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MAS ROMANTICAS INOLVIDABLES ( EN VIVO )
Una Compilación de Temas Románticos Grabados en Vivo hace unos ayeres y que son muy especiales en mi carrera , los invito a este viaje musical donde se transportaran a momentos Inolvidables se los garantizo
La conveniencia del sacerdocio para las mujeres
Leonardo Boff
06-07-19
La dimensión de lo femenino no es
exclusiva de las mujeres, pues tanto los hombres como las mujeres somos
portadores, cada cual en su propio estilo, de lo masculino y de lo femenino.
Tomás de Aquino en la Suma Teológica, ya en su primera cuestión, al abordar el
objeto de la teología, dejaba claro que puede abordar cualquier tema, siempre
que lo haga a la luz de Dios. En caso contrario perdería su pertinencia. Por lo
tanto, en esta perspectiva, cabe preguntarse acerca del sacerdocio de las
mujeres, realidad que les fue negada en la iglesia romano-católica. Y
considerar las buenas razones teológicas que garantizan su conveniencia.
El llamado “depósito de la fe”, es decir,
la positividad cristiana, no es una cisterna de aguas muertas. Ella se reaviva
confrontándose con los cambios irrefrenables de la historia, como en el caso
suscitado por el sínodo de la Amazonia.
Así, en todo el mundo se verifica cada vez
más la reafirmación de la paridad de la mujer, en dignidad y derechos, con el
varón. Comprensiblemente, no es fácil desmontar siglos de patriarcalismo, que
implica disminuir y marginar a la mujer. Pero lenta y consecuentemente, las
discriminaciones van siendo superadas y, en ciertos casos, hasta castigadas. En
la práctica, todos los espacios públicos y las más diversas funciones están
abiertas a las mujeres. ¿Vale esto también para el sacerdocio de las mujeres
dentro de la iglesia romano-católica? En las iglesias evangélicas, en la
anglicana y también en el rabinato, las mujeres han sido admitidas en la función
antes reservada sólo a los varones.
Hasta fecha reciente la iglesia
romano-católica, en los estratos de la más alta oficialidad, se negaba a
plantear la cuestión, especialmente con Juan Pablo II. Quedó rehén de la
secular cultura patriarcal, pero no puede convertirse en un bastión de
conservadurismo y anti-feminismo en un mundo que avanza hacia la riqueza de la
relación hombre y mujer. El Papa Francisco tiene el mérito de plantear las
cuestiones pertinentes del mundo de hoy, como la cuestión de la moral
matrimonial o el tratamiento a dar a los homoafectivos y a otras minorías.
Como afirmaba aún en el siglo pasado una
feminista, A. van Eyde: «El bien del hombre y de la mujer son
interdependientes. Ambos quedarán lesionados si, en una comunidad, uno de ellos
no puede contribuir con toda la medida de sus posibilidades. La iglesia misma
quedaría herida en su cuerpo orgánico si no diese cabida a la mujer dentro de
sus instituciones eclesiales» (Die Frau im Kirchenamt, 1967: 360).
La minuciosa investigación de teólogos y
teólogas del más alto nivel ha demostrado que no hay ninguna barrera doctrinal
ni dogmática que impida el acceso de las mujeres al sacerdocio.
En primer lugar, hay que recordar que hay
un solo sacerdocio en la iglesia, el de Cristo. Los que vienen bajo el nombre
de “sacerdote”, son sólo figuras y representantes del único sacerdocio de
Cristo. Su función no puede ser reducida, como sostiene la argumentación
oficial, al poder de consagrar. Se puede decir que toda la vida de Cristo es
sacerdotal: se presentó como un ser-para-otros, defendió a los más vulnerables,
también a las mujeres, predicó fraternidad, reconciliación, amor incondicional
y perdón. No se muestra sacerdote sólo en la Última Cena, sino en toda su vida,
es decir: fue un creador de puentes y de reconciliación.
La función del sacerdote ministerial no es
acumular todos los servicios, sino coordinarlos, para que todos sirvan a la
comunidad. Por el hecho de presidir la comunidad, preside también la
eucaristía. Este servicio (que san Pablo llama “carisma”, y son muchos) puede
muy bien ser ejercido por las mujeres como se muestra en las iglesias no
romano-católicas y en las comunidades eclesiales de base.
