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Nuevo gobierno, ¿nueva forma de hacer política?

Karina Fonseca Vindas
www.envio.org.ni/junio2014

Entre grandes expectativas de cambio y las primeras pruebas inició su gobierno el PAC con Luis Guillermo Solís. Los problemas que el país enfrenta son complejos y no habrá recetas mágicas para sanear las finanzas, erradicar la extrema pobreza, lograr una distribución más equitativa de los recursos, eliminar la corrupción de la función pública y recomponer pronto la red vial nacional, profundamente deteriorada. Menos fácil será sortear las contradicciones internas que aflorarán a lo interno del PAC.

Costa Rica decidió cambiar: es la frase que empezó a instalarse con fuerza en el imaginario costarricense luego del sorpresivo triunfo del Partido Acción Ciudadana (PAC) en la primera ronda electoral del 2 de febrero, victoria que fue ratificada con creces en la segunda vuelta del 6 de abril, cuando Luis Guillermo Solís recibió más 1 millón 300 mil votos, la mayor cantidad de votos que han respaldado a un candidato presidencial en toda la historia electoral costarricense.

Solís se impuso con un 78% de los votos emitidos, mientras que el candidato del golpeado oficialismo, Johnny Araya, del Partido Liberación Nacional (PLN), obtenía el 22% restante.

Por primera vez, en más de tres décadas, se lograba vencer la alternancia en el poder de los dos partidos tradicionales, el Partido Unidad Social Cristiana (PUSC) y el PLN, a los que la opinión pública atribuye la responsabilidad de formas recurrentes de corrupción, clientelismo político, deterioro e ineficiencia del aparato estatal, aumento de la desigualdad social y la apertura casi irrestricta del mercado nacional al capital transnacional, por citar sólo algunos de los candados con los que la población cerró el paso a una tercera administración consecutiva del PLN.

“UNA FINCA ENCHARRALADA”

Si bien el entusiasmo por el cambio se respira en el ambiente post electoral, también es cierto que ese cambio supone una enorme responsabilidad. Solís lo sabe y así lo ha manifestado. Lo desgastante que podría resultar entrar a jugar con una serie de escenarios y actores de la más diversa índole es una tarea que teme no poder sobrellevar.

Solís ha dicho que le dejaron “una finca encharralada”, sacudiéndose así de los errores de administraciones pasadas y lanzando el mensaje de que el inicio no será fácil y se caracterizará por la corrección de fallas ajenas. Al menos, parece que en el PAC hay buena intención y el deseo de trabajar con honestidad y transparencia. Presentarse como un gobierno receptivo y de puertas abiertas es una frase trillada para ganar simpatías y habrá que esperar cuánto se sostiene. Entretanto, la pregunta que acecha es: ¿Estamos ante una actitud duradera o el desencanto puede volver a emerger más pronto de lo esperado?

UN GABINETE QUE PINTA BIEN... CON RESERVAS

A la euforia del triunfo, siguió el gran interés por la designación del equipo de trabajo que acompañaría a Solís en la primera administración del PAC. De su gabinete, compuesto por 22 ministros, sólo 8 son mujeres, el 36%. Solís salió al paso de las críticas por el incumplimiento de la promesa de campaña de lograr la paridad de género en el nombramiento de ministros y ministras, afirmando que tiene “una visión amplia del gabinete”, y que integraría a mujeres en las presidencias ejecutivas de instituciones claves. Y así fue: en ellas aventajan levemente a los hombres en los altos cargos.

Las valoraciones suscitadas por los nombramientos han sido diversas. Figuran varios académicos de las universidades públicas del país, lo que se considera un alivio, ante la práctica -harto conocida- de políticos “de profesión” que han saltado de puesto en puesto en los últimos gobiernos. En esta ocasión se nota un esfuerzo meditado por ubicar en puestos claves a personas con la suficiente formación técnica y profesional, aunque con escasa experiencia en el ruedo político. Esto no tendría que ser visto como un error, pero el sector corroído y gastado de quienes hoy pasaron a la oposición política se ha esforzado porque así lo parezca.

