JEAN-GUY ALLARD
02/14/14
¿Qué tienen en
común el General norteamericano David Petraeus, el ex director de la CIA que
recientemente renunció, y Leopoldo López Mendoza, jefe de las hordas fascistas
que pretenden acabar con la obra de Chávez? Ambos están vinculados a la Kennedy
School of Government, de la Universidad de Harvard, un conocido criadero de
oficiales de la Agencia Central de Inteligencia.
Muchos elementos
en la vida de López, además de su actual actividad de provocador golpista, lo
vinculan a los órganos de inteligencia estadounidense. Hijo de una
familia que siempre prosperó en las más altas esferas de la fauna política
derechista, se identificó desde joven a Estados Unidos y a las élites del
universo imperial.
Típico hijo de
papá – de los que crecen sobreprotegidos detrás de los muros de mansiones
opulentas en los barrios más exclusivos de Caracas López fue enviado por su
familia, ya con 18 años, donde los privilegiados del sur envían a sus herederos
a comprarse un futuro.
FICHADO CIA, DEL
KENYON COLLEGE DE OHIO A HARVARD
Es así que, en
1989, el joven López desembarca en el muy exclusivo Kenyon College, en el
estado de Ohio desde el cual descubrirá a su nueva patria. Casi cinco años se
pasó en esta prestigiosa institución reservada a los ricos: el costo anual de
la prestigiosa academia para chiquitos con plata se eleva hoy día a 60 000
(sesenta mil) dólares del Tío Sam, una verdadera fortuna. La CIA no recluta a
su gente entre los pobres.
Del Kenyon
College, se sabe desde siempre que la CIA controla elementos entre sus
profesores cuya tarea es identificar a los alumnos que pudieran ser útil, tarde
o temprano, a la compañía.
De los años de la
época de la Guerra Fría, se conoce el caso famoso del poeta John Crowe Ransom
que fue considerado por la CIA como un “activo” importante cuando enseñaba en
el Kenyon College, según afirman expertos en la materia.
Su revista
literaria, Kenyon’s Review, de gran influencia entre los
intelectuales fue hasta financiada por la agencia, con fines de
penetración de este mundo de difícil acceso. Hay testimonios que Ransom
estaba ayudando a reclutar potenciales empleados para la CIA entre los
estudiantes. Uno de los alumnos de Ransom, Robie Macauley, pertenecía a la
nómina de la agencia cuando le sucedió como editor.
Tanto prestigio
tiene Kenyon en la agencia que Michael Morrell, número dos de la compañía,
además de ocupar dos veces la dirección interina, que recientemente se
jubiló después de 33 años en Langley, escogió de pronunciar ahí su primera
conferencia de oficial retirado. Entre otras cosas, Morell habló con los
alumnos de tortura, específicamente de simulacros de ahogamiento
(waterboarding).
Es difícil creer
que López, latinoamericano de familia rica, no fue monitoreado y fichado por
los activos de Kenyon.
No puede ser por
casualidad que López luego reaparece en la Universidad de Harvard otro antro
de los que sí tienen plata y específicamente en el Kennedy School of
Government, donde obtuvo una Maestría en Políticas Públicas en 1996.
DE DAVID PETRAEUS
A ANGEL CARROMERO
La Kennedy School
de Harvard es otro terreno donde andan los cazadores de cabezas de Langley.
Varios hechos lo enseñan.
Hay la historia
algo picante del General David Petraeus, jefe de la CIA y hombre de confianza
de Barack Obama en materia de inteligencia, que renunció hace poco después de
confesar sus relaciones adúlteras con Paula Broadwell. Ella se graduó en la
Academia Militar de West Point y trabajó en inteligencia militar durante mucho
tiempo. Se especializó en contrainsurgencia y análisis geopolítico. Broadwell
conoció a Petraeus mientras hacía un doctorado
en el Kennedy School of
Government de Harvard.
Petraeus desde
años frecuentaba la institución donde se sentía bien cómodo: pronunciaba
conferencias y participaba con frecuencia en debates donde se enfrentaba con
otros altos oficiales de la cúpula militar. General retirado, Petraeus se
consiguíó rápidamente otro puesto de trabajo. Es ahora profesor en la Kennedy
School.