Y habría razones de las más convenientes
que fundamentan tal ministerio por parte de las mujeres.
En primer lugar, la primera Persona divina
en venir al mundo fue el Espíritu Santo, que asumió a María para engendrar en
su seno a la segunda Persona, el Hijo encarnado, Jesucristo. El Hijo sólo vino
después del “fiat” (el sí) de María.
Seguían a Jesús no sólo apóstoles y
discípulos, sino también muchas mujeres que le garantizaban la infraestructura.
Ellas nunca traicionaron a Jesús, lo cual no se puede decir de los apóstoles,
especialmente del más importante de ellos, Pedro. Después de la prisión y la
crucifixión, todos huyeron. Ellas se quedaron al pie de la cruz.
Fueron ellas las que primero, en una
actitud genuinamente femenina, acudieron al sepulcro para ungir el cuerpo del
Crucificado. El mayor acontecimiento de la fe cristiana, la resurrección de
Jesús, fue testimoniado en primer lugar por una mujer, María Magdalena, hasta
el punto de que S. Bernardo dijese que ella fue “apóstol” para los apóstoles.
Si una mujer, María, pudo dar a luz a
Jesús, su hijo, ¿cómo no va a poder representarlo sacramentalmente en la
comunidad? Aquí hay una contradicción flagrante, sólo comprensible en el marco
de una iglesia patriarcal, machista y compuesta de célibes en el cuerpo de
dirección y de animación de la fe.
Lógicamente, el sacerdocio femenino no
puede ser una reproducción del masculino. Sería una aberración si así fuera.
Debe ser un sacerdocio singular, según el modo de ser de la mujer, con todo lo
que denota su feminidad en el plano ontológico, psicológico, sociológico y biológico.
No será la sustituta del sacerdote. Realizará el sacerdocio a su propio modo.
Vendrán tiempos en los que la iglesia
romano-católica acomodará su paso al del movimiento feminista mundial y con el
del propio mundo, hacia una integración del “animus” y del “ánima” para el
enriquecimiento humano y de la propia Iglesia.
Estamos, pues, a favor del sacerdocio de
las mujeres dentro de la iglesia romano-católica, escogidas y preparadas a
partir de las comunidades de fe. Corresponde a ellas darle una configuración
específica, diferente de la de los varones.
LA TEOLOGIA INDIA AVANZA
Felipe Arizmendi
Esquivel
www.amerindiaenlared.org / 190719
VER
El 26 de julio de
2004, el cardenal Joseph Ratzinger, luego Benedicto XVI, entonces Prefecto de
la Congregación para la Doctrina de la Fe, escribió al cardenal Fco. Javier
Errázuriz, que era el Presidente del CELAM, indicándole que era necesario
“proseguir el camino de profundización de los contenidos doctrinales de la
Teología India, para[JS1]
avanzar en su clarificación a la luz de la Palabra de Dios y del Magisterio de
la Iglesia”.
Así se ha hecho,
con la asesoría de un equipo nombrado por el CELAM, dentro del Departamento de
Cultura y Educación, conformado por cinco obispos y cinco sacerdotes,
religiosas y laicos de Paraguay, Brasil, Bolivia, Ecuador, Colombia, Guatemala
y México. Uno de ellos, Mons. Octavio Ruiz, da su servicio en Roma, en el
Dicasterio de la Nueva Evangelización. El CELAM me designó coordinador de este
equipo. El cardenal Ratzinger nos decía que no debería repetirse en la Iglesia
lo que pasó con la teología de la liberación, en que, por falta de diálogo y
comunicación, hubo desentendidos y confrontaciones que nos[JS2]
dividieron.
Se han realizado seis
simposios y se prepara el séptimo. Los dos primeros fueron para aclarar
términos y alcances. El primero en Colombia, en 1997, y el segundo en Riobamba,
Ecuador, en 2002. A partir del tercero, se han tocado temas fundamentales de
nuestra fe, analizando qué tanto hay “semillas del Verbo”, o frutos maduros de
la vida y la acción de Dios en las culturas originarias de los pueblos de
nuestra América, o posibles ausencias o contradicciones. El tercer simposio se
hizo en Guatemala, en 2006, sobre Cristo en los pueblos indígenas. El cuarto en
Lima, Perú, en 2011, sobre “La teología de la creación en la fe católica y en
los mitos, ritos y símbolos de los pueblos originarios cristianos en América
Latina. El quinto se realizó en San Cristóbal de Las Casas, en 2014, sobre
Revelación de Dios y pueblos originarios. El sexto en Asunción, Paraguay, en
2017, sobre Trinidad, familia y pueblos originarios.
