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La farsa de «Paz» en Libia (I) y la «Patria Azul» de Turquía
Por: Nazanín Armanian
www.publico.es / 28-01-2020
Mapa de la situación geográfica de Libia
respecto a Turquía
Uno de
los principales objetivos de la «Conferencia de Paz en Libia», celebrada
en Berlín el 19 de enero y organizada por EEUU, Francia, Arabia Saudí, Emiratos
Árabes Unidos (EAU), Italia, Rusia, Egipto y Reino Unido buscaba formar un frente unido contra
las ambiciones imperialistas de Turquía.
La
guerra mundial a pequeña escala que se libra en la Libia balcanizada (al igual que en otros lugares estratégicos
como Iraq,
Siria,
o Yemen, donde decenas de
países luchan entre sí con ejércitos propios y privados) alcanzó una
nueva fase con la firma del memorando de entendimiento del 27 de noviembre del
2019 entre el Gobierno de Acuerdo Nacional (GAN) libio de Fayez al-Sarraj,
instalado en Trípoli, y el presidente de Turquía Tayyeb Erdogan, con el
objetivo de agrupar en un mismo bloque a países de perfiles tan dispares.
El pacto
de la discordia amplía el dominio de Turquía en el Mediterráneo Oriental,
uniendo el suroeste del país otomano con el noreste de Libia. A cambio, Ankara le
proporcionará una mayor ayuda militar al GAN para defenderse de la ofensiva del
Ejército Nacional de Libia (ENL), liderado por el ex general Khalifa Haftar. El
ENL es una amalgama de grupos armados a los que les une su aversión contra los
Hermanos Musulmanes (una organización sunnita global patrocinada por Qatar y
Turquía).
Gracias a las contribuciones militares de los
enemigos de Turquía -sobre todo de los dos príncipes de
las tinieblas de Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudí, además de
Jordania, y Francia-, este grupo ha conquistado gran parte del este y el sur
del país. Los países de la OTAN y sus socios, que desmantelaron todos los
vestigios del «socialismo árabe-islámico»
de Gadafi, han dado muestras de impaciencia para recibir su parte
del botín de la guerra.
Maritimizar
Turquía
Los
chovinistas nostálgicos turcos creen que la desintegración del imperio Otomano se debió a
su falta de ambición para hacerse con el control sobre el Mediterráneo
Oriental, el Mar Egeo, el Mar Rojo, el Mar Caspio y el Mar Negro. Hoy apuestan por la construcción de
la soñada «Patria Azul», estableciendo un nuevo orden regional y mundial desde
Ankara. En junio del 2019, el gobierno de Erdogan bautizó así a la
maniobra naval más grande de la historia del país, en la que participación de
103 buques de guerra, ocupando unos 462,000 metros cuadrados del Mar Negro, el
Mar Egeo y el Mediterráneo oriental.
El
imperialismo turco, al que le sobra militarismo y le falta el oro negro, lanzó
su proyecto expansionista aprovechando la desaparición de rivales como Iraq,
Siria, Libia y la debilidad de Irán -sometido a duras
sanciones económicas de EEUU-, así como la paralización relativa de la ofensiva
militar del gobierno de Trump en la región.
La
importancia del Memorándum
Permite a Turquía reclamar su derecho a
participar en el Foro de Gas del Mediterráneo Oriental, compuesto por Grecia,
Chipre, Italia, Egipto, Israel, Jordania y Palestina, cuyo objetivo es
construir el gasoducto EastMed para
extraer este gas y exportarlo a los mercados europeos a través de una tubería
submarina. Si no lo consigue, la intención de Erdogan es la de convocar un foro
alternativo con otras naciones excluidas como Siria, Libia y el Líbano,
invitando además a China y Rusia para darle un carácter internacional.
Establece una amplia «Zona de exclusión
económica» entre ambos países en el Mediterráneo, dejando en entredicho la
soberanía de Grecia sobre parte del mar.
Le permite hacerse con el control de la Libia
occidental y sus pozos de petróleo, ahora que EEUU le ha impedido acceder al gas y petróleo sirio,
concentrados en su región kurda.
Sin embargo, el dichoso gaseoducto se enfrenta
a varios desafíos:
+ Existen dudas acerca de la posibilidad
técnica de extraer gas del fondo de este mar.
+ Los enormes costos económicos de su
producción y transporte.
+ La ausencia de un acuerdo entre los estados
del Foro que delimite la zona de cada uno.
+ El apoyo de Rusia a Turquía, ya que este
proyecto perjudicaría los intereses rusos.
+ Prepara el terreno para que Turquía instale
una base militar en Trípoli (y posiblemente en Túnez). Los turcos ya cuentan
con instalaciones militares en Azerbaiyán, Qatar, Iraq, Chipre, Sudan y
Somalia.
+ Otorga un papel más importante a la República
Turca del Norte de Chipre, impidiendo que la UE y EEUU la desmantelen para
unificar Chipre.
+ Fuerza a Haftar a negociar, dado que el
exgeneral es consciente de que Trípoli no podrá ganar la guerra. Turquía, a
quien no le resulta demasiado fácil lanzar operaciones militares en un país tan
lejano como Libia (al contrario de Siria cuyos tanques sólo tenían que cruzar
la frontera), está enviando «yihadistas», armas y equipamientos a Trípoli, no para
conquistar el país, sino para que las pequeñas derrotas de Haftar –un peligroso
caudillo que juega a suma cero, enfrentado a las tribus y a las diferentes
regiones del país-, obliguen a sus patrocinadores a negociar.
Este esfuerzo turco es un paso más hacia la
constitución de un orden asiático, liderado por China y Rusia, anunciando el
lento fin del orden unipolar de los países del Atlántico.
La
reacción de los contrarios
* Egipto, rival regional de Turquía,
podrá enviar tropas a Libia con el fin de impedir un gobierno hostil. Y no es
la primera vez que lo hace. En 1977, cuando Gadafi se opuso a las negociaciones
de paz entre Anwar Al-Sadat (asesinado por un ultra islamista) y Issac Rabin
(asesinado por un ultra sionista), El Cairo invadió Libia ocupando el este del
país y amenazó con derrocar al propio Gadafi. Hoy, Abdel Fattah al-Sisi, que
odia a Tayyeb Erdogan y que ha declarado a la Hermandad Musulmana (a la que
pertenece el sultán turco) como organización terrorista, teme una creciente
inseguridad en su extensa frontera con Libia, que ya alberga en sus desiertos a
varios grupos islamistas.
