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Yemen: otra guerra de Obama

Ángel Guerra Cabrera
www.jornada.unam.mx/020415

En el discurso inaugural de su segundo mandato el presidente Barack Obama afirmó: una década de guerra se está terminando ahora. Sin embargo, el Nobel de la Paz ha realizado operaciones militares contra Libia, de nuevo en Irak (donde supuestamente había culminado la guerra) y en Siria, además de ampliar la invasión en Afganistán. Pakistán, Somalia y Yemen han sido escenario de incesantes ataques con drones ordenados personalmente por el inquilino de la Casa Blanca, que han ocasionado miles de muertos y heridos, la mayoría civiles, incluyendo muchos niños, según la Oficina de Periodismo de Investigación con sede en Londres.

Hace unos días, sin pedir permiso al Congreso ni apenas informar a la opinión pública, Obama decidió apoyar con logística e inteligencia la agresión al empobrecido Yemen de 10 países árabes y musulmanes encabezados por su adinerado vecino Arabia Saudita. Entre ellos, Egipto y Pakistán, que cuentan con poderosas fuerzas armadas. La coalición actúa bajo bandera de la Liga Árabe, que en cambio se ha desentendido de la liberación de Palestina.

Los drones de Estados Unidos proveen de videos para que los sauditas seleccionen los blancos de su aviación. Al parecer, es guiándose por esos videos que se han producido las masacres de civiles desde que la coalición inició los ataques aéreos. El jefe saudita de la operación ha dicho que una invasión terrestre seguirá a los bombardeos.

La agresión a Yemen se ha querido presentar como una acción para proteger de la supuesta intervención de Irán al pueblo yemenita, un pretexto como las armas de destrucción masiva en Irak. Es ilegal atacar a cualquier país salvo que lo decida el Consejo de Seguridad de la ONU, de modo que jurídicamente no cabe esa justificación.

El hecho de que los yemenitas zaidíes pertenezcan a una rama chiíta del islam, por cierto heterodoxa y la más cercana al sunismo, no significa, ni mucho menos, que sean marionetas de Teherán, aunque éste condene la agresión de su enemigo saudita y mantenga buenas relaciones con ellos. Los zaidíes, ahora llamados también hutíes, deben este nombre al apellido de Hussein Badr al-Din al-Houthi, líder religioso muerto en combate cuando encabezó la rebelión armada de su pueblo contra el gobierno de Saná en 2004.

También al hecho de que los tres hermanos de aquel forman parte del liderazgo actual de la insurgencia. Los zaidíes, que constituyen la tercera parte de la población de Yemen pedían autonomía política para la gobernación de Sa’dah, donde residen mayoritariamente, así como respeto a sus creencias religiosas y cultura ancestrales. Este pueblo gobernó Yemen del Norte durante casi mil años hasta 1962.

En febrero de 2010, durante la primavera árabe, el gobierno y los rebeldes hutíes acordaron un cese del fuego. En 2011, los hutíes se unieron a las protestas contra el posteriormente depuesto presidente Saleh y expandieron su control territorial en Sa’dah y la provincia vecina de Amran.

Posteriormente, participaron en la Conferencia para el Diálogo Nacional, celebrada desde marzo de 2013 hasta enero de 2014. El presidente Hadi, sucesor de Saleh, anunció un plan para febrero de 2014, de convertir a Yemen en una federación de seis regiones, que los hutíes rechazaron categóricamente, por lo que retomaron la lucha armada contra el gobierno apoyado por Arabia Saudita.

Guerrilleros fogueados, los montañeses hutíes llevaron a cabo una campaña relámpago apoyados por unidades de las fuerzas armadas leales al ex presidente Saleh que los llevó a tomar Saná, la capital; Taíz, tercera ciudad del país, y luego la segunda y estratégica Adén que domina el golfo de igual nombre, de donde pusieron en fuga a Hadi, que intentaba hacerse fuerte allí.

Más que una disputa religiosa de la fanática versión del islam predominante en Riad contra los zaidíes, la enorme coalición creada por el ultrarreaccionario reino saudita contra la insurgencia hutí expresa su enorme temor por un movimiento popular armado que ha sido capaz de imponerse militarmente en un extenso territorio que la Casa de Saud siempre han intentado dominar.

También teme la presencia en el sur de Yemen de Al Quaeda y el Estado Islámico, ahora enemigo, pero de cuyo surgimiento son Washington y Riad los máximos responsables.


Quien controle Yemen, controla el estrecho de Bab Mandeb que comunica el Canal de Suez y el mar Rojo con el golfo de Adén, por donde pasan más de 3 millones de barriles de petróleo al día.

¡Hasta siempre!

El escritor y periodista uruguayo, Eduardo Galeano, en una imagen de 2013. -REUTERS/Jorge Dan Lopez

- La palabra política se ha manoseado tanto que significa todo y no significa nada. Entrevista en Punto Final, Nº775, 2013.

- La democracia es un lujo del norte. Al sur se le permite el espectáculo, que eso no se le niega a nadie. Y a nadie molesta mucho, al fin y al cabo, que la política sea democrática, siempre y cuando la economía no lo sea.
El libro de los Abrazos.

- Los asesinos del planeta derraman de vez en cuando alguna lágrima para que la platea sepa que también tienen su corazoncito. Pero es puro teatro. Bien saben que los modelos de vida de hoy, que ellos imponen, son modelos de muerte.
Entrevista en Público, 2008.

- Es el tiempo del miedo.
Miedo de la mujer a la violencia del hombre y miedo del hombre a la mujer sin miedo.
Fragmento del poema Miedo Global.

El automóvil, el televisor, el vídeo, la computadora personal, el teléfono celular y demás contraseñas de la felicidad, máquinas nacidas para "ganar tiempo" o para "pasar el tiempo", se apoderan del tiempo. Ser como ellos.

-Las venas abiertas de América Latina me genera una enorme tristeza porque el mundo no ha cambiado en nada. Para mí sería mejor que ese libro estuviera en un museo de arqueología junto a las momias egipcias, pero no es así.
Entrevista en Ñ (Clarín), 2012.

- La derecha elige el pasado porque prefiere a los muertos: mundo quieto, tiempo quieto. Los poderosos, que legitiman sus privilegios por la herencia, cultivan la nostalgia.
Las venas abiertas de América Latina.

El torturador es un funcionario. El dictador es un funcionario. Burócratas armados, que pierden su empleo si no cumplen con eficiencia su tarea. Eso, y nada más que eso. No son monstruos extraordinarios. No vamos a regalarles esa grandeza
Días y noches de amor y de guerra.

-Harta de que le tomaran el pelo, la gente hizo uso del poco usado sentido común. Se preguntó la gente: ¿Por qué prometen cambios y otra vez nos invitan a elegir entre lo mismo y lo mismo? ¿Por qué no hicieron esos cambios si llevan una eternidad en el gobierno? El vicepresidente del país llegó a la conclusión de que este pueblo preguntón no es inteligente. Aguas de Octubre. La Jornada, 2004

-La llamada comunidad internacional ¿existe? ¿Es algo más que un club de mercaderes, banqueros y guerreros? ¿Es algo más que el nombre artístico que los Estados Unidos se ponen cuando hacen teatro? Plomo impune

-Los Estados Unidos pueden ejercer impunemente su función de policías del mundo. Y ya se sabe que este país, que nunca fue invadido por nadie, tiene la vieja costumbre de invadir a los demás.
Ser como ellos.

- Vale la pena repetirlo una vez más, para que los sordos escuchen: Haití fue el país fundador de la independencia de América y el primero que derrotó a la esclavitud en el mundo. Merece mucho más que la notoriedad nacida de sus desgracias. Artículo en Público, 2011.

-La división internacional del trabajo consiste en que unos países se especializan en ganar y otros en perder. Las venas abiertas de América Latina.

La ficción de la legalidad amparaba al indio; la explotación de la realidad lo desangraba. Las venas abiertas de América Latina.

