Theodore A. Postol – MIT
www.insurgente.org
Un científico norteamericano del prestigioso
Instituto Tecnológico de Massachusets, Theodore A. Postol, ha asegurado en una
rápida evaluación de las evidencias de un informe de inteligencia dado a
conocer por la Casa Blanca en relación al ataque químico de Jan Sheijun, y en
el que aquella basó sus alegaciones contra el Ejército sirio, que las
conclusiones recogidas en tal documento son falsas y un trabajo de aficionados
que cualquier profesional de inteligencia desmentiría.
He aquí el
escrito del científico publicado por UNZ Review:
Voy a
responder a lo que entiendo es una evaluación de la Casa Blanca sobre el ataque
con un agente químico ocurrido el 4 de abril de 2017 en la localidad de Jan
Sheijun, Siria.
He revisado el
documento cuidadosamente y creo que se puede demostrar, sin duda, que él no
proporciona ninguna evidencia que pueda suministrar al gobierno de los EEUU un
convencimiento de que el gobierno de Siria haya sido el autor del ataque
químico en Jan Shaijun,
De hecho,
una prueba esencial que se cita en el documento apunta a un ataque que fue
ejecutado por individuos en el suelo, y no desde un avión, en la mañana del 4
de abril.
La
conclusión (de un ataque aéreo) se basa en una suposición hecha por la Casa
Blanca, que fijó el escenario de la liberación del gas sarin y las fotografías
de ese escenario. Mi propia evaluación, es que el escenario fue muy
probablemente alterado u objeto de una puesta en escena, por lo que no se puede
sacar conclusiones serias (de un ataque aéreo) de las fotografías
proporcionadas por la Casa Blanca.
Ni siquiera
si suponemos, como hace la Casa Blanca, que la liberación del sarin se produjo
en este lugar y que la ubicación no fue alterada, la conclusión más plausible
es que el sarín fue liberado por un dispositivo de dispersión improvisado
consistente en el tubo de un cohete de 122 mm lleno de sarín y tapado por ambos
lados.
Los únicos
hechos indiscutibles declarados en el informe de la Casa Blanca son la
afirmación de que un ataque químico usando agente nervioso ocurrió en Jan
Shaijun, Siria, en la mañana del 4 de abril. Aunque la declaración de la Casa
Blanca repite este punto en muchos lugares de su informe, éste no contiene
absolutamente ninguna evidencia de que este ataque fuera el resultado de una
munición que fue arrojada desde un avión. De hecho, el informe no contiene
absolutamente ninguna evidencia que indique quién fue el autor de esta
atrocidad.
En cambio,
el informe repite las observaciones de efectos físicos sufridos por las
víctimas que, con muy pocas dudas, apuntan a una intoxicación por agentes
nerviosos.
El cráter
El único
hecho que el documento cita como evidencia de que el ataque fue realizado por
el gobierno sirio es el cráter que afirma haber identificado en un camino en el
norte de Jan Sheijun.
He
localizado este cráter con Google Earth y no hay absolutamente ninguna
evidencia de que fuera creado por una bomba diseñada para dispersar sarín
después de ser arrojada desde un avión.
El mapa de
Google Earth que se muestra en la Figura 1 al final de esta sección de texto
muestra la ubicación de ese cráter en la carretera en el norte de Jan Sheijun, como
se describe en el informe de la Casa Blanca.
Los datos
citados por la Casa Blanca son más consistentes con la posibilidad de que la
munición fuera colocada en el suelo en lugar de caer de un avión. Podemos
extraer esta conclusión incluso aunque supongamos que el cráter no fue
manipulado antes de sacar las fotografías. Sin embargo, al referirse a la
munición en este cráter, la Casa Blanca concluye erróneamente que la munición
que lo produjo provenía de un avión sirio.
El análisis
de los escombros, como se muestra en las fotografías citadas por la Casa
Blanca, indica claramente, por el contrario, que la munición fue el tubo de un
cohete de 122 mm, que fue casi seguramente colocado en el suelo con un
explosivo detonante externo colocado sobre él que, al estallar, aplastó el tubo
para dispersar la supuesta carga de sarín.
El factor del tiempo
Dado que el
tiempo parece ser el punto esencial aquí, he hecho un resumen de las pruebas de
que dispongo y que demuestran que el informe de la Casa Blanca contiene conclusiones
falsas y engañosas en una serie de cifras que son pertinentes a esta discusión.
La imagen de
Google Earth recoge la dirección del viento en la zona del cráter. A las 3 de
la mañana el viento iba directamente hacia el sur a una velocidad de aproximadamente
1,5 a 2,5 metros / segundo. A las 6 de la mañana el viento se estaba moviendo
hacia el sudeste con una velocidad de 1 a 2 m / s. La temperatura también era
baja, de 50 a 55° F (10 a 12 grados Celsius) cerca del suelo. Estas condiciones
son absolutamente ideales para un ataque de agente nervioso.