Estamos preparando
el séptimo, que será en Panamá, del 21 al 26 de septiembre de 2020, sobre
“Espíritu Santo y pueblos originarios”, con estos objetivos:
+Profundizar en la
fe católica sobre el Espíritu Santo en sus diversas formulaciones dogmáticas y
en sus expresiones culturales a lo largo de la historia.
+Escuchar,
compartir y dialogar sobre el modo como viven los pueblos originarios el
misterio del Espíritu.
+Discernir los
signos de la presencia y de la acción del Espíritu en los diversos pueblos
originarios.
+Ofrecer elementos
y criterios teológicos para discernir y caminar juntos con los pueblos
originarios en la experiencia del Espíritu. +Compartir y celebrar la vivencia
del Espíritu con expresiones propias de los pueblos originarios.
Hemos pedido a la
Congregación para la Doctrina de la Fe que imparta la conferencia inaugural
sobre los “Caminos de la formulación doctrinal sobre el Espíritu Santo en la
Tradición oriental y occidental. Convergencias y divergencias. Habrá otras dos
conferencias. Una, sobre "La acción del Espíritu Santo vivida y expresada
por los pueblos originarios”, y la otra, sobre “Espíritu Santo: profecía,
martirio y fiesta. Perspectivas de esperanza en los pueblos originarios”.
Después de cada
conferencia, habrá unos paneles con “Testimonios de la presencia del Espíritu
Santo” en algunas culturas, como mayense, kichwas, amazónicas, náhuatl, wuayú,
mapuche, kuna, guaraní y nükak. Estamos invitando a casi 80 participantes, los
obispos responsables de esta pastoral en cada país y la mayoría nativos de
estas culturas.
PENSAR
Dice el Concilio
Vaticano II: “A la unidad de la Iglesia no se opone una cierta variedad de
ritos y costumbres, sino que ésta más bien acrecienta su hermosura y contribuye
al más exacto cumplimiento de su misión”. Y agrega: “No hay que admirarse de
que algunos aspectos del misterio revelado a veces se hayan captado mejor y se
hayan expuesto con más claridad por unos que por otros, de manera que hay que
reconocer que con frecuencia las diversas formulaciones teológicas, más que
opuestas, son complementarias entre sí” (UR 15 y 16).
“La Iglesia no
pretende imponer una rígida uniformidad en aquello que no[JS3]
afecta a la fe o al bien de toda la comunidad, ni siquiera en la liturgia; por
el contrario, respeta y promueve el genio y las cualidades peculiares de las
distintas razas y pueblos. Estudia con simpatía y, si puede, conserva íntegro,
lo que en las costumbres de los pueblos encuentra que no esté indisolublemente
vinculado a supersticiones y errores, y aun a veces los acepta en la misma
liturgia, con tal de que se pueda armonizar con el verdadero y auténtico
espíritu litúrgico” (SC 37).
Y el Papa Francisco:
“El cristianismo no tiene un único modo cultural. En los distintos pueblos, que
experimentan el don de Dios según su propia cultura, la Iglesia expresa su
genuina catolicidad y muestra la belleza de este rostro pluriforme. Toda
cultura propone valores y formas positivas que pueden enriquecer la manera de
anunciar, concebir y vivir el Evangelio” (EG 116).
“No
haría justicia a la lógica de la encarnación pensar en un cristianismo[JS4] monocultural y monocorde. El
mensaje revelado no se identifica con ninguna cultura y tiene un contenido
transcultural. El mensaje[JS5]
que anunciamos siempre tiene algún ropaje cultural, pero a veces en la Iglesia
caemos en la vanidosa sacralización de la propia cultura, con lo cual podemos
mostrar más fanatismo que auténtico fervor evangelizador” (EG 117). “Una sola cultura no agota el misterio de la
redención de Cristo” (EG 118).