Algunas designaciones han generado dudas y preocupación: las de varios ex-funcionarios de administraciones pasadas y la permanencia en el nuevo gobierno de algunas fichas del periodo de Chinchilla, datos que desdibujan la promesa de un cambio.

El caso del nuevo canciller Manuel González, quien fungió como Ministro de Comercio Exterior de uno de los gobierno del PUSC, evidencia el acento financiero, el interés por la atracción de inversión extranjera y la priorización de las exportaciones que podrían caracterizar al Ministerio de Relaciones Exteriores en este mandato, lo que podría dejar en un segundo o tercer lugar temas claves como el mejoramiento de nuestras relaciones internacionales, como las que urgen con nuestra vecina Nicaragua.

Llega también Víctor Morales al nuevo gabinete como Ministro del Trabajo. Fue ministro en administraciones pasadas del PUSC y ex-alcalde. Así, dos de los ministerios que poseen gran centralidad, serán encabezados por ex-figuras de los gobiernos pasados, sin olvidar que, años atrás, los dos vicepresidentes del PAC también ocuparon puestos claves en el PUSC.

Otra designación, aún más controvertida, ha sido la de Mariano Figueres, amigo entrañable del Presidente Solís, al frente de la Dirección de Inteligencia y Seguridad (DIS), el servicio de “inteligencia” del país. Mariano es hijo del caudillo fundador de la Segunda República y tres veces presidente del país, José Figueres Ferrer, y hermano del cuestionado ex-Presidente José María Figueres. A su vez, la pareja de Mariano Figueres, asumió el recién creado Viceministerio de Economía. Las dudas son mayores, porque el PAC se había manifestado en favor de cerrar la DIS y el mismo Solís había expresado en su campaña que Figueres no ocuparía ningún cargo en su gobierno.

TENSIONES EN EL CLERO Y LA BANDERA DEL ARCOIRIS

Las tensiones religiosas afloraron también alrededor del equipo de gobierno.

La principal controversia la generó la designación de uno de los colaboradores más cercanos de Solís, el obispo luterano Melvin Jiménez, como Ministro de la Presidencia. Para algunos, este nombramiento contraviene el artículo 142 de la Constitución Política de Costa Rica, que establece que los ministros deben ser del estado seglar. El nuevo gobierno justifica la incorporación de Jiménez afirmando que esa inhibición es específica para los clérigos católicos. Jiménez debe esperar lo que razone la Sala Constitucional, instancia que ha recibido el recurso de un ciudadano solicitando que el nombramiento sea anulado. Sobra decir que el malestar de representantes de la iglesia católica fue evidente, pues consideraron que Jiménez debía renunciar a su episcopado para atender el cargo público.

Pocos días después de este nombramiento fue anunciado el del sacerdote Gustavo Meneses como Presidente Ejecutivo del Instituto Costarricense de Pesca y Acuicultura (INCOPESCA). Algunos lo interpretaron como una forma de reducir la inconformidad del clero católico por la presencia del ministro luterano.

Pocos saben que Meneses recién concluyó un doctorado en pesca artesanal, ha estado durante décadas vinculado a las luchas de los pescadores en la provincia costera de Puntarenas y es un hombre de iglesia que guarda una saludable distancia del clero tradicional. Quizás por eso la sorpresa no fue tanta cuando acogió, sin cuestionamientos, la petición del Presidente Solís de izar la bandera de la diversidad sexual en INCOPESCA, en el Día Mundial de Lucha contra la Discriminación por Orientación Sexual.

Solís envió un mensaje positivo a las personas LGBT, al izar la bandera de la diversidad sexual junto con el pabellón nacional en la Casa Presidencial en esa fecha conmemorativa, y extendiendo la invitación a todos los funcionarios para que imitaran su gesto e hicieran ondear la bandera del arcoíris en las instituciones bajo su mando.

