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Una tragedia anunciada. Es de esta manera que las instituciones
indígenas y las organizaciones ruralistas están tratando la situación entre
indios guaraníes y hacendados.
El caso más reciente fue el del indio Guaraní Bernardino Dávila,
asesinado a tiros cuando volvía de un partido de fútbol en otra aldea, en el
oeste del Estado de Paraná. En visita de entidades indígenas a las aldeas
Tekohá Y’Hovy y Tekohá Mirin, los líderes indígenas informaron que varias
amenazas ya se cumplieron desde comienzos de año como forma de intimidar a los
indígenas. De acuerdo con testigos, un automóvil plateado con tres personas
adentro pasó disparando varias veces, alcanzando a Bernardino con tres tiros,
además de que uno de los niños que lo acompañaba recibió raspones de bala en la
cabeza, en el brazo y en la pierna.
Sin embargo, es en el Estado de Mato Grosso do Sul (MS) donde la
situación es más crítica. El clima de guerra está cada vez más enrarecido en
las disputas de tierras de la región. Los indios reivindican la demarcación de
las tierras de sus ancestros, mientras que los hacendados no aceptan esas
demarcaciones, alegando que las tierras son propiedades privadas y que tienen
el derecho de defenderlas de los invasores.
El hecho es que la disputa se convirtió en una guerra particular contra
los pueblos indígenas y los hacendados se han manifestado en formas cada vez
más agresivas en sus discursos y acciones. En Campo Grande, en Mato Grosso do
Sul (MS), durante la invasión de la sede de la Funai (Fundación Nacional del
Indio) por productores rurales, el último 19 de noviembre, una hacendada se
dirigió a los indios que estaban en el lugar, gritando: "El día 30 está
llegando (...), y ruego por una plaga para ustedes: que mueran. ¡Que mueran
todos!". Después de los gritos, ella fue aplaudida por los manifestantes.
El 30 de noviembre es el plazo final, establecido por los productores
rurales de MS, para que el gobierno solucione los conflictos en el Estado. Sin
embargo, ya se sabe que eso no ocurrirá. Ante esto, los hacendados, mediante
sus asociaciones, viene haciendo, públicamente, declaraciones en tonos
amenazantes. "El plazo para una solución final es el 30 de noviembre.
Después, como ya es tragedia anunciada, los hacendados van a partir hacia la
confrontación legítima con miras a defender su derecho de propiedad. Y va haber
derramamiento de sangre, desgraciadamente", declaró el vicepresidente de
la Asociación de Criadores de Mato Grosso do Sul (Acrisul), Jonatan Pereira
Barbosa.
A pesar de que aún hay un plazo, los conflictos sangrientos ya están
ocurriendo y los indios son las mayores víctimas, sea en forma directa o
indirecta. Según datos publicados por el Consejo Indigenista Misionero (Cimi), en los últimos 10 años, ocurrieron 560
asesinatos y 206 casos de suicidio de indígenas en Brasil. Datos
alarmantes, ya que los números de asesinatos entre los indios guaraníes
sobrepasan el índice nacional de homicidios en Brasil, que ya es por sí sólo
uno de los más elevados del mundo.
Los líderes indígenas reclaman que varias amenazas ya fueron cumplidas,
desde comienzos de año, como forma de intimidación, pero que los medios de
comunicación locales hacen poco caso de la situación y lo tratan como si fuese
el resultado de una pelea de bar. "Para nosotros, éste no es un caso
aislado y merece una profunda investigación. No podemos descartar la
posibilidad de que ha ocurrido en función del conflicto anunciado en la región.
Ante esta atrocidad cometida contra la vida Guaraní, venimos a manifestar
nuestro repudio y a prestar nuestra solidaridad”. Informaron los líderes.