* Grecia ha expulsado al embajador de
Trípoli. El pacto puede provocar inseguridad en las labores de ExxonMobil y
Total. Ambas cuentan con licencia griega para explorar y explotar los
yacimientos marítimos de gas y petróleo en las cercanías de la isla de Creta.
No hay que descartar una ayuda militar griega a Haftar a cambio de que renuncie
a los derechos de su país en el Mediterráneo Oriental.
* Chipre, que firmó un acuerdo el 2 de
enero con Israel, teme que Turquía invada su isla o bloquee los trabajos de las
compañías petroleras en sus aguas.
* Los países de la Unión Europea buscan
evitar de manera decidida la entrada turca al gas de la región, sin embargo el
desacuerdo entre Francia e Italia impide que Bruselas adopte un enfoque común
sobre este conflicto: Emanuel Macron, por ejemplo, fue el primer líder europeo
en invitar al general Haftar a una capital occidental, confiado en que su mano
de hierro devolvería la estabilidad a Libia (¡aunque fuese a costa de otro baño
de sangre, no importa en absoluto!), empezando así a obtener recursos libios,
pero Italia apuesta por el GAN de Trípoli: tiene muchos intereses petrolíferos
en esta zona y prefiere mantener el control sobre la ruta migratoria de Libia.
De hecho, Roma ha firmado un millonario acuerdo con Sarraj para que la guardia
costera libia impida la salida de la gente desesperada que huye de la militarización de África, las guerras
de rapiña y hambrunas.
* EEUU ha aprobado una legislación que
fortalece los acuerdos de energía y seguridad con los países del Mediterráneo
Oriental, con el fin de sabotear el gasoducto ruso-turco de TurkStream,
inaugurado hace unas semanas. Washington sigue ocupando Libia bajo el pretexto
de «luchar contra el Estado Islámico» (aunque lo que pretende en realidad es
instalar el cuartel general de AFRICOM en Libia) y en estos momentos también
necesita garantizar el suministro del petróleo desde el país africano antes de
enfrentarse cara a cara
con Irán en el Golfo Pérsico.
Los rivales de Turquía están preparando un buen
pantano en Libia, peor quizás
que el de Siria.
Si ustedes se preguntan ¿Qué papel jugarán los libios en esta guerra de
intereses entre los foráneos en el suelo de su país? La respuesta es «el de
siempre “poner los muertos”.
¿Paz en Libia? ¡Si Europa
baraja otro asalto militar a África! (II)
www.publico.es / 07-01-2020
En una entrevista con Der Spiegel, el
comisionado de Asuntos Exteriores de la Unión Europea (UE), Josep Borrell,
planteó el envío de soldados a Libia con el fin de defender «nuestros intereses con mayor fuerza y, si es necesario, con
firmeza». La fuerte presencia de Turquía y Rusia en este país desgarrado
y la profunda crisis política y económica en Europa han puesto muy nerviosa a
Bruselas, que desde el complot de la OTAN contra Libia en 2011 –sus fuerzas
bombardearon el país durante siete meses–, lo único que ha hecho es sobornar a
una banda mafiosa llamada «guardacostas libios» para que impidiera, como sea,
la llegada de los refugiados y migrantes heridos y torturados -en ésta y otras guerras
imperialistas-, a
Europa.
«La situación en el Sahel no es mejor, por el
contrario: toda la región es un barril de pólvora», dijo Borrell. Cierto, Libia
es sólo un trampolín para dar un asalto integral a África, bajo el pretexto del
chollo de la «lucha contra el terrorismo», puesto que nadie aceptaría que Mali (donde España tiene tropas) tuviera armas de destrucción masiva.
El comisario cree que, Europa tiene «muchas oportunidades para ejercer el
poder» y sólo tiene que tener voluntad.
De ahí que, en Berlín se celebró, este pasado
enero, una conferencia sobre Libia, convocada por Alemania.
Hubo una primera conferencia de Berlín
Corría 1884 cuando Otto von Bismark organizó la Conferencia de Berlín sobre
Congo para un nuevo reparto «civilizado» de las colonias en África.
Estuvieron presentes las potencias europeas, el imperio Otomano y la Rusia
zarista para firmar un «pacto de caballeros», mientras ocultaban el mar de
sangre que corría por sus atrocidades en el continente africano. Sin embargo,
este tipo de acuerdos duran poco ya que los juegos de guerra
interimperialisitas son de suma cero, y el pez grande se come (por
las buenas o las malas), a los pequeños. Poco después, los «caballeros
civilizados» organizaron la carnicería de la Primera Guerra Mundial para un
nuevo reparto del mundo que duró sólo dos décadas, cuando el general nazi Erwin
Rommel pisó Libia.
Hoy, con la profunda crisis del sistema
capitalista, Alemania exhibe su regreso militar al escenario mundial: la
Canciller Merkel actualiza las directrices de la política para
África redactadas en 2014, con las que pretende acceder a «los recursos
naturales» de África a través de un incremento de sus «compromisos» en el
continente. Todas las palabras huecas sobre la «seguridad», «ayuda
humanitaria», etcétera. son directamente timos. ¿Sabían que el presidente de
Alemania Horst Köhler tuvo que dimitir en 2000 por sugerir que sus tropas
estaban en Afganistán por «proteger los intereses económicos de
Alemania« y no
por liberar a las mujeres del burka, ni luchar contra los talibanes? «Los
mentirosos tienen poca memoria», reza un dicho persa. El líder del Partido de
la Izquierda, Dietmar Bartsch, apoya la ocupación de África por su país. Los
germanos tienen unos 1,000 soldados en Mali y una base militar en Níger.
También Boris Johnson mostró su talla ética al
decir en 2017 que Libia podría ser un Dubái, «sólo habría que limpiarla
de cadáveres». Sidney
Blumenthal, el agente particular de inteligencia de Hillary Clinton, en el
famoso correo electrónico que envió a Hillary el 2 de abril de 2011, apuntaba
que Libia tenía 143 toneladas de oro y una cantidad similar en plata, así como «recursos
financieros interminables». O sea, los que nos acusan de «teoría de
conspiración», cuando desvelamos la verdad que esconden las guerras
“humanitarias”, nos deben una disculpa.
Hoy, Alemania que no participó en la demolición del
estado libio en 2011, por sus suculentos contratos con el gobierno de Gadafi,
lidera el reparto del pastel.
La segunda Conferencia de Berlín
Aquí se puede destacar lo siguiente:
Los que
negociaron la «paz» en Libia no invitaron ni a un solo libio al encuentro. Su primer ministro, Fayez
al-Sarraj, que gobierna Trípoli y el señor de guerra, general Califa Haftar,
que controla gran parte del país –ninguno de los dos representa al pueblo-,
estaban en Berlín encerrados en un hotel y si no fuera por la insistencia de
Vladimir Putin ni siquiera les hubieran concedido el visado.
