Por: Rev. Pbro. Manning Maxie Suárez +
Docente Universitario
Email: manningsuarez@gmail.com
Orcid: https://orcid.org/0000-0003-2740-5748
Google Académico:
https://scholar.google.es/citations?hl=es&pli=1&user=uDe1ZEsAAAAJ
Resumen
Este ensayo
examina la figura y el legado de Jean-Jacques Rousseau (1712–1778), filósofo
ginebrino cuya obra articuló una crítica radical de la civilización y propuso
una reconfiguración de lo político, lo moral y lo educativo a partir de la
noción de voluntad general, la bondad natural del ser humano y el papel
formativo de la educación en libertad. Se analizará su biografía intelectual,
su formación autodidacta y sus vínculos polémicos con la Ilustración; sus
postulados sobre el contrato social, la naturaleza humana, la autenticidad, la
compasión y la educación (Emilio). Asimismo, se contrastó su recepción con la
tradición hobbesiana y se evalúo su impacto en la ética y la política
contemporáneas, incluyendo su influencia en la teoría democrática, la pedagogía
moderna y la teología moral de inspiración personalista. El ensayo concluye con
orientaciones prácticas para la sociedad y comunidades del siglo XXI.
Palabras
claves: Rousseau; contrato social; voluntad general; educación; compasión;
autenticidad; naturaleza humana; ética política; Ilustración; teología moral.
Abstract
This essay explores Jean-Jacques
Rousseau’s (1712–1778) philosophical project, focusing on the general will,
natural goodness, and education in freedom. It analyzes his intellectual
formation, major works (The Social Contract, Emile), and central theses on
human nature, social corruption, authenticity, and compassion, situating them
vis-à-vis Hobbesian contract theory. The paper assesses Rousseau’s impact on
contemporary ethics and political theory—especially democratic legitimacy,
civic education, and moral psychology—and draws pastoral implications for
twenty-first-century church communities.
Keywords: Rousseau; social contract; general
will; education; compassion; authenticity; human nature; political ethics;
Enlightenment; moral theology.
Metodología
Se realizó un
análisis hermenéutico de textos primarios (Contrat social, Émile, Discours,
Confessions).
A su vez, una
revisión crítica de literatura secundaria indexada (Scopus, Dialnet, Latindex,
SciELO) y fuentes académicas acreditadas.
Se realizó una
comparación conceptual con Hobbes y con desarrollos contemporáneos en ética y
teoría democrática.
Se realizó una
aplicación teológico-pastoral: derivación de implicaciones prácticas para
comunidades eclesiales.
Objetivo
general
Ofrecer una
lectura integrada de la obra de Rousseau que ilumine debates actuales en ética,
política y educación, y proponga criterios operativos para la praxis eclesial.
Objetivos
específicos
1.
Clarificar la relación entre voluntad general y
soberanía popular.
2.
Explicar la tesis de la bondad natural y la
corrupción social.
3.
Analizar la propuesta pedagógica del Emilio como
formación moral.
4.
Elucidar la noción de autenticidad y su
dimensión religiosa.
5.
Valorar la función de las emociones y la
compasión en la vida social.
6.
Evaluar su impacto en teorías democráticas y en
la teología moral contemporánea.
Contenido
¿Quién fue
Jean-Jacques Rousseau?
Nacido en
Ginebra y activo en Francia, Rousseau fue músico, novelista y filósofo.
Autodidacta, pasó de secretario y copista a pensador central de la Ilustración
crítica. Su trayectoria combina la reflexión filosófica con la experiencia
existencial (Confesiones), modulando una sensibilidad que enfrenta civilización
y virtud.
Obras
capitales:
Discurso sobre
las ciencias y las artes (1750),
Discurso sobre
el origen de la desigualdad (1755),
El contrato
social (1762),
Emilio o de la
educación (1762),
La nueva
Eloísa (1761),
Carta a
d’Alembert (1758).
Su estilo—al
mismo tiempo sistemático y confesional—busca la unidad entre vida y
pensamiento. (Rousseau, 1959).8
Su Formación
académica y política
Rousseau no
siguió una formación universitaria regular; su educación fue principalmente
autodidacta, nutrida por lecturas clásicas, música y contacto con salones
ilustrados. Su ciudadanía ginebrina informa su republicanismo—a la vez cívico y
moral—y su distancia de la monarquía absoluta francesa. Las controversias con
Diderot y la Encyclopédie muestran su ambivalente relación con la Ilustración:
comparte el impulso emancipador, pero cuestiona la idolatría del progreso y el
refinamiento de costumbres que socavan la virtud cívica. (Cassirer, 1981).3;
Cf. (Starobinski, 1988).4
Sus Posturas
filosóficas, políticas y sociales más importantes
La
arquitectura política de Rousseau descansa en la distinción entre voluntad
general y voluntad de todos: solo la primera, al tener por objeto el bien común
y no la suma de intereses particulares, puede legitimar la ley como expresión
impersonal de la soberanía popular.