Al fin y al cabo, somos lo que hacemos para cambiar lo que somos.


Los testigos del juicio empiezan a morir

www.plazapublica.com.gt/050415

Hace dos años sus voces resonaron, en idioma ixil, dentro de la sala de audiencias. Más de 90 testimonios narraron masacres, asesinatos, bombardeos... Lograron una sentencia, pero luego, tras un fallo de la Corte de Constitucionalidad, la sentencia fue anulada. A la espera de que el debate se reinicie, los testigos ixiles han empezado a fallecer; conforme pasa el tiempo muchos testimonios podrían desvanecerse.

Lo primero que salió desde la voz de algunos testigos ixiles fue una pregunta: “¿Ustedes, autoridad: hay ley o no hay ley para nosotros los indígenas?”.  La duda la plantearon en su propio idioma, ante abogados y jueces. Ante los generales en retiro Efraín Ríos Montt y Mauricio Rodríguez Sánchez, acusados de genocidio y delitos contra los deberes de la humanidad.

Durante diez días seguidos, los testigos narraron, como parte de la prueba testimonial del juicio por genocidio, el modo en que operó el Ejército de Guatemala en Chajul, Nebaj y Cotzal a inicios de los años ochenta. Quema de viviendas, persecuciones, homicidios, robo de animales, destrucción de cosechas, muertes masivas… “Esta es nuestra verdad. No queremos que se olvide, tampoco que se repita lo que sucedió”, enfatizaron.

Luego de dos años, tras una resolución de la Corte de Constitucionalidad (CC) que anuló la sentencia del juicio por genocidio en mayo de 2013, sus testimonios, todo lo que recordaron ante el Tribunal A de Mayor Riesgo, ha empezado a desaparecer. Los testigos han comenzado a morir. Varios —la mayoría ancianos—están enfermos, en comunidades alejadas, a las que sólo es posible acceder en automóviles todo terreno dentro del territorio ixil, en Quiché.  

El abogado Héctor Reyes, del Centro Acción Legal de Derechos Humanos (CALDH), querellante adhesivo del proceso, explica que hay reuniones recurrentes con los testigos para saber cómo se encuentran de salud, para explicarles, también, la situación jurídica del caso que tiene todo detenido. “Se toman listados. Se pregunta por los que no han asistido y se les da seguimiento. Muchos tienen avanzada edad. Otros están muy enfermos”, dice.

La pérdida de testimonios

El testigo número 14, Pedro Chávez Brito, es uno de los que falleció tras dos años de esperar su regreso a los tribunales para rendir, de nuevo, su testimonio. Con la mano alzada ante el tribunal, el 20 de marzo de 2013, dijo: “el 4 de noviembre de 1982, los ejército llegaron a la aldea Sah Sivan”. Su madre, ese día, fue la primera en morir, de un disparo en la cabeza.  Con sus hermanas, él había logrado esconderse en el interior de un temascal. Una gallina que huía de los soldados, del fuego de las casas, de las balas, delató su lugar de resguardo al entrar de pronto dentro del temascal. Los soldados que seguían a la gallina tomaron a una de las hermanas de Chávez Brito y la golpearon, la arrastraron, la violaron y la arrojaron al fuego. “Aún no tengo claro cómo sobreviví”, declaró entonces, con la voz entrecortada.

El 13 de marzo fue el velorio de Pedro Chávez Brito. El funeral se realizó en el interior de una casa de tablas de madera, incrustada en las faldas de un cerro, en la aldea Sah Sivan, a 66 kilómetros de distancia de Nebaj, una comunidad que carece de electricidad, cercana a Finca La Perla. “Tenemos miedo de que nuestra memoria se olvide”, decía en medio de la oscuridad Juan Chávez, hermano del testigo fallecido. “Hay claridad en nuestros corazones de que mi hermano ha hecho historia. Su testimonio puede ser leído. Todos los que fueron a contar la verdad ante los jueces dejaron un legado”.  
Pedro Chávez Brito, durante su comparecencia ante el tribunal.

Según los vecinos de Sah Sivan, como Gaspar Raymundo Santiago, Pedro Chávez Brito había quedado mal desde los tiempos del conflicto armado. Tenía una herida de bala en el hombro, y otra más en la pierna, su pie había sido amputado. “No sanó del todo. Tenía 46 años pero fuerza ya no tenía”, recordó Raymundo Santiago.

Para el proceso en contra de Efraín Ríos Montt y Mauricio Rodríguez Sánchez, el testimonio de Chávez Brito ha perdido validez luego de su muerte: “Jurídicamente, este testimonio, a pesar de haber sido escuchado en el primer debate, ya no es posible recuperarlo”, lamenta el abogado Reyes. No obstante, dice, para la comunidad ixil sigue vigente, es parte de la historia. Otro testimonio que ha desaparecido es el de Clemente Vásquez Mateo. Fue el testigo número 53 en declarar en contra de los generales en retiro en 2013. Con 89 años de edad fue el primero de los testigos que murió luego de declarar. Murió en junio de 2014.

Durante el primer debate, ante el tribunal, Vásquez Mateo recordó cómo había salido de su casa en la aldea Villa Hortensia Antigua, de Cotzal, en noviembre de 1982 en busca de comida; a su regreso encontró a su bebé muerta junto a su esposa, en el interior de su vivienda. “Fue el Ejército”, dijo. “Me duele, me duele, me duele”, lamentó al recordar todo durante su declaración. Su testimonio, luego de su muerte, también ha perdido validez legal.

De los 150 testigos que el Ministerio Público acreditó para declarar, en la actualidad 14 tienen problemas de salud o son ancianos. Edwin Canil, de la Asociación para la Justicia y Reconciliación (AJR), también querellante adhesivo en el caso, explica que el temor es que todos estos testimonios se desvanezcan. Entre ellos, el de Jacinto López, de 84 años; Jacinto de Paz, de 85; Magdalena Bernal de Paz, de 88; Feliciana Baca, de 81; Nicolas Bernal, de 76; Juana Hernández, de 70; Ana López, de 71; y Ana Matom Ramírez, de 68.

Otras testigos de avanzada edad pero además enfermos, podrían tener dificultades para presentarse a una posible reanudación del debate. Entre estos últimos: Marcelino Castro, de 76;  Magdalena Marcos de León, de 64; Juana Bernal Velásco, de 69; Juana Hernández de 70; y Jacinta Rivera Brito, de 57. “Están muy mal”, reconoce Canil, pero “aún esperan contar su verdad”.

La espera consiste en que el debate en contra de Ríos Montt y Rodríguez Sánchez se reanude. El proceso fue suspendido el 20 de mayo de 2013, tras el fallo de la CC, en la cual se consideraba que la defensa de los generales en retiro había sido vulnerada desde el primer día de debate. En enero de 2015, se intentó reactivar el proceso. La nueva juez, Jeannette Valdés, del Tribunal B de Mayor Riesgo, fue recusada por los abogados defensores. En tanto los testimonios ixiles han empezado a desaparecer, la Sala de Apelaciones de Mayor Riesgo deberá ser la responsable de integrar un nuevo tribunal para reactivar el caso.

Las voces que heredarán el juicio

Entre los demás testigos que esperan la reanudación del debate, los testimonios que se están perdiendo tienen mucha importancia, porque, como dicen, también “dará fuerza” una vez que sus voces vuelvan a ser escuchadas por un Tribunal de Sentencia.

Para Magdalena Matóm, de C’otzol, en Nebaj, integrante del grupo Flor de Maguey,  conformado por mujeres que sufrieron violencia sexual durante el conflicto armado, las palabras pronunciadas por los testigos que han fallecido no han sido en vano: “ahora que tenemos clara la importancia de todo lo que ha significado hablar luego de 30 años”, señala.

Para Cecilia Baca Gallego, también integrante de Flor de Maguey, es claro que durante el primer debate hubo mucho que no se dijo. “Callamos mucho, pero regresaremos para agregar lo que faltó”, dice.