Grecia fue excluida por las presiones de Turquía.
Los dos miembros de la OTAN están al borde de una guerra por las disputas sobre
el reparto del gas del Mediterráneo
oriental, cuyo
Foro ha ignorado a Turquía.
Repasaron las posiciones de cada uno en el contiene
africano, para delimitar sus zonas de interés, evitando posibles choques
militares entre sí (dejando que sus ejércitos privados de mercenarios se maten
por ellos).
Decidió, por el momento, mantener la integridad
territorial de Libia, aunque difícilmente podrán reconciliar a Haftar con
Serraj, al menos que eliminen a uno de ellos de la ecuación.
Los occidentales (salvo a Italia) y Rusia, en un
giro radical, dejan de apoyar al pseudo gobierno ineficiente de Trípoli para
apostar por la banda de Haftar, al que miran como «un guerrero de África»,
frente a Serraj que es «un hombre islámico».
Turquía e Italia pretenden hacerse con el control de las rutas de migración para convertirse en países
imprescindibles y a tener en cuenta.
El reparto del botín –unos 48,000 millones de
barriles del petróleo de alta calidad–, entre el Total francés, el Eni italiano
(el mayor productor de petróleo y gas en Libia), el BASF y Wintershall
alemanes, o el Repsol español, dependerá del resultado de la batalla entre las
potencias.
EEUU consigue cumplir parte de su principal
objetivo en Libia: instalar la sede de parte de AFRICOM en tierra libia para
contener así a China y ‘otanizar’ el Mediterráneo,
desmantelando a dos Estados hostiles: Libia y Siria. Aunque mira a este país
como un «problema de Europa», el Pentágono, como en los casos de Irán, Siria e Iraq, sigue con los planes del establishment, ignorando al presidente aislacionista.
La preocupación de los europeos por el envío de
tropas turcas a Libia. Tayyeb Erdogan lo justifica con que Rusia había
desplegado a su ejército privado Wagner en Libia en favor
de Haftar –que cuenta con un contundente respaldo de los drones de Emiratos
Árabes Unidos, pero carece de fuerza sobre el terreno–, cambiando el balance de
fuerzas en la guerra entre ambos bandos y sus patrocinadores. Si el Kremlin
piensa que Haftar es la reencarnación de Gadafi, está más que equivocado, y no
sólo porque este ex agente de la CIA haya sido trasladado de EEUU a Libia en
marzo de 2011 para destruir el estado libio. El 13 de enero, Putin y Erdogan
recibieron en Moscú a Haftar y Sarraj para que firmaran un acuerdo de alto el
fuego permanente. En el último momento, el general cambió de parecer y se fue
sin avisar a sus anfitriones: piensa que la única garantía de alcanzar el poder
es llegar a un trato con los occidentales o continuar la guerra, que es un negocio redondo.
Libia
(África en general) es otro escenario de la Tercera Guerra Mundial que, en el
siglo XXI toma otro formato: se libra entre las potencias mundiales en el suelo
de terceros y por sus ejércitos privados.
"La religión de Jesús no es ayuno, sino celebración de bodas"
Por: Xavier Pikaza
www.religiondigital.org /25.02.2020
Fariseos y bautistas antiguos (y bastantes
cristianos actuales) entienden la religión como renuncia, un modo de ayunar, y
su signo más importante la prohibición, en dos campos fundamentales que son la
comida y el sexo:
+No comer (no gozar en la comida), ayunar por
sacrificio, pues Dios nos pide grandes sacrificios para así ser perfectos.
+No tener relaciones sexuales, optar por el
celibato, y, de tenerlas, tenerlas bien reguladas, según norma, según ley (pues
el matrimonio es de clase de tropa, de gente que no sabe moderarse).
Pues bien, en contra de eso, la religión de
Jesús no es ayuno (como proponen algunos “virtuosos” de la religión), sino amor
de bodas (intimidad) y comunión de mesa (comidas), como ha puesto de relieve
Jesús en su doctrina más importante sobre el amor y el ayuno (cf. Mc 2, 18-20).
El evangelio oficial del miércoles de ceniza es
el de Mt 6, 1-18, con normas importantes sobre la limosna, la oración y el
ayuno... Pero he comentado varias veces ese texto en este blog, y así prefiero
comentar hoy el de Mc 2,18-20 que es cristianamente hablando más significativo.
Mc 2, 18 Y estaban los discípulos de Juan y los
fariseos ayunando; y vinieron a decir a Jesús: ¿Por qué los discípulos de Juan
y los discípulos de los fariseos ayunan y los tuyos no?19 Jesús les contestó:
¿Pueden acaso ayunar los hijos (=amigos) del novio mientras el novio está con
ellos? Mientras tengan al novio con ellos, no pueden ayunar.20 Llegará un día
en que el novio les será arrebatado. Entonces ayunarán.
"Iglesia de Jesús, experta en amores y
comidas"
Bautista y fariseos... Identifican la religión
con el ayuno de tipo sexual y alimenticio, pues a Dios le placen los
sacrificios de los hombres, que muestran así su sometimiento.
Jesús identifica la religión con unas
"bodas", esto es, con un camino de amor. El amor de bodas no es
ayuno, sino don y aprendizaje en intimidad, en felicidad. Dios ha hecho a los
hombres para que gocen en amor, no para que ayunen.
Las bodas de amor son despliegue vida... Comer
juntos, que haya comida para todos, gozarse comiendo, aprender a disfrutar.
Maestros de bodas, eso han de ser los discípulos y servidores de Jesús, una
escuela y ejemplo de felicidad en el amor.
Pero vendrá el ayuno cuando el novio sea arrebatado...
Ayunarán hombres y mujeres cuando no tengan "bodas", cuando se les
vaya (arrebate) el amor... Pero tendrán que esforzarse para que llegue de nuevo
el tiempo de bodas, de comida, de amor... (como seguiré indicando).
Explicación
Pregunta: ¿Por qué los discípulos de Jesús no
ayunan? (2, 18). La formulación del texto nos sitúa en el tiempo de Marcos,
cuando los fariseos constituyen ya un grupo organizado, con su propia
religiosidad (lo mismo que los bautistas de Juan), separados del movimiento de
Jesús, cosa que sólo parece haber sucedido en torno al año 70 d.C., cuando se
van estabilizando las tendencias del nuevo judaísmo (evidentemente, aquí no
aparecen ya celotas y sacerdotes, saduceos y apocalípticos, que han perdido su
protagonismo tras el 70).