De ahí que el
contrato social sea el acto por el cual cada cual se une a todos sin perder la
libertad, pues obedece a la ley que se da a sí mismo en tanto miembro del
pueblo soberano; así, la libertad civil no niega, sino que perfecciona la
libertad natural al transformarla en autonomía política compartida (Rousseau,
1964, I).
Esta política
se asienta en una antropología moral específica: el ser humano es naturalmente
bueno y posee una piedad originaria que lo inclina a no dañar a otros; la
corrupción proviene de instituciones y costumbres que institucionalizan
desigualdades y exacerban un amour-propre comparativo, generando dependencia,
vanidad y dominación.
En
consecuencia, la reforma de lo social debe alinear estructuras con la compasión
y la igualdad, reconociendo que la sociabilidad brota antes de cálculos
utilitaristas, desde una racionalidad práctica de las emociones que sostiene la
vida común (Rousseau, 1997).9; Cf. (Nussbaum, 2001).7
La mediación
pedagógica es clave: Rousseau propone una educación gradual, acorde con las
etapas del desarrollo, que prioriza experiencia, autonomía y cultivo del
sentimiento moral —la piedad— para formar ciudadanos capaces de autogobierno.
Este programa
educativo se enlaza con un ideal de autenticidad: coherencia entre interioridad
y acción frente a las máscaras sociales de la vanidad, condición subjetiva para
una ciudadanía libre y responsable orientada al bien común (Rousseau, 1966).10;
Cf. (Starobinski, 1988).4
Hallazgos e
hipótesis destacables
Rosseau, distingue
desigualdad natural y moral; la segunda surge con la propiedad y las
convenciones que concentran poder, prefigurando análisis socioeconómicos
modernos. (Rousseau, 1997).9 Veía la libertad como autonomía
colectiva; prefigura Kant y el republicanismo contemporáneo. (Cassirer, 1981).3
En cuanto a la Educación integral creía en el aprendizaje por etapas, centralidad de la experiencia, tutoría personalizada; anticipa pedagogías constructivistas. (Rousseau, 1966).10 Y por otro lado rehabilita la compasión como cemento social, base de políticas de cuidado y hospitalidad. (Nussbaum, 2001).7 Creía en los mínimos cívicos de fe que sostienen la virtud y la obediencia a la ley sin teocracia. (Rousseau, 1964).1
Rousseau y
Hobbes: convergencias y divergencias sobre el contrato social
Rousseau
acepta el marco del contractualismo—la legitimidad de lo político surge de un
pacto—pero rechaza la antropología hobbesiana del estado de naturaleza como
guerra. Para Rousseau, la sociabilidad brota de la piedad y la autoconservación
pacífica; la guerra nace con la propiedad y la comparación social.
Así, el
contrato no transfiere todo poder a un soberano (Hobbes), sino que instituye la
soberanía del pueblo en forma de voluntad general. La obediencia es
auto-legislación colectiva, no sujeción heterónoma. (Hobbes, 1998).2; Cf. (Rousseau,
1964).1; y (Bertram, 2012).6
Algunos Temas
claves:
6.1. La Voluntad
general y el contrato social:
Rosseau señalaba
que la voluntad general es criterio de justicia y legitimidad: es general por
su objeto (el bien común) y por su forma (es abstracta e imparcial). Su
degeneración ocurre cuando facciones y corporativismos sustituyen lo común por
lo particular.
La
arquitectura institucional (leyes, censor, tribunos) ayuda a canalizarla, pero
requiere virtud cívica. El contrato social reconfigura la persona: cada
ciudadano participa del soberano y del súbdito, uniendo libertad y ley en la
práctica de la ciudadanía. (Rousseau, 1964).1; Cf. (Gourevitch,
1997).5
6.2. La Naturaleza
humana y la corrupción social
La tesis de la
bondad natural no idealiza al “buen salvaje”, sino que postula una condición
prepolítica de independencia moderada y compasión incipiente. La corrupción
proviene de instituciones y costumbres que exacerban la comparación
(amour-propre), generando vanidad, dependencia y dominación. Reformar las
instituciones busca alinear interés y virtud. (Rousseau, 1997).9;
Cf. (Starobinski, 1988).4
6.3. Sobre Educación
y desarrollo moral (Emilio)
El Emilio
propone una pedagogía por etapas:
En la Infancia:
educar los sentidos y la salud; minimizar la obediencia servil.
En la Niñez:
aprendizaje por cosas, no por libros; experiencias controladas.
En la Adolescencia:
despertar del juicio y de la responsabilidad; educación del sentimiento moral.
En la Religión
del corazón: profesión de fe del vicario saboyano, apelando a la conciencia
como órgano moral.
El fin es formar un ciudadano libre y compasivo, capaz de autogobierno. (Rousseau, 1966).10
6.4. Sobre
la Autenticidad y la autenticidad personal
Para Rousseau,
la autenticidad es fidelidad a la voz interior frente a la teatralidad social.
