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El ciclo de la mentira


Thierry Meyssan

www.voltairenet.org / 010518



Cuando las potencias occidentales quieren condenar a alguien, le atribuyen todo tipo de crímenes hasta ponerse en posición de sentenciarlo. No les importan la Verdad ni la Justicia, sólo su propio poderío. Al referirse a la acusación sobre el supuesto uso de armas químicas en Siria, Thierry Meyssan recuerda que, aunque esa acusación tiene sólo unos años, la designación de Siria como culpable ya cuenta más de 2 milenios.



Las potencias occidentales sostienen que una «guerra civil» se inició en Siria, en 2011. Pero en 2003, el Congreso de Estados Unidos ya adoptaba una declaración de guerra contra Siria y el Líbano (la Syria Accountability and Lebanese Sovereignty Restoration Act [1], o sea la Ley sobre la Responsabilidad de Siria y la Restauración de la Soberanía Libanesa), ley que el presidente George W. Bush firmó aquel mismo año.



Después del fallido intento del secretario de Estado Colin Powell, quien trató de convertir la Liga Árabe en un tribunal regional –durante la cumbre de Túnez, en 2004–, la agresión occidental se inició con el asesinato del ex primer ministro libanés Rafic Hariri, en 2005.



El entonces embajador de Estados Unidos en Beirut, Jeffrey Feltman –quien muy probablemente organizó personalmente el crimen–, acusó de inmediato a los presidentes de Siria, Bachar al-Assad, y del Líbano, Emile Lahoud. La ONU envió una misión investigadora, luego varios ejecutivos de la ONU y del Líbano crearon un seudo Tribunal Internacional, que nunca fue ratificado por la Asamblea General de la ONU, ni por el parlamento libanés.

Desde el momento mismo de su creación, ese tribunal contó con testimonios y pruebas convincentes. Los dos presidentes se vieron internacionalmente marginados, varios generales fueron arrestados por la ONU y mantenidos en la cárcel durante años, sin ser ni siquiera inculpados. Pero, con el tiempo, se descubrió que los testigos eran falsos, las pruebas perdieron todo valor y la acusación acabó desmoronándose. Hubo que liberar a los generales encarcelados… y presentarles excusas. Bachar al-Assad y Emile Lahoud volvieron a ser personalidades presentables.



Trece años después, el estadounidense Jeffrey Feltman ocupa el segundo cargo más importante en la ONU y el tema cotidiano es el supuesto ataque químico de la Ghouta. Como antes, hay testigos –los “humanitarios” White Helmets (Cascos Blancos)– y también pruebas supuestamente convincentes –fotos y videos, captados por los mismos Cascos Blancos. El culpable es, como de costumbre, el presidente sirio Assad. La acusación de hoy ha sido cuidadosamente preparada mediante una serie de rumores, desde 2013. Sin esperar que la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) verificara los hechos, las potencias occidentales se erigen en juez y verdugo, condenan a Siria y la bombardean.



El problema es que hoy en día Rusia se ha convertido nuevamente en una superpotencia capaz de medirse de igual a igual con Estados Unidos y está exigiendo que se respeten las normas y procedimientos internacionalmente reconocidos y el envío a Damasco de una misión de la OPAQ. Rusia acaba incluso de llevar a La Haya, sede de la OPAQ, 17 testigos presenciales del falso ataque químico, testigos que revelaron la manipulación montada por los Cascos Blancos [2].



¿Cómo reaccionaron los 17 países de la alianza occidental presentes? Se negaron a escuchar a los testigos oculares y a confrontarlos a los Cascos Blancos.

Esos países publicaron un breve comunicado, donde denuncian lo que llaman el «show ruso» [3]. Olvidando que ya habían condenado y castigado a Siria, afirman en ese documento que la presentación de los testigos oculares afecta la responsabilidad de la investigación de la OPAQ y argumentan que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ya confirmó el ataque químico y que cuestionarla sería una indecencia. Y, por supuesto, llaman a Rusia a respetar el Derecho Internacional… que ellos mismos violan constantemente.



Pero hay además varios problemas:


- la declaración de la OMS viola las prerrogativas de esa organización,
- está redactada en condicional,

- no se basa en informes de sus funcionarios sino únicamente en las afirmaciones de varias ONGs asociadas que a su vez reportan… las acusaciones de los Cascos Blancos [4].



Hace dos mil años que Occidente brama «¡Carthago delenda est!» (¡Hay que destruir Cartago!) [5] sin que nadie sepa a ciencia cierta lo que se reprochaba a aquella especie de sucursal comercial siria en Túnez. Ese siniestro eslogan se ha convertido en un reflejo en Occidente.



