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Mozart: Flute and Guitar
WOLFGANG AMADEUS MOZART
FLUTE AND GUITAR
Daniele Ligios, guitar
Giulio de Felice, flute
Arranged and transcripted by Elena Crolle
00:00 Le Nozze di Figaro, K. 492, Act I: "Cinque... dieci... venti..."
03:19 Le Nozze di Figaro, K. 492, Act I: "Non so più cosa son, cosa faccio"
06:01 Le Nozze di Figaro, K. 492, Act II: "Voi che sapete"
08:51 Don Giovanni, K. 527, Act II: "Deh, vieni alla finestra"
10:52 Les Petits Riens, K.Anh.10/299b: XI, Pantomime
12:58 Les Petits Riens, K.Anh.10/299b: XIII, Gavotte
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Siria, 2019 y por qué la guerra liderada por EEUU y Rusia continuará
Nazanin Armanian
www.publico.es / 241218
A pesar de que algunos jugadores de la
guerra internacional que tiene lugar en Siria han conseguido sus objetivos,
otros en busca de maximizar sus beneficios impiden el final del dolor y
sufrimiento de los supervivientes. Al contrario de la guerra contra Irak, donde
salvo su ejército, nadie se enfrentó a la coalición de diez país agresores unidos
por diez objetivos comunes, en Siria todos luchan contra todos,
persiguen distintas metas y discrepan sobre cómo terminar el conflicto y qué
tipo de orden establecer en la región (y en el mundo). Hoy, EEUU controla un
tercio del suelo sirio, Rusia casi la mitad y los grupos terroristas proturcos y
prosaudíes el resto del país.
¿Quién
ganó y quién perdió?
*EEUU ha logrado:
+Continuar con el proyecto del “Nuevo
Oriente Próximo”(NOP), cuyos pilares son: a) eliminar a los rivales de Israel,
b) debilitar los poderosos estados y convertirlos en minicolonias, y c)
desmantelar los sistemas seculares e implantar teocracias, puesto que el
capitalismo religioso tiene más capacidad de impedir el progreso de
los pueblos: Siria es el último estado semilaico de la región.
+Convertir Siria
en una trampa, ideada por Obama que se negó a derrocar a Asad, para
así desgastar a Turquía, Rusia, Irán y Hizbolá. Por ello, nunca entregó a la
oposición la ayuda necesaria para ganar ya que su función ha sido simplemente
demoler el estado y el país. Y han cumplido con esta misión.
+“Otanizar” todo el Mediterráneo.
+Cortar la ruta de la seda, de China, en Siria.
+Implantar por primera vez unas 20
instalaciones y bases militares en este corazón de Eurasia, creando por fin una
zona de amortiguación en Siria, y no para proteger a los refugiados sino para
sus efectivos.
Sin embargo, la
discrepancia entre el Pentágono (que apuesta por centrarse en el NOP
y Rusia) y los dos últimos presidentes, Obama y Trump que dan prioridad a la
contención de China, le impide a EEUU terminar el conflicto. Ahora se dedica a
separar a Ankara de Rusia y a Siria de Irán.
*Rusia, el
único país interesado en terminar la guerra, ha conseguido:
+Evitar que Bashar al Asad corriera (de
momento) la suerte de Sadam y Gadafi.
+Convertirse de una potencia regional a
una global.
+Fortalecer su influencia en la región.
+Detener el avance de los yihadistas, en
parte gracias
a sus acuerdos con Arabia Saudí.
+Salvar su base naval en Tartus e
inaugurar otra aérea en Hmeymim.
+Ganar
una de las guerras de gas, evitando la construcción del “Gaseoducto
Árabe” y el de Irán-Mediterráneo.
+Crear una brecha en la OTAN, al permitir
que Turquía atacase a los kurdos protegidos por EEUU, mientras entretiene al
imprevisible Tayyeb Erdogan en una interminable batalla segundaria.
Pero, los logros de Rusia dependen de la
voluntad de Israel y EEUU. Además, su “aliado” iraní se niega a salir de Siria,
dando pretexto a Netanyahu para seguir atacando a este país, destrozando las
tropas de Asad. Por otro lado, el derribo del avión ruso, por Israel, el 18 de
septiembre ha dañado gravemente las
magníficas relaciones ruso-israelíes, dificultando consolidar los
acuerdos.
