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Una imagen vale más
que mil palabras y esto es probablemente lo que los partidarios de Israel
esperaban con su último anuncio en el New York Times.
Dos fotografías se
presentan, una a lado de la otra. En una, titulada EIIL, está la ahora imagen
icónica de un arrodillado James Foley, custodiado por un verdugo con capucha
negra, en espera de su terrible destino. La otra, titulada Hamás, es una escena
de Gaza, donde un asesino enmascarado de manera similar está parado al lado de
dos víctimas, que se encogen de miedo.
Un titular diciendo
"Este es el rostro del Islam radical" trata, al igual que las
imágenes, de equiparar las dos organizaciones.
Hemos escuchado esta
orientación en varias ocasiones, desde que el primer ministro de Israel,
Benjamin Netanyahu, tuiteó "Hamás es EIIL" después de que el video de
la decapitación de Foley salió al aire. La semana pasada, en un discurso
dirigido a la familia de Steven Sotloff, última víctima de EIIL, llamó a Hamás
y a EIIL "tentáculos de un terrorismo islamista violento".
La representación de
Netanyahu de Hamas e EIIL, o estado islámico, como "ramas de un mismo
árbol venenoso" es una parodia de la verdad.
Los dos tienen
proyectos políticos totalmente diferentes, de hecho, opuestos. EIIL quiere
volver a una supuesta era de dominio islámico puro, el califato, cuando todos
los musulmanes estaban sujetos a las leyes de Dios (la sharia). Dado que los
musulmanes se encuentran actualmente en todos los rincones del mundo, la
implicancia es que el EIIL busca, en última instancia, la dominación del mundo.
Los objetivos de
Hamas son decididamente más modestos. Nació y continúa como un movimiento de
liberación nacional, tratando de crear un Estado palestino. Sus miembros pueden
estar en desacuerdo sobre los límites territoriales de ese Estado, pero incluso
el más ambicioso no espera más que las fronteras históricas de una Palestina
que existían hace unas décadas.
EIIL pretende barrer
Palestina y todos los demás estados árabes de la región. Esa es la clave para
la interpretación de los muy diferentes, si igualmente brutales,
acontecimientos representados en las dos imágenes.
EIIL mató a Foley
vestido con mono naranja al estilo Guantánamo, puramente como espectáculo, un
mensaje gráfico al mundo de su amenazante agenda. La crueldad de Hamas estaba
dirigida a aquellos de Gaza que colaboran con Israel, lo que socava cualquier
esperanza de liberación palestina de la ocupación de Israel.
La ejecución
extrajudicial de los colaboradores puede resultar desagradable, pero tiene una
larga tradición entre los movimientos de resistencia que luchan las guerras
asimétricas. Los militantes entre los revolucionarios marxistas de América
Latina y los nacionalistas católicos de Irlanda, así como la resistencia de los
aliados en la Europa nazi y la resistencia judía contra los británicos en
Palestina, no tenían ni un musulmán en sus filas pero castigaban brutalmente a
quienes los traicionaban.
EIIL reportó que
20.000 soldados de a pie han tomado rápidamente franjas de Irak y Siria en una
campaña criminal e intransigente contra todo aquel que rechaza no sólo el Islam
sino además su interpretación específica del mismo.
Hamas - dividido
entre facciones políticas y militantes - se ha mostrado pragmático y
responsable ante el público palestino. Ganó las últimas elecciones nacionales,
en 2006, y después de su reciente lucha contra Israel en Gaza es, con mucho, el
movimiento palestino más popular.
A pesar de estar en
control de Gaza desde hace ocho años, no ha implementado la sharia ni tomó a la
comunidad cristiana como objetivo de sus ataques. En cambio ha formado
recientemente un gobierno de unidad con sus rivales políticos seculares en
Fatah, y ha estado más que dispuesto a negociar con Israel.
Según los informes,
el líder de Hamas, Khaled Meshal se ha unido a Mahmoud Abbas, el líder de la
Autoridad Palestina, para exigir el Estado palestino más diminuto posible,
dentro de las fronteras de 1967.
