el crimen de Khashoggi-, ha instalado bases militares en el llamado «Triángulo
de paz», Qatar, Somalia y en la isla de
Sudakin, para “protegerse” de los enemigos.
+ Construir una política exterior multidimensional,
desde que Europa le dio portazo: ahora Turquía intenta recuperar los viejos
dominios-mercados del imperio otomano en el sur.
+ El descubrimiento
de una bolsa de gas en las costas chipriotas, cuyo valor asciende a 35.000
millones de dólares, y que ha aumentado la tensión en el Mediterráneo
Oriental entre Chipre, Egipto,
Grecia e Israel. Turquía reclama su parte, mientras las autoridades
grecochipriotas –que han otorgado la licencia de perforación a ExxonMobil-, han
emitido órdenes de arresto para la tripulación de barcos de perforación turcos,
que son escoltados por los buques de guerra de este país. Siendo Grecia miembro
de la OTAN e Israel equipado por armas estadounidenses, Ankara sienten la
necesidad de obtener un sistema de defensa no vinculado con la OTAN para
defenderse ante una posible guerra.
+ La negativa de EEUU a vender sus misiles Patriot a
Turquía, y para más inri, retirar en 2015 los que
había instalado en la frontera turco-siria, bajo el pretexto del «alto costo de
su despliegue». Erdogan se quejaba de que EEUU había abandonado a Turquía ante
un posible ataque de Siria o de los kurdos de este país.
Los motivos de la ira de Washington
+ El S-400 Triumf
es el sistema de misiles antiaéreos capaz de identificar aeronaves o misiles a
una distancia de hasta 600 kilómetros e interceptarlos a una velocidad de hasta
4.8 kilómetros por segundo. Turquía, después de China es el segundo país del
mundo en recibir este artefacto ruso e India y Arabia Saudita serán los
siguientes, mientras Rusia ya fabrica el sistema S-500 «Prometheus». La
industria armamentística de EEUU pierde una suculenta venta de 2.200
millones de euros, a pesar de que los S- 400 valen casi la mitad que sus
homólogos Patriot. Además, al contrario de EEUU, Rusia y China no imponen
condiciones para cómo, cuándo y dónde usar sus armas vendidas. Turquía ha
acordado con Rusia la producción conjunta de los sistemas S-400, aunque lo más
seguro es que el Sr. Putin sólo le asigne la fabricación de los tornillos de
esta joya de la corona las armas rusas, por si se le ocurre a Erdogan la idea
de ofrecer los secretos del invento a EEUU a cambio de recibir la cabeza de los
kurdos de PKK.
+ La creciente relación entre Turquía y China:
la posición geopolítica turca se ha unido al poder y la influencia china en la “Iniciativa
del Corredor Medio» (Middle Corridor) que, en el marco de la Nueva Ruta de la
Seda, une Anatolia a Asia Central y China, y a este espacio con el Corredor
Internacional Transcaspiano (TITR), en el que participan también Azerbaiyán,
Georgia, Kazajstán, Polonia, Ucrania y Rumania. Una “pequeña” parte del diseño
estratégico chino de comercio que supera la capacidad creativa de los políticos
estadounidenses.
+ Infringir las
sanciones impuestas al gas ruso: el gasoducto Turk Stream de 800 kilómetros,
construido en 2018, llevará el gas eslavo al mercado turco y de allí al sur y
sureste de Europa.
+ La guerra comercial de EEUU con Turquía es la
“pedagogía del terror”: ¡Será castigado
quien desobedezca a Washington! La caída del valor de lira en un 30% el año
pasado y, por ende, el aumento de los precios de las importaciones en Turquía,
junto con la desaceleración de su economía (el crecimiento del 2.6% en 2018,
comparando con el 7,4 del 2017), unidos a la corrupción y las políticas
neoliberales del gobierno han golpeado la popularidad de Erdogan, derrotando a
sus hombres en las elecciones de Estambul. El objetivo de EEUU, que ha
anunciado el traslado de las fábricas de la construcción de piezas del F-35 de
Turquía a otros países, es destrozar la economía turca.
