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"Los
grupos que desarrollan políticas en favor de Israel, como el AIPAC, trabajan
con fondos ilimitados para desviar la política de EE.UU. en la región (Oriente
Medio)". (Jack Straw, Miembro del Parlamento y
exministro de Asuntos Exteriores del Partido Laborista británico).
"Estados Unidos debe dejar caer una bomba
nuclear sobre Irán para impulsar al país a acabar con su programa
nuclear". (Sheldon Adelson, mayor donante del
Partido Republicano y gran recaudador de fondos para los comités de acción
política pro Israel, discurso en la Universidad Yeshiva, de Nueva York, 22 de
octubre de 2013).
La cuestión de la
guerra o la paz con Irán recae en las políticas adoptadas por la Casa Blanca y
el Congreso de los EE.UU. Las propuestas de paz que hizo el recién elegido
presidente de Irán, Rohani, han resonado favorablemente en todo el mundo,
excepto en Israel y sus acólitos sionistas en EE.UU. y Europa. La primera
sesión de negociación procedió sin recriminaciones y dio lugar a una evaluación
optimista de ambas partes. Precisamente a causa de la respuesta inicial
favorable entre los participantes, el Gobierno israelí intensificó su guerra de
propaganda contra Irán. Sus agentes en el Congreso de los EE.UU., en los medios
de comunicación y en el poder ejecutivo pasaron a socavar el proceso de paz.
Lo que está en juego
es la capacidad de Israel para emprender –como apoderado- guerras con los
ejércitos de los EE.UU. y sus aliados de la OTAN contra cualquier gobierno que
desafíe la supremacía militar de Israel en el Medio Oriente, su anexión
violenta de los territorios palestinos y su capacidad para atacar a cualquier
adversario con impunidad.
Para entender lo que
está en juego en las actuales negociaciones de paz hay que prever las
consecuencias de un fracaso. Bajo la presión de Israel, EE.UU. anunció que su
"opción militar" podría ser activada, resultando en ataques con
misiles y una campaña de bombardeos contra 76 millones iraníes con el fin de
destruir su Gobierno y su economía. Teherán podría tomar represalias contra tal
agresión apuntando a las bases militares de Estados Unidos en la región y a las
instalaciones petroleras del Golfo, lo que redundaría en una crisis global.
Esto es lo que Israel quiere.
Vamos a comenzar por
examinar el contexto de la supremacía militar de Israel en el Medio Oriente. A
continuación, se procederá a analizar el increíble poder de Israel sobre el
proceso político de EE.UU. y cómo se da forma al proceso de negociación de hoy,
con especial énfasis en el poder sionista en el Congreso de los EE.UU.
El contexto de la
supremacía militar de Israel en el Medio Oriente
Desde el final de la
Segunda Guerra Mundial, Israel ha bombardeado, invadido y ocupado más países en
el Oriente Medio y África que el poder colonial anterior, excepto los EE.UU. La lista de víctimas de
Israel incluye: Palestina, Siria, Líbano, Egipto, Irak, Jordania, Sudán y
Yemen. Si se incluyen los países en los que Israel ha lanzado ataques y
asesinatos terroristas casi clandestinos, la lista se ampliará
considerablemente para incluir una docena de países de Europa y Asia,
incluyendo los EE.UU. a través de su red terrorista sionista.
La proyección de la fuerza militar de Israel, su capacidad de librar
guerras ofensivas a su antojo, se corresponde con su impunidad casi total. A pesar
de sus reiteradas violaciones del derecho internacional, incluidos crímenes de
guerra, Israel nunca ha sido censurado por un tribunal internacional o sometido
a sanciones económicas debido a que el gobierno de EE.UU. utiliza su posición
de vetar resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU y de presionar a sus
aliados de la OTAN y la UE.
La supremacía
militar de Israel tiene menos que ver con el "resplandor"
tecno-industrial nacional de sus traficantes de guerra y más con las
transferencias y robo descarado de la tecnología y las armas nucleares,
químicas y biológicas de los EE.UU. (Grant Smith “Ten
Explosive US Government Secrets of Israel” IRMEP -Diez secretos explosivos del
Gobierno de los EE.UU. que posee Israel-). Los sionistas en
los EE.UU. y Francia han jugado un papel estratégico (y traidor) en el robo y
transporte ilegal de tecnología nuclear y componentes de armas a Israel, de
acuerdo con una investigación realizada por el exdirector de la CIA, Richard
Helms.