— ¿Qué cosas callaron?

—Hace dos años no dijimos que quién dirigía las operaciones del Ejército en las comunidades era el actual Presidente —responde.

–¿El general Otto Pérez Molina?

—Sí. Hemos hecho memoria. Recordamos su cara. Recordamos todo. Otto Pérez Molina, comandante Tito, era el encargado de todas las operaciones en nuestras comunidades. Es lamentable  que enfermemos, que podamos morir. Pero es importante porque lo que decimos es la verdad de lo que vivimos. No es mentira —dice Baca Gallego.

Testimonios sin tribunal

“Por cada hecho de violencia —masacres, violaciones, quema de viviendas, asesinatos, persecuciones— en contra de las comunidades, hay, por lo menos, tres testigos. El valor probatorio de los testimonios (más de 140 ahora) aún es relevante para la acusación de este caso”, asegura el abogado Héctor Reyes.

En tanto los testigos enferman o mueren, de momento no hay un Tribunal de Sentencia que conozca un nuevo debate por genocidio y delitos en contra de los deberes de la humanidad. Lo que se tiene es un juicio sin juez, en pausa. Los abogados defensores consiguieron, el pasado 5 de enero de 2015, tras recusar a la jueza presidente del tribunal B de Mayor Riesgo, Jeannette Valdés, detener el inicio de un segundo debate. La Sala de Apelaciones de Mayor Riesgo, presidida por Anabella Cardona, respaldó la recusación en contra de Jeannette Valdés a causa de su tesis doctoral en febrero de este año.

“En la tesis titulada ‘Criterios para una mejor aplicación del delito por Genocidio’ es evidente que la juzgadora trata del tema de genocidio, que es uno de los delitos por los que se le sindica a los procesados y por el cual van a ser juzgados y que tal como lo plantea el interponente de la recusación –el abogado Moisés Galindo–, la tesis es una opinión de la juzgadora, por lo que ha criterio de esta Sala sí se ha externado opinión que podría incidir en la imparcialidad de la juzgadora”, argumenta la Sala de Mayor Riesgo en su resolución.

—¿Hay alguna manera para recuperar los testimonios que se han perdido tras los fallecimientos de los testigos? —se pregunta a Héctor Reyes, de Caldh.

—No.

—¿Qué podría suceder con los testimonios de aquellos que están enfermos, que también podrían fallecer?

—El análisis actual es solicitar cada testimonio como anticipo de prueba. Al menos de los enfermos y los más mayores. Pero en estos momentos no hay a quién solicitarlo. La Sala de Mayor Riesgo no ha integrado un nuevo tribunal para llevar el caso. Más testimonios podrían perderse —lamenta Reyes.

Para el abogado Francisco Palomo, defensor de Ríos Montt, la muerte es algo inevitable. “Los que se mueren se mueren. Su testimonio ya no vale y punto”, sentencia. Palomo agrega que solicitar cualquier testimonio como anticipo de prueba no es viable, porqué “en este país todos podemos morir en cualquier momento”. Agrega que para la defensa la prueba de estos testimonios ha sido respetada. “No nos interesa perjudicar la prueba. El anticipo de prueba, según la ley, es para alguien que esté enfermo. Y que los médicos digan que ya se va a morir. Pero no porque podría morir mañana porque lo atropelle un carro”.

Para argumentar su posición, pone como ejemplo a su propio defendido: “Incluso el general (Ríos Montt), justo ahora está mal, muy mal, y podría fallecer en cualquier momento. Y sí el acusado no está, el juicio no puede celebrarse. Resulta, entonces, muy difícil argumentar el anticipo de prueba de testimonios porque hay posibilidad de fallecimiento”.

Los abogados, defensores y acusadores permanecen a la espera de que un nuevo tribunal sea integrado para que reinicie el juicio por genocidio y crímenes de lesa humanidad iniciado en enero de 2013 en contra de Ríos Montt y Rodríguez Sánchez. Esperan además que se resuelvan más amparos, como la amnistía contenida en el decreto 8-86, que debe ser resuelto dentro de una sala de apelación. “Mientras no haya tribunal nadie puede pedir absolutamente nada”, indica Palomo.

Los testigos del juicio, no obstante, a pesar de que muchos de ellos se encuentran enfermos, se preparan para regresar algún día a los edificios de justicia en la capital de Guatemala. “Recordar, desahogarse, ante jueces y magistrados, aunque duela nuestro corazón”, dice Cecila Baca.

“Si la verdad de nuestros compañeros fallecidos no es tomada en cuenta es algo que debe ser penado por la ley. Apenas nos estamos recuperando de la guerra. La molestia es que no tomen en cuenta nuestra voz, nuestra petición de justicia. Porque todo lo que sufrimos hace 30 años continúa vigente”, reclama Magdalena Matón, con la ansiedad de volver una vez más ante un tribunal.


La impunidad como moneda de cambio

IPN-USAC Instituto de Problemas Nacionales / Universidad de San Carlos
www.elperiodico.com.gt/190415

Impunidad es el delito que queda sin castigo. No cualquier castigo, solo el que cumple con el debido proceso. Configura un cuadro de impunidad la falta de investigación, persecución, captura, enjuiciamiento y condena de los responsables de transgredir normas de la sociedad.

Entre 2012 y 2014 han quedado en la impunidad el 93 por ciento de violaciones al derecho a la vida, el 84 por ciento de casos de corrupción denunciados, el 87 por ciento de delitos económicos y el 86 por ciento de operaciones de lavado de dinero.

No hay la debida sanción a causa de un contexto de debilidad y porosidad institucional en el sistema de seguridad y de justicia, pero también porque la impunidad se ha convertido en una estrategia de poder para acumulación corrupta de dinero y de control social, que incluye el clientelismo. El problema mayor es que la impunidad se perpetúa con pautas sociales que echan raíces: tolerar a la violencia, laxitud ante la aplicación de la ley y complicidad, es decir, silencio, minimización de los hechos graves y tendencia a cargar la culpa sobre las víctimas. Esos usos se refuerzan con la voluntad del statu quo a inducir el olvido, negación, ocultamiento o tergiversación de tragedias históricas causadas por el Estado.

Hay un tipo de impunidad que producen agentes del Estado de una manera perversa y planificada, en asociación con grupos privados. Constituyen redes flexibles de corrupción y crimen. Retratando la experiencia de posguerra en El Salvador, en el Acuerdo Global de Derechos Humanos (1993) se les denominó “cuerpos ilegales y aparatos clandestinos de seguridad” (Ciacs), que en 20 años han mutado a una forma peculiar de crimen organizado que pone en riesgo la viabilidad del Estado constitucional de derecho. Es para atacar esa manifestación específica de criminalidad que se pidió la presencia de la CICIG.

Casos históricos que pertenecen a este tipo de “impunidad de fábrica” criminal son el del empresario Édgar Ordóñez Porta y el obispo Juan Gerardi a fines de la década de 1990, o los crímenes que perpetró el equipo del ministro Carlos Vielmann entre 2004 y 2007, juzgados en cortes de justicia en Europa. Los “blancos” (las víctimas) fueron seleccionados con diversos propósitos (económicos, políticos o ideológicos) y el sistema de persecución penal y juzgamiento operó eficazmente para ocultar pruebas, desviar móviles y responsables, contando con un aparato de publicidad. Al final lograron su objetivo de sembrar la duda sobre cuál es la verdad.

Como sea, para la población que sufre delitos y abusos, injusticias en general, el sistema ha perdido crédito. Por eso no extraña que en las encuestas de victimización apenas el 29 por ciento presenta denuncias y el 53 por ciento asevere que no lo hace “porque no sirve para nada”, o que el 63 por ciento manifiesta que su confianza en el sistema de justicia equivale a “poco o nada”, o bien que el 42 por ciento vea en un agente de Policía a un delincuente.