*Israel, ha podido:
+Desintegrar el Eje de Resistencia formado
por Teherán, Damasco, Hizbolá y Hamas, y privar
a Irán de su “profundidad estratégica”, en parte gracias a una
insólita alianza con Arabia Saudí, Qatar y Turquía, con los que ha
compartido el patrocinio del “yihadismo sunnita”.
+Acabar
con la idea del estado palestino. Ahora, para mayor preocupación de
Irán, Netanyahu amenaza con
atacar al Líbano.
Pero, Israel menosprecia a un Teherán que
no tiene ninguna
intención de salir de Siria. Por lo que ambos continuarán su guerra
en el suelo sirio. El temor de Israel, de que las milicias chiítas reclutadas
por Irán (en gran parte afganos y pakistaníes), se conviertan en otro Hizbolá,
es absurdo, ya que éstas no son nativas, y no están allí para morir por un país
que no es suyo.
*Turquía ha sido el gran perdedor, no
consiguió:
+Recuperar la hegemonía “otomana” y
sunnita (versión Hermandad Musulmana) sobre Siria, ni su mercado, ni sus
reservas de gas y petróleo, y pasó de tener un crecimiento del 8.8% en 2011 al
2,3% en 2018. Además, tuvo que gastar al menos 4.5 millones de dólares (hasta
el 2014) en ayuda directa a los 3 millones de refugiados sirios.
+Aplastar a los kurdos de Turquía, y para
más inri se encontró con una entidad kurda en Siria, dirigida por las Unidades
de Defensa del Pueblo (YPG), alineado con el PKK. Ankara, ha dado un ultimátum
a EEUU para que expulse a esta fuerza de la ciudad árabe de Manbich, sino
lanzaría una ofensiva a la urbe. Pero, el Mando Central de EEUU para Oriente
Próximo (CENTCOM) se niega a perder el control sobre la parte oriental de
Éufrates, una línea natural que le servirá para separar las regiones árabes de
las kurdas, como rebeló
el “sirialeaks”. El pueblo kurdo, al igual que el resto de sirios,
son las principales víctimas de los pactos infames de las potencias.
Más
leña para el infierno
* Los ganadores no han logrado eliminar la
resistencia de los “perdedores”.
* Las fuerzas de la oposición no han sido
capaces de formar un gobierno alternativo a Damasco. EEUU es consciente de que
parte de los “rebeldes” es tan antiestadounidense como anti Asad. La filial de
la Hermandad Musulmana, organización de derecha sunnita respaldada por el
Partido Demócrata de EEUU, que es el sector más fuerte de la oposición, en
Siria es más reaccionaria que sus ramas en Egipto o Túnez: de perfil talibán,
en caso de ganar pueden, en colaboración de los caníbales “yihadistas”,
afganizar el país, donde cada señor de guerra controle una zona, empujando a
los alauies
armados a las montañas. Al no haber una alternativa viable a Asad, la guerra
continuará, a pesar de que el único actor que necesita realmente al presidente
es Irán.
* La inexistencia de un proyecto
aglutinador para levantar un nuevo sistema político: El propio Asad, que se
presenta como, ”Yo o el caos” (señalando a Libia), se opone al borrador de la
Constitución elaborada por Rusia, que prevé un sistema parlamentario que
pondría fin a la dinastía Asad.
* El desacuerdo sobre quiénes deben formar
parte de las negociaciones de paz: EEUU e Israel se oponen a la participación
de Asad e Irán; Rusia a los grupos “yihadistas”, y Turquía a los kurdos de YPG.
Llama la atención que el equipo del presidente Asad esté ausente en las
negociaciones de paz
de Astaná y de Ginebra.
Nueva
tragedia kurda
Entre los
motivos del fracaso del independentismo kurdo está su geografía, no
tener acceso al mar, y estar rodeado por estados hostiles. El destino de
Rojava es una carta
en manos de EEUU y Rusia para regular sus relaciones con Ankara: el 90% de las reservas de petróleo y gas de
Siria, sus recursos hídricos, y la producción de cereales están en la región
kurda.