Otros casos
confirman la palpable presencia de la agencia de Langley en los pasillos de la
Kennedy School.
El presidente de
Nuevas Generaciones del derechista Partido Popular español, el diputado Pablo
Casado Blanco, sirvió de enlace de la CIA para instruir a su subalterno Ángel
Carromero de su misión contrarrevolucionaria en Cuba. Misión que terminó con la
muerte del disidente cubano Paya al cual había entregado una fuerte suma de
dinero.
Casado que puso en
contacto a Carromero con una misteriosa corresponsal en Suecia que a su vez lo
conectó con un dirigente de derecha sueco con quien viajaría, es un puro
producto de estas grandes escuelas norteamericanas donde la CIA recluta a sus
agentes que luego sitúa en la jerarquía política de su país de origen. Abogado
formado en Madrid, Casada Blanco se graduó de la Kennedy School.
CON PLENO DEL IRI
Y DE LA USAID, FACHADAS DE LA CIA
De regreso en
Venezuela, López ocupa el cargo de Analista, Asistente al Economista Jefe y
Asesor Económico en la Coordinación de Planificación de PDVSA, la petrolera
nacional, gracias a su mamá, Antonieta Mendoza de López, quien fue Directora de
Asuntos Públicos de la empresa. Es también a una donación de su mamá que desvió
fondos de PDVSA a beneficio de las aventuras políticas de su hijo, que López
deberá más tarde su presencia ante los tribunales donde tendrá que explicar
este fraude.
Pronto el político
se conecta a la CIA, más bien a una conocida fachada de la compañía, el
International Republican Institute (IRI) del Partido Republicano, que le
extenderá luego todo su apoyo estratégico y financiero. Con este propósito,
realizó a partir de 2002 frecuentes viajes a Washington tanto a la sede del IRI
como realizando encuentros con funcionarios del gobierno de George W. Bush.
Mientras tanto se
integra a la asociación civil Primero Justicia, que luego se convertirá en
partido político que hoy encabeza su rival, Henrique Capriles Radonski. Este
otro hijo de papá también constituye un elemento del mecanismo desestabilizador
programado por la CIA, el Departamento de Estado y su embajada en Caracas.
El 11 de abril de
2002 encabeza la marcha de la oposición golpista al Palacio de Miraflores, que
provocó la muerte de decenas de personas y luego el secuestro del presidente
Hugo Chávez.
Fue entonces
implicado en el criminal arresto del ministro de Interior y Justicia, Ramón
Rodríguez Chacín. La causa judicial contra López por estos hechos fue cesada el
31 de diciembre del 2007 debido a la amnistía otorgada por el propio presidente
Chávez.
A pesar del
fracaso del plan CIA de desestabilización, López siguió desde entonces con sus
provocaciones fascistas, inspiradas de los manuales de la inteligencia yankee. A
finales de febrero de 2004, fue uno de los jefes de la guarimba de Chacao donde
era alcalde, para forzar la renuncia del Presidente Chávez, provocando más
muertos.
Frustrado por no
ocupar el puesto de líder en otros partidos, López crea luego el suyo propio,
denominado Voluntad Popular, donde da libre curso a sus ideas extremistas de
inspiración claramente nazi. También promueve las llamadas Redes Populares, una
iniciativa financiada por la USAID, con el objetivo de penetrar a las
comunidades y romper las filas revolucionarias, al reclutar personal remunerado
para las acciones desestabilizadoras supuestamente espontáneas.
López es primo de
otro agente CIA, Thor Halvorssen, autoproclamado jefe de la Human Rights
Foundation, una criatura CIA que mafió en el fracasado golpe contra el
presidente Boliviano Evo Morales, en 2009. La sucursal boliviana de la falsa
ONG de Halvorssen, era dirigida por el terrorista cubanoamericano Armando
Valladares, viejo cómplice de la agencia de inteligencia norteamericana.
Personajes como
López, en América Latina y en el mundo entero, donde el imperio lucha por sus
intereses, son raramente de generación espontánea. Nada se debe a la
casualidad. Washington tiene sus fábricas de líderes que provee a sus
mecanismos de inteligencia el material necesario para sus planes maquiavélicos.
Líderes formados en sus academias de futuros desestabilizadores de todas procedencias,
a la imagen de su amo imperial.