El compromiso de las elites, a las cuales prioritariamente corresponde rescatar el sistema, es débil y a medias. Como en un menú, seleccionan lo que les conviene a corto plazo. Y la carencia de una clase política –entendida como aquella que traduce en acuerdos los intereses generales y vitales de la sociedad en un amplio horizonte de tiempo– convierte la dinámica del país en una carrera de disputas encarnizadas y de corto alcance donde la impunidad, como forma de ejercicio del poder, es una moneda de cambio.

Por esa razón no hay políticas de Estado que fortalezcan las instituciones ni clarifiquen reglas del juego de cumplimiento general obligatorio. Los abundantes programas de modernización –la mayoría cofinanciados por la cooperación internacional– de tribunales, fiscalías y Policía no tienen continuidad e, igual que las iniciativas de prevención, resultan marginales, incapaces por tanto de transformar las condiciones que hacen del país el caldo de cultivo de la impunidad.

La posición de las elites más poderosas del país frente a la CICIG resulta ilustrativa sobre el empleo del “menú”, como pauta de compromiso. En tanto que la premisa fue que el “contrato” era con las elites tradicionales y serviría para neutralizar a las elites emergentes, supuestamente más propensas a acumular poder y dinero mediante corrupción, clientelismo y crimen, la CICIG era aceptable. Pero cuando la premisa se rompió, pues también apareció en el radar de la impunidad que sectores de las elites tradicionales participaban del ejercicio del poder en base a prácticas de corrupción y crimen, el contrato de cooperación caducó.

Justo en ese estado nos encontramos, cuando el presidente Otto Pérez debe decidir la renovación o no de la CICIG hasta 2017. Lo que la historia de este periodo ha demostrado es que hay, también, elites tradicionales y emergentes a las que conviene la instauración de un real Estado de Derecho, y otras a las que no. Ahora su contrato no es con la CICIG, es con la Historia.


América latina después de la cumbre

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Primera conclusión: el bloque de 33 países que componen la Celac –Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños– quedó fortalecido tras la reunión de Panamá. Una imagen puede dar cuenta de esto: tras escuchar a Raúl Castro, y antes de que hablaran Cristina Fernández de Kirchner y Nicolás Maduro, Obama se retiró de la plenaria de Jefes de Estado, en una actitud muy cuestionable.

Esta imagen, que algunos analistas conservadores buscaron hacer pasar como una derrota de los países de la Unasur, supone más bien lo contrario: EE.UU. no puede dirigir un espacio que creó con ese fin, allá por 1994, lo que queda graficado con claridad en la salida de Obama del recinto. Así, el país que en décadas previas fue "amo y señor” de este tipo de encuentros, ni siquiera escuchó los discursos de buena parte de los presidentes de la región, en una actitud arrogante pero también defensiva.

Segunda conclusión: si alguien esperaba un discurso "light” de Castro en Panamá, producto del restablecimiento de relaciones diplomáticas con Washington, se equivocó. El cubano fue contundente en su explicación sobre la política de Washington de cara a la isla, a nivel histórico, más allá de los recortes malintencionados que luego intentaron diversos medios hegemónicos de la región. Recordó que en la guerra de la independencia los EE.UU. "entraron como aliados, y se apoderaron del país como ocupantes”.

Luego manifestó que las penurias que produjo el bloqueo provocaron un mayor apoyo al modelo político, económico y social vigente en la isla desde 1959. Así, dijo que "el 77 por ciento de los cubanos nació bajo el bloqueo. Pero el hostigamiento trajo más revolución”. Por último, dio cuenta de la derrota del ALCA, la propuesta de libre comercio cuyo de-sarrollo se pergeñó precisamente en la Cumbre de las Américas, al afirmar que "el ALCA naufragó en 2005 en Mar del Plata bajo el liderazgo de Chávez, Kirchner y Lula”.

Tercera conclusión: la crítica a la orden ejecutiva proclamada por Obama, considerando a Venezuela una amenaza para Washington, se apoderó de buena parte de las intervenciones. Es decir: trastrocó una reunión cuyo punto esencial iba a ser la foto Obama-Castro. Cristina Fernández de Kirchner fue contundente: "Lo primero que hice fue reírme. ¿Una amenaza? Es inverosímil”, dijo primero, para después afirmar que "es una pena que esta cumbre se vea ensombrecida por esa decisión. Ese decreto debe ser dejado de lado”.

Luego fue el propio Nicolás Maduro, quien llevó 11 millones de firmas al encuentro, el que sentenció que "este decreto se mete en la vida interna de Venezuela”. Tras ello, Maduro clarificó que busca una resolución diplomática del tema, al decir: "Le tiendo la mano, presidente Obama, para que resolvamos el tema sin intervención en asuntos internos”.

Cuarta conclusión: la ausencia de una declaración final marca el descontento de EE.UU. y Canadá con los ejes centrales de la reunión, algo similar a lo que sucedió en Cartagena de Indias, Colombia, durante 2012. Si bien Obama logró la foto que quería junto a Raúl Castro, y aprovechó los días previos para reunirse con los países del Caribe nucleados en Caricom –en vías a intentar debilitar la hegemonía venezolana en la zona a través de Petrocaribe–, podemos decir que el hecho de que no exista un documento final marca las divergencias entre el bloque Celac y los países de América del Norte, que se opusieron a posicionarse sobre el decreto ejecutivo contra Venezuela.

Dos cumbres consecutivas sin posicionamiento conjunto demuestran los límites de una instancia tan abarcadora, con países muy divergentes en términos de orientación política y económica.

Diversos interrogantes quedan planteados luego del cónclave panameño, rumbo a la reunión de Perú 2018: ¿hasta qué punto la Cumbre de las Américas marcará el pulso de las discusiones regionales, visto y considerando que el bloque Celac ya arriba a dichas reuniones con consensos previos?; ¿de qué forma cambiará el escenario regional, plagado en la actualidad de un conjunto de gobiernos posneoliberales, de cara a la próxima Cumbre de las Américas?; ¿podrá EE.UU. lograr una mayor afinidad con los países del Caribe, a través de Caricom?

Como sea, aun luego de cambiar una política de histórica hostilidad con Cuba, el escenario regional sigue siendo muy complejo para EE.UU. Al fin y al cabo, tras la aparición de nuevas herramientas integracionistas –como Unasur, Celac y ALBA/Petrocaribe– la Cumbre de las Américas sigue siendo heredera de una etapa previa de la región: aquella del "Consenso de Washington”, derrotado precisamente diez años atrás en Mar del Plata. De modificar (o no) ese formato depende buena parte de la supervivencia de esta instancia, que parece haber quedado atrapada en un cambio de época de América latina.


El Viacrucis del Xingú

Fernando López, sj
www.cpalsocial.org/200415

En viernes santo el río Xingú fue sentenciado a muerte, está siendo cortado y agoniza… Su indómita, fecunda y milenaria libertad es encadenada por la hidroeléctrica Belo Monte, “feo monstruo”, como fue apodada por el pueblo. Con él mueren culturas milenarias, lugares y simbologías sagradas, fuentes espirituales de vida, islas y terrenos inundables, igarapés [1] bosques, plantas y animales. Y son violentados y heridos todos los habitantes de la región: indígenas y ribereños, poblaciones urbanas y pequeños asentamientos, en resumen, todos los pueblos bañados y alimentados por las aguas del Xingú y sus afluentes desde tiempos inmemorables. Toda la vida de la región se empobrece.

Viacrucis en Altamira, Estado Pará (Brasil, 3/4/2015): en la mañana muy temprano, al rayar el sol, un “río de gente” firme y con la cabeza erguida avanza por las calles de la ciudad. Es el pueblo simple, pueblo de Dios que camina valientemente, rezando y denunciando la injusticia, el abuso y la muerte impuesta por los poderosos y sus matones; amigos de los “Césares” que veneran al ídolo dinero y sus faraónicos proyectos de destrucción de la naturaleza y de esclavización del pueblo.

