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Religiosos Jesuitas
y personas laicas que trabajan en instituciones educativas, sociales y
eclesiales de diez territorios fronterizos de América Latina y el Caribe se
reunieron en Cúcuta, en la frontera colombo-venezolana, del 22 al 24 de
septiembre de 2014 con el objetivo de compartir y fortalecer los proyectos en
estas zonas e invitar a sus instituciones a repensar su presencia en los
territorios fronterizos y promover la dignidad de las personas que allí viven.
Informe sobre los
Resultados de la Reunión sobre Experiencias Fronterizas
Del 22 al 24 de septiembre
de 2014, nos reunimos en Cúcuta, en la frontera colombo-venezolana 42 Jesuitas
y personas laicas que trabajan en instituciones educativas, sociales,
pastorales y en emisoras de radio de la Compañía de Jesús ubicadas en diez
territorios fronterizos de las Américas(1).
La reunión se llevó a cabo
con el apoyo de la CPAL. Entre los participantes estuvieron también los Provinciales
de Venezuela y Colombia, el Delegado del Sector Social de la CPAL, cinco
Asistentes Provinciales del Sector Social y una Doctora especialista en temas
fronterizos.
El objetivo de la
reunión fue impulsar la décimo cuarta línea de acción de la 1ª prioridad del
Plan Apostólico común de la CPAL que nos invita a incentivar proyectos
interprovinciales en las fronteras geográficas particularmente conflictivas y
con poblaciones vulnerables.
Como resultado de nuestra
reunión hemos podido constatar que contamos con una rica diversidad de
experiencias fronterizas ”bi” o ”tri” provinciales en las que ha
sido muy útil trabajar en red. Aprovechamos la ocasión para intercambiar
algunos de los proyectos más exitosos.
A la luz de los
planteamientos teóricos y el desarrollo del Proyecto de la Región Apostólica
Interprovincial en la Frontera (RAIF) vimos sobre todo la importancia y
necesidad de repensar, como Compañía de Jesús, nuestra presencia en los
territorios limítrofes, y nos confirmamos en que ”la tradición de los
jesuitas de tender puentes superando las fronteras es algo crucial para el
mundo de hoy” (2).
Para ello elaboramos
algunas pistas para avanzar en la constitución de plataformas provinciales
transfronterizas y creamos una instancia que dará seguimiento a nuestra
propuesta. Además hicimos un pronunciamiento público para superar
los obstáculos que constatamos para el desarrollo de territorios
transfronterizos y sobre todo el crecimiento del sujeto ciudadano
transfronterizo (3). Confiamos que El Espíritu de Jesús continuará guiando e
impulsando los pasos siguientes.
DECLARACIÓN PÚBLICA:
Instituciones
Jesuitas llaman a humanizar las fronteras
Cúcuta, 26/09/14.
Religiosos Jesuitas y personas laicas que trabajan en instituciones educativas,
sociales y eclesiales de diez territorios fronterizos de América Latina y el
Caribe se reunieron en Cúcuta, en la frontera colombo-venezolana, del 22 al 24
de septiembre de 2014 con el objetivo de compartir y fortalecer los proyectos
en estas zonas e invitar a sus instituciones a repensar su presencia en los
territorios fronterizos y promover la dignidad de las personas que allí viven.
La Compañía de Jesús ha
recibido la misión por parte de la Iglesia Católica de ir a las fronteras,
ideológicas y físicas, y discernir la presencia de Dios que desde allí le
invita a estar y trabajar con Él. Situados en las fronteras, tomamos
conciencia que los más característico de estas zonas no son las demarcaciones
que delimitan a un país de otro, sino las interacciones existentes entre las
poblaciones locales, derivadas de formar parte de una misma macro-región
natural, un intercambio poblacional y comercial histórico y, en algunos casos,
una misma población originaria.