ACTUAR
A quienes no
conocen esta teología, a quienes la ven con sospecha o menosprecio, les pedimos
apertura para discernir la acción misteriosa del Espíritu en las culturas
originarias, así como en las actuales y advenientes.
[JS1]O sea que lo que necesita clarificación es la Teología India, no el
servicio que pretendemos prestar al pueblo desde el trabajo de la iglesia católica.
[JS2]Falta de diálogo ¿de parte de quién?
[JS3]De hecho, en la práctica diaria, sí lo hace. Por lo tanto, no
respeta.
[JS4]El catolicismo actual, en su teología, en sus ritos, en su liturgia,
en sus planteamientos antropológicos, es “monocultural y monocorde. ¿En qué
quedamos?
[JS5]¿Por qué seguimos imponiendo una cultura (romana, occidental) en
TODO lo que tiene que ver con la teología católica? Es lo que se hace, de
hecho.
Mark Esper, otro mercader de la muerte, nuevo secretario de Defensa de EEUU
www.publico.es / 250719
«Si vis pacem, para bellum», con este
lema, un discurso bélico y en medio del aumento de la tensión en el Golfo
Pérsico, el halcón Mark Esper será la guinda puesta en el ya inquietante
gabinete de Donald Trump. Agente directo del complejo militar-industrial,
Esper, ex vicepresidente de Raytheon, una de las principales empresas de armas
de EEUU, sustituye a Patrick Shanahan, un ejecutivo de la fabricante de aviones
y misiles Boeing, en el Pentágono.
Mark Esper, un veterano de la primera
guerra de EEUU contra Irak en 1991, trabajó durante siete años como secretario
de las Fuerzas Armadas del Pentágono, haciendo de “persona influyente” para
Raytheon (fabricante del sistema de misiles Patriot, y de los motores del avión
de combate F-35, el programa de armas más caro del Pentágono), y conoció al
exjefe de la CIA y el actual secretario de Estado, Mark Pompeo, en la Academia
Militar.
El compañero de Esper en Raytheon, Charles
Faulkner, “incrustado” en el Departamento de Estado, fue obligado el mes pasado
a dimitir por elaborar un plan que benefició con miles de millones de dólares a
esta firma: aceleró la venta de bombas guiadas por láser Paveway a Arabia Saudí
(los mismo utilizados para atacar a la nación yemení), eludiendo el control del
Congreso. El lema de Raytheon es “El éxito del cliente es nuestra misión”,
aunque sus clientes mucho éxito que digamos no han tenido en Yemen. Bajo el
pretexto del “aumento de la tensión con Irán”, los hombres de esta compañía
gestionaron la venta de un paquete de armas a los jeques saudíes y emiratíes
por el valor de 8,000 millones de dólares.
Por cierto, a Esper le sustituye como
secretario del Ejército Ryan McCarthy, un “comercial” del Lockheed Martin, la
principal empresa de armas del planeta, que recibe hasta 50,000 millones de
dólares en contratos gubernamentales.
La
clave: puerta giratoria
Pasan seis décadas desde que el presidente
Dwight D. Eisenhower advirtiera de la “influencia indebida” de un monstruo
llamado “complejo militar-industrial” que estaba atrapando las instituciones
civiles de EEUU. El propio Donald Trump, en una entrevista con Fox News del 20
de mayo, le señaló como la fuerza que impide la salida de las tropas de Siria
porque “quiere guerra”. Su insaciable sed de ganar dinero vendiendo armas es uno de los principales motivos de la actual guerra de
EEUU contra Irán.
Ahora, un Esper ascendido al puesto más
alto de la administración podrá decidir qué armas y a quién comprar, sobre qué
nación descargar las viejas y sobre qué escuelas, bodas y funerales probar el
impacto de las nuevas.
No se trata de “trabajadores” que deben pagar sus facturas, mantener a su
familia y que simplemente ejecutan las órdenes de los políticos belicistas
(banalizando el mal), sino del sector más criminal de la burguesía que aumenta
su fortuna, controlando la política exterior del país, y lo hace a través de
dos principales métodos: 1) invertir en las campañas electorales de los
candidatos al parlamento y a la presidencia de EEUU, comprándolos; y 2)
utilizar la puerta giratoria: colocar en el Pentágono a sus ejecutivos y
contratar a los militares de alto rango parar dirigir sus compañías.
