Leonardo
Boff
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Michael Löwy
es un sociólogo y filósofo franco-brasileño, profundo conocedor del pensamiento
cristiano latinoamericano. Vale la pena oír su voz en esta entrevista dada al
Correio da Cidadania de 21/06/2016. He aquí una parte de la entrevista:
La encíclica
Laudato Si ataca
frontalmente el sistema capitalista. ¿Qué significa esto viniendo de un Papa?
Löwy:
Bergoglio no es marxista y la palabra “capitalismo” no aparece en la encíclica.
Pero queda muy claro que para él los dramáticos problemas ecológicos de nuestra
época resultan de los «engranajes de la actual economía globalizada»,
engranajes que constituyen un sistema global, «un sistema de relaciones
comerciales y de propiedad estructuralmente perverso».
¿Cuáles son
para Francisco estas características «estructuralmente perversas»? Ante todo,
es un sistema en el cual predominan «los intereses ilimitados de las empresas»
y «una discutible racionalidad económica», una racionalidad instrumental que
tiene como único objetivo aumentar el lucro. Para el Papa, esta perversidad no
es propia de uno u otro país, sino de «un sistema mundial, donde predominan la
especulación y el principio de maximización del lucro, y una búsqueda de
rentabilidad financiera que tiende a ignorar todo el contexto y los efectos
sobre la dignidad humana y el medio ambiente.
Así, se
manifiesta la íntima relación entre degradación ambiental y degradación humana
y ética».
La obsesión del crecimiento ilimitado, el consumismo,
la tecnocracia, el dominio absoluto del dinero y la divinización del mercado son otras características
perversas del sistema. En su lógica destructiva, todo se reduce al mercado y al
«cálculo financiero de costes y beneficios». Pero sabemos que «el medio
ambiente es uno de esos bienes que los mecanismos de mercado no son capaces de
defender o de promover adecuadamente». El mercado es incapaz de tener en cuenta
valores cualitativos, éticos, sociales, humanos o naturales, es decir, «valores
que exceden cálculos».
El poder “absoluto” del capital financiero especulativo es un
aspecto esencial del sistema, como reveló la reciente crisis bancaria.
El
comentario de la encíclica es contundente: «la salvación de los bancos a toda
costa, haciendo pagar el precio a la población, confirma el dominio absoluto de
las finanzas que no tienen futuro y sólo puede generar nuevas crisis, después
de una larga, costosa y aparente cura».
Asociando
siempre la cuestión ecológica y la cuestión social, Francisco constata: «la misma
lógica que dificulta tomar medidas drásticas para invertir la tendencia al
calentamiento global es la que no permite cumplir con el objetivo de erradicar
la pobreza». Existe una larga tradición de crítica del capitalismo liberal, o
de los “excesos” del capital en la Iglesia Católica, pero ningún Papa fue tan
lejos en condenarlo como Francisco.
¿Qué tiene
que enseñar la Teología de la Liberación a la izquierda mundial, considerando
sus diferentes corrientes de pensamiento?
Löwy: En
primer lugar, ella nos enseña que la religión puede ser otra cosa, diferente
del simple “opio del pueblo”. Además, Marx y Engels ya habían previsto la
posibilidad de movimientos religiosos con una dinámica anticapitalista. La
izquierda debe tratar con respeto las convicciones religiosas y considerar a
los militantes cristianos de izquierda como parte esencial del movimiento de
emancipación de los oprimidos. La teología de la liberación nos enseña también
la importancia de la ética en el proceso de concienciación y la prioridad del
trabajo de base, junto a las clases populares, en sus barrios, iglesias,
comunidades rurales y escuelas.
¿La iglesia
católica en Brasil está alineada con el Papa Francisco?
Löwy: Buena
parte de los obispos de la CNBB está alineada con Francisco. A algunos incluso
les gustaría que fuese más lejos. Otros, por el contrario, piensan que está
poniendo en peligro la doctrina de la fe y tratan de poner obstáculos a sus
propuestas. Pero la Iglesia brasilera, a pesar de sus límites, en particular en
lo que concierne al derecho de las mujeres sobre sus cuerpos –divorcio,
contracepción, aborto– es una de las más progresistas del mundo católico.
La “Opción
Preferencial por el Pobre”, conjunto de ideas y acciones prácticas contrarias a
la lógica de acumulación y retención de capital del actual sistema
político y económico, si se lleva plenamente a la práctica resultará en
confrontaciones violentas. ¿Cómo se posicionaría el Papa en este escenario,
según usted?
Löwy: La
Iglesia tradicionalmente busca “evitar” los confrontamientos violentos. Pero en
la Conferencia de Medellín de los
obispos latinoamericanos, en 1968, fue adoptada una resolución importante que
reconoce el derecho de insurrección del pueblo contra tiranías y estructuras
opresivas. Como sabemos, algunos miembros del clero llevaron su opción
libertaria y su compromiso con la lucha de los pobres hasta las últimas
consecuencias, participando en movimientos armados de emancipación.
Fue el caso
de Camilo Torres en Colombia,
que decidió unirse al Ejército de Liberación Nacional y murió en combate en
1966. Pocos años después, un grupo de jóvenes dominicanos dio su apoyo a la
ALN, dirigida por Carlos Marighella, en la
lucha contra la dictadura militar. Y en la década de 1970, los hermanos
Cardenal y varios otros religiosos participaron en el Frente Nacional de
Liberación de Nicaragua. Es difícil prever, en el momento actual, qué tipo de
“confrontaciones violentas” se darán contra el sistema capitalista, y menos aún
cuál será la posición.