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Lo
horrible de los Dos Minutos de Odio no era que te obligaran a participar, sino
que era imposible evitarlo… Un éxtasis de miedo y venganza, un deseo de matar,
de torturar, de aplastar cabezas con un martillo, parecía recorrer a todos los
presentes como una corriente eléctrica, convirtiéndolos –incluso contra su
propia voluntad– en locos vociferantes y gesticuladores. (George Orwell, 1984)
Por lo tanto Obama,
Merkel, Cameron, Hollande y el Primer Ministro italiano Matteo Renzi
–llamémoslos los Fab Five [Fabulosos Cinco]– se comunican por videoconferencia
para armarse de valor y “aumentar la presión” pidiendo un cese al fuego en
Gaza. Más tarde, ese mismo día, Benjamín “Bibi” Netanyahu, presenta su
respuesta, en lenguaje normal: insiste en lograr su versión de una Solución
Final para Gaza. [1] Con o sin “presión”.
Por lo tanto ¿qué
les queda a los Fab Five después que sus ilustres traseros colectivos son
solemnemente pateados? ¡Deciden dejar de lado Gaza y en su lugar sancionar a
Rusia, ¡de nuevo! ¿Qué brillante es esa estrategia de salida?
Ese espectacular
cero a la izquierda, Tony Blinken, quien sirve al mismo tiempo como consejero
adjunto de seguridad nacional de Barack Obama, se ha esforzado por destacar a
los medios corporativos occidentales que la revoltosa turba de basura europea
está ahora “determinada a actuar”. No, no contra Israel debido a Gaza; contra
Rusia debido a Ucrania. Qué adorable simetría orwelliana: Los Dos Minutos de
Odio ampliados de Israel contra los gazatíes se transforman en los Dos Minutos
de Odio ampliados de “Occidente” contra Rusia, reflejando los Dos Minutos de
Odio ampliados de Kiev hacia los ucranianos orientales.
Ni siquiera
Hollywood podría urdir una intriga semejante; Israel se sale con la suya con el
asesinato masivo ilegal y premeditado de civiles, mientras Rusia es acusada por
un asesinato aéreo de civiles (en menor escala) que contiene todos los
componentes de ser urdido por los vasallos en Kiev de los “socios” occidentales
de Rusia.
He denunciado cómo
sanciones, sanciones, sanciones es la única e inimitable “política” oficial del
gobierno de Obama respecto a Rusia. Fuera de las próximas sanciones de la Unión
Europea, EE.UU. irá acumulando –qué iba a ser– más sanciones. Después de todo,
Washington está tan “preocupado” de que Moscú invadirá tarde o temprano
Ucrania; que segura, y finalmente, responderá a todas esas plegarias de “en
Dios confiamos”.
Dónde nos
encontramos
Sigamos los hechos.
Washington dijo de inmediato que un misil del presidente ruso Vladimir Putin
derribó el MH17. Juraron que tenían evidencia. Como en “Lo sabemos. Confiad en
nosotros.” Lo menos que muestra el registro histórico de los últimos años es
que no se puede confiar en ellos. Nunca hubo evidencia alguna. Solo
deformaciones de la realidad.
Moscú, a través del
Ministerio de Defensa, presentó pruebas contundentes. Y pidió una investigación
internacional imparcial. Washington lo ignoró todo – el pedido y las pruebas
contundentes.
La Armada de EE.UU.,
atestada de radares de defensa de misiles de última generación, ha estado en el
Mar Negro durante meses. De la misma manera que los rusos, han rastreado cada
partícula volando sobre Ucrania. La NSA se concentra en inteligencia de
señales; la Agencia Nacional de Inteligencia Geoespacial se ocupa de fenómenos
en el campo de la imaginería; la Agencia de Inteligencia de la Defensa agrega
Humint (inteligencia humana); existe la CIA; y hay el clarividente, sabelotodo
Director de Inteligencia Nacional. ¿Cómo es posible que este aparato de
Dominación de Espectro Completo de millones de millones de dólares no pueda
presentar una sola pieza de evidencia concluyente?
La única “evidencia”
risible presentada hasta ahora muestra la ensalada de acrónimos de agencias de
inteligencia de EE.UU. pasando su tiempo leyendo blogs y tuiteando. Como en el
caso del jefe del Departamento de Estado en Kiev tuiteando imaginería satelital
que según el New York Times “probó” que Rusia está bombardeando Ucrania
desde el otro lado de la frontera. Los proverbiales “altos funcionarios
estadounidenses” incluso tuvieron que admitir lacónicamente de modo oficial que
no tienen prueba alguna del “misil de Putin”. Si la tuvieran, la OTAN estaría
lista para voltear hamburguesas en la Plaza Roja.
Sobre la base de la
cantidad de información que existe ahora, la mayor probabilidad de lo que causó
la tragedia del MH17 es fue un misil aire-aire R-60M lanzado desde un Su-25
ucranio –y no un BUK (también existe la posibilidad de una doble apuesta;
primero un R-60M y luego un BUK). El R-60M es muy rápido, con una distancia de
combate ideal de hasta cinco kilómetros. Es la distancia a la cual el Su-25
detectado por los rusos (ellos mostraron los gráficos) se encontraba del MH17.