Despertando la conciencia de la ciudad, el “río de gente” avanza cantando y anunciando que el Proyecto de Vida Abundante de Dios (Jn, 10:10) es más fuerte que la muerte, que la justicia vence a la injusticia, la libertad a la esclavitud, el amor al odio y el Dios de la vida a los ídolos de la muerte, del poder y del dinero.

El obispo de la Prelatura del Xingú, Don Erwin Kräutler, encabeza el “Viacrucis”. Va adelante, como pastor al servicio de la Amazonía y sus pueblos, defendiendo su gente, ríos y bosques, cuidando de toda la vida de la Creación, de la Madre Tierra que amamanta y sustenta a todos. Dos guardias lo acompañan en la procesión, pues los poderosos decretaron su muerte hace años.

Sin embargo, su verdadera seguridad está en las manos de Dios, presente en las centenas de manos y corazones del pueblo que lo ama, lo cuida y lo acompaña.

Juntos “como miembros de un mismo cuerpo que tiene a Cristo como cabeza” (1 Co 12), obispo y pueblo sufren y lloran, aman y luchan, denuncian y anuncian, rezan y cantan con obstinación y profecía la victoria de la Cruz y de la Justicia, de la Resurrección y de la Vida sobre todo tipo de muerte.

El “río de gente” a lo largo del Viacrucis, anuncia y denuncia: “Jesús cayó y se levantó. Cuántas personas en Altamira caen por la desatención de las autoridades y no logran levantarse por falta de solidaridad, apoyo, estímulo, ayuda… En nuestra ciudad hay tantas personas que necesitan un médico. Enfrentan demoradas filas en busca de disminuir sus dolores y solucionar sus problemas de salud…

¿Cuántas Verónicas existen en nuestra ciudad? Hay tantos que necesitan a alguien para que seque sus lágrimas, su cansancio y su sufrimiento: indígenas, ribereños, colonos, habitantes de la periferia de Altamira… Que las mujeres sean tratadas con cariño y respeto, con dignidad y no como objetos de consumo y placer, de expoliación y dominio.

Jesús es clavado en la cruz cuando la sociedad permite que niñas y niños, adolescentes y jóvenes sean traficados, explotados, vinculados con las drogas y en procesos de violencia y muerte. En la región del Xingú y en Altamira muchos mueren por la falta de atención de las autoridades, por las consecuencias de los grandes proyectos… Sin embargo, la muerte de Jesús trajo para la humanidad la certeza de la Resurrección…”

Hoy en día los Judas, los Pilatos y las autoridades corruptas siguen libres. Se arrodillan ante el ídolo del poder y del dinero. Venden pueblos, ríos y selvas por “treinta monedas”. Se lavan las manos, sentencian y entregan a los justos que defienden la Vida. Y sueltan a Barrabás: sus jefes, ladrones y bandidos, que reparten la muerte por la Amazonía.

Muchas personas ya cayeron y fueron crucificadas en el Viacrucis del Xingú. La hermana Dorothy Stang (12/02/2005), misionera norteamericana que actuaba junto a los campesinos y campesinas del Proyecto de Desarrollo Sustentable Esperanza (PDS Esperanza), en el municipio de Anapu, en Pará.

José Claudio Ribeiro da Silva y María do Espírito Santo (24/05/2011), la pareja que luchaba desde 2008 contra la devastación forestal y la explotación ilegal de madera en la región de Maçaranduba, en el sudeste de Pará.

El agricultor Erenilton Pereira dos Santos (28/05/2011) y otras tantas personas asesinadas… Según el diario Correio Braziliense (12/02/2015) “en los 10 años sucesivos a la muerte de la Hermana Dorothy la situación permanece prácticamente inalterada. Del 2005 al 2014, el número total de asesinatos en campo disminuyó: fueron 334. Sin embargo, Pará concentró 118 de las muertes, que sería un 35,3%. De los 548 intentos de asesinato, 165 sucedieron en Pará. De las 2.118 personas amenazadas de muerte, 617 vivían en Pará”.

Varios líderes ribereños, campesinos e indígenas hoy continúan amenazados y señalados para morir en la región del Xingú. El testimonio y el compromiso de ellos es fuerte y valiente, defienden con sus vidas la Vida de la Amazonía y de sus pueblos. Un ribereño que se dedica a la agricultura y a la extracción de algunos materiales (por seguridad no damos su nombre), que vive a 400 km de río de Altamira (¡tres días en lancha!), comparte su dolorosa y profética experiencia: “Yo solo quería defender a mi familia y la tierra en la que vivimos.

Los madereros, grileiros [2] y hacendados, cuando quieren tomar un terreno, primero entran por las buenas. Después, cuando se apoderan de todo, te dan una patada. O te quedas de criado o te vas, porque si no, te matan y se quedan con toda la tierra y con tus pertenencias. La rabia de ellos conmigo fue porque yo nunca acepté. El hacendado vino a mi casa queriendo comprar mi terreno por diez mil reales. Yo no acepté y entonces él me dijo « ¡después no venga a reclamar! » Entonces comenzó a invadir y a destruir mi cultivo de castaña, diciendo que, como yo no quise venderle, era mi problema…”

Este hermano agricultor, profeta de nuestro tiempo, pasó más de un año con custodia policial domiciliaria en su comunidad ribereña. Lo mismo le pasó a otros habitantes de la región. Y como nuestro hermano agricultor alertó: la hidroeléctrica Belo Monte (CCBM) y la Norte Energía, “primero entran por las buenas”, inundando con beneficios a las comunidades (lanchas, motores, carros, casas, etc.), pero poco a poco se van apoderando de todo.

En Altamira y a lo largo del curso fluvial los líderes comentan: “La empresa no informa a las comunidades ni cuenta la verdad. Mucha gente está desinformada y con miedo de lo que va a pasar. Es muy difícil luchar contra tanto “regalo” que coincide con las muchas necesidades que el pueblo tiene. Un dicho importante: «hay que comer la carnada, pero no tragarse el anzuelo»”

Por otro lado, a pesar de la demarcación de las Tierras Indígenas (reconocimiento administrativo y legal en el Brasil) y de la implantación de las Reservas de Extracción (Resex) continúan los procesos de invasión efectuados por madereras y garimpeiros, así como también la usurpación de tierras. Las autoridades saben lo que está pasando. Solo tienen que mirar los informes y las cartografías oficiales sobre deforestación, si es que no creen en los estudios paralelos hechos por ONGs. Cualquier ciudadano con acceso a internet puede observar en Google Earth (aún si las fotos no son actuales) la gravedad del avance de la deforestación a lo largo de las carreteras BR 230 (la Transamazónica) e BR 163 (Santarém-Cuiabá).

Madereros, grileiros y grimpeiros no respetan ni las Resex, ni las Tierras Indígenas. Y tanto los gobiernos (federal y estatal) como sus diversas agencias saben que estas invasiones están ocurriendo. ¡Pero no hacen nada! ¿Por qué? ¿Incapacidad o ineficiencia? ¿Complicidad o confabulación? Estas preguntas están en el corazón y en la mente de cada ciudadano, de las familias ribereñas e indígenas que ven invadida y destruida la Madre Tierra que los sustenta y, por lo tanto, amenazado el futuro de sus hijos e hijas.

También es impresionante la obra faraónica de la hidroeléctrica Belo Monte. El paredón (la represa) y el “canal” de desvío del río Xingú en Volta Grande, dejarán secos 100 Km del lecho natural del río. Y ahora, en la prensa y en los noticieros están quedando al descubierto “el paredón y el canal” de la corrupción billonaria de esta obra faraónica, “elefante blanco” de otros tiempos. ¿Y el gobierno? Cómplice connivente o ineficiente. La dictadura del capital y de los secuaces que lo controlan se impone. Todo queda subordinado al dinero: la política, la ecología, el cuidado y la defensa de la vida en todas sus formas.