Para Washington los kurdos tenían una
fecha de caducidad, al
igual que los kurdos de Irak. En Siria, los utilizó como su “fuerza
terrestre”. Según Aldar Khalil, un dirigente de YPG, cuando rechazaron el ultimátum
ruso de devolver Afrin a Asad, o serían atacados por Turquía, EEUU ignoró su
petición de ayuda mientras Erdogan arrasaba Afrin dejando miles de víctimas
civiles a su paso. Pero, Damasco dejó a la guerrilla pasar por su territorio
para ayudar a los compañeros en Afrin, pensando que ganaba de todas formas: los
kurdos y los turcos se mataban en aquella ciudad azotada.
La jugada del CENTOCOM con los kurdos
sirios para engañar a Turquía no ha funcionado: para que nadie le acusase de
cooperar los “terroristas pro PKK”, les bautizó como Unidades de Protección del
Pueblo, y después de las protestas turcas, contrató a miles de mercenarios
árabes y los introdujo en el grupo llamándole “Fuerzas Democráticas Sirias
(SDF)”. Turquía ahora también exige la disolución de esta fuerza paramilitar.
EEUU les ha ofrecido a los turcos dejar en paz a SDF, a cambio entregará la
cabeza de tres líderes de PKK, a los que ya ha puesto en busca y captura con
una recompensa de 12 millones de dólares.
Asad, en caso de permanecer el poder, no
tiene otro remedio que alcanzar un acuerdo con EEUU para reconocer una
autonomía kurda, siempre y cuando no sea dirigida por YPG, aunque seguramente
con menor autonomía que los kurdos de Irak, quienes curiosamente han establecido
una buena relación con Ankara. Pero, Erdogan no permitirá una segunda
“autonomía kurda” en Siria, a la que podrá seguir una tercera en Turquía y una
cuarta en Irán.
Mientras, el número de víctimas de esta
devastadora guerra sigue aumentando: por no tener acceso a la atención
sanitaria, al agua potable, a alimentos; por morir bajo los bombardeos (las últimas
33 personas en Deir al Zur, el 18 de noviembre, por EEUU); en el camino de la
huida del infierno, y por quedarse atrapados en las zonas controladas por los
terroristas, a pesar de que las televisiones ya silencian sus barbaridades.
La clase de Religión en la escuela
José M. Castillo S.
www.religiondigital.com / 04.12.18
La insistencia de nuestros obispos para
conseguir del poder político que la clase de religión se introduzca en los
planes de educación, como una asignatura más, es decir que sea una asignatura
obligatoria y evaluable como lo son las matemáticas o la historia, pongo por
caso, me lleva inevitablemente a pensar varias cosas que considero importantes.
Ante todo, ¿Qué religión quieren los
obispos que se enseñe obligatoriamente a los niños y a los estudiantes? ¿La
religión católica y nada más? ¿Y por qué no las demás religiones también y de
tal forma que cada estudiante pueda elegir la religión que prefiera? Es de
suponer que, si se considera que el estudio del “hecho religioso” es importante
en la educación pública, eso se haga de manera que cada estudiante se sienta
libre para elegir y practicar la religión que prefiera. De la vigente
Constitución Española, concretamente de su Art.16, no se puede deducir otra
cosa.
Por supuesto, el “hecho religioso” es
importante en la vida de los individuos y de la sociedad. Pero nunca deberíamos
olvidar que el “hecho religioso” es un “fenómeno cultural”. Esto supuesto,
quienes confeccionan los planes de estudio deberían tener presente que lo que a
ellos les corresponde es transmitir “cultura”, no imponer “creencias”. Teniendo
en cuenta que las creencias son importantes en la vida de todo ser humano. Pero
el ámbito de las creencias corresponde a la familia y a la institución
religiosa a la que cada cual pertenece. Los maestros y profesores son
educadores, no predicadores de una determinada confesión religiosa. Una cosa es
el “saber” y otra cosa es el “creer”.
No es mi proyecto, aquí y ahora, ponerme a
explicar lo propio y específico de los “conocimientos” y lo que pertenece a las
“creencias”. Sin duda alguna es importante en la vida tener esto claro. Pero si
nos metemos a fondo en ese asunto, nos exigiría un tiempo y un espacio, que
exceden con mucho lo que este artículo da de sí. Habrá otro momento para
explicar eso.