Israel mantiene enormes arsenales de armas nucleares, químicas y
biológicas mientras niega el acceso a los inspectores internacionales de armas
y no está obligado a cumplir el Tratado de No Proliferación, debido a la intervención
diplomática EE.UU. Bajo la presión de "configuración de poder
sionista local (ZPC, por sus siglas en inglés), el gobierno de EE.UU. ha
bloqueado toda acción que pueda limitar la producción de armas de destrucción
masiva de Israel. De hecho, EE.UU. sigue
proveyendo a Israel de armas estratégicas de destrucción masiva para que las
utilice contra sus vecinos, en violación del derecho internacional.
La ayuda militar de
EE.UU. y la transferencia de tecnología a Israel supera los 100.000 millones
durante el último medio siglo. La intervención de EE.UU. por las vías
diplomática y militar fue crucial en el rescate de Israel de la derrota en la
guerra de 1973. La negativa del presidente de EE.UU. Lyndon Johnson de defender
la desarmada nave de inteligencia, el USS Liberty en 1967, después de haber
sido bombardeado y quemado con napalm por aviones de combate y buques de guerra
israelíes en aguas internacionales, constituye una tremenda victoria para
Israel gracias a los asesores sionistas de Johnson. Debido a su impunidad,
incluso en matar soldados estadounidenses, Israel se ha dado vía libre para
hacer guerras de agresión para dominar a sus vecinos, cometer actos de
terrorismo y asesinar a sus adversarios en todo el mundo sin temor a
represalias.
La indiscutible
superioridad militar de Israel ha convertido a varios de sus vecinos en
colaboradores cuasi-clientes: Egipto y Jordania han sido aliados de facto, junto
con las monarquías del Golfo, ayudando a Israel a reprimir los movimientos
nacionalistas y pro palestinos de la región.
El factor más
decisivo en el ascenso y la consolidación del poder de Israel en el Medio
Oriente no ha sido su valor militar, sino su alcance e influencia política a
través de sus agentes sionistas en los EE.UU. Las guerras de Washington contra
Irak y Libia, y su actual apoyo al asalto mercenario contra Siria, han
destruido a tres grandes oponentes nacionalistas seculares de las ambiciones
hegemónicas de Israel.
En la medida en que Israel acumula más poder en la región, se extiende
la colonización de los territorios palestinos hacia el este, hacia la
destrucción del último obstáculo a sus políticas coloniales: Irán.
Durante al menos dos
décadas, Israel ha conducido a sus agentes en el extranjero - (la ZPC) - para
destruir el Gobierno de Irán por medio de la desestabilización de su sociedad,
el asesinato de sus científicos, bombardeando sus establecimientos militares y
laboratorios y estrangulando su economía.
Después de que la
ZPC presionó con éxito a los EE.UU. a la guerra contra Irak en 2003 triturando
literalmente su sociedad secular compleja y matando a más de un millón de
iraquíes, giró su visión hacia la destrucción de Líbano (Hezbolá) y el Gobierno
secular de Siria como una forma de aislar a Irán y prepararse para un ataque.
Mientras miles de civiles libaneses fueron asesinados en 2006, el ataque de
Israel al Líbano falló, a pesar del apoyo del gobierno de EE.UU. y la campaña
de propaganda salvaje de la ZPC. Histérico frente a su fracaso y para
"compensar" su derrota a manos de Hezbolá y "levantar la
moral", Israel invadió y destruyó gran parte de Gaza (2008-2009), la mayor
prisión al aire libre del mundo.
A falta de capacidad
militar para atacar a Irán por su cuenta, Israel dirigió a sus agentes para
manipular al gobierno de los EE.UU. para iniciar una guerra con Teherán. Los
líderes militaristas de Tel Aviv han dado rienda suelta a sus enviados
políticos de la ZPC en todos los EE.UU. para que trabajen en pos de destruir
Irán, el último adversario significativo para la supremacía israelí en el Medio
Oriente.