Nota
erudita. Diferencias ante el ayuno
Fariseos. (a) Ayunan algunos días de
penitencia, es decir, de expiación (Lev 16, 29-31) o duelo nacional y/o
familiar. (b) Comen: Toman alimentos cultivados y sus comidas comunitarias, con
pan y vino, son signo sagrado de Dios y esperanza de salvación. (c) Rechazan
las comidas impuras (cerdo, sangre, animales ofrecidos a los ídolos...). De esa
forma se separan de los no observantes (judíos impuros y todos los gentiles).
Juan (y otros bautistas). (a) Ayunan siempre,
no en tiempos especiales, oponiéndose al pecado del pueblo y de la humanidad,
concebida como impura. Así pueden vincularse con los que pasan hambre, por
razón de la injusticia social. (b) Comen sólo alimentos silvestres, en actitud
de protesta contra-cultural (los alimentos cultivados/vendidos aparecen como
patrimonio de los más ricos, al servicio del sistema) y quizá de retorno a una
vida de naturaleza. En esa línea, compartir los alimentos injustos va para
ellos en contra de la voluntad de Dios (c) Rechazan no sólo los alimentos
impuros de la Escritura (cerdo, sangre…), sino los alimentos en sí buenos, pero
culturalmente contaminados, como el pan y vino. Por eso, anuncian el juicio, no
expresan el Reino. No podrían celebrar la eucaristía.
Jesús (y los cristianos o mesiánicos). (a) No
ayunan: Rechazan la visión penitencial de la existencia. Entienden y celebran
las comidas como signo de Dios, pero han de ser comidas abiertas a los pobres,
sin distinciones de pureza-impureza, como en las multiplicaciones (cf. Mc 6,
34-46; 8, 1-2 par). (b) Comen y beben, en medio de un mundo injusto, no para
avalar la injusticia, sino para iniciar un camino de revelación de Dios (de
Reino), compartiendo el pan y los peces (multiplicaciones) y el pan y el vino
con los necesitados, por alegría y por solidaridad. En ese contexto ellos
pueden afirmar que está presente el novio: el amor es más fuerte que la
injusticia; la creación de Dios supera a la injusticia de los hombres (cf. Mc
2, 19). (3) No rechazan ningún alimento. En principio, comen de todo, superando
así, como había hecho ya Juan, un tipo de leyes de pureza que ratificará (cf.
Mc 7, 15-19). En esa línea, la Iglesia de Jesús superará pronto el régimen de
comidas puras e impuras (cf. Hch 15), aunque quedará en el fondo, como
indicaremos, el tema del ayuno por la ausencia del novio (cf. Mc 2, 20), que
puede vincularse al ayuno por solidaridad con aquellos que sufren (o no pueden
comer).
Este comportamiento (y la comparación de Jesús
con fariseos y bautistas) nos recuerda que el mensaje y proyecto de Jesús no
desemboca en un sistema de espiritualidad pura, separada de la vida, ni en un
modelo de ley impositiva, sino en un proyecto y programa de bodas de amor (con
novio: símbolo de amor) y de comidas (es decir, de Reino).
Fariseos y bautistas podrían aceptar el camino
de Jesús, pero sólo a condición de que exigiera penitencia a los conversos
(pecadores, publicanos...), creando así una iglesia penitencial, centrada en el
ayuno, pues ellos interpretan la religión como ejercicio programado de
autodominio, en las márgenes del mundo (Bautista) o en el centro los pueblos
habitados (fariseos). Ellos, bautistas y fariseos, son lo mejor que Israel ha
ofrecido en clave nacional judía. Por eso, como representantes de la tradición
legal, vienen y preguntan a Jesús: ¿por qué tus discípulos no ayunan?... (2,
18) [3].
En la línea de fariseos y bautistas, los
discípulos de Jesús deberían ayunar, realizando así un gesto de ruptura frente
a otros grupos de judíos ayunantes. (a) Los bautistas centran el camino de Dios
en un "bautismo de conversión», en el que confiesan sus pecados; ellos
tienen que reconocerse pecadores, por eso ayunan. (b) Por su parte, los
fariseos ayunan dentro de la lógica legal del judaísmo, para obedecer la ley de
Dios que así lo ha mandado; la mortificación constituye para unos y otros un
aspecto esencial del camino de los hombres religiosos, que sólo así pueden
evitar el contagio de un mundo destructor y someterse a la soberanía del Dios que
impone su Ley para educarnos y mantenernos sumisos. Los cristianos, en cambio,
no ayunan [4].
"Jesús
ha definido su evangelio como amor activo"
Bautistas y fariseos son virtuosos de la
ascesis, capaces de vencerse y dominar sus apetencias con esfuerzo, y así
interpretan la vida y religión como heroísmo. Pero, a los ojos de Jesús su
ayuno corre el riesgo de volverse elitista porque puede entender la salvación
de Dios como resultado de la obra de los "buenos" y esforzados. Pero,
¿qué pasa con los demás, con los millones de pobres del mundo que no logran
comportarse como ascetas? Un tipo de ayuno corre el riesgo de silenciar (o de
poner en un segundo plano) la gracia de Dios.
En contra de eso, Jesús ha definido su
evangelio como amor activo, por encima de la ley-ayuno, como amor de bodas,
amor de comidas...
Los amigos del novio no ayunan (2,19).
Siguiendo una técnica que es propia de las discusiones judías de aquel tiempo,
este versículo se compone de una pregunta expresa (¿pueden ayunar los
hijos/amigos del novio mientras el novio está con ellos?) y de una respuesta
implícita (¡no pueden ayunar!). La respuesta era comprensible, y está recogida
en diversos pasajes (posteriores) de la Misná. La mayor parte de los grupos
judíos afirmaban que el gozo de las bodas está por encima de la ley del ayuno
(e incluso de la recitación del Shema, para el novio), de manera que los ayunos
quedaban dispensados en tiempo de bodas. Es normal que los oyentes respondan a
Jesús: ¡No, los amigos del novio no ayunan durante su fiesta! Hasta aquí todo
es claro. La novedad de Jesús está en suponer que él ha venido como “novio” y
que su tiempo mesiánico debe entenderse como fiesta de bodas, hasta que culmine
el Reino de Dios.