Veamos: la secretaria de la Fuerza Aérea,
Heather Wilson, fue consultora de Lockheed Martin; la subsecretaria de Defensa
para Adquisición y Sostenimiento de armas (USD- A&S), Ellen Lord, fue
directora ejecutiva de Textron Systems, un conglomerado industrial de aeronáutica,
seguridad y tecnologías avanzadas; el jefe de personal del Consejo de Seguridad
Nacional, el teniente Keith Kellogg, fue empleado de varias compañías militares
y de inteligencia; John Rood, subsecretario de Defensa, ha trabajado para
Lockheed Martin y Raytheon.
Según The Project on Government
Oversight (el Proyecto de Supervisión del Gobierno, POGO), solo en 2018, 645
funcionarios de alto rango trabajaron en la dirección de uno de los veinte
principales contratistas militares: una pequeña pista de quién realmente dirige
la política exterior del país más armado del mundo, y de por qué Trump ha eliminado la diplomacia de su gobierno.
La
línea de Esper
Para el nuevo secretario de Defensa, el
principal desafío de la superpotencia occidental es contener a China y Rusia, y
su receta es:
a) Modernizar el ejército y prepararlo
para las futuras guerras cercanas contra dichas potencias, invirtiendo más
dinero en el equipamiento de las Fuerzas Armadas, y aumentar el número de
soldados por encima de 500,000.
b) Construir armas específicas -como una
artillería de precisión de gran alcance- para el «conflicto de alta intensidad»
que sucederá con China y Rusia. Dice con razón el director de planificación de
programas de Secure World Foundation, Brian Weeden, que EEUU se está preparando
para un conflicto armado con China en lugar de evitarlo.
Y, para disipar la preocupación de los neocon antiiraní respecto a sus
prioridades, propone defender con contundencia los intereses de EEUU en el golfo
Pérsico. El primer paso será formar una coalición con los aliados para
“mantener la libertad de navegación alrededor del estrecho de Ormuz”,
militarizándolo, mientras su país impide ilegalmente la libre circulación de
las petroleras iraníes.
El propósito del ministro de «evitar la
guerra con Irán» pasa por matarlo de hambre impidiendo que venda su petróleo.
Al contrario de Mike Pompeo, Esper cree que no se puede utilizar la Ley
Antiterrorista AUMF para atacar a Irán, siendo este un Estado –que no un grupo
terrorista–, pero recalca que el presidente tiene derecho a “defenderse” contra un ataque iraní, sin la autorización del Congreso.
Para “derrotar la insurgencia” en Irak y
Afganistán, propone renovar los vehículos militares y fabricar aeronaves
especiales “adaptados” a dichos conflictos, para que esta carnicería que su
país y sus aliados han montado allí perdure más años y sea más rentable en
término monetarios.
Esper tendrá más desafíos como: ¿recuperar
la alianza con Turquía o seguir con el proyecto de “un estado kurdo”,
desmantelando Irak y Siria? ¿Enviar tropas a Libia para expulsar a Turquía y Qatar, uniéndose a Rusia? ¿Qué
más hacer para provocar caos en Venezuela?, entre otros tantos. «Con el ejército
involucrado en más de 140 países de todo el mundo…, nuestra preparación debe
ser nuestra máxima prioridad»: a Ester le va un estado de guerra permanente, y Trump
ha pedido al Congreso un aumento del 13% en el presupuesto militar para el ya
astronómico de 700.000 millones de dólares.
Las compañías de armas han tenido un
decisivo papel para que hoy no haya un movimiento global antimilitarista. La red Put
People Over the Pentagon (Dar prioridad al pueblo por encima del Pentágono) ha
reunido a una veintena de organizaciones progresistas para presionar a los
candidatos presidenciales para que eliminen 200,000 millones de dólares del
presupuesto de este Departamento. ¡Mucha suerte!
