Marco
A. Gandásegui, hijo
www.marcoagandasegui15.blogspot.com/100915
Los clásicos de la
economía política (1770-1820) distinguieron bien entre los capitalistas y rentistas. Los capitalistas agregan riqueza a la
economía explotando a los trabajadores (obreros). Los rentistas explotan a
obreros y a capitalistas, por igual, pero sin agregar nueva riqueza. Los
clásicos, sobre todo Ricardo, veían con malos ojos a los rentistas y, en
especial, a los terratenientes. Cuando terció Marx en el debate (1850), varias
décadas más tarde, capitalista y rentista ya eran aliados en los partidos del
'orden' de Europa (los conservadores).
En la actualidad, en el caso de América latina, los rentistas se han refugiado en el monopolio de las finanzas. Han desaparecido los terratenientes como clase rentista poderosa (con las excepciones que hacen la regla).
En el caso de
Panamá, la fuente de la renta principal es su posición geográfica. Quien
controla la ruta, así como toda la infraestructura que se construye sobre ella,
recibe una renta (tributos, peajes, etc.) muy elevada: Los españoles, ingleses,
norteamericanos y, ahora, el Estado panameño lo entendieron - y entienden- muy
bien.
El Estado es la correlación de fuerzas entre las diferentes clases sociales que definen un territorio como propio. En el caso de Panamá, el Estado es una lucha entre los sectores 'populares' y los sectores 'oligarcas'. Como consecuencia de la invasión militar norteamericana de 1989, el sector 'oligarca' rentista se impuso sobre los demás en el marco del Estado. Esta ventaja, le permite controlar al gobierno panameño y sus diferentes aparatos. Sobre todo el uso de la violencia (Policía, Senafront y otros), la recolección de tributos (MEF), la educación, los medios de comunicación y sus discursos culturales, las finanzas (incluyendo lavado de dinero) y, por supuesto, las rentas que provienen del Canal de Panamá, los puertos y toda la infraestructura restante.
A diferencia de la gran mayoría de los otros países latinoamericanos (o del mundo), en el caso de Panamá las rentas (provenientes de la posición geográfica) constituyen una parte muy importante tanto del total de las riquezas que produce el país como de los ingresos del fisco. A su vez, estas rentas son depositadas en múltiples actividades financieras-especulativas a través de una red bancaria nacional e internacional: construcción, casinos, valores y acciones a futuro y otras áreas grises.
Estas son las
fuentes de riqueza que se apropian los rentistas ‘oligarcas’ panameños a través
de su posición de dominación relativa en el Estado, que les permite controlar
los gobiernos de turno y los aparatos represivos. Hay que preguntarse, por un
lado, ¿quiénes son los capitalistas en Panamá? Por otro lado, ¿quiénes son los
trabajadores (obreros)? Además, ¿cómo se inserta Panamá en el sistema
capitalista global que considera el Canal de Panamá parte de su red para seguir
acumulando riquezas.
Los capitalistas panameños son una fracción de la
‘oligarquía’ que tuvo un proyecto de ‘hegemonía’ a mediados del siglo pasado.
En sus luchas con los rentistas lograron apoderarse del gobierno mediante un
golpe militar en 1968. El período militar -que se extendió hasta fines de la
década de 1980- fue conflictivo pero se lograron objetivos muy importantes bajo
el liderazgo del general Torrijos: la descolonización de Panamá y la entrega
del Canal de Panamá por parte de EEUU. Ese período convulso también vio
aparecer con mucha fuerza un movimiento popular que apoyó los planteamientos
nacionalistas de la ‘burguesía capitalista’ que promovía la creación de un
mercado nacional.
La nueva clase
obrera panameña le dio un enorme impulso al desarrollo capitalista. Los
trabajadores hacían demandas de alimentos, vivienda, transporte, salud y
educación. La nueva clase burguesa satisfacía estas demandas -que generaban
crecientes ganancias- ampliando la frontera agrícola y produciendo más
mercancías para su consumo. Una nueva clase se instalaba en el poder,
mediatizada por el poder militar. La burguesía empoderada sumó a las fracciones
de los trabajadores en una alianza ‘populista’. Al mismo tiempo, la
clase obrera hacía nuevas demandas que trascendían lo económico y social. Sus
luchas y reivindicaciones cambiaron la correlación de fuerzas. Los trabajadores
querían una democracia (participativa).
Las demandas
asustaron a la burguesía y, también, a los rentistas. Estos últimos habían sido
desplazados del poder político después del golpe militar de 1968. Los rentistas
lograron sumar a la alianza de la reacción (‘los asustados’) a EEUU que por
diversas razones decidió descartar su pacto de dos décadas con los militares
panameños.
La invasión de EEUU
les devolvió a los rentistas oligarcas su ‘hegemonía perdida’ que aún conservan
en 2015.