CUBA RECIBE EL PAPA - FE Y
CAMBIOS EN CUBA
Frei Betto
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Cuba y Brasil son los únicos países de América Latina que han tenido el
privilegio de que, en un período relativamente corto (tratándose de viajes
pontificios), han recibido la visita de tres papas: Juan Pablo 2°, Benedicto 16
y Francisco, quien llegará a La Habana en la última semana de setiembre.
El Brasil, considerado el país con mayor número de católicos (70 % de la
población de 203 millones de habitantes), es visto por otras naciones
latinoamericanas como merecedor de tal privilegio. Pero… ¿y Cuba? México,
Colombia y Argentina, predominantemente católicas, no se conforman con no merecer
la misma deferencia. Con ocasión de su visita a Cuba, Benedicto 16 no resistió
la presión del episcopado latinoamericano e hizo una escala en León, México,
para reunirse con los obispos.
Revolución y religión
Cuba es hoy una nación de poco más de 11 millones de habitantes, dotados
de una fuerte religiosidad sincrética, mezcla de un cristianismo de origen
español, marcadamente franquista, con tradiciones religiosas oriundas de
África, como la santería, traídas por los esclavos destinados a los ingenios de
caña de azúcar.
La Revolución liderada por Fidel Castro, victoriosa en 1959, no se hizo
contra la religión. Fidel y Raúl son de familia católica y durante más de diez
años estuvieron formándose en escuelas católicas, primero con los hermanos de
La Salle y luego con los jesuitas, lo cual significa que participaron en misas
diarias, como era la costumbre durante la primera mitad del siglo 20.
Lina, la madre de ambos comandantes revolucionarios, les hizo prometer
que si salían vivos de la guerrilla de Sierra Maestra, depositarían sus armas a
los pies de la Virgen de la Caridad del Cobre, patrona de Cuba, cuyo santuario
está en Santiago de Cuba; la promesa fue cumplida y en 1981, con ocasión de mi
primera visita al país, vi dichas armas expuestas en la iglesia.
La guerrilla de Sierra Maestra contó con un capellán, el padre Guillermo
Sardiñas, designado por la conferencia episcopal. Él bautizaba a los hijos de
los campesinos, casaba a las parejas de novios y enterraba a los muertos
víctimas de la guerra revolucionaria. Después del triunfo, Sardiñas recibió el
título máximo de Comandante de la Revolución y obtuvo del papa Juan 23 permiso
para vestirse de verde olivo…
Los conflictos causados por la reforma agraria y la expropiación de
empresas de propiedad estadounidense llevaron al presidente Kennedy a
patrocinar, en 1961, la fracasada invasión mercenaria de Bahía Cochinos. En el
clima ardiente de la Guerra Fría el episodio llevó a Fidel a declarar el
carácter socialista de la Revolución y empujó a Cuba a los brazos de la Unión
Soviética. Dicho alineamiento afectó a la religiosidad cubana.
"Ateísmo científico”
A pesar de que no fue cerrado ningún templo y ningún sacerdote o pastor
fuera fusilado, el carácter ateo del Estado y del Partido Comunista cubanos,
más la enseñanza del "ateísmo científico” en las escuelas reforzaron el
prejuicio sobre la religión. La práctica litúrgica de la fe se limitó al
interior de las casas y de los templos. Estuvieron impedidos de entrar al país
los libros de catequesis y de teología, incluyendo las Biblias. Y los
sacerdotes y pastores se vieron obligados a someterse a la "reducación
ideológica” en campos de trabajo manual.
Mientras que las Iglesias protestantes se alinearon con la Revolución y
la santería pasó a ser admitida como mero "folklore”, el único canal
abierto entre la Revolución y la Iglesia Católica fue la amistad que unía a
Fidel Castro con el nuncio apostólico, monseñor Cesare Zacchi. Gracias a ello
nunca se rompieron las relaciones entre Cuba y el Estado Vaticano.
Preguntas a Fidel
En julio de 1980 conversé por primera vez con Fidel, en Managua, con
ocasión del primer aniversario de la Revolución Sandinista. Supuse que aquélla
sería mi única oportunidad de dialogar con el líder cubano. Y aproveché para
hacerle dos preguntas: "Comandante, ¿cuál es la actitud de la Revolución
ante la Iglesia Católica? Antes de que me responda le adelanto que hay tres
hipótesis. ¿En cuál de ellas se sitúa la Revolución? La primera, perseguir a
los católicos. Si es así, la Revolución le presta un buen servicio a la Casa
Blanca, demostrando que entre Revolución y religión no hay conciliación. La
segunda, indiferencia de la Revolución respecto a los católicos. En este caso
la Revolución favorece a quienes, dentro de Cuba, son contrarios a ella. Y como
no pueden abandonar la isla se refugian en la sacristía de las iglesias. La
tercera, la Revolución, como ente político, mantiene diálogo con todas las
instituciones cubanas, incluyendo a la Iglesia Católica. ¿Cuál de las tres
hipótesis es la adoptada por la Revolución?