En conclusión, si bien algunas designaciones podrían considerarse positivas y otras asustan un poco, tocará dar tiempo para ver de qué manera se acopla el gabinete y cómo responde este equipo a las importantes demandas que encontrarán pendientes en cada una de las carteras ministeriales y en otras instituciones.

EL PACTO QUE AFORTUNADAMENTE NO FUE

Las altísimas expectativas de cambio surgidas con el arribo del PAC al gobierno y la presencia de obstáculos que podrían entorpecer cualquier avance hacia la prometida transformación en la manera de administrar el poder, son motivo de preocupación, tanto para diversos sectores, como para Solís y su equipo.

Las bases en las que las nuevas autoridades de gobierno descansan son frágiles y por ello sus márgenes de maniobra son limitados. Con una Asamblea Legislativa tan dividida, en la que el PAC sólo cuenta con el 23% de los votos, se requiere de gran capacidad para lograr acuerdos sin que se vean comprometidas o manoseadas las propuestas centrales hechas en la campaña a un electorado con tantas esperanzas de cambio y que le concedió al PAC un triunfo tan aplastante.

La complicada negociación que la fracción del PAC hizo para lograr el directorio legislativo en el primer año de funciones de la nueva Asamblea ha sido, sin duda, la primera evidencia de que el suelo parlamentario será un terreno minado.

Muchos grupos vinculados a luchas por los derechos humanos, y en especial quienes están de lleno en los movimientos por la no discriminación de las personas diversamente sexuales, lograron frenar un acuerdo que se estaba cociendo entre varios diputados evangélicos y la bancada oficialista. Este amarre hubiera significado posponer la discusión, por un año más, de la ley sobre sociedades de convivencia entre parejas del mismo sexo, a cambio de darle al PAC los votos que urgentemente necesitaba para alcanzar el control del directorio legislativo.

CÓMO CONSIGUIÓ EL PAC EL DIRECTORIO LEGISLATIVO

Las fuertes críticas que en las redes sociales recibió el PAC apenas se supo de este trueque condujeron a la fracción a dar marcha atrás en el acuerdo “verbal” con los evangélicos y a enfocar sus esfuerzos en las negociaciones con el PUSC, al punto de aceptar la incorporación de dos diputados de ese partido en el directorio legislativo. Así las cosas, no ha sido ésta una señal que exprese que estamos ante una forma distinta de hacer política.

En Costa Rica la memoria es corta. No hay que olvidar que hace poco menos de una década los escándalos de corrupción sacudieron profundamente al PUSC, al punto de lograrse la condena de dos ex-Presidentes de la República provenientes del dicho partido, Miguel Ángel Rodríguez (1998-2002) y Rafael Ángel Calderón (1990-1994). Hoy, dos figurones del PUSC -ambos políticos de profesión- están comiendo del mismo plato que los diputados del PAC. ¿Estrategia política? Quizás, pero a un costo muy alto.

En estas circunstancias el PAC logró obtener el 1 de mayo el mando del directorio legislativo del primer año de gobierno, un triunfo clave para tratar de colocar la agenda parlamentaria que requiere Solís para empujar su plan de trabajo. Ojalá este primer paso sea un indicador de que el gobierno cuenta con una bancada legislativa con el liderazgo que se requiere para alcanzar grandes acuerdos nacionales, ya que no tiene un número de diputados significativo para imponerse con holgura en el quehacer de la Asamblea, lo que tampoco es malo. Con la actual limitación también se corre el riesgo de que siempre deba recurrir a subterfugios disfrazados de acuerdos políticos, que puedan reñir con las propuestas de cambio prometidas y entorpecer el impulso que requieren algunos temas en la corriente legislativa.

