Norberto
Ovando
www.alainet.org/090914
Uno de los
principales consultores a nivel mundial de compañías energéticas Thayer
Scudder, afirma en el The New York Times, que las represas no solo son
negativas por sus costos asociados sino que las que hoy están en construcción o
por construirse “tendrán consecuencias ambientales y socioeconómicas
desastrosas”
El prestigioso
periódico estadounidense The New York Times publicó recientemente un artículo
sobre la nueva mirada que se está produciendo en el mundo con relación a los
supuestos beneficios de gigantescos embalses fuertemente promocionados por sus
impulsores. Décadas de experiencia consignando los impactos sociales,
ambientales y económicos en las comunidades, donde este tipo infraestructuras
se han levantado, han hecho a muchos cambiar de opinión, consigna el periodista
Jacques Leslie en la edición del 22 de agosto pasado.
Thayer Scudde,
profesor emérito del California Institute of Technology ha sido uno de los más
importantes consultores a nivel mundial en grandes represas y por décadas
aseguró que cuando son construidas y gestionadas adecuadamente, podía compensar
el daño social y ambiental que causaban.
En la actualidad ha
llegado a la conclusión de que estas
no solo no vale la pena construirlas por
sus costos asociados sino que, las que están en construcción o proyectándose
“tendrán consecuencias ambientales y socioeconómicas desastrosas”.
Su opinión es
refrendada por un reciente estudio de la Universidad de Oxford impulsado por
los investigadores Atif Ansar, Bent Flyvbjerg, Alexander Budzier y Daniel Lunn,
publicado en Social Science Electronic Publishing, Inc., del 10 de marzo de
2014, donde determinaron que “los costos reales de construcción de las grandes
represas son demasiado altos para obtener una rentabilidad positiva”, esto
incluso sin considerar económicamente sus impactos sociales y ambientales no
internalizados. La investigación analizó
estadísticas de costos de 245 grandes represas construidas entre 1934 y 2007.
Como alternativa a este tipo de infraestructuras, el estudio recomienda
“opciones energética ágiles” como las provenientes del viento, sol e
instalaciones mini hidráulicas.
Los investigadores
de International Rivers Foundation (IRF), organización especializada en
promover la restauración y manejo sostenible de las cuencas hidrográficas, en
una de sus últimas investigaciones aseguran que “La fragmentación de los ríos
debido a las décadas de construcción de represas está altamente correlacionada
con la mala calidad del agua y la baja biodiversidad” y agregan que, “En muchas
de las grandes cuencas fluviales del mundo se construyeron represas hasta el
punto de provocar su grave deterioro”.
La investigación
monitoreó la construcción de las grandes represas compilando y comparando los
datos de casi 6.000 de las aproximadamente 50.000 grandes represas del mundo,
en las 50 principales cuencas fluviales del planeta.
El coordinador del
estudio Zachary Hurwitz aseveró que “La mayoría de los gobiernos, en particular
del mundo en desarrollo, no tienen la capacidad de realizar un seguimiento de
este tipo de datos, por lo que en ese sentido están a ciegas cuando adoptan
políticas relativas a la construcción de las represas”.
Otra de las
inquietudes que expresan los investigadores, ante la confluencia de la
construcción de las represas, es el impacto potencial del cambio climático en
la biodiversidad de agua dulce.
“Para los países en
desarrollo con una creciente demanda de energía, las inquietudes sobre la
construcción de las represas de gran volumen trascienden las consideraciones de
carácter ambiental o incluso social”, señaló Jason Rainey, Director Ejecutivo
de IRF.
No son rentables
Un nuevo informe
elaborado por investigadores de la Universidad de Oxford basado en el análisis
económico afirma que “Nos encontramos con que incluso antes de contabilizar los
impactos negativos sobre la sociedad humana y el medio ambiente, los costos
reales de construcción de las grandes represas son demasiado altos para obtener
una rentabilidad positiva”.