La estrategia
israelí-ZPC está diseñada para establecer el escenario para una confrontación
de EE.UU con Irán, utilizando sus agentes en el poder ejecutivo, así como su
continua corrupción, el soborno y el control del Congreso de EE.UU. El control
del ZPC sobre los medios de comunicación refuerza su campaña de propaganda.
Cada día, el New York Times y el Washington Post publican
artículos y editoriales que promueven la agenda de guerra de Israel. El ZPC
utiliza el Departamento de Estado de EE.UU. para obligar a otros estados de la
OTAN para que también se enemisten con Irán.
La guerra de Israel
con Irán. La presión política a los EE.UU., las sanciones económicas y las
amenazas militares
En soledad, la "guerra" de Israel con Irán no va mucho más
allá de su sabotaje cibernético, los asesinatos periódicos de científicos
iraníes utilizando sus agentes a sueldo que proliferan entre los grupos
terroristas iraníes y los continuos
golpes por parte de los políticos israelíes y su multitud de prosternados.
Fuera de Israel, esta campaña ha tenido poco impacto en la opinión pública. La guerra de Israel contra Irán depende
exclusivamente de su capacidad para manipular la política de EE.UU. con sus
agentes locales y los grupos que dominan el Congreso de EE.UU. ya sea través de
los nombramientos de funcionarios en puestos clave en los departamentos del
Tesoro, Comercio y Justicia, y como “asesores” sobre el Oriente Medio.
Israel no puede
organizar una campaña de sanciones efectivas contra Irán, ni puede influir en
cualquier gran potencia para cumplir dicha campaña. Sólo los EE.UU. tiene ese
poder. El dominio de Israel en Oriente Medio proviene enteramente de su
capacidad para movilizar a sus representantes en los Estados Unidos que tienen
asignada la tarea de asegurar la total sumisión a los intereses de Israel de
parte de los funcionarios públicos electos y designados especialmente en lo que
respecta a los adversarios regionales de Israel.
Estratégicamente
colocados, los ciudadanos que tienen doble ciudadanía, de EE.UU. y de Israel,
"han utilizado su ciudadanía de los EE.UU. para asegurar altos cargos de
seguridad en el Gobierno directamente implicados en las políticas que afectan a
Israel. Como israelíes, sus actividades están en consonancia con los dictados
de Tel Aviv.
En la administración
Bush (2001-2008) ocupaban altos cargos en el Pentágono las personalidades con
ideología "primero Israel", como (Paul Wolfowitz, Douglas
Feith), seguridad para Oriente Medio (Martin Indyk, Dennis Ross), la oficina
del Vicepresidente ('Scooter' Libby), Hacienda (Levey) y el Departamento de
Seguridad Nacional (Michael Chertoff). En la administración de Obama los
cargos con la misma ideología, "Israel primero", incluyen a Dennis
Ross, Rahm Emanuel, David Cohen, el secretario del Tesoro de Jack "Jake la
serpiente" Lew, el Secretario de Comercio Penny Pritzker y Michael Froman
como representante comercial, entre otros.
El poder concreto de
Israel dentro del poder ejecutivo se corresponde con su dominio del Congreso de
los EE.UU. A diferencia de algunos críticos, Israel no es un "aliado"
ni un "cliente" de los EE.UU. La evidencia de la gran asimetría en la
relación abunda en el último medio siglo. Debido a estos poderosos
representantes en el Congreso y el poder ejecutivo, Israel ha recibido más de 100.000 millones de dólares como tributo de
los EE.UU. durante los últimos 30 años, algo así como 3.000 millones de dólares
más al año. El Pentágono de EE.UU. ha transferido la tecnología militar más
avanzada y actualizada y participó en varias guerras en nombre de Israel. El
Tesoro de EE.UU. ha impuesto sanciones contra el comercio potencialmente
lucrativo y socios de inversión en el Oriente Medio (Irán, Irak y Siria)
privando a agricultores, exportadores de los EE.UU. de manufacturas y a las
compañías petroleras de más de 500.000 mil millones en ingresos.
