Entrevista
a Tariq Ali
www.rebelion.org/051115
Zaman (Z): Dentro de tres
años se cumplirá el 50º aniversario de la “Revolución de Mayo del 68”… ¿Cuáles
son las dos cosas que han cambiado o no han cambiado en el mundo después de
medio siglo?
Tariq Ali (TA): El mundo se ha vuelto del revés. El capitalismo… a
pesar del crac de 2008, ha seguido triunfante en la mayor parte del mundo. La
resistencia no ha cesado pero las formas que ahora adopta son muy diferentes a
las del pasado siglo. Lo que merece la pena señalar es que incluso la
resistencia más radical ante el imperio y el capital –los gobiernos
bolivarianos de América del Sur- no contempló una ruptura con el capitalismo.
En Europa
Occidental, la crisis de 2008 creó nuevas aperturas y posibilitó que
aparecieran en escena nuevas formas políticas, a la izquierda o a la derecha o
transversales a ambas. El caso más espectacular de una fuerza así
catapultándose hasta el gobierno es, desde luego, el de Syriza en Grecia, que
combinó la experiencia más drástica de crisis económica, la manifiesta
responsabilidad de la socialdemocracia local en el hundimiento del país en ella
y un sistema electoral que exageró en gran medida la fortaleza real del
partido.
En el otro extremo,
Alemania ha sufrido menos con la crisis y al contar con un partido que
canalizaba la opinión a la izquierda del Partido Socialdemócrata de Alemania,
apenas ha experimentado una política organizada sobresaliente tras la crisis, a
pesar de la relativa facilidad para atravesar el umbral electoral.
En Gran Bretaña y
España, donde, la socialdemocracia en el establishment quedó manchada
por su papel al precipitar la crisis, el sistema electoral desvió la reacción
radical hacia el mismo Partido Laborista, en el caso británico, como también
ocurrió con el Partido Demócrata en EEUU; en el segundo país –donde la crisis
fue mucho más grave-, se posibilitó la aparición de Podemos como fuerza
independiente. En ambos casos, la cuestión nacionalista amenaza la unidad del
Estado (defendida tanto por Corbyn como por Iglesias), provocando en Escocia,
de lejos, la más exitosa reacción de todas las fuerzas poscrisis de Occidente:
50% de los votos en una participación electoral del 71%, comparado con el 35%
de una participación del 56% para Syriza en Grecia. En cuanto a Turquía, lo que
estamos viendo es un horror.
En Oriente Medio no
hay fuerzas progresistas con la excepción marginal del Partido Kurdo Sirio.
Clérigos de toda clase y condición determinan las acciones de las alas moderadas
y radicales del Islam. Estamos viviendo un período de derrota.
Z: En un comentario
aparecido en Sabah Daily hace muchos años, afirmabas que el AKP (Partido por la
Justicia y el Desarrollo de Turquía) no podría resolver problemas reales como
el de la cuestión kurda. ¿En base a qué llegaste a esa predicción, que ha
demostrado ser correcta, como hemos visto en los recientes acontecimientos en
Turquía? ¿Qué piensas de las muchas medidas no democráticas del AKP en los
últimos años, que son contrarias a los valores democráticos que defendían al
principio? ¿Cuáles son los peligros más serios que amenazan a Turquía?
TA: A diferencia de algunos intelectuales turcos, que alguna vez se situaron
en la izquierda, nunca me convenció Erdogan. Desde el principio mismo era obvio
que era un astuto oportunista (por decirlo de forma suave) al frente de una
partido islamista pequeñoburgués, y estaba convencido de que acabaría de mala
manera. La única alternativa que él representaba frente a los regímenes
anteriores es que depende en gran medida del ejército. Por tanto, el AKP hizo
como que pasaba por los avatares de una nueva democracia, pero el hecho de que
fuera (antes de la deserción de la banda de Gülen)
uno de los islamistas favoritos de la OTAN habla por sí solo.
Las concesiones
ofrecidas a los partidos kurdos se diseñaron para poner fin a la insurrección
armada del PKK (Partido de los Trabajadores del Kurdistán). Nada más. En
ocasiones, ya sabes, es más fácil entender un escenario político si no formas
parte de él. Aunque debo hacer hincapié en que el 99% de mis amigos turcos no
se hacían ilusiones respecto a Erdogan. Ninguna.
