Nazanin Armanian
www.publico.es/080914
Justo cuando Rusia y
Ucrania negociaban en Minsk la OTAN anunció la formación de la Fuerza de
Respuesta Rápida en el este de Europa. Días antes Obama, el presidente gatopardo de Estados Unidos,
en lugar de utilizar el Skype para dirigirse a los líderes de los países
bálticos —socios de la OTAN— reunidos en Estonia decidió “poner sus botas sobre
el suelo” para anunciar sin rubor la nueva traición de Estados Unidos y
Alemania a los acuerdos con la Unión Soviética, ampliando las fronteras de la
OTAN hasta las puertas de Rusia.
Fue en 1990 cuando
Gorbachov, este nefasto alumno de Marx y de Lenin que no había entendido sus
primeras lecciones de parvulario —sobre todo aquella de que el “imperialismo es
inherente al capitalismo”—, aceptó sin más la promesa de James Baker y Helmut
Kohl de que la OTAN no se expandiría hacia el Este, en vez de preguntarles:
“Pero oigan, ¿no van a disolver la Alianza Atlántica ahora que he liquidado el
Pacto de Varsovia?”.
Un año después,
Washington empezó a devastar naciones enteras declarando El Nuevo Orden
Internacional desde las ruinas de
Irak a la “guerra humanitaria” contra Yugoslavia, Afganistán, Libia, Sudán o Siria, entre otros,
convirtiendo a millones de seres humanos oficialmente en “daños
colaterales” de los intereses de un consorcio económico-militar llamado
OTAN.
Que ahora EEUU pretenda modernizar la bomba nuclear B61-12 e integrarla en la aeronave de los países de la OTAN —otra violación al Acuerdo de No proliferación de Armas Nucleares con Rusia— no debe sorprendernos.
La OTAN vuelve a
engañar al mundo
El asunto central
de la reciente cumbre fue coordinar una gran ofensiva contra Rusia. El
pretexto de la nueva hazaña bélica es “salvar a los vecinos de Rusia del Adolf
Hitler eslavo”, apodo puesto al presidente Vladimir Putin por Hilary Clinton,
el mismo que usó George Bush con Saddam Husein para buscar el apoyo de la
opinión pública a su invasión de Irak, convirtiendo así el
país en el paraíso que hoy vemos.
Quizás se acuerden las
palabras de Fogh Rasmussen, el rostro de las guerras de la OTAN (junto con
Javier Solana) quien en 2003 dijo: “Irak tiene armas de destrucción masiva.
Esto no es algo que simplemente creemos, lo sabemos…”. Las imágenes borrosas de
convoys rusos invadiendo Ucrania también recuerdan el frasco de cal que
enseñaba Colin Powell en las Naciones Unidas, asegurando que era el ántrax
enviado por Saddam Husein. A Rasmussen se le olvidó contar que el mes de julio
organizaron la Operación Tridente Rápido, desde Lviv, Ucrania, que puso en
estado de alerta a Moscú.
La Doctrina Militar
revisada de la OTAN
La
histeria del Pentágono oculta otros objetivos:
1. Justificar el aumento del presupuesto de la
OTAN. En palabras de Kolinda Grabar, secretaria de la diplomacia de la
Alianza Atlántica, “mucha gente no estaba a favor de aumentar los presupuestos
de defensa. Pero hay una creciente comprensión de la necesidad de abordar los
nuevos retos que se nos presentan”. Grabar propone a los socios el ingreso del
2% de su PIB en el gasto militar, ahora que no sienten vergüenza por condenar a 72 millones de sus
ciudadanos a vivir por debajo del umbral de la pobreza.
Los halcones como Hans
Pung, presidente de Rand Europa, piden más para aumentar las capacidades de la
Alianza de luchar contra el cuchillo de cocina que utilizan los verdugos del Estado Islámico o las
piedras que tiran los “amigos
talibanes” a las mujeres y los hombres subversivos afganos.
Dinero que irá a bombas y misiles, a la propaganda dirigida a una audiencia
adulta que siente miedo a los hombres del saco (Bin Laden, Saddam, Ahmadineyad,
Putin), y también a aplastar las protestas ciudadanas por la justicia y
libertad: la militarización de la policía en los disturbios de Ferguson de
EEUU, forma parte de la llamada Iniciativa de Seguridad de Áreas Urbanas
(complemento del Patriot Act) destinada a reprimir la disidencia social y que,
como todo lo americano, será importado por los europeos.
El presupuesto de la
OTAN en 2013 era de un billón de dólares (y dicen que es poco, cuando
España, por ejemplo, gastaba 45,18 millones de euros al día en gastos militares
oficiales), y el de Rusia es de 91.000 millones.
2. Crear una poderosa OTAN 2 en
Europa del Este. Desplegar la Fuerza de Respuesta Rápida, que incluirá
baterías de misiles interceptores, instalaciones para buques de guerra,
aeródromos, campos de entrenamiento e instalaciones de radar y de ciberguerra,
busca lo siguiente:
a) Más control sobre
los países de la Europa Oriental. Tras acabar con el poder de Gadafi en Libia y
de Assad en Siria —los dos únicos países del levante Mediterráneo, que no eran
aliados— la OTAN sigue expandiéndose.
b) Convencer a los
europeos de que la Doctrina Obama de contener a China en Asia-Pacífico no
supone abandonarlos. Israel y Arabia Saudí también intentan mantener a las
tropas de Estados Unidos en la región, presentando a Palestina, Irán y
yihadistas como enemigos de la seguridad del Occidente.
c) Derrocar al
Presidente Putin alentando la oposición interna que podría acusarle de la
pérdida de Ucrania, de las sanciones y del cerco militar al país. El pentágono
no perdona la osadía de Putin por sabotear su plan de atacar a
Siria hace un año por el supuesto uso del gas químico por parte de Al
Assad. Tampoco le perdona a Putin que haya anexionado Crimea a su
territorio.