En una Asamblea Legislativa tan fragmentada las negociaciones políticas que se emprendan pondrán a prueba permanentemente al nuevo oficialismo. Si bien se espera que la principal aliada del PAC sea la bancada del partido Frente Amplio (FA), con 9 diputaciones para sumar a la causa del cambio, esas alianzas, que también dependerán de acuerdos sustantivos, no le permitirán todavía lograr la mayoría que se requiere para cursar proyectos de ley y reformas.

ALIANZAS TAN NECESARIAS COMO RIESGOSAS

La bancada oficialista siempre pondrá en riesgo su vinculación con el Frente Amplio, al tener que impulsar una agenda propia y lograr votos de diputados y diputadas de fracciones minoritarias que entienden a la perfección el valor de su respaldo, pero que suelen formar parte de un grupúsculo que se mantiene enfrascado en demandas muy particulares y esencialistas, poco relacionadas con un proyecto integral de recomposición del país.

Tal es el caso del predecible entorpecimiento que liderarán diputados evangélicos y varios afines a ellos, ante proyectos relacionados con la salud sexual y reproductiva de las mujeres, con la legislación en favor de parejas del mismo sexo o con la fecundación in vitro. Son ámbitos jurídicos en los que la estrechez mental disfrazada de convicción religiosa podría perpetuar graves lesiones a los derechos humanos que desde hace años se vienen denunciando en el país.

Se espera que el PAC no ceda a los intereses seudocristianos de quienes, Biblia en mano y con consignas de “no aborto”, se dedicarán a colocar su voto como permanente carta de negociación ante el requerimiento que siempre tendrá el PAC de ese apoyo. ¿Renegará el PAC de los temas sobre derechos humanos que prometió defender, para lograr cierto nivel de “gobernabilidad” parlamentaria?

Los 8 diputados del PUSC en la Asamblea también participarán en esas negociaciones. El PUSC es un partido carcomido por la política clientelar y corrupta de siempre, y no hay que olvidar que, al igual que la del PLN, esa fracción representa los intereses del empresariado nacional y transnacional. Si bien el PUSC podrá apoyar al PAC en algunas ocasiones, lo hará con la mirada puesta en la necesidad de mantener a buen recaudo los intereses de los grandes capitales que operan en el país, a la vez que avanza en el relanzamiento del partido, pensando ya en proceso electoral de 2018. La alianza del PAC con el PUSC, podría significar, como lo ha sugerido el economista costarricense Luis Paulino Vargas, que las transformaciones de orden económico que requiere el país y que pasan por tocar el bolsillo de los más poderosos no prosperen adecuadamente.

EL PRIMER TEST: LA HUELGA MAGISTERIAL

Luis Guillermo Solís no había asumido el mando y ya se declaraba en favor de la huelga de maestros que arrancó en la última semana del gobierno de Chinchilla. Tal vez el nuevo presidente no midió que el conflicto iba en alzada y pensó que era buena idea seguir sacando provecho del tono anti-gobierno que caracterizó gran parte de su campaña electoral. Unos golpes finales a la Presidenta y al ministro saliente de Educación, Leonardo Garnier, cuando ya dejaban sus responsabilidades de gobierno no parecían mala idea. Quizás Solís se sintió bien cobijado por el millón 300 mil con los que ganó.

Fue un mal cálculo pensar que semejante respaldo le pondría a salvo a él y a la nueva ministra del ramo, Sonia Marta Mora, de una movilización que apenas se calentaba. Le tocó así al primer gobierno del PAC enfrentar la etapa más fuerte de la huelga nacional de maestros, que requirió de tres semanas de negociaciones para alcanzar acuerdos mínimos.

Algunos antecedentes tuvo esta crisis. En el año 2008 la Contraloría le exigió al Ministerio de Educación Pública (MEP) poner en marcha un nuevo sistema automatizado de pagos, dada la complejidad de las modalidades para hacer efectivos los salarios. El sistema informático que se empleaba estaba bastante desfasado y durante años reportó una gran cantidad de errores.