La Casa Blanca
sacrificó la vida de más de 4.400 soldados estadounidenses en la guerra de
Irak, una guerra promovida por los apoderados de Israel y a requerimientos de
sus líderes. El Departamento de Estado ha rechazado relaciones de amistad y
rentabilidad con más de 1.500 millones de musulmanes, apoyando la colonización
ilegal de Jerusalén y Cisjordania por más de medio millón de colonos judíos en
territorio palestino ocupado militarmente.
La pregunta estratégica es cómo y por qué esta relación unilateral entre
los EE.UU. e Israel persiste por tanto tiempo, incluso cuando va
en contra muchos de los intereses estratégicos y de élite de Estados Unidos. La
cuestión más inmediata y apremiante es cómo estas relaciones históricamente
desiguales tienen efectos actuales en las sanciones Estados Unidos - Irán y en
las negociaciones nucleares.
Irán y las
negociaciones de paz
Sin duda, el
presidente de Irán, recientemente elegido y su ministro de Relaciones
Exteriores están dispuestos a negociar el fin de las hostilidades con los
EE.UU., haciendo grandes concesiones que garanticen el uso pacífico de la
energía nuclear. Han declarado que están abiertos a la reducción o incluso
poner fin a la producción de uranio altamente enriquecido, reduciendo el número
de centrifugadoras, e incluso permitiendo inspecciones intrusivas, no
anunciadas, entre otras propuestas prometedoras. El Gobierno iraní propone una
hoja de ruta con objetivos finales, como parte de los acuerdos iniciales. La
secretaria de Relaciones Exteriores de la Unión Europea, Lady Ashton, ha
comentado favorablemente la reunión inicial.
El Gobierno de los
EE.UU. ha dado señales contradictorias a raíz de las propuestas de Irán y de la
reunión de apertura. Algunos comentarios individuales se muestran moderadamente
positivos, mientras que otros son menos alentadores y rígidos. La plana mayor
sionista, como Jack 'Jake' Lew, el Secretario del Tesoro, insiste en que las
sanciones permanecerán hasta que Irán cumpla con todas las exigencias de los
EE.UU. (léase "israelíes"). El Congreso de EE.UU., comprado y
controlado por la ZPC, rechaza las propuestas prometedoras y flexibles iraníes,
insistiendo en "opciones" militares o el total desmantelamiento del
programa nuclear legal y pacífico de Irán, posiciones de la ZPC diseñadas para
sabotear las negociaciones. Con ese propósito, el Congreso ha aprobado nuevas
sanciones económicas, más extremas para estrangular la economía petrolera
iraní.
Cómo los comités de
acción política de Israel controlan el Congreso de EE.UU. y preparan la guerra
con Irán
La Configuración del
Poder Sionista, ZPC, utiliza su poder de fuego financiero para dictar la
política del Congreso sobre el Oriente Medio y para asegurarse de que el
Congreso de EE.UU. y el Senado no se apartan un ápice de servir a los intereses
de Israel. El instrumento que el sionismo utiliza es la compra de los
funcionarios electos en los EE.UU. en el comité de acción política (PAC).
Gracias a una
decisión del año 2010 de la Corte Suprema de EE.UU., la super PAC-ligada a
Israel, gastó enormes sumas de dinero para elegir o destruir candidatos en
función de su labor política a favor de Israel. Mientras estos fondos no vayan
directamente a manos del candidato, estos super comités no tienen que revelar
cuánto gastan y cómo se gasta.
Se estima que el ZPC derivó fondos directos e indirectos vinculados a
los legisladores estadounidenses por un monto aproximado de 100 millones de
dólares en los últimos 30 años. El ZPC canaliza estos fondos a los líderes
legislativos y miembros de los comités del Congreso que se ocupan de la política
exterior, especialmente presidentes de los subcomités que se ocupan de Oriente
Medio. Como era de esperar, los mayores receptores del dinero de ZPC en el
Congreso para quienes han promovido agresivamente las políticas de la línea
dura de Israel.
En otras partes del
mundo, tales sobornos a gran escala para los votos legislativos serían
considerados como soborno flagrantes y serían perseguidos por delito grave, y
con prisión para ambas partes. En los
EE.UU., la compra y venta de voto de un político se llama lobby y es legal y
abierta. La rama legislativa del gobierno de los EE.UU. ha llegado a
parecerse a un prostíbulo de alto precio o subasta de esclavistas blancos que
juegan con la vida de miles de ciudadanos.