Nuestro Canal
Roberto Arosemena Jaén –Ciudadano panameño
Me gustaría que mi generación del 58
concluyese su misión histórica de integrar el destino del Canal al desarrollo
social y económico del país. Sin embargo, lo que se hizo el 31 de diciembre de
1999 fue crear una Junta encargada de la evolución del Canal con el nombre de
Junta Asesora de la Junta Directiva del Canal de Panamá. El Faro, en su edición
de junio de 2019, menciona la sustitución de William O’Neil (ex Secretario
General de la Organización Marítima Internacional (OMI) por 14 años antes de
ser nombrado en 1999 Presidente de la Junta Asesora del Canal, cargo que ocupó
hasta el momento actual.) El actual presidente de la Junta Asesora es William
John Flanagan Jr., Almirante de las Fuerzas Armadas, presumo de los Estados
Unidos de América.
La pregunta pertinente es qué poder tiene
el Ministro del Canal frente a este Consejo Asesor metido en el corazón de sus
colaboradores, nombrados y por nombrar, por el Presidente de la República.
Además, por qué se ha blindado el Canal de un título constitucional que, al
decir de los excandidatos a Presidente, en los pasados debates, no puede ser
modificado por el soberano que en este caso es la ciudadanía panameña.
En efecto, se nos obliga a pensar que no
tenemos facultad de llamar a una Asamblea Constituyente originaria porque el
título constitucional canalero está por encima de la voluntad política de la
nación. Tremenda aberración, entre la retórica de que conquistamos el Canal en
1999 y la absurda realidad de un Consejo de Asesores vinculados a la OMI y a
los intereses estratégicos del almirantazgo estadounidense.
Se concluye que el Canal, como patrimonio
nacional declarado, no es práctico ni efectivo. No podemos fijarle impuestos,
tasas y contribuciones presupuestarias sino lo permite la Junta Asesora
“directiva” y que el papel del Ministro del Canal es ridículo e intrascendente.
Lo mismo que cualquiera ocurrencia de algún diputado de atreverse a proponer
una ley que defina los excedentes del Canal y su utilización fiscal.
Inmediatamente, sería condenado como violador de la Constitución y excluido de
toda actividad política y social en el territorio nacional. En conclusión, ni
somos dueños ni propietarios del Canal, sólo administradores bajo la égida del
título constitucional. No me refiero al Tratado de Neutralidad y Funcionamiento
que es una temática correlacionada que hay que resolver mediante un trámite
contractual supeditado a una denuncia internacional en el seno de Naciones
Unidas.
Me refiero a la condición de la empresa canalera.
El efecto de esta “real política canalera” es un país sometido no a una quinta
frontera, sino a un destino de claudicaciones y traiciones que tenemos que
superar.
Corresponde a esta generación de eternos
jóvenes panameños y panameñas quitarle viabilidad al cerrojo mental, social,
cultural y político que pasa por el Canal y sus desastrosos acuerdos. Es
difícil esperar que Aristides Royo Sánchez, el ex institutor de la década del
58, miembro de la juventud insurgente de esta patria, ahora vuelto a encumbrar,
se haga eco de estas inquietudes. El momento actual es crítico. El torrijismo
agresivo, que confunde patria y soberanía con entrega y servilismo, retorna al
Palacio de las Garzas.
Histeria xenofóbica en Panamá
www.alainet.org
/ 16/07/2019
Una gran ola xenofóbica se ha levantado en
Panamá. Cuando parecían pasados los conflictos por la masiva llegada de
venezolanos, porque el flujo migratorio de ese país ha disminuido notablemente
desde que se impuso la visa hace 2 años, la diputada del Partido Revolucionario
Democrático (PRD), y primera vicepresidenta de la Asamblea Legislativa, Zulay
Rodríguez Lu, ha vuelto a levantar la xenofobia con más bríos por medio de un
anteproyecto de ley draconiano contra los migrantes pobres.
Una campaña plagada de mentiras
Para justificar las propuestas de
endurecimiento de la legislación migratoria se ha lanzado una campaña masiva
por los medios formales y alternativos para crear un ambiente propicio
cimentado de falacias y mentiras descaradas. La campaña se sustenta en
afirmaciones como que los inmigrantes, sobre todo venezolanos, ofenden a los
nacionales, nos irrespetan y desprecian nuestras leyes. A lo que se suma el
mito de que “nos quitan los puestos de trabajo” y que el creciente número de
delitos es producido por extranjeros.