Pues bien, para Jesús todo tiempo es tiempo de
bodas y comida, no es sacrificio de ayuno ni ascesis sexual. De esa
manera, Jesús está invitando a sus amigos (discípulos, pobres, enfermos) al
gozo supremo del Reino de Dios, como heraldo de las Bodas de Dios, y novio
universal; por eso, él no quiere iniciar a poseídos y leprosos, paralíticos y
publicanos, en técnicas de ascesis, que les seguirían encerrando sobre el mundo
viejo de la lucha y de la muerte.
La religión de Jesús no es ayuno, sino gozo. No
es terapia de negación, sino tiempo de vino y ropa nueva, pues él viene como
“novio”, invitando a los hombres y mujeres a la fiesta de las bodas (fiesta
universal de Dios). Por eso, la “religión” no es resultado de un esfuerzo
(según la ley de los ayunos), sino regalo gratuito de Dios. No son los hombres
(¡los pobres, leprosos…!) los que tienen que dar algo a Dios ayunando, sino que
es Dios el que “da” su reino a los hombres. Por eso, la Iglesia de Jesús no se
funda en ayunos y ritos, ni se eleva sobre leyes represivas y separaciones
(como quieren fariseos y bautistas), sino que brota y culmina como boda
mesiánica, donde el mismo Jesús es novio, amigo universal que ofrece a los
hombres y mujeres su alegría. Por eso, lógicamente, sus hijos (= amigos) no
ayunan (2, 19) [5].
Jesús no ha venido levantando un estandarte de
leyes y vedas, sino con el vino y vestido de bodas, para que todos coman y
beban y se casen (=celebren al amor). Él es el nymphios o novio de la humanidad, en palabra que quizá debe
entenderse desde la experiencia primera del gozo de amor del paraíso, cuando
Adán canta su gozo por Eva (cf. Gen 2, 23-24). Por eso, frente a la ley de
ayuno que imponen a sus comunidades los bautistas y los fariseos, Jesús ha
proclamado la gracia de las bodas, que definen el sentido de la iglesia.
En este contexto, Jesús se atreve a presentarse
veladamente como novio universal, interpretando el evangelio como un camino de
bodas... Aprender a amar en intimidad desbordante, aprender a comer en
comunicación generosa.
Por eso quiere iniciar a sus amigos (¡hijos de
la cámara nupcial!) a la fiesta y terapia de bodas, es decir, a amarse, a
compartir la comida. Estas bodas universales de Jesús son principio y sentido
de la iglesia. El amor de Dios es fuente y principio de todo y el amor se
expresa en la comida compartida, que es signo de vida, el sacramento de la
iglesia.
Según eso, el evangelio no se impone (ni
avanza) por ayuno, como ejercicio de ascesis negadora. Tampoco se puede
interpretar, conforme a este pasaje, en claves de vinculación simplemente
interior, en una especie de mística matrimonial separada de la vida. Al
contrario, las “bodas mesiánicas” de Jesús se expresan del modo más real (más
escandaloso y exigente), en forma de comida compartida, con publicanos, pecados
y excluidos de la “buena” sociedad del mundo.
De esta forma, la llamada de Jesús al Reino (1,14-15)
se convierte en una fuerte invitación al gozo: solo son (o pueden ser)
discípulos suyos aquellos que saben disfrutar con él, aquellos que han abierto
los ojos ante el don de la existencia. No les llama Jesús para promover con
ellos una pedagogía de renuncia o ascesis, no quiere enseñarles negaciones,
sino para enseñarles a celebrar el banquete de la vida, en comunión con Dios,
en alegría compartida.
Sólo pueden ser servidores o ministros de Jesús
los que saben amar y ayudan a amar a los demás, los que saben compartir y
comparten la comida.
Éste es su “secreto”, su novedad frente
fariseos y bautistas: Jesús es un experto en gozo y en bodas, a las que todos
están invitados, de manera que él no puede cerrar su experiencia en grupos
pequeños (dos novios, una familia reducida), sino que la expande, a través de
sus discípulos, al gozo de unas bodas universales, de Reino, donde todos los
que quieran “apuntarse” (mujeres y varones, niños y mayores) son ya «amigos»
(hijos) de las bodas. El seguimiento de Jesús se entiende así a manera de
experiencia nupcial. Pescadores como Andrés y Simón, publicanos como Leví y sus
amigos, enfermos como la suegra de Simón o el poseso de la sinagoga, y la
muchedumbre de “curados” de la noche de Cafarnaúm (que son los personajes que
han venido apareciendo en Marcos, antes de este pasaje) no han venido a Jesús
para ayunar con él, para llorar y lamentarse en el desierto, sino para
compartir sus bodas de reino [6].
20 Llegará un día en que el novio les será
arrebatado. Entonces ayunarán.
De forma que parece inesperada, sobre la
alegría de bodas del versículo anterior, esta palabra de la iglesia proyecta
una sombra de muerte de separación, un principio de ayuno. De pronto se nos
dice que el novio será “arrebatado”, indicando así, quizá, que tiene enemigos,
personas que quieren matarle… (o que será arrebatado por Dios, sin culminar él
mismo, directamente, las bodas mesiánicas). Es como si el novio tuviera que
morir para ser fiel a su amor. Entonces, cuando él falte, ayunarán (llorarán)
sus amigos.
Marcos ofrece así el primer anuncio, todavía
velado, pero intensamente triste, de la pasión del novio, a quien llevarán con
violencia, dejando abandonados a sus "hijos" (seguidores), que
aprenderán entonces a ayunar, no por separación elitista o por ascesis
escatológica (como fariseos y bautistas) sino por solidaridad de amor, no para
negar la mesa compartida y la alegría de las bodas, sino para experimentarla
mejor, con más realismo, con más profundidad.
La presencia del novio se traducía en forma de
comida que comparten y celebran con él sus amigos; por el contrario, su
ausencia se hace ayuno, tristeza para los amigos. Cuando el amigo falta, cuando
llega el luto, no hay que exigir ayuno pues lo cumplen por sí mismos, de manera
natural, los auténticos amigos. Pero se tratará de un ayuno que debe desembocar
de nuevo en la mesa compartida y al signo de las bodas, pues en ellas se
recuerda al novio arrebatado [7].
Notas
[1] También Juan acogía a publicanos y
prostitutas (cf. Mt 21, 32), pero no para comer con ellos, sino para ofrecerles
un camino de conversión. Jesús, en cambio, come con ellos y con ellas, en señal
de Reino (cf. también Lc 19, 2-8). Sobre el no ayuno de Jesús cf. J. Klausner,
Jesús de Nazaret, Paidós, Buenos Aires 1971, 369-376; J. B. Muddiman, Jesus and
Fasting en J. Dupont (ed.), Jésus aux origines de la Christologie (BETL 25),
Duculot, Gembloux 1975, 283-301. Visión de conjunto del tema de las comidas y
del ayuno según Jesús en E. Schillebeekx, Jesús, la historia de un viviente, Cristiandad,
Madrid 1981, 173-226.