En todo caso, lo que sí me parece
importante dejar claro es que me da la impresión (y supongo que hay otras
personas que coinciden conmigo en este asunto) de que puede haber obispos que
se quedan más tranquilos si saben que en las escuelas se les está enseñando a
los niños la asignatura de religión. Con lo cual –en el mejor de los casos– lo
que se consigue es que los niños “aprendan” unos “conocimientos”, de lo que
está muy bien estudiado y demostrado, que casi todos los adolescentes se
desentienden y desinteresan por completo.
He dicho que los niños, en la clase de
religión y en el mejor de los casos, “aprenden” unos “conocimientos” de
religión. No digo que –por regla general– “integren en su vida” unas
“creencias” religiosas. Esto es mucho más infrecuente. Y, desde luego, es un
milagro que los niños se hagan “creyentes” cuando, en la familia en que crecen,
no viven ellos las creencias de una determinada religión, la que sea.
Conclusión: yo me pregunto
si el empeño de obispos, clérigos y familias por sacar adelante la clase de
religión en la escuela, es o no es un “tranquilizante” de malas conciencias,
que se sienten mejor si saben que en el “cole” les educan a los niños “como
Dios manda”.
Pues NO, ¡amigos míos! Lo que “Dios manda”
es que vivamos (hablo de los cristianos) la fe en Jesús y su Evangelio tan seriamente
y con tanta coherencia, que esa fe nuestra se contagie a quienes viven con
nosotros o cerca de nosotros. Por eso, no me puedo callar lo que tantas veces
he pensado: ¿es que un obispo, desde su
palacio, su trono y sus ornamentos, puede contagiarle a alguien la fe en la
forma de vida y las enseñanzas de aquel “niño”, que nació en el pesebre de un
establo y murió colgado de un palo como un delincuente?
El botín de las transnacionales está en Guatemala
www.rebelion.org / 271218
A la Guatemala profunda, la que cultiva caña y café como se hacía hace mil años [JS1] , se llega por carreteras endiabladas. Más de 4 horas en camioneta han empleado María Lucas, de 64 años, su hija y otros dos vecinos de Sipacapa, un municipio del departamento de San Marcos fronterizo con México, para recorrer los 65 kilómetros que separan sus casas de Santa Cruz. Acuden porque el Consejo de Pueblos del Quiché (CPK) ha convocado una asamblea con los líderes y lideresas indígenas que aun aguantan la presión de las todopoderosas oligarquías locales.
Los datos de los siete primeros meses de
este año alumbran el desastre: 137 dirigentes comunitarios agredidos, otros 22
asesinados y un número indeterminado de detenidos, todos bajo acusaciones que
las élites utilizan para aplastar una cultura confrontada con el orden del
mercado libre que engorda sus insaciables bolsillos. María, su hija y los dos
vecinos de Sicapaca son cuatro rostros más entre los cuatro millones de
indígenas sentenciados a vivir en la pobreza extrema.
La matriarca, cara arrugada y los ojos
brillantes, participa activamente en la asamblea. Es un debate muy vivo,
reflejo de los temores y la desconfianza que quedaron atrapadas en el alma de
estos mayas en la noche de los tiempos. Uno de los portavoces pide que “se
evite cualquier resistencia violencia” en las protestas periódicas que
diferentes comunidades y aldeas realizan contra la construcción de las grandes
infraestructuras proyectadas. En Huehuetenango, en Alta Verapaz, en Izabal,
Sololá o en el propio departamento del Quiché. “Porque, compañeros, ese será el
motivo que utilicen para reprimirnos aún más”, suelta a viva a voz. La cuestión
se despacha con dilación porque lo que más inquieta, de momento, son las
consecuencias de esas inmensas instalaciones cuando echan a andar. “En San
Marcos tuvimos la mina Marlin y fue terrible. Extendieron el miedo, el
paramilitarismo, la muerte y la desigualdad”, comenta María en un castellano
frágil que no le impide repetir con fuerza el nombre del engendro: “Mina Marlin”.