La sabiduría popular afirma en todas partes que «El más fuerte siempre tiene la razón». Esa moraleja se repite tanto en el Panchatantra indio como en las fábulas del griego Esopo, del francés Jean de La Fontaine y del ruso Ivan Krylov, aunque quizás proviene de Ahikar, el conocido sabio sirio de la Antigüedad.



Pero sucede que, desde el ridículo que hicieron el 14 de abril con su fracasado bombardeo contra Siria, las potencias occidentales ahora son «el más fuerte» sólo cuando de mentir se trata.



[1] The Syria Accountability and Lebanese Sovereignty Restauration Act, H.R. 1828, S. 982, Voltaire Network, 12 de diciembre de 2003.



[4] «L’OMS s’inquiète de la suspicion d’attaques chimiques en Syrie» [En español, “La OMS inquieta ante sospechas de ataques químicos en Siria”], Réseau Voltaire, 11 de abril de 2018.

[5] Carthago delenda est! fue un eslogan popularizado por el senador romano Catón el Viejo a fuerza de repetirlo invariablemente al final de todos sus discursos. ¿Qué crimen había cometido Cartago? Ser más próspera que Roma.


Israel: 200 armas nucleares apuntan a Irán


Manlio Dinucci




Todo el estruendo alrededor de la salida estadounidense del acuerdo nuclear con Irán (JCPOA) viene a ocultar el hecho más importante: Israel tiene la bomba atómica, Irán no la tiene.



La decisión de Estados Unidos de salir del acuerdo sobre el programa nuclear iraní [1] –acuerdo que Teherán firmó en 2015 con los 5 países miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU más Alemania– da lugar a una situación extremadamente peligrosa, y no sólo para el Medio Oriente.



Para entender lo que implica esa decisión [de Estados Unidos], adoptada bajo la presión de Israel –que califica el acuerdo de «rendición de Occidente ante el Eje del Mal encabezado por Irán»–, es necesario partir de un hecho muy concreto: no es Irán sino Israel quien tiene la bomba atómica.



Hace más de 50 años que Israel fabrica armas nucleares en su instalación de Dimona, construida con ayuda occidental, sobre todo de Francia y de Estados Unidos. Nadie inspecciona la instalación israelí de Dimona porque Israel no ha firmado el Tratado de No Proliferación de armas nucleares, tratado que –por el contrario– Irán firmó hace 50 años.



Las pruebas que demuestran que Israel fabrica armas nucleares fueron reveladas, hace más de 30 años, por el técnico nuclear Mordechai Vanunu, quien había trabajado en Dimona. Después de ser estrictamente verificadas por los más importantes expertos en armas nucleares, las pruebas de Vanunu fueron publicadas en el Sunday Times el 5 de octubre de 1986. Vanunu fue secuestrado por el Mossad y trasladado clandestinamente a Israel, donde fue condenado a 18 años de cárcel, que purgó bajo régimen de aislamiento. Después de cumplir la condena, Vanunu fue liberado pero las autoridades israelíes lo mantuvieron sometido a una serie de graves restricciones [2].



Hoy en día Israel posee –aunque sigue sin admitirlo– un arsenal nuclear estimado en entre 100 y 400 armas atómicas, entre las que se incluyen bombas nucleares tácticas y bombas de neutrones de nueva generación. Israel produce además plutonio y tritio en cantidades suficientes como para construir cientos de armas atómicas. Las ojivas nucleares israelíes se encuentran listas para su uso, al igual que sus misiles balísticos –como el Jericó 3. Para el uso de sus armas nucleares, Israel también dispone de otros vectores, como los aviones de guerra F-15 y F-16 proporcionados por Estados Unidos, a los que ahora se agregan los F-35, igualmente Made in USA.



Mientras tanto, las numerosas inspecciones de la Organización Internacional de la Energía Atómica (OIEA) confirman que Irán no tiene armas atómicas y que además está sometiéndose puntualmente a los controles internacionales previstos en el JCPOA. Pero, como escribiera el 3 de marzo de 2015 el ex secretario de Estado estadounidense Colin Powell en un correo electrónico revelado, «en Teherán saben bien que Israel tiene 200 armas nucleares, que apuntan todas a Teherán, y que nosotros [Estados Unidos] tenemos miles».