[2] Los nazireos o consagrados (del hebreo
nedser, vinculados a la causa de Dios por un voto especial, cf. Num 6) no
parecen haber tenido, en general, un proyecto mesiánico directo (no se
creían portadores del Reino de Dios), sino que eran más bien ascetas
consagrados (abstemios) e incluso guerreros (como puede verse en el caso
ejemplar de Sansón: Jue 14-16): pensaban que no había llegado aún la hora del
Mesías, que ofrecerá a los suyos el «vino nuevo» del Reino (cf. Mt 14, 25), de
manera que sólo podían entenderse, a lo más, como precursores suyos.
El Jesús de Marcos, en cambio, no habría sido
nazireo ayunante, sino nazoreo mesiánico, de la «descendencia» davídica (del
hebreo netzer, cf. Is 11, 1), pero en un sentido muy especial (como veremos en
12, 35-37, donde él pone una interrogación sobre la ascendencia davídica del
mesías). Sea como fuere, utilizando quizá una fuente judeocristiana, Lucas ha
interpretado a Juan Bautista como nazireo, en la línea de Samuel, de quien dice
su madre: «lo dedicaré ante ti (el Señor) hasta el día de su muerte; no tomará
vino ni bebida fermentada y la navaja no pasará por su cabeza» (LXX 1 Sam 1,
11; cf. Lc 1, 15).
[3] Jesús parece haber empezado ayunando (cuando
estuvo con Juan, a la vera del río, antes de bautizarse), pero luego ha
superado ese nivel, descubriendo y cultivando la presencia de Dios en el gozo
del amor (¡tú eres mi Hijo) y en la vida (mesa) compartida, como ha puesto de
relieve este pasaje, visto de conjunto (cf. 2, 13-22), que hemos entendido como
un “apotegma”: parte de un hecho tipo sorprendente y extraño, que rompe las
normas o costumbres de aquel tiempo (¡los de Jesús no ayunan, comen con
publicanos, pecadores y pobres); luego ofrece una pregunta sobre el sentido que
tiene ese “comer”, mientras otros ayunan; y finalmente responde de manera
decisoria, fijando y descendiendo a la nueva situación en que se encuentran sus
discípulos.
[4] La experiencia religiosa de fariseos y
bautistas puede condensarse en los rituales de purificación y sacrificio que se
encuentran bien explicitados en los textos del judaísmo de ese tiempo. De esa
forma destacan la importancia de un tipo «ley» entendida como exigencia activa
de un tipo de sumisión, que mantiene la unidad de los hombres con Dios por
medio de las obras buenas de ayuno y conversión. Por eso, ellos, verdaderos
israelitas se deben curtir por el ascetismo, mortificando los apegos de la vida
y logrando de esa forma un tipo nuevo de transparencia ante el Dios que se
revela como ley para los hombres
[5] Mientras los novios celebran su amor, en
fiesta que reúne a la familia, sería indecoroso que algunos de su grupo fueran
pregonando ayuno. Jesús ha venido a invitar a los hombres a las bodas de Dios,
que son bodas de vida compartida (abierta a publicanos y pecadores). Por eso,
sus discípulos no pueden ayunar. Jesús no es predicador penitencial, profeta
del gran miedo sino amigo universal, Hijo querido de Dios (cf. 1, 11) que va
abriendo a los hombres y mujeres el gozo de la vida, la experiencia fascinante
de la transformación esponsal, la terapia del gozo compartido. Noviazgo y amor
no son ley, no se realizan con imposiciones. Por eso sus discípulos no ayunan.
En ese contexto, debemos añadir que Jesús no aparece,
sin embargo, como esposo varón de una esposa femenina, en una línea que ha
desarrollado Ef 5, haciendo al varón signo específico del Cristo (cabeza) y a
la mujer figura de la iglesia (cuerpo). Nuestro pasaje no separa aún (o ya) la
función de amor entre los dos sexos: todos los humanos, varones y mujeres, se
vinculan como amigos del novio, es decir, como invitados de su fiesta, sin
separación ni jerarquía interna; así celebran unas mismas bodas de reino. Por
eso no pueden ayunar.
[6] Lo contrario al ayuno de bautistas y
fariseos no es comer mucho en plano material, en gesto de egoísmo, sino comer
juntos: sentarse a la mesa con los marginados (publicanos), aceptar su
invitación y seguirles invitando, de tal forma que la vida se convierta en gozo
de comunicación. Por eso, el signo de comer en una mesa abierta a todos,
vinculado al gozo de las bodas (la forma suprema de comunicación interhumana),
es el signo supremo de Jesús, la verdad del evangelio (como diría Pablo: cf.
Gal 2, 5. 14)
[7] Conforme a la lógica del texto, esta frase
(¡llegará el día en que el novio…!) debe entenderse como añadido (una
excepción) introducida por la iglesia posterior, que no niega la frase previa
(¡los amigos del novio no ayunan…!), pero la matiza. Este nuevo ayuno brota del
amor (entrega y muerte) del novio, que Marcos desarrolla en la segunda parte
del evangelio (desde el anuncio de 8,31) y que culmina de un modo especial en
el pan y vino de la eucaristía, es decir, es decir, en el Reino que sigue
viniendo (pero que viene en forma de amor hasta la muerte y en la muerte). No
se trata, por tanto, de ayunar para no comer, sino de ayunar para comer de otra
manera, en gesto de entrega de la vida (cf. 14,23-25). Pierden su importancia
los ritos fariseos y bautistas, con sus leyes minuciosas sobre aquello que se
puede o no se puede comer, y desde la ausencia del amigo (arrebatado) surge la
exigencia de fortalecer la comunión en la comida.
Esta visión de la iglesia de Marcos contrasta
con la práctica penitencial de otras iglesias que, tras pocos años, regularán
la práctica del ayuno, tanto en una línea de interioridad, que puede volverse
sectaria, pues dice que los que ayunan de otra forma son “hipócritas” («cuando
ayunéis no sean como los “hipócritas”, que desfiguran su rostro para mostrar a
los hombres que ayunan… Por el contrario, tú, cuando ayunes, unge tu cabeza y
lávate la cara…»; Mt 6, 16-17), como en línea de exterioridad ya claramente
sectaria, como en la Didajé, donde la hipocresía se expresa en los días de la
semana («es preciso que vuestros ayunos no como los de los hipócritas, puesto
que ellos ayunan el segundo y quinto día de cada semana; en cambio vosotros
ayunaréis el día cuatro y la víspera del sábado», Did 8).
