Rafael
Marcoccia
www.cpalsocial.com / 200417
Crezcan y
multiplíquense. La exhortación cristiana se toma al pie de la letra en la
galaxia evangélica brasileña, aunque no solo en ella. Desde 2010 hasta la
actualidad, en el país sudamericano cada hora nace una nueva organización
religiosa. Los espectaculares datos surgen de un estudio que llevó a cabo el
diario O Globo. El fisco brasileño ha registrado 67.951 entidades con la voz
“organizaciones religiosas o filosóficas”, un promedio de 25 por día. Según el
informe, los principales motivos que pueden explicar el fenómeno son la
facilidad burocrática para abrir nuevas iglesias, la consolidación del
movimiento neopentecostal y la situación económica.
El
procedimiento para crear una organización religiosa o filosófica en Brasil es
sencillo y rápido. Es suficiente registrar el acta de fundación en el municipio
de residencia, solicitar al fisco el certificado de personería jurídica y
tramitar en el organismo oficial competente la licencia para operar con
exención de impuestos.
La
Constitución brasileña prohíbe cobrar a “los templos de cualquier culto”
impuestos a la propiedad y a las ganancias obtenidas por donaciones que hayan
recibido. Por otra parte, el texto constitucional establece la libertad
religiosa y por lo tanto no es necesario presentar justificaciones teológicas o
teóricas para abrir una iglesia. Esta facilidad hace que muchas organizaciones
no tengan ni siquiera una sede propia o alquilada para recibir a los fieles y
proporcionen como dirección un inmueble residencial o de otras empresas como si
fuera propia.
La
investigación de O Globo refiere a las declaraciones de la teóloga María Clara
Bingemer, quien afirma que la migración de los fieles puede ser una de las
razones que posibilita la continua creación de nuevas entidades religiosas. La
experiencia más común, explica Bingemer, es que las personas que forman parte
de una iglesia, cuando adquieren el dominio de la doctrina y la prédica deciden
abrir una propia. “Los fieles de estas iglesias neopentecostales muchas veces
eran católicos o protestantes que seguían otras religiones y decidieron
cambiar. Pero no permanecen mucho tiempo, los entes que fundan son solo una
zona de tránsito”.
Los datos
del Instituto Brasileiro de Planejamento e Tributação (IBPT) que cita O Globo
muestran que existen 21.333 licencias concedidas a organizaciones religiosas.
La mayoría, entre enero de 2010 y marzo de este año, corresponden al Estado de
San Pablo (17.052).
Sospechas.
El tumultuoso crecimiento de las organizaciones religiosas en el país ha
despertado muchas sospechas. La que parece tener más consistencia es que muchas
asociaciones son solo fachadas que se construyen para evitar impuestos y no
tienen un verdadero carácter religioso. Por esa razón se está estudiando en el
Congreso brasileño un proyecto de ley para eliminar las exenciones, pero las
opiniones al respecto son divergentes.
Otro
problema que se discute es la masiva cantidad de programas realizados por las
iglesias evangélicas en televisión. El Ministerio Público Federal (MPF)
intervino para determinar las posibles irregularidades en dicha práctica. El
estudio de O Globo explica que hay dos hipótesis a partir de las cuales se
están realizando las investigaciones en Río y San Pablo: la subconexión, que
está prohibida por ley, y la violación del límite que fija la ley para la
publicidad, que hoy es del 25%.
El caso más
evidente es el canal de televisión CNT que tiene cerca del 90% de la
programación vendida a la Igreja Universal do Reino de Deus (Iglesia Universal
del Reino de Dios). O Globo entrevistó a dos fiscales federales: Pedro Machado,
a cargo del proceso en San Pablo, y Sérgio Suiama, responsable de la
investigación en Río. Machado afirma que en el caso de CNT se configura una
“transferencia indirecta” de la concesión a la Iglesia Universal del Reino de
Dios. Por lo tanto, “una desnaturalización de un servicio público concedido por
la Unión”.
Suiama
agrega otro elemento a la discusión: la desigualdad en el uso del espacio de
una concesión pública. Afirma que “todos pueden rezar en la plaza, pero en la
TV, que también es un espacio público, solo puede predicar el que paga”. Lo que
significa que solo las iglesias más poderosas y con más dinero pueden hacerlo.
O se autoriza a todos a ocupar el espacio” concluye Suiama, “o se prohíbe a
todos”.
O Globo
informa que, entre tanto, el Ministro de Comunicación no considera que haya
ninguna irregularidad en el caso de CNT. En las actas del proceso el Ministerio
afirma que las reglas de radiodifusión no fijan límites a la producción de
programas de parte de terceros y, según esta interpretación, precisamente de
eso se está hablando y no de una relación publicitaria.
Las emisoras
investigadas niegan las irregularidades afirmando que son completamente
responsables de los contenidos que se transmiten y garantizan que se respetan
los límites establecidos sobre el umbral publicitario máximo que permite la
ley.