Sanjuana Martínez
www.jornada.unam.mx/200914
Al sacerdote
Alejandro Solalinde lo han intentado secuestrar, quemar vivo, asesinar y,
recientemente, encarcelar. El fundador del albergue Hermanos en el Camino
identifica plenamente a su poderoso enemigo: “El PRI ha sido despiadado conmigo
y con los migrantes en general. No me cabe la menor duda que detrás de todo
esto está ese partido. El plan del tricolor contra mí está ligado al
plan nacional contra los mexicanos”.
Detrás del montaje
orquestado por priístas de Oaxaca le han inventado un supuesto delito, lo han
difamado y amenazado: “He sido una conciencia crítica contra el PRI, también
contra el PRD y de quien sea, porque soy parejo, pero el Revolucionario
Institucional me ha hecho mucho daño.
El PRI se está
preparando para volver a Oaxaca con más de lo mismo, con su sistema caciquil,
reprimiendo a personas como yo, minando mi autoridad moral para, en un momento
dado, ante la opinión pública, darme un golpe final, señala.
El más reciente
ataque sucedió hace unos días. Agentes del Instituto Nacional de Migración
(INM) agredieron a defensores de derechos humanos que trabajaban con el
albergue. De hecho, señala que las agresiones se incrementaron 90 por ciento, a
partir del Programa Frontera Sur (PFS), y se han registrado 57 casos de
personas víctimas de robo, extorsión, violación y lesiones.
Los migrantes están
en peligro, insiste Solalinde, y llama a la Comisión Nacional de los Derechos
Humanos (CNDH), a Amnistía Internacional (AI) y a la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos (CIDH) a que vigilen las acciones de los agentes de migración
del PFS para evitar nuevas agresiones.
Plan premeditado
El sacerdote vive en
el albergue ubicado en Ixtepec, Oaxaca, un edificio humilde, pero limpio y muy
bien organizado. Desde temprano en la cocina, atendida por los propios
migrantes, la mayoría de ellos centroamericanos, se empieza a preparar el
desayuno.
Las áreas de
dormitorios para mujeres y hombres están separadas. Y todos siguen el ritmo del
lugar que los acoge solidariamente. Solalinde prepara su misa diaria y les
expresa su amor, se sienta a platicar con ellos, les da consejos, les ofrece
información primordial para que continúen su camino hacia Estados Unidos.
En las semanas
recientes el clérigo ha estado presionado por las amenazas de políticos
priístas: No es que yo no quiera a ese partido. Estoy preocupado por lo que ha
sido y es el PRI en Oaxaca. Lo he vivido en carne propia.
Desde que decidió,
hace siete años, fundar este albergue ha sufrido el embate de ese partido: El
primero fue Felipe Girón Villalba, presidente municipal de Ixtepec, que ordenó
golpearme y meterme a la cárcel. Al siguiente año, el alcalde Gabino Guzmán
Palomec ya no mandó a nadie, él mismo fue a intentar quemar el albergue con su
síndico municipal Erasmo Carrasco Carrasquedo, quien puso sus patrullas atrás,
para que no corriéramos, y el presidente municipal, frente al albergue, con
personas armadas con palos y gasolina, quería quemar el albergue conmigo
adentro.
Solalinde no tiene
dudas: “Toda la gestión del PRI fue un infierno de persecución contra mí,
contra el albergue, con difamaciones. En ese periodo se juntaron seis amenazas
de muerte. Tuve que salir, por petición de mis superiores; me tuve que ir dos
meses para dar tiempo a que mejoraran las condiciones de seguridad y vida en
Oaxaca.
–¿Y se logró?
–No, pero yo tengo
que seguir en esta misión.
Migrantes, un
negocio
Los niños corretean
por el patio del albergue. Se acercan a Solalinde, lo abrazan, lo besan. Él les
da la bendición a todos. Sale con los migrantes a recorrer las vías para
esperar a los que vienen en el tren conocido como La Bestia.
Las vías están a
unos pocos metros de la parte trasera del albergue y por tanto el lugar ha sido
blanco de ataques tanto de funcionarios como de policías e integrantes del
crimen organizado.
“El albergue es como
un jardín, pero sobre un yacimiento petrolero. El jardín no les interesa, mucho
menos el jardinero, pero van a hacer lo que sea para poder sacar el petróleo,
que es la explotación del migrante. Hay intereses económicos de mucha
corrupción y muchos intereses políticos. Yo les estorbo en Oaxaca porque soy
una conciencia implacable denunciando todo lo malo que hay allí. Como no, si
tengo 30 años en el estado y me duele mucho lo que ha pasado.
Me duele la suerte
de los campesinos, la suerte de los indígenas; las cárceles en este momento son
una porquería, una podredumbre, son lo más horrible. Este sistema, que todo lo
toca con la corrupción, con el saqueo del erario, con el cinismo, va a seguir.
El sacerdote
recuerda el acoso durante el gobierno del priísta Ulises Ruiz, y cómo resistió
la persecución: Ulises Ruiz estaba detrás de un meganegocio con los migrantes.