Las veinte propuestas imprescindibles de la exhortación postsinodal
Las veinte propuestas imprescindibles de la
exhortación postsinodal
Querida Amazonía, del papa Francisco
Rubén Cruz
www.amerindiaenlared.org / 130220
Un total de 111 puntos distribuidos en cuatro capítulos, a los que el papa Francisco se refiere como “sueños”. Así se presenta la exhortación postsinodal ‘Querida Amazonía’. Firmada el pasado 2 de febrero, el Pontífice reconoce que no desarrolla todas las cuestiones del ‘Documento final’ del Sínodo para la región Panamazónica. Jorge Mario Bergoglio espera que “toda la Iglesia se deje enriquecer e interpelar por ese trabajo” y que la Amazonía pueda “inspirar a otras regiones de la tierra frente a sus propios desafíos”.
Capítulo I: Un
sueño social
1. En el punto 10, el
Papa denuncia “las peores formas de esclavitud, de sometimiento y miseria” con
los indígenas cuando emigran a las ciudades. “En estas ciudades, caracterizadas
por una gran desigualdad, donde hoy habita la mayor parte de la población de la
Amazonía, crecen también la xenofobia, la explotación sexual y el tráfico de
personas. Por eso el grito de la Amazonía no brota solamente del corazón de las
selvas, sino también desde el interior de sus ciudades”, insiste.
2. “A los
emprendimientos, nacionales o internacionales, que dañan la Amazonía y no
respetan el derecho de los pueblos originarios al territorio y a su
demarcación, a la autodeterminación y al consentimiento previo, hay que
ponerles los nombres que les corresponde: injusticia y crimen. Cuando algunas
empresas sedientas de rédito fácil se apropian de los territorios y llegan a
privatizar hasta el agua potable, o cuando las autoridades dan vía libre a las
madereras, a proyectos mineros o petroleros y a otras actividades que arrasan
las selvas y contaminan el ambiente, se transforman indebidamente las
relaciones económicas y se convierten en un instrumento que mata. Se suele
acudir a recursos alejados de toda ética, como penalizar las protestas e
incluso quitar la vida a los indígenas que se oponen a los proyectos, provocar
intencionalmente incendios forestales, o sobornar a políticos y a los mismos
indígenas”, denuncia en el punto 14.
3. En el punto 19, el
Papa pide perdón a los pueblos originarios, ya que “no podemos negar que el
trigo se mezcló con la cizaña y que no siempre los misioneros estuvieron del
lado de los oprimidos, me avergüenzo”. “En el momento actual la Iglesia no
puede estar menos comprometida, y está llamada a escuchar los clamores de los
pueblos amazónicos”, añade. Del mismo modo, en el punto 25 reconoce que “miembros
de la iglesia han sido parte de las redes de corrupción, a veces hasta el punto
de aceptar guardar silencio a cambio de ayudas económicas para las obras
eclesiales”.
Capítulo II: Un
sueño cultural
4. En el punto 28,
el Papa invita a promover la Amazonía, pero aclara que “esto no implica
colonizarla culturalmente sino ayudar a que ella misma saque lo mejor de sí.
Ese es el sentido de la mejor tarea educativa: cultivar sin desarraigar, hacer
crecer sin debilitar la identidad, promover sin invadir. Así como hay
potencialidades en la naturaleza que podrían perderse para siempre, lo mismo
puede ocurrir con culturas que tienen un mensaje todavía no escuchado y que hoy
están amenazadas más que nunca”.
5. “Los distintos
grupos, en una síntesis vital con su entorno, desarrollan un modo propio de
sabiduría”, reconoce Francisco en el punto 32. Por ello, “quienes observamos
desde afuera deberíamos evitar generalizaciones injustas, discursos simplistas
o conclusiones hechas solo a partir de nuestras propias estructuras mentales y
experiencias”, recalca.
Capítulo III: Un
sueño ecológico
6. “Aprendiendo de
los pueblos originarios podemos contemplar la Amazonía y no solo analizarla,
para reconocer ese misterio precioso que nos supera. Podemos amarla y no solo
utilizarla, para que el amor despierte un interés hondo y sincero. Es más,
podemos sentirnos íntimamente unidos a ella y no solo defenderla, y entonces la
Amazonía se volverá nuestra como una madre”, explica en el punto 55.
Capítulo IV: Un
sueño eclesial
7. “El riesgo de los
evangelizadores que llegan a un lugar es creer que no solo deben comunicar el
Evangelio sino también la cultura en la cual ellos han crecido, olvidando que
no se trata de ‘imponer una determinada forma cultural, por más bella y antigua
que sea’. Hace falta aceptar con valentía la novedad del Espíritu capaz de
crear siempre algo nuevo con el tesoro inagotable de Jesucristo, porque ‘la
inculturación coloca a la iglesia en un camino difícil, pero necesario’. No
temamos, no le cortemos las alas al Espíritu Santo”, dice el Papa en el punto
69.
8. “Es posible
recoger de alguna manera un símbolo indígena sin calificarlo necesariamente de
idolatría. Un mito cargado de sentido espiritual puede ser aprovechado, y no
siempre considerado un error pagano. Algunas fiestas religiosas contienen un
significado sagrado y son espacios de reencuentro y de fraternidad, aunque se
requiera un lento proceso de purificación o de maduración. Un misionero de alma
trata de descubrir qué inquietudes legítimas buscan un cauce en manifestaciones
religiosas a veces imperfectas, parciales o equivocadas, e intenta responder
desde una espiritualidad inculturada”, señala el Papa en el punto 79.
9. Francisco pide,
en el punto 82, “recoger en la liturgia muchos elementos propios de la
experiencia de los indígenas en su íntimo contacto con la naturaleza y
estimular expresiones autóctonas en cantos, danzas, ritos, gestos y símbolos.
Ya el Concilio Vaticano II había pedido este esfuerzo de inculturación de la
liturgia en los pueblos indígenas, pero han pasado más de cincuenta años y
hemos avanzado poco en esta línea”.
10. “El modo de
configurar la vida y el ejercicio del ministerio de los sacerdotes no es
monolítico, y adquiere diversos matices en distintos lugares de la tierra. Por
eso es importante determinar qué es lo más específico del sacerdote, aquello
que no puede ser delegado. La respuesta está en el sacramento del Orden
sagrado, que lo configura con Cristo sacerdote. Y la primera conclusión es que
ese carácter exclusivo recibido en el Orden, lo capacita solo a él para
presidir la Eucaristía[JS1] . Esa es su función específica, principal e indelegable”, explica el
Papa en el punto 87 apoyándose en Juan Pablo II.