Con una planilla de más de 75 mil funcionarios y muchas especificaciones sobre tipos de pago, manejo de códigos, jornadas laborales y otras, se consideró que cumplir con lo ordenado por la Contraloría era una tarea de gran dificultad y tomaría su tiempo migrar la base de datos. Había que diseñar un sistema informático idóneo para el manejo de todo el sistema de pagos del MEP, después ponerlo a correr en paralelo con el anterior, realizar pruebas, para finalmente echarlo a andar.

A partir de la primera quincena de abril de 2014 se dio la orden de poner a funcionar el nuevo sistema, con más de seis años de atraso y después de una inversión total que rondó los 3 millones 800 mil dólares.

Los fallos que supuestamente generó la implementación del nuevo sistema para el pago a los docentes fueron el argumento central que las dirigencias sindicales emplearon para convocar la huelga. Que el sistema, llamado “INTEGRA 2”, no funcionara adecuadamente y dejase, sin salario por varios meses, a más de 3 mil educadores se convirtió en el primer incendio que debió apagar el nuevo gobierno.

FALTÓ CAPACIDAD DE GESTIÓN

Aunque son variados los puntos de vista sobre otras razones e intereses en juego que motivaron la huelga, hubo un hecho objetivo incuestionable: miles de maestros no recibían el pago por su trabajo.

Tras una serie de negociones fallidas, la ministra Mora anunció que el 26 de mayo se haría el pago de planilla, con la gran mayoría de las correcciones pendientes. Pero los sindicatos mantuvieron el movimiento activo, pues aseguraban que persistían los errores y que tenían informes de que por lo menos 6 mil docentes siguieron sufriendo problemas, a pesar de las promesas del gobierno. Las autoridades del MEP dijeron que no volverían a las negociaciones con los representantes sindicales en tanto no reanudaran el ciclo lectivo.

En lo que parecía un punto muerto, el arzobispo de San José, José Rafael Quirós se ofreció como mediador y el gobierno aceptó sentarse nuevamente en la mesa de diálogo -aún y cuando se mantenía la huelga-, lo que permitió que se llegase a un acuerdo satisfactorio, al menos de momento.

Quizás lo más difícil de entender es por qué se le salió de las manos al gobierno un conflicto que parecía posible resolver con un poco de diligencia y capacidad de gestión. Es cierto que las inconsistencias en los pagos salariales fueron significativas, pero la sensación que quedó es que siempre hubo algo que se mantuvo oculto y no convenció el argumento de que los problemas obedecían exclusivamente al nuevo sistema informático.

Se habló de un boicot interno a las autoridades entrantes, de actos de corrupción entre algunos funcionarios del MEP en contubernio con representantes del gobierno saliente, que atizaron la crisis, entre otras conjeturas. También es cierto que las pugnas internas entre los liderazgos de los sindicatos del sector educación son fuertes y pudieron aprovechar la coyuntura para esgrimir los conflictos y reacomodar cuotas de poder.

“CULANTRO, PERO NO TANTO”

El gobierno necesitaba salir bien librado, no podía ver lesionada tan pronto la gran simpatía acumulada en meses previos.

Una enorme contradicción apareció en medio del conflicto: la cara afable del “Presi” buena gente, cálido y cercano, fue teniendo un cambio drástico. Con las complicaciones de la huelga Solís adoptó un tono serio, fuerte y hasta ofensivo, siendo ésta la expresión más emblemática que quedará de su primer mes de gobierno: “Está bueno el culantro, pero no tanto”, cuando exigía que los docentes terminaran la huelga de inmediato.

Muchos maestros se lanzaron a las calles de nuevo al día siguiente de escuchar la frase llevando manojos de culantro, en repudio a la ligereza del comentario de Solís, quien también dijo que no le temblaría la mano para declarar ilegal la huelga si no se lograban acuerdos razonables. Está por verse el costo en imagen que supondrá para el Presidente esta otra cara que exhibió esos días ante la opinión pública.