Fidel quedó sorprendido y replicó: "Tiene usted razón. La tercera
hipótesis es la más sensata. Hace dieciséis años que no hablo con ningún obispo
cubano. ¿Estaría usted dispuesto a ayudarnos en esta reaproximación?”
Antes de responder positivamente le hice la segunda pregunta: "¿Por
qué el Estado y el Partido Comunista de Cuba son confesionales?” Fidel se
espantó: "¿Cómo confesionales? ¡Somos ateos!” "Pero, Comandante,
afirmar o negar la existencia de Dios es pura confesionalidad. La modernidad
exige que el Estado y los partidos sean laicos”.
Fidel reconoció que nunca había encarado el tema desde esa óptica. Poco
después, tanto la Constitución de Cuba como los estatutos del Partido Comunista
anularon el carácter ateo y sw volvieron oficialmente laicos.
Fidel y la religión
Con la anuencia de la conferencia episcopal de Cuba inicié el delicado
trabajo de reaproximación entre la Iglesia Católica y el Estado. El momento
fuerte fue en 1985 cuando, en mayo, Fidel me concedió una larga entrevista
sobre ese tema, que fue publicada con el título de "Fidel y la Religión”.
Era la primera vez que un dirigente comunista en el poder se pronunciaba
positivamente sobre el fenómeno religioso.
En Cuba se vendieron más de 300 mil ejemplares, con motivo de su
presentación en noviembre de 1985. Y hasta hoy se llevan editados en la isla 1
millón 300 mil ejemplares. Como declaró un obispo cubano, "este libro
quita el miedo a los cristianos y el prejuicio a los comunistas”.
Fidel volvió a dialogar con el episcopado, y el pueblo cubano a
manifestar públicamente su fe cristiana, incluyendo a los militantes del
Partido Comunista, que manifestaron abiertamente sus convicciones religiosas. Y
se suprimió de los textos escolares aquello de "ateísmo científico”.
Ese proceso favoreció la visita de Juan Pablo 2° a la isla en 1998. Hubo
mucha presión de la Casa Blanca para que el papa no efectuase dicho viaje y, si
se hacía, condenase el socialismo. Pero Juan Pablo 2° fue, estuvo cinco días,
visitó todas las diócesis, estableció vínculos de amistad con Fidel, condenó el
bloqueo impuesto por los Estados Unidos e incluso elogió los avances de la
Revolución en los campos de la salud y la educación.
Benedicto 16 visitó la isla en marzo del 2012, con ocasión de los 400 años
de la aparición de la Virgen de la Caridad del Cobre. Condenó también el
bloqueo y pidió mayor libertad religiosa, en especial la reapertura de las
escuelas católicas.
Hoy día son excelentes las relaciones entre la Iglesia Católica y la
Revolución. La admiración recíproca une a Raúl Castro y al cardenal Jaime
Ortega, quien ha desempeñado importantes funciones en defensa de los derechos
humanos y en la liberación de presos políticos.
Para los católicos de Cuba el país tiene derecho a una democracia que no
se encuadre en el autoritarismo heredado de la influencia soviética y mucho
menos en el capitalismo, que tanto sufrimiento y miseria trajo a América
Latina.
Pues en función de esa promisoria ingeniería política es donde los
cubanos han visto con alivio cómo Obama, en la televisión, el 17 de diciembre
del 2014, admitió que el bloqueo "no funcionó”. Queda por saber, como me
dijo Fidel en enero de este año, si eso significa "sólo un cambio de
métodos o implica también un cambio de objetivos”.
Francisco será acogido por la caliente solidaridad cubana, que en la
actualidad se extiende por más de 100 países, que cuentan con los servicios de
sus médicos y profesores. Y desembarcará en La Habana en el momento en que Cuba
está haciendo importantes cambios, para adaptar su economía a sus nuevos
ayudadores fuera del bloque socialista.
Todo ese proceso es visto por la población con esperanza y cautela.
Esperanza de que la isla reciba inversiones significativas y se duplique el
número de tres millones de turistas que la visitan anualmente, trayendo más
divisas. Cautela porque, como me afirmó un amigo cubano, "será un choque
del tsunami consumista con la austeridad revolucionaria”. Sólo el tiempo
mostrará el nuevo perfil del único país socialista de la historia de Occidente.
Frei Betto es escritor y hermano dominico, autor de
"La mosca azul. Reflexión sobre el poder”, entre otros libros.