La diputada Rodríguez, en una entrevista
en un canal televisivo internacional, llegó a afirmar que en Panamá había 1
millón de extranjeros, pero los mismos medios xenófobos estiman, sin
confirmación oficial, la reciente ola migratoria en unas 140 mil personas, lo
que apenas representaría el 3,5% del total de la población del país. Es poca
gente, pero sirve para distraer a los incautos respecto a los verdaderos
responsables que permanecen intocables de las disparidades sociales. Así que
los migrantes pobres se han convertido en chivos expiatorios.
El “enemigo” son los migrantes pobres
Parece que Panamá se ha vuelto una
sucursal de los Estados Unidos de Donald Trump, o de la Alemania de
Hitler, en la que los migrantes de los países hermanos deben andar con temor,
ya que a diario se producen incidentes.
La diputada Rodríguez Lu, quien es
descendiente de inmigrantes chinos por la vía materna, y los grupos organizados
de xenófobos que la apoyan, se han ocupado de focalizar la campaña contra el
migrante trabajador y pobre, y expresamente defienden la inmigración
empresarial (“vienen a invertir”), e indirectamente de europeos blancos, contra
la que no se dice nada, pese a un aumento significativo de españoles que llegan
a Panamá.
Una ley draconiana
El anteproyecto de ley consta de 17
artículos que reforman la legislación vigente y la hacen muy difícil de cumplir
para el migrante trabajador. En el artículo 1 deja claro el interés de ciertos
grupos de abogados que, en los últimos diez años, han combatido el programa
denominado “Crisol de Razas”, porque les quitó el negocio de tramitar los
papeles de residencia y los permisos laborales para extranjeros, ya que se ha
estado realizando de manera casi gratuita directamente por las autoridades de
migración. Se obliga en ese artículo a la regularización “a través de abogado
idóneo”.
El artículo 2 crea el Servicio Nacional de
Migración y lo adscribe al Ministerio de Seguridad Pública. El art. 4 crea la
llamada Unidad Migratoria de Acción de Campo (UMAC) como una especie de
corporación cuasi policial que vigile el cumplimiento de la legislación por los
migrantes y persiga a los migrantes que no cumplan con las normas.
En 6 meses, desde la entrada en vigencia
de la nueva ley el migrante deberá entregar: “comprobante de domicilio”, que
consiste en contrato de arrendamiento o factura de servicio público; permiso de
trabajo; comprobante legal de su fuente de ingreso no menor al salario
mínimo; Paz y Salvo nacional de rentas; inscripción como asegurado en el
sistema de la Caja de Seguro Social que compruebe pago mínimo de 6 cuotas
(mensuales). Todo lo cual debe actualizarse anualmente (art. 5).
Quien conoce las difíciles condiciones de
vida y trabajo de un migrante sabe que conseguir el cúmulo de requisitos que se
pretende pedir es casi imposible. Muchos son superexplotados por los
empresarios, no reciben el salario mínimo legal, o sufren la inestabilidad
laboral siendo constantemente despedidos y recontratados, o directamente los
patrones les roban sus cuotas del seguro social.
Es fácil vaticinar que la nueva
legislación conseguirá lo contrario del fin que se propone expresamente, la
regularización de los inmigrantes, los cuales, en su mayoría, cumplen con los
actuales requisitos y están inscritos por la vía del programa Crisol de Razas.
A menos que el objetivo oculto de la ley sea justamente que no puedan cumplir
con la nueva normativa para justificar su expulsión, piensan algunos.
El incumplimiento involuntario de estos
requisitos, que además deben tramitarse con abogado de por medio y sus
“honorarios”, y quien no posea la documentación actualizada, acarrea una multa
de 500 dólares (art. 8). Y otros 500 dólares para el nacional o extranjero que
se haya hecho responsable por el migrante que incumpla la legislación, incluida
la inhabilitación (¿de funciones públicas?) hasta que pague (art. 7). Lo cual
dificultará que nacionales decidan respaldar a algún migrante.
El artículo 9 sanciona al migrante que
practique “directa o indirectamente el ejercicio de una profesión liberal
reservada según la Constitución Política, para los nacionales panameños”.
