Nazanin Armanian
www.publico.es/281015
Se confirma lo que había sido tachado
como otra “teoría de la conspiración”. Es ésta la verdadera conspiración
diseñada para desmantelar el Estado sirio: desde
el 2011, Israel presta apoyo militar y logístico a Al Qaeda en Siria. La
publicación de la foto de Netanyahu con un herido “rebelde” sirio en un hospital
militar israelí de los Altos de Golan, fechada el 14 de febrero de 2014, forzó
a periódicos como The Wall Street Journal, The Times of Israel o The Daily Beast a justificar o
analizar lo que parecía increíble: un político que tacha de terroristas a los islamistas
de Irán y de Hamas y pide al mundo que los bombardeen, dando la mano a un
“terrorista islámico” que al parecer desean “borrar a Israel de la faz de la
tierra”.
Antes de ellos, las Fuerzas de las Naciones Unidas
de Observación de la Separación (FNUOS) instaladas en el Golán habían informado
de la “interacción” entre el ejército israelí y el Frente al-Nusra (Al Qaeda),
que es la fuerza dominante entre los “Contra-Sirios” de la zona. Desvelar este
secreto en su facebook le costó al veterano activista druso Ahmad Makat, que ya
había pasado 27 años de su vida en las prisiones israelíes, un nuevo arresto en
el febrero del 2014. En la nueva versión de la “coexistencia
pacífica” el cuartel de los alqaedistas
está a poca distancia de la base militar de Israel en el Golán.
La explicación oficial es “prestar ayuda humanitaria” a unos seres humanos en un
conflicto bélico. Increíble el ataque de sensibilidad de un régimen que
practica un despiadado genocidio contra los civiles desarmados palestinos,
incluido los niños, y que es el único país vecino de Siria que no acoge a
refugiados.
¿No está Al Qaeda acusado de perpetrar atentados
en EEUU, Europa y el resto del mundo, matando a miles de personas? ¿O detrás de
esta hermosa amistad, como dice Amos
Yadlin, el ex director de la inteligencia militar israelí, los yihadistas “ofrecen algunas oportunidades estratégicas para Israel”. Yadlin tampoco confiesa las 23 verdades
incómodas sobre los yihadistas, como la Nueva Arma de Destrucción Masiva (NADM)
que manejan. Israel ha introducido a un número indeterminado de palestinos
colaboracionistas en las filas yihadistas, para que mientras se convierten en
carne de cañón de sus intereses, cubran su terror con un halo de “legitimidad”
y simpatía ante los ingenuos.
No es que el fin
justifique los medios
“Israel
debe aplastar toda Gaza como EEUU destruyó Hiroshima”, es el consejo
de Gilad Sharon, el hijo del carnicero de Sabra y Shatila, y el mismo que
prefiere tener en las fronteras de Israel a los decapitadores y
violadores del Estado Islámico que a una Hezbolá proiraní. ¿Se
trata de “pescar en río revuelto” o de revolver sus aguas con
la intención de pescar algo?
Los yihadistas, alias
NADM, sirven para convertir la vida y la civilización en ceniza, en Gaza,
Irak, Afganistán, Libia, Yemen, Rusia entre otros objetivos de sus fabricantes,
esos bomberos pirómanos. Para un Israel cuya pretensión de expandir su
hegemonía desde Éufrates hasta el Nilo no corresponde con su poderío militar y
político, un “proxy” como los discípulos de Bin Laden es una eficiente
estrategia.
Durante la guerra
contra Irak, Donald Rumsfeld creó al Grupo de Operaciones Proactivas y
Preventivas (P2OG) cuya tarea era realizar atentados de bandera falsa para
luego justificar una reacción de represalia, manteniendo la “guerra permanente”
de EEUU por el mundo. Una de las posibles obras del P2OG ha sido el atribuido
al Estado Islámico en la Catedral Sayedat al-Naja en Irak, el 10 de noviembre
del 2010, masacrando a unos 60 cristianos, sunnitas y chiitas. Se pretendía
mantener inestable Irak, impedir su reconstrucción, difundir el terror y
provocar odio entre los sunnitas, chiitas y cristianos.
Objetivos
israelíes en Siria
A corto plazo
* Anexionar los Altos
del Golán sirio, y así quedarse con su agua, como un paso hacia el control de
los recursos hídricos de los vecinos. De hecho, los yihadistas ya controlan el
curso de los ríos Tigris y Éufrates en Irak y en Siria. El Plan Yeor, diseñado
en 1974, prevé desviar el agua del Nilo desde la ocupada Gaza. “Establecer
una zona de seguridad hidráulica” y controlar los recursos hídricos de
Líbano fue uno de los objetivos del Plan Oranim, santo y seña de la invasión
israelí al Líbano en 1982. La
conquista del agua también fue uno de los factores de la destrucción del Estado
libio en 2011 por la OTAN: allí está la segunda reserva del agua dulce del
mundo.