Los aliados europeos de Estados Unidos, que formalmente siguen respaldando el acuerdo con Irán, están sin embargo del lado de Israel. Alemania le ha proporcionado 4 submarinos [de ataque] Dolphin, modificados precisamente para poder lanzar misiles crucero con ojivas nucleares. Alemania, Francia, Italia, Grecia y Polonia participaron recientemente, junto a Estados Unidos, al mayor ejercicio internacional de guerra aérea de la historia de Israel, Blue Flag 2017 [3].



Italia, ligada a Israel por un acuerdo de cooperación militar (la Ley 94 de 2005), participó en ese ejercito militar con varios aviones Tornado de 6 Stormo de Ghedi (Italia), destinado a servir de vector a las bombas nucleares estadounidenses B-61, que próximamente serán reemplazadas por las B61-12. Estados Unidos participó con aviones F-16 del 31st Fighter Wing desplegado en Aviano (Italia), destinados a la misma misión.



Las fuerzas nucleares de Israel están integradas al sistema electrónico de la OTAN, en el marco del «Programa de Cooperación Individual» con Israel, país que, sin ser miembro de la alianza atlántica, dispone de una oficina permanente en el cuartel general de la OTAN en Bruselas.



Según el plan que se puso a prueba el ejercicio israelo-estadounidense Juniper Cobra 2018, fuerzas de Estados Unidos y de la OTAN llegarían desde Europa –principalmente desde las bases situadas en Italia– para prestar apoyo a Israel en una guerra contra Irán [4].



Esa guerra pudiera comenzar con un ataque israelí contra las instalaciones nucleares iraníes, como el de 1981 contra la instalación de Osirak, en Irak. En caso de represalias iraníes, Israel podría utilizar un arma nuclear, iniciando así una reacción en cadena de imprevisibles consecuencias.









[1] Se trata del llamado Acuerdo 5+1 o JCPOA. Nota de la Red Voltaire.

[2] Ver nuestro dossier Vanunu, Mordechai.

[3] «Israel, Italia y la “diplomacia de los cazas”», por Manlio Dinucci, Il Manifesto (Italia), Red Voltaire, 22 de diciembre de 2017.

[4] «Bajo el dominio de Estados Unidos y la OTAN», por Manlio Dinucci, Il Manifesto (Italia) , Red Voltaire, 15 de marzo de 2018, «Derecho de respuesta de la OTAN, réplica de Manlio Dinucci y comentario de Red Voltaire», 17 de marzo de 2018.

Tras la masacre en Gaza esta semana, ¿cuánto tiempo vamos a seguir simulando que los palestinos no son personas?





Monstruoso. Espantoso. Malvado. Es extraño cómo las palabras simplemente se agotan en día en el Oriente Próximo actual. Sesenta palestinos muertos. En un día. Dos mil cuatrocientos heridos, más de la mitad de bala. En un día. Las cifras son un escándalo, inmorales, una vergüenza para todo ejército que las provoque.



¿Y se supone que tenemos que creer que el ejército israelí es un ejército que sigue el código de la “pureza de las armas”*? Y tenemos que hacer otra pregunta. Si esta semana son 60 los palestinos muertos en un día, ¿qué pasa si la semana que viene mueren 600?, ¿o 6.000 el mes que viene? Las funestas excusas de Israel (y la cruda respuesta de Estados Unidos) suscitan esta pregunta. Si ahora podemos aceptar una masacre de estas dimensiones, ¿cuánto más va a aceptar nuestro sistema inmunológico en los próximos días, semanas y meses?



Sí, conocemos todas las excusas. Hamas (corrupto, cínico, carente de “pureza”...) estaba detrás de las manifestaciones. Algunos de los manifestantes eran violentos, lanzaron cometas ardiendo (¡cometas, por todos los cielos!) al otro lado de la frontera, otros arrojaron piedras, aunque, ¿desde cuándo arrojar piedras ha sido un crimen sancionado con la pena de muerte en algún país civilizado? Si una bebé de ocho meses muere tras inhalar gases lacrimógenos, ¿qué hacían sus padres llevando a esta bebé a la frontera de Gaza? Y así sucesivamente. ¿Por qué quejarnos por los palestinos muertos cuando tenemos a los Sissis en Egipto, los Assads en Siria y a los saudíes en Yemen con los que lidiar? Pero no, los palestinos siempre tienen que ser culpables.