En 2005, la empresa canadiense Goldcorp
puso sus ojos en el subsuelo de San Miguel Ixtahuacán, una aldea pobre, fría e
inhóspita cerca de la frontera con México, para extraer oro puro de la base de
una montaña. Para ganarse el apoyo de la población, unos 35.000 habitantes, la
transnacional minera forjó una suerte de jerarquía comunitaria a base de
regalos y dinero que algunas autoridades locales aceptaron de buen grado.
Otros, como María, vieron en aquellas dádivas los ingredientes inflamables de
la codicia, la influencia y la corrupción que siempre ha utilizado el poder en
estas tierras y lo rechazaron. Quienes la siguieron, perdieron su trabajo.
La aldea enmudeció. El equilibrio social,
ya debilitado desde el genocidio perpetrado en los años 80, se rompió del todo
y la singular relación que las comunidades mayas mantienen con sus tierras
quedó marcada con fuego. La bomba que escondían aquellos gestos filantrópicos
no tardó en estallar. Cuando comenzaron a horadar la mina a cielo abierto, las
humildes casas de adobe se resquebrajaron y los ríos que abastecían de agua se
contaminaron con arsénico. Los árboles se marchitaron como si un otoño perpetuo
se hubiera apoderado de ellos y varias especies de animales desaparecieron o
simplemente sufrieron un declive tristísimo del que aún no se han recuperado. La
salud de la población se resintió tanto que a la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos (CIDH) no le quedó otro remedio que ordenar en 2010 la
suspensión temporal de la actividad minera.
Pero la dolorosa suerte de San Miguel
Ixtahuacán ya se había trazado. El coste de la canasta básica no dejó de
aumentar y el precio de la tierra se triplicó. Y con la especulación cabalgando
libre por estos caminos polvorientos llegaron las cantinas, las armas, la
violencia y el miedo. “¿Sabe usted lo que se llevaron los canadienses de allí?
¡200 libras de oro puro al día durante 9 años [JS2] !
Calcule, pues. Y de cada 100 dólares que la mina producía pagaban uno al
Estado. Imagínese”, interviene Domingo Hernández, 64 años y antiguo miembro del
Ejército Guerrillero del Pueblo (EGP) que combatió a la sangrienta dictadura de
Efraín Ríos Montt que gobernó el país a sangre y fuego entre 1982 y 1983. Para
muchos, San Miguel sigue siendo hoy el ejemplo palmario de la explotación
desenfrenada que gobierna Guatemala.
“Sepa usted que la guerra se acabó en 1996
con los Acuerdos de Paz, pero el terror ha seguido igualito. Sigue bien vivito
porque en Guatemala se elimina a los indígenas que denuncian el modelo de
convivencia, de malconvivencia, que tratan de imponernos. La cultura de la
violencia no se terminó con la paz”, añade Domingo bajando el tono de voz y
apretando los dientes. Recuerda a su amiga Lolita Chávez, a la que ametrallaron
por impedir el paso de las máquinas madereras dispuestas a arrasar los bosques
milenarios que rodean Santa Cruz del Quiché [JS3] ,
y a Bernardo
Caal.
Pero tampoco de Berta Cáceres, la
activista lenca asesinada en Honduras por oponerse al proyecto hidroeléctrico
de Agua Zarca; ni de Ovidio Xol, un joven de 20 años, desaparecido en 2014
durante la tensa expropiación de tierras ejecutada en el departamento de Alta
Verapaz para construir Renace, una de las mayores plantas hidroeléctricas de
toda Centroamérica en la que participó a la empresa Cobra, la filial
guatemalteca de ACS (España). Este complejo acaba de ser premiado por S&P
Global Platts , la biblia de la información energética y
extractivista a nivel planetario, “por el valor social compartido que
desarrolla desde hace siete años en Alta Verapaz”. Un contrasentido a tenor de
los datos oficiales.
Un informe sobre violencia del PNUD
certificó que, en lugar de un aumento del desarrollo humano, la paz firmada en
1996 trajo un agravamiento de la inseguridad en la población indígena. Según
datos de la propia policía nacional guatemalteca, la violencia homicida se ha
incrementado un 120% entre 1999 y 2006. Y la peor parte, de nuevo, se la llevan
las mujeres.