Cuando la
temperatura cerca del suelo es baja, no hay sol y los vientos son muy lentos,
el aire fresco denso permanece cerca del suelo y casi no hay movimiento
ascendente en el aire. Esta condición hace que las partículas, gotitas o nubes
de gas dispersadas permanezcan cerca del suelo mientras que el aire circundante
se mueve sobre él. Percibimos este movimiento como una brisa suave en una
mañana tranquila antes del amanecer.
Uno puede
pensar en una nube de sarín en términos iguales a una nube de tinta emitida por
un calamar que se escapa. La nube de tinta se encuentra en el agua y como el
agua se mueve lentamente, lo mismo ocurre con aquella. A medida que la nube se
mueve junto con el agua, se extenderá lentamente en todas las direcciones. Si
la capa de agua donde se halla la tinta se mueve para permanecer cerca del
fondo del océano, la nube cubrirá los objetos mientras se mueve con el agua.
Esta es la
situación que ocurre en una noche fría antes del amanecer, cuando los vientos
soplan suavemente.
Las figuras
5 y 6 muestran tablas que resumen el clima a intervalos de 3 horas en Jan
Sheijun el día del ataque, el 4 de abril así como en el día antes del ataque,
el 3 de abril, y el día después del ataque, el 5 de abril. Hubo vientos
relativamente fuertes en las horas de la mañana del 3 de abril y del 5 de
abril. Si el ataque de gas se hubiera ejecutado el día antes o al día siguiente
a primera hora de la mañana, habría sido altamente ineficaz. Los vientos mucho
más fuertes habrían dispersado la nube de agente nervioso y la mezcla de
vientos de altitudes más altas habría causado que el agente nervioso fuera
llevado a lo alto desde el suelo. Por lo tanto, es absolutamente claro que la
hora y el día del ataque fueron cuidadosamente elegidos y esto no fue una
casualidad.
El tubo de 122 mm
La Figura 2
muestra una fotografía de alta calidad del cráter identificado en el informe de
la Casa Blanca como el lugar desde donde se extendió el gas sarín. Suponiendo
que no hubo alteración de evidencias en el cráter, se puede ver lo que la Casa
Blanca afirma que fue un dispensador del agente nervioso.
El
dispensador se parece a un tubo de 122 mm como el que se utiliza en la
fabricación de los cohetes de artillería.
Como se
muestra en un primer plano del tubo situado en el cráter, en la Figura 3, éste
parece estar sellado originalmente en el extremo frontal y en el extremo
posterior. También hay que tener en cuenta que el tubo está aplanado en el
cráter, y tiene una fractura que fue generada al ser aplastado desde arriba.
La Figura 4
muestra la posible configuración de un dispositivo de dispersión de sarín
improvisado que podría haberse usado para crear el cráter y la carcasa
aplastada de lo que fue originalmente un tubo cilíndrico. Una buena idea de
cómo funcionó este mecanismo de dispersión (de nuevo, asumiendo que el cráter y
la carcasa no hubieran sido manipulados, como se supone en el informe de la
Casa Blanca) fue que un alto explosivo se colocó sobre un extremo del tubo
lleno de sarín y fue detonado.
El explosivo
actuó sobre el tubo como un contundente mazo de trituración. Aplastó la tubería
contra el suelo mientras creaba el cráter. Dado que el tubo estaba lleno de
sarín, que es un fluido incompresible, cuando el tubo se aplanó, el sarín actuó
sobre las paredes y extremos del mismo causando una grieta a lo largo de su
longitud y expulsó el tapón que había en el extremo posterior.
Este
mecanismo de dispersión funciona de la misma forma que si golpeamos un tubo de
pasta de dientes con un gran mazo, lo que da lugar a una grieta en el tubo y la
salida del tapón de un extremo y la pasta de dientes se dispersaría en muchas
direcciones dependiendo de la forma exacta en que se produjera la grieta y la
salida del tapón.
Si éste es,
de hecho, el mecanismo utilizado para dispersar el sarín, esto indica que el
tubo fue colocado en el suelo por individuos y no se trató de una bomba lanzada
desde un avión.
Otra mentira, como en 2013
La Figura 8
muestra el dispersador de sarín improvisado junto con un cohete de artillería
típico de 122 mm y el cohete de artillería modificado usado en el ataque de
sarín del 21 de agosto de 2013 en Damasco.
En aquel
momento (30 de agosto de 2013) la Casa Blanca de Obama también emitió un
informe de inteligencia que contenía imprecisiones evidentes. Por ejemplo, en
ese informe se afirmaba inequívocamente que el sarín que estaba contenido en
cohetes de artillería utilizados en Damasco había sido lanzado desde las zonas
controladas por el gobierno sirio.