Las propias víctimas son los culpables. Eso es exactamente lo que los palestinos han tenido que soportar durante 70 años. Recuerden que fueron culpables de su propio éxodo hace siete décadas porque siguieron las instrucciones que daban las emisoras de radio de abandonar sus hogares hasta que los judíos “fueran arrojados al mar”. Solo que, por supuesto, nunca existieron esos programas de radio. Todavía tenemos que agradecer a los “nuevos historiadores” de Israel el haberlo demostrado. Los programas de radio fueron un mito, parte de la historia fundacional nacional de Israel inventada para garantizar que ese nuevo Estado, lejos de haberse fundado sobre los hogares de otras personas, lo había hecho una tierra sin pueblo.



Y fue increíble contemplar cómo la misma vieja cobardía informativa de siempre empezaba a infectar el relato de los medios de comunicación sobre lo que ocurría en Gaza. La CNN llamó “medidas enérgicas” a los asesinatos israelíes.



En muchos medios de comunicación las referencias a la tragedia de los palestinos aludían a su “desplazamiento” hace 70 años, como si diera la casualidad de que estuvieran de vacaciones cuando ocurrió la “Nakba” (la catástrofe, como se la conoce) y simplemente no pudieran volver a casa. La palabra utilizada debería haber sido absolutamente clara: desposesión. Porque eso es lo que les ocurrió a los palestinos hace todos esos años y es lo que todavía ocurre en Cisjordania hoy, mientras usted lee estas líneas, gracias a hombres como Jared Kushner, el yerno de Donald Trump, un defensor de esas execrables e ilegales colonias construidas en tierra árabe quitada a los árabes que han sido los propietarios de estas tierras y han vivido en ellas durante generaciones.

Y así llegamos al más espantoso de todos los acontecimientos aciagos de la semana pasada: el hecho de que se produjeran simultáneamente la masacre en Gaza y la espléndida inauguración de la nueva embajada estadounidense en Jerusalén.



“Es un gran día para la paz”, anunció el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu. Cuando lo oí, me pregunté si había oído bien. ¿Realmente dijo esas palabras? Desgraciadamente, las dijo. En momentos como este es un inmenso alivio ver que periódicos como el diario israelí Haaretz conservan su sentido del honor. Y el reportaje más destacado se publicó en The New York Times donde Michelle Goldberg captó perfectamente el horror tanto de Gaza como de la inauguración de la embajada en Jerusalén.



La inauguración, escribió la periodista, fue “grotesca […] una consumación de la cínica alianza entre halcones judíos y evangelistas sionistas que creen que la vuelta de los judíos a Israel marcará el comienzo del apocalipsis y la vuelta de Cristo, tras lo cual los judíos que no se conviertan arderán para siempre”. Goldberg indicó que Robert Jeffress, un pastor de Dallas, había oficiado la oración de apertura en la ceremonia de la embajada.



Y Jeffress es quien una vez afirmó que religiones como el “mormonismo, el islam, el judaísmo y el hinduismo” llevan a la gente “a estar separados de Dios toda una eternidad en el infierno”. La bendición final la pronunció de John Hagee, un predicador mesiánico que, lo recordó Goldberg, afirmó una vez que Hitler había sido enviado por Dios para conducir a los judíos a su patria ancestral.



Michelle Goldberg añadía respecto a Gaza: “Aunque se niegue totalmente el derecho palestino al retorno (lo cual me resulta más difícil de hacer ahora que Israel ha abandonado casi totalmente la posibilidad de un Estado palestino), eso no excusa la desproporcionada violencia del ejército israelí”. Con todo, no estoy tan seguro de que los demócratas estén más animados a hablar de la ocupación israelí, como ella cree. Pero me parece que tiene razón cuando afirma que mientras Trump sea presidente “es posible que Israel pueda matar palestinos, demoler sus casas y apropiarse de sus tierras con impunidad”.



Rara vez en la época moderna nos hemos encontrado con que se trata a todo un pueblo, los palestinos, como si no fueran personas. Entre la basura y las ratas de los campos de refugiados de Sabra y Chatila en Líbano (¡qué fatídicos siguen siendo estos nombres!) hay una casucha que sirve de museo y donde se exponen artículos llevados a Líbano desde Galilea por las primeras personas refugiadas de finales de la década de 1940: cafeteras y las llaves de la puerta principal de casas destruidas hace tiempo. Muchas de estas personas cerraron con llave sus casas pensando que iban a volver al cabo de unos días.



Pero esta generación va muriendo rápidamente, como los muertos de la Segunda Guerra Mundial. Incluso en los archivos orales de la expulsión palestina (se ha grabado a al menos 800 supervivientes) recopilados en la Universidad Americana de Beirut se está descubriendo que han muerto muchas de estas voces que fueron grabadas a finales de la década de 1990.