La ZPC ha comprado
la alianza de las personas y senadores del Congreso estadounidense a gran
escala. De 435 miembros de la Cámara de
Representantes de EE.UU. (sic), 219 han recibido pagos de la ZPC a cambio
de su voto a favor del Estado de Israel. La
corrupción es mucho mayor aún entre los 100 senadores, 94 de los cuales han
aceptado dinero del pro israelí PAC y del super PAC por su lealtad a Israel.
El ZPC derrama
dinero tanto para los republicanos como para los demócratas, consiguiendo votos
increíbles (en esta época de estancamiento del Congreso), casi votaciones
unánimes (de ambos partidos) a favor del "Estado judío", incluyendo
sus crímenes de guerra, como el bombardeo de Gaza y Líbano, así como los 3.000
millones dólares anuales más de los EE.UU. que paga el contribuyente como tributo
a Tel Aviv.
Al menos 50
senadores estadounidenses han acumulado individualmente entre 100.000 y 1
millón de dólares en dinero del ZPC en las últimas décadas. A cambio, han
votado por más de 100.000 millones en pagos de tributo a Israel... además de
otros "servicios y retribuciones". Los miembros del Congreso de
EE.UU. son más baratos: 25 legisladores han recibido entre 238.000 y 50.000
dólares, mientras que el resto tiene cacahuetes.
Independientemente
de la cantidad, el resultado final es el mismo: los miembro del Congreso
recogen el guión de sus mentores sionistas en las PAC, super PAC y
AIPAC, respaldan todas las guerras de Israel en el Medio Oriente y
promueven la agresión EE.UU. en nombre de Israel.
Los legisladores más
abiertos e influyentes obtienen la mayor parte del soborno sionista. El Senador
Mark Kirk (¡Bombas sobre Teherán!) encabeza la lista de los "cerdos en el
canal" con 925.000 dólares en pagos del ZPC, seguido de John McCain
(¡Bombas sobre Damasco!) con 771.000 dólares, mientras que los senadores Mitch
McConnell, Carl Levin, Robert Menéndez, Richard Durban y otros políticos
filosionistas no se muestran tímidos al momento de poner sus pequeños cuencos
para la mendicidad cuando llega el repartidor del dinero del PAC pro Israel.
La congresista de
Florida, Ileana Ros-Lehtinen, encabeza la lista de la "Casa", con
238.000 dólares por su récord de 100% a favor de Israel, así como por ser más
belicista que incluso el mismo Netanyahu. Eric Cantor recibió 209.000
dólares por defender las "guerras de Israel" con vidas
estadounidenses al cortar los pagos de seguridad social a las personas mayores
de Estados Unidos con el fin de aumentar la ayuda militar a Tel Aviv. El
representante por las minorías Whip Steny Hoyer, consiguió 144.000 dólares por "fustigar
a los pocos vacilantes" demócratas para devolverlos al "campo
israelí". El líder de la mayoría John Boehner recibió 130.000 dólares por
hacer lo mismo entre los republicanos.
La ZPC ha gastado
enormes cantidades de dinero en destruir a una docena de legisladores
disidentes que se habían enfrentado a las guerras de Israel y sus grotescas
violaciones de los derechos humanos. La ZPC ha invertido millones en las
campañas individuales, no sólo la financiación de candidatos de la oposición
que prometieron lealtad a Israel, sino para montar magnicidios de carácter
difamatorios de los críticos de Israel durante el mandato. Estas campañas se
han montado en las partes más oscuras de los EE.UU., en particular en los
distritos mayoritarios afroamericanos, donde los intereses sionistas locales y
su influencia de otra manera serían absolutamente nulos.
No hay líderes de
partidos u organización cívica que puedan compararse con los de PAC, super PAC
en la disputa por el poder que es la Quinta Columna de Israel. Según los
documentos archivados por el valiente investigador Grant Smith, de IRMEP,
cuando se trata de Israel, el Departamento de Justicia de los EE.UU. se niega
rotundamente, por lo menos desde el año 1963, a hacer cumplir sus propias leyes
federales que requieren el procesamiento de ciudadanos estadounidenses que no
pueden registrarse como representantes extranjeros mientras trabajan para un
país extranjero.
