Desmond Brown
www.cpalsocial.org/110317
El descubrimiento
de petróleo en Guyana podría resultar en un dilema para el país sudamericano,
dado que la Comunidad del Caribe (Caricom, en inglés) y otros pequeños estados
insulares presionan para limitar la emisión de gases de efecto invernadero y
así mantener a raya el aumento de la temperatura global, según lo establece el
Acuerdo de París.
La empresa
petrolera Exxon Mobil anunció en enero de este año la perforación de un pozo de
exploración en aguas profundas que podría confirmar que el fondo marino de
Guyana contiene uno de los más ricos yacimientos de petróleo y gas natural
descubiertos en décadas.
Los expertos
calculan que uno solo de los yacimientos offshore, conocido como Liza, podría
contener 1.400 millones de barriles de petróleo y mezcla de gas natural.
Sin embargo, en
vista del cambio climático exacerbado por las emisiones de gases de efecto
invernadero, Al Binger, director ejecutivo interino del Centro de Energía
Renovable y Eficiencia Energética del Caribe, sostiene que Guyana no debería
entusiasmarse demasiado con el descubrimiento.
“Guyana se
encuentra dentro de la Alianza de Pequeños Estados Insulares (Aosis), el grupo
que lucha por mantener las temperaturas debajo de 1,5 grados, y ahora querrá
vender carbono para quemar. Pienso que va a tener que ponderarlo muy bien y
dilucidar ‘¿esto es una bendición o una maldición?’”, señaló Binger a IPS.
“Si ahora
encuentra una gran cantidad de petróleo, y básicamente para mantener las
temperaturas bajas estamos diciendo que no a los combustibles de carbono,
¿entonces a quién se lo va a vender?”, cuestionó.
“No sé cuánto va a
poder vender porque procura cumplir con los requisitos de las Contribuciones
Previstas Determinadas a Nivel Nacional (INDC) para mantener las temperaturas
por debajo de 1,5 grados”, añadió el experto.
Países de todo el
mundo adoptaron un histórico acuerdo climático internacional en la 21
Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre
Cambio Climático, celebrada en París en diciembre de 2015. Las INDC están
esbozadas públicamente en medidas climáticas posteriores a 2020 que los países
tienen intenciones de llevar a cabo según el acuerdo.
Las medidas
climáticas que se comunican en estas INDC determinarán en gran medida si el
mundo logrará alcanzar los objetivos de largo plazo del Acuerdo de París, o sea
mantener el aumento de temperatura media bien por debajo de dos grados, seguir
el esfuerzo para limitar el aumento a 1,5 grados, y lograr cero emisiones netas
en la segunda mitad de este siglo.
La consigna de
Aosis ha sido “1,5 para seguir vivos”, indicando que representa el nivel de
calentamiento global más allá del cual muchas pequeños Estados insulares
vulnerables se verán abrumados por consecuencias climáticas severas.
Los hallazgos
científicos basados en escenarios de bajas emisiones – también estudiados por
el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático en su quinto
informe de evaluación – muestran que es tanto física como económicamente
factible limitar el calentamiento a menos de 1,5 grados para 2100, luego de que
se superen temporariamente 1,5 grados en los años 2050, aunque manteniéndose
por debajo de dos grados.
Binger sostuvo que
mantener el calentamiento por debajo de dos grados requiere una acción temprana
y rápida para limitar el nivel de acción en los próximos diez años a 1,5
grados.
“Por lo que, si
hay mucho carbono, ¿qué haremos con él? Seguimos emitiendo carbono y ahora
estamos llegando al punto en que básicamente no podemos emitir más porque no
hay más espacio para él si queremos permanecer en temperaturas en las que
podamos sobrevivir”, advirtió.
Con un aumento de
temperatura media por debajo de un grado, algunas islas pequeñas ya han
experimentado impactos que incluyen la severa erosión de las costas, la
invasión de agua salada, la degradación del hábitat marino y fuertes tormentas
tropicales.
Binger explicó que
limitar el calentamiento a menos de 1,5 grados para 2100 requiere una reducción
de emisiones de gases de invernadero de 70 a 95 por ciento en relación a los
niveles de 2010 a 2050. Esto es considerablemente mayor que el 40 a 70 por
ciento necesario para mantenerlo a dos grados para 2050.
Las emisiones
totales de gases de invernadero tienen que alcanzar el cero global de 2060 a
2080 para alcanzar un aumento de 1,5 grados comparado con los dos grados entre
2080 y 2100.
“Si tenemos que
descarbonizar y tenemos que llegar a cero combustibles emisores de carbono,
entonces el único carbono que podríamos quemar sería alguna porción de lo que
capturamos”, dijo Binger.
En noviembre de
2009, Guyana hizo un trato con Noruega por el cual esta acordó pagarle hasta
250 millones de dólares durante cinco años si el país sudamericano mantenía su
bajo índice de deforestación. Fue la primera vez que un país industrializado,
consciente de sus propias emisiones de dióxido de carbono, le pagaba a un país
en desarrollo para que mantuviera sus árboles en la tierra.
Con esta
iniciativa, desarrollada por la Organización de las Naciones Unidas y la
iniciativa Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación de Bosques,
Guyana puede continuar talando árboles siempre y cuando esté protegida su
biodiversidad.
Guayana es uno de
los países más pobres de la región y las autoridades pretenden mejorar la
economía con la producción de petróleo, que esperan iniciar alrededor de 2020.
Los primeros
cálculos de expertos sobre cuánto petróleo recuperable podría tener Guyana
alcanzan a más de 4.000 millones de barriles, que a precios actuales tendrían
un valor de 200.000 millones de dólares.