Los 17 objetivos para un
mundo mejor (o casi)
Lucía
Villa
www.publico.es/250915
Los 190 estados miembros de las Naciones Unidas
aprueban en la cumbre de Nueva York la agenda que debe guiar las políticas
globales de desarrollo para los próximos 15 años, un ambicioso proyecto todavía
con asignaturas pendientes.
Un mundo más justo e
igualitario, sin guerras ni hambre, en un planeta sostenible. Suena utópico,
pero esta es la base sobre la que descansa la agenda que, en buena teoría, debe
guiar las políticas globales de desarrollo durante los próximos 15 años
y con la que los líderes mundiales se comprometerán durante la cumbre de la ONU
que arranca este viernes en Nueva York.
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible, como se conoce a esta ambiciosa declaración de intenciones (no tiene carácter vinculante) está compuesta por 17 objetivos y 169 metas a cumplir en el año 2030 e incluye retos tan codiciados como erradicar la pobreza extrema, poner fin al hambre mundial, acabar con las epidemias de SIDA y otras enfermedades, terminar con el maltrato, la explotación, la trata y la tortura, lograr el acceso universal al agua potable o reducir la contaminación marina de todo tipo, por citar sólo algunos. La pregunta es: ¿Qué posibilidades hay de lograrlo?
La anterior agenda de Objetivos de Desarrollo del Milenio, redactada en el 2000 y que acaba de cumplir su ciclo vital, se ha cerrado con un balance regular. El último informe de seguimiento publicado en julio por la ONU destaca los avances en varios campos. Por ejemplo, el número de personas que vive en la pobreza extrema (con menos de 1,25 dólares al día) se ha reducido en más de la mitad, de 1.900 millones a 836 millones entre 1990 y 2015; y el porcentaje de subalimentados en los países en desarrollo cayó del 23,3% al 12,9% en el mismo periodo. Ambos son objetivos conseguidos.
Pero lo cierto es que muchas de las asignaturas que se elaboraron entonces para crear un mundo mejor quedaron pendientes o las que se lograron lo hicieron a medias o sólo en algunos lugares. En un estudio publicado por la FAO en mayo queda patente la enorme brecha entre países. De los 795 millones de personas hambrientas que aún hay en el mundo, la inmensa mayoría, 780 millones, se concentra en los países en desarrollo. Aunque América Latina y Asia han experimentado grandes progresos, África central y Asia occidental han visto incluso crecer su proporción de desnutridos.
“A pesar de los notables logros, estoy profundamente consciente de que las desigualdades persisten y que el progreso ha sido desigual. La pobreza continúa concentrada predominantemente en algunas partes del mundo”, escribió el secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, en el prólogo del informe. “Para lograr mayores progresos necesitaremos una voluntad política inquebrantable y un esfuerzo colectivo a largo plazo”, prosigue.
Es precisamente ésta, la voluntad política, la que se ha revelado como la gran decepción en el anterior periodo. De los 326.000 millones de dólares que los países más desarrollados se comprometieron a aportar en 2014 para la asistencia al desarrollo, se consiguió recaudar menos de la mitad, 135.000 millones. Sólo cinco países (Dinamarca, Luxemburgo, Noruega, Reino Unido y Suecia) cumplieron aportando el 0,7% de su ingreso nacional neto, pero de media, el total aportado por los países de la OCDE ha estado entre el 0,2% y el 0,3% de su INB.
“A la anterior agenda le faltó haber sido construida colectivamente. Una agenda que no tiene la apropiación de la ciudadanía y de la sociedad civil es una agenda inviable porque es una agenda impuesta”, apunta en conversación telefónica con este diario la presidenta de la Coordinadora de ONG para el Desarrollo, Mercedes Ruíz-Giménez, antes de viajar a Nueva York como parte de la Delegación española ante la ONU.
Luces y sombras
La agenda post-2015 que
ratificarán los 190 estados miembros de
las Naciones Unidas este fin de semana ha corregido algunos
errores cometidos en la anterior etapa: ha sido debatida y consultada con
diferentes actores de la sociedad civil y se plantea como una estrategia
universal, involucrando a todos los países en la lucha contra la pobreza y
huyendo de las estructuras verticales Norte-Sur que imperaban hasta ahora.