La apelación al patrioterismo mientras se entrega el
país a intereses imperialistas
El artículo 13 llega al paroxismo
xenofóbico cuando en su acápite 7 dice: “Aquellos extranjeros que
manifiesten públicamente ofensa e insultos hacia la nacionalidad panameña”,
los equiparan con quienes delincan y no cumplan la legislación, “…serán
deportados inmediatamente del territorio nacional”.
¿Qué se entiende por “ofensa o insulto”?
Entramos al terreno de las subjetividades, pues la queja más usual que se
escucha es de los venezolanos que reclaman atención correcta y eficiente en
almacenes y lugares de atención al público. Queja que compartimos muchos
nacionales, dada una cultura de la grosería por parte de algunas personas. ¿Un
migrante no podrá quejarse jamás de algo que no le satisfaga?
El artículo 14 establece que “el
extranjero que haya sido deportado no podrá ingresar al país en un lapso de
diez a quince años”. Sin mediar consideración, reconsideración, ni
apelación alguna, ni siquiera que tenga familiares en la República de Panamá.
Ningún
artículo del anteproyecto de ley de la diputada Zulay Rodríguez va contra los
intereses de grandes capitalistas extranjeros que controlan un alto porcentaje
de nuestra economía y someten al saqueo nuestros recursos.
No hay que olvidar que fue un gobierno del
partido de la diputada Rodríguez el que desnacionalizó las empresas públicas y
las entregó a empresas transnacionales. La electricidad y la telefonía
nacionalizadas por Omar Torrijos en los 70, fueron privatizadas por el partido
que fundó, irónicamente. Por supuesto, contra esos empresarios extranjeros no
va el anteproyecto xenofóbico, sino contra los migrantes de la clase
trabajadora.
La xenofobia en Panamá es de vieja data
En el pasado nuestro país ha sufrido otras
oleadas xenofóbicas. Un año después de que Estados Unidos nos separara de
Colombia para construir el canal controlado por el Pentágono, se emitía la Ley
6 de 1904, que impedía el ingreso al país de “norteafricanos, turcos y
orientales o asiáticos”. Es probable que los antecesores de la diputada
Rodríguez Lu fueran víctimas de aquella ola xenofóbica. Ironías de la historia.
El diputado Pablo Arosemena, el xenófobo
de entonces, intentaba impedir la entrada de chinos principalmente, a la vez
que intentaba promover la llegada de europeos blancos para lograr un
“cruzamiento” que “cambiaría las condiciones físicas del pueblo del porvenir” (Pizzurno,
P. Memorias e imaginarios de identidad y raza en Panamá. Siglos XIX y
XX. Colección Ricardo Miró. Premio Ensayo 2010).
En los años siguientes las víctimas de la
ola xenofóbica pasaron a ser los negros antillanos de habla inglesa que se
quedaron a vivir en el Istmo después de terminada la construcción del Canal de
Panamá. En los años 20, 30 y 40 se organizaron diversos movimientos que
buscaban la expulsión de los migrantes antillanos. El Movimiento de Acción
Comunal y la posterior Doctrina Panameñista, elaborada por el ex presidente
Arnulfo Arias llevaron esa política racista y xenofóbica al máximo, aunque
fracasaron.
La Constitución Política de 1941 declaró a
los negros de habla inglesa y a los chinos como “razas indeseables”. A los
chinos principalmente se les expropiaron negocios y se les prohibió el comercio
al detal. Las deportaciones de antillanos no se realizaron porque Arias fue
depuesto por los norteamericanos que controlaban el país, por sus simpatías
hacia Hitler (no por racista, que no es lo mismo).
La izquierda y el movimiento popular deben tomar
posición frente al problema
Frente a la ola xenofóbica, con ribetes fascistoides,
semejante a la que recorre Europa y Estados Unidos, la izquierda y las
organizaciones populares deben elaborar una respuesta unitaria y contundente.
Al igual que en otros países, en Panamá muchos trabajadores han sido
manipulados para convencerles de que sus enemigos son sus hermanos de clase de
origen extranjero.
Hay que corregir la falsificación
ideológica que pretende convertir la xenofobia contra humildes trabajadores
como si se tratara igual que la lucha por la soberanía contra Estados Unidos en
la Zona del Canal. Por el contrario, los políticos que aúpan la actual histeria
xenófoba son los que promueven la entrega del país al capital transnacional.
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