+ La guerra entre
ambas potencias continuará: Si EEUU deja de vender las piezas de repuestos para
los aviones estadounidenses que posee Turquía, equivaldría a un desarme a toda
regla. Por lo que, Erdogan, de momento no saldrá de la OTAN, aunque seguirá
utilizando la retórica “anti-estadounidense”, y le culpará a Trump de todos los
males del país. La mitad de la sociedad que es su electorado, le creerá, y la
otra mitad, que es la oposición, le apoyará por la “patria querida amenazada”.
Según el Centro Universitario de Investigaciones Económicas y Sociales de
Bahçeşehir de Turquía (BETAM), el 38% de los niños y las niñas menores de 15
años del país –unos 8 millones-, vivieron en 2016 en la situación de pobreza,
con un aumento de 300.000 en comparación con 2015.
El colapso del
orden regional, establecido en 1916 por el acuerdo Sykes-Picot, hoy se
manifiesta en el fin de los estados árabes modernos: Irak, Libia, Siria. La
nueva estructura regional, aunque tiene de protagonista a un ruidoso EEUU, se
está trazando como siempre sin la participación de los pueblos, aunque bajo la
supervisión de los viejos imperios: chino, ruso, persa y turco. Aquí, EEUU es,
simplemente, irrelevante, aunque muy peligroso.
LA TEOLOGIA INDIA AVANZA
Felipe Arizmendi
Esquivel
www.amerindiaenlared.org /
190719
VER
El 26 de julio de
2004, el cardenal Joseph Ratzinger, luego Benedicto XVI, entonces Prefecto de
la Congregación para la Doctrina de la Fe, escribió al cardenal Fco. Javier
Errázuriz, que era el Presidente del CELAM, indicándole que era necesario
“proseguir el camino de profundización de los contenidos doctrinales de la
Teología India, para avanzar en su clarificación a la luz de la Palabra de Dios
y del Magisterio de la Iglesia”.
Así se ha hecho,
con la asesoría de un equipo nombrado por el CELAM, dentro del Departamento de
Cultura y Educación, conformado por cinco obispos y cinco sacerdotes,
religiosas y laicos de Paraguay, Brasil, Bolivia, Ecuador, Colombia, Guatemala
y México. Uno de ellos, Mons. Octavio Ruiz, da su servicio en Roma, en el
Dicasterio de la Nueva Evangelización. El CELAM me designó coordinador de este
equipo. El cardenal Ratzinger nos decía que no debería repetirse en la Iglesia
lo que pasó con la teología de la liberación, en que, por falta de diálogo y
comunicación, hubo desentendidos y confrontaciones que nos dividieron.
Se han realizado
seis simposios y se prepara el séptimo. Los dos primeros fueron para aclarar
términos y alcances. El primero en Colombia, en 1997, y el segundo en Riobamba,
Ecuador, en 2002. A partir del tercero, se han tocado temas fundamentales de
nuestra fe, analizando qué tanto hay “semillas del Verbo”, o frutos maduros de
la vida y la acción de Dios en las culturas originarias de los pueblos de
nuestra América, o posibles ausencias o contradicciones. El tercer simposio se
hizo en Guatemala, en 2006, sobre Cristo en los pueblos indígenas. El cuarto en
Lima, Perú, en 2011, sobre “La teología de la creación en la fe católica y en
los mitos, ritos y símbolos de los pueblos originarios cristianos en América
Latina. El quinto se realizó en San Cristóbal de Las Casas, en 2014, sobre
Revelación de Dios y pueblos originarios. El sexto en Asunción, Paraguay, en
2017, sobre Trinidad, familia y pueblos originarios.
