Javier Bustillos Zamorano*
El 21 de
diciembre de 2012 los
indígenas aymaras y mayas celebraron el nacimiento de una nueva era civilizatoria.
Los aymaras con el Pachakutik, que en su lengua significa reordenamiento de la
vida, y los mayas zapatistas con una marcha silenciosa por el fin de un Baktún
y el inicio de otro. El presidente boliviano Evo Morales —que en enero inició
su tercer y último periodo— dio un discurso alusivo que fue desdeñado por la
prensa occidental. En él habló de cómo debe ser el mundo en este nuevo tiempo.
Son las 10 propuestas de la comunidad india boliviana para encaminarnos hacia
el Vivir Bien.
1. Refundar la democracia. No puede haber democracia
si continúan las desigualdades, donde unos pocos se hacer ricos y se empobrecen
las mayorías; no puede haber democracia si no se antepone a los pobres,
si no se atiende a los marginados y a los más necesitados. No hay democracia si
no se transforma la política que se ha convertido en instrumento de lucro y no,
como debería ser, en vocación de servicio. Refundar la democracia significa
también refundar los estados, las repúblicas y los sistemas de gobierno dando
sepultura a todas las formas de jerarquías, monarquías, oligarquías y anarquías
del mercado y del capital. Refundar la democracia para que deje de ser
instrumento de las transnacionales que se apropian de nuestros recursos
naturales. Refundar la democracia significa que el pueblo, a través de sus
organizaciones sociales y comunitarias, tome el poder político y construya
nuevas formas de gobierno, estatales y plurinacionales, para que nos gobernemos
bajo el concepto de mandar obedeciendo.
2. Menos mercantilización
de las necesidades humanas y más derechos sociales. Frente a la inequidad
provocada por el capitalismo y la política de mercado que privatizaron los
servicios básicos y lucran con las necesidades, proponemos avanzar y consolidar
el reconocimiento de la legislación internacional para que servicios básicos
como el agua, la electricidad, las comunicaciones y el saneamiento sean
considerados derechos humanos esenciales. Debemos nacionalizar estos servicios
para que dejen de tener el valor económico que los hace inaccesibles.
3. Construir un nuevo ser
humano integral, con valores alejados del individualismo, el materialismo y el
consumismo. Un ser humano respetuoso de la naturaleza y solidario. Con ética y
consciente de su responsabilidad histórica en la construcción de una sociedad
más justa, más equitativa, armónica y sin pobreza. Un ser humano que luche
junto a otros en contra de las actuales sociedades colonialistas, racistas y
discriminadoras que marginan a las culturas milenarias de los procesos
económicos y políticos despreciando su fuerza y energía cultural y espiritual.
4. En los países donde
existan culturas y etnias diferentes, se instauren Estados Plurinacionales, donde prevalezca el
respeto para todas y cada una de esas culturas o naciones; respeto a sus formas
de gobierno, a sus cosmovisiones y estructuras económicas jurídicas y
culturales.
5. Recuperar la soberanía
de los recursos naturales. Los recursos naturales son nuestros y están para
el beneficio colectivo, no para el lucro de empresas transnacionales. La
propiedad de estos recursos debe estar en manos del Estado, para que sea éste
quien establezca un manejo integral y sustentable de sus componentes. Los
recursos naturales son fuentes de vida y como tales deben ser defendidos, pues
la madre tierra también tiene derechos que deben ser respetados. La naturaleza
no debe ser sobreexplotada irresponsablemente, pues ella puede vivir sin los
seres humanos, pero los seres humanos no podrían vivir sin la naturaleza.
Debemos exigir que los países responsables del calentamiento global cumplan su
responsabilidad histórica de reducir sus emisiones de gases de efecto
invernadero, tal y como se comprometieron en acuerdos internacionales que hasta
ahora no han cumplido.
6. Promover la seguridad
alimentaria, con alimentos sanos y rechazando los productos dañinos. La alimentación es parte
fundamental de la vida, por lo que debemos saber cómo alimentarnos sanamente
para Vivir Bien. Debemos recuperar los saberes alimenticios y tecnologías
productivas comunitarias, donde los alimentos son medicina y parte de nuestra
identidad cultural. Cada país debe garantizar los alimentos básicos que consume
su población, a través del fortalecimiento de los sistemas productivos,
sociales, políticos y ecológicos de los productores rurales. Incentivar la
agricultura familiar comunitaria.
7. Entre los pueblos del
mundo, conformar coaliciones y alianzas poderosas para suscribir tratados de la
vida y no tratados de libre comercio que sólo buscan
mercantilizar las necesidades humanas y la privatización y saqueo de los
recursos naturales. Nuestros pueblos ancestrales vivieron integrados en
culturas, comercio, en solidaridad y redes de colaboración; debemos recuperar
esa filosofía de vida para construir acuerdos de integración efectiva que nos
permitan compartir conocimientos, tecnología, provisión de recursos
financieros, energía, producción de alimentos, salud y educación, entre otros.
Avanzar en el hermanamiento de los pueblos del sur con los pueblos del norte
para construir juntos el horizonte civilizatorio de vivir bien en armonía
y equilibrio con la madre tierra.
8. Romper la dependencia
tecnológica y científica, desarrollando tecnologías y ciencias propias que
converjan con los conocimientos, saberes y técnicas ancestrales; unir esas
tecnologías milenarias con las modernas. El conocimiento y tecnología son
instrumentos fundamentales para el desarrollo integral de un país, pero las
potencias del norte protegen con egoísmo sus patentes y licencias a las que
sólo tenemos acceso si nos sometemos a sus mercados.
9. Frente a la política
imperialista e intervencionista de organizaciones internacionales como la
Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) buscar la construcción
de una Organización Mundial de los Pobres; una Organización Mundial de la
Justicia, una Organización Mundial de la Madre Tierra, para que los pueblos
vivan con dignidad y soberanía; sin intervencionismos y sin bases militares
extranjeras. Liberarnos de las ataduras ideológicas y políticas de los
organismos mundiales financieros como el Banco Mundial, el Fondo Monetario
Internacional y de sus satélites neoliberales que destruyen nuestras
instituciones.
10. Configurar un
nuevo orden económico y financiero internacional, basado en los principios
de equidad, soberanía nacional, intereses comunes y armonía con la naturaleza.
Un nuevo orden que promueva la cooperación y solidaridad entre los estados y
pueblos; un nuevo orden que esté orientado a cambiar patrones de producción y
consumo no sustentable; que disminuya la brecha entre ricos y pobres,
entre países desarrollados y los en vías de desarrollo. El desarrollo
económico no debe estar orientado al mercado, al capital y a la ganancia
inescrupulosa; debe ser integral y estar orientado a la felicidad de la gente,
a la armonía y equilibrio con la madre tierra. Por ello, los países en
desarrollo debemos crear nuestros propios instrumentos financieros; no podemos
seguir dependiendo de los donativos y préstamos condicionados del sistema
financiero colonial capitalista. Debemos fortalecer los mercados regionales con
visión solidaria y complementaria para sustituir las políticas de
competitividad egoísta. Sólo así construiremos un horizonte civilizatorio para
que todos juntos finalmente podamos Vivir Bien.
*Periodista
boliviano