Las Confesiones inauguran una subjetividad moderna que busca transparencia
consigo misma y con Dios. Esta autenticidad no es capricho, sino disciplina del
deseo y responsabilidad ante la comunidad. (Rousseau, 1959).8;
Cf. (Taylor, 1991).11
6.5. Sobre
las emociones y la compasión
La piedad
natural funda un ethos de cuidado: “no hagas al otro lo que no quieres para
ti”. En política, exige políticas públicas sensibles a la vulnerabilidad; en
educación, cultivar empatía y juicio. La teoría contemporánea de las emociones
morales dialoga estrechamente con Rousseau. (Nussbaum, 2001).7
7. Su Impacto
en ética y política contemporánea
Democracia y
republicanismo: su idea de soberanía popular influyó en la Revolución francesa
y en teorías modernas de legitimidad, deliberación y virtud cívica. (Cassirer,
1981).3; Cf. (Bertram, 2012).6
Kant y el
personalismo: la autonomía moral kantiana hereda la intuición rousseauniana de
auto-legislación; el personalismo cristiano subraya dignidad, comunidad y
responsabilidad. (Taylor, 1991).11
Pedagogía:
Montessori, Dewey y pedagogías experienciales encuentran antecedentes en
Emilio. (Gourevitch, 1997).5
Ética de las
emociones: la rehabilitación de la compasión nutre corrientes de justicia como
equidad temperada por cuidado. (Nussbaum, 2001).7
Teología y
doctrina social: la distinción entre religión civil y fe eclesial estimula
reflexión eclesial sobre espacio público, libertad de conciencia y formación
cívica. Documentos contemporáneos subrayan la centralidad de la conciencia y
del bien común, convergencias que, aunque no dependan de Rousseau, dialogan
críticamente con su legado. (Francisco, 2015).12; Cf. (Francisco,
2020).13
Conclusiones
Nos parece
importante el compromiso que como sociedad debemos tener en formar comunidades
que eduquen para la libertad responsable exige integrar razón y afectividad
mediante itinerarios graduales y experienciales que fortalezcan la conciencia y
el discernimiento.
Esta
perspectiva asume que la madurez cristiana requiere hábitos de autogobierno y
participación corresponsable, vinculando la pedagogía del corazón con prácticas
concretas de ciudadanía eclesial y civil orientadas al bien común (Francisco,
2015).12
También el promover
el bien común supone impulsar la participación laical en la vida pública,
discerniendo el interés general por encima de corporativismos y clientelismos,
a la vez que se cultiva una compasión práctica que reconoce la vulnerabilidad
como lugar teológico. La hospitalidad, los ministerios de cuidado y la opción
por los más frágiles configuran un ethos comunitario capaz de sanar el tejido
social y resistir la lógica del descarte (Francisco, 2015).12
Este horizonte
pide, además, fomentar autenticidad y veracidad en la sociedad y todos sus
estractos, privilegiando transparencia y conversión sobre prestigio y
apariencia, y diseñar instituciones al servicio de la virtud que incentiven
corresponsabilidad y eviten dependencias impropias.
Un diálogo
crítico con la modernidad acoge intuiciones como autonomía, dignidad y
educación, pero corrige sus excesos individualistas desde una visión relacional
de la persona y su apertura a la trascendencia (Taylor, 1991).11;
Cf. (Francisco, 2015).12. Instituciones
al servicio de la virtud: reglas y estructuras que incentiven
corresponsabilidad y eviten dependencia clientelar.
Promover el diálogo
crítico con la modernidad: acoger intuiciones valiosas (autonomía, dignidad,
educación) corrigiendo excesos individualistas y sosteniendo la trascendencia.
(Francisco, 2015).12; Cf. (Taylor, 1991).11
Referencias
bibliográficas
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J.-J. (1964). Du contrat
social. In Œuvres complètes, III (pp. 347–471). Paris: Gallimard,
Bibliothèque de la Pléiade.
2. Hobbes, T.
(1998). Leviathan. Oxford:
Oxford University Press. (ed. académica)
3. Cassirer, E. (1981). The Question
of Jean-Jacques Rousseau. New Haven: Yale University Press.
4. Starobinski, J. (1988).
Jean-Jacques Rousseau: la transparence et l’obstacle. Paris: Gallimard.
5. Gourevitch, V. (Ed.). (1997). Social
Contract and Other Later Political Writings (Cambridge Texts in the History of
Political Thought). Cambridge: Cambridge University Press.
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The Social Contract. London: Routledge.
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of Thought: The Intelligence of Emotions. Cambridge: Cambridge University
Press.
8. Rousseau, J.-J. (1959). Les
Confessions. In Œuvres complètes, I. Paris: Gallimard, Bibliothèque de
la Pléiade.
9. Rousseau, J.-J. (1997). Discourse
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The Discourses and Other Early Political Writings (pp. 111–222). Cambridge:
Cambridge University Press.
10. Rousseau, J.-J. (1966). Émile,
ou De l’éducation. Paris: Garnier.
11. Taylor, C. (1991). The Ethics of
Authenticity. Cambridge, MA: Harvard University Press.
12. Francisco.
(2015). Laudato si’. Ciudad del Vaticano: Librería Editrice Vaticana.
13. Francisco. (2020). Fratelli tutti. Ciudad del Vaticano: Librería Editrice Vaticana.