La prensa anti-Putin de
Estados Unidos cree que a pesar del actual apoyo que recibe de los ciudadanos
el presidente ruso puede ser víctima de una lucha por el poder en el seno de la
burguesía reinante y ser destituido por la élite política y la siloviki —la
fuerzas de seguridad—, como le sucedió a Nikita Jrushchov en 1964 tras la
crisis de los misiles en Cuba y las consecuencias del fracaso de su política de
convertir los desiertos de Asia Central en tierras agrícolas.
La mayoría de los rusos
no apoyan una guerra por las ciudades Donetsk y Slaviansk. Sin embargo, si cae
Putin su reemplazo no tiene por qué gustar a Estados Unidos: quien saldría
fortalecida de una eventual destitución de Putin sería la izquierda rusa, la
segunda fuerza del país. En Novosibirsk, una ciudad de 1,4 millones, el
candidato de Putin perdió ante un comunista en las elecciones a la alcaldía.
¿Pretende la OTAN abortar esta tendencia, quizás? Vladimir Putin que ha
intentado frenar el imperialismo tan destructivo de Estados Unidos, no debe
subestimar estas operaciones, ni que le monten “una revolución naranja”.
d) Desmantelar la Federación Rusa (y con ello golpear a BRICS y
todo lo que representan), entre otros motivos porque Estados Unidos no
aceptaría que una Rusia fuerte en Europa minimice su autoridad. Es más, sueña
con devolver a Rusia a la esfera de Occidente (con otro Yeltsin), condenar a
Rusia a la bancarrota económica, obligándole a una carrera armamentística sin
fin que erosionará su capacidad defensiva, para que así la OTAN —cuyo arsenal
de misiles balísticos intercontinentales está apuntando a Rusia— tenga la
posibilidad de lanzar un ataque directo. ¿Cómo? Si los socios de Europa de Este
se uniesen a una Ucrania en guerra con Rusia, eso significaría un
enfrentamiento entre la Alianza y Rusia.
e) Poner a raya a los
aliados europeos, a veces rebeldes como Alemania, sin dejar de presionar a
Finlandia —con una larga frontera con Rusia— para que ingrese en la
Organización.
f) Convertir, por vía
de urgencia, a Ucrania en socio de la OTAN y de paso apoderarse de su industria
militar —la joya de la corona—, que hace negocios con enemigos como China.
3. Fortalecer la OTAN 3, alias Consejo de
Cooperación del Golfo Pérsico (CCG), que desde 1981 sustituye a la
organización del Tratado del Centro (CENTO), disuelta en 1980 tras la caída del
Sha. La CCG alberga en sus territorios varias bases militares, miles de soldados
de la OTAN y también a las Fuerzas de Reacción Rápida (desde 2012), para acosar
a Irán. La aparición repentina de los yihadistas financiados por Arabia Saudí y
Qatar facilita al Pentágono armar aún más a los países de CCG con el objetivo
final de llevar a Irán a su órbita, por las buenas o por las malas.
4. Crear una OTAN 4 en Asia-pacífico y Asia
Central y cercar a China. Este intento de momento está frustrado.
La discrepancia entre los países anti-chinos (Japón y Corea del Sur, por
ejemplo) y sus fuertes lazos económicos con Pekín, así como la desconfianza
hacia Estados Unidos, han sido parte de los motivos de este fracaso.
En Asia central, los
países ‘Stan’, decepcionados con Estados Unidos —que solo les quería
para implantar bases militares en sus territorios—, vuelven a mirar hacia
Rusia y China y reciben importantes ventajas económicas: a excepción de
Turkmenistán, han ingresado en la Organización del Tratado de Seguridad
Colectiva (OTSC) y en la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS, un pacto
económico, social, militar y de seguridad liderado por Moscú y Pekín y que
vieron cómo dos meses después de su primer encuentro, Estados Unidos invadía
Afganistán bajo el pretexto del 11-S. Que a pesar de la promesa de
Obama, la OTAN no se
irá del estratégico Afganistán, es para asentar la base para un OTAN
4.
“Me llevo a Irán”
A cambio de dejar
Ucrania, diría el Kremlin, que anuncia la revisión de su doctrina militar y que
habrá reacciones recíprocas. Unos días antes de la cumbre de la OTAN suelta la
bomba: por fin acepta la solicitud de Irán de convertirse (junto con
Pakistán, India y Mongolia) en miembro permanente de la OCS, brindándole la protección
militar ante las amenazas de Israel-EEUU-Arabia Saudí. Será parte de la doctrina Monroe rusa.
Teherán que inteligentemente nunca apoyó a los chechenos, ni a los azerbaiyanos
chiitas en sus guerras contra el gran vecino, es para Moscú, además de un gran
mercado de armas y de tecnología, una barrera de contención frente a Occidente
en el Cáucaso.
Entre otras opciones ante la crisis de
Ucrania, el apoyo chino-ruso a los nuevos bombardeos a Irak
y Siria, ha conseguido, de momento, romper la unión de la Alianza:
Turquía no va a cooperar en destruir el Estado Islámico, ¡en el que tanto ha
invertido!
Europa dividida se une
ante un enemigo inexistente, dispara a sus propios pies, haciendo de chico de
los recados de un presidente de Estados Unidos que pretende calentar su casa de
madera utilizando las puertas y vigas del edificio como leña. El problema es
que en esta autoinmolación prenderá fuego a medio mundo.