Estamos preparando
el séptimo, que será en Panamá, del 21 al 26 de septiembre de 2020, sobre
“Espíritu Santo y pueblos originarios”, con estos objetivos:
+Profundizar en la
fe católica sobre el Espíritu Santo en sus diversas formulaciones dogmáticas y
en sus expresiones culturales a lo largo de la historia.
+Escuchar,
compartir y dialogar sobre el modo como viven los pueblos originarios el
misterio del Espíritu.
+Discernir los
signos de la presencia y de la acción del Espíritu en los diversos pueblos
originarios.
+Ofrecer elementos
y criterios teológicos para discernir y caminar juntos con los pueblos
originarios en la experiencia del Espíritu. +Compartir y celebrar la vivencia
del Espíritu con expresiones propias de los pueblos originarios.
Hemos pedido a la
Congregación para la Doctrina de la Fe que imparta la conferencia inaugural
sobre los “Caminos de la formulación doctrinal sobre el Espíritu Santo en la
Tradición oriental y occidental. Convergencias y divergencias. Habrá otras dos
conferencias. Una, sobre "La acción del Espíritu Santo vivida y expresada
por los pueblos originarios”, y la otra, sobre “Espíritu Santo: profecía,
martirio y fiesta. Perspectivas de esperanza en los pueblos originarios”.
Después de cada
conferencia, habrá unos paneles con “Testimonios de la presencia del Espíritu
Santo” en algunas culturas, como mayense, kichwas, amazónicas, náhuatl, wuayú,
mapuche, kuna, guaraní y nükak. Estamos invitando a casi 80 participantes, los
obispos responsables de esta pastoral en cada país y la mayoría nativos de
estas culturas.
PENSAR
Dice el Concilio
Vaticano II: “A la unidad de la Iglesia no se opone una cierta variedad de
ritos y costumbres, sino que ésta más bien acrecienta su hermosura y contribuye
al más exacto cumplimiento de su misión”. Y agrega: “No hay que admirarse de
que algunos aspectos del misterio revelado a veces se hayan captado mejor y se
hayan expuesto con más claridad por unos que por otros, de manera que hay que
reconocer que con frecuencia las diversas formulaciones teológicas, más que
opuestas, son complementarias entre sí” (UR 15 y 16).
“La Iglesia no
pretende imponer una rígida uniformidad en aquello que no afecta a la fe o al
bien de toda la comunidad, ni siquiera en la liturgia; por el contrario,
respeta y promueve el genio y las cualidades peculiares de las distintas razas
y pueblos. Estudia con simpatía y, si puede, conserva íntegro, lo que en las
costumbres de los pueblos encuentra que no esté indisolublemente vinculado a
supersticiones y errores, y aun a veces los acepta en la misma liturgia, con
tal de que se pueda armonizar con el verdadero y auténtico espíritu litúrgico”
(SC 37).
Y el Papa
Francisco: “El cristianismo no tiene un único modo cultural. En los distintos
pueblos, que experimentan el don de Dios según su propia cultura, la Iglesia
expresa su genuina catolicidad y muestra la belleza de este rostro pluriforme.
Toda cultura propone valores y formas positivas que pueden enriquecer la manera
de anunciar, concebir y vivir el Evangelio” (EG 116).
“No
haría justicia a la lógica de la encarnación pensar en un cristianismo
monocultural y monocorde. El mensaje revelado no se identifica con
ninguna cultura y tiene un contenido transcultural. El mensaje que anunciamos
siempre tiene algún ropaje cultural, pero a veces en la Iglesia caemos en la
vanidosa sacralización de la propia cultura, con lo cual podemos mostrar más
fanatismo que auténtico fervor evangelizador” (EG 117). “Una sola cultura no agota el misterio de la redención de Cristo”
(EG 118).
ACTUAR
A quienes no
conocen esta teología, a quienes la ven con sospecha o menosprecio, les pedimos
apertura para discernir la acción misteriosa del Espíritu en las culturas
originarias, así como en las actuales y advenientes.
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