El nuevo texto incrementa
considerablemente los retos a conseguir: de los 8 Objetivos de Desarrollo del
Milenio pasa a 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, conservando y ampliando
los propósitos más básicos del anterior periodo (en pobreza, alimentación,
salud, educación, género…) e incorporando otros nuevos nacidos del clamor por
los acontecimientos de la última década.
Es patente la influencia de la
crisis económica global, las crisis migratorias, el incremento de las
desigualdades o las evidencias del cambio climático: hasta 7 objetivos están
relacionados directamente con la protección del medio ambiente, aunque los
compromisos más concretos en este ámbito se derivan a la cumbre del Clima de
París del próximo diciembre.
No obstante, las negociaciones han dejado también zonas oscuras y asuntos sin resolver. En la agenda, por ejemplo, no hay un reconocimiento explícito a los Derechos Humanos, al que se negaron países como China o Arabia Saudí, está fuertemente influenciada por los intereses del sector privado y no aborda temas tan espinosos como el de los paraísos fiscales.
“Se habla del crecimiento
económico como la principal vía para aumentar la renta de los países, pero
todos sabemos los flujos de capital que salen ilícitamente de los países en
desarrollo. La lucha contra todo eso es una manera de aumentar los recursos que
tienen los estados y se menciona, pero de manera demasiado vaga. Haría falta una
apuesta clara contra la elusión y la evasión y contra las prácticas de las
transnacionales para pagar menos impuestos. Esto transmite la dificultad de las
negociaciones y los diferentes intereses que hay también dentro de la agenda”,
dice María Luisa Gil, de Economistas sin Fronteras.
“Para que esta agenda sea transformadora, tiene que plantear un cambio de modelo económico y de desarrollo que no es el que tenemos ahora. En esta agenda se habla muy poco de esto y no se va a las causas de lo que está provocando los problemas”, sentencia Mercedes Ruíz-Giménez.
“Para que esta agenda sea transformadora, tiene que plantear un cambio de modelo económico y de desarrollo que no es el que tenemos ahora. En esta agenda se habla muy poco de esto y no se va a las causas de lo que está provocando los problemas”, sentencia Mercedes Ruíz-Giménez.
17
Objetivos de Desarrollo Sostenible - 2015-2030
1. POBREZA:
Erradicar la pobreza en todas sus formas en todo el mundo.
2. HAMBRE: Poner fin al hambre, conseguir la seguridad alimentaria y una mejor nutrición, y promover la agricultura sostenible.
3. SALUD: Garantizar una vida saludable y promover el bienestar para todos, para todas las edades.
4. EDUCACIÓN: Garantizar una educación de calidad inclusiva y equitativa, y promover las oportunidades de aprendizaje permanente para todos.
5. MUJERES: Alcanzar la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y niñas.
6. AGUA: Garantizar la disponibilidad y la gestión sostenible del agua y el saneamiento para todos.
7. ENERGÍA: Asegurar el acceso a energías asequibles, fiables, sostenibles y modernas para todos.
8. ECONOMÍA Y EMPLEO: Fomentar el crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, el empleo pleno y productivo, y el trabajo decente para todos.
9. INDUSTRIA E INNOVACIÓN: Desarrollar infraestructuras resilientes, promover la industrialización inclusiva y sostenible, y fomentar la innovación-
10. EQUIDAD: Reducir las desigualdades entre países y dentro de ellos.
11. COMUNIDADES: Conseguir que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles.
12. CONSUMO: Garantizar las pautas de consumo y de producción sostenibles.
13. CAMBIO CLIMÁTICO: Tomar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos (tomando nota de los acuerdos adoptados en el foro de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático).
14. LOS MARES: Conservar y utilizar de forma sostenible los océanos, mares y recursos marinos para lograr el desarrollo sostenible.
15. LA TIERRA: Proteger, restaurar y promover la utilización sostenible de los ecosistemas terrestres, gestionar de manera sostenible los bosques, combatir la desertificación y detener y revertir la degradación de la tierra, y frenar la pérdida de diversidad biológica.
16. PAZ Y JUSTICIA: Promover sociedades pacíficas e inclusivas para el desarrollo sostenible, facilitar acceso a la justicia para todos y crear instituciones eficaces, responsables e inclusivas a todos los niveles.
17. ALIANZAS: Fortalecer los medios de ejecución y reavivar la alianza mundial para el desarrollo sostenible.