Así pues, ¿irán a casa?, ¿”retornarán”? Sospecho que ese es el mayor temor de Israel, no porque haya que “retornar” [devolver] las casas, sino porque son millones los palestinos que reivindican este derecho, sancionado por las resoluciones de la ONU, y que la próxima vez podrían aparecer por decenas de miles ante la valla fronteriza de Gaza.



¿Cuántos francotiradores necesitará entonces Israel? Y hay, por supuesto, ironías lamentables ya que en Gaza viven familias cuyos abuelos y abuelas fueron expulsados de sus casas situadas a menos de una milla de la propia Gaza, de dos pueblos que estaban exactamente donde está actualmente la ciudad israelí de Sderot, a la que Hamas lanza cohetes a menudo. Todavía pueden ver sus tierras. Y cuando puedes ver tu tierra quieres ir a casa.





*El código de “la pureza de las armas” es uno de los valores que se afirman en la doctrina ética oficial de las llamadas “Fuerzas Defensivas Israelíes”, el ejército israelí. Según este código: “El soldado hará uso de su armamento y de su poder sólo para cumplir la misión y únicamente en la medida necesaria; mantendrá su humanidad incluso en combate. El soldado no empleará su armamento ni su poder para herir a no combatientes o a prisioneros de guerra, y hará todo lo que esté en su mano para evitar dañar sus vidas, cuerpos, honores y propiedades”. (N. de la t.)





Carta abierta a mis compañeros en Cuba y Venezuela


www.confidencial.com.ni / 020518



Compañeros:



La situación que vive Nicaragua no nació el 16 de abril del 2018. Es una explosión y respuesta tardía, pero no inoportuna, a los más de 27 años de abusos de todo orden cometidos por Daniel Ortega, ahora aparejado con Rosario Murillo.



Los ha cometido a nombre de una revolución que junto a su grupo que forman una mafia, contribuyeron a sabotear y finalmente llevarla al fracaso en un proceso regresivo que, por lo visto, ustedes no han logrado conocer o no lo han querido investigar, como corresponde a todo periodista profesional.



Tengo 56 años de práctica en el periodismo, repartidos entre varios semanarios en tiempos de la dictadura somocista, dos diarios afines a la revolución: Barricada –ex diario oficial del ex FSLN—, y El Nuevo Diario –fundado por ex trabajadores del diario La Prensa en 1981, y mantenido dentro de la línea revolucionaria hasta el 2012—, y de esta fecha hasta hoy, en el diario digital CONFIDENCIAL.



Si creyeran que eso no me da ninguna autoridad, estaría de acuerdo con ustedes, pero tal vez podrían pensar en que alguna autoridad moral me da el dolor por haber perdido a dos hijos de los cuatro que participaron en la lucha insurreccional contra la dictadura somocista; y ese dolor revive en mí, con cada joven asesinado por las fuerzas represivas de Ortega. Además, mi mensaje a ustedes lo baso en mi propia conciencia y sentido de justicia como ciudadano nicaragüense y con 73 años de militancia socialista y sandinista.

Ustedes le están fallando a la verdad, que es igual a fallarle a este su hermano pueblo nicaragüense, y a sus propios pueblos. Los sucesos violentos y trágicos que están ocurriendo en Nicaragua, son causados por el cúmulo de atropellos a los derechos de nuestro pueblo por las ambiciones de poder y riqueza de elementos salidos de la lucha revolucionaria, pero absorbidos por sus propios vicios en la práctica del poder. Se los resumo:



*El pacto con políticos corruptos, rescoldos del liberalismo somocista, para repartirse cuotas de poder en todos los órganos del Estado;



*Las reformas a la Constitución Política de 1987 para permitirse su reelección presidencial que, si bien no es mala cuando se respetan los derechos del pueblo a elegir, se vuelve delictiva cuando la reelección es fraudulenta y busca la permanencia en el gobierno de políticos corruptos. Durante nuestra historia hemos tenido reelecciones y fraudes electorales, intervenciones armadas norteamericanas, dictaduras, robos al erario y violaciones de los derechos políticos y humanos;



*El orteguismo es la continuidad de esta tragedia; tras el objetivo del control autoritarios del poder, Ortega fue autor, junto al ex presidente corrupto Arnoldo Alemán, de las reformas a la Ley Electoral para eliminar la inscripción de candidatos a elecciones por medio de la figura jurídica de la Suscripción Popular, cuya intención era, además de lograr una participación más democrática, liberar a los ciudadanos de la dependencia de los partidos políticos tradicionales de las oligarquías;