SBU –el servicio de
inteligencia ucranio– por su parte confiscó las grabaciones de la torre de
control de Kiev hablando con el MH17. Ciertamente explicaría por qué el MH17
sobrevolaba una zona de guerra (Malaysian Airlines reveló que fueron obligados
a hacerlo). Se puede apostar sumas elevadas a que actualmente las grabaciones
están siendo “adulteradas”.
Además existen las
cajas negras, que no serán decodificadas por los malasios o por los holandeses,
sino por los británicos –actuando bajo órdenes de Washington. Como resumió el
bloguero The Saker, el punto de vista de máximos especialistas rusos es que
“los británicos permitirán ahora que la NSA falsifique los datos y esa
falsificación será coordinada con el SBU en Kiev, que finalmente publicará las
grabaciones que ‘confirmarán’ plenamente la ‘autenticidad’ de las grabaciones
modificadas por la NSA provenientes del Reino Unido”. Para que todo sea más
agradable al gusto, y eliminar sospechas sobre jugadas sucias
anglo-estadounidenses, será anunciado por los holandeses. Hay que alertar a
todos.
A los jefes de la
OTAN, por su parte, se les hace agua la boca. Las fuerzas/milicias de Kiev
realizarán “ejercicios conjuntos” con la OTAN en Ucrania dentro de
aproximadamente un mes, el 1 de septiembre; se aplica una alerta roja, porque
es para cuando el presidente ucranio Petro Poroshenko dijo que la limpieza
étnica a cámara lenta del Donbass habrá terminado.
En cuanto al ángulo
R2P (responsabilidad de proteger), suena bastante improbable. Es verdad, Moscú
siempre puede decir que a menos que termine la limpieza étnica a cámara lenta
del Donbass, reconocerá las Repúblicas de Donetsk y Luhansk. En ese caso, Moscú
estará repitiendo Abjasia y Osetia del Sur; un R2P de facto respaldado por
fuerza militar.
Según el derecho
internacional –que, a propósito, Washington nunca respeta –esto no es lo mismo
que “invadir” Ucrania. La francamente temible Samantha Power, la embajadora de
EE.UU. ante las Naciones Unidas, obviamente enloquecería– pero eso es una dosis
de su propia medicina. Ciertamente sería comparable con lo que los
estadounidenses están haciendo a favor de esos salafistas-yihadistas en Siria;
y mejor todavía, con lo que EE.UU. hizo en Kosovo.
Los buitres de los
50.000 millones de dólares
Y ahora, por encima
de las sanciones, Moscú también tiene que enfrentar un masivo intento de robo
de 50.000 millones de dólares. La Corte de Arbitraje Internacional en La Haya
determinó que el acoso de Yukos y de su principal accionista, Mikhail
Khodorkovsky, hace una década, fue políticamente motivado. Moscú no puede
apelar –pero recurrirá a todas las posibilidades legales para tratar que este
dictamen sea “desestimado”.
Ahora bien, lo que
es político es la propia decisión en La Haya. Khodorkovsky fue encontrado
culpable no solo por el sistema judicial ruso sino también por la Corte Europea
de Derechos Humanos. Los accionistas de Yukos y Menotep fueron y siguen siendo
un montón de gángsteres oligárquicos –para no decir más.
Por lo tanto ahora
el Imperio del Caos vuelve a entrar en acción, manipulando un tribunal holandés
después de robar literalmente el oro alemán y de multar a Francia por vender
barcos de guerra a Rusia. En este caso, sin embargo, “Occidente” tiene más
inversiones en Rusia que el gobierno ruso en Occidente. La retribución sería un
coñazo –como ser que Moscú, por ejemplo, congelara todas las inversiones
energéticas de EE.UU. y de la UE especialmente en la nueva frontera ultra
lucrativa, los campos petrolíferos del Ártico. Las grandes petroleras
occidentales nunca permitirán que esto suceda.
Esto podría
continuar eternamente. El balance final: el Estado ruso simplemente no
permitirá que se le robe mediante un dictamen sospechoso por cuenta de un
montón de oligarcas. Al mismo tiempo, se puede argumentar que no solo el
Regreso de los Muertos Vivientes (neoconservadores) sino también de secciones
sustanciales del Estado oculto en Washington DC y su área –así como la plutocracia
“occidental”– quieren provocar tarde o temprano algún tipo de guerra de la OTAN
contra Rusia.
Y en otra línea
paralela, los rumores en Moscú dicen que el Kremlin considera que esta
prolongada batalla post-Yukos solo es una ocurrencia tardía en comparación con
la guerra económica que está a punto de convulsionar Europa y terminar por
enfrentar a Europa contra Rusia: exactamente por lo que reza –y trabaja– el
Imperio del Caos– ¿”Dos Minutos” de Odio? Hablemos de horas, días, semanas y
años.
Nota:
1.
Netanyahu: “Estamos preparados para una operación de gran dimensión en Gaza”. The Jerusalem Post , 28 de julio de 2014.
Pepe Escobar es autor de Globalistan: How the
Globalized World is Dissolving into Liquid War (Nimble Books, 2007), Red
Zone Blues: a snapshot of Baghdad during the surge (Nimble Books, 2007), y Obama
does Globalistan (Nimble Books, 2009). Contacto: pepeasia@yahoo.com