Guillermo Castillo
Ramírez
www.alainet.org /
200417
Junto a las
deportaciones y el incremento de la criminalización del migrante, uno de los
ejes más visibles y polémicos de la política migratoria del actual gobierno
estadounidense ha sido la iniciativa de la construcción del muro.
Entre las razones de
la administración gringa para la construcción del muro se encuentran detener la
migración mexicana, controlar las actividades del narco-crimen organizado y
contener las amenazas a la seguridad nacional. No obstante, estas iniciativas, lejos
de basarse en una lectura histórico-estructural y sociopolítica de estos
procesos fronterizos, se fundamentan en prejuicios xenófobos. Los muros, que ya
existen en ciertos cruces fronterizos –por ejemplo Tijuana/San Isidro y Ciudad
Juárez/El Paso-, no han servido para frenar la migración, que durante el cambio
de siglo se incrementó debido a las reformas neoliberales y a la demanda de
mano de obra de Estados Unidos (EU); sólo sirvieron para incrementar
exponencialmente el número de muertes de migrantes.
Tampoco redujeron el
trasiego de drogas y la actividad de los grupos del crimen organizado, quienes
se valieron del uso de túneles, de camiones con compartimentos secretos y otras
estrategias para burlar a las autoridades. Finalmente, no es por la frontera
sur por donde las principales amenazas a la seguridad nacional –los grupos
terroristas- han ingresado a EU en las últimas décadas.
Por otra parte, las
deportaciones basadas en una discriminatoria y excesiva “criminalización” del
migrante, se han vuelto un dispositivo violento que lo mismo tipifican como
criminal a quienes que se pasaron un alto o cometieron una falta
administrativa, que a quien cometió un delito grave (como secuestro, portación
ilegal de armas o asesinato); de hecho, de los migrantes deportados, se calcula
que sólo poco más 5.3% cometieron delitos graves. La gran mayoría son sólo
migrantes trabajadores estigmatizados como criminales.
Esta política
migratoria se funda en supuestos falsos, que se oponen a los datos y a diversos
estudios. Su eje es la construcción ficticia del estereotipo de los mexicanos
como “hombres malos transgresores de la ley”, desde una postura xenófoba y
racista. El panorama que se vislumbra es una masiva y estructural violación de
los derechos humanos de los migrantes mexicanos.
Lejos de estas
distorsiones, los migrantes son trabajadores explotados y marginados, con los
salarios más bajos de EU. La forma de combatir estos prejuicios es hacer
visibles tres procesos: las aportaciones económicas de los migrantes a la
sociedad de EU, la disminución de la migración no documentada desde las crisis
del 2008 a la fecha [1] y como las políticas de cerrar y militarizar las
fronteras no sirven para detener la migración y sólo aumentan
significativamente la muerte de mexicanos [2]. Este texto, sólo se centra en el
primero de estos procesos, que tiene que ver con la derrama de dinero y
generación de riqueza que deja la migración en el país de destino.
Derrumbando estereotipos discriminatorios, contribuciones de los migrantes
La migración tiene
causas estructurales, tanto en México con los contextos adversos que obligan a
la gente a salir en búsqueda de mejores empleos, como en EU, que tiene una
demanda internacional de trabajadores y atrae a los migrantes. Una idea muy
difundida es que las mayores contribuciones de la migración vienen a México vía
las remesas. Sin embargo, como ha mostrado el grupo de Economía Política de la
Universidad de Zacatecas [3], los grandes beneficios económicos y las ganancias
se quedan mayoritariamente en EU. Según este grupo de investigación, los
migrantes mexicanos, que de 8.8 millones en 2000 crecieron a 11.7 millones para
2007, aportan su juventud y “rejuvenecen” a la sociedad de EU; por ejemplo,
entre 2000 y 2008, alrededor del 70% de los migrantes mexicanos tenían entre 15
y 24 años [4].
Además, estos
migrantes aportaron significativamente al crecimiento de la fuerza de trabajo
en EU, los mexicanos eran y son los trabajadores más baratos y precarizados;
entre 1994 y 2008 los mexicanos tuvieron 3.8 millones de ocupaciones, lo que representó
16% empleo generado y 1 de cada 6 de los trabajos generados. Así mismo, los
mexicanos contribuyeron con poco más del 10% del crecimiento del Producto
Interno Bruto de EU entre 2000 y 2007 [5]. Lo anterior sin contar que, por ser
trabajadores explotados y precarizados, los migrantes abaratan los costos de
producción debido a los bajos salarios, a la carencia de prestaciones y la
flexibilización laboral [6]. A esto habría que sumar que EU no gastó dinero en
preparar y formar a los trabajadores migrantes. Finalmente el consumo de más de
10 millones de mexicanos en EU genera una gran derrama económica para las
industrias, empresas y la economía de aquel país.