11. En las
circunstancias específicas de la Amazonía, de manera especial en sus selvas y
lugares más remotos, hay que encontrar un modo de asegurar ese ministerio
sacerdotal. Los laicos podrán anunciar la Palabra, enseñar, organizar sus
comunidades, celebrar algunos sacramentos, buscar distintos cauces para la
piedad popular y desarrollar la multitud de dones que el Espíritu derrama en
ellos. Pero necesitan la celebración de la Eucaristía porque ella ‘hace la iglesia’.
Si de verdad creemos que esto es así, es urgente evitar que los pueblos
amazónicos estén privados de ese alimento de vida nueva y del sacramento del
perdón”, explica en el punto 89 recordando el papel de los laicos.
12. Sobre la
“acuciante necesidad” de sacerdotes, exhorta en el punto 90 “a todos los
obispos, en especial a los de América Latina, no solo a promover la oración por
las vocaciones sacerdotales, sino también a ser más generosos, orientando a los
que muestran vocación misionera para que opten por la Amazonia. Al mismo
tiempo, conviene revisar a fondo la estructura y el contenido tanto de la
formación inicial como de la formación permanente de los presbíteros, para que
adquieran las actitudes y capacidades que requiere el diálogo con las culturas
amazónicas. Esta formación debe ser eminentemente pastoral y favorecer el
desarrollo de la misericordia sacerdotal”.
13. Pese a que se
necesiten sacerdotes, Jorge Mario Bergoglio hace hincapié en el punto 92 que “esto
no excluye que ordinariamente los diáconos permanentes —que deberían ser muchos
más en la Amazonia—, las religiosas y los mismos laicos asuman
responsabilidades importantes para el crecimiento de las comunidades y que
maduren en el ejercicio de esas funciones gracias a un acompañamiento
adecuado”. “Entonces no se trata sólo de facilitar una mayor presencia de
ministros ordenados que puedan celebrar la Eucaristía. Este sería un objetivo
muy limitado si no intentamos también provocar una nueva vida en las
comunidades. Necesitamos promover el encuentro con la Palabra y la maduración
en la santidad a través de variados servicios laicales, que suponen un proceso
de preparación —bíblica, doctrinal, espiritual y práctica— y diversos caminos
de formación permanente”, añade en el punto 93.
14. “Una iglesia con
rostros amazónicos requiere la presencia estable de líderes laicos maduros y
dotados de autoridad, que conozcan las lenguas, las culturas, la experiencia
espiritual y el modo de vivir en comunidad de cada lugar, al mismo tiempo que
dejan espacio a la multiplicidad de dones que el Espíritu Santo siembra en
todos. Porque allí donde hay una necesidad peculiar, Él ya ha derramado
carismas que permitan darle una respuesta. Ello supone en la iglesia una
capacidad para dar lugar a la audacia del Espíritu, para confiar y
concretamente para permitir el desarrollo de una cultura eclesial propia,
marcadamente laical. Los desafíos de la Amazonia exigen a la iglesia un
esfuerzo especial por lograr una presencia capilar que sólo es posible con un
contundente protagonismo de los laicos”, dice en el punto 94.
15. En el punto 97,
el Papa agradece el trabajo de la Red Eclesial Panamazónica (REPAM) y “otras
asociaciones, con el objetivo de consolidar lo que ya pedía Aparecida:
‘establecer, entre las iglesias locales de diversos países sudamericanos, que
están en la cuenca amazónica, una pastoral de conjunto con prioridades
diferenciadas’. Esto vale especialmente para la relación entre las Iglesias
fronterizas”.
16. En el punto 98,
Francisco recuerda que “no siempre podemos pensar proyectos para comunidades
estables, porque en la Amazonía hay una gran movilidad interna, una constante
migración muchas veces pendular. Por ello hay que pensar en equipos misioneros
itinerantes”.
17. El Papa hace
hincapié en el papel de la mujer en el punto 99. “En la Amazonía hay
comunidades que se han sostenido y han transmitido la fe durante mucho tiempo
sin que algún sacerdote pasara por allí, aun durante décadas. Esto ocurrió
gracias a la presencia de mujeres fuertes y generosas: bautizadoras,
catequistas, rezadoras, misioneras, ciertamente llamadas e impulsadas por el
Espíritu Santo. Durante siglos las mujeres mantuvieron a la iglesia en pie en
esos lugares con admirable entrega y ardiente fe”, sostiene.
18. Sobre la mujer,
en el punto 100, invita a “expandir la mirada para evitar reducir nuestra
comprensión de la iglesia a estructuras funcionales. Ese reduccionismo nos llevaría
a pensar que se otorgaría a las mujeres un status y una participación mayor en
la iglesia solo si se les diera acceso al Orden sagrado. Pero esta mirada en
realidad limitaría las perspectivas, nos orientaría a clericalizar a las
mujeres, disminuiría el gran valor de lo que ellas ya han dado y provocaría
sutilmente un empobrecimiento de su aporte indispensable”.
19. También sobre la
mujer, que “desempeñan un papel central en las comunidades amazónicas, deberían
poder acceder a funciones e incluso a servicios eclesiales que no requieren el
Orden sagrado y permitan expresar mejor su lugar propio”, argumenta en el punto
103. “Cabe recordar que estos servicios implican una estabilidad, un
reconocimiento público y el envío por parte del obispo. Esto da lugar también a
que las mujeres tengan una incidencia real y efectiva en la organización, en
las decisiones más importantes y en la guía de las comunidades, pero sin dejar
de hacerlo con el estilo propio de su impronta femenina”, continúa.
20. “En una Amazonía
plurirreligiosa, los creyentes necesitamos encontrar espacios para conversar y
para actuar juntos por el bien común y la promoción de los más pobres. No se
trata de que todos seamos más ‘light’ o de que escondamos las convicciones
propias que nos apasionan para poder encontrarnos con otros que piensan
distinto. Si uno cree que el Espíritu Santo puede actuar en el diferente,
entonces intentará dejarse enriquecer con esa luz, pero la acogerá desde el
seno de sus propias convicciones y de su propia identidad. Porque mientras más
profunda, sólida y rica es una identidad, más tendrá para enriquecer a los
otros con su aporte específico”, comenta en el punto 106.
[JS1]¡Absurdo!
¿De dónde saca eso?
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