“CON NICARAGUA, DE LEJITOS”

En entrevista concedida al periódico “La Nación”, Manuel González, el nuevo Canciller del gobierno del PAC, dijo: “Con Nicaragua, de lejitos”, en alusión al comportamiento que la nueva administración tendrá respecto del país vecino. Sobre la agenda binacional, afirma González que es posible reactivarla, siempre y cuando no se pretenda negociar nada que tenga que ver con los litigios pendientes en tribunales internacionales. Afirmó: “De ninguna manera un diálogo podría interpretarse como una señal de debilidad. Podemos hacer un esfuerzo de encapsular los conflictos y afrontar la realidad migratoria, de seguridad o de comercio”.

Dos semanas antes de su toma de posesión, Luis Guillermo Solís realizó una gira por los países centroamericanos y del Caribe y exceptuó a Nicaragua. El ministro de la Presidencia explicó que el viaje “tenía como objetivo entregar a los presidentes la invitación formal para la investidura y avanzar algunos diálogos sobre las relaciones con la región, así como manifestar el interés por los vínculos regionales bajo el concepto de que Centroamérica es una gran región y un gran mercado.”

Solís ha insistido en que no se reunirá con el mandatario de Nicaragua, Daniel Ortega, hasta que se normalicen las relaciones entre ambos países. “Mientras el gobierno de Nicaragua tenga pretensiones territoriales sobre Costa Rica y no se haya resuelto el tema en sede judicial, no veo las posibilidades de normalizar las relaciones con Nicaragua en el más alto nivel”, declaró Enrique Castillo, ahora ex-Canciller, después de un encuentro que sostuvo con Solís, dentro de las reuniones de transición con el nuevo gobierno.
“SIN CAUSALES DE DIVORCIO”

Otros medios internacionales, como fue el caso de Caracol Radio, interpelaron a Solís sobre la posición respecto a las relaciones fronterizas con Nicaragua y Solís se refirió al país como: “el vecino incómodo con el cual Costa Rica y Colombia deben tener cuidado”. Insistió en que “se va a respetar lo que se resuelva en La Haya, pues Costa Rica posee larga tradición de adhesión al derecho internacional y no podríamos hacer otra cosa careciendo de fuerzas armadas y de vocación agresiva con respecto a los otros países, por lo que dependemos de los fallos de las cortes”.

Quizás no todo sea desalentador. En la misma entrevista también afirmó: “Tengo claridad en cuanto a que Nicaragua y Costa Rica, siendo países contiguos, necesitan tener una relación que no admite causales de divorcio. Miles de nicaragüenses viven en Costa Rica y van miles de remesas a ese país. Por lo tanto, tenemos interacciones que van más allá de los pleitos de cancillerías e incluso de las diferencias entre los Estados”. Somos muchos quienes en Costa Rica aspiramos a que esta declaración contenga la tónica predominante.

LA POLÉMICA TROCHA FRONTERIZA

La presidenta Laura Chichilla siempre supo que uno de los aspectos que más positivamente señalaban los ticos sobre su gestión era el manejo que tuvo en las tensiones fronterizas con Nicaragua, muy a pesar de que para ello recurriera de manera insistente a discursos nacionalistas y al desarrollo de un proyecto que luego terminó de drenar su endeble imagen: la construcción de la trocha fronteriza.

Ojalá Solís no siga por esa misma senda. Presenciamos, sin embargo, un mal anticipo cuando, en medio de la crisis generada por la huelga magisterial y la incapacidad del nuevo gobierno para solucionarla, Solís realizó su primera gira de dos días por el país, con el fin de conocer personalmente la situación actual de la trocha fronteriza y atender denuncias por trata de personas y narcotráfico en la zona.