Nadie duda de que el patriarcado racista
es la gasolina que alimenta la maquinaria de la desigualdad y amordaza a las
víctimas. Una investigación realizada por el Observatorio de Multinacionales en
América Latina (OMAL) en el área rural de San Pedro Carchá (Alta Verapaz),
reportó en 2016 una veintena de violaciones sexuales perpetradas por los
trabajadores de la central Renace que andaban reparando unas torretas de alta
tensión. “La ausencia de más denuncias por parte de las mujeres violadas se
debe a que, además de vivir un fuerte trauma psicológico, sufren el drama
personal de ser las causantes de la deshonra familiar ante la comunidad”,
concluyeron sus autores. El drama no cesa. Algunas mujeres cuentan a la
asamblea relatos estremecedores de conocidos o familiares.
Sus testimonios se suceden, espontáneos.
Algunas lo hacen en lengua quiché, uno de los dialectos [JS4]
mayas más extendidos; otras se esfuerzan por expresarse en castellano.
Priscilla toma la palabra y habla en ambos idiomas con precisión y soltura. En
su discurso hace una defensa encendida de la educación “porque la cultura es el
mejor antídoto contra el engaño histórico. Lean, compañeros, lean y también
escriban, por favor”, proclama. Priscilla es joven y culta. Conoce el Popol
Vuh, la biblia q’eqchí [JS5] ,
cuya parte mitológica se desarrolla cerca de su casa. “La tierra, el aire, la
lluvia, los árboles, la energía. Esos son los referentes de nuestra cosmovisión
y los que las oligarquías están destruyendo”, explica. Ella, como casi todos
los asistentes al concurrido consejo, perdió un familiar en el genocidio
perpetrado por el ejército hace tres décadas.
Pese a recordar con todo lujo de detalles
la espeluznante noche que impuso el general Ríos Montt en estas tierras –400
aldeas arrasadas, miles de personas reubicadas a la fuerza en los llamados
“Polos de Desarrollo”, que, en realidad eran auténticos campos de
concentración, un millón de desplazados internos, más de 250.000 refugiados,
200.000 muertes, incalculables desapariciones–, Priscilla dice que aquello solo
fue el primer cimiento de lo que ha venido después. “Hoy somos un país
entregado al dinero extranjero por un gobierno corrupto que, bajo el pretexto
de modernizar el país, impone leyes que defiendan sus intereses: el saqueo de
nuestras tierras y el sometimiento a la pobreza extrema”, clama. Hay unanimidad
hacia sus palabras.
La gran aportación de los Acuerdos de Paz
en Guatemala fue la liberalización absoluta del país. Para el Banco Mundial
sigue siendo la primera economía del istmo, pero también la más desigual. Si
durante años se habló de que 22 grandes familias, todas mestizas [JS6] ,
controlaban la vida política, social y económica del país, la selección natural
ejecutada por el sistema financiero mundial en los últimos años lo ha reducido
a ocho. No es difícil conocer el motivo. En las negociaciones de paz olvidaron
detallar quién y cómo se debía gobernar un territorio poco más grande que
Andalucía, donde el 50% de la población es de etnia maya, xinca y garífuna,
abiertamente contrarios a un mercado libre que les condena.
En este escenario, la trayectoria de las
élites guatemaltecas, todos multimillonarios y muchos evangelistas, ha sido
compartir beneficios con grandes transnacionales extranjeras. Canadienses,
italianas y, sobre todo, españolas. Según el Directorio de empresas asentadas
en Guatemala, que elabora el ICEX, hay más de 120 firmas asentadas en este
pequeño país centroamericano. Y el abanico de sectores que abarcan es extenso y
variado. Desde las telecomunicaciones y el turismo al financiero y el
energético. “Encuentran muchas facilidades porque los sectores estratégicos han
sido desregularizados y, por lo tanto, son fáciles de apropiar y explotar”,
explica Jesús González Pazos, miembro de la organización Mugarik Gabe y autor de
un exhaustivo estudio sobre la realidad socioeconómica guatemalteca.