Y en medio de toda esta violenta y depredadora realidad desarrollista están los pueblos indígenas que viven en la cuenca del río Xingú en situación de aislamiento, de quienes se tiene unas diez referencias. Ellos son los más vulnerables. Sus vidas están amenazadas. Con el “ecocidio” provocado por los mega emprendimientos en la región, está decretado el genocidio de estos indios aislados. ¿Quién se hace responsable por estas vidas vulnerables? ¿En dónde está el gobierno para protegerlos? Y la sociedad civil, ¿se queda callada?

Brasil es el país con mayor número de grupos humanos aislados del mundo, con más de 100 referencias, la mayoría de ellas confirmada por la agencia estatal Fundación Nacional del Indio (Funai). Ellos huyeron hacia las cabeceras de los ríos y selva adentro; se aislaron debido a la violencia del sistema colonial de ayer, y el neocolonial capitalista y depredador de hoy. Con los mega emprendimientos y la creciente presión sobre los recursos naturales del Amazonas (que concentra 1/3 de la biodiversidad del planeta), los pueblos indígenas aislados se están quedando sin espacio y pidiendo socorro!

Las señales de muerte en la Amazonía son muchas, pero son mucho más fuertes las semillas de vida que siguen germinando en medio de las carreteras, selvas y ríos de la Amazonía. A nivel local, los pueblos siguen de pie, con la cabeza erguida, luchando y avanzando con dignidad, pintados y adornados, bailando la danza de la vida al son de las maracas. A nivel global la consciencia ecológica va creciendo, intentando enfrentar al sistema económico capitalista impuesto que siembra destrucción y muerte alrededor del mundo.

A nivel eclesiástico, también hay fuertes señales de esperanza. La encíclica sobre Ecología que en los próximos meses será lanzada por el Papa Francisco, denuncia y anuncia proféticamente la responsabilidad humana de defender la vida y cuidar toda la Creación.

También, en septiembre de 2014 fue oficializada la Red Eclesial Panamazónica (REPAM) con el firme apoyo del Papa: “La misión de la Iglesia debe ser incentivada y relanzada en la Amazonía”. La REPAM es una iniciativa profética que promueve una misión más geoestratégica en la Pan Amazonía y en el mundo. La iglesia es la institución con más presencia en toda la región. La REPAM vino para articular la misión de la Iglesia en la Amazonía junto a sus pueblos. Una misión que escucha el clamor de la vida de la región y camina con sus pueblos. La REPAM busca desarrollar su misión en la Amazonía fortaleciendo y articulando los servicios institucionales (conectividad y estabilidad), con los servicios introducidos (proximidad e inserción) y con los servicios itinerantes (conectividad e inclusión), teniendo así una mayor incidencia en su acción profética.

Un signo fuerte de esta capacidad de servicio e incidencia de la REPAM fue la audiencia que, recientemente, tuvo lugar en Washington-DC (19/03/2015) en la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Allí se denunció la violación de los derechos humanos y ambientales que sufren las comunidades indígenas y campesinas afectadas por las industrias extractivas. El obispo Pedro Barreto, Presidente del Departamento de Justicia y Solidaridad del CELAM, y quién también fue amenazado de muerte por denunciar la violencia de la minería en Perú, afirma en el CIDH: “queremos testimoniar la angustia y el sufrimiento de muchos hermanos y hermanas que padecen las consecuencias de la devastadora y cada vez más amenazante actividad extractivista sin rostro humano y sin ética”.

Los pueblos indígenas, con sus proyectos de Buen Vivir, son caminos de resurrección y vida para la humanidad y el planeta. Esta es nuestra fuerza y nuestra esperanza: el Buen Vivir, la Resurrección y la Vida vencen la muerte! Dando un toque Amazónico a las palabras proféticas de San Romero de América que dijo “si me matan, resucitaré en la vida de mi pueblo”, nosotros, junto con los pueblos indígenas y aquellos que luchan por la justicia para todos decimos: “si nos plantan, germinaremos y nos multiplicaremos en la vida de las selvas, los ríos y los pueblos de la Amazonía!”.


Notas:
La traducción es de Constanza Solórzano.

[1] Palabra adoptada de la lengua Tupí que como su etimología lo indica ”ygara” (canoa) y ”apé” (camino), designa un curso de agua derivado de un río, navegable apenas por pequeñas embarcaciones; típico del ecosistema amazónico. [N. De la T.]

[2] El término en portugués grileiro hace referencia a una técnica de falsificación de títulos de propiedad que consistía en depositar por unos días estos documentos en una caja con grillos, con el fin de que el excremento de los insectos le dieran el tono amarillento de los papeles antiguos y así poder apropiarse ilegalmente de ciertas tierras. [N. de la T.]


Solalinde, ¿sacerdote chicharronero?


Carlos Martínez García
www.jornada.unam.mx/290415

Para el obispo de Celaya, Benjamín Castillo Plascencia, el activismo del sacerdote Alejandro Solalinde lo muestra como un chicharronero. El titular de la diócesis celayense aseguró que Solalinde no acata los dictámenes de la Iglesia católica, no está en comunión con su obispo y es protagonista porque le gusta que lo sigan las cámaras televisivas. ¿Por qué hizo señalamientos tan excesivos?

Castillo Plascencia reaccionó acremente contra Solalinde Guerra porque éste hizo ciertas afirmaciones sobre el autoritarismo prevaleciente históricamente en la Iglesia católica romana. En un foro realizado en la Universidad Iberoamericana, campus León, Guanajuato, el padre Solalinde señaló que la Iglesia católica “es autoritaria y no escucha a los ciudadanos y sigue siendo ‘chicharronera como en la Edad Media’ […] reconoció que la misma Iglesia no los escucha [a los ciudadanos], y actúa en forma autoritaria”.

Lo de que la Iglesia católica ha sido chicharronera debe entenderse, como implica el mexicanismo aquí nada más mis chicharrones truenan, en el sentido de imponer el criterio propio y negar la existencia de otras voces y convicciones. El chicharronerismo es la cerrazón a la diversidad, el ninguneo de los derechos de los demás, la cultura dictatorial que decide por los otros y otras, quienes son considerados incapaces de tomar opciones por sí mismos.

Lo que más levantó la indignación del obispo Benjamín Castillo fue la crítica de Solalinde a la sordera de la institución eclesiástica. Sin embargo, en la mayor parte de su exposición el fundador del albergue para migrantes Hermanos en el Camino se ocupó de señalar el estado en que se encuentra la mayor parte del pueblo mexicano debido a la corrupta partidocracia que lo gobierna. Para explicarlo usó una categoría que no aparece en obras de sociología ni ciencia política: No tenemos un pueblo apático, tenemos un pueblo madreado, desde la época de la Colonia, siempre dominado, domesticado. Nunca hemos sido un pueblo libre, maduro y equilibrado.

Recordemos que los pareceres del padre Alejandro Solalinde fueron expresados en un foro universitario, no en un acto de culto público. Lo recuerdo por aquello de la tentación burocrática de quererle aplicar al sacerdote restricciones contenidas en la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público.

No gustó al obispo Benjamín Castillo Plascencia el recordatorio de Solalinde sobre lo medieval que sigue caracterizando a la Iglesia católica actual. Esta fue la razón por la cual le reviró al sacerdote incómodo que quien busca imponer sus convicciones es él. Por eso dijo “él es el chicharronero, […] él es [quien] anda buscando los reflectores, porque ignora la obra de todos los demás […]. La Iglesia está muy abierta a la ciudadanía y tenemos muchas obras sociales”. Abundó en que Solalinde ha sido reconvenido por la Conferencia del Episcopado Mexicano, porque le gustan mucho las cámaras, le encanta aparecer y ahí depende mucho de lo que recibe para su obra, pero desconoce la obra de todos los demás, nada más la de él, no sólo él tiene [obra en] Oaxaca.