* Destrozar el eje
de resistencia, compuesto por Irán–Siria-Irak-Hizbolá, que se ha
conseguido.
A largo plazo
* Convirtiendo dicho
eje en diminutos enclaves étnicos y religiosos incapaces de cuestionar su
hegemonía en la región, que es lo mismo que el ‘plan
B’ de la agenda de Obama para Siria.
Israel y la intervención
rusa en Siria
+ Teniendo en cuenta
que el objetivo estratégico de Tel Aviv en Siria no es derrocar a Bashar al
Assad, sino romper el país, posibilita alcanzar un acuerdo con Moscú, de
aceptar su influencia (y mantener su base militar en Tartus) en la región
alauita de Siria, después de su desintegración oficial. De hecho, la entrada
militar de Rusia en la escena forzará a EEUU intensificar su apoyo a los “contras”
y establecer la zona de exclusión aérea —desde frontera de Turquía o desde Los
Altos del Golán—, paso previo a balcanizar el país.
+ Los ataques rusos
están forzando la huida de una parte de los yihadistas hacia Irak y Turquía,
aumentando la inestabilidad de estos rivales de Israel.
+ Rusia está liderando la coalición “Pro-Assad”,
asestando un golpe significativo a la imagen y las tácticas diseñadas por
Teherán como el principal valedor del presidente sirio. Lo cual le asegura a
Tel Aviv que las fuerzas iraníes y libanesas, no sólo no actuarán contra Israel
sino que desalojaran Siria una vez que termine el conflicto. Moscú apoyó
durante años las sanciones impuestas por EEUU contra Irán —la primera reserva
mundial del gas—, por lo que hará todo lo posible para que ninguno de los dos
proyectos de gaseoducto, el de Irán-Irak-Siria y el de Qatar-Arabia
Saudi-Irak-Siria se lleve a cabo. Es una extraña realidad que las relaciones de
Netnayahu con el “amigo Putin” es mucho mejor que con Barak
Obama, quien en este caso intenta aumentar el peso de Irán en perjuicio de
Arabia y de Israel.
+ La lucha contra los
yihadistas alias NADM ha vuelto a acercar a Irak y Rusia, por primera
vez tras la caída de la URSS. Hecho que beneficiaría a Israel y Arabia Saudi en
perjuicio de Irán, pero también de EEUU.
+ Siria ha relegado la
guerra total del régimen de Netanyahu en marcha contra Palestina y ha puesto
fin al debate sobre dos Estados.
El futuro de Siria
El mejor escenario sirio para Tel Aviv fue antes
de la intervención rusa cuando el conflicto se había enquistado, y podría durar
algunos años más, desgastando a todos los países de la región, salvo a Israel.
Así sucedió con la guerra entre Irán e Irak (1980-1988), diseñada en el marco
de la doctrina de dual containment («doble contención»), por Henry Kissinger,
cuyo objetivo era impedir el desarrollo económico, político, social y militar
de Irán e Irak, a beneficio de Israel.
Ahora que Irak ha vuelto a la Edad de Piedra, Irán
es el principal motivo de los 1+12 razones de la guerra contra Siria. Ya
ven, cuando el neocon Richard Perle proponía en 1996
que “Israel en cooperación con Turquía y Jordania, debe debilitar a Siria y
eliminar el poder de Saddam Hussein en Irak” hablaba de un plan que se está
ejecutando paso a paso, disolviendo Siria e Irak, como Estados, como naciones.
Con la destrucción
total del país y su sociedad, cualquier escenario en Siria será favorable a
Israel: su partición en mini estados; convertirse en un sistema confesional
parecido al del Líbano, e incluso su descenso al infierno del “Estado
fallido”, ya que siempre es mejor que tener a un Estado fuerte como vecino. Los sirios se han convertido en la segunda
población de refugiados más grande del planeta, después de los olvidados
palestinos. ¿Es casualidad que ambos pueblos comparten frontera con Israel?
Así es, el pequeño país
judío para convertirse en una superpotencia necesitará tres elementos: +
Territorio, + Petróleo, + Agua. Y los elementos se encuentran en los países
vecinos.
Es una “conspiración
ideológica” que Israel equipare su derecho a existir con sus pretensiones
hegemónicas, dejando tierras quemadas a su paso.
Ahora, y junto con
Arabia Saudí y Turquía, ponen el último clavo al ataúd de la doctrina
de Obama basada en contener a China, reteniéndole en Oriente Próximo
para que garantice sus supremacías frente a un gigante como Irán. Pekín,
encantado, mira cómo las otras grandes potencias se ahogan en el
pequeño “sirio”.
La ultraderecha israelí
vive un espejismo, a pesar de haber ejecutado casi a rajatabla el Plan Yinon de
hacer desaparecer a los rivales de Israel, porque desconoce la dialéctica y
también la
dinámica de los vasos comunicantes en una región altamente volátil.