La derecha
fundamentalista de Netanyahu es la que se niega a negociar con Hamas o Abbas.
Igualando un
movimiento de resistencia popular como Hamas con el EIIL, Netanyahu ha dejado
pegados a todos los palestinos con los extremistas islámicos sanguinarios. Y
aquí llegamos a la verdadera meta de Israel queriendo equiparar los dos grupos.
La comparación de
Netanyahu tiene un paralelo reciente. Inmediatamente después de los ataques del
9/11 en los EE.UU., Ariel Sharon hizo una equivalencia similar entre al-Qaeda y
el fallecido líder palestino Yasser Arafat.
Funcionarios de
inteligencia de Israel, incluso llamaron a la destrucción de las Torres Gemelas
de un "milagro de Hanukkah", una opinión compartida por Netanyahu
años más tarde, cuando describió el ataque como beneficioso, añadiendo que
había "movido a la opinión pública norteamericana a nuestro favor".
Todos ellos
entendieron que el 11.09 había replanteado el debate sobre lo que habían
inspirado los acuerdos de Oslo sobre la necesidad de un Estado palestino en vez
de una entidad que gire alrededor de un eje del mal –terrorismo– en Oriente
Medio.
Sharon se deleitaba
en llamar a Arafat el jefe de una "infraestructura del terror",
justificando el aplastamiento de Israel a la segunda intifada.
Del mismo modo, los
esfuerzos de Netanyahu están diseñadas para desacreditar a todos - no sólo la
variedad Islámica – los movimientos de la resistencia palestina a la ocupación
israelí. Tiene la esperanza de ser el socio silencioso en la nueva coalición de
Barack Obama en contra del EIIL.
Aaron David Miller,
asesor de varios gobiernos de Estados Unidos en las negociaciones entre
israelíes y palestinos, advirtió en la Política Exterior de la semana pasada
que el crecimiento del EIIL supondría un serio revés para las esperanzas
palestinas de tener un Estado - un punto casi dejado de lado por las muchas
mayores por la creación del EIIL, que la difícil situación de los palestinos
expresada por los delegados de la Liga Árabe en la reunión de esta semana en El
Cairo.
Se vio en un show de
la televisión israelí cómo Netanyahu espera seguir Sharon en explotar esta
oportunidad, cuando la inteligencia israelí reveló un supuesto complot de Hamás
para lanzar un golpe contra la Autoridad Palestina.
El interrogatorio de
funcionarios de Hamas, sin embargo, sólo mostró que se estaban preparado para
la posibilidad de la finalización del gobierno de la Autoridad Palestina en la
Ribera Occidental, ya sea a través de su colapso bajo la presión de Israel o a
través de una entrega de llaves por parte de un Abbas desilusionado de Israel.
Pero habladurías de
golpes de estado de Hamas fueron fusionadas con otras suposiciones, incluso
historias más salvajes, como declaraciones de la semana pasada del ministro de
Relaciones Exteriores Avigdor Lieberman afirmando que se habían formado células
de EIIL en Cisjordania y dentro de Israel. El Ministro de Defensa Moshe Yaalon
subrayó esta narración cuando apresuradamente calificó al EIIL como una
organización "proscrita".
Todo esto alarmismo
está diseñado tanto para socavar aún más el gobierno de unidad palestina entre
Hamas y Fatah, como para impedir sancionar la conducta de Israel por pintar un
cuadro donde Israel se posicionó después del 9/11, en la primera línea de una
guerra contra el terrorismo global.
"Las demandas
de Israel para una continua presencia israelí [en Cisjordania] y para prolongar
un período de suspensión de la retirada, sólo se endurecerán aún más",
escribió Miller.
En realidad, Israel
debería compartir una causa común con los líderes palestinos, de Fatah y Hamas,
en contra del EIIL. Pero, como siempre, Netanyahu renunciará a los intereses a
largo plazo de su país para obtener una ganancia a corto plazo en su guerra sin
cuartel por mantener a los palestinos sin estado.