El esquematismo de Castillo Plascencia reduce todo a un afán mediático de Solalinde. Para nada refirió algo que es bien conocido por quienes conocen de cerca al sacerdote: su muy sencillo estilo de vida y congruencia entre ideas y acciones. Ni una palabra de las austeras condiciones diarias en que ha vivido Solalinde Guerra en Ixtepec, Oaxaca, compartiendo con migrantes centroamericanos su lacerante peregrinaje por la frontera sur de México.

La de Solalinde ha sido una de las principales voces para visibilizar la tragedia de los migrantes, los abusos que se perpetran contra ellos y ellas, los intereses que confluyen para traficar con seres humanos. Su involucramiento en esta causa tiene un resultado seguro, como señala Emiliano Ruiz Parra: “nunca será consagrado obispo, porque dice lo que piensa de su madre Iglesia: que no es fiel a Jesús, sino al poder y al dinero; que es misógina y trata con la punta del pie a los laicos y a las mujeres, y que no es la representante exclusiva de Cristo en la Tierra”.

Entonces, ¿quién es el chicharronero? ¿Un sacerdote como Solalinde, que, impelido por su entendimiento de lo que debe ser su ministerio de servicio en favor de los marginados, se enfrenta no solamente a la red de intereses que atrapa y explota a los migrantes, sino también señala el alejamiento de la alta burocracia clerical de las necesidades y expectativas de la gente?


¿O serán chicharroneros el obispo de Celaya, y otros de la Conferencia del Episcopado Mexicano, que siguen defendiendo privilegios medievales, se niegan a reconocer la diversificación de la sociedad mexicana, se atrincheran en el verticalismo institucional que veda derechos plenos a los que llaman laicos y tienen un tren de vida lleno de lujos en buena medida gracias a su cercanía con la clase política?

Masacre silenciosa por contaminación

www.alainet.org/200415

Los bosques de China han estado muriendo desde el año 2001. Un nuevo estudio científico explica la razón del por qué y advierte que el problema pronto podría extenderse a otros países

Los investigadores afirman que las emisiones de nitrógeno por la contaminación en China están matando los bosques naturales a un ritmo alarmante, y si no se hace nada, dijo el científico Lu Xiankai, “El impacto no se limita solo a China el problema va a tener un efecto dominó en todo el mundo”.

El estudio que demandó 13 años se llevó a cabo por investigadores de la Academia China de Ciencias. Temas como la gravedad de la contaminación son políticamente sensibles en China, y con frecuencia son censurados. 

En este caso, a los investigadores se les permitió claramente involucrarse y publicar sus resultados, pero la mayor parte del estudio se publicó en el extranjero, y se le dio poca o ninguna cobertura en los medios del interior de China. 

Parece ser que hay opiniones divididas sobre cómo manejar el tema dentro del régimen. A menudo, los funcionarios de propaganda parecen desear cancelar el problema de la contaminación, culpando a las fuerzas hostiles extranjeras (como Estados Unidos) por publicar datos precisos sobre el nivel de macropartículas mortales en la atmósfera de Beijing.

El documental ‘Under the Dome’ ('Bajo la Cúpula'), recientemente hecho en China sobre la contaminación en este país, fue retirado de Internet dentro del país, a pesar que mostraba consultas y entrevistas con funcionarios del sector ambiental, a poco de “virilizarse” contabilizando 150 millones de visitas. El documental subraya el fracaso de las medidas del Partido Comunista y lo lejos que está de ganar "la guerra contra la contaminación" que pomposamente declaró el presidente, Xi Jinping.

El documental subtitulado en español con una duración de 1,43 hs. encadena gráficos, videos y entrevistas para radiografiar el colapso medioambiental que han causado tres décadas de industrialización y urbanización.

Ya sea censurado o permitido, el problema es realmente grave. Entre 2001 y 2011, al menos el 40 por ciento de los bosques naturales de la provincia más meridional de China, la isla de Hainan, murió, según el nuevo estudio publicado en la edición de marzo de la revista Ciencia y Tecnología Ambiental, a cargo de la Sociedad Americana de Química. En la antigua China, la isla de Hainan era una tierra salvaje, y pocas personas vivían allí, actualmente tiene una población de más de 7 millones de habitantes.

En un punto de observación en la montaña Dinghu, en Zhaoqing, los investigadores observaron más de una docena de especies de plantas bajo un viejo árbol extinguirse hasta que sólo quedaron un par de ejemplares. 

“Si la situación permanece como está, la mayoría de los bosques del sur de China serán destruidos en cuestión de décadas”, dijo el Dr. Lu Xiankai, investigador asociado de la Academia de Ciencias China del South China Botanical Garden (SCBG) en Guangzhou y científico líder del proyecto, en una entrevista con el diario South China Morning Post.

El científico señala que el smog es principalmente nitrógeno, y que el nitrógeno se lanza a la atmósfera por diferentes medios, desde la producción industrial a las emisiones de vehículos. 

Otra de las principales causas de la contaminación en China proviene de sus centrales eléctricas de carbón. China tiene más plantas de energía quemando carbón que el resto del mundo combinado. A lo que se debe agregar la industria petrolera, que fue acusada de no ser capaz de ordenar cómo se refinan sus productos y se permiten en el mercado. 

“Me temo que los bosques en Hong Kong están experimentando el mismo problema”, dijo Lu y agregó que “Ellos están en un ambiente similar y afectados por más o menos el mismo nivel de contaminación del aire”.


Colombia: Exterminan en silencio a la mayor nación indígena

Juan Andrés Pérez Rodríguez
www.cpalsocial.org/020415

Un genocidio que no interesa a los grandes medios de comunicación. La nación indígena Wayúu, la mayor de Colombia, se muere de hambre y sed.

Esta comunidad ha presentado su denuncia ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos -CIDH-, de la OEA, por la violación de sus derechos vitales fundamentales. Hay que agregar que la escasa ayuda del gobierno colombiano no llega a los indígenas Wayúu. Buena parte del dinero -se invierten más 15 millones de dólares- del Programa de Alimentación y Nutrición se queda en redes de corrupción y termina siendo utilizado en las campañas políticas para la compra de votos, denuncian los voceros de Wayúu.

Como los medios de comunicación corporativos tienen sus prioridades informativas bien definidas y orientadas, especialmente contra Cuba, Venezuela u otros países que no se subordinan a Occidente; usted no sabrá que la nación indígena Wayúu [1], la mayor de Colombia, se muere de hambre y sed porque el río madre de la región donde radican fue represado y su agua privatizada para el servicio de la industria agrícola y la explotación de la mina de carbón -a cielo abierto- más grande del mundo. Por esa misma razón, ignorará, seguramente, la denuncia que esta comunidad ha presentado ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos -CIDH-, de la OEA, con sede en Washington, por la violación de sus derechos vitales fundamentales.

Los datos que existen del crimen que se comete contra la etnia Wayúu no son precisos, informa la web las dos orillas.com. Según esta fuente, en el extenso territorio que ocupan en el extremo Norte del país sudamericano, la nación de origen prehispánico carece de controles y presencia estatal colombiana. En cualquier caso, según Armando Valbuena, autoridad tradicional Wayúu, unos 14 mil niños de la etnia han muerto de inanición y la mortandad no se detiene.

A todo esto hay que agregar que la escasa ayuda que el gobierno colombiano los Wayúu no llega a los indígenas. El caso del Programa de Alimentación y Nutrición, en el que se invierten más 15 millones de dólarez, es un ejemplo. Buena parte de ese dinero - denuncian los voceros de Wayúu Armando Valbuena y Javier Rojas Uriana- se queda en redes de corrupción y termina siendo utilizado en las campañas políticas para la compra de votos. Téngase en cuenta, además, que La Guajira posee una población de 500 mil habitantes y ha recibido, durante los últimos 20 años, más de mil millones de dólares por la extracción de sus recursos naturales (carbón y gas), además del dinero que le corresponde cada año del presupuesto nacional. Pero ese dinero es robado por la corrupción que domina las administraciones públicas locales.