Sin embargo,
resultó que la munición particular utilizada en ese ataque tenía un alcance
máximo de aproximadamente 2 km, muy lejos de cualquier límite controlado por el
gobierno sirio en ese momento. El informe de la Casa Blanca también contenía
otros errores críticos e importantes que podrían describirse correctamente como
realizados por aficionados (amateurs).
Por ejemplo,
el informe afirmaba que los lugares de lanzamiento y el impacto de los puntos
de los cohetes de artillería fueron observados por los satélites
estadounidenses. Esta afirmación era absolutamente falsa y cualquier analista
de inteligencia competente lo habría sabido. Los cohetes podían ser vistos
desde el Satélite Infrarrojo Basado en el Espacio (SBIRS), pero el satélite no
podía ver las ubicaciones de los impactos porque éstos no estuvieron
acompañados por explosiones. Estos errores eran indicadores claros de que el
informe de inteligencia de la Casa Blanca había sido fabricado en parte y no
había sido examinado por expertos competentes en inteligencia.
Esta misma
situación parece ser el caso del actual informe de inteligencia de la Casa
Blanca. Ningún analista competente asumiría que el cráter citado como el punto
de inicio del ataque con gas sarín era una prueba inequívoca de que la munición
química provenía de un avión. Ningún analista competente asumiría que la
fotografía de la carcasa del sarín era de hecho una bomba arrojada desde un
avión. Cualquier analista competente se habría cuestionado si los escombros en
el cráter fueron escenificados o eran reales.
Ningún
analista competente dejaría de ver el hecho de que el tubo que contenía el
sarín fue aplastado con fuerza desde arriba, en vez de ser destruido por una
explosión que se produjera en su interior. Todos estos errores de aficionado
indican que este informe de la Casa Blanca, al igual que el anterior informe de
la Casa Blanca de Obama, no fue debidamente examinado por la comunidad de
inteligencia como se afirmaba.
He trabajado
con la comunidad de inteligencia en el pasado y tengo serias preocupaciones
acerca de la politización de la inteligencia que parece estar ocurriendo con
más frecuencia en los últimos tiempos, pero sé que la comunidad de inteligencia
tiene analistas altamente capacitados y competentes. Y si esos analistas
hubieran sido debidamente consultados en relación a las afirmaciones que
aparecen en el documento de la Casa Blanca, no las habrían aprobado.
Estoy
disponible para ampliar estos comentarios sustancialmente. Sólo he tenido unas
pocas horas para revisar rápidamente el presunto informe de inteligencia de la
Casa Blanca. Pero una escueta lectura muestra sin mucho análisis que este
informe no puede ser correcto, y también parece que no fue debidamente
examinado por la comunidad de inteligencia.
Este es un tema muy serio.
El
presidente Obama fue inicialmente mal informado acerca de la supuesta
existencia de una evidencia de inteligencia que apuntaba a que Siria era el
autor del ataque del agente nervioso del 21 de agosto de 2013 en Damasco. El
presidente Obama declaró que su comprensión, inicialmente falsa, estuvo basada
en un documento de inteligencia que “claramente demostraba” que el Ejército
sirio era el autor del ataque con gas sarín. Esta falsa información fue
corregida cuando el entonces Director de Inteligencia Nacional, James Clapper,
interrumpió al Presidente mientras estaba en una reunión de inteligencia. Según
el presidente Obama, Clapper dijo que la inteligencia que afirmaba que Siria
era el perpetrador del ataque no era “pan comido.”
La pregunta
que debe ser respondida a nuestra nación es: ¿cómo fue el presidente
inicialmente engañado por una información de inteligencia en un tema tan
importante? Una segunda pregunta igualmente importante es: ¿cómo produjo la
Casa Blanca un informe de inteligencia que era obviamente defectuoso y amateur
y que fue luego publicado y que nunca fue corregido? La misma información falsa
contenida en el informe de inteligencia emitido por la Casa Blanca el 30 de
agosto de 2013 fue enfáticamente repetida por el Secretario de Estado, John
Kerry, en un testimonio al Comité de Relaciones Exteriores del Senado.
Hoy en día,
tenemos de nuevo una situación en la que la Casa Blanca ha producido y
divulgado un informe de inteligencia obviamente falso, engañoso y amateur.
El Congreso
y el público recibieron informes en nombre de la comunidad de inteligencia
sobre armas de destrucción masiva en Iraq, pruebas técnicas supuestamente
recolectadas por sistemas de satélite que cualquier científico competente
habría sabido que eran falsas, y ahora reciben conclusiones basadas en
fotografías de un cráter que cualquier analista competente desmentiría.