Hemos contemplado la
presencia de Dios en todas estas interacciones que se abren paso a pesar de los
muros, los mecanismos de seguridad y los nacionalismos mal entendidos. En estos contextos
toma mayor fuerza el mensaje del Papa de que somos y queremos ser ”una
Iglesia sin fronteras, madre de todos”.
Desde hace años, la
Compañía de Jesús viene sirviendo a las comunidades fronterizas por medio
de la educación, el acompañamiento pastoral y espiritual, unos programas de
desarrollo y atención a la población migrante o refugiada. Al valorar el gran
camino recorrido, reconocemos las debilidades que debemos superar para asumir
los retos que estas regiones plantean. Estamos llamados a actuar en las
fronteras con una mirada más amplia, de forma coordinada y en red tanto al
interior como con otros actores. Todo esto nos demanda una conversión de la
mente y del corazón.
Constatamos que la
mayoría de los gobiernos nacionales no toman en cuenta las necesidades
específicas de las poblaciones fronterizas e implementan políticas que no las benefician,
con un enfoque exclusivo de seguridad nacional. A menudo las inversiones
sociales son escasas y las medidas debilitan los gobiernos y los sujetos
locales, acaban incrementando la irregularidad y la corrupción e impiden unas
relaciones transfronterizas fluidas.
Por ello llamamos a los gobiernos
a potenciar las interacciones transfronterizas a través de políticas públicas,
facilitando la regularización y la institucionalidad;
posibilitando la participación local para definir planes territoriales que
promuevan la vida digna en toda la región, iniciando por aquellos puntos que
unen a las comunidades transfronterizas.
Pedimos que se realicen las
inversiones sociales que la región requiere en materia de educación,
salud, trabajo, agua potable, vivienda, infraestructuras, etc. y que se preste
atención a las violaciones de DDHH que suceden en estos puntos geográficos,
especialmente contra las personas migrantes indocumentadas, desplazadas,
deportadas o las solicitantes de asilo.
Las fronteras son codiciadas
por diversos actores, nacionales e internacionales, con grandes intereses
económicos. A menudo prima la búsqueda del mayor beneficio en detrimento de
la población y el medio ambiente. Queriendo aprovechar la baja inversión
del Estado y el gran desempleo, se implementan proyectos empresariales que
ofrecen precarias condiciones laborales y un modelo extractivista que atenta
contra el medioambiente. Urgimos al sector privado a realizar inversiones
que respeten y potencien las dinámicas transfronterizas desde relaciones
económicas justas, equitativas y ecológicamente sostenibles.
En las fronteras existe
una rica experiencia de intercambios, pero también es cierto que en ellas
hay dinámicas sociales de ilegalidad, exclusión y de actitudes xenófobas que
ameritan ser enfrentadas con urgencia. Por ello hacemos un llamado a todas las
comunidades fronterizas y a sus organizaciones a promover relaciones fraternas,
interculturales y hospitalarias y desarrollar instituciones que aprovechen
las ventajas de su posición geográfica para el bien común, sin incurrir en la
violación de normas y leyes.
Finalmente entendemos que
el reto principal para dar importancia a la frontera es construir el sujeto
ciudadano transfronterizo: abierto a lo intercultural, protagonista de su
territorio y que contribuye a una sociedad justa, inclusiva y fraterna. Las
instituciones de la Compañía de Jesús nos comprometemos a articularnos entre
nosotros y con otras redes y plataformas transfronterizas para contribuir a
fortalecer y a promover este actor social.
Obras de la Compañía
de Jesús
En
las fronteras entre:
EE UU y México,
México y Guatemala,
Panamá y Colombia,
Colombia y Venezuela,
Colombia y Ecuador,
República Dominicana y Haití,
Colombia y Brasil y Perú
Bolivia y Chile y Perú.
EE UU y México,
México y Guatemala,
Panamá y Colombia,
Colombia y Venezuela,
Colombia y Ecuador,
República Dominicana y Haití,
Colombia y Brasil y Perú
Bolivia y Chile y Perú.