“Tengo una sensación agridulce. Por un lado me siento muy contento porque vamos a poder utilizar esto para mejorarlo. Y, por otro, preocupado, porque creo que es bastante más el trabajo que debemos hacer”, declaró Solís a los periodistas en la zona. A su regreso a la capital, confirmó que continuarían con la construcción de esa carretera, la bautizada por Chinchilla como la Ruta 1856, ubicada a lo largo de la frontera con Nicaragua, a pesar de que sólo 20 kilómetros de esa trocha, de un total de 160, están bien hechos. Sobre el impacto medioambiental y el mejoramiento en las condiciones de vida de los habitantes de las áreas transfronterizas no se dijo una palabra en los medios. Algunos criticaron el viaje de Solís a la trocha, viendo en él un mecanismo para desviar la atención de la huelga magisterial.

PRINCIPALES CINCO DESAFÍOS

En el plan de gobierno del PAC, denominado “Plan Rescate, Trabajo, Progreso y Alegría” destacan tres grandes áreas: el crecimiento económico, la lucha contra la corrupción y el combate a la pobreza y a la desigualdad. Dada la magnitud de la demanda de la ciudadanía por ver materializados cambios, resultará indispensable la priorización de al menos algunos desafíos que permitan constatar que se están poniendo en marcha acciones reales y divorciadas de la forma tradicional y desacreditada de hacer política que los costarricenses repudiaron al expresarse, como lo hicieron, con sus votos. Fallar a las promesas de campaña sería un terrible error, la amarga constatación de que nada cambió.

Son cinco los escenarios de trabajo a los que el PAC tendrá que dedicarse con intensidad si quiere responder a las elevadas expectativas de una mayoría de la población. Si al menos quedan plasmados avances claros en estos cinco temas podría hablarse de un viraje significativo en el rumbo del país.

LA INFRAESTRUCTURA VIAL

El primer desafío es reparar el deterioro de la infraestructura vial, que se ha convertido en el más claro ejemplo del descuido y abandono de las instituciones del Estado. Según estudios del Laboratorio Nacional de Materiales y Modelos Estructurales de la Universidad de Costa Rica, la red vial nacional tiene más de 30 años de retraso, más de un 75% de deterioro en las carreteras pavimentadas, múltiples vías colapsadas, huecos abundantes en distintas calles a lo largo y ancho de todo el país, un faltante importante en la demarcación y otros muchos problemas.

No es de sorprender que el mismo día de su toma de posesión, y tras la juramentación y firma de un compromiso ético de todo su gabinete, Luis Guillermo Solís informara sobre su primer decreto presidencial, en el que se declara interés público la atención de 12 puentes y 9 alcantarillas a punto de colapsar. En el decreto se solicita al nuevo Ministro de Obras Públicas y Transportes adoptar acciones inmediatas para detener el deterioro de la infraestructura vial en varias zonas de todo el territorio nacional.

LA EXTREMA POBREZA

El segundo desafío es la eliminación de la extrema pobreza. Fue ésta una de las primeras promesas de campaña del PAC. ¿Será viable lograrlo en tan sólo cuatro años? Las nuevas autoridades de gobierno han expresado que lo lograrán tomando como punto de partida la identificación de las familias en esa condición: “Hay que hacer una combinación muy estricta de las políticas universales que tenemos en Costa Rica con políticas focalizadas, como, por ejemplo, el subsidio condicionado para que los hijos estén todos en el colegio. Además de eso, si necesitamos brindar otras ayudas las brindaremos”, declaró la Vicepresidenta Ana Helena Chacón al semanario “El Financiero”. Se estima que más de 300 mil personas viven en extrema pobreza en Costa Rica, alrededor de un 7% del total de la población.

CONTRA LA CORRUPCIÓN

El tercer desafío es la lucha contra la corrupción y la transparencia en la gestión pública. Solís ha prometido impulsar un proyecto de ley de transparencia y acceso a la información pública “que desarrolle sistemática y coherentemente el derecho de acceso a la información de interés público y que defina los límites y alcances del secreto de Estado”. Su plan de gobierno también propone la realización de reformas a las leyes anticorrupción e insiste en la necesidad de “despolitizar” los mecanismos para el reclutamiento de funcionarios en las instituciones estatales.