En cuanto a las
otras preguntas, el AKP se ha convertido en un partido gobernante normal en
condiciones anormales. La ruptura con Gülen, la corrupción a gran escala en la
que Erdogan y otros dirigentes del AKP están involucrados, el uso de la
violencia durante las protestas masivas a nivel nacional desatadas a raíz de la
ocupación de la plaza Gezi, la decisión de apoyar al ISIS y derrocar al régimen
de Asad, los recientes acontecimientos en Ankara, vinculados sin duda al
ascenso del ISIS dentro de Turquía (¿por qué el AKP no previó esto teniendo en
cuenta la historia de violencia radical islamista en el país?). Y, desde luego,
el AKP reaccionó muy mal al no obtener una mayoría [en las penúltimas
elecciones] gracias al sorprendente crecimiento del HDP (Partido Democrático de
los Pueblos) y al intento de crear un partido integrador de la izquierda turca.
La sangre derramada
en Ankara fue un ataque directo contra estas nuevas fuerzas políticas. La
hegemonía del AKP se vio rota, en primer lugar, por la división interna, más
tarde, por un levantamiento masivo y, finalmente, por unas elecciones
democráticas. La política hacia Siria de Erdogan, apoyada por la OTAN, ha
desestabilizado el país. El cáncer del ISIS está extendiéndose. No van a parar
por voluntad propia. La pakistanización está llamando a la puerta.
Z: Se está especulando con
cambios del mapa en Oriente Medio. ¿Qué clase de Oriente Medio prevés dentro de
unos diez años?
TA: Estamos siendo
testigos de una tragedia. El Oriente Medio creado por los británicos
y franceses tras la I Guerra Mundial (gracias en parte a la miope decisión de
la burocracia otomana de apoyar a Alemania en vez de permanecer neutral) está
ahora siendo destruido y vuelto a crear por el imperio estadounidense con la
ayuda de sus sátrapas locales: Israel y Arabia Saudí. La ocupación de Iraq y el
apoyo abierto a los partidos clericales chiíes ha creado una grave división
entre las dos grandes comunidades musulmanas en ese país que se ha exacerbado
en Siria, Yemen, Bahréin, etc. Es un desastre. Parece que EEUU no quiere que
exista ningún Estado soberano en la región. El modelo es crear réplicas de los
Estados del Golfo por toda la región.
Z: ¿Cuál ha sido tu
último viaje a Estambul? ¿Puedes comparar el viejo Estambul con el nuevo?
TA: He visitado Estambul muchas veces en las últimas décadas. Estuve allí
poco después de los sucesos de Gezi e intervine en el pasado en diversos
acontecimientos en Ankara, Diyarbakir, Esmirna y Estambul. La última vez que
visité Estambul fue en 2013. Un viejo cine de Istiklal estaba a punto de ser
dinamitado. Iba a ser sustituido por tiendas sin personalidad que han
desfigurado ya esta calle histórica con sus arcadas y apartamentos de la Belle
Epoque (donde hubo un tiempo en que vivieron muchas familias acomodadas de
comerciantes armenios). Había habido unas cuantas manifestaciones pacíficas
contra la destrucción del edificio que albergaba el cine, muy simbólico, con
mucha solera.
Un puente nuevo
sobre el Bósforo amenazaba con robarle al paisaje la delicada arquitectura de
una mezquita de Sinan. Eran los desvaríos de un cínico reptil que estaba
perdiendo contacto con la realidad, un megalómano obsesionado con dejar su
huella en la ciudad como si fuera un sultán otomano. Esto tuvo también otra
consecuencia. Más dinero para la industria de la construcción favorecida por el
AKP, lo que generó una serie de riquezas que acabarían en los bolsillos de sus
dirigentes.
Posdata:
Las últimas
elecciones turcas [1.11.2015] representan una
modesta victoria de la nueva derecha en Turquía. La violencia cuidadosamente
orquestada ha enviado a algunos votantes turcos corriendo apresuradamente de
vuelta hacia Erdogan hasta darle una mayoría absoluta, pero no lo suficiente
como para cambiar la constitución.
Supone el
restablecimiento del statu quo anterior. Los laicos republicanos han fracasado
de forma miserable. El progresista HDP ha descendido pero aún conserva un
número significativo de escaños en el parlamento. Se ha perdido esta batalla,
pero no la guerra. La violencia en Ankara aterrorizó a mucha gente, pero el
cultivo del ISIS por Erdogan sugiere que la desestabilización del país va a
continuar. No debemos reír ni llorar sino comprender.
Entrevista
realizada por el diario Zaman.
Tariq Ali es escritor y director de cine de origen
pakistaní. Escribe
habitualmente para The Guardian, Counterpunch, London Review of Books, Monthly Review, Z Magazine. Su último libro, publicado por
Verso, es The Obama
Syndrome: Surrender at Home, War Abroad’.
Fuente: http://www.counterpunch.org/2015/11/03/turkey-and-the-age-of-defeat/