En medio de ese panorama, en febrero de este año cinco autoridades tradicionales indígenas, a través de su representante legal Javier Rojas Uriana, solicitaban a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que dictase medidas cautelares urgentes que les permitan recuperar el uso del único río que poseen para detener la actual mortandad por inanición de niños y adultos mayores. La acción pretende que el organismo interamericano ordene la apertura inmediata de las compuertas que restringen el paso del agua del río Ranchería, que es acumulada en la represa El Cercado.

Según la abogada Sáchica Moreno, del Consultorio Jurídico de la Universidad de Bogotá, el agua del río, un bien público, fue privatizado y la primera consecuencia de ello es el proceso de exterminio en que se encuentra esta etnia colombiana, sumida en la miseria y el abandono.

La cruda realidad para estos seres humanos es que la mayor parte del río quedó completamente seco, pues su caudal hoy está destinado exclusivamente a grandes haciendas del sur de La Guajira y a las operaciones industriales de las minas de carbón de Cerrejón.

De acuerdo a la solicitud presentada ante la CIDH, la legislación internacional y nacional, y a estudios de la Defensoría del Pueblo y la Contraloría General de la República de Colombia, los primeros destinatarios del agua deben ser siempre los seres humanos. Solamente después de que ellos la tengan garantizada a satisfacción, los excedentes que resulten pueden ser usados en menesteres agrícolas, industriales y otros.

Por otra parte, además de pedir la apertura inmediata de las compuertas de la represa para que el agua llegue cuanto antes a los indígenas, se pide que se ordene suspender de manera inmediata las tomas de agua de La Guajira que Cerrejón obtiene de otras fuentes públicas distintas al río, principalmente subterráneas, hasta que una evaluación técnica idónea e imparcial determine si, después de abastecer satisfactoriamente a los seres humanos en la región, quedan excedentes de agua para destinarlos a la agricultura a gran escala y a la explotación de las minas.

Finalmente, del conjunto de pruebas judiciales que serán presentadas a la Comisión se destaca el documental inédito que acaba de terminar el periodista colombiano Gonzalo Guillén, ”El río que se robaron”, donde se testimonian los hechos denunciados a través de imágenes sobrecogedoras de La Guajira y declaraciones de los protagonistas.


[1] El Nobel de literatura colombiano Gabriel García Márquez tuvo linaje Wayúu por parte de madre y la influencia de esa cultura está presente en una buena parte de su obra.


Yo soy 700, Lampedusa

Xavier Pikaza
www.religiondigital.com/200415


Me cuesta encontrar en mi interior esa palabra: Yo soy Lampedusa, no logro descubrirla del todo, me da rubor decirla, me avergüenza:

¿Quién soy para decir así, Soy Lampedusa, sentado en mi mesa de trabajo, con el sol de frente, el gran campo que llega a mi ventana y a lo lejos el monte nevado, tranquilo, de Gredos?

¿Quién soy yo para decir Soy Lampedusa, recién tomado un café, que ha venido desde Etiopía o Colombia, preparado en una cafetera italiana, comprado cerca, en el supermercado lleno de cosas que sobran...?

¿Quién soy yo…? Y sin embargo, invitado por Jesús, me atrevo a decirla, porque él la dijo Jesús (ésta fue la última palabra "pública" de su historia, según Mt 25, 31-46:

-- Tuve hambre…y me disteis (no me disteis) de comer
-- Tuve sed… y me disteis (no me disteis) de beber
-- Fui extranjero y me (o no me) acogisteis
-- Estuve enfermo o en la cárcel… y me (o no me) visitasteis
-- Estuve perdido por el mar errante, buscando una tierra y me (o no me) acogisteis

Me atrevo de decir con Jesús esa palabra, porque sólo ella puede mantener nuestra humanidad en vida. Sólo si digo (sólo si decimos todos Yo soy Lampedusa, podremos seguir viviendo sobre este mundo, y no matarnos todos):

-- Estamos en el límite, como dijo Dt 30: Pongo ante vosotros la vida y la muerte... (Muchos escogemos una vida que lleva a la muerte).

-- Estamos ya ante una economía hecha de muerte, no hace falta que esperemos más para ver lo que pasa; bajando esta pendiente moriremos (nos mataremos) todos, como dijo ya Jesús en Mc 13 o Mt 24-25.

-- Estamos ante vallas asesinas de infierno, alambradas y mares que dividen dos mundos (o dos simples barrios de un pueblo), como Ceuta o Belén de Judea, como el Gran Muro de USA, o cien muros más que nos separan a unos de otros con odio o dinero/religión de muerte, de tal forma que al fin moriremos todos (quien a hierro separa, a hierro muere).

-- Navegamos sobre mar de destrucción como en las aguas de Libia y Lampedusa, discutiendo en un gran trasatlántico de lujo sobre leyes y normas (economías y estados, FMI, OMC, Europa...), mientras siguen muriendo 7, más 7, más 7, hasta setecientos, es decir, casi todos, por culpa de muchos.

La “culpa” es de muchos:

La culpa es del hambre de las mayorías y de la riqueza injusta de un sistema económico y social (cultural) lleva a la muerte (pueden buscarse escusas de religiones y cultura, pero la causa real es el hambre, la injusticia...

La culpa viene de la ostentación de una cultura de imagen que atrae a los hambrientos o menos ricos de "otros mundos", con su falso espejismo de libertad mentirosa y de dinero fácil. El mismo "cielo" falso se vuelve de esa forma infierno.

La culpa inmediata es de las mafias de los “transportistas” de muerte, los pequeños y los grandes negociantes de la carroña, que se alimentan de cadáveres. Sí podrán elevarse vallas más eficaces en Ceuta o en USA, podrán vigilarse los mares con drones... de forma que nada se mueva en las aguas (ni una patera...), pero con eso no se resuelve nada. La solución es decir como Jesús "yo soy el hambriento"... y buscar un camino distinto de vida solidaria, empezando siempre por "nosotros" (de un lado y de otro).

Es culpa de las naciones/estados (que no están al servicio del hombre concreto, sino del mismo Estado...); es culpa de los poderes del mundo hechos mafias de dinero, la "mamona" que Jesús superó que el "diablo", es decir, el anti-dios concreto, destructor de la vida material y de la vida "del alma", es decir, de los principios éticos de solidaridad

-- Es también culpa mía, pues sigo sentado alegre en la proa de mi ventana y diciendo libertad, mientras mueren y vuelven a morir más de 700. No sé qué más hacer... seguir escribiendo a favor de la solidaridad, abrir pequeños caminos de justicia, querer entender a todos dialogando...

No me atrevo a decirlo por mí mismo, pero lo digo con Jesús

-- Yo soy tú, yo soy vosotros, cada uno de los 700 de Lampedusa y de los 40.000 que hoy mismo están muriendo de hambre en el mundo.

-- Yo “soy Lampedusa” (estuve hambriento, perdido en el mar…), pero el mismo tiempo puedo y debo hacer presente en aquel mar y en todo el mundo de los hambrientos y enfermos, con mi pequeño testimonio de humanidad, con este blog solidario, con los libros que escribo (quiero escribir) al servicio de una humanidad que se quiere y dialoga... diciendo yo soy todos.

-- Por encima de mafias de dinero (grandes y pequeñas), por encima de religiones que enferman también, y de estados que se buscan a sí mismo (para bien de algunos que roban y roban), quiero elevar hoy mi candela de humanidad, la de la primera imagen, diciendo, simplemente: Yo soy humanidad, todos nosotros somos "uno" (en el Dios de Cristo..., o en la humanidad solidaria, si no creo expresamente en ese Dios).

Otra imagen

Junto a la candela inicial de "yo soy Lampedusa" he querido poner hoy la imagen de una mujer que "va a morir" en su barca de flores, con música de fondo, sobre un mar donde muchos olvidamos el sentido de la humanidad. Que esa segunda imagen de mujer en una barca de muerte nos permita evocar mejor el don y la exigencia de la solidaridad humana: