Las organizaciones
sociales reunidas en el Segundo
Encuentro Mundial de Movimientos Populares, en Santa Cruz de la Sierra,
Bolivia, durante los días 7, 8 y 9 de julio de 2015, coincidimos con el
Papa Francisco en que la problemática social y ambiental emergen como dos caras
de la misma moneda. Un
sistema que no puede brindar tierra, techo y trabajo para todos, que socava la
paz entre las personas y amenaza la propia subsistencia de la Madre Tierra, no
puede seguir rigiendo el destino del planeta.
Debemos superar un
modelo social, político, económico y cultural donde el mercado y el dinero se
han convertido en el eje regulador de las relaciones humanas en todos los
niveles.
Nuestro grito, el de
los más postergados y marginados, obliga a que los poderosos comprendan que
así, no se puede seguir. Los pobres del mundo se han levantado contra la
exclusión social que sufren día a día. No queremos explotar ni ser explotados.
No queremos excluir ni ser excluidos. Queremos
construir un modo de vida en el que la dignidad se alce por encima de todas las
cosas.
Por eso, nos comprometemos a:
1. Impulsar y profundizar el proceso de cambio
Reafirmamos nuestro
compromiso con los procesos de cambio y liberación como resultado de la acción
de los pueblos organizados que, desde su memoria colectiva, toman la historia
en sus manos y se deciden a transformarla, para dar vida a las esperanzas y las
utopías que nos convocan a revolucionar las estructuras más profundas de
opresión, dominación, colonización y explotación.
2. Vivir bien en armonía con la Madre Tierra
Seguiremos luchando
para defender y proteger a la Madre Tierra, promoviendo la “ecología integral”
de la que habla el Papa Francisco. Somos fieles a la filosofía ancestral del
“Vivir Bien”, nuevo orden de vida que propone armonía y equilibrio en las
relaciones entre los seres humanos y entre éstos y la naturaleza.
La tierra no nos
pertenece, nosotros pertenecemos a la tierra. Debemos cuidarla y labrarla en
beneficio de todos. Queremos leyes medioambientales en todos los países en
función del cuidado de los bienes comunes.
Exigimos la reparación histórica y un marco jurídico que resguarde los
derechos de los pueblos indígenas a nivel nacional e internacional,
promoviendo un diálogo sincero a fin de superar los diversos y múltiples
conflictos que atraviesan los pueblos indígenas, originarios, campesinos y
afrodescendientes.
3. Defender el trabajo digno
Nos comprometemos a
luchar por la defensa del trabajo como derecho humano. Por la creación de fuentes
de trabajo digno, por el diseño e implementación de políticas que restituyan
todos los derechos laborales eliminados por el capitalismo neoliberal, tales
como los sistemas de seguridad social, de jubilación y el derecho a la
sindicalización.
Rechazamos la
precarización, la tercerización y buscamos que se supere la informalidad a
través de la inclusión, nunca con persecución ni represión.
Asimismo, levantamos
la causa de los migrantes, desplazados y refugiados. Instamos a los gobiernos
de los países ricos a que deroguen todas aquellas normas que promueven un trato
discriminatorio contra ellos y establezcan formas de regulación que eliminen el
trabajo esclavo, la trata, el tráfico de personas y la explotación infantil.
Impulsaremos formas
alternativas de economía, tanto en áreas urbanas como en zonas rurales. Queremos
una economía popular y social comunitaria que resguarde la vida de las
comunidades y en la que prevalezca la solidaridad por sobre el lucro. Para esto
es necesario que los gobiernos fortalezcan los esfuerzos que emergen de las
bases sociales.
4. Mejorar nuestros barrios y construir viviendas dignas
Denunciamos la
especulación y mercantilización de los terrenos y los bienes urbanos.
Rechazamos los desalojos forzosos, el éxodo rural y el crecimiento de los
barrios marginados. Rechazamos cualquier tipo de persecución judicial contra
quienes luchan por una casa para su familia, porque entendemos a la
vivienda como un derecho humano básico, el cual debe ser de carácter universal.
Exigimos políticas
públicas participativas que garanticen el derecho a la vivienda, la
integración urbana de los barrios marginados y el acceso integral al hábitat
para edificar hogares con seguridad y dignidad.