*Después de deshacerse de la colaboración de Alemán, por conflictos entre mafias, Ortega se quedó dominando solo todos los órganos del Estado, con lo que se ha permitido la impunidad para toda clase de abusos, desde la ilegal eliminación del artículo constitucional que prohíbe la reelección por más de dos períodos para dejar la reelección indefinida, hasta pagar favores con la impunidad a políticos corruptos;



*Un caso concreto: el gobierno Ortega-Murillo ha tolerado comprobados actos de corrupción y enriquecimiento ilícito de Roberto Rivas –de origen somocista—, por ser su principal ejecutor de los fraudes electorales como presidente del Consejo Supremo Electoral (después del último escándalo, lo tiene retirado de la vida pública, pero no del cargo, con todos sus privilegios).



*Desde la “piñata” con los bienes del Estado desde 1990, se ha observado el enriquecimiento ilícito de miembros del orteguismo, y Ortega ha hecho ostensible la adquisición de bienes para toda su familia; incluso la colaboración venezolana, la maneja a discreción, fuera del Presupuesto General de la República.



*Su familia posee propiedades, negocios y varios canales de televisión que forman un duopolio con un millonario mexicano, y al mismo tiempo restringe y pone trabas a libertad de prensa y expresión;



*Ortega encabezó en 2006 al clero católico, pastores de iglesias evangélicas, partidos políticos de derechas y otras fuerzas reaccionarias contra la vida de las mujeres, cuando prohibieron su derecho al aborto terapéutico;



*Hay derroche de recursos públicos en la construcción de obras de fachada, como los árboles de lata, en detrimento del medioambiente y de obras sociales necesarias;



*Con la concesión canalera a Wang Jing (2013), Ortega superó la enajenación de la soberanía nacional del tratado Chamorro-Bryan de 1914, firmado bajo la ocupación militar de los Estados Unidos, y contra el cual lucharon el Héroe Nacional Augusto C. Sandino, y otros patriotas.



*La dictadura de los Somoza ha sido superada en crímenes por Daniel Ortega, contra estudiantes: la anterior masacre estudiantil ocurrió en julio de 1959, en León, cuando fueron asesinados cuatro estudiantes, y ahora se registran entre 38 y 63 asesinados y una indeterminada cantidad de desaparecidos; Ortega, ya aventajó a los Somoza, y los superó en cinismo, pues dice que los estudiantes se mataron entre sí.



*Hace ocho días, Ortega habló de un diálogo que aún no se inicia, pero ustedes hablan como si estuviera en marcha; y no comienza, porque Ortega se niega a reconocer la autoría intelectual de la masacre y el castigo de los ejecutores, y sin esas condiciones, nadie quiere dialogar con él; además, Ortega no sabe dialogar: si no ha dado entrevistas al periodismo durante sus últimos once años en el poder, menos que quiera entrevistarse con representantes de todo el pueblo, sintiéndose culpable.



Lo señalado no es todo, pero refleja algo de la descomposición que viene arrastrando el orteguismo, lo que complementa con los vicios personales del gobernante que trascienden en perjuicio de la sociedad, junto con la complicidad de los mandos superiores de la Policía y del Ejército.



Les recuerdo que, si ustedes continúan repitiendo las mentiras oficiales de este gobierno, estarán siendo cómplices de los enemigos de la libertad de nuestro pueblo, y junto a Ortega ya les están dando oportunidad al gobierno estadounidense y a sus agentes políticos, y ex gobernantes miembros de las clases pro yanquis en sus países, de aparecer como nobles defensores del pueblo nicaragüense. Pero su fin ulterior, es establecer un gobierno que acepte abiertamente la injerencia de los Estados Unidos y sea fiel a su política exterior hegemónica y agresiva, de la que históricamente Nicaragua ha sido su víctima.



Elementos como el español Aznar, cómplice de la agresión a Iraq; de los colombianos Pastrana y Uribe, responsables del Plan Colombia y de las nueve bases militares norteamericanas en su territorio, cómplices del narcotráfico y de los crímenes del paramilitarismo, junto a otros agentes pro yanquis en deudas con sus pueblos y la OEA, ya comenzaron a meter sus narices en Nicaragua. (Acaba de arribar al país, un tal Penco, delegado de Luis Almagro, a negociar con Ortega). Es falso también, y ustedes caen en falsedad, comparando Nicaragua a Cuba y a Venezuela; tan falso como el “socialismo cristiano y solidario” de Ortega.



