Robert
Fisk
www.jornada.unam.mx/011016
Al
observar el insulso parloteo acerca de Medio Oriente mientras un rosado
amanecer brillaba tras las montañas sobre Beirut, el show de Trump-Clinton
me pareció una experiencia sombríamente instructiva. A escasos cientos de
kilómetros al este y sur de Líbano, cientos de personas perecen cada semana: en
Siria, en Yemen, en Irak, y sin embargo allí teníamos a los mellizos terribles
con su sonsonete de yo puedo vencer al Isis mejor que tú. ¿Es eso lo que el
mundo árabe significa para los participantes en el reality show en el
impronunciable campus universitario de Long Island?
¿Qué
fue lo que le dijo Trump a Clinton? ¡Has estado combatiendo al Isis
durante toda tu vida adulta! ¿Y qué respondió Clinton? ¡Bueno, al
menos yo tengo un plan para combatir al Isis! Después de una hora me
encontré rogando que los libaneses estuviesen dormidos entre las montañas. Por
favor, Dios, que haya apagones en Aleppo y Bagdad y Saná –sólo en estos 90
minutos, tú me entiendes– para que la gente que soporta la tragedia de Medio
Oriente no contemple cómo el próximo presidente de Estados Unidos utiliza sus
patrias como un set cinematográfico.
Él no
tiene un plan para derrotar al Isis, dijo madame Clinton. Pero ¿alguien lo
tiene? Es una pena, por ejemplo, que no hayan esbozado planes para dar
justicia, libertad y dignidad a Medio Oriente y poner fin a la política de
bombardeos y más bombardeos que ahora parece ser sinónimo de iniciativa
política en el mundo árabe. Pero claro que no, porque todo esto se acomodó en
el último tramo del show transmitido por CNN, el clímax que fue
titulado –según la fórmula manida y predecible– seguridad estadunidense.
Hubo
una muy breve mención de Bibi Netanyahu por Trump, que debió dejar
pasmados a muchos estadunidenses –excepto a los partidarios de Israel, a
quienes, desde luego, iba dirigida–, pero fue todo lo que oímos de otro pequeño
conflicto en Medio Oriente. Trivialidades y lugares comunes arracimados uno contra
otro. Clinton afirmó que Obama había frenado a los centrífugos
giratorios en Irán; no estoy muy seguro de lo que quiso decir, aunque tal
vez se refería a los derviches giradores1 que viven en la
región.
Y
luego Trump lanzó su pastelazo.
Medio
Oriente es un desbarajuste total, e Irán pronto será una gran potencia,
advirtió, como si no fuera ya una potencia importante en la región, como lo ha
sido durante unos 3 mil años. Pero ¿a qué desbarajuste en particular se
refería? ¿El desbarajuste en los hospitales de Aleppo?
¿El desbarajuste de los derechos humanos en Egipto –aunque sospecho
que la versión del brigadier general presidente Al Sissi más bien le gustaría a
Trump–, o el desbarajuste que dejó el bombardeo del hospital de Médicos
sin Fronteras en Afganistán? ¿O tal vez el desbarajuste de Palestina,
otra cuestión que gracias al cielo no fue abordada por el dúo que planea
gobernar Estados Unidos? ¿Acaso Bibi no le mencionó eso a Trump? ¿O
el desbarajuste de la OTAN, cuya matanza de serbios (y de un montón
de musulmanes de Kosovo) en 1999 fue seguida por el apoyo de la Alianza a la
guerra afgana, pero que según Trump no se enfoca en el terror?
Tenemos
que romperle la madre al Isis, y tenemos que hacerlo pronto, declaró al mundo
el gran hombre. Bueno, claro, pero ¿no hemos estado todos rompiéndole la madre
a Afganistán, Irak, Yemen, Siria, incluso Líbano (hace unos años), y logrando
el constante renacer de guerreros cada vez más despiadados, de los cuales el
Isis –el cielo nos libre de la sola idea– podría pronto producir una nueva
progenie, todavía peor?
Trump
parece creer que el Isis no existiría si Obama hubiera dejado 10 mil efectivos
estadunidenses en Irak –estrategia que sin duda el Isis habría aplaudido–,
mientras Clinton gimió que el gobierno iraquí no protegería a los soldados
estadunidenses.
Y así
están las cosas, supongo. Es tarea del mundo árabe proteger a Estados
Unidos en sus diversas ocupaciones militares, o por lo menos es tarea (sí,
sacaron a relucir esa vieja frase) de nuestros amigos en Medio Oriente. ¿Y
quiénes son esos, me pregunto? ¿Esos fantásticos sauditas que nos dieron a 15
de los aeropiratas del 11-S? Casi la única tontería que no pronunciaron Trump y
Clinton fue que el Isis nació fuera de Estados Unidos. En eso habrían estado en
terreno seguro. ¿O tal vez no? Porque sospecho que cada vez más árabes creen
que el Isis es, de hecho, un niño nacido en ese país.
1 Religiosos
sufíes que hacen meditación en una especie de danza giratoria (T.)