El informe también detalla las relaciones
íntimas que algunos de estos poderosos terratenientes guatemaltecos, como la
familia Gutiérrez-Bosch propietaria de la Corporación Multi Inversiones (CMI)
que agrupa a 300 empresas y es la aliada corporativa de ACS en el país, con el
Partido Popular y FAES. Fruto de estos estrechos vínculos es el nombramiento,
en 2006, de José María Aznar como doctor honoris causa en la Universidad
Francisco Marroquín, cuna de formación del liberalismo guatemalteco.
“En 2008 se produjo la muestra más
evidente de esta confluencia de intereses cuando Aznar llegó al Congreso que el
PP celebraba en Valencia a bordo de un jet privado que puso a su disposición
precisamente el dueño de la CMI, Dionisio Gutiérrez, interesado en acudir la
convención de los populares para aprender de la excelente experiencia
inmobiliaria de la Comunidad Valenciana y exportarla a su país”, afirma
González Pazos. El corolario de la gran amistad llegó en 2015 cuando la
embajada de España premió a Gutiérrez con la Orden del Mérito Civil.
Una delegación del Parlamento europeo,
entre los que se encontraba el miembro de Podemos, Xabier Benito, acaba de
visitar el país para conocer de primera mano la situación de los derechos
humanos. Tras la cadena de reuniones oficiales concertadas con miembros del
Gobierno que preside el humorista Jimmy Morales, Benito visitó Santa Cruz de
Quiché y Alta Verapaz, dos de los enclaves más golpeados por la depredación
industrial. Su conclusión es desoladora.
“Hay un incumplimiento sistemático por
parte del gobierno del derecho a la consulta de los pueblos indígenas sobre la
construcción de grandes infraestructuras que afecten los recursos comunitarios
y alteren la vida recogido en el Convenio 169 de la OIT y que Guatemala ha
ratificado. Y la negación de estas consultas se asocia a la invasión,
marginación y desposesión que han sufrido a lo largo de la historia y que ahora
se reproduce”, comenta. A todo esto, se le puede unir la ausencia de títulos
sobre la propiedad de las tierras. Es un factor de conflicto y también de
abuso.
Mauro Vay tiene 64 años y es agricultor,
aunque lleve seis años sin sembrar nada. La explotación, en los campos de
algodón, le convenció de que debía dedicarse a otros “cultivos”. Almas
rebeldes, por ejemplo. Formado por un jesuita belga [JS7]
en el compromiso cristiano con los pobres, terminó levantando al campesinado
“porque vivían en unas condiciones deplorables”. Herido durante la guerra, fue
encarcelado años después en Huehuetenango “por denunciar los atropellos de las
multinacionales eléctricas que nos secan los ríos y no garantizan la luz”. Vay
habla del caso de Cambalam I y II, en Santa Cruz Barillas, las dos centrales
fantasma, que la empresa gallega Hidralia Energía-Hidro Santa Cruz iba a
construir en 2008 avalada por un consorcio financiero en el que figuraban
Bankia y el Banco Mundial.
También cita a sus propietarios, Luis y
David Castro Valdivia, cuyos caminos empresariales por Galicia están plagados
de oscuras sombras. “La protesta fue tan fuerte que, en 2016, renunciaron al
proyecto. Pese a todo, hubo detenciones de compañeros, órdenes de captura,
gente que huyó por las montañas a México y un estado de sitio general”,
rememora. No hay que olvidar que esto es Guatemala, el país donde priman los
intereses económicos por encima de cualquier otro. Para las transnacionales
españolas es un valor seguro.
[JS1]Mal
comienzo. Hace mil años no se cultivaba café ni caña en Guatemala.
[JS2]¿Qué
datos da para probar esto?
[JS3]No
hay bosques “milenarios” rodeando Santa Cruz del Quiché.
[JS4]¿Cómo
que “dialecto”? ¿No se ha enterado el autor que el k’iche’ es un idioma?
[JS5]Realmente,
este autor no sabe de lo que habla. El Popol Wuj es llamado “la biblia
k’iche’”, no q’eqchi’.
[JS6]¿????
[JS7]No
ha habido ningún jesuita “belga” en Guatemala desde hace muuuucho tiempo, si es
que hubo alguno.
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