Lo que estos agentes puedan hacer en nuestro país, incluso instalar un gobierno de derechas bajo influencia yanqui, ustedes tendrán parte de responsabilidad –igual que sus gobiernos—si no cambian sus informaciones y su solidaridad con Ortega, basados en mentiras. Y también, por no hacerles observaciones críticas a sus gobiernos de no apoyar a un violador de derechos humanos de mujeres y hombres, por miopía política, sectarismo ideológico o intereses políticos de Estado. Si ustedes no son capaces de decir la verdad sobre lo que pasa en mi país, al menos no mientan. Solo eso les reclamo, porque de la denuncia y la renuncia de Ortega se está encargando el pueblo nicaragüense.



Fraternos saludos, Onofre Guevara López.


Agroquímicos y Antropoceno. Más allá de la primavera silenciosa, la noche silenciosa








Estamos en el Antropoceno, experimentando la que probablemente está siendo la sexta extinción masiva del planeta y la primera causada por una única especie: el ser humano. En este proceso, los químicos de síntesis y en concreto los pesticidas, están jugando un papel fundamental. En la actualidad, se aplican de forma directa sobre campos y alimentos 2.300 millones de kg de pesticidas al año, cantidad que aumenta anualmente desde hace 75 años.



Ya en 1962, Rachel Carson advirtió en su obra Primavera silenciosa  que el declive de pájaros (y con ellos de su canto), provocado por la bioacumulación de pesticidas a lo largo de la cadena trófica, era una advertencia del colapso ambiental y de que la salud humana estaba intrincadamente ligada a la salud del medio. Fue este libro el primero en describir los impactos ambientales del creciente uso de pesticidas, pero las tasas de extinción han seguido aumentando desde entonces de forma continuada.



Los anfibios, una clase vertebrada que sobrevivió a las últimas cuatro extinciones masivas, hoy tienen un 70 % de sus especies en amenaza de extinción en todo el mundo (de ahí nuestra noche silenciosa). Aunque la pérdida de hábitat es seguramente la causa más directa de la pérdida de anfibios, los contaminantes ambientales, especialmente los pesticidas, son factores claves de esta disminución.



Historia de los pesticidas



La agricultura ha formado parte de la civilización desde hace 10,000 años. Y, aunque se llevan utilizando sustancias pesticidas basadas en compuestos inorgánicos o en extractos de plantas desde hace 4,500 años, no es hasta después de la Segunda Guerra Mundial cuando empiezan a utilizarse los pesticidas sintéticos, algunos tan tristemente conocidos por sus graves impactos ambientales como el DDT o el herbicida 2,4-D.



Tras la guerra, los métodos de producción de nitrógeno para la fabricación de explosivos se adaptaron para la producción de fertilizantes en agricultura. Los insecticidas utilizados para combatir insectos portadores de enfermedades se adaptaron para el control de plagas agrícolas.



Los herbicidas utilizados como defoliantes para destruir los suministros de comida y el refugio de la “resistencia” se modificaron para combatir las malas hierbas. Desde entonces, el uso de estos tóxicos en agricultura ha ido incrementando hasta los actuales 2,300 millones de kg anuales. La presencia de pesticidas es actualmente ubicua. Transportados por el agua, por el aire, en las cadenas tróficas y por los animales migratorios, se puede encontrar pesticidas en las reservas de agua potable, en la atmósfera, en los suelos e incluso en la cima de las montañas o en áreas muy remotas del Ártico. La exposición generalizada a los agroquímicos ha alterado los paisajes y ecosistemas alrededor de todo el mundo.



Impactos de los pesticidas



Se han descrito diversos impactos directos de los pesticidas en organismos no objetivo como, por ejemplo, los efectos tóxicos del maíz BT (modificado genéticamente para producir toxinas) en la población de mariposa monarca o de insecticidas neonicotinoides en las abejas. Pero la situación se agrava ante las evidencias de que, incluso las concentraciones bajas de algunos de estos tóxicos (consideradas anteriormente como «no tóxicas»), pueden tener un impacto sobre la salud, la fisiología, la reproducción y el desarrollo debido a sus efectos como disruptores endocrinos. Esto sucede a través de una serie de mecanismos que incluyen la alteración de la producción hormonal, variaciones en su vida media o en los receptores hormonales.



Por ejemplo, el DDT se ha correlacionado en distintos animales con el afeminamiento de machos en el desarrollo o durante la edad adulta y, en seres humanos, con la aparición del cáncer de mama o alteraciones del funcionamiento normal de la tiroides con efectos en el crecimiento, metabolismo y desarrollo y función neuronal.



