Enrique Mireles, S.J.
www.cpalsocial.org/120217
Los jesuitas de la Sierra
Tarahumara han acompañado al pueblo rarámuri durante años. En los últimos, el
proyecto apostólico de provincia señala como prioridad revitalizar la cercanía,
compromiso y servicio a quienes viven en las nuevas fronteras de la exclusión,
especialmente migrantes e indígenas.
La iniciativa del Centro
Cultural nació en la comunidad rarámuri de La Gavilana, municipio de Batopilas,
Chihuahua, en el año 2011, cuando las familias les preguntaron a los jesuitas:
¿por qué ustedes no les enseñan a leer y escribir a los niños?
El sistema educativo de la
Sierra Tarahumara es un tanto limitado y en muchos casos genera desarraigo
cultural debido a que no se toma en cuenta el contexto y las costumbres.
Algunos maestros no hablan la lengua rarámuri o no están capacitados para ello.
En comunidades como La Gavilana, los niños terminan sus estudios de primaria
lamentablemente sin saber escribir su nombre.
La propuesta
de los Centros fue madurando hasta que en 2013 el equipo de laicos y jesuitas
de la Parroquia de San Miguel de Guaguachique comenzó a pedir financiamiento
para llevar a cabo el proyecto. A finales de 2014 inició labores el Centro
Cultural Luis Felipe Gallegos, S.J. en La Gavilana. A inicios de 2016 comenzó a
trabajar el Centro Cultural Ernesto Uranga, S.J. en Pamachi, Mpio. de Urique,
Chih. Recientemente –inicios de 2017- emprendió su labor el Centro Cultural
Carlos Díaz Infante, S.J. en Guaguachique, Mpio. de Guachochi, Chih.
Los Centros Culturales
complementan la educación pública. Su objetivo es fomentar espacios de
profundización de la vida y cultura rarámuri, por medio de la alfabetización,
actividades artísticas y musicales, para que niños, niñas y jóvenes indígenas
puedan desarrollar aptitudes que faciliten una mejor interacción dentro y fuera
de su cultura sin perder su identidad.
Los niños y jóvenes
rarámuri, al ser alejados de sus raíces culturales, se vuelven vulnerables
frente a nuevos referentes de identidad como la narcocultura presente en la
región. Los rarámuri son perjudicados por el abuso y discriminación de caciques
o grupos del crimen organizado que se aprovechan del analfabetismo y la
pobreza. Asimismo, muchos rarámuri migran en busca de trabajo a las ciudades o
a los campos de empresas agrícolas, donde son víctimas de explotación.
El proyecto busca ser un
apoyo para los rarámuri frente a las problemáticas socioculturales y económicas
de la región que afectan la vida comunitaria y su organización. En los Centros
Culturales se busca fortalecer el derecho de todos los niños a tener una
educación de calidad conforme a su cultura, lengua e historia; se pretende
fortalecer el derecho que tienen los pueblos indígenas de reforzar el manejo de
su lengua materna, proteger sus formas de vida, tradiciones y creencias. Los
Centros buscan fortalecer las formas de organización comunitaria, a través de
una educación apegada a su cultura, de modo que puedan tomar decisiones que
favorezcan la vida digna, el cuidado de su territorio y del medio ambiente.
Los Centros de las
comunidades de La Gavilana y Pamachi han beneficiado el aprendizaje de niños,
niñas y jóvenes. Actualmente asisten en promedio 40 niños al Centro Cultural de
La Gavilana y 30 al Centro de Pamachi. Indirectamente se han beneficiado 50
familias en La Gavilana y 40 en Pamachi con los trabajos comunitarios en torno
al Centro Cultural.
Consideramos necesario y
urgente continuar con el apoyo educativo al pueblo rarámuri, lo cual es muy
propio del carisma de la Compañía de Jesús. La apertura del Centro Cultural en
la Comunidad de Guaguachique responde a esta necesidad. Asimismo, estamos
planeando para 2018 la apertura de un nuevo Centro en la comunidad de
Samachique, Mpio. de Guachochi, Chih. y sede actual de la Parroquia.
En este
momento colaboran ocho maestros bilingües en los Centros Culturales. Tres de
ellos trabajan reforzando la cultura principalmente en el área de alfabetización
en la comunidad de La Gavilana. Los otros cinco se ocupan de reforzar la
cultura en Pamachi y Guaguachique desde actividades artísticas como música
tradicional, dibujo, artesanías y uso de herramientas como la computadora.
Los niños pueden expresar
las creencias rarámuri por medio de la pintura y el dibujo. También se les
motiva a participar en las fiestas tradicionales a través de la danza y la
música. Se trabaja con los niños la elaboración de manualidades y artesanías.
Este trabajo se puede realizar gracias a la participación de la gente de cada
comunidad que intervienen en la dinámica de los Centros Culturales como
consejeros de vida.
Los Centros Culturales
están a cargo del equipo de jesuitas y laicos de la Parroquia San Miguel de Guaguachique,
con sede en Samachique. El proyecto depende administrativamente del Complejo
Asistencial Clínica Santa Teresita AC (CACSTAC), obra de la Provincia Mexicana
de la Compañía de Jesús en la Tarahumara, con sede en Creel, Chihuahua.
Ponemos nuestra esperanza
en Dios y en la comunidad rarámuri para que el trabajo de los Centros
Culturales produzca frutos abundantes para el bien de su cultura, organización,
territorio y medio ambiente. El proyecto de los Centros es un proceso a largo
plazo. Compartiendo esfuerzos esperamos juntos colaborar en la transformación
de la realidad de la Sierra Tarahumara.