Por otro lado ZPC, a
través de "Anti-Difamation League", ha logrado presionar al
Departamento de Justicia, el FBI y la NSA para hacer investigar y enjuiciar a
patrióticos ciudadanos estadounidenses respetuosos de la ley, críticos de la
ocupación de tierra palestina que hace Israel y de los corruptores sionistas
que hacen en nombre de su amo extranjero al sistema político de EE.UU.
La corrupción y la
degradación de la democracia en EE.UU. son posibles gracias a la "prensa
respetable" igualmente comprometida y dañada. Crítico de los medios de
comunicación, Steve Lendman, ha señalado el vínculo directo entre Israel y los
medios de comunicación en su investigación del New York Times. Los
periodistas más importantes ("justos y equilibrados") que informan
sobre Israel tienen fuertes lazos familiares y políticos con ese país y sus
artículos han sido poco más que propaganda.
El reportero del Times
Ethan Bronner, cuyo hijo sirvió en el ejército israelí, es un apologista desde
hace tiempo del Estado sionista. Isabel Kershner, también reportera del Times,
cuyos "escritos" parecen venir directamente de la Oficina de Relaciones
Exteriores de Israel, está casada con Hirsh Goodman, asesor del régimen de
Netanyahu sobre "asuntos de seguridad". El jefe de la oficina del Times
en Jerusalén, Jodi Rudoren, vive cómodamente en el hogar ancestral de una
familia palestina desposeída de esa antigua ciudad.
La inquebrantable
postura del Times a favor de Israel proporciona una cobertura política y
la necesaria justificación de los corruptos políticos de Estados Unidos que
baten los tambores de guerra de Israel. No es de extrañar que tanto el New
York Times, como el Washington Post, estén profundamente
comprometidos en denostar y denunciar las actuales negociaciones entre Estados
Unidos e Irán y proporcionan un amplio espacio a la retórica unilateral de los
políticos israelíes y sus voceros de Estados Unidos,
mientras estudiadamente excluyen las voces más racionales a favor del
acercamiento de experimentados exdiplomáticos estadounidenses, líderes
militares cansados de la guerra y
representantes del comercio de los EE.UU. y las comunidades académicas.
Para entender la
hostilidad del Congreso hacia las negociaciones nucleares con Irán y los
esfuerzos para sabotear a través de la imposición de nuevas sanciones
ridículas, es importante llegar a la fuente del problema, a saber, las declaraciones
de los políticos israelíes claves, que marcan la línea de marcha de sus
acólitos estadounidenses.
A finales de octubre
de 2013, el exjefe de Inteligencia de Defensa israelí Amos Yadlin, habló de
tener que elegir entre "La bomba o el bombardeo", un mensaje que de
inmediato resonó con los 52 Presidentes de las Principales Organizaciones
Judías Estadounidenses (Daily Alert, 24 de octubre de 2013). El 22 de octubre de 2013, el ministro de
Inteligencia de Israel, Yuval Steinitz, pidió endurecer con nuevas sanciones
contra Irán e insistió en que los EE.UU. deben utilizarlas como palanca para
exigir que Irán acuerde en abandonar por completo la energía nuclear con fines
pacíficos y el programa de enriquecimiento de uranio.
El ministro de
Defensa Moshe Yaalon afirmó que "Israel no aceptará ningún acuerdo que
permita a Irán enriquecer uranio. La posición de Israel para amenazar con la
guerra (a través de los EE.UU.) si Irán no se somete a la rendición
incondicional de su programa nuclear. Esto define la posición de todos los
grandes instrumentos pro Israel, como el PAC, el super PAC y AIPAC. A su vez,
procederán a dictar la política a sus "lamebotas" en el Congreso de
los EE.UU. Como resultado, el Congreso aprueba las sanciones económicas aún más
extremas contra Irán para sabotear las negociaciones en curso.
Los que han recibido
los mayores sobornos sionistas de la pro Israel PAC son los más vociferantes:
el Senador Mark Kirk ($ 925 379), autor del proyecto de ley de sanciones
anterior, exige que Irán ponga fin a su programa completo de misiles nucleares
y balísticos (!) y declaró que el Senado de EE.UU. "debe moverse
inmediatamente hacia adelante con una nueva ronda de sanciones económicas
dirigidas a todos los restantes ingresos de Irán y las reservas del
gobierno" (Financial Times,
10/10/13, p. 6).