Históricamente, había una falsa sensación de seguridad por la asunción de que los herbicidas no afectaban a animales. Se ha demostrado que esta asunción es falsa. Por ejemplo, el herbicida atrazina es dañino para peces, anfibios, reptiles, pájaros y mamíferos debido a su potente efecto como disruptor hormonal.



En humanos, la atrazina también está implicada en defectos de nacimiento como hipospadias, criptorquidismo y micropene. El glifosato, actualmente el herbicida más utilizado del mundo, en 2015 se catalogó como probable cancerígeno y se describieron distintos efectos como disruptor hormonal. Está probado que el glifosato altera la estructura de los ovarios, tiene efectos adversos en la producción de esperma, causa un descenso en la fertilidad masculina y un descenso en la testosterona. Además, estimula las células de cáncer de mama a través de alteración de los receptores de estrógenos.



Persistencia, bioacumulación y biomagnificación



El gran volumen de pesticidas producidos y utilizados cada año es aún más preocupante si reflexionamos sobre su persistencia en el medio ambiente. El DDT y sus residuos de transformación persisten en el medio, en animales y en humanos durante décadas. Algo similar ocurre con los tres herbicidas más populares (glifosato, atrazina y 2,4-D). Aunque la vida media de la degradación va de unas semanas a meses, los metabolitos de su degradación, pueden persistir durante décadas con actividad toxicológica similar o diferente. Los pesticidas y sus residuos, se bioacumulan en tejidos animales y se biomagnifican a través de las redes alimentarias.



Debido a este fenómeno en la actualidad hay residuos de pesticidas en todos los organismos de mayor tamaño de la tierra. Además, los pesticidas pueden transmitirse a las crías a través de la placenta y de la leche materna. También puede encontrarse en la clara de huevo de pájaros, reptiles y peces.



Aparición de resistencias



Los pesticidas también pueden alterar la estructura genética de los organismos. Esto hace que una de las consecuencias del uso masivo de pesticidas sea la aparición de resistencias. De hecho, de las 25 plagas de insectos actualmente más dañinas en agricultura, 17 son resistentes a insecticidas. Históricamente, la respuesta a la resistencia de los insecticidas consistía en aplicar más químicos y con más frecuencia, acelerando así la evolución de la resistencia. De la misma manera, el uso intenso de herbicidas en agricultura ha llevado a la evolución de plantas adventicias resistentes.



El registro más antiguo de resistencia a herbicidas data de 1957, cuando se descubrieron zanahorias resistentes al 2,4-D. Para 2013, se habían descrito más de 400 hierbas resistentes, incluyendo muchas con resistencia a múltiples.



El futuro y las soluciones



Muchos de los plaguicidas utilizados son retirados tras comprobarse su elevada toxicidad después de años de utilización. El uso masivo de pesticidas se ha basado en ideas predominantes hasta la década de los 60 que confiaban en la capacidad ilimitada de autodepuración de la Tierra. Estas ideas son, a día de hoy, inaceptables y el desarrollo de nuevos modelos agrarios agroecológicos que minimicen o eliminen el uso de productos químicos de síntesis, es necesario y urgente.



Cada vez se extienden y demandan más, alternativas de producción ecológicamente sostenibles y socialmente justas de manera que la superficie dedicada al cultivo ecológico, libre de pesticidas de síntesis, no ha dejado de crecer en los últimos años.



En 2017, bajo el paraguas de la Iniciativa Ciudadana Europea Stop-Glifosato, se recogieron más de 1,3 millones de firmas en tan solo cinco meses demandando a la Comisión Europea la prohibición del glifosato, la reforma del procedimiento de aprobación de nuevos pesticidas y el establecimiento de objetivos de reducción del empleo de pesticidas de carácter vinculante en toda la UE.



A pesar de la contundente demanda ciudadana, la CE ignoró la petición renovando la licencia de uso de glifosato 5 años más. Esto pone de relieve la dificultad desde la ciudadanía y los movimientos sociales de enfrentar políticamente las presiones ejercidas por las grandes corporaciones implicadas en el mercado de los agroquímicos, pero también pone de manifiesto la necesidad de seguir movilizándonos al respecto tanto desde el apoyo a formas de producción agroecológicas como desde la defensa directa de nuestro derecho a vivir en un medio ambiente saludable.



Mireia Llorente. Área de Agroecología, Soberanía alimentaria y Mundo rural de Ecologistas en Acción.