Fue del agrado de muchos que en el primer día de labores en Casa Presidencial, Solís ordenara cortar todos los arbustos que impedían la visibilidad de esas instalaciones. Trascendió que la espesa vegetación había sido sembrada después de una manifestación que “incomodó” al gobierno de hace unos años. Además, en su primera semana de gobierno, Solís y algunos de sus colaboradores cercanos dejaron sus oficinas para ir a saludar a la gente en los comercios y casas de los barrios aledaños a la Casa Presidencial, como señal de cercanía y buena vecindad.

LA REFORMA FISCAL

El cuarto desafío es la reforma fiscal y la generación de empleos de calidad, identificadas como prioridades urgentes de la nueva administración. El economista Vargas ha explicado que es necesario el diseño de una estrategia de política económica que permita generar una buena cantidad de empleos de calidad en un plazo máximo de un año, descartando cualquier política simplista de austeridad fiscal y apuntando, por el contrario, a una estrategia de aumento del gasto, equilibrado con un aumento similar de los ingresos. La reactivación de la economía y la creación de más empleos permitirán eventualmente disminuir el déficit fiscal, a la vez que aliviará el peso relativo de la deuda.

EL SECTOR AGRÍCOLA

El quinto desafío es la recuperación del sector agrícola. Cuando un periodista le preguntó a Luis Guillermo Solís qué le tendría que decir a los agricultores del país, el mandatario expresó: “Les tengo que pedir perdón”. Quizás un buen indicador de que el arrepentimiento es sincero ha sido la designación como ministro del sector de Luis Felipe Arauz, quien fungió como decano de la Facultad de Ciencias Agroalimentarias de la Universidad de Costa Rica y es considerado como persona altamente sensible y con una magnífica formación en este campo.

En varias ocasiones, el nuevo gobierno ha indicado que se propone dar un impulso al agro para el mercado local, sin descuidar los sectores destinados a la exportación. Ha insistido en que el desafío es mayúsculo y asegura que garantizar la producción para consumo interno, pues apoyar las cosechas y la comercialización a lo interno del país generará valor agregado, empleo y la deseada reactivación rural.

ES PRONTO AÚN

El presidente Luis Guillermo Solís dijo a un medio de comunicación internacional: “Algo estaré haciendo bien cuando unos me llaman comunista y otros neoliberal”. De muchas maneras su afirmación retrata la tendencia sostenida del PAC tratando de lucir como un partido de centro que prioriza los consensos por encima de todo.

A pesar de ese tono conciliador -o complaciente-, hay que considerar que las prioridades, tanto las que hemos esbozado, como muchas otras que forman parte de su plan de gobierno, requerirán de tomar decisiones valientes que podrían generarle, no sólo gran cantidad de nuevos enemigos, sino también enfrentamientos sin treguas que atentarían contra las promesas de cambio y obstaculizarían continuamente el quehacer legislativo.

Todo se irá viendo. Y si es que el gobierno está dispuesto a cumplir con sus promesas, tendrá que tomar posición, clara y consistentemente, en temas sensibles. Para algunos, el PAC hará “lo que lo dejen hacer” y cuatro años serán insuficientes para colocar las bases de un proceso transformador, menos aún para que ese proceso rinda frutos. Para otros, más temprano que tarde emergerán las contradicciones y los desencantos.

Es pronto aún para una crítica feroz o para un aplauso sostenido. Surgirán nuevos y viejos desafíos y la forma de enfrentarlos pondrá en el ojo público el verdadero material del que está hecho el joven gobierno.



COMUNICADORA SOCIAL. DIRECTORA DEL SERVICIO JESUITA PARA MIGRANTES DE COSTA RICA.