Además, los
migrantes viven en condiciones de marginación y exclusión social, especialmente
los “no documentados”. Por un lado y especialmente aquellos mexicanos que
carecen de documentos, tienen difícil acceso a servicios sociales debido a su
situación migratoria. Asimismo viven en condiciones de precariedad material
para poder enviar dinero a México y tienen los mayores niveles de pobreza y el
menor ingreso en EU. A lo previo, habría que añadir que son los trabajadores
más propensos a que se violen sus derechos, y el grupo que menor movilidad
socioeconómica tiene en aquel país.
La migración mexicana, lecturas prejuiciadas y proceso a la baja
Como lo han
documentado diversos estudios [7], desde la debacle de la economía de EU en el
2008 ha habido un descenso de la migración no documentada. La razón de esto
reside en que con la crisis económica los empleos que tenían decenas de miles
de migrantes desaparecieron y dada la lenta recuperación económica de los
últimos años no ha crecido la generación de puestos laborales –en la
construcción, la manufactura y otros nichos laborales- donde puedan insertarse
los migrantes.
En cambio desde las
últimas administraciones estadounidenses ha habido una clara alza en el número
de las deportaciones. Se calcula que sólo en la administración de Obama se
deportaron cerca de 2.5 millones de mexicanos. Los migrantes que carecen de
papeles migratorios tratan de permanecer más tiempo en EU y han experimentado
cada vez con mayor frecuencia violaciones más agudas y visibles de sus derechos
humanos y laborales, así como padecido procesos de separación familiar más
prolongados e intensos. Las deportaciones implican de facto claras rupturas
familiares y socio comunitarias, algunos estudios estimaban que a septiembre
2015 cerca del 4 % de los migrantes deportados tenía un hijo en EU con la
ciudadanía de aquel país.
Génesis de la actual política migratoria, ¿de dónde viene la idea del
muro?
Los antecedentes
de la “propuesta del muro en todo la frontera” tienen su punto de origen en las
medidas de control de ciertos puntos de la frontera en la década de 1990, con la
idea de “cerrar las válvulas y puntos de cruce”. Estos fueron los casos de las
operaciones Blockade (Paso 1993) y Gatekeeper (San Diego 1994), con la
construcción de vallas, el incremento de efectivos de la patrulla fronteriza y
el aumento significativo del gasto en seguridad fronteriza.
No obstante, los
efectos de esta política migratoria fueron magros y erráticos, pues de hecho
entre 1994 -2007 hubo un claro aumento de la migración, debido, tanto a las
crisis y cierre de empleos en México, como a la demanda de mano de obra en EU.
Lo único que consiguieron estas políticas fue la invisibilización social de los
migrantes, el surgimiento de rutas muchos más peligrosas –como el desierto de Altar-,
la disminución de la probabilidad de arresto del migrante – es decir más dinero
y menos detenciones-, la reducción de los salarios de los trabajadores
migrantes en EU y, sobretodo y lo más dramático, el incremento exponencial de
migrantes muertos en la frontera; sólo debido a la operación Gatekeeper entre
Tijuana-San Diego se registró entre 1994 y 2009 un aproximado de 5,600
migrantes que perdieron la vida. Desde la década de 1990, hubo un fuerte
desfase entre la política de integración económica relacionada al TLCAN -que
permitía el libre flujo de ciertas mercancías- y la política migratoria -que
restringía el paso de personas-.
El adverso porvenir…
Hay tres grandes
situaciones que se vislumbran actualmente derivadas del panorama actual:
(1) El mantenimiento
de una política xenofóbica y racista hacia la migración internacional y hacia
los mexicanos.
(2) Esto
supone una masiva y estructural violación de los derechos humanos de los
migrantes, tanto por ser mexicanos injustamente criminalizados, como por ser
trabajadores explotados y vulnerables.
(3) Lo cual se lleva
a cabo mediante el perfeccionamiento e intensificación de la “maquinaria de
deportación” –creada por Bush y Obama-, y que actualmente tiene como acciones
eje: la construcción del muro –ahora en espera de recursos-, las deportaciones
masivas e injustificadas y la criminalización y exclusión social de
connacionales [8].
Referencias bibliográficas
[1] 20
Temas actuales y relevantes sobre la migración en México, COLEF,
México.
[2] Para una
argumentación más detallada ver la conferencia: El muro, la frontera y la
migración. Consultar el link: www.youtube.com/watch?v=a8Fs2S5KpnE
[3] Espejismos
del Río de Oro. Dialéctica de la migración y el desarrollo en México,
Miguel Ángel Porrúa, Red Internacional de Migración y Desarrollo,
Universidad Autónoma de Zacatecas, México.
[4] Idid.
[5] Idid.
[6] Idid.
[7] 20 Temas
actuales y relevantes sobre la migración en México, COLEF, México. Para una
argumentación más detallada de cómo bajó la migración y cuáles fueron las
causas consultar: www.youtube.com/watch?v=a8Fs2S5KpnE
[8] Para una
argumentación más detallada ver la conferencia: El muro, la frontera y la
migración. Consultar el link: www.youtube.com/watch?v=a8Fs2S5KpnE
Guillermo Castillo
Ramírez es profesor de licenciatura y posgrado de la UNAM