“Las grandes presas
también llevan mucho tiempo para su construcción, haciéndolas ineficaces para
resolver las crisis energéticas urgentes”. En pocas palabras, las represas no sólo destruyen el medio
ambiente y empobrecen a las comunidades locales; sino que no tienen sentido
económico.
Del análisis de 245
proyectos de grandes represas en 65 países surge que han sufrido excesos de
costo en un promedio de 96 por ciento y que la ejecución de los proyectos
sufrieron un retraso medio de 44 por ciento.
Los países pobres y
en desarrollo tienden a tener retrasos mayores, posiblemente debido a las
estructuras de gobierno débiles y economías que no son compatibles con la
construcción de grandes presas.
“Una presa es
realmente un activo inútil si no está completamente terminada ya que, no puede
usarse”
La evidencia
empírica demuestra que incluso en términos económicos, las grandes presas no
suelen ser la mejor solución energética.
Experiencia
Argentina
Como antecedente, el
ejemplo de Yacyretá, la central hidroeléctrica emprendida conjuntamente por
Paraguay y Argentina sobre el fronterizo río Paraná, demandó casi 28 años de
obras para su terminación y millonarios desembolsos, por lo que carga con el
sobrenombre de “monumento a la corrupción”. La obra había costado cerca de
11.000 millones de dólares, cinco veces más que lo previsto inicialmente,
convirtiéndola entre los “diez monumentos de obras públicas más corruptos del
mundo”.
Ahora se están
proyectando las represas denominadas originalmente Cóndor Cliff y La
Barrancosa, rebautizadas con los nombres de Pte. Néstor Kirchner y Gdor. Jorge
Cepernic, sobre la cuenca del Río Santa Cruz -el último gran río de la
Patagonia Argentina sin represas- con un costo estimado por ahora de unos 4.700
millones de dólares para una potencia de generación de 1.750.000 kW, aportando
5000 Gwh/año, el 5% de la energía anual del país; las que impactarán
fuertemente sobre la biodiversidad, la calidad del agua dulce en el área que
ocupara el embalse, también sobre las herencias arqueológicas y
paleontológicas; dejará para siempre ecosistemas borrados y paisajes
únicos que dejan de existir.
A esto deberemos
agregar el tendido de las líneas de alta tensión (500 kW) de unos 2500 kilómetros
aproximadamente hacia el Gran Buenos Aires, cuyo costo anularía la rentabilidad
del proyecto y contaminaría el paisaje, generaría campos electromagnéticos
artificiales con efectos sobre la vida y, en especial, sobre la salud humana
por donde pasará el tendido.
Peces contaminados
Según International
Waters Org., los científicos están cada vez más preocupados por la
contaminación con mercurio en los embalses y reservorios.
Los embalses
hidroeléctricos también están relacionados con la contaminación por mercurio.
Según David Evers del Biodiversity Research Institute (BRI), las represas
hidroeléctricas hacen que prospere el mercurio en las bacterias, lo cual sube
el nivel de mercurio en los peces.
Energías limpias
Las energías limpias
se obtienen de fuentes renovables de energía, también llamadas: “Fuentes No
Contaminantes o Limpias”, por no generar contaminación ni residuos en su
producción y uso. Son inagotables ya que poseen una capacidad natural de
regeneración permanente.
Según datos de
Energy Information Administration (EIA), el viento patagónico podría alimentar
una industria eléctrica con una potencia de 300 mil MW, lo que equivale a 12
veces la actual potencia instalada en el país. Y la cantidad de energía que
recibe la Tierra en 30 minutos, vía energía solar, equivale a toda la
electricidad consumida en el mundo durante un año.
Conclusión
En los países en crecimiento, es aconsejable desarrollar alternativas
energéticas ágiles que se puedan construir en horizontes de tiempo más cortos a
los megaproyectos energéticos.
Fuente:
AAPN
Por
Prof. Norberto Ovando
Presidente
/ Asociación Amigos de los Parques Nacionales - AAPN –
Experto
Comisión Mundial de Áreas Protegidas - WCPA - de la IUCN-
Red
Latinoamericana de Áreas Protegidas - RELAP -