Sus dos presidentes municipales en Ixtepec querían hacer un negocio con la
llegada de los inmigrantes a través de secuestros, extorsiones y de todo. Pero
les estorbe; fui y soy un estorbo para el PRI. No lo he permitido, ni lo voy a
permitir, a costa de que me hagan tantas cosas, incluso me iban a matar.
Añade: “Enfrenté a
Ulises Ruiz, no en lo personal, porque yo no tengo el disgusto de conocerlo,
pero en Washington mandó a una personera y allí en la Comisión Interamericana
de Derechos Humanos, el 20 de marzo de 2010, le dice al relator: El señor
gobernador Ulises Ruiz lo único que pide es que desaparezca el albergue o en su
defecto que se ponga al otro lado del puente.
En ese momento
Solalinde intervino haciendo preguntas claves: ¿Por qué se va a quitar? ¿Acaso
estorba para los negocios que quiere hacer el señor gobernador para explotar a
los migrantes, para secuestrarlos y hacerles de todo? Señora, dígale al señor
gobernador que sobre mi cadáver va a pasar. Yo le expliqué al relator Rodrigo
Escobar la zona despiadada de explotación y esclavitud y trata que querían
formar. Por eso se puso peor la situación. Ahora Ixtepec ha cambiado de
partido. Está el PRD, ya no nos ataca, y ha tenido buena voluntad en acercarse
a nosotros.
La última embestida
que ha recibido Solalinde tiene que ver con una venganza de funcionarios
priístas. Cuenta que el cacique priísta José Raymundo Fabián, del Bajo Mixe,
quien asegura los votos para el PRI e hizo ganar al diputado Samuel Gurrión, se
puso de acuerdo para inventarle supuestos delitos.
El diputado se ha
lanzado con todo contra mí, diciendo que yo era tratante de menores, traficante
de personas y exige a las autoridades y a la Iglesia católica que me
investiguen. El cacique me acusa de ser el autor intelectual de un secuestro a
su persona. ¡Imagínese!
La cárcel es una
posibilidad, dice de manera resignada, particularmente porque en los meses
recientes se ha convertido en presos políticos al yaqui Mario Luna y al doctor
José Manuel Mireles, cuya defensa de este último generó más amenazas.
Al día siguiente que
encarcelan a Mireles surgieron más amenazas. Cuando a Mireles lo meten a la
cárcel sembrándole armas y droga con la táctica que ya sabemos, inmediatamente
empieza en ese momento esta campaña de desprestigio en mi contra. No es
casualidad. Entendí la porquería que es el PRI.
Añade: “El doctor
Mireles fue traicionado por el Ejército, porque fue una traición, eso demuestra
una doble moral del gobierno de Enrique Peña Nieto. Bien que lo usó para sus
fines de meter a (el comisionado Alfredo) Castillo, pero después le dieron su
patada.
“Mireles iba a
bloquear el paso de drogas y materiales de comercio negro por el puerto de
Lazaro Cardenas, dándole un golpe muy fuerte a la economía del cártel de
Los caballeros templarios, y allí ya no lo resistió el gobierno, por eso
intervino, para salvar las finanzas de los templarios y de La Tuta.
“¿Por qué no
detienen a La Tuta? ¿Qué no dan una? ¿O qué no saben dónde está? Que
liberen a Mireles para que detenga a La Tuta. ¿A poco hay diferencia
entre los cárteles de la droga y un Estado maquiavelico que se vale de
todo?”
–¿No teme que le
siembren armas o le inventen un delito?
–Yo no tengo miedo.
A Jesús se lo hicieron, ¿por qué no me lo van a hacer a mí? Jesús era la
persona más inocente, le pusieron testigos falsos y le sembraron todo lo que
quisieron. Finalmente lo llevaron a la muerte siendo inocente, no tenía más
culpas que haber dado la vida por todos nosotros.
–¿Usted no tiene
miedo?
–No. Me lo van a
hacer en la medida en que este pueblo no despierte y le sigan cerrando la boca
con tarjetas Monex, o con despensas de Soriana o comprando o abusando de su
necesidad. La dictadura de este gobierno va a durar el tiempo que nosotros
tardemos en tomar conciencia para cambiar las cosas con unidad, en red y con
mucha decisión.
–¿Está preparado
para la cárcel?
–No tengo miedo a la
cárcel. Si me meten a prisión, no voy a callarme por más calentadas, por más
torturas; no me voy a callar. Mi conciencia es inabollable. El Estado mexicano
tortura, desaparece y ejecuta extrajudicialmente. Nos enfrentamos a un Estado
corrupto. Tengo una vida amenazada, lo acepto, pero no me roban la paz.
–¿Y su vida?
–Mi vida es un juego
de naipes, cada intento por eliminarme, por quitarme a como dé lugar, es una
carta que echan, y el último recurso será matarme. Es un costo político muy
alto y espero que Enrique Peña Nieto asuma el costo de mi vida, como Plutarco
Elías Calles, nuestro proveedor más grande de mártires mexicanos, un mandatario
asesino, perseguidor, que ha sido el papá del PRI.
–Entonces, ¿cómo
pasará Enrique Peña Nieto a la historia?
–Peor que Plutarco
Elías Calles.