5. Defender la Tierra y la soberanía alimentaria
Promovemos la
reforma agraria integral para distribuir la tierra de manera justa y
equitativa. Llamamos la atención de los pueblos sobre el surgimiento de nuevas
formas de acumulación y especulación de la tierra y el territorio como
mercancía, vinculadas al agro-negocio, que promueve el monocultivo destruyendo
la biodiversidad, consumiendo y contaminando el agua, desplazando poblaciones
campesinas y utilizando agro-tóxicos que contaminan los alimentos.
Reafirmamos nuestra
lucha por la eliminación definitiva del hambre, la defensa de la soberanía
alimentaria y la producción de alimentos sanos. Asimismo rechazamos
enfáticamente la propiedad privada de semillas por grandes grupos
agroindustriales, así como la introducción de productos transgénicos en
sustitución de los nativos, debido a que destruyen la reproducción de la vida y
la biodiversidad, crean dependencia alimentaria y causan efectos irreversibles
sobre la salud humana y el medio ambiente. De igual manera, reafirmamos la
defensa de los conocimientos tradicionales de los pueblos indígenas sobre la
agricultura sustentable.
6. Construir la paz y la cultura del encuentro
Nos comprometemos,
desde la vocación pacífica de nuestros pueblos a intensificar las acciones
colectivas que garanticen la paz entre todas las personas, pueblos,
religiones, etnias y culturas.
Reafirmamos la
pluralidad de nuestras identidades culturales y tradiciones que deben convivir
armónicamente sin que unas sometan a otras. Nos levantamos en
contra de la criminalización de nuestra lucha, pues están criminalizando
nuestras costumbres.
Condenamos cualquier
tipo de agresión militar y nos movilizamos por el cese inmediato de todas las
guerras y de las acciones desestabilizadoras o golpes de Estado, que atentan
contra la democracia y la elección de los pueblos libres. Rechazamos el
imperialismo y las nuevas formas de colonialismo, sean militares, financieras o
mediáticas. Nos pronunciamos contra la impunidad de los poderosos y a favor de
la libertad de los luchadores sociales.
7. Combatir la discriminación
Nos comprometemos a
luchar contra cualquier forma de discriminación entre los seres humanos,
sea por diferencias étnicas, color de la piel, género, origen, edad, religión u
orientación sexual. Todos nosotros, mujeres y hombres, debemos tener los mismos
derechos. Condenamos el machismo, cualquier forma de violencia contra la mujer,
en particular los femicidios, y gritamos ¡Ni una menos!.
8. Promover la libertad de expresión
Promovemos el
desarrollo de medios de comunicación alternativos, populares y comunitarios,
frente al avance de los monopolios mediáticos que ocultan la verdad. El acceso
a la información y la libertad de expresión son derechos de los pueblos y
fundamento de cualquier sociedad que se pretenda democrática, libre y soberana.
La protesta es
también una legítima forma de expresión popular. Es un derecho y quienes lo
ejercemos no debemos ser perseguidos por ello.
9. Poner la ciencia y tecnología al servicio de los pueblos
Nos comprometemos a
luchar para que la ciencia y el conocimiento sean utilizados al
servicio del bienestar de los pueblos. Ciencia y conocimiento son conquistas de
toda la humanidad y no pueden estar al servicio de la ganancia, explotación,
manipulación o acumulación de riquezas por parte de algunos grupos. Persuadimos
a que las universidades se llenen de pueblo y sus conocimientos estén
orientados a resolver los problemas estructurales más que a generar riquezas
para las grandes corporaciones. A denunciar y controlar a las multinacionales
farmacéuticas que por un lado, lucran con la expropiación de conocimientos
milenarios de los pueblos originarios y, por el otro, especulan y generan
ganancias con la salud de millones de personas, poniendo el negocio por delante
de la vida.
10. Rechazamos el consumismo y defendemos la solidaridad como proyecto
de vida
Defendemos la
solidaridad como proyecto de vida personal y colectivo. Nos
comprometemos a luchar contra el individualismo, la ambición, la envidia y
la codicia que anidan en nuestras sociedades y muchas veces en nosotros mismos.
Trabajaremos incansablemente para erradicar el consumismo y la cultura del
descarte.
Seguiremos
trabajando para construir puentes entre los pueblos, que nos permitan
derribar los muros de la exclusión y la explotación!