La Cámara de
Representantes de EE.UU. (sic) ya ha aprobado un proyecto de ley que limita
drásticamente a Irán la capacidad de venta de su principal producto de
exportación, el petróleo. ¡Una vez más, el ZPC de Israel es el eje del Congreso
que trata de imponer la agenda de guerra de Israel al pueblo estadounidense! A
finales de octubre de 2013, el secretario de Estado Kerry fue puesto en
"la parrilla" durante 7 horas por el primer ministro israelí
Netanyahu. La cobardía de Kerry le hizo prometer promover la agenda de Israel
para el desmantelamiento del programa de enriquecimiento nuclear de Irán.
Para contrarrestar
la campaña de estrangular la economía petrolera de Irán promovida por los
lacayos de Israel en el Congreso, el Gobierno de Irán ha ofrecido generosos
contratos a las compañías petroleras de la UE (Financial
Times, 29/10/2013, p. 1) y EE.UU. Se están
removiendo disposiciones nacionalistas actuales. Bajo los nuevos términos, las
compañías extranjeras toman reservas o participaciones en proyectos iraníes.
Irán espera atraer al menos 100.000 millones de dólares en inversiones en los
próximos tres años.
Este estable país cuenta con la reserva más grande de gas del mundo y la
cuarta mayor reserva de petróleo. Debido a las actuales sanciones impuestas
por los Estados Unidos (Israel), la producción ha caído de 3,5 millones de
barriles por día en 2011 hasta 2.580.000 barriles por día en 2013. La pregunta
es si tanto la Big Oil, las gigantescas compañías de Estados Unidos y la Unión
Europea tienen el poder para desafiar a la ZPC, el collar que estrangula y
domina sobre la política de sanciones Unidos y la UE. Hasta ahora, la ZPC ha
dominado esta política crítica y marginó a la Big Oil con amenazas, chantajes y
coacciones contra los políticos estadounidenses. Esto efectivamente ha alejado
a las empresas estadounidenses del lucrativo mercado iraní.
Conclusión
Mientras los EE.UU.
y los otros cinco países tratan de negociar con Irán, se enfrentan a enormes obstáculos
para superar el poder de Israel en el Congreso de los EE.UU.. En las últimas
décadas los agentes de Israel han comprado la lealtad de la mayoría de los
congresistas, capacitándolos para reconocer y obedecer los silbidos, señales y
secuencias de comandos de los traficantes de la guerra en Tel Aviv.
Este "eje de la
guerra', ha causado un daño enorme en el mundo, provocando la muerte de
millones de víctimas de guerras de los EE.UU. en el Medio Oriente, el sudoeste
de Asia y norte de África. La brutal corrupción y la ampliamente reconocida
insolvencia del sistema legislativo de EE.UU. se deben a su sumisión servil a
una potencia extranjera. Lo que queda de Washington es un estado vasallo
degradado y despreciado por sus propios ciudadanos. Si el Congreso controlado
por ZPC tiene éxito una vez más en la destrucción de las negociaciones entre
los EE.UU. e Irán a través de nuevos acuerdos bélicos, nosotros, el pueblo
estadounidense, tendremos que pagar un enorme precio en vidas y dinero.
El momento de actuar
es ahora. Es hora de levantarse y exponer el papel desempeñado por organismos
israelíes como el PAC, super PAC y las cincuenta y dos principales
organizaciones americanas judías encargadas de corromper al Congreso y hacer
que "nuestros" representantes electos se transformen en lacayos de
las guerras de Israel.
Ha habido un
ensordecedor silencio por parte de nuestros célebres críticos, algunos pocos
medios alternativos críticos han atacado el poder de Israel en el Congreso de
los EE.UU. La evidencia está disponible y a la vista, los crímenes son
innegables. El pueblo estadounidense necesita auténticos líderes políticos con
el coraje para acabar con la corrupción y los corruptores y obligar a sus
miembros elegidos en la Cámara